Debajo de la cama.

1.Diego.
Todavía no había subido los escalones de la perfección, aún siendo una vampiresa, me costaba mucho todavía adivinar lo que Nessie estaba pensando.
La adolescencia no era fácil para ella, aparentaba unos 13, tenía 6, y pensaba como si tuviera 15.
Edward y yo nos habíamos dedicado en buscar que le gustaría para su cuarto, ya no estaba tan vacío de cuando apenas solo tenía una cuna y un pequeño escritorio en el cual había una lampara y varios libros.
Cuando entró a la pubertad le dio por leer unos libros un poco tétricos y desde que era más niña había coleccionado tantos libros que tuvimos que comprarle un librero, el cual ya estaba apunto de ser llenado. Ella amaba leer, uno de sus libros favoritos -y uno de los más tétricos- era de Edgar Allan Poe.
Su cuarto ella había decidido tener una cama matrimonial -decisión la cual a Edward y a mi nos sacó un poco de onda- y una computadora sencilla, dijo que con eso estaba satisfecha.
Una mañana en la cual Nessie se levanto temprano. Edward estaba en casa de Esme, mientras yo estaba preparando el desayuno de Nessie.
-Buenos días mamá- dijo mientras abría una silla y se sentaba en ella.
-¿Cómo amaneciste?
-Bien ¿y papá?
-Fue a casa de Esme por unas cosas.
Comió en silencio mientras yo estaba tratando de imaginarme como durante 18 años había comido algo tan horrible y desagradable -a mi forma de ver las cosas-. Nessie había iniciado a comer comida humana a las 3 años, cuando dejo de tomar la sangre de los donantes que le llevaba Carlisle del hospital.
Todo seguía igual, Jacob iba a ver a Nessie cuando ella le llamaba o a veces hacia visitas sorpresa a la casa, Alice ya se había acostumbrado a no poder ver el futuro de Nessie, yo había aprendido a mostrar mis pensamientos, lo cual era bastante útil cuando Edward no entendía lo que yo sentía, Jasper seguía esperando un paso en falso y Emmett seguía sin poder ganarme en las fuerzas de mano con mano, pero el otro día casi terminaba ganando. Creo que empezaba a agradar a Rosalie, pero no lo suficiente.
Ese día había dejado a Nessie en casa y me había ido al supermercado a comprar comida para Nessie y un cepillo de dientes cuando lo vi.
No recuerdo haber visto a alguien como el antes, pero no sé se me hizo muy familiar.
Tenía el pelo castaño, largo y mal peinado hacia el lado derecho, era moreno, alto, delgado y con unos ojos los cuales, al momento de que me di cuenta de que se me era familiar voltearon a verme, pusieron un gesto incomodo y voltearon de nuevo hacia su carrito. Por lo tanto yo deje el mío y había ido a conocerlo.
Cuando toque su brazo descubierto por la camisa, no hizo ningún gesto de frío como hubiera hecho cualquier otro humano, lo cual quería decir que ya nos habíamos encontrado antes.
-Espera- dije y tampoco se sorprendió con el color, dulzura y tono de mi voz, pero los demás compradores si.-¿te conozco?
Cuando me miro miles de recuerdos se me vinieron a la mente y solo uno se remontaba a Phoenix hace 10 años.
Tenía 14 y el estaba allí, recuerdo haberme caído y el estaba allí curándome la rodilla. Recuerdo -como en un lago fangoso- su nombre perfecto.
Diego.

 

