Personas reales Cuando la muerte nos separa [K-pop- B1A4]

¡Hola! Bueno, este es un One-shot que he hecho de un grupo sur Coreano llamado B1A4. A mí me gusta mucho, por favor lean. No sé si esto se pasa y empieza a ser yaoi. Pero si es así, por favor perdonen.

Para que se ilustren un poco, estos son: http://sphotos-f.ak.fbcdn.net/hphotos-ak-ash4/208532_349215621865028_67179844_n.jpg

Y la pareja de que se habla, sería esta: http://25.media.tumblr.com/10d2445925f1c3f15f1effb327e93075/tumblr_mk6nujuiD71r5jgkpo1_500.png

Haré unas pequeñas aclaraciones antes de empezar: la pareja se llama "JinChan" el líder del grupo [JinYoung] y el Maknae-más pequeño [GongChan], ahora, les diré que "Channie y GongChan" son la misma persona, solo que "Channie" es su sobrenombre. Bueno, creo que eso es todo, si no entienden por favor díganmelo.

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Cuando la muerte nos separa.​

—Me voy del grupo, no quiero seguir más con ustedes —su voz salió en un hilo bastante delgado, que si no fuera porque JinYoung estaba junto a él no lo hubiera escuchado.

—Bien —contestó seco mientras empezaba a caminar. Le dolía, quería echarse a llorar ahí mismo y pedirle a su pequeño maknae que se quedara, pero era imposible. No lo obligaría a quedarse a su lado, sería egoísta de su parte y aunque le dolía como nada en el mundo, tendría que dejarlo ir. No sabía él porque de su decisión, pero tampoco quería averiguarlo porque sabía que le dolería.

—Jin… Young… —susurró GongChan, pero era tarde; el mayor no lo escuchó. ¿Por qué no lo había detenido? ¿Por qué no le dijo que se quedara a su lado? Un “quédate” un “GongChan, ¿por qué te vas?” cualquier palabra del líder hubiera hecho que el pequeño se quedará. Pero solo recibió un seco “bien” y le dolía, dolía saber que no le interesaba. Pudo notar que la figura de JinYoung ya no se visualizaba por la calle blanca por la nieve entonces se volvió a sentar en la banca donde minutos antes hablaba con el mayor. Dejó caer todo su peso sobre el puesto de madera frío, suspiró cerrando los ojos y lloró, dolía… y dolía demasiado. Algo dentro de él se había ido, ¿qué era? ¿Por qué le desgarraba tanto el ya no tener ese algo en su corazón? Apretó con fuerza sus puños mientras sus lágrimas seguían resbalando por sus mejillas para adentrarse en su bufanda. Ahora sentía rabia, desilusión. Ya no estaban las esperanzas, en su mente no se veía más nada. Bajó la cabeza; cansado, mirando la nieve debajo de sus pies, viendo como las lágrimas caían lentamente dejando pequeñas manchas más oscuras en aquel mato perfectamente blanco.
Empezó a recordar de nuevo. Recuerdos vacíos y perturbadores, que hacían que su pecho doliera mucho más.

—GongChan, tenemos que hablar —pudo sentir el su cabeza la voz de aquel hombre de bata blanca. Recordó aquel día, él día en que todo su mundo se vino abajo.

Flash Back.

GongChan se encontraba ensayando solo en la sala de práctica. Últimamente estaba muy desconcentrado y la razón no era más que cierto líder. Desde el momento en el que se le declaró y el mayor le dio el sí a su relación se encontraba en las nubes, era tan feliz. Pero, gracias a su desconcentración ahora tenía que pasar más tiempo practicando. Había prácticamente suplicado a sus Hyungs que se fueran a casa a descansar y después de convencerlos se sentó un rato en el suelo de madera. ¿Qué le estaba pasando? Se sentía confundido y mareado, mientras su estómago se tensaba sin saber él porque. Creyó que ya era hora de levantarse y así lo hizo, se paró frente al espejo y empezó a bailar, todo iba bien, ya estaba más concentrado hasta que un dolor agudo en su cabeza hizo que cayera al suelo golpeándose muy fuerte.

