Dormida escuche algunas aves a mí alrededor, sentía como si me observasen y yo con pereza de abrir mis ojos simplemente las ignore. Ignore aquellas aves hasta que escuche una flauta, sonaba como el viento, parecía el viendo, abrí mis ojos extrañada para darme cuenta que estaba acostada en el suelo de un enorme bosque de Bambú; me levante mirando a mi alrededor… estaba todo… hermoso, verde; camine hacia el sonido de la flauta apasionada que sonaba. Para darme cuenta que había una casita, una cabaña pequeña al lado de un riachuelo. Frente esa casa estaba una anciana china, ella bailaba estilo Taichí y cantaba algunas cosas junto con el sonido de la flauta… me miro y me sonrió mientras bailaba me invito y me negué sonriéndole con cortesía y sentándome en una roca al lado del riachuelo, me quede con los ojos cerrados relajándome… Cuando los abrí de nuevo estaba acostada en el riachuelo con el agua fría corriéndome por la espalda, llena de paz, llena de calma. Me levanto y veo que la chimenea de la cabañita estaba encendida, lo curioso es que el humo parecía más de incienso que de fuego, era suave, era tranquilo y parecía no contaminar, camino y me acerco a la puerta en la entradita que parecía estar abierta y llegue a oler desde ahí el incienso.., era sándalo, que exquisito olor a sándalo, tan suave y a la vez te inunda toda. Cuando entre la anciana estaba sentada en una salita en el suelo meditando cerca de la chimenea note que en el techo tenía muchos cascabeles de madera hueca, el sonido de estos relajaba mucho además de algunos guindalejos metálicos con sonidos leves, la anciana me habla en Chino, sin embargo, la entendía más o menos, como si mi cabeza tuviese traductor a lo que decía, se llamaba Abuela LiánJiē, ella me miraba y sonreía y me invito a acostarme a su lado mientras acariciaba mi cabello, he quedado dormida de nuevo. Cuando desperté, era ya de noche, y la Abuela LiánJiê estaba apagando las velas mientras decía entre soplada y soplada: —La luz no es necesaria para ver de noche querida, la noche tiene su propio brillo, la luna y las estrellas para eso están, la vida del bosque para eso está, por eso los ancianos antes nunca se perdían aun tuviesen solo una luciérnaga para alumbrarse el camino. La naturaleza siempre ayuda al que se conecte con ella. Hoy veras de que trata —Dijo saliendo de la cabaña e invitándome a seguirla, me levante y la seguí sin decir una sola palabra. Caminamos por el oscuro bosque durante unos segundos… hasta que escuche música, una música nocturna muy relajante, en ese momento veo como el humo del incienso salir de las plantas y brillar en violetas y azules. Algunas luciérnagas se unían a esta hermosa luz dándole un toque de romanticismo. —No hay que encender la vela para que brille, no hay que prender la antorcha para que caliente… —dice la abuela que estaba detrás de mi caminando. En ese momento los arboles comienzan a brillar en un verde muy hermoso, alumbraba el suelo como si fuesen lámparas o faros en medio de la nada… no segaban, solo alumbraban el hermoso camino verde. — La luna linda, mírala —Esta brillaba como nunca y… era como si el incienso de colores llegara hasta ella… muy hermoso. En ese momento un caballo blanco aparece caminando a mi derecha y se detiene a mirarme, lo observo por un rato y le sonrió. De sus cabellos salen una criaturitas pequeñas con alas de libélula. Estas hacían soniditos lindos, eran hadas, que salieron del cabello del caballo y volaron a mi alrededor observándome y jugueteando entre ellas… eran como maniquíes, no tenían ropa, ni cuerpo definido, solo eran siluetas blancas con alas. En eso detrás de los arboles se escuchan risitas y salen niñas delgadas y altas de colores y me miran con recelo y algo de miedo, algunas corriendo y escondiéndose detrás del caballo… A todos les sonreí, hasta que sus miradas se dirigieron a mi izquierda de seguida y algunos con cara de miedo, o eso creo… Cuando volteo miro a un ENORME oso panda caminar lentamente hacia nosotros, el oso muraba el suelo, su majestuosidad se sentía a cada paso… Llego a estar frente a mí, yo sin darme cuenta camine hacia el también, este se levanta en dos patas burlándose de mi tamaño insignificante y acercándose más, yo solo le miraba desde abajo muy atrapada en su gran energía. Me tomo con una de sus garras y me arrastro hasta el dejando mi cara entre su pecho y panza, permitiéndome abrazarle, y el me abrazo a mí, se sentía como abrazar un algodón enorme y cálido… hundí mi cara en su pelaje y cuando Salí de él note que había cambiado, era una mujer alta de cabellos lizos y negros, muy hermosa, con labios rojos y ojos azabache, vestía un vestido blanco lleno de telas volantes y sin decir nada, hablando a través de su mente me dijo —Soy la Madre Naturaleza. Emocionada de abrazar a este ser tan hermoso voltee a ver a la abuela asiática a mis espaldas… para encontrar en su lugar a un enorme Dragón Blanco y delgado con bigotes largos y peludos y algunas lechas rojas en su pelaje… este dragón me