Harry Potter Del amor al odio hay un solo paso [Draco x Hermione]

La gravedad no es responsable de que la gente se enamore
-Albert Einstein



El rocío matutino cubría con su brillante tela de araña los jardines y entradas de Hogwarts transmitiendo, como si de un poderoso hechizo se tratase, el buen humor en los alumnos y maestros que comenzaban a levantarse con el embriagante olor proveniente del gran comedor. Ya faltaba poco más de un mes para que llegaran las vacaciones de verano, ya faltaba poco más de un mes para dejar aquellos libros en un baúl donde seguramente se olvidarían entre el polvo. Muchos estudiantes no veían la hora para reunirse con sus familias, algunos otros, un poco más perezosos, no podían esperar para aquel descanso de tantas tareas y responsabilidades y finalmente algunos estudiantes que pertenecían a un grupo reducido de entusiastas, esperaban ya ansiosos el inicio del siguiente año, ya que esto significaba un avance en sus estudios, nuevos hechizos, nuevos conocimientos. A este reducido grupo pertenecía una chica de largos cabellos castaños que se rizaban en las puntas, con grandes ojos cafés y una figura envidiable. Hermione era una chica intelectual y hermosa a su manera.
En los pasillos animados grupos formados en su mayoría por alumnos de primero comentaban todas sus experiencias en el año, algunos chicos se dirigían a sus clases en parejas y otros salían disimuladamente del castillo dispuestos a saltarse una que otra hora de estudio. Aquel ambiente animado le gustaba a Hermione y no pudo reprimir la media sonrisa que se dibujo en sus hermosos labios rojos mientras caminaba hacia el gran comedor con sus libros bajo el brazo. En el ambiente flotaba un leve aroma que la chica respiró extasiada.
<< Pasto recién cortado… >>
Ese día apuntaba claramente a ser excepcional. De la puerta del gran comedor se veía salir a muchos chicos cargados a más no poder de las golosinas que Hogwarts ofrecía cada mañana de desayuno a sus alumnos, de entre ellos, una cabellera color zanahoria resaltaba entre todas las cabezas de los alumnos. Ron se acercó a Hermione con ambas manos repletas de pastelillos y visiblemente satisfecho.
- Mira todo lo que hay de desayuno – Le dijo a modo de saludo
- ¿Es necesario llevártelo todo?- Aunque la bruja estaba de buen humor su carácter con el chico pelirrojo siempre era el mismo, comentarios sarcásticos y un poco en burla.
- Los de Slytherin están arrasando con todo, y con eso me refiero a Goile.- Dijo el mago encogiéndose de hombros y riéndose por lo bajo.
En eso unos niños pasaron corriendo violentamente al lado de Ron y al chico se le cayeron todos los panes que hasta ese momento había logrado mantener en equilibrio tan hábilmente.
- ¡Mira lo que has hecho Ron!- Le reprimió Hermione al tiempo que se agachaba a recoger la comida escondiéndose de la mirada reprobatoria que les lanzó un prefecto desde el otro lado del pasillo.
- Si no ha sido mi culpa- Se defendió Ron casi en susurros.
- Entonces, ¿De quién es?, no deberías cargar tanto al mismo tiempo era inevitable que esto…- La voz de la castaña se cortó de pronto al sentir la mano del pelirrojo bajo la suya.
Ambos levantaron lentamente la cabeza para quedarse viendo a los ojos. Hermine sintió como todo su cuerpo comenzaba a fallarle en aquel mar de sentimientos que comenzaba a notarse en forma de rubor en sus mejillas.
- Pero miren que par de tortolitos tenemos aquí. –Aquella burla destruyó el momento mágico que se había creado entre ambos y Hermione se apresuró a alzar la vista para toparse con la mirada burlona y penetrante de unos ojos grises. El sueño de aquella mirada llevaba el cabello rubio peinado hacia atrás y su pulcro uniforme muy bien planchado y lavado.
- Desaparece Malfoy- Amenazó Ron rojo de ira y vergüenza.
- Quien eres tú para decirme eso Weasley – Le respondió Draco con un marcado desprecio en su voz- Será mejor que te quites de mi camino y…- Volteó a ver a Hermione- Te lleves a esa sangre-sucia de aquí.
La bruja sintió como los colores se le subían a las mejillas de impotencia y resignada decidió levantarse para marcharse de allí. La chica se incorporó y con los dientes apretados de furia dio un pisotón al suelo, con tan mala suerte que pisó uno de los pastelillos de Ron, y perdiendo el control calló en el suelo roja de vergüenza entre las risotadas de Malfoy y otros estudiantes que pasaban por allí.
- ¡Que torpe eres Granger!- Se burló Draco sin dejar se reírse y utilizando ese tono tan propio de él.
La joven bruja sintió como el odio y la impotencia crecían dentro de ella mezclándose con la vergüenza. Sintió como su mano se cerraba casi inconscientemente y sin darle tiempo a ninguno de los presentes de esperar su reacción, le levantó con una agilidad prestada del orgullo y rápidamente descargó su puño en el rostro del rubio platino quién cayó al suelo aturdido y con la nariz sangrando.
- ¡Maldita sangre.-sucia inmunda!- gritó este cubriéndose con ambas manos su nariz mientras sus amigos le ayudaban a levantarse.- ¡Me las vas a pagar!- Y diciendo eso salió corriendo rumbo a la enfermería perdiendo toda la “majestuosidad” con la que había aparecido.
________________________________________________-
Pasaron 3 días y Draco no se dejó ver por la escuela, muchas chicas de Slytherin no paraban de hacer visitas a la enfermería sin olvidarse claro, de lanzar a Hermione una mirada de desprecio cuando se cruzaban con ella.
- Creo que te has pasado un poco- Le dijo un día Harry mientras cenaban en el gran comedor.
- No me he pasado, esa víbora se lo merecía y además, apuesto a que ya está bien, solo que es tan orgulloso que no se va a dejar ver por los corredores con una bandita en la nariz.
- Seguro que ya está bien, si la enfermera es buena en narices rotas, pero eso no quita que te hayas pasado. Le has roto la nariz, y quizás… – Recomendó este sin levantar la vista de su plato. – Deverías disculparte…
- ¿Te pones de SU parte?, ¿De parte de Draco Malfoy?.
Con eso la orgullosa Hermione dio por terminada la conversación , se levantó y se marchó del comedor dejando allí a un Harry confundido.
- ¿Qué voy a pedirle yo disculpas a ese desgraciado?- Hermione hablaba consigo misma corriendo por los pasillos desiertos- ¡Si es él quien debe pedirme perdón, fue el quien empezó todo!
La chica de pronto paró en seco, confundida, no estaba en su sala común, sus pasos la habían conducido frente a la enfermería del colegio. Quiso dar la vuelta y marcharse de allí, pero la voz de su amigo resonaba en la cabeza y después de pensárselo un poco, reanudó su marcha hacia la enfermería sabiendo que se arrepentiría de eso.