— ¡GongChan Shik! —Gritó el manager que iba pasando por ahí cuando vio desplomarse al chico —GongChan, ¿estás bien? —preguntó ayudando al pequeño, el cual solo negó.

—No, Hyung. Me duele mucho la cabeza —informó el pequeño asustando más al mayor. El manager se levantó y ayudó a GongChan a hacerlo también.

—Vamos al médico, no me arriesgaré a que te enfermes —dijo el mayor llevando consigo al Maknae.

Llegaron al hospital y de inmediato atendieron al chico; le hicieron unos exámenes para ver si todo iba bien. Ahora los dos se encontraban esperando los resultados hasta que un hombre alto y mayor les llamó.

—GongChan, tenemos que hablar —dijo el hombre de manera penetrante asustando al chico por su forma de hablar —. Tienes un tumor en la cabeza… Este tipo de tumor es muy extraño pues no da síntomas hasta que está completamente desarrollado. Es un tumor maligno y… lamento decirte que no tienes mucho tiempo —terminó de decir fríamente aquel hombre, sin anestesia. ¿Cómo una persona podía ser tan insensible y decirte algo así? GongChan lo miró en estado de shock, esperando que fuera una broma, que en cualquier momento alguien se echara a reír o que unas cámaras aparecieran por la puerta con mucha gente burlándose de su expresión asustada. Pero nada de eso pasó, solo pudo ver la cara sin expresión de aquel hombre y la asustada de su manager. Sus ojos se cristalizaron, estaba a punto de llorar. Su vida, toda su vida se acabó en aquel segundo. ¿Cómo podía pasarle eso? Él era tan joven, con metas, con sueños, con fans. Pero al parecer, a la vida poco le importaba eso. ¿Por qué él? Se preguntó muchas veces en aquel asiento, mirando al suelo mientras las lágrimas corrían.

—Al principio no podrás ver establemente —empezó a decir y el chico recordó que últimamente no veía bien las cosas por lo que tenía que hacer mucho esfuerzo —. Lo siguiente será que no comas bien y no camines establemente. Al final no podrás levantarte de la cama y… así morirás. No soy nadie, pero como doctor te doy tres meses —terminó de decir para escuchar un sonoro gemido por parte del chico, no pudo más, simplemente se echó a llorar ahí, sin importar la vista de aquel serio doctor o de su impactado manager.

Al final cuando el chico se había calmado un poco ambos salieron del hospital, caminaron vario tiempo en silencio hasta que GongChan habló de nuevo, ya no se oía como aquel niño infantil, ya no se veía su mirada tranquila y alegre.

—Me voy del grupo… —empezó diciendo impactando al mayor —Yo… lo he pensado y creo que es lo mejor. Al final no seré útil para nada y… es mejor que vayan reemplazándome de una vez —siguió diciendo mientras el manager a su pesar iba asintiendo —. Yo… no quiero que los demás lo sepan —terminó de decir con la cabeza gacha sorprendiendo una vez más al mayor.

—GongChan, ¿estás seguro? —preguntó indeciso mirando como el joven asentía con desgano.

—Promételo Hyung, promete que no se los dirás —pidió el maknae mirando a su Hyung con nuevas lágrimas en los ojos. El mayor simplemente asintió resignado mientras seguía caminando en silencio.

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GongChan había llegado tarde a casa, ya eran las once y algo de la noche y ninguno había podido dormir.
El pequeño estaba entrando por la puerta cuando todos se le abalanzaron haciéndole preguntas. Tenía los ojos rojos e hinchados lo que hizo que los cuatro se preocuparan aún más.

—GongChan, ¡¿dónde estabas, que son estas horas de llegar, con quién estabas?! —se abalanzó JinYoung sobre él y el pequeño sintió que su mundo se derrumbaba por segunda vez. Lo había pensado muchas veces de camino a casa, sería solo un estorbo para la carrera de JinYoung y no le podía decir la verdad pues sabía que así el líder nunca lo dejaría.

—JinYoung… yo… yo te he mentido —dijo el menor con la cabeza gacha dejándolo a todos sorprendido.

