Decisiones y consecuencias

Tema en 'Fanfics abandonados sobre Libros' iniciado por Kaoru Black, 3 Abril 2015.

  1.  
    Kaoru Black

    Kaoru Black Iniciado

    Cáncer
    Miembro desde:
    3 Abril 2015
    Mensajes:
    1
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Decisiones y consecuencias
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2270
    Disclaimer: Harry Potter le pertenece a J. K. Rowling.

    Este fic también está publicado en FanFiction punto Net bajo el mismo nombre.
    «Este fic participa en los "Desafíos" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black»

    Aclaración: Conjunto de one-shots no relacionados entre sí.

    .

    .

    .​

    Lado Blanco: Orgullo.

    Canción: "Darling", de Vocaloid.

    Personaje: Dudley Dursley.

    Cita: "Esto ha sido lo más díficil, estoy muy confundida aun no sé la respuesta."

    .

    .

    .

    .

    .

    I.

    Sólo tendrás una oportunidad.

    .

    .

    .

    .

    .​

    Las cosas sucedieron tan rápido que no puedo decir exactamente cuál fue el detonante de todo, ¿será hacer algo que nunca tuvo que pasar? Posiblemente; hablando de posibilidades, esperaba que al menos mis amigos me defendieran cuando todo sucedió... nuevamente me equivoqué. No les importé en lo más absoluto, sólo querían proteger su propio pellejo y a mi me dejaron en el olvido; no mentiré diciendo que no me dolió, sí lo hizo. Supongo que sólo les importaba "vivir la vida loca", yo me les uniría mas ya no es de importancia. Tantos años desperdiciados molestando a tanto crío que conocí, ¿con qué propósito? Al final me quedé en soledad, sin amigos y con mis padres más que preocupados.

    Hace tiempo que no veo a mi primo, desde que se fue con su grupito de anormales a estudiar en ese colegio de cuarta categoría o no sé qué. Ups, perdón, costumbres que no se olvidan; estoy seguro que sí estuviera aquí me ayudaría pero, en vista que ya llevo dos años en esta solitaria celda sin más visitas que mamá y papá, pues creo que al final solamente eran puras palabras vacías, las que me dijo cuando se fue a pelear en aquella guerra mágica.

    En mi tiempo en prisión, después de cometer la mayor estupidez de mi vida, me di cuenta de las cosas que nunca tuve por mi actitud de "niño de mamá": nunca tuve más amigos que aquellos imbéciles que me abandonaron, cosa que ahora ya no importa... tanto, creo que ni siquiera fueron "amigos míos", alejé a mi primo por todos los maltratos que le hice; al parecer es verdad que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Ahora me gustaría tener a alguien con quien hablar, pero como mi orgullo puede más. Ah, ese maldito orgullo de "odio la magia", que me trajo hasta donde estoy: muerto de hambre, como un pordiocero más y con mis padres trabajando de más para pagarme la fianza.

    Fui el mayor imbécil de la faz de la tierra, de eso no cabe duda. ¡Tenía casi todo lo que pude querer! Y lo perdí así de fácil, ¡que estúpido!

    Ya ni siquiera recuerdo el tiempo que me tendré que quedar en esta celda, pero al menos agradezco no tener a nadie como compañero. Sería frustante oír el pesar de alguien más, suficiente tengo con mis propios remordimientos, muchas gracias. Aquel día nunca se irá de mi mente, me está atormentado como si fuera un pesadilla latente. Que viene, viene y... (adivinaron), viene y jamás se va.

    Trato de dormirme con calma por una vez en la puta prisión estatal en la que estoy, pero no lo consigo. Joder, sí que estoy acabado; las palabrotas las trae el paquete llamado "pudrete en prisión mientras los imbéciles esos gozan de su estúpida libertad", ¡como los odio! ¿Qué les parece si hago un recuento de mi vida? No culpo a mis padres, ellos pudieron mimarme todo lo que quisieron pero estaba en mi decisión ser un patán de primera clase o no.

    A ver, ¿por dónde empiezo? Creo que es mejor que lo haga por el momento en que todo cambió, en el que me di cuenta de la lealtad de mis "amigos"; fue poco después que terminara la guerra mágica, pensé en cambiar pero me dije "espérate un tiempo, Dudley; no hay ninguna prisa para ser mejor persona" ¡Que imbécil! Como sea, eso me mencioné, ¿nada malo, verdad? Ojalá mi estúpidez no hubiera alcanzado níveles increíbles. No especificaré en la proeza que me llevó aquí, pero fue lo peor que pude hacer; Piers, Malcom... todos ellos, ¡me abandonaron! Se largaron del lugar en el que cometimos el crimen, me dejaron... ¡ni siquiera me oyeron cuando les pedí que regresaran y me ayudaran a levantarme, por culpa del tobillo que me torcí!