 

Cap. 2:
Muchas gracias por los ánimos, a mi con un simple “me gusta” me hacen feliz n.n. Una cosa, voy a tratar de no meterme en las personalidades de Draco y Hermione pero si algo se me pasó díganme por favor :D.



"Y no pienso vivir mi vida, como un sumando más, y aún cuando me fuera contigo, no soy la chica que crees que soy."
- Amanda Palmer




Hermione entró en la enfermería arrastrando los pies por temor a despertar a alguien. Llamó a la enfermera pero nadie respondió. Y convencida de que todo el mundo estaba dormido se dio la vuelta dispuesta a irse de allí no sin antes soltar un suspiro de alivio ya que la simple idea de tener que hablar seriamente con el Slytherin no se le antojaba buena.
-
-¿-Pero qué quieres aquí sangre sucia?- La voz era profunda y cargada de un odio infinito. La bruja se giró hacia quien le hablaba, ella ya sabía que solo una persona en todo Hogwarts tenía aquel frío timbre de voz.
- -Malfoy , ¿dormías?
- -Como tú lo has dicho estaba durmiendo hasta que viniste a despertar a toda la enfermería- Le replicó el con un tono de reproche que la chica ya se sabía de memoria.

Hermione se planteó el pedir perdón por despertarlo pero llegó a la conclusión de que aquella serpiente apenas merecía la disculpa que la había llevado hasta allí.

- -¿Y la medimaga?- Preguntó la castaña ignorando cualquier comentario anterior.
- - Yo que voy a saber, vete ya Granger, deja descansar.

El carácter grosero de Draco era algo que la chica no aguantaba por mucho tiempo y perdiendo los estribos le respondió.

- -¡No me voy! Y además, ¿Por qué llevas ya días sin ir a clases?, eres un exagerado Malfoy.
- -Yo ya no voy a clases porque una sangre sucia me partió la nariz- Le recriminó él.
- -¡Pero si ya no tienes nada víbora!

Era verdad, la nariz del chico estaba totalmente curada, sin rastros de aquel golpe que le había propinado la chica.

- - …Aggg ¡vete ya Granger!- El chico se dio cuenta de que ya no tenía nada con que defenderse y se giró tendiéndose nuevamente en la cama y echándose la manta por encima.

- -¡No!, ¡Yo que venía a disculparme!, ya vi que es imposible tratar con los de tu tipo.- Dijo ella tratando de alzar la voz lo menos posible para no despertar a nadie pero tanto para que el rubio notara lo enfadada que estaba.- Así que tú no te libras de pedirme una disculpa Malfoy- Le dijo ella acercándose a su cama y jalándole las sabanas para que le viera la cara.
- -¿Tu una disculpa a mi?- El Slytherin soltó una sonora carcajada.- ¡Eso no te lo crees ni tú, con el enorme ego que tienes.!
- -No eres el más indicado para hablar de egos enormes – Le hizo notar la bruja- Y ya cállate que vas a despertar a medio mundo
- - Como si tú no lo hubieras hecho ya- Le dijo el chico sin parar de reír.
- -No me provoques serpiente
- - ¿Qué me vas a hacer sangre sucia?, ¿Vas a llamar a tu novio zanahoria para que te defienda?, Ese no puede ni con su vida.

Hermione que ya estaba a la defensiva sacó su varita del bolsillo y se la colocó a Draco en el cuello.