— ¿A-a qué te refieres Channie? —preguntó JinYoung temeroso a su respuesta.

—Yo… yo te mentí, no te amo… yo… yo tengo a alguien más. Lo siento pero, solo he estado jugando contigo —terminó de decir mientras levantaba la vista, bastante serio, bastante creíble.

JinYoung sintió como cada parte de su cuerpo temblaba al ver la cara de seriedad del menor. Sintió una ira incontenible y un dolor muy profundo.

— ¡Eres una porquería! —Gritó JinYoung furioso mientras le pegaba una fuerte bofetada al menor —GongChan… ¡Yo te abrí mi corazón, te dije cuanto te quería, ¿y así me pagas?! ¡Eres una escoria, deberías morir! —gritó aún más enojado sorprendiéndose de sus propias palabras, palabras fatales para el menor que aún se tocaba su mejilla roja. “Deberías morir” aquella palabra quedó pegada en él… tan dolorosa, tan penetrante… si tan solo él supiera. JinYoung no lo soportó más, salió de allí encerrándose en su habitación, dejando aquel incómodo silencio entre los cuatro chicos, aún sorprendido los últimos tres que no podían articular palabra alguna. Al final cada cual se fue a su cama, sin poder dormir mucho.

Habían pasado casi dos semanas, las mañanas eran frías y cayadas. Incómodas. Su rutina era la misma cada día: del apartamento a la sala de prácticas y de la sala de prácticas al apartamento, hasta que ese día GongChan se cansó, era el momento de decirlo.

—JinYoung, ¿podemos hablar un segundo? —preguntó GongChan serio mientras veía a JinYoung aún más serio.

— ¿Cómo para qué? —preguntó enojado, herido, seco.

—Tú solo ven —JinYoung no tuvo más alternativa que seguir al menor el cual lo sacó del edificio y caminó un poco. Hacía demasiado frío y con cada paso GongChan sentía que se caía, hacía tiempo que le pasaba esto pero él ya sabía a qué se debía. Al final tomaron asiento en una fría banca.

—Sé que con pedirte perdón no arreglaré las cosas — empezó a decir el pequeño —Pero aun así lo haré. Perdón, lamento todo lo que te hice. Pero, haga lo que haga, esta tensión entre todos siempre existirá, ¿verdad? —su vos se estaba entrecortando, ya no podía sostener la mirada con su líder por lo que miró abajo —. Y yo… he tomado una decisión… —no sabía cómo continuar, aquello le dolía tanto. Cada palabra, cada mentira hacían una herida más profunda en él —. Me voy del grupo, no quiero seguir más con ustedes.

Fin flash back.

Y así había terminado todo, con un dolor inmenso. Se levantó después de un rato y se adentró de nuevo al edificio. Volvió a ver por última vez a sus amigos, sus compañeros, su familia.

—Me voy del grupo —dijo de una sola vez, sin mirarlos ni siquiera, dejándolos a todos espantados.

—Channie, ¿estás hablando enserio? —preguntó Sandeul a punto de llorar.

—Muy enserio, Sandeul —contestó serio bajando la mirada —. Lo he estado pensando y ya la empresa está mirando como reemplazarme. Lo lamento… yo no puedo estar más aquí —terminó de decir mientras salía corriendo, con los ojos empañados, llorando a más no poder. Terminó llegando al apartamento donde empacó sus cosas; se sentía mal, con nauseas, por lo que decidió ir al médico y en este terminó quedando hospitalizado. Al parecer su enfermedad estaba progresando más rápido de lo normal, teniéndolo que dejar internado.

Había pasado más de un mes, la vida no era fácil en ese tiempo. Su familia lo acompañaba en todo momento pero no era igual. El pequeño estaba más delgado y ya no podía caminar. Cada noche lloraba silenciosamente, recordando aquellos momentos felices junto a su grupo, bailando en el escenario con esa esencia de inocencia y ternura que todos le decían que tenía. Recuerdos, en eso se volvía la vida, solo recuerdos. El tiempo había pasado dolorosamente, pero más doloroso le parecía que nadie se halla dignado a llegar allí, Sandeul, Baro, ShinWoo… JinYoung. Si de verdad estuvieran interesados en él lo hubieran buscado. Pero ni rastro de ellos. Ya ni se interesaba en buscar los avances de sus amigos ni de lo que decían los diarios de su repentina desaparición. Todo se había, la felicidad, el amor, la esperanza.

