Hola gente de fanfics-landia ¿Como están? Me presento, soy "Nesher" y soy un escritor de fics bastante aficionado a decir verdad pero no me impide que con, los muchos o pocos recursos literarios de los que dispongo poder escribir mi propia historia. En este caso de Yu-Gi-Oh! Este fanfic lo empecé en 2016 y para los que más o menos tengan noción del juego actual era la época Arc-V donde los links aún ni asomaban, por lo cual no esperen encontrarlos. También destaco que este fanfic lo publiqué en otro lugar y que voy a estar pasando los capítulos como están ahí, revisaré errores pero si encuentran defectos no tengan reparo e indíquenlos. También cabe mencionar que nuestra forma de redactar yugifics tiene una cierta filosofía de... Meter duelos por el mero espectáculo y los medio conocedores de la materia. Tampoco hace falta conocimientos extensivos más que los básicos del juego y los tipos de invocación. Sería interesante para mí ver su aceptación hacia esta obra, aún en las condiciones que se encuentre. Así que sin más espero que lo disfruten ¡Hasta luego! Capítulo 1: Nuevo Comienzo. Contenido oculto: Cap. 1 La nada... Un incierto lugar vacío y desolado, el tiempo no fluye de ninguna forma. Densa niebla que acapara lo que la vista alcance. Incómodo sentimiento de no encontrar o percibir rastro alguno de vida en el estremecedor silencio de sobra para la densa atmósfera describir. Tristeza y pena de la mano, van de la par con un tenue rencor deshecho por la decepción que sopla en el aire en esa remota ubicación solo accesible desde un precipicio de profundo tormento.Y como si de padecer una cruel broma se tratase nuestro subconsciente traernos y hasta hacernos vivir nuevamente esos momentos que mejor estaban en el baúl del olvido.Aquellos rencores por los actos más destables o el daño que causamos alguna vez a seres queridos ¿Y por qué no? Esa pesada carga que en los hombros recae, ese sentimiento nefasto que se siente tan propio que carcome como óxido al metal... La culpa. En ese mismo lugar se encontraba tendido en el suelo un semiconsciente joven tez clara de pelo negro, profundos ojos azules se distinguen en sus entre abiertos ojos. Vestía una camisa blanca de largas mangas debajo de un desabrochado chaleco sin mangas azul marino ciertamente oscuro, seguido de un pantalón gris algo tallado a sus piernas y calzado negro de blancas zuelas. Poco a poco se iba reincorporando hasta ponerse de pié, algo mareado se sostenía observando confuso su entorno. - Agh... ¿Aquí de nuevo? - Preguntaba al aire, reconociendo ese lugar. - Esta niebla, apenas veo. Solo se que quiero largarme de aquí, no quiero volver - Manifestó angustiado y con claras intenciones; Largarse. Caminó un largo tiempo. Sin rumbo alguno y desorientado pero con una esperanza, casi ingenua de encontrar algo (cualquier cosa) que no fuera esa monótona niebla que cierta turbulencia transmitía. Creía estar dando vueltas en círculos y la paranoia lo abrumaba creyendo que algo lo estaba impulsando por ese camino de alguna forma. Estuvo vagando por interminables horas hasta que entre la niebla llegó a distinguir una silueta. Al acercarse más notó que se traba de una figura femenina delgada y delicada dándole la espalda, una chica de 20 años quizás de pelo naranja liso llegando hasta casi su cintura. Una camisa rosa claro de fuerte contraste en el entorno y pantalones de jean azul algo desteñidos por el desgaste, sus pies estaban descalzos. El joven estaba desconcertado por su presencia... Pero sea lo que sea no parecía haber otra opción más que interactuar con ella. Se armó de valor y dio unos tímidos pasos hacia ella y habló... - ¿Quien eres? ¿Por qué estoy aquí y por qué estas tu? - Consultaba en una voz nerviosa. No parecía haber respuesta alguna, ni siquiera movimientos prominentes o algo que indique reacción. Solamente podía insistir, cada vez intentando levantar más el tono... --- ¿Te pasa algo? --- ¿Que es este lugar? --- ¿Me conoces? --- Pero ninguna de las preguntas generaron una respuesta, ni siquiera la más vacía o llana hasta que... --- ¿Te hice daño? --- Esa pregunta detonó la ruptura de su indiferencia y ella empezó a temblar bruscamente, pero no por miedo, más bien por rabia contenida. Lentamente iba volteando su cuerpo y con ello su cabeza y rostro para al fin revelarlo. Cuando reveló su rostro severamente lesionado