- - No metas a Ron en esto- Le advirtió.
- -Vale, vale, tranquila sabelotodo- Se burló él- No meto a la chica Weasley en esto.
- -Cállate Malfoy- Hermione apretó su varita más en el cuello del chico.
- - Tu no me mandas Granger- Le dijo el desafiante acercándose más a ella y clavando sus fríos ojos grises en los de la chica.

La castaña estaba ya casi encima de la cama. Sentía ganas de lanzarle un crucio a ese rubio tan insolente. Se acercó más a él dispuesta a lanzarle una última advertencia.

- -Escucha idiota, si te vuelves a meter con migo con Ron o…- La joven no tuvo tiempo de terminar, el pié que tenía apoyado en el suelo le falló y todo su cuerpo se fue para adelante cayendo encima del chico. Pero eso no fue lo peor, sus caras estaban tan cerca que cuando Hermione cayó, los labios de ambos de tocaron. Nada importante, un simple roce, ni siquiera se merecía llamar beso, pero fue suficiente para poner a ambos magos en un “shock”. Hermione seguía encima del rubio sin respirar mientras que el joven también parecía asimilar lo que pasaba.

- -¡Granger!, ya sé que soy irresistible pero no te me lances así sabelotodo.- El chico rió adoptando su pose orgullosa aunque, hasta en la oscuridad, se notaba un leve rubor sobre sus mejillas.

La chica que aún no terminaba de reaccionar se llevó lentamente la mano a los labios y pareció que todo su enojo se juntó para aflorar de golpe. Se enderezó rápidamente y tomando impulso le estampó a Malfoy una limpia bofetada en la mejilla.

- -¡Maldita sangre sucia!- Le gritó el chico con el labio sangrando y con la mano de la bruja plasmada en su mejilla.

Hermione vio como algunos alumnos se removían es sus camillas y temiendo que la enfermera llegara de un momento a otro salió corriendo de allí como alma que lleva el diablo.

- -Me las vas a pagar caras Grenger- Dijo el chico para sí con un tono mitad asco, mitad odio.

El rubio volvió a acostarse y cerró los ojos pero antes de quedarse dormido, quizás inconscientemente, quizás no, se lamió los labios. ----------> Bueno con esto finalizo este corto cap, la vdd es que no me gustó mucho pero prometo que el siguiente será mejor n.n

 

Cap 3:

No vemos las cosas tal cual son, las vemos tal cual somos.
-Annais Nin

Los párpados le pesaban pero aun así ella no pensaba cerrarlos, porque en el momento en el que comenzaba a entregarse al cansancio, allí estaban, observándola con sigilo. Dos grandes y fríos ojos grises, llenos de rencor y orgullo, pero si, muy, muy hermosos. Sus compañeras de habitación dormían plácidamente y sus tranquilas respiraciones eran la envidia de Hermione. Se llevó una mano a los labios. Aquel contacto, aquel inocente roce… La bruja se removió en su cama y se tapó con la sábana nerviosa. ¿Pero qué estaba pensando?, Draco, Draco Malfoy, ellos… ¿Había sido solo un accidente no?. Su primer beso… ella siempre soñó con que su primer beso le pertenecería a alguien especial, a quien ella amaba, no podía, no podía pertenecer a aquel Slytherin, ese beso debía ser de algún chico, de alguien más. Un nombre cruzó fugazmente su mente. <<Ron>>, él no debía enterarse, nadie debía de hacerlo, ese secreto se lo llevaría ella a la tumba. Pero… Malfoy. La verdad estampó sobre la chica como un doloroso rayo y te mostró que aunque pensaba ir a algún lugar, estaba perdida entre las sombras. Seguramente esa serpiente la chantajearía para obtener algo por su silencio. << Pero es mejor a que lo diga>>. Ese último pensamiento era verdad, aquel rubio exageraba las cosas de una manera increíble, podía llegar a dejarla en una muy mala posición, y entonces, ¿Qué pensaría Ron de ella?. La castaña se durmió sin darse cuenta, se sumió en un profundo sueño y dejo que el silencio de Hogwarts la envolviera, pero, en su mente, todavía dos hermosos ojos grises flotaban en sus sueños, vigilándola.