— ¡GongChan! ¡¿GongChan, estás aquí?! —gritó JinYoung entrando desesperadamente al cuarto buscando con la mirada al pequeño Channie, el cual se encontraba totalmente sorprendido.

JinYoung lo vio, sentado en una silla de ruedas, mirando hacia la ventana, delgado y con la mirada perdida. Ahora lo estaba mirando sorprendido y JinYoung quiso morir.

—Channie… ¡Mi Channie! —corrió hacía él abrazándolo con toda sus fuerzas, queriendo nunca dejarlo ir —Mi Channie, ¿por qué nunca me dijiste? ¿Por qué te guardaste ese dolor para ti solo? —preguntó aun abrazándolo llorando a más no poder, sintiendo como GongChan también empezaba a llorar desesperadamente.

—JinYoung… ¡Hyung!... ¿Cómo lo supiste? —preguntó entrecortadamente mientras lloraba más,
—Manager Hyung me lo dijo… Channie lo lamento, no sabes cuánto siento mis palabras. ¿Por qué no estoy yo en tu lugar? —JinYoung no lo soportaba, era demasiado dolor. ¿Por qué su pequeño tenía que soportar tanto dolor? ¿Por qué la vida le pagaba así aun pequeño lleno de vida? Era injusto.

—Jin… lo siento tanto, yo te amo. Te amo con todo el corazón. Por favor perdóname y no digas eso, prefiero que esto me pase a mí. No soportaría verte en mi lugar. O Hyung… —no lo podía soportar las lágrimas ahogadas no lo permitían, estaba entre una mezcla de felicidad y dolor profundo. JinYoung se acercó a él, besándolo suavemente, era un beso desesperado, más sin embargo muy calmado y lleno de amor.

---°°°---

Aquella mañana GongChan se había levantado diferente, sentía algo extraño en su estómago, era una especie de nostalgia o algo que no podía describir.

—Jin~ amor —llamó al chico que estaba dormido en el mueble al lado de la cama. Hacía un mes que JinYoung iba sin falta a visitarlo, algunas veces iban los otros pero decían que no soportaban ver al menor así, por lo que casi siempre mandaban regalos y mensajes.

—Dime, amor —contestó aún adormilado el mayor mientras le sonreía al amor de su vida.

—Quiero que llames a los Hyungs. Lo quiero ver hoy —pidió el menor sonriendo, se veía pálido y sin fuerza. Con su mirada desgastada y sus labios resecos.

— ¿Estás seguro amor? Hoy no te ves muy bien —preguntó JinYoung a lo que el menor le sonreía, entonces, a petición de su novio llamó a los otros chicos.
Ya todos estaban en la habitación, esperando a que GongChan hablara.

—Hyungs… ustedes saben cuánto los quiero… yo… no sé qué habría hecho sin ustedes a mi lado… y, desde en el lugar que yo este… lo cuidaré —empezó diciendo mientras preocupaba a los demás.

—Que dices Channie, no hables así que no me gusta —pidió JinYoung mientras sostenía fuerte la mano de su pareja.

—Lo siento amor… pero ya no puedo más… yo te amo, siempre recuérdalo… —pidió con la vos apagada mientras iba cerrando lentamente los ojos.

—GongChan… amor… Yo también te amo, no sabes cuánto, por favor no me dejes —terminó de decir el chico mientras lloraba y apretaba más la mano del menor, este solo sonrió y terminó de cerrar sus ojos haciendo que en la maquina sonara un fúnebre “Piiiiiii”.

— ¡GongChan! ¡No! ¡Amor, vuelve! No me dejes… —gritó JinYoung aferrándose al cuerpo inerte de su fiel amor. Todos en aquella habitación lloraban sonoramente, pero más aquel chico que se aferraba buscando una esperanza a aquel cuerpo que se iba enfriando lentamente.




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