se pudo escuchar de manera nítida como el aire abandonó el cuerpo de Dylan en solo unos instantes. Estaba paralizado del miedo y sin reacción alguna. - ¿No sabes quien soy? ¡¿Me dices que no puedes reconocer mi rostro?! ¡¿Mi lindo y lesionado rostro! - Histérica y entre gritos interrogaba a un Dylan que paralizado del miedo y aturdido cayó al piso sentado e intentaba alejarse arrastrándose. - ¡¿No sabes quien me hizo estos cortes ni quien me golpeó?! ¡¿Esta sangre en mi mejilla no te recuerda algo?! - Acosaba y acusaba a Dylan sin escatimar. - ¡Basta! ¡Por favor basta! - Suplicada en la misma histeria que ella le transmitía mientras se arrastraba desesperado sin escapatoria. Pero súbitamente su rostro empezó a nublarse y parecía tranquilizarse, pequeñas risas parecían escucharse hasta tornarse en gemidos decaídos. - Todo es borroso para tí... Oh, pobre Dylan. - Lamentaba mientras su rostro parecía convertirse en un vacío oscuro mientras dos pequeñas luces rojas simulando sus ojos se iluminaban. - No puedo creer, tantos años de sufrimiento. Agobiante terapia y degradante medicación. - Manifestó en un tono de compasión y pena. Por unos segundos parecía calmarse hasta que se vio agitada nuevamente en su respirar. - ¡Es aberrante que no hayas echo el mínimo esfuerzo por mantenerme viva en tu memoria! - Irritada le reprochó. - ¡¿Que mierda dices?! ¡No se quien eres y ni se de lo que me hablas! ¡¿Que te hice yo para que me hagas esto?! - Gritaba alterado tratando de correr pero resbalándose para de nuevo caer. - ¡Por favor déjame! - Rogaba con insistencia y al borde de su voz quebrarse. - Ellos lo lograron... - Dijo nuevamente en una voz de resignación y tristeza. Dylan miraba perplejo el brusco cambio de actitud de la chica, estaba paralizado y solo podía mirar desconcertado su acto errático. - ¡¿Por qué me miras así?! ¡¿Por qué no hiciste nada por evitarlo ni remediarlo! - Desquiciada reprendía. - ¡Basta, cálmate! - Gritaba desesperado. - ¡Cobarde, no sabes lo que tu debilidad me costó! Con su cordura al borde de partirse y sus ánimos al borde de quebrarse refugió su cabeza bajo sus brazos esperando lo peor cuando escuchó el momento exacto que ella se abalanzaba sobre él. -¡Eres un desagradecido! – Grito carcomida por la ira. - ¡¡¡ESPERA!!! - Gritó Dylan... Y en ese instante se despertó con un brinco cayendo estrepitosamente de la cama. Agitado en el suelo trataba de recuperar el aire y se quedó acostado en el suelo, enredado entre las sábanas por unos minutos hasta que recuperó el aire y se sentó sobre la cama. Su mente estaba aturdida todavía y aún no asimilaba del todo la pesadilla. - De nuevo... Otra vez esa maldita chica en ese maldito lugar. Se suponía que no iba a pasar más - Al aire manifestaba para desahogarse. Se tomó el rostro y empezó a refregar con sus manos el mismo,viéndose muy agitado. Miró a su alrededor contemplando la pequeña habitación de motel que alquiló para pasar la noche. Aún estaba a oscuras salvo por la luz que se filtraba por los orificios de una persiana cerrada. Volteó la vista al reloj en la pared, marcaba las 8:40. - Agh... Creo que aún puedo dormir un poco más. - Pero recordó ver la habitación y el completo desorden en el suelo. - ¡¿Cómo puede haber tanta ropa fuera de los bolsos?! - Exclamó para levantarse de la cama y empezar a ordenar sus pertenencias, no sin antes poner música a leve volumen en la radio. Pasaron los minutos y algo apurado se arregló para salir a la calle e ir hasta la estación de trenes. Aún con la turbulenta pesadilla rebotaba en su cabeza y ciertas interrogantes se generaron. - ¿Por qué de nuevo? Pensé que hace una semana había sido el último, en la casa de mis padres... - Pensaba mientras caminaba con cierto apuro. - Ese horrible rostro que si lo pienso ¿Que le habrá pasado? Como sea, no puedo permitirme seguir perdiendo el tiempo. Espero y que lo que Adrián me haya contado sea cierto. Me entusiasma la posibilidad de trabajar allí, que mi paso sea confortable y poder crecer, ganar experiencia de cara al futuro. - Se decía con optimismo. - Hmm... Creo que ya estoy a menos de una calle si no me equivoco - Dijo al aire, orientándose en las calles. Caminó por algunos minutos más hasta finalmente llegar a la terminal la cual lucía inmensa desde unas calles a la distancia. Lo que no esperaba era la prolija presentación puertas