A la mañana siguiente le dolía todo el cuerpo, los recuerdos de la noche anterior se mezclaban en su mente sin darle ni un segundo de tregua. Mareada, se enderezó sobre el colchón para comprobar que sus compañeras de cuarto ya se habían levantado. Buscó a tientas su varita sobre el buró que había a su lado y cuando dio con ella, mediante un sencillo hechizo hizo que un par de prendas de ropa salieran del armario posándose cuidadosamente en la cama. Se ciñó el uniforme y peinó su cabello color café. Ese día no tenía ganas de arreglarse así que salió de su cuarto y la sala común después de cepillarse. Comenzó a emprender camino hacia el gran comedor pero después de un rato se dio cuenta de que había terminado perdida frente a los calabozos. Frustrada, se dio cuenta de que como siguiera así, no podría prestar el mínimo de atención en clases. Se aseguró de que ningún profesor o fantasma delator rondara alrededor y se hizo a sí misma un encanto que la mantendría despierta (aunque un poco nerviosa) durante todo el día. Los maestros consideraban ese hechizo una manera de hacer trampa, pero no estaba prohibido, así que Hermione decidió darse el gusto haciéndose jurar a si misma que sería la primera y última vez. Cuando por fin llegó a su destino pudo observar el animado ambiente que había aquella mañana en el comedor. Ese día se celebraba una de las tantas fiestas mágicas y toda aquella inmensa sala se encontraba en plena fiesta. Fred y George vendían artículos de broma a sus compañeros (asegurándose, claro, de que ningún maestro los viera), Algunos alumnos de último grado encantaban diversos objetos inanimados haciendo volar por los aires, o dándoles el comportamiento de distintos animales, (Ya se podían ver por allí algunas pequeñas mesas picoteando el suelo con su inexistente cabeza buscando lombrices cual gallinas o candelabros persiguiendo a los fantasmas como perros rabiosos). Hermione pasó junto a unos chicos que estaban abriendo unas bolsitas de colores y extrayendo de ellas diminutos seres voladores que se colaban en las ropas de los chicos más pequeños y les hacían cosquillas (sin duda ese era uno de los numerosos inventos de los gemelos Weasley). Encima de ella algunos dulces con alegres papeles metálicos flotaban como parte de la decoración y a su derecha un grupo de chicas cambiaba muy discretamente las varitas de sus compañeros por otras, las cuales al sentir el tacto de algún niño, lanzaban un chillido y desaparecían en el aire con un humo color morado y un fuerte olor a quemado. La chica se dirigió a la mesa de su caza esbozando una sonrisa al ver las distintas golosinas que había aquella mañana, entre las cuales se podían apreciar grandes serpientes de dulce multicolor, tarros repletos de grajeas, infinidad de “pastillas de la buena suerte” (que muchos alumnos se divertían cambiando por pastillas vomitivas) y así una lista interminable. A lo lejos Harry la saludó con un ademán y Ron le dedico una sonrisa en la que se podían admirar sus dientes, uno de cada color.

- ¿Ya viste tus dientes Ron?- Le preguntó la bruja divertida

- Sí… me comí un paquete de un caramelo de arcoíris, jamás pensé que lo de arcoíris tendría que ver con un hechizo.

La castaña se dispuso a sentarse en su lugar acostumbrado pero se dio cuenta de que una silla encantada con magia se hallaba en el asiento tratando de comerse unos pasteles, lo cual solo daba como resultado que terminara embarrada de comida. Con una risita de parte de sus amigos se sentó en otro sitio y comenzó a comer unos panes de aspecto inofensivo, (Ya que no quería nada que pudiera causarle un efecto parecido al que la comida había surtido en el pelirrojo). A continuación Dumbledor dio su acostumbrado discurso sobre que el fin de año se acercaba, agregando al final un “Feliz día de las bromas y juegos mágicos”. Con eso regresó a su asiento (O eso trató ya que su silla había huido corriendo en dos patas). Ya que terminó de comer la castaña miró disimuladamente a la mesa de los Slytherin donde todos los alumnos de verde jugaban las bromas más pesadas a sus compañeros, o bien se sentaban en sus sillas con la típica mueca de amargados que parecía ser un requisito para entrar en aquella casa. Entre todas las caras de aquellos alumnos una tez blanca y cabellera rubia resaltaban. Draco estaba a punto de irse ya que parecía que aquella celebración no le hacía la más mínima gracia, se vio como el joven buscó a sus acostumbrados seguidores entre la multitud, los descubrió un poco más allá, jugando con un tipo de masa rosada que al hacer contacto con el cabello de alguien se tornaba fucsia y teñía el cabello de los espantados alumnos que se trataban de quitar aquel color del pelo. Con una mueca de resignación Malfoy abandonó la sala olvidando atrás a sus compañeros. Hermione, que aún se acordaba del cometido que se había trazado la noche anterior, se alejó de allí con una excusa y disimuladamente comenzó a seguir al rubio por los pasillos. Cuando vio que se dirigía a su sala común decidió pararlo ya que ella no podía entrar allí.

- ¡Malfoy!- Le gritó corriendo tras él.

- ¡¿Qué quieres sangre sucia?!- Le respondió sin voltearse, lo cual delató que el chico ya sabía que la bruja le seguía.

- ¡Ven acá, necesitamos hablar!

- ¡Piérdete!

La joven aceleró el pasó y lo sujetó de un brazo obteniendo como recompensa que Draco se girara enojado a verla con desprecio.

- Necesitamos hablar – Le repitió la chica lentamente
.
- ¿Pero qué quieres come libros? – Pareció que al final el rubio accedió a charlar.

- Aquí no… vamos a la biblioteca, tenemos unas horas libres por lo de la fiesta.