2. Audrey.
No recordaba lo frágil y delicado que podía ser un humano.
Cuando toqué a Diego por el brazo, sentí la calidez de su cuerpo y mi garganta quemó un poco., Diego no se había sorprendido de lo helada que estaba mi mano, lo cual a mi fue la que me sorprendió ya que la ultima vez que recuerdo haberlo visto fue a los 16 años, cuando se mudo y un año después yo me fui a Forks.
-Hola- había dicho con mi voz melodiosa, como si estuviera cantando.
-¿Bella? -No se había sorprendido de mi voz, de mi tacto ¿pero si de mi aspecto?
-si... Diego ¿no?
-si Diego, la ultima vez que te vi fue cuando tenías 16.
-si, es un recuerdo lejano- claro sobre todo de parte mía...
-¡no has cambiado nada!- lo decía enserio.
-ah si, tu ya eres adulto.
Se rió.
-Supongo que tu también.
No tanto como tu.
-¿qué haces aquí?- pregunte.
-mi prometida y yo vamos al parque nacional de Forks.
Prometida, tenía que imaginármelo.
-prometida.
-si, me caso en 6 meses- Noviembre - el 16.
-ah y ¿como se llama?
-Audrey.
-¡como Audrey Hepburn!- ¿porqué dije eso?
-claro, y tu ¿te casaste? o ¿tienes novio?
-si, me case un año después de irme, a los 18 y tengo una hija.
-me alegra, eso quiere decir que tienes 24.
-cuanto una mujer pagaría por verse como tu y tener tu edad- dijo una voz femenina procedente de atrás de mi.
Supuse que era Audrey, por mas vampiresa que yo fuera, concentrar toda mi atención en Diego me había hecho olvidar todo lo demás. Audrey era alta -un poco mas que yo- de pelo rojizo casi naranja, de ojos grandes y verdes, de tez clara y con voz dulce.
Me tendió la mano en señal de saludo.
-Audrey Heller, mucho gusto- en el momento que le tome la mano, ella si se estremeció un poco ante mi frío y duro roce.
-Bella Swan, el gusto es mío.
-oh así que Diego y tu ya se conocían.
-desde pequeños- contesto Diego sintiéndose un poco excluido de la conversación.
Audrey tenía una sangre dulce y mucho, podía ver la sangre correr por las venas azules de su cuello.
-ya va a ser la hora de la cena y si viene con nosotros a cenar, estamos rentando una casa a menos de 20 minutos de aquí, ven con nosotros.
Creo que ya se lo incomodo que se ponía Edward en esos menesteres de la comida.
-no gracias en realidad tengo mucho que hacer.
-por favor- dijo Diego (con una voz mas encantadora que la Edward) -lo apreciaría mucho, hace 7 años que no nos vemos y tenemos muchas cosas que contarnos.
-no puedo lo siento.
Fui hasta mi carrito, fui a la caja pagué las cosas y me fui a la casa.
Cuando llegué a la gran finca blanca me sentí tranquila.
Estaba en casa.

 

3. Cómoda en sus brazos.​

En la gran finca de los Cullen la cual no había cambiado mucho a lo largo de estos 6 años., el sillón blanco había sido remplazado por un sillón casi rustico color dorado -y ese había sido el tema que habían tomado Alice y Esme, el dorado y lo rustico modernista- habían puesto un tapete también del mismo color con fondo negro y la mesita de centro era pequeña y dorada, el comedor -el cual solo era usado por Nessie- tenía tulipanes morados, y así iban concordando las recamaras con cuartos con edredones dorados, muebles tallados, tulipanes de diferentes colores en floreros de cerámica y detalles como esos por toda la casa.
Antes de que me diera cuenta ya estaba sentada en el sillón recostada sobre Edward, solo oía zumbidos de las platicas dentro de la casa.
Edward me susurraba al oído mi canción favorita "Two is Better tha one" de Boys like Girls.
-Hola pequeña- había dicho, pero su voz no tuvo el mismo efecto.
Lo miré a los ojos, el topacio de sus ojos ya no me encanto de la misma manera.
-Hola- dije y sonreí.
-¿cómo te fue en el supermercado? tardaste algo.
-Me quemaba un poco la garganta, pero ya estoy bien.
-Eso es bueno, quiere decir que ya estas lista.
-¿lista?- en ese momento no adiviné hacia donde se dirigían sus pensamientos como había aprendido estos años.
-Bueno te tenemos una sorpresa- dijo Alice levantándose de la silla, dejando su conversación con Jasper, Emmett y Esme -y a que no adivinas cual es.
-Ya que Alice se muere por decirte -dijo Edward -dejaré, solo por esta vez, que se ella quien de la sorpresa.
-¡Vamos a invitar a tu madre a Forks!
-¡¿QUÉ?!
-Si, Jasper ha estado muy atento a tus emociones cuando estas cerca de un humano o de un licantropo como Jacob, y ya tienes 6 años, por así decirlo, y ya estas lista para poder ver a tu madre.
-Pero ¿qué pasa si sale algo mal?
-No creo que...
-Va a darse cuenta cuando ni Edward, ni yo, ni tu, ni nadie aparente 6 años mas., Charlie ya lo sabe, pero eso lo pone en un punto mas vulnerable por los Vulturis, ¿qué pasa si se dan cuenta?
-Me ofende que ya no confíes en mi don, se supone que ya puedo empezar a ver el futuro de Nessie, y el de los Vulturis está realmente en calma, Bella ¡tienes que dejar de preocuparte! yo estoy aquí al igual que Edward y como cada uno de esta familia.
-¿Ya le dijeron?
-Acabamos de hablar con ella.
-¿Entonces se lo diremos?
-Si ella lo descubre tendremos que confirmarlo, y si no así seguiremos hasta que...
La deje de ver -pensé.
-Si- contesto Edward.
-¿Y Nessie?
-Se quedo en tu casa, esta con Jacob.
-¿Quieres ir a verla?- me pregunto Edward.
-¿Quieres salir?
Me sonrío y ahora si sentí ese efecto.
Edward y yo salimos a caminar al bosque a paso humano. Cuando por fin llegamos a una zona aislada y silenciosa Edward se acostó en el piso y yo repetí acción.
Cerré los ojos y puse mi cabeza en su pecho, empecé a escuchar los sonidos del bosque, el agua del río, pájaros, podía escuchar la carretera y esperaba poder dormir, hace mucho que no me escapaba de esa manera.
Cuando abrí los ojos vi los de Edward y en ellos vi también los míos.
Edward me empezó a besar y yo culpable -porque ya no sabía que pensar, con la aparición de Diego de nuevo en mi complicada vida y porque ya no sentía del mismo modo el amor de Edward y no era por el si no por mi- su aliento estaba en mi, delineo con su lengua mis labios, entrelazo sus dedos en mi pelo y yo repetí este aconteciendo. Y allí me acorde de otra cosa.
Mi primer besó.
Por mas que había dicho -lo cual era cierto- que no había sentido algo tan fuerte por Edward que por otra persona, pero mi primer beso no fue asqueroso como dicen, para mi fue por lo cual Diego y yo arruinamos nuestra amistad.
El estaba conmigo en el bosque y el estaba sentado, yo estaba recostado en el levanté la cabeza y el me robo el beso.
Los 6 segundos más largos de mi vida.