adentro del edificio que lucía una moderna decoración clara y agradable a la vista, algo sencilla constante de recurrentes blancos y azules pero efectiva. Locales de comida y recuerdos, ambiente calefaccionado y seguramente acondicionado y suelos prácticamente relucientes que los guardias pisaban en puntos estratégicos. Caminó un tramo más lento para contemplar su entorno hasta llegar a la plataforma de salida, allí un guardia estaba custodiando la entrada al vagón y Dylan se acercó hacia él. El uniformado comprendió sus intenciones al ver sus bolsos a cuesta y le extendió una mano abierta. - Su pasaporte y documentos, por favor... - Claro. Solo deme un segundo - Dijo pidiendo un momento para hurgar y palpar sus bolsillos los cuales sintió vacío. - Uh... Aguarde un poco más. Seguro deben estar por aquí - Expresó un poco nervioso revolviendo un poco su mochila. Escuchaba el ruido de unos pasos pero no estaba en condiciones de prestarle atención hasta que una mano tocó su hombro. - Disculpa ¿Esto es tuyo? - Preguntaba una voz femenina. Dylan dejó la mochila y se volteó a mirar quien le hablaba y era una chica linda, de casi su misma altura y edad, tez clara, ojos verdes cuyo cabello levemente ondulado de tonalidad castaño clara descansaba sobre sus hombros y caía por su espalda. Vestida con una campera lisa bordó, pantalones negros y calzado marrón claro. Ella con su mano extendida le acercaba el boleto junto al documento. - S-si, es mío. - Se limitó a decir cuando tomó sus cosas, pero el rostro de la chica le resultaba familiar. - Un momento ¿Lorraine? - Huh... ¿Dylan? - Re preguntó ella con un gesto algo curioso arqueando una ceja. - Me sorprende verte por aquí. Lo que no lo hace es tu descuido tan intacto. - Bah. Luego te acostumbras ¿Que haces por aquí? - Le preguntó Dylan esbozando una tenue sonrisa. - No demasiado. Solo acompaño a alguien por la entrega de algo ¿Tu que haces por aquí? No te he visto en años. - Expresó con cierta tibieza y desinterés en sus palabras. - Solo voy a ver a mi tío por una propuesta de trabajo. Ya sabes, me interesa meterme a ese mundo y ganar experiencia aunque no se si lo comprendes - Dijo amigable. - Francamente me tiene sin cuidado, pero suerte con ello. Yo debo irme, Nadia me espera... - Dijo Lorraine cuando empezó a caminar pasando de él. - De acuerdo, me hubiera gustado hablar contigo un poco más. - Expresa algo desilusionado.- Por cierto ¿Quien es Nadia? - A quien estoy acompañando... - De acuerdo, nos vemos. - Despidió Dylan a su compañera pero disconforme con el trato, breve pero insípido. - Qué agradable te volviste Lorraine - Pensaba con ironía viéndola alejarse. - Señor... - Avisaba el guardia que aún de pie aguardando por Dylan. - ¿Eh? Lo siento, aquí tiene. Finalmente Dylan acercó la documentación y papeles necesarios para abordar el tren. Allí adentro se buscó un asiento apartado pero tranquilo donde su única compañía sea (además de su móvil) la ventana con vista al paisaje. - He avisado a Adrián que llegaría en unas 3 o 4 horas. Espero y se acuerde. Que yo sepa era alguien olvidadizo y muy distraído, más le vale llegar a horario. - Se dijo Dylan por dentro, acomodándose en su asiento. Durante el camino varios pensamientos llegaban y se cruzaban en su cabeza. Especulaciones y expectativas sobre todas las cosas ¿Su tío será el mismo desde la última vez o habrá cambiado mucho? ¿Todavía vivirá en la casa que recuerda? Algunas otras preocupaciones surgían sobre si tenía que moderar su vocabulario o cuales precauciones tiene que tomar a la hora de tratar con la gente que trabajaría pero además ¿Por qué no pensar en la posibilidad de quedarse a vivir allí? Entre otras cosas pensó durante su viaje el cual culminó en el atardecer y pese al cansancio sus ánimos se encontraban muy elevados. Cargó su equipaje al bajar del vagón y se adentró en esa terminal, encontró unos bancos próximos a la salida y se sentó a esperar pacientemente a su pariente. A quien esperaba pacientemente... - ¿Donde estará? Ya casi es media hora más tarde de la hora pactada... Por favor, que no se haya olvidado. Apenas tengo batería en el móvil - Imploraba por dentro esperando que Adrián no haya tenido otro lapsus de olvido. - Perdón la demora sobrino. Hubo dificultades con el auto y tardé más de lo esperado... - Expresó una voz masculina cerca suyo. - ¡¿Eres tú?! - Exclamó