    Cualquier otro si hubiera regresado pero ellos no, no les importé nada. Y eso que los conozco desde que tengo once años, fui tan crédulo. Cuando el oficial llegó, me vio y llamó a mamá; no transcurrió mucho tiempo para que llegaran mis padres y el oficial les explicara lo poco que sabía (al menos en ese momento), papá insistió en que eso no importaba, que tendrían que llevarme al hospital para que mis heridas sanaran ya que tenía cortes peores; me llevaron ahí y, cuando me sané lo necesario me llevaron al juzgado. Todo salió mal, muy mal; yo terminé acá, mis amigos con sólo una restricción (que sé que no cumplen)... todo al carajo.

    No tengo ni idea del tiempo que llevo aquí, es menos de dos años, y pero recuerdo perfectamente que la condena es de tres a cinco años; me falta mucho por cumplir. No crean que ellos salieron campantes de la situación, por supuesto que no, ellos fueron tan (o más) afectados por nuestra estúpidez colectiva pero él que pagó por todo: fui yo. Eso sí enerva mi ira.

    Para no soltar más improperios cambiaré de tema, ¿qué puedo hacer ahora? No tengo ni la menor idea, no tengo nada de compañía aquí; eso es lo malo, en ocasiones. Me recuesto en el frío suelo y cierro mis ojos, no me interesa tener la cama a un costado, tampoco tener una hipotermía por hacer esto cada vez que puedo. Me vale, sólo quisiera poder salir de aquí. Ah, odio mi condenada existencia.

    Pero lo que realmente me gustaría es que alguien, quien sea, hiciera algo para ¡sacarme de aquí!

    Cuando estoy apunto de cerrar mis ojos y viajar al mundo de los sueños oigo la voz del guardia que custodia mi celda, ¡ja! Como si me fuera a escapar.

    —Dursley, tienes visita —me informa el oficial al que me da pereza nombrar, no bromeo. Como sea, ¿quién es: mamá o papá? Sea cual sea espero que me traiga algo qué comer, lo que dan acá será cualquier cosa menos comida decente.

    —Ya voy —dije de mala gana, me levanté y caminé hasta la reja, él la abrió y nos encaminamos hacia el lugar donde siempre vamos: un cuarto medio grande, con un espejo y un teléfono para que hable con el/la que esté del otro lado. Algo es algo, supongo. Bien pudieron también haberme abandonado mis padres, pero como me quieren no (aunque eso no evitó la regañada que me dio mamá cuando se enteró de mis heridas, me sentí... extraño).

    No contaré lo que hicimos en el camino, no tiene nada de relevancia.

    Llegamos a esa habitación, me senté en la silla y esperé hasta que entrara; puede decirse que me vuelto un hombre paciente y con más principios que antes. ¿Quién lo diría, tuve que perderlo todo para darme cuenta que era un estúpido delincuente del montón? Es irónica la vida, saben. Una cruel ironía.

    En ese momento entra un hombre de veinte años, pelinegro y de ojos verdes esmeralda. ¿Quién es? No recuerdo haberlo conocido en mi vida, tal vez era un niño que molesté antes y ahora viene a restregarme mi desgracia o un abogado más que contrató papá para liberarme antes del tiempo. ¿O ambas? Nunca se sabe. Él se sienta y me mira, esos ojos se me hacen familiar de algún lugar pero ¿dónde? ¡Un momento! Tiene algo en su frente... no puede ser... es... es...

    —Hola, Dudley —me saluda con una mirada tranquila, una sonrisa tan amable que me desconcierta—. Tanto sin verte.

    —Harry —susurro suavemente, de entre todas las personas jamás pensé que mi primo me fuera a visitar. Lo que quiere decir que sobrevivió a la guerra mágica y se ve, como decirlo, más apuesto de lo que era antes... ¡esperen! No quise decir eso, no es que lo encuentre atractivo ni mucho menos—. ¿Cómo supiste que estoy aquí? —pregunto tratando de mantener la compostura, no quiero que sospeche la verdad.

    —Me lo dijo tía Petunia —explica con una sonrisa amena, ¿por qué me trata así? ¿No debería odiarme? No es que lo quisiera pero es lo más sensato, ¿acabo de... ?—, ella y el tío Vernon están más que angustiados por ti, tía Petunia alega que no comes lo suficiente —ríe un poco—, me recuerda la vez que teníamos doce años; ¿tú también debes de recordarlo, cierto? Fue cuando no estaba segura si comías lo suficiente en esa secundaria —entrecierro los ojos, irritado. ¿Solamente para eso vino? Harry se dio cuenta de mi reacción, se serena y hace el ademan de continuar con su habladuría—. No importa, quería amenizar el ambiente; ¿cómo te va la vida ahora? —indago más serio.

    Entorno los ojos con fastidio, vaya idiota. No cambió ni con los años.

    —¿Quieres saber, Potter? —dije altamente irritado, será idiota— Desperdicié mi vida golpeando a todo crío que me encontré, los que creí mis amigos me traicionaron a la menor de las oportunidades y, te digo algo más, me pudro en la prisión después de cometer una estupidez... si quitamos todo eso, pues me va de maravilla —termino con sarcasmo.

    Lo veo incomodarse en su asiento, creo que le afectaron mis palabras. No me importa, él preguntó.