Resignado el chico siguió a la joven maga por los pasillos, normalmente la hubiera mandado a freír espárragos pero debía admitir que tenía curiosidad por saber que debía decirle. Ya en la biblioteca, la cual estaba desierta, la chica se sentó y su acompañante lo hizo en otra silla frente a ella. Hermione jaló aire y empezó.
_________________________________________________________
Lo había estado siguiendo por todo el castillo. Al salir del Gran comedor se dio cuenta de que la chica lo seguía, decidió ignorarla pensando que seguramente era coincidencia que sus caminos fueran iguales. Aceleró el paso y se fijó que la castaña hizo lo mismo, se comenzó a sentir presionado y decidió perderla, vuelta a la derecha, luego a la izquierda, pasando por un estrecho pasillo y camino a su sala común. Ella seguía tras de él.

- ¡Malfoy!- Le gritó

- ¡¿Qué quieres sangre sucia!?- Le respondió el de mala gana si dignarse a verla

- ¡Ven acá, necesitamos hablar!

- ¡Piérdete!

Granger era sin duda la perdona con la que menos quería estar en ese momento, no tenía ganas ni de verla de reojo, y mucho menos después de lo de la noche anterior… Sintió como las manos le sudaban con solo acordarse y el mismo se reprimió por aquel penoso comportamiento venido de un honorable Malfoy. Aceleró el paso y sintió como ella le agarraba del brazo ¡¿Qué no podía dejarlo tranquilo!?, ella quería hablar, y el chico solo quería verla desaparecer, Granger era orgullosa y insistente, el ya se esperaba de que iba a ser la conversación, pero al final lo convenció. Sinceramente lo que la chica pusiera decirle, o más bien como se lo dijera lo tenía intrigado. Siguió a la castaña rumbo a la biblioteca, su caminar era suave aunque apurado, y con cada paso los rizos que adornaban su cabeza saltaban de una forma simplemente encantadora al igual que su falda que dejaba mostrar aquellas largas y hermosas piernas. El chico se quiso dar una bofetada cuando se descubrió a si mismo observando a la sangre sucia con aquellos ojos, ¿Cómo podía ser?, agitó disimuladamente sus cabellos rubios como queriendo sacudir también aquellos pensamientos fuera de su mente. Al llegar a la biblioteca ambos se sentaron un frente al otro en una apartada esquina, aunque claro, solo a Granger se le ocurría ir a la biblioteca un día de fiesta por lo que esta sala estaba vacía. La chica de ojos cafés jaló aire pero pareció quedarse congelada.

- No tengo todo el día- La apuró Malfoy con su acostumbrada mueca de impaciencia.

La joven bruja pareció volver a la vida y jugueteando con sus mangas comenzó a hablar.

- Mira, es que yo…- Parecía que toda su determinación se había esfumado de golpe- Yo… yo…

- Deja que te lo ponga claro, o hablas o yo me largo de aquí.- ¿Qué le pasaba a la chica?

- Malfoy… quiero hablar de lo de anoche…

Lo que se esperaba.

- Escucha, yo no quiero que nadie se entere de esto,- La castaña continuó- Y quería dejarte claro que lo que pasó fue un accidente, nada más, y además si prometes no decir nada, te prometo hacer o darte lo que quieras.

El joven mago sonrió con malicia. Y él que pensaba que Granger era un poco lista, al parecer podía llegar a ser muy tonta, de verdad que él no pensaba decirle a nadie lo ocurrido en la enfermería, si el chisme llegara a correr el saldría en muy mala posición. Pero, al parecer la chica podía hacer cualquier cosa para que ninguna palabra saliera de su boca, ¿Por qué no aprovechar esta oportunidad?, Malfoy estaba seguro de que la castaña iba a pagar todo muy caro, y ahora tenía la venganza servida en bandeja de plata, tendría que pensar bien que haría con aquella oferta, ¿qué cosa podría ordenar a hacer a la castaña? .

- ¿Entonces?- La bruja parecía asustada de que el chico no aceptara la oferta

- Me parece buen trato Granger, pero como no cumplas lo que decida que hagas y todo el colegio se va a enterar de “nuestro secretito”- Le mintió él.

- ¿Y qué quieres que haga?- La chica había recuperado su orgullo y parecía que no le hacía mucha gracia la posición en la que se encontraba.

- Tendré que pensarlo- Le dijo el rubio levantándose de la mesa seguro de que tarde o temprano se presentaría la oportunidad de chantajearla y obtener su venganza. – No te apures, yo te aviso cuando lo decida.

El joven se marchó de la biblioteca dejando detrás a una Hermione un tanto sorprendida y asustada, pero incluso con aquellos pensamientos en la mente, no pudo evitar pensar, que aquella sonrisa pícara le sentaba muy bien al joven de hermosos ojos grises.

En serio perdón el retraso T.T he estado ocupada con unas clases y sinceramente no entiendo naso L Pero bueno yo siempre tengo tiempo para escribir ;)
Gracias

 

Cap 4

“Nada en el mundo es uno, por una ley divina todas las cosas se encuentran y funden en un mismo espíritu. ¿Por qué no yo con el tuyo?”
-Percy Bysshe Shelley
¨*Leer* Bueno perdón x no subir caps en tanto tiempo, de verdad que no pude ya que me fui a un campamento a Estados Unidos y nos decomisaron TODO lo electrónico, hasta el celular, y aquí estoy yo a las 11:00 de la noche con mi computadora (que logré esconder entre mi ropa XD) para escribir algunos capítulos y subirlos luego, así que hoy subiré muchos seguidos n.n.