y rápidamente se volteó... Para su decepción era solo un desconocido. Ese sujeto y quien parecía ser su sobrino lo miraron extrañados unos minutos y Dylan fingió una sonrisa. Ambos desconocidos se miraron entre sí y se alejaron del joven. - ¡Esto es una broma! - Gritó fastidiado el joven, no podía creer que estaba en medio de un lugar casi desconocido para él y su tío no daba muestras de vida. - ¿Sobrino? ¿Me estabas esperando? ¡Soy yo! - Habló otra voz masculina pero en un tono más relajado y amigable. Dylan se volteó y miro a quien habló, un hombre de alrededor de 37 años, poco más alto que Dylan. Pelo marrón oscuro, levemente despeinado. De tez intermedia cuyos ojos avellana eran acompañados por ojeras de cansancio. Su rostro denotaba una barba sin afeitar hace unos días y vestía un suéter verde grisáceo del cual asomaba un cuello de camisa blanca. Su pantalón café claro y mocasines negros. - ¿Tío Adrián? - El único e irrepetible - Contestó Adrián despreocupado. - ¡¿Por qué demoraste media hora para venir?! - Reclamaba Dylan. - ¿Solo media hora? Bueno, hombres ocupados requerimos de una siesta de vez en cuando. - Explicaba Adrián bostezando todavía. - Venga Dylan, un abrazo para tu tío ¿O el tiempo te volvió más seco que el desierto? - Con una leve sonrisa Adrián extendía sus brazos. - Ja... Es difícil enojarse contigo tío. - Expresó Dylan serenándose y abrazando a su pariente por unos momentos. - Bueno ¿Nos vamos? - Si, pero no me dejes solo cargando estas cosas. - Dijo Adrián cuando cargó el bolso más pesado bajo su brazo. - Mira que la edad nos atropella como a todos y no estoy para cargar. - Tío... No es para tanto - Responde en tono aburrido tomando sus cosas y dirigiéndose hacia el estacionamiento donde estaba el coche de su pariente, cargaron los bolsos y partieron rumbo a su casa en un viaje de poco más 10 minutos. Una vez el auto estuvo guardado en el garaje ambos ingresaron a la casa y al encender la luz... El desorden que Dylan descubriría. El desorden y desparramo de papeles por toda la sala tomó desprevenido al muchacho quien perplejo con la mirada recorría cada mueble en la sala con papeles en su base, a veces cajas sobre otros como en los sillones y otras tapando la televisión. También alcanzaba a distinguir un escritorio colapsado de más papelerío sobre y un ordenador portátil asomando por este. - No te preocupes sobrino. Todo esto ya tiene un lugar para ser movido - Aseveraba fingiendo seguridad.- Estem... Solo ve al pasillo y es en la segunda puerta de la izquierda, es por allá ¡Si! y te recomiendo pisar por donde los papeles están más aplastados, es un sendero a si que deberías verlo - Indicaba Adrián a su sobrino. - Juro que a la primer rata, cucaracha o restos de comida duermo afuera - Pensaba Dylan con repulsión mientras con cuidado atravesaba la sala hasta que finalmente llegó a la puerta indicada y la abrió. A diferencia de la sala la habitación se encontraba bastante prolija, era simple pero relativamente agradable pintada de un gris claro relajante, con una única ventana que daba a la calle y un ventilador de techo. En las paredes en fila se encontraba un ropero, unos estantes con marcos de fotos y un escritorio. En una esquina estaba guardada una estufa y contra la pared del otro lado la cama donde solo estaba el colchón y la almohada, seguramente por su poco uso no era necesario tenerla armada todo el tiempo. Había una leve capa de polvo apenas perceptible a la vista. Revisando un poco más en el estante notó las fotos que habían en los cuadros, sus padres solos y con Dylan, su tío Adrián con su tía y otra de los adultos juntos. Sin embargo uno de ellos estaba vacío y ciertamente generaba intriga... Pero su calma para maquinar alguna teoría se terminó cuando su tío abrió abruptamente la puerta. - ¿Necesitas algo sobrino? - Le preguntó sin prestarle importancia a la brusquedad de su entrada. - Ah... Salvo unas sábanas no creo que mucho más... - ¡De acuerdo! Salen unas sa... - ¡Aguarda un segundo tío! Ah... Por cierto ¿Por qué hay un marco de fotos vacío? - Preguntaba indicando el mismo y la reacción de su pariente fue curiosa. Se mantuvo en silencio unos momentos mirando el recuadro y luego levantó los hombros por un instante. - Neh, seguramente habré perdido la foto que iba allí. Por cierto, ahora que lo recuerdo tus sábanas estarán listas en la