Despertar...

Bueno después de varios días, meses sin hacer una historia o publicar algo mio, me he metido a una activad llamada "Identidad perdida" Fenix Wayne Gracias por la actividad. Espero les guste, me esforcé mucho, pues narre en primera persona o eso trate. Gracias por los "Me gusta" y comentarios. Agradezco a Alessandra y Dororo por ayudarme a corregir todos mis errores :B

Por favor, pongan el vídeo cuando empiecen a leer, puesto la canción es muy sentimental.

Sin más que decir, gracias por su atención. Les presento:

Despertar...​

​

¡Oh por Dios, como me duele la cabeza! Mis ojos están tan pesados, me cuesta respirar... ¿Dónde estoy? Todo está muy oscuro, no sé por dónde caminar, ¿qué es lo que estoy pisando?, sólo puedo sentir tierra y pedazos de piedras.

—¡Soldado muévase o morirá! —Siento como me jalan del brazo. ¿Quién es ese señor?, ¿soldado yo?

—¿Quién es usted? —Le sorprende mi pregunta, me hace una mueca e ignora todo lo anterior. Las cosas me preocupan puesto que no sé quiénes son. Parece que estamos en medio de una guerra.

—No es momento para bromas Sett —Un chico me toma del brazo y me sonríe, creo que a él lo conozco, sí, creo que si lo he visto en algún lado —. Vamos que el helicóptero nos espera —sigo sus movimientos, los disparos pasas cerca de nosotros, uno por poco me da, por suerte me tropecé con un… con un cadáver. Tengo miedo, no sé quién soy, ni qué hago aquí, aquel muchacho al ver que me quedé atrás viene por mí y me ayuda a levantarme.

—¿Qué es esto? —Vuelvo a preguntar, pero ya estoy desesperado.

—Cálmate Sett, ya pronto saldremos de aquí, esto llegó a su fin —me dice mientras nos movemos en la espesura de la selva, a lo lejos se escucha un helicóptero.

—¡Vamos, vamos, que esperan soldados! —Me apresuro a subir y ayudo a mi compañero. Él me dedica una sonrisa cálida, yo simplemente la regreso. Pero algo se escucha a lo lejos, mi sonrisa se desvanece y atrás de ese chico veo que han lanzado un proyectil proveniente de una bazuca.

—Gisel, te amo… —Por impulso tomo mi placa la cual tiene grabado su nombre, Gisel, pero no sé quién es.

De nuevo siento mi respiración pesada, mi pulso es muy rápido, y se escuchan unas voces… No sé quiénes son…

~~~

—Necesitamos una transfusión de sangre o este hombre se nos muere, traigan rápido el resucitador…

—Doctor su presión baja cada vez más.

Morir. Yo no quiero morir, yo tengo que saber que pasa… Gisel, sí, tengo que buscarla, tengo que estar bien por ella. ¿Y ahora qué pasa? Esto es muy cálido, siento la brisa del viento en mi rostro y manos… Este momento lo recuerdo…

—¡Vamos bobo! O perderás —alguien me empuja e inevitablemente caigo al suelo junto a ella—. ¿Qué pasa?, ¿por qué me ves así?

—¡Eres hermosa! —Noto como se sonroja, ella es Gisel, el viento rosa su rostro moviendo delicadamente cada mechón de su larga cabellera color castaña clara, esos ojos verdes azulados con aquella luz que da calor, su piel tersa y suave, una sonrisa bella y esos hoyuelos que se le marcan en las mejillas.

¿Cómo no decirle que es hermosa?

Esperen, ella se está acercando mucho… ¿Qué? ¿Qué va hacer...? Inesperadamente siento sus labios rozar con los míos, correspondo a ese beso, siento una paz dentro de mi…

—Te amo Gisel —me separo de sus dulces labios, ella me dedica una bella sonrisa y… esto no puede pasar, de nuevo no puedo respirar, veo como su silueta desaparece, no, no quiero, con esfuerzo me muevo, pero ella se aleja, repito una y otra vez su nombre ‘Gisel, Gisel, Gisel’ Todo vuelve a la oscuridad, siento frío, estoy sólo… Estoy solo.

No sé cuánto tiempo ha pasado, no sé qué pasa conmigo. Pero algo se escucha, una voz, sí es su voz, es mi Gisel.

—¡Esto no puede estar pasando! ¿Cómo demonios no lo pueden sacar del coma? — ¿Coma? ¿Estoy en coma? Por eso hay tanta oscuridad. Esto no puede ser.

—Señorita, hacemos todo lo que podemos, entienda apenas se le pudo rescatar con vida, sus heridas son graves, él está muy mal. Podemos esperar que se recupere poco a poco o desconectarlo para que no sufra.

No, ¡está loco! ¿Cómo que desconectarme? Yo quiero vivir… Yo quiero vivir… Y ahora no se escucha nada, Gisel, quisiera abrazarte y decirte que te amo. Algo se siente en mi estómago, como un peso, es ella y está llorando.

—Sett, tienes que despertar. Sett juramos estar juntos… —Oigo como susurra, siento sus lágrimas, me gustaría poder moverme tan sólo un poco, tocar su cabellera, secar esas lágrimas, tocar sus labios.

Y de nuevo vuelvo a la oscuridad. ¿Cuándo saldré de aquí? A lo lejos puedo escuchar una canción, esa canción me gusta mucho, pues me muevo sin pensarlo dos veces. “nombre de la canción”

Estoy en un bar, o eso parece.

—¡Hey! ¡Sett por acá! —Sus caras me parecen conocidas, pero no recuerdo bien, hay momentos en los cuales yo no puedo evitar movimientos, ellos me ven y me sonríen—. ¡Vamos, viejo!, ¿no te vas a sentar? Ven y platica como fue que le pediste matrimonio a Gisel.

—Bueno verán… Con esta misma canción le pedí matrimonio, ella sabe que me voy a la guerra y como promesa le juré regresar para casarme con ella. Y así será, regresaré y nos casaremos. Tendremos hijos, la pequeña Gisel y el pequeño Sett.

—Vamos, no le pondrás ese nombre a tu hijo, ¿o sí? ¿Sett? Que nombre tan más feo.

Todos se ríen y yo con ellos, al parecer son mis amigos, pero no sólo he escuchado esa canción en este lugar, también la he escuchado cuando estoy en esa soledad… Gran error mío decir soledad, todo se empieza a desvanecer y llego al mismo lugar a esta soledad. No sé cuánto tiempo estoy aquí, ni cuanto estaré. Rara es la vez que escucho su voz, pero todo el tiempo siento su calor.

—Ha pasado mucho tiempo y tú sigues durmiendo, por favor, despierta… —Me duele escuchar tu voz tan triste, si tan sólo supieras que lucho por ti, cada día lucho por salir de esta oscuridad… Y ahí está de nuevo, esa canción… Nuestra canción.

Algo esta diferente, veo un poco de luz, siento tu mano entrelazada con la mía. Estoy despertando, poco a poco tomo el control de mi cuerpo te veo ahí, a mi lado como siempre juraste estar. Y sí, esta es nuestra canción en tu teléfono celular en altavoz. Con torpeza me acerco a tu oído y te canto una de las últimas estrofas.

Porque todas las estrellas Se están desvaneciendo
Solo trata de no preocuparte
Las veras algún día
Solo toma lo que necesites
Y sé cómo tú eres
Y deja de hacer llorar a tu corazón