Basado en la canción "Hero" de Skilled Heroína Respirando agitadamente, inhalando el aire y exhalando tan rápido cómo si las partículas de oxígenos fueran miles de recuerdos dolorosos de pérdidas irrecuperables. Manchando las sábanas blancas de la cama con el sudor que su rostro generaba. Cada fragmento de memoria se convertía en una lágrima imaginaria que, justo como los caídos, desaparecían de la Tierra convirtiéndose en parte de ella. No era invencible y nunca la fue, sólo un niño cuya madurez fue abruptamente empujada por la fuerza de sus obligaciones hacia el destino. Un simple muchacho de cabellos oscuros y marrones ojos, cuya cuerpo delgado y bajo de estatura era protegido por una piel morena con unas distinguidas marcas de zeta en cada mejilla de su rostro infantil. Un alma fuerte con habilidades únicas, las mismas que obligaron al mundo a colocar todas sus esperanzas en ella. Actualmente un joven que dependía de la fe ajena, cuerpo roto sobreviviente de una guerra que destruyó su burbuja de inocencia, cuyas manos se tiñeron de un carmesí permanente porque la gente necesitaba un héroe que les ofrezca consuelo y sueños de una vida libre de oscuridad sin interesarles ni un segundo los sentimientos negativos surgiendo en la mente y alma de su salvador. Un muchacho cuya voz se escuchaba como una melodía de paz moldeable a la interpretación de las masas, aquellas palabras exigían un descanso de la agonía y un mensaje de auxilio para ser rescatado de la locura. Gritaba con la esperanza vana de alejar sus pensamientos de un tiempo ya inexistente, suplicando perdón a una cantidad significativa de rostros que una vez pertenecieron a sus amigos. Caras familiares sin oportunidad de crecer o envejecer, cuyas facciones nunca cambiarían en los pixeles de una fotografía. El pobre muchacho de ojos marrones estaba tan cansado de su existencia que decidió concentrar su energía en la palma derecha de su mano desnuda generando una pequeña esfera azulada, perdido en su dolor no logró distinguir una figura que se lanzó y rodeó su cintura ofreciéndole un cálido abrazo, el cuerpo femenino lo sostenía por detrás de manera protectora mientras sollozaba generando lágrimas en la camisa negra del joven. Girando la cintura con dificultad el chico observó el rostro de la bella dama que lo sostenía con miedo de perderlo, May Balance. El cabello castaño fluía descuidadamente hasta la mitad de su espalda con dos largos mechones descansado en sus hombros, ojos azules acuosos por el llanto, una nariz y labios pequeños que hacían juego con su piel blanquecina cuya natural belleza era ligeramente afectada por una mirada temerosa dirigida a su acompañante. May besó al pelinegro con amor para transmitir su mensaje, el sabor salado de sus labios causaba una sensación nueva en la pareja. La esfera celeste desapareció de la nada tal como fue creada. El pelinegro sostuvo a la hermosa chica por la cintura con la mano derecha y con la izquierda sujetaba con delicadeza. Ash Ketchum amaba a su heroína; May Balance. Su única razón de vivir.