La chica salió de la biblioteca con un leve rubor adornando sus hermosas mejillas, no podía dejar de pensar en lo estúpida que había sido, ella acababa de acceder a hacer todo lo que Draco le ordenara, ¡Draco Malfoy!, ¿Y cómo que había accedido?, ¡Ella lo había propuesto!, ¿Pero qué le pasaba?, era claro que esa no era la Hermione que conocía. Con el fin de año encima y todas aquellas “emociones” sin sentido, la chica empezaba a no poder reconocerse a sí misma, incluso había dejado de juntarse con Harry y sus antiguos amigos como antes, de hecho, hacía días que solo intercambiaba algunas cuantas palabras con la hija menor de los Weasley antes de que se separaran por el resto del día. Mientras caminaba, su cuerpo impactó con una barrera de carne y hueso. Ron se río de la distracción de la chica y le dedico una sonrisa. Había crecido, la bruja no había tenido tiempo de apreciar que los rasgos infantiles del pelirrojo se habían esfumado dando paso a un gallardo joven de 16 años. También había cuidado más su imagen y cuerpo, (como Hermione había comprobado hace unos momentos chocando con el duro pecho del muchacho).
- Milagro que te apareces – Le comentó el mago sonriendo abiertamente- ¿Dónde has estado en los últimos dos días?, yo solo te pude ver hoy desayunando y los otros días en el gran comedor.
- En la biblioteca- Mintió la castaña quien acababa de caer en cuenta de que al único que había frecuentado era a Malfoy.
- Seguro que estudiando – Supuso el pelirrojo no del todo convencido.
- Si, si… estudio la historia de la magia para poder estar lista el próximo año.- Su tono fue convincente así que el chico cambió su mueca de curiosidad por otra mucho más propia de un confiado Weasley.
- Bien, así que señorita próximo-premio-anual, ¿Te parece tomar un pequeño descanso e ir a comer con migo al lago?, estoy seguro de que si sigues así un día va a explotar tu cabeza.
- Y la tuya con tanto ajedrez mágico y con una sola lectura al año se va a terminar secando- Se rió ella con sarcasmo. Ese pelirrojo siempre sabía hacerla reír.
- ¿Eso es un sí?
- Supongo.
Los dos jóvenes salieron del castillo charlando animadamente acompañados por el ritmo del corazón de Hermione, que latía emocionado y feliz.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
En aquella sala común nunca había nada que hacer. Quién diría que un día Draco extrañaría las clases del estricto Snape. Goile y su compañero se divertían lanzando hechizos sencillos por las ventanas y asustando a los animales que paseaban por el patio, de verdad que esos dos podían llegar a ser lamentables. A su lado Blaze ojeaba el diario “El profeta” por milésima vez y Pansy caminaba por toda la sala cual tigre enjaulado.
- ¿Pero es qué no hay nada que hacer?- Preguntó la Slytherin con un todo agrio y caprichoso.
- No, a menos que quieras ponerte a espantar ardillas con esos dos- Le respondió Blaze sarcástico señalando a los dos chicos que ni sabían de que hablaban sus compañeros ya que se encontraban muy entretenidos en su juego.

La chica soltó un bufido y se volteó a ver a Draco como exigiendo una reacción.
- Esto apesta- Dijo el rubio de ojos grises levantándose del sillón y saliendo de la sala.
- ¿A dónde vas?- Le interrogó la chica.
- A ninguna parte- Se negó a responder el joven.

Y diciendo eso salió de allí dejando atrás a la ofendida Pansy que estaba decidida a que mataría su tiempo averiguando lo que Malfoy no le había querido decir.

Una chica lloraba por los desiertos pasillos de Hogwarts, trataba de contener las lágrimas pero estas brotaban de sus ojos sin tregua. ¿Cómo había podido pensar que él se fijaría en ella?, de nuevo en ese día Hermione se sentía la chica más estúpida que jamás hubiera existido. ¿Por qué negarlo, a ella le gustaba Ron, siempre le había encantado, o al menos lo había hecho hasta hacía unos momentos. Todo iba de maravilla, ellos dos solos almorzando en el lago. Él había bromeado, y ella se había reído. Otra lágrima se escapó de sus ojos castaños recorriendo su mejilla al recordar cuantas falsas esperanzas entraron a su corazón en ese momento. Él lo había dicho, él había roto ese mágico momento, una sonrisa brillaba en su rostro cuando le anunció que había comenzado a salir con Lavander. Era de esperarse que él quisiera el apoyo de su mejor amiga, pero seguramente no se esperaba la reacción de la chica al salir corriendo. Sus pasos la habían llevado inconscientemente al jardín del castillo y ella, sin pensárselo mucho se sentó en la suave hierva tratando de alejar pensamientos dolorosos de su mente.La sensación de ser observada la obligó a voltear la cabeza, y allí estaba, junto a ella, sorprendido de encontrarla allí. Un rubio con enormes y hermosos ojos grises.

 

CAP 5:

Bésame y verás lo importante que soy.