 

4.Fuga
Edward lo había notado.
No había dicho nada cuando se dio cuenta de que mi necesidad por el había cambiado.
Nos levantamos del piso los 2 con el pelo un poco enmarañado y anduvimos a paso humano camino a nuestra pequeña casa.
No hablamos en el camino y el no parecía enojado conmigo, al abrir la pequeña puerta de madera estaba Renesmee y Jacob estaban jugando vencidas en la mesa.
-Hola- dijo Edward y se encamino a la mesa.
Renesmee rió y soltó la mano de Jacob y abrazó a su padre y cuando lo soltó me lanzo una sonrisa y dijo Hola.
-Hola- contesto Jacob al saludo de Edward -Nessie lleva ganándome 5 a 2.
-Débil- contesto.
-Fuerte- contesto Jacob a ese insulto.
Renesmee era alta , de hecho Nessie era mas alta que yo, su cabeza le llegaba a la boca de Jacob.
-Nessie ¿puedo hablar contigo?- pregunte.
-¿hice algo malo?
-no solo quiero salir a caminar contigo.
Nessie, Jacob y Edward confundidos me miraron y Nessie de todos modos vino conmigo.
Corrimos a un lugar alejado de la Finca y de mi pequeña casa.
A Nessie yo le confiaba todo, ella ya había aprendido a no pensar en las cosas que ella no quería que Edward supiera, así que cuando le confiaba las cosas no tenía de que preocuparme, pero nunca la sacaba de la casa para decirle algo.
-¿Qué paso mamá?
-¿Ya te había hablado de Diego?
-No...
-No puedo decir que fue mi primer amor porque en realidad solo era mi mejor amigo.
-No estoy entendiendo.
Me reí.
-Yo tampoco, Muchos años antes de que tu nacieras yo tuve una vida completamente humano, no era perfecta pero no me quejaba, tu abuela y yo nos llevábamos muy bien y nunca fui una adolescente que comprara mucha ropa, Tenía un compañero en la escuela llamado Diego, moreno, alto y no era feo.
"No voy a decir que no me gustaba, porque enserio me gustaba, no voy a mentirte si, tu padre fue mi primer novio, pero no fue al único que quise.
Se me quedo viendo.
-Tienes razón es una estupidez.
-¡No! Sígueme contando.
-Con el di mi primer beso y créeme fue completamente mágico, no como dicen que es asqueroso, y si en algún momento sentía que volaba era con Diego, me sentía ligera, como si yo fuera una pluma y me dejara llevar con el viento. Obviamente esa sensación acabo cuando el se mudó, entonces cambió de escuela, de casa y de todo, así que lo deje de ver a los 16 años y un año después me mude a Forks. De hecho creí que no lo iba a volver a ver, porque el quería estudiar en Australia y cuan do estaba en el supermercado me lo encontré.
Renesmee puso cara de sorpresa cuando le dije eso.
-No sentí lo mismo por el y tampoco sentí lo mismo por...
-Papá.
-No digo que ya no lo quiera...- Bajé la voz.
-Solo que ya no sabes lo que sientes.