miro con sus enormes ojos achinados y al abrir la boca no dijo nada, sin embargo escuche su voz. Gruesa y grave decía en chino. —Soy el guardián de la Madre Naturaleza, te he dado el don de verla esta vez… eres muy especial, siéntete honrada.. Al decir esto todas las criaturas y animales que se habían reunido a ver la escena empezaron a celebrar y a danzar… el sonido de su regocijo de alejaba de mis oídos… me estaba despertando. Cuando abrí mis ojos estaba sentada en la misma roca del riachuelo. Mire a mi alrededor, estaba amaneciendo; Escuche una flauta de madera muy cerca de mí, cuando veo en una roca cercana a una ninfa, ella era verde, sus cabellos más oscuros pero verdes, sus ojos un verde cristalino y claro inigualable, su boca y nariz pequeños, estaba descalza en la roca parada tocando la flauta y mirándome mientras sofreía como saludando. Vestía un vestidito corto hecho de hojas de menta y aloe, sus cabellos ondulados hasta un poco mas debajo de los hombros. Ella tocaba la flauta mientras salía el sol y la luz amarilla de él se conectaba con el verde de las platas den bosque, miraba el paisaje, era hermoso; era como si al salir el sol, todo el bosque y toda criatura que habitaba en el despertara y dará una respiración, tomara una bocanada de aire a la vez, al mismo tiempo. Qué bien se sentía respirar al mismo tiempo que el bosque, era como conectarse con todo y a la vez con uno mismo, la ninfa sonrió y rio mientras tomaba aire mirando mi cara de gusto y placer estando ahí. Ella bajo de la roca y siguió tocando mientras se alejaba en el bosque y las plantas. Y yo escuchaba su flauta alejarse. En ese momento escucho que del agua sale algo, cuando volteo, noto que hay una niña azul en una piedra que sobre salía del agua, sus cabellos eran más rizados y azul claros y a la misma altura de la chica verde, tenía unas zapatillas de bailarina y tenía un vestido hecho de algas, que caía desde sus hombros hasta un poco más arriba de sus rodillas, las algas largas eran de muchos tonos oscuros de azul, y sus ojos, eran un azul arrecife muy claro y cristalino, ella me sonrió y note que incluso su sonrisa era de niña, sus dos incisivos principales eran enormes en comparación al resto… Me miro por un segundo y comento a saltar entre las piedritas que sobre salían en el agua; cayendo en ellas con las puntillas como una bailarina de ballet y cada vez que saltaba a una piedra sonaba esta como una copa que le das con el dedo, era muy relajante y para sostener un tono de la piedra daba vueltas sobre sus puntillas, produciendo una hermosa canción que hacía que el agua brillara mas con la luz del sol y su reflejo me dé en la cara, calentándomela y relajándome sintiendo frio y calor a la vez… y note que a mi alrededor las plantas parecían hidratarse con tan solo el reflejo del agua, ella reía mientras danzaba… a mis espaldas dijo la abuela sentada en una mecedora en su entrada de la cabaña. —De algún lado salen los estilos de baile… Fue obvio su comentario, me daba a entender muchas cosas… miraba a la ninfa alejarse en el riachuelo y escuchaba su música alejarse con ella. En ese momento escucho dentro del bosque unos cascos y volteo para notar que había un caballo marrón mirarme, casa vez que este respiraba fuerte en mi mente se me venia la imagen de un centauro con cabellos largos castaños y nariz puntiaguda como la de la ninfa verde, parpadee varias veces hasta notar que en el caballo, estaba la Madre naturaleza en su forma humana, montándolo y mirándome severamente y seria, pero a la vez con deseos de que la siguiese… me levante de la roca y voltee a ver a la abuela que me sonreía y se despedía con la mano. Era hora de irme… camine detrás del caballo que andaba muy sumiso y a paso lento mientras sentía que me decía la Madre N. sin voltear a verme —lo que no lograste ver con tus ojos, sabes que está en tu mente, nuestro mundo está escondido de los humanos. Tristemente ellos no apreciarían este sitio y no harían más que destruirlo, consciente o inconscientemente. Por ello nos ocultamos en este bosque, que no está en su mundo humano, pero tampoco está fuera del planeta tierra, espero puedas entenderme —Asentí y ello asintió también— ya es hora de que vuelvas a tu mundo, lo mas probable es que no vuelvas —asentí con algo de tristeza— pero ten en cuenta, que estamos ahí, aun si no nos vez… y algún día nos encontraremos… Su voz de alejo de mis oídos con esas últimas palabras… y la visión se me nublaba. Me limpie los ojos varias veces, hasta darme cuenta que… Desperté…
¡Hola, Neko-chan! ¿Enserio fue un sueño? ¡Que raro! Yo se que tus sueños no son nada comunes, pero esto es increible, por cierto mejoraste mucho y escribes muy bien. ¡Me encanto! Pero enserio fue raro jaja, aunque eso es normal en nosotras :). Estuvo demasiado, avísame cualquier otra historia. ¡Nos vemos!
jajaja sii bueno, desperte exaltada. fue muy raro... jajaja gracis x leerlo nee :* yo te aviso, igual debo mejorar mi escritura, hay cosas ahi q estan mas redactadas jejeje