Desesperacion

De una desesperada llamada a tu atención, de un grito agobiante estancado en mí pecho…

La intriga de una respuesta que creo conocer, pero sin conocer la realidad tras de ella.

No hay mucho que yo pudiera pedirte; no hay nada que yo quisiera exigirte… y ese mi querido amor, es el problema.


Te amo tan incondicional, que le he negado mi cariño entero a la vida que tanto me ama…Te amo tanto, que mi ser no es ya nada; te amo tanto edén, que no creo que de alguna forma el amor volcado regrese... y aun así no exijo.


De todas las palabras que salen de tu concienzuda boca, todas me las creo, todas las acepto… ¡todas! Y no hay una sola verdad que no te crea.

El problema radica, en mi falta de criterio, en el hecho, de tu decir el reflejo verde del cielo, y yo no negarme nunca… el problema es mi aceptación a todo, aun cuan malo este, aun cuan tonto sea…


Soy peleonera por naturaleza, soy racional por convicción; pero por desgracia soñadora de corazón. Con todo lo que me molesta, y no puedo más que pelear una vez, y fingir que nada pasa; me toca a mí buscar tu afecto de regreso, buscar tu mano de nuevo… y de esas veces que tu mano amenaza con no retornar nunca; mi desesperación me lleva a perseguirte de nuevo; y acaecer todo el mal ser en mi… y tú siempre aceptas esa verdad.


Te creo, tu amor a mí; pero no entiendo, ni entenderé; todos tus métodos.

De la forma buena estas ahí, en mi cabeza, en los días buenos, en los malos; en mis pesadillas y mis llegadas al paraíso. ¡Entiende por Dios! No quiero nada… solo a ti, entero y por completo, personalmente y en una exclusividad que no se le pide aun alma libre… ¡pero lo quiero!

Soy egoísta, soy celosa, soy… yo.


Explícame con paciencia todas las cosas que me molestan, sincérate ante mis ojos; y ya jamás me ocultes nunca una realidad, no esperes a que el mal se desborde de su mentira… no soy de cristal, la verdad la aceptare tal cual es… pero por favor, suplico, ya no me ocultes nada.


Sincérate con mi alma, que cada que pasa el caos, se muere un poco más, sincérate con mi corazón, que te ama con ardor desde hace tanto… y por favor amor mío, explícame que debo hacer para que me ames así como suplico y oro que lo hagas… no te obligare a nada; lo juro.


Solo háblame de frente, háblame real…

Aunque a la situación afirmes, que soy única; dada la naturaleza de este amorío; no lo soy, yo lo sé, y por desgracia lo acepto. No pasa, ni pasara nada, lo entiendo, pero entiende mi miedo… entiende mi angustia y frustración…

No soy un fantasma del pasado, y de verdad que quiero creer que no soy la segunda opción a tus amores. Trátame con el amor que les dedicaste, dame ese algo que aun te niegas a darme. Si, lo niegas, lo sabes… soy mujer ¡Maldita sea! Quiero magia, y quiero verdad… y quiero entenderte siempre…


Ya no más suplica, ya no más pedir… Entendí que jamás cambiaras nada… y con la paciencia que me queda… prometo seguir amándote. Deja las explicaciones, al parecer no merezco ninguna… lo acepto también.

Deja también el amor… acepto lo que estés dispuesto a darme… y lo aceptare hasta que ya no quede vida en mi alma… lo aceptare…


Así se mueren las hadas, así fallecen las estrellas, así se aniquilan los sueños; espera con calma y yo esperare con la mía todos mis sueños.