One-shot de Pokémon - Cuentos: Moby Wailord

Antes de comenzar, quiero agradeceros todos los comentarios y sellos que dais en mis Drabbles. De verdad, animan a uno a continuar para mejorar y crear nuevas historias ^^


Un hombre mayor, calvo y con una barba blanca observa el mar tratando de recordar aquellos días en los que era un joven lobo de mar. Su casita situada en la playa le daba esa tranquilidad que tanto le gustaba, la brisa del mar, ese olor a agua salada y esas puestas de sol le llenaba de nostalgia.

Un joven niño de unos doce años se acerca a él. Lleva un chandal y una gorra, el pelo rubio, unos ojos azules además de su deportivas para correr.

—Gracias por haberme traido desde Ciudad Portual—Dice el joven con una sonrisa.
—No es nada chico, me gusta ayudar a los jovenes y navegar por estas aguas—Responde anciano volviéndose hacia él.

El chico sigue con una sonrisa. Entonces, se le pasa por la mente algo que queria preguntarle.

—Oiga, ¿Es cierto que existe un Wailord de color blanco?—Pregunta curioso.

Al escuchar la pregunta, el anciano suelte una carcajada.

—Claro que existe, una criatura grande, fuerte, con un poder colosal...una autentica bestia marina capaz de hacerle frente al mismisimo Kyogre—Al decir esto el joven se queda boquiabierto.
—¿De verdad?—Pregunta emocionado por escuchar la historia.

Le pide que le cuente con pelos y señales la historia de la mítica criatura marina. El hombre mayor tose y se prepara para narrar.

—Hace muchos años, cuando yo tan solo era un lobo de mar y las pokeball ni existían...navegué con mi tripulación por estos mares. Nos dedicabamos a la pesca, cazabamos grandes cantidades, ni te lo puedes imaginar...pero una semana que salimos, no pescabamos ningún pez o pokémon, era muy extraño...nos preguntabamos si quizás habiamos extiguido debido a la sobreexplotación...ilusos de nosotros...escuchamos unos sonidos extraños, nunca habiamos escuchado algo parecido...—Narra el anciano.

Para estar más cómodos, se sientan en unos cojines. El joven entrenador estaba completamente atento a las palabras del viejo.

—De pronto vimos como surgió del mar, una ola golpeó el barco y lo sacudió...estabamos impactados, nunca habiamos visto semenjante criatura, enorme y blanca cuya piel relucía con la luz del sol. Decidimos que debia ser nuestra, tomamos los arpones y fuimos tras ella...aunque le dabamos y hundiamos el arma en su piel, no se rendia...día tras día ibamos tras ella...agotados y cansados, veiamos que no podiamos hacer nada...ese instante aprovecho para rebelarse y golpear con su cola el barco destrozándolo y tirandonos al agua...era nuestro fin...estabamos a su merced...mis hombres estaban heridos...—Continua para luego tomar un sorbo de té.

El chico esta nervioso por oir el final de la historia.

—Me subí a un tablón, agarré el único arpón que tenia a mano...sangraba de un costado pero era o él o yo...lance con toda mi fuerza haciendo que la herida incluso me doliera más y hundi en su costado el árpon...cai al agua, el resto de mis hombres estaban malheridos. La ballena dió un fuerte grito de dolor al recibir ese arpón, ese le habia dolido...lo peor es que estabamos ya completamente vendidos a su merced...la muerte estaba delante de nosotros en forma de ballena...cuando escuchamos unos fuertes gritos, miramos detrás nuestra y vimos que venian algunos barcos pesqueros que navegaban por esa zona. Para nuestra suerte el Wailord se retiró...quizás ese golpe le habia debilitado por lo que era mejor marcharse debió pensar mientras se sumergió a las profundidades. Logramos sobrevivir gracias a ellos—Concluye dando un largo sorbo a su taza.

—¡¡Increible!!—Exclama el chico emocionado. —¿La ha vuelto a ver?—Pregunta el chico.

El anciano niega con la cabeza.

Tras esta charla, el chico se levanta y le agradece por todo. Se despide dandole la mano y luego se marcha de nuevo a la aventura.

Una vez se marcha, camina hasta la ventana. Observa el mar, todo tranquilo cuando ve que surge de ella el mítico animal, es sin duda el mismo Wailord, blanco y resplandeciente.

El anciano sonrie, abre una compuerta y saca un arpón. Sale de su casa, sube a la embarcación suya y sonrie.

—Tu y yo tenemos una cuenta pendiente—Piensa mientras pone en marcha el motor mientras sujeta en su mano derecha el arma.

El barco zarpa a gran velocidad en dirección a la criatura.


FIN


Bueno, le he querido cambiar el final y modificar cosas. Espero que se hayan entretenido y no duden en comentar ^^.

Un consejo: Cuando vayan al mar, miradlo y pensar que criaturas habitan en ellas ;)

El próximo cuento será: La leyenda marina del Kraken Octillery :)