-Sylvia Plath

Bueno creo que en este capítulo me voy a meter un poco con las personalidades originales de los personajes (Draco Malfoy y Hermione Granger) pero de verdad que tratare de que sea lo menos notable posible. Es verdad que quiero hacer que un amor nazca entre ellos y para eso debo de “mover algunos engranajes” pero me esforzaré para que sean los 2 personajes que ya conocemos n.n.

Gracias por todos sus comentarios y por leer, gracias a todos ustedes puedo continuar.

La chica lo había sorprendido casi dormido. Draco acababa de llegar al jardín buscando un lugar tranquilo donde esconderse de todos sus pensamientos. Había recostado su cabeza en la hierba y estaba a punto de dejarse llevar por el sueño cuando sintió una leve presencia a su lado y enderezándose violentamente había ido a parar con la mirada castaña de la joven bruja. Sus ojos estaban enrojecidos al igual que su nariz, <<¿Había llorado?>>, su cabello caía en tentadoras cascadas por sus hombros dándole un aspecto tan desprotegido… y hermoso… Sus labios gruesos y rojos adornaban aquel rostro de tez blanca y su pegado uniforme resaltaba un cuerpo que a Malfoy le pareció sencillamente perfecto… ¿Pero quién era aquella chica tan hermosa?.




El chico la observaba. La bruja notó que bajo aquellos ojos plateados había una línea gris que daba a notar su cansancio. Eso en vez de darle un aspecto desgarbado a Hermione se le antojaba tierno… <<¿¡Tierno Draco Malfoy!?>> Sus rubios cabellos estaban revueltos y rebeldes mechones le caían por la frente dándole un aire tan distinto a aquel joven de alta cuna que siempre llevaba su pulcra cabellera cuidadosamente peinada. En su rostro no estaba la habitual mueca de desprecio, si no otra mucho más distinta y natural. El chico estaba sedado por el sueño y parecía no reconocerla, la observaba con un brillo en sus ojos, un brillo que Hermione no había visto jamás en la mirada de aquel Slytherin … era…¿Fascinación?.




Se quedaron un buen rato callados, mirándose mutuamente, sin moverse.




- ¿Pero qué..? ¿Granger?- El rubio parecía haber vuelto en sí y se frotaba los ojos aun adormilado.




- ¡MALFOY!- La joven respondió violentamente y sorprendiéndose a sí misma observando al joven




- ¿¡Pero qué quieres sangre-sucia!?- El antiguo Malfoy había regresado.




- ¿¡Qué!? Y-yo no quiero nada.




- ¡Pues desaparece come-libros!- El rubio no cabía en sí del asombro, había vuelto a pasar, había vuelto a mirar a Granger con “esos ojos”. No podía creer que aquella chica se le había antojado hermosa hacía unos momentos.




La castaña lo miró por unos segundos, herida en su orgullo, y se levantó con una rapidez felina dándose la vuelta camino a la entrada del castillo.




- Vaya eso si que no es propio de ti- Observó Malfoy detrás de ella- Te vas sin miradas de odio, sin gritos, sin golpes…




- Púdrete- Respondió la chica sin dignarse a verlo.




- Eso ya es más propio de ti- Se burló el rubio con una carcajada- Si algo te caracteriza es que eres el parásito más orgulloso que he conocido.




- Mírate algún día al espejo y luego me cuentas- La chica ya mofada se dio la vuelta a la defensiva.

El joven seguía sentado en el pasto recargando uno de sus brazos en la rodilla, visiblemente divertido. Se veía que disfrutaba molestando a la bruja.




- Los hombres sois idiotas- Insultó la castaña al borde del llanto.




- Gracias en nombre del género – respondió Malfoy con sarcasmo.




- ¡Piérdete!




La chica caminó enfurecida hacia el Slytherin dispuesta a propinarle un golpe en la cara. Ya le había roto la nariz dos veces, podía hacerlo una tercera. El rubio se levantó de golpe y esquivó el ataque de la bruja quien, jalada por su puño, calló sin remedio sobre la hierba. Y sin poder contenerse ni un segundo más, comenzó a llorar, a pies de aquella serpiente que la observaba confundido. Esa no era la chica que él había conocido 6 años atrás, esa no era la sangre sucia orgullosa que siempre encontraba una razón para comenzar una pelea con él. Pero lo que era aún más importante, ese NO ERA ÉL, aquel chico de cabellos rubios notaba con terror como su personalidad se alejaba cada vez más de aquel admirable Malfoy de hacía apenas unos días, ¿quién podía dar un cambio tan rápido?. Y ahora allí estaba ella, la chica que odiaba destrozada a sus pies. Pensó en gritarle, insultarla, ¡atácala ahora que está en el suelo!... pero no… no podía. La rabia que sentía en ese momento no estaba dirigida a la joven bruja, estaba dirigida a él mismo. ¿Por qué ya no podía burlarse de ella como antes?, ¿Por qué aquella figura en el suelo tentaba sus deseos?. Él chico sacudió su cabeza frustrado, ¿Qué acababa de pensar?, él era el mismo, el seguía siendo Draco Malfoy y eso nunca cambiaría, él era el mismo y no tenía ningún reparo en dañar a la chica.




- De verdad que cada día eres más torpe Granger.