noche. Espero y no te moleste esperar... - Claro que no, por cierto ¿Donde están mis cosas? - Las dejé en el pasillo porque debo hablarte más a detalle sobre esta propuesta que sí... La guardé con mucho misterio - Comenta con una breve risa. - Mi descuido... - De todas formas me lo dejaste bastante claro, con lo que sabía acepté encantado la idea de hacer guardia como duelista aunque no se como lo tomaron mis padres aun con los riesgos que conlleva. - Pfft... Solo modifique un "poco" la versión. - ¿Eh? Espera, tu... - Cambios menores, solo omití los suficientes detalles - Dijo con una risa nerviosa. - Ya sabes, mi hermano es muy estricto con esas cuestiones pero alguna vez tienes que salir a encontrarte con la calle ¿No es así? - Decía no muy convencido. - Ya comprendo, de todas formas mamá y papá me verán sano y salvo al volver ¿No es así? - Por supuesto, allí con la seguridad al personal somos exigentes. Solo podría pasarte algo grave si es una situación que nos supera... Pero eso es casi imposible que ocurra - Dice Adrián con una sonrisa restando peso a la cuestión. - Si... Bueno, me hablaste maravillas del trato y cuidado hacia quienes trabajan allí. Si pueden cumplir con una parte creo que puedo estar muy tranquilo. - Es que todo se te va a garantizar... Por cierto, quiero hablar más a fondo de la cuestión ¿Trajiste tu baraja? - ¡Claro que si! - Decía Dylan mostrándosela a Adrián quien levantó el pulgar. - Bien... Sígueme al patio trasero así hablamos en un entorno más generoso. Dylan guiado por su tío salieron al exterior y allí afuera Adrián se detuvo, con un dedo apuntando al cielo y con una pregunta que vino a su cabeza. - Otra pregunta ¿Sabes quien es el profesor Excelsior? - Me dijiste que es un reconocido arqueólogo, que tiene su centro de investigación, búsqueda y recuperación y estaba en la búsqueda de una civilización de... Tecnología extraña y su nombre era Klamal ¿Verdad? - Con cierta inseguridad expresaba Dylan. - Mejor no lo pudiste decir muchacho y necesitamos duelistas para "Despejar el camino" Pues una banda de inadaptados estanca la investigación, expulsando, atacando al personal y vandalizando los instrumentos y equipos. En donde se hace la exploración por alguna razón solo mediante duelos podemos defendernos y ellos de alguna forma atacarnos. Se han reclutado duelistas y todavía nos quedan algunos cupos y pensé que te podía interesar, luego me contestaste y luego hablé con tus padres y luego... - Entendí tío, no es necesario explayarse más. - Dijo Dylan deteniendo las palabras de su pariente. - De acuerdo... El punto y te lo pregunto otra ves pero dímelo con sinceridad y a la cara ¿Quieres hacer esto aún con todo lo que conlleva? No solo riesgos, sino también la responsabilidad. Quizás para alguien de 17 años como tú pueda ser mucho y no quiero colapsar tu cordura en solo 2 días - Expresa Adrián con seriedad. - ¿Estas seguro? - Quiero hacerlo, quiero probarme y empezar a construir mi futuro ¡Claro que estoy seguro! - Manifestó determinado. - Más vale que mantengas tu palabra. De todas formas si en algún punto la situación te supera puedes quedarte unos días de vacaciones, ya sabes. La comida es buena solo en los restaurantes del centro, en la playa son caros y a veces las porciones son chicas. Por cierto, la playa es hermosa así como las chicas que algunas son MUY bonitas ¿Sabes? Pero si no eres fanático de la playa siempre puedes ir al centro, lleno de tiendas y lugares entretenidos como fiestas, eventos para todo gusto pero cuando todo falle siempre puedes darte una vuelta por el bario. De hecho hay gente agradable y curiosa, por ejemplo un sujeto a 2 calles de aquí estuvo en prisión y no sabes las anécdotas de mercado negro y sobre... - ¡Ya entendí Tío! - Frenaba en seco el múltiple bombardeo de información que Adrián le brindaba. - Solo quiero que sepas que haré todo lo posible por estar allí ¡Lo prometo! - Aseveró Dylan provocando que Adrián asintiera con una sonrisa. - Ahora... ¿Trajiste tu disco de duelos? - Hmm... No. El hombre se acercó hasta unas cajas que tenía ahí afuera y sacó dos discos de duelo, uno en buenas condiciones que se colocó de inmediato y otro algo sucio con fisuras en su armazón y algunos parches al rededor de distintas zonas, este se lo arrojó a Dylan. - ¿Por qué me das este? Soy tu invitado y merezco algo mejor... - La vida siempre