    —Sé que fuiste un patán descerebrado en nuestra juventud —admite Harry con seriedad, por mi parte miro el reloj. El tiempo se está agotando.

    —Apúrate —siseo, presiento que es algo interesante pero si no va a donde importa, de nada va a servir.

    —Ejem, como decía, hay una forma de remediarlo —continuo siguiendo mi pedido, está nervioso—; puede que no lo aceptes ya que tendrías que tragarte tus palabras —vuelvo a entornar los ojos, él parece interpretar perfectamente la insinuación que le hago—. Te daré un día para pensarlo y volveré mañana para que me digas lo que decidiste...

    —Potter, no tengo tiempo —interrumpo hastiado, un tic aparece en mi ojo derecho.

    —Hay una pócima que te hará retroceder al pasado, siendo exacto cuando eras niño (exactamente la edad no sé), podrás cambiar todo lo que has hecho mal pero sólo tendrás una oportunidad, así que no la desperdicies —concluye serio.

    Los colores se esfuman de mi rostro, conoce perfectamente que aborrezco la magia ¡y aun así me propone semejante idea! Creo que le falta un tornillo o algo por el estilo, trago en seco mientras mi corazón se agita, la idea suena tentadora, evitar que me convierta en lo que soy ahora pero... pero... ¡está el factor mágico, y odio todo lo relacionado con el mundo de los anormales! No, no y ¡NO! No me tragare mi orgullo, aunque eso signifique cambiarlo todo.

    —No.

    —Dudley —dijo lentamente, como si estuviera a punto de regañarme—, piénsalo bien; además te dije que volvería mañana —y con eso se levanta y se va.

    Yo le imito y, mientras el oficial me acompaña hasta mi celda, pienso en la posibilidad de volver atrás y evitar muchas tonterías que hice. Siendo sincero es que me gustaría tener una nueva oportunidad y así cambiar mi comportamiento pero ¡es magia! No la tolero, no me gusta y no quiero aceptar ninguna ayuda de un anormal... ejem, de Harry haciendo magia; supongo que sí soy orgulloso, al menos en ese aspecto y fingir que no lo soy será más costoso de lo que debió imaginar. Meditando en todo esto llego a mi destino, entro ignorando el comentario del oficial y me acuesto en la cama; tentadora opción, para que negarlo.

    ¿Qué elijo? No lo sé... ¡no lo sé!

    Sueno como un desesperado, ¿verdad?

    Pero sin el "como".

    Un día, solamente cuento con un día, ¿qué hacer? ¿Cómo se supone que decidiré? Cambiando de tema, si alguien me hubiera dicho que la magia salvaría mi vida en dos ocasiones le hubiera tachado de loco, la primera ya ocurrió (el ataque de los Dementores, creo que así se llaman) y ésta. Me siento nervioso, no es nada sencillo olvidar la forma en la que me criaron mis padres y que Harry llegue en el momento más inorpotuno no ayuda mucho. Quiero y no quiero hacerlo, lo que es muy contradictorio; ¿cómo tomar la elección que cambiará mi vida? Mas si acepto trataré de no cometerlos dos veces, no soy tan idiota para realizarlo.

    "Pero sólo tendrás una oportunidad", eso me dijo. ¿Qué significará? Prefiero no saberlo.

    El tiempo pasó más rápido de lo que hubiera esperado, aunque me acosté no logré dormir con calma. Ese crimen aun me atormenta, ¿lo peor de todo? Es que todavía no sé que respuesta le daré: ¿sí o no? Es sólo un estúpido monosílabo y no dejo mi orgullo testarudo de lado, qué imbécil soy.

    Si acepto sólo será por un momento que aceptaré la existencia de la magia, ¿o me equivoco? ¿Y si voy al pasado no tendré que cambiar esa parte de mi, cierto? Sí, decidido: iré a hacer ese viaje y tomaré esa cochina poción, no obstante no modificaré eso... creo que lo disminuiré un poquitín pero no lo abandonaré, para nada. Espero no desviarme de mi misión: cambiarme a mi mismo; ah, ojalá que no me cueste ser mejor persona desde un inicio, sé que no será sencillo.

    A empezar una gran aventura, fantástico.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  2.  
    Pire

    Pire Usuario VIP Comentarista Top

    Escorpión
    Miembro desde:
    13 Noviembre 2010
    Mensajes:
    3,692
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    No sabia que iba a encontrarme al abrir al no ver comentarios ni nada pero me has dejado satisfecha. El arrepentido, gran primo idiota. Cometió muchas barbaridades pero jamás creí que terminaria en la carcel, lo miraba demasiado miedoso y tonto para hacer algo tan grave, pero sabes que la gente aveces te sorprende o hasta tú mismo. Lo que si me pareció un poco tedioso es que repitiera una y otra vez que hizo algo malo, haciendose al martir cuando el ocasionó todo, eso me dejó muy repetitiva la historia.
    Pero quisiera ver la continuación de esto, a ver a donde llega, de verdad, muy buen inicio y espero volver a verte en el foro c:
     

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso