Esperando. Sus ojos pálidos de color lavanda miraban a través de la ventana con nostalgia, observando con tristeza el gastado follaje de los árboles que rodeaban su castillo… Su corazón era tan similar a las hojas en ese momento, tan secas; frágiles e inservibles. ¿Cuánto tiempo llevaba suspirando por su amado? No lo sabía, pero al parecer; era un día más en ese lapso tan largo. Lo único que tenía de él eran recuerdos, palabras y promesas. Aquellas hojas de otoño morían… Sus sentimientos a diferencia nunca se dispersaban con la brisa; se quedaban con ella, soportando las estaciones y sus consecuencias; todo por él, su amado ninja de azules luceros.