Dame una oportunidad [ShiSa]

*Vengo a traerles una nueva historia, no sé si será corta o larga, pero espero que les guste, espero no caer pesada con Sakura, el romance y drama, y además ojalá esta pareja sea de su agrado; que la disfruten leyendo como yo escribiendo ^^*


Prólogo:

Sakura era una muchacha de diecisiete años, cursaba el segundo año de preparatoria, caminaba cada mañana hacia la escuela junto a su mejor amiga Ino, aunque se la pasaban discutiendo por quién era mejor que la otra por cada mínimo detalle, pero no había quién separase a ese par; ella era adoptada, nunca conoció a sus verdaderos padres, y la que era ahora su “madre”, se llamaba Tsunade Senju, ella le había dejado el apellido “Haruno” a Sakura, nunca le trató de ocultar nada, y la trataba como a su verdadera hija, le daba de todo, pero también le exigía, en este caso, un matrimonio arreglado desde pequeña, así que ya salía con un apuesto joven, su nombre era Sasori, de veintiún años, estudiaba en la universidad, y era amable con ella.

Ambos jóvenes sólo sentían cariño el uno por el otro, si estaban juntos era por aquel compromiso, y si este no existiera, era seguro que serían buenos amigos, así que cada cierto tiempo planeaban extraños sucesos que harían que terminaran con el compromiso, pero con nada lo lograban; aun así, eso no los desanimaba, tenían tiempo suficiente, y harían su mejor esfuerzo por su propia felicidad, además de que Sasori amaba ya a alguien y era una motivación más, pero acerca de ello sólo lo sabía su confidente favorita, Sakura.

Siempre se encontraban a Naruto en la entrada, e iban juntos cada uno hasta su respectiva aula, Naruto estaba en la B y ellas, Sakura e Ino, en la A; esa mañana en particular, hacía mucho frío, estaba nublado, e Ino no llegó a buscarla, la había llamado minutos antes diciéndole que no iría ya que le había dado un resfriado y se quedaría en casa a descansar.

—Ino cerda —decía mientras caminaba dirigiéndose hacia la escuela sola, era aburrido sin la rubia; algo la distrajo, el brillo de una moneda, y pensó que si la levantaba, le daría suerte, así que se agachó para recogerla.

—Esa moneda es mía, preciosa —le dijo un extraño hombre, que poco a poco se iba acercando hacia ella, arrinconándola hacia el muro y tomándole la mano que sostenía la moneda; Sakura estaba muy nerviosa, y tenía miedo.

—P-por fav-vor, tengo q-que llegar t-temprano a la esc-cuela —contestó abriendo su mano para que cogiera aquella moneda.

El hombre rió burlonamente, e intentó tocarle el trasero, pero ella sacó fuerzas de donde no tenía, y le golpeó con la rodilla donde más le dolía, así que este la soltó y ella salió corriendo, pero aquel hombre empezó a seguirla, a pesar de estar adolorido, él quería hacerle pagar por aquella humillación, y ella seguía corriendo, seguía escapando, sin darse cuenta se metió por una calle diferente, esperaba simplemente encontrar a alguien que la ayudara, cualquiera pensaría que sólo estaba corriendo para no llegar tarde a la escuela, pero no era así; pronto a unos metros pudo visualizar a una persona, un joven alto de cabello ondulado, y atrás de él venían dos más, por lo que ni bien llegó a su lado, se escondió detrás del primero como una niñita temerosa.

—A-ayúdame —le rogó en un susurro, el joven la miró de reojo y vio su rostro lleno de miedo, ella no dejaba de temblar, y en aquel instante llegó su perseguidor.

—Aquí estás —dijo jadeante, pero se sobresaltó al ver a tres jóvenes que parecían ejercitarse constantemente, por lo que retrocedió unos pasos.

—¿Desea algo con mi novia? —preguntó el joven con una mirada furiosa.

—E-ella no puede ser tu novia, es sólo una mocosa que convenientemente te acaba de encontrar —le afirmó con sus palabras.

—¿Me estás llamando mentiroso? —él dio un paso hacia aquel tipo para asustarlo, luego tomó a Sakura de la mano, la miró, con la otra acarició su barbilla, y la jaló hacia él besándola.

Era el primer beso de Sakura, ella se sonrojó, un desconocido se lo había robado, pero no podía quejarse, era un beso que la salvaría de aquel acosador, por lo que no se apartó ni se quejó, además, el joven era muy guapo; otro de los jóvenes que estaban al margen de lo que sucedía, hizo como que tocía para que aquella vergonzosa escena tuviera un fin.

—Creo que atrapé un resfriado, será mejor que nos marchemos con Sakura —dijo con total seguridad el menor de los tres, y aquel beso terminó.

—Además, el tipo ya se fue hace como diez segundos atrás, pero ustedes… —decía el otro con cierta ironía y una sonrisa encantadora.

—¿C-cómo conoces mi nombre? —ya se había olvidado del beso, aquel muchacho en verdad le parecía conocido, pero no recordaba de dónde.

—Solíamos jugar de pequeños ¿Recuerdas?, con el dobe de Naruto —ella puso cara de sorprendida y corrió hacia él.

—¡Sasuke-kun! —gritaba contenta—, ¡en verdad eres tú!, ¿pero cuándo volviste?

—Hace unos días, les iba a sorprender hoy en la escuela, pero… —ella se soltó de él, pudo notar un leve sonrojo en sus mejillas, pero no se lo diría, él era un tanto orgulloso como para aceptarlo.

—¡La escuela, llegaré tarde, debo irme…! —seguía gritando muy nerviosa.

—Primero cálmate, ¿o ya olvidaste lo que acaba de pasar? —le preguntó el joven que la salvó—, no deberías ir sola ¿no lo crees?

Ella recordó todo lo sucedido minutos atrás, y por supuesto aquel beso, su primer beso, y a causa de ello, se sonrojó, y a la vez, sus ojos se le hicieron agüita, pero no se quejó, no quiso decirlo, hizo una reverencia en señal de agradecimiento.

—M-muchas gracias por tu ayuda —le respondió con una voz temerosa.

—No es necesario que hagas eso, soy Shisui Uchiha, encantado —ella levantó un poco el rostro, pero intentó no mirarlo a la cara.

—Sakura Haruno, un gusto —se presentó—, ¿Uchiha?, ¿entonces eres…?

—Soy primo de Itachi y Sasuke, viviré con ellos a partir de ahora —le contestó sonriente.

—Sí, sí, ya basta de tanta presentación, Sakura, vámonos —le ordenó con gentileza, y se fueron los dos hacia la escuela.

Luego de aquello, Itachi y Shisui se marcharon, ellos también tenían cosas que hacer, debían terminar de inscribirse en la universidad, habían hecho su traslado desde Inglaterra, pero debían finalizarlo allí.

—¿Por qué la besaste idiota? —le preguntó Itachi con recelo.

—¿Y por qué no?, es linda —con otra sonrisa hizo callar a su primo.

Itachi aún estaba algo triste, ella no lo había reconocido, o eso pareció, aunque era de esperarse, no se veían desde hace ocho años…