es dura. Regla número uno, adaptarse a lo que nos de la vida. Como yo me tuve que adaptar a los ambientes no climatizados en los torneos locales de mi época. - ¡¡¡DUELO!!! Dylan 4000 Lp Adrián 4000 Lp - Empiezo yo y colocaré dos cartas boca abajo, será todo por ahora. - Dijo confiado. - Bien... Comienzo mi turno invocando al Fuerza Maquinaria Mega Taladro en modo ataque ( 1900/800 )... - No tan rápido sobrino, activo Llama del Inframundo y cuando invocas normalmente un monstruo lo destruyo y robo 1 carta. - Responde Adrián confiado. Una feroz llamarada desintegró al monstruo de Dylan en un abrir y cerrar de ojos, luego Adrián mirando desafiante a su sobrino toma una carta. - Tsk... Pensé que me estabas engañando como a veces hacías colocando cartas inútiles. No me confiaré de nuevo porque activo Emboscada Maquinaria y cuando un monstruo "Fuerza Maquinaria" deja el campo invoco uno cuyo ataque sea menor y selecciono al Fuerza Maquinaria Incinerador ( 1700/1600 ) quien una vez por turno, enviando la carta de la cima de mi baraja destruyo una carta mágica o trampa en tu campo y te inflijo 400 puntos de daño. - Decía Dylan activando el efecto de su monstruo, quien con una breve pero contundente llamarada eliminó la carta restante. Adrián 4000 > 3600 Lp - Destruiste la Estatua del Malvado y al ser destruida invoco una ficha Malvada especialmente que estará en modo defensivo... Ficha Malvada ( 1000/1000) - Je... Veo que lo esperabas después de todo ¡Ataca a esa ficha Incinerador! - Ordenó Dylan a su carta nuevamente. El Incinerador nuevamente disparó una llamarada aun más intensa que borró la existencia de la ficha. - Termino mi turno dejando 2 cartas boca abajo. Adrián robó otra carta pero no parecía demostrar incomodidad. - Si no controlo monstruos en mi campo invoco especialmente al Peón del Inframundo ( 300/0 )y lo equipo con la Garra Metálica para incrementar en 400 su ataque ( 300 > 700 ) - ¿Por qué te molestas en aumentar su fuerza cuando aún no es suficiente? - Cuestionaba Dylan. - Todavía debo terminar mi turno y si no es problema activo Pacto Doloroso y primero tributo un monstruo en mi campo tipo Demonio. Luego añado otro de atributo oscuridad cuyo ataque sea 1000 o menor, barajo mi deck y robo una carta. Con la desaparición del Peón también lo hará la Garra Metálica - Explica Adrián. - ¿Por qué envía a su monstruo equipado? Podría hacerlo y guardarse la carta de equipo... - Pensaba Dylan, alerta a su jugada. - Añadí al Fugitivo del Inframundo, pero antes activo el efecto del Cabo del Inframundo a quien invoco especialmente si este turno tribute un monstruo tipo Demonio. Además al ser invocado gana ataque igual al ataque del último monstruo Demonio que fue tributado al momento de serlo ( 400 > 1100/ 0) y luego activo el efecto de la Garra Metálica. Desterrando esa carta aumento en 400 el ataque de un monstruo en mi control y solo controlo uno ( 1100 > 1500 ) Ahora sacrificaré al Cabo para invocar por tributo al Nivel 5, Fugitivo del Inframundo ( 800/800 ) - Es... Más débil todavía - Decía un Dylan confuso. - Primer consejo para los duelos Dylan, el poder de ataque es solo una parte del potencial de los monstruos, también cuenta su efecto y el Fugitivo del Inframundo al ser invocado por tributo gana ataque igual al monstruo tributado, de manera adicional gana 400 puntos más por cada monstruo sacrificado hasta ese momento. Como sacrifiqué dos veces este turno gana 800 puntos más todavía. Junto a eso, mientras esté en campo no puedes activar cartas de juego rápido. Fugitivo del Inframundo (800 > 3100) - ¡Maldita sea! - Lamentó Dylan. - No solo superó mi carta en fuerza sino que anuló una de mis cartas boca abajo... - ¡Ataca! – Ordeno Adrián a su monstruo. - ¡Activo mi carta de trampa de Prisión Dimensional! Si un monstruo tuyo ataca, puedo desterrarlo. - Respondo activando la carta de juego rápido Ímpetu del Inframundo y cuando activas una carta mágica o de trampa durante durante un ataque, niego esa carta y la destierro. Además no puedes responder a este efecto. - Que oportuno de tu parte – Decía un impotente Dylan al no poder hacer mucho más. El Prófugo del Inframundo se abalanzo sobre Incinerador destruyéndolo y haciendo volar sus partes por todo el campo. Dylan 4000 > 2600 Lp - Venga Dylan, no recordaba que eras tan malo ¿O tienes más ganas de pasear? - Provocaba Adrián. - Aún