 

5. "Así el León se enamoró de la Oveja"
Ese día Nessie y yo regresamos a casa y ella procuró no pensar en nada y distraerse con otra cosa, eso no fue lo que Edward, los Cullen y Jacob notaran que algo me llevaba entre manos, si no más bien fueron mis horas de salida, mis actitudes frías hacia mi marido y mis escusas distraídas para salir.
Lo que buscaba era el aroma de Diego en el supermercado.
Cuando encontraba algo el olor se esfumaba y solo me quedaban recuerdos de cada uno de los movimientos de ese idiota, ya que no siempre había sido "perfecto".
Cuando estábamos en octavo grado el se volvió un completo idiota después de haberle dicho que sentía por el, de amable, dulce, culto y adorable se volvió un idiota en todos los sentidos después de distanciarse de mi. Un día lo encaré.
-¿Porqué te comportas así conmigo?
Su cara de perplejo y de inocencia casi conmovían mi corazón, pero no quité mi cara seria.
-¿cómo es así?
-te distanciaste de mi de una manera horrible y ya no se como hablarte.
-no me he distanciado tú fuiste la que se alejó- dijo tratando de hacerme parecer a mi la culpable como siempre hacía en signo de defensa.
-¿de que manera Diego? Cuando te di una declaración fuerte, tomaste distancia y ahora si hablo contigo siento como si estuviera hablando con la pared o creo que la pared me escucha más.
-tú fuiste la que me dejó de hablar y yo tampoco te puedo hablar y ya me pregunto si en realidad me quieres.
-los animales no tienen sentimientos.
Se puso blanco como la cal al haberle dicho lo que el decía a mis espaldas en esos tiempos cuando jugaban basta (animal con "B".... Bella)
-¿por qué dices eso?- dijo con su cara de inocencia que no le quedaba.
-cuando me besaste y salí corriendo no fue porque no me gustaras.
-no me cambies de tema.
-¿no es lo que haces siempre?
Y me besó y esa vez en vez de quitarme, lo seguí.

Era uno de los recuerdos más lejanos que tenía.
Cuando por fin después de 2 semanas de estar buscando ese peculiar olor que hacía quemar a mi garganta, lo encontré y todo en mi cabeza dejó toda neblina atrás, en ese momento seguí ese aroma.
Cuando lo encontré no era feliz. lo noté en su mirada, llevaba 10 años de conocerlo.
Supongo que sintió mi mirada, tuvo un presentimiento, no sé, lo único que se es que cuando su mirada se posó en mis ojos sentí ligereza y comodidad.
Lo había encontrado en un café con Audrey hablando como perico y el con mirada triste, así que cuando me vio se levantó de la mesa y se acercó a mi, Audrey sin una gota de celos lo siguió.
-Bella- dijo con su voz encantadora.
-Hola, creí que ya se habían ido a Phoenix.
-Creó que Audrey se quiso quedar en Forks un poco más.
-La verdad me moría por conocerte bien.
-Ya estoy aquí- dije subiendo las manos y cantando.
Diego se rió.
-Me alegra.
-A mi también.
Audrey con sospecha me invitó a que me sentará con ellos y que nos tomáramos un café, pero les dije que mejor saliéramos a caminar, que yo no era para estar sentada y ellos aceptaron.
Me esperé a que se acabarán el café y las galletas y después salimos a caminar empezando a ver el planeta alienígena al cual me había mudado a los 17 años.
Era hermoso el paisaje, me encantaba como el poco sol que caía daba a las plantas y todo era verdor.
Audrey decidió irse a la casa que rentaban y dejarnos a nosotros solos ya que no nos habíamos visto hace tanto tiempo y por fin aceptamos.
Debía admitir que Audrey era algo molesta, hermosa pero molesta.
-¿Qué haces ahorita para mantenerte? o ¿Eres ama de casa?
-Me he dedicado a escribir, pero debo admitir que no son muy buenos mis escritos.
-algún día mándame uno y yo diré si son buenos o no.
-No creo poder.
-¿Porque?
-Soy muy discreta con ellos, ni mi marido los puede ver.
Tomo mi mano izquierda y vio la sortija que la adornaba, me lo quitó y leyó por dentro.
-"Así el León se enamoró de la Oveja" ¿me explicas por qué?
Le quité el anillo y me lo volví a popner.
-Chiste local.
-El cual la señora Cullen me explicara si se lo pido.
-Ya no tengo 16, ya no caigo más en esos juegos, y sigo siendo señorita, soy pequeña.
-Pero casada- dijo con tristeza.
-Exacto.
Dejamos de caminar y solo nos quedamos allí mirándonos.
-¿Qué no tus ojos eran café?
-Uso lentillas.
-¿Te gustaría quitártelas? quiero ver los ojos que alguna vez vi con amor.
-Por favor.
Me volteé y seguí caminando.
-Juego, juego- dijo alcanzándome -pero si quiero ver tus antiguos ojos.
-Te tendrás que aguantar.
Cuando vi a ver el cielo vi que estaba llegando el crepúsculo así que me dirigí a la otra dirección y empece a caminar más rápido, Edward se iba a preguntar donde andaba.
-Por favor- me dijo - no te enojes.
-No me enojo pero tengo que llegar a casa.
-La mía está para allá- y señalo el camino por donde íbamos avanzando.
-Entonces adiós.
-¿Nos volveremos a ver?
-Tendrás que esperar.
Y me fui a paso más rápido que un humano podría conseguir sin trotar.

