de Inuyasha - Cuando Ella Sonrie (Sesshomaru&Rin)

Cuando Ella Sonrie (Sesshomaru&Rin)

Antes que nada este pequeño song-fic quiero dedicarselo a lubecita porque es una excelente escritora de esta pareja (con el respeto a las otras autoras del foro que tambien escriben sobre ellos) y ademas pedirle disculpa porque tiene mucho OoC y se que eso te disgusta.
me gustaria sus sinceras opiniones y de antemano gracias por leer quien lo haga.

Cuando Ella Sonrie.​

(Helpless when she smiles. Backstreet Boys)​

“Ella mantiene sus secretos en sus ojos,​

Ella envuelve la verdad en sus mentiras”.​

Indescifrable esa es la palabra que describe lo que ella es para mí, una artista del silencio que me impide ver más allá de lo que sus ojos me dicen. Jamás dice algo sobre sí simplemente viene a mí de vez en cuando para jugar.

“Y cuando creo que no puedo aguantar, ​

Lo que me dijo, ella viene a mi”.​

He determinado que esto debe terminar, ya no puedo seguir con esta zozobra que me invade cuando ella se va, ya no puedo seguir con este juego. Sentado en el sofá del amplio lugar pienso en ella y en cómo acabar lo que yo inicie, he pensado en las palabras correctas las he escrito para no olvidarlas cuando la vea justo en ese instante suena mi puerta, abro y ella está frente a mí mirándome a los ojos fijamente.

— ¿Puedo pasar?— pregunta y siento que su voz me hipnotiza y mi determinación termina bajo la alfombra que ella pisa al entrar.
— ¿Qué quieres?— pregunto aún cuando ya se la respuesta. Ella se gira y camina hasta mí lentamente sin dejar de mirarme, se acerca sin llegar a tocarme y susurra a mi oído.
— Jugar.

“Y me lleva de nuevo al paraíso”.​

Ya no siento nada más que sus labios fundiéndose con los míos, solo con una palabra he vuelto a caer. Todas mis palabras quedaron en algún lugar de mi cerebro que justo ahora no funciona. Mis manos la abrazan y la atraen a mí queriendo unir nuestros cuerpos hasta que nunca puedan separarse.

“Ella es muy difícil de soportar,​

Pero no puedo dejarla ir”.​

Duele, duele besarla, ya no quiero pero es imposible detenerme, se que yo impuse las reglas de este juego en el que termine perdiendo por eso debo conformarme pero sigue doliendo, lo peor es mi propio masoquismo sé bien que soy incapaz de dejarla ir.

“Soy una casa de naipes en un huracán,​

Un temerario viaje en una lluvia torrencial”.​

En sus manos soy débil, sus caricias son una droga que va disminuyendo mi voluntad y voy cayendo. Quisiera apartarla de mi, más mi cuerpo se aferra a ella. Caemos en el sofá donde la beso con rabia, con fuerza, con ganas de borrarla y a la vez hacerla permanecer allí para siempre.

“Ella me corta y el dolor es todo lo que quiero sentir”.​

Siento mi pecho arder y veo las marcas de sus uñas justo donde esta mi corazón, tal vez ella ignore que en realidad ya ha desgarrado mi corazón y que cada vez que se va sin decir nada lo vuelve a hacer. Me empuja y se pone de pie frente a mí, veo su ropa intacta y me frustro al pensar mi descontrol cuando ella ni siquiera parece perder la calma. Me mira a los ojos intentando descifrarme lo que siento como si quisiera penetrar mi alma. Yo intento hacer lo mismo pero ella posee una especie de barrera me gustaría poder imitarla porque frente a sus ojos no hay secreto que ella no sepa de mi.

“Ella baila como una niña,​

Ella me vuelve loco,​

Me hace salvaje”​

Como sí pudiera leer mi mente comienza a desvestirse frente a mi lentamente al compas de una música inexistente, una, dos, tres prendas menos y la poca lucidez que me quedaba se extingue, salto sobre ella como una fiera y caemos al suelo, comienzo a besarla como si la devorara, mi ímpetu crece pero ella me detiene no le gusta que sea así y sabe bien lo que debe hacer, como si de un animal amaestrado se tratase basta un gesto de su parte para tranquilizarme, su sonrisa.

“Pero soy indefenso cuando ella sonríe,​

Oh, cuando ella sonríe, ella sonríe”​

Su sonrisa me droga y controla mi ímpetu, comienzo a besarla despacio, con ternura alargando el momento tanto como sea posible ambos lo deseamos así, es lo único en común que tenemos en este juego, la necesidad de prolongarlo que ninguno es capaz de admitir. En cada beso dejo una parte de mí que ella conservara siempre deseo que mis caricias se vuelvan imborrables marcas de mi mudo amor en su cuerpo.

“Quizá lucharía si pudiera,​

(Quizá lucharía si pudiera)​

Duele tanto,​

Pero se siente tan bien”​

Desearía no amarla, pediría odiarle si pudiera alguien concederme un deseo incluso me golpearía a mi mismo si eso sirviera de algo, pero sentir este dolor se ha hecho ya un habito causa placer aunque duele, es dulce y amargo a la vez. Soy masoquista y un adicto a ella y a mi maldito juego.

“Ella se abre como una rosa para mi, ​

Cuando se acerca a mi”.​

Cuando hacemos el amor siento que tal vez me ame tanto como yo a ella, en cada caricia siento que ella me entrega todo de sí como si quisiera que viera lo que pude tener y que rechacé pero aún si me amase ninguno lo dirá ella no romperá las reglas y para mi ya es tarde.

“Todo lo que me pida, lo haría”​

Despierto y la veo sentada a mi lado, vestida lista para marcharse.
— ¿Ya te vas? —pregunto aunque suene absurdo.
— Sí — se acerca a mí y me besa lentamente — no me olvides — me dice como si necesitara recordármelo y me sonríe. Se levanta y la veo alejarse le pediría que se quedase pero mis miedos son más fuertes, la escucho marcharse si hacer más ruido que la puerta al cerrarse. Si ella me pidiera que me quedara con ella lo haría pero no lo hará sé que no lo hará.

“Esto está fuera de control,​

Pero no puedo escapar”​

El vacio se apodera de mí nuevamente, desearía que fuera diferente pero no lo será, no dejo de maldecir el día en el que yo por temor propuse este juego con reglas que ahora me parecen absurdas y que