no estoy jugando en serio - Decía confiado. - Lo haces mucho mejor de lo que esperaba, un monstruo de 3000 puntos y yo sin cartas en el campo. - Sobrino si en realidad tienes solo esto... No tienes nada en realidad ¡Puedes hacerlo mejor! - Expectante Adrián pensaba, creyendo en su sobrino por una respuesta. - ¡Invoco a Fuerza Maquinaria Comandante Metálico! ( 1100/1400) y se activa su efecto al ser convocado puedo convocar otro monstruo Fuerza Maquinaria Nivel 4 o menor de mi mazo ¡Adelante Fuerza Maquinaria Guardián en modo Defensa! ( 600/800 ) - ¿Nada más? - No porque se activa el efecto de Guardián y si es invocado desde la baraja puedo invocar tantas copias sea posible de mi mazo y mano ¡Ambos aún permanecen en mi deck! - Señaló cuando otros dos mecanismos aparecieron en la batalla. x3 Fuerza Maquinaria Guardián( 600/800 ) - Sin embargo aún Comandante está en ataque y en el próximo turno será mi principal blanco para dañarte. Espero y seas consciente de ello. - Pero voy a cambiar eso ¡Activo Polimerización y fusiono a mis 3 Fuerza Maquinaria Guardián! ¡Aparece Fuerza Maquinaria Guardián Gigante! ( 2200/1500 ) Un enorme guerrero metálico llegó al campo, armado con una espada en una mano y protegido por un escudo de hierro en la otra iba a dar batalla. - Es una carta impresionante en fuerza y tamaño pero aún hay distancia frente a mi Fugitivo del Inframundo ( 3100 ) - ¿No recuerdas lo que dijiste? ¡El ataque es solo una parte! Mediante el efecto del Guardián Gigante destierro a un Fuerza Maquinaria, en este caso uno de los tres Guardián y cambio la posición de batalla de tu monstruo y el Fugitivo del Inframundo ahora está en defensa. Fugitivo del Inframundo ( 800 ) - Esto no va a terminar bien... - ¡Ataco con el Comandante Metálico para destruir a tu carta y luego Guardián atacará directo! Comandante Metálico necesitó de un ataque para terminar con el Fugitivo y luego el Guardián Gigante con su espada atacó a Adrián. Adrián 3600 > 1400 Lp - Ja ja ja... ¡Eso esperaba de tí! - Celebró Adrián como reconocimiento. - Dejaré 1 carta boca abajo y finalizo mi turno. - Bien Dylan me pusiste en aprietos y por más pariente mío que seas no voy a perder porque sí. - Pensó con entusiasmo tomando su carta, recobrando un espíritu duelista que pocas veces sentía propio. - De acuerdo activo la carta mágica de campo Puerta al Inframundo y si no controlo monstruos por descartar una carta de mi mano invoco a un monstruo Inframundo nivel 4 o menor desde mi baraja ¡Adelante Escolta del Inframundo en posición defensiva! ( 200/1800 ) Por su efecto al coste de 500 puntos de vida devuelvo 2 monstruos Inframundo del cementerio al mazo y robo una carta... Adrián 1400 > 900 Lp - Los duelistas expertos tenemos una estrategia para todo y en todo momento - Dijo con confianza después de ver su mano. - Por supuesto, múltimple sub campeón regional - Mofaba Dylan. - ¡Hey, tiene su merito! - Reclamaba. - De todas formas activaré la carta descartada y era la Trampa Lamento de los Arrepentidos y puedo retirarla del juego para que un monstruo de tu control pierda la mitad de puntos de ataque ¿El afortunado? Guardián Gigante. - Indicó. Guardián Gigante ( 2200 > 1100 ) - Pero ahí no termino porque invoco al Mutilador del Inframundo ( 500/500 ) y si batalla contra un monstruo cuyos puntos de ataque son distintos a su ataque original puedo destruirlo sin cálculo de daño y la diferencia de ataque entre mi monstruo y si lo destruye la diferencia entre el ataque actual de mi monstruo y el ataque actual del tuyo lo tomas como daño por efecto ¡Ataca! - Respondo usando mi carta boca abajo ¡Carta de Juego Rápido Reacción Automática! Si un monstruo Fuerza Maquinaria fuera a ser destruido por un efecto o batalla lo evito y además tu tomas daño igual a su nivel por 300, siendo 6 el nivel de Guardián tomas 1800 puntos de daño ¡Gané este duelo! - Exclamó Dylan energético. - ¡No mientras esté la Puerta del Inframundo! Si controlo monstruos Inframundo una vez por turno niego la activación de una carta mágica o de trampa, destruirla e infligirte 500 puntos de daño. - Replicó Adrián. El enorme Guardián Metálico Cedió ante la potente embestida del Mutilador. Dylan 2600 > 2000 Lp - No se quedara así ¡Carta de Trampa de Llamada del Embrujado! Puedo traer nuevamente al Guardián Gigante (2200) - Ngh... Termino mi turno. - ¡Robo! Ahora uso