 

6.- La mas vívida perfección.
Cuando llegué a la finca todavía estaba un poco aturdida, Edward me recibió con un gran abrazo y por fin me sentí como la Bella de antes.
Nessie como siempre estaba con Jake, Emmett estaba jugando cartas con Jasper, Alice y Rosalie discutiendo sobre quien llevaría a cazar a Nessie, Carlisle y Esme estaban en una esquina bailando lento como si hubiera música... eso fue lo que me afecto.
Mientras Edward analizaba cada centímetro de mi mano me puse rígida al pensar en Diego, en nuestros pequeños y adorables bailes con música que el tarareaba, Edward se dio cuenta de mi rigidez y me dio un beso en la frente, se puso de pie, me miró con una expresión que yo no entendí y salió de la casa, a ninguno le sorprendió.
Una milésima de segundo me quede pensando que hacer y lo que decidí fue seguirlo.
-Edward- dije con voz ronca.
Me dejó sorprendida que se haya ido a paso humano a Dios sabe donde.
Giró y me vio con tristeza.
-¿Que sucede Bella?- Me dijo con voz dulce y triste.
Tan solo me pude quedar callada, se acercó me abrazó, beso mi cabello y olí mi pelo.
-No hueles tan bien como antes- dijo y soltó una risa.
-Antes todo era diferente, mi corazón latía, me sonrojaba...- Me interrumpió y dijo.
-Como amaba el color de tus mejillas.
Si hubiera sido humana, hubiera estado llorando.
Levanté la cabeza y me topé con sus ojos color miel.
-Ya no soy la misma.
-Y el ¿sigue siendo el mismo?- Evitó decir su nombre.
Me puse rígida y el me soltó.
-Creo que si.
-Camina conmigo- Me cargó y corrió al bosque, estoy segura que cuando era humana, el me cargaba y me mareaba, pero ahora todo era diferente, veía cada centímetro del bosque a la perfección. Cuando me bajó no recuerdo donde estábamos, pero me tomó de la mano y empezó a caminar.
-Háblame de él- lo dijo como si fueras amigos y no un matrimonio.
-¿Hasta donde sabes?- dijo con inseguridad.
-Se que era tu amigo, se que tu lo quieres y se que lo has estado viendo.
A pesar de ser de noche, yo lo veía todo y vi como puso una sonrisa al ver mi cara de sorpresa por haber pensado que el no sabía de Diego.
-Él se fue antes de que pasara algo, un año después creí que me exiliaban a Forks.
-Tengo entendido que esta comprometido.
-Y yo tengo entendido que estoy casada con un hombre que vino de un cuento de hadas, que tengo una hermosa hija que tiene mis ojos en vida humana y en todo lo demás es igual a su hermoso padre Edward Anthony Masen Cullen.
Se rió como si todo eso fuera mentira y yo fuera una muy mala mentirosa.
-¿Qué quieres que te diga?- Dije sin saber mucho que pensar.
-¿Me amas?
-Mas que a mi propia vida, y lo sabes.
-¿Lo amas?
Me quedé callada, me besó la frente y empezó a caminar hacia el lado contrario.
-¿Qué haces?- Le pregunté.
-Dándote tiempo para pensarlo.
Y se fue.
¿Por qué siempre tenía que ser tan extraño?, nunca supe que era lo que en realidad quería, siempre el me dijo que solo buscaba mi felicidad, pero el preció yo lo tenía que pagar, así que no era de mucha ayuda.
Siempre yo había amado la perfección, y Diego no era precisamente "perfecto", ¿a quién engañaba?, Diego estaba a punto de casarse con un ángel con nombre de una ganadora del Oscar.
Pero Edward era el hombre perfecto en todos los sentidos.