- Malfoy, eres un estúpido

…

- Mira rata de biblioteca yo no…




- ¡Cállate!, ¡cállate!,¡¡¡¡callatéééééé!!!!!- La chica había explotado y aún en el suelo lloraba desconsolada fuera de sí.- ¡Eres un completo idiota, todos los hombres lo sois!, ¡¿Qué quieres Malfoy!? ¡¿QUÉ!? ¡déjame en paz!, ¡Hace días que actúo raro!, ¡Ni me reconozco a mi misma! ¡Y tu solo vienes a arruinarme aún más la vida, amenazándome con contarle “de eso” a todo el mundo!, ¿¡pero sabes que!?, cuéntale a Ron ¡cuéntale a quien quieras!, el ya no me importa, ¡no me importa en absoluto con quien salga Ron!.




La joven jadeaba en el piso lloriqueando, pero parecía que se calmaba poco a poco. Así que eso era, eso era lo que había tenido a la bruja tan rara durante días, el cabeza de zanahoria le había hecho algo. El rubio no pudo evitar sentirse decepcionado, quizás, solo quizás… Había guardado la esperanza de que lo que tenía a la joven tan fuera de si fuera otra cosa, quizás “Alguien más…”. El joven apretó los puños tratando de oponerse a un impulso, un impulso que llevaba ahí mucho tiempo, y aprovechaba aquel momento de vacilación para escapar de las mentiras que lo aprisionaban. Sintiendo como su cuerpo ya no era suyo y como el deseo controlaba sus palabras se arrodilló junto a la chica.




- Quizás ya no te interese Weasley, pero tú me hiciste una promesa y debes de aprender sangre- sucia, que las promesas siempre se cumplen. – El chico buscó la cara de la joven y la sujeto por la barbilla- Y ya sé que debes hacer para cumplirla.





Y sin decir nada más, llevado por el impulso y el deseo juntó sus labios con los de la joven sujetándola con ambas manos del rostro. La chica abrió sus ojos de golpe, dejando de llorar. Sentía como Malfoy la besaba, sentía sus labios junto a los suyos reclamándole una respuesta. La chica pensó en Ron, en cuanto le había querido y en como él la había traicionado, pensó en todo lo que tuvo que hacer para captar un poco de atención de su parte, y como él la dejó a la primera de cambio. Y entregándose a un acto de pura venganza, cerró los ojos y enrolló sus brazos en el cuello de su peor enemigo. Sintió como la lengua de Malfoy entraba en su boca explorando cada rincón. Sintió como los besos se hacían más ardientes y como el chico mordía su labio abandonado al deseo. Una de las manos del joven abandonó su mejilla y comenzó a recorrer su espalda con movimientos lentos y raramente dulces. La chica jugueteaba con el cabello del muchacho sintiendo como la otra mano del rubio recorría su cuerpo hasta situarse en el muslo desnudo de su pierna derecha, peligrosamente cerca del inicio de su falda. La mano que estaba en la espalda de la chica se movió lentamente bajando hasta introducirse lentamente en la camiseta. El chico sintió la suave piel desnuda de la espalda de la chica y dejo escapar un leve gemido al tiempo que bajaba sus labios al cuello de la Gryffindor. La bruja hecho la cabeza para atrás permitiendo a Malfoy besarla a su gusto. Debía admitirlo. Aquella serpiente besaba muy bien. La joven colocó sus manos en el trabajado pecho del rubio y sintió como una de las manos de este subía cada vez más por su muslo acercándose traviesa a su intimidad. Los labios de Draco le habían ofrecido un refugio cuando más lo necesitaba, ella había podido encontrar en el chico un consuelo. Y entonces lo supo, ya no quería a Ron, no como antes. Se asustó al meditar bien lo que estaba haciendo, se asustó al meditar con quién se estaba besando, pero no, no quería parar. No ahora. ¿Para qué mentir?, aquel beso le había gustado. Y ellos dos hubieran seguido, si no hubiera sido por los apresurados pasos que escucharon por el pasillo del castillo. Y ambos se separaron a tiempo para ver como una figura corría apresurada hacia las escaleras.

Ella lo había visto, había visto todo. Pansy corría apresurada por los pasillos de Hogwarts sin saber bien a donde se dirigía. Había seguido a Malfoy para averiguar qué pasaba por la mente del chico y también para matar el tiempo. Quién diría con que se encontraría. Desde el refugio que le ofrecía uno de los pilares del castillo pudo observar toda la escena desarrollada entre Draco y aquella maldita come-libros-sangre-sucia. Sin dejar de correr se toco la mejilla que sentía extrañamente húmeda. Lágrimas. Ella nunca había amado a Draco, o por lo menos nunca había sentido nada demasiado profundo por él. Pero ella lo consideraba suyo, consideraba que aquel Malfoy era de su propiedad. Y nadie, absolutamente nadie, tenía permitido jugar con sus pertenencias. Y mucho menos un ratón de biblioteca como Hermione Granger. Ya se ocuparía ella de vengarse, ya se ocuparía ella de vengarse de los dos. Algo le decía que muy pronto habría un nuevo gran-chisme en Hogwarts.