el efecto del Guardián Gigante y destierro a otro Guardián para cambiar a tu Escolta a posición ofensiva... - ¡No si uso su efecto! Lo tributo y hasta el final del turno un monstruo tuyo no podrá atacar ni cambiar su posición de batalla... - Eso no evita que el Comandante si pueda atacar ¡Golpea al Mutilador ya que tus puntos no se cambiaron! El Comandante Metálico nuevamente golpeó a un monstruo de Adrián y sin mucha resistencia logró derrotarlo. Adrián 900 > 300 Lp - Dejo una carta boca abajo y termino mi turno. - Vaya... Veo que no eres malo después de todo. Tienes cosas por mejorar pero estás en condiciones - Reflexionaba Adrián robando su carta.Al robarla sintió que estaba de nuevo en el duelo y con chances de ganar - ¡Es el momento! Activo nuevamente el efecto de La Puerta del Inframundo y descarto una carta en mi mano para invocar especialmente desde mi mazo al General del Inframundo ( 0/500 ) y por su efecto, una vez por turno puedo invocar un monstruo Inframundo de mi cementerio, pero en el final de mi turno regresará a mi mazo... - ¡No tienes nada útil en el cementerio! - Le señaló Dylan. - No tengo nada... Excepto la carta que mandé al cementerio ¡Aparece Dragón del Inframundo! ( 2000/500 ) Ante todos un Dragón Oscuro con ojos morados se alzó ante la vista de todos. - Bien... Ya está aquí mi carta favorita y se activa el segundo efecto del General del Inframundo quien una vez por turno destierro un monstruo Inframundo para incrementar en 1000 el ataque de un monstruo Inframundo en mi campo. Destierro al Mutilador y ahora ¡Aumenta tu fuerza Dragón! ( 2000 > 3000 ) - ¡Es impresionante! - Exclamó Dylan al ver el Dragón superar al Guardián Gigante (2200). - ¡Ataca Dragón del Inframundo con llamarada explosiva! - ordenó Adrián. El Dragón del Inframundo levantó vuelo y desde el cielo arrojó una intensa llamarada violeta haciendo explotar en varios pedazos la carta de Dylan. Dylan 2000 > 1200 Lp - ¡Fue un gran movimiento! - Emocionado reconoció Dylan. - Pero no fue suficiente ¡Mi última trampa! ¡Golpe Vengativo! Retirando del juego un monstruo, en mi caso Incinerador, tomarás daño igual a sus puntos de ataque (1700) durante el final de tu turno y no puedes responder a la activación de esta carta. Con esto la victoria es mía... Una sonrisa confiada se dibujó en el rostro de Adrián, quien cruzó sus brazos. - Me temo que cantaste victoria muy rápido sobrino... - ¡¿Cómo dices?! - Cuando el Dragón del Inframundo destruye por batalla un monstruo tu tomas daño igual a sus puntos de ataque... - Ay no... El Dragón del Inframundo sostenía con su mandíbula el escudo del destruido Guardián Gigante y lo dejó caer al lado de Dylan, provocando un estruendoso golpe. Dylan 1200 > 0 Lp - Agh... Maldita sea - Lamentó Dylan golpeándose la frente con la palma. Adrián se acercó a su derrotado sobrino y apoyó su mano sobre su hombro, a su vez que los hologramas desaparecían. Entonces Dylan soltó una leve carcajada. - Fue un gran duelo después de todo... ¡Casi te gano! Además que el cansancio influyó bastante - Decía Dylan tratando de convencer a su tío. - Lo hiciste bien muchacho, nada que reprocharse. - Creo que fue un buen duelo pero eso si ¡No niegues que casi te gano este duelo! Y también considera el cansancio ¿eh?– dijo Dylan tratando de convencer a su tío. - Hey, fue un gran duelo. Nada que reprocharse... - Bueno, siempre he tenido confianza en mi baraja. Se que mis cartas hacen todo lo que pueden aunque las cosas salgan bien o mal, si hay esfuerzo y voluntad creo que todos salen ganando ¿No crees? - Dijo Dylan optimista caminando hacia la casa. - Inteligentes palabras sobrino ¡Me alegra que pienses así! - Exclamó agitando el puño con euforia. Para luego ser invadido por un sentimiento nostálgico viendo a su sobrino caminar solo hacia la puerta. - Ojala esa fe hubiese sido todo lo necesario ese día. - Susurró Adrián en un tono bajo. - ¿Qué pasa tío? – Preguntó Dylan al notar que Adrián se detuvo. - ¿Eh?... ¡Nada! ¿Quieres ordenar algo para comer o prefieres que cocine algo? - Prefiero ir a lo seguro y ordenar algo - ¡Hey que trabajé en varios restaurantes como cocinero! ¿Te piensas que soy tan vago para ordenar cada comida? - Expresó al ser sus habilidades en la cocina cuestionadas. - Eso explica varias cosas… - Ya entra antes de que te mande a dormir en la calle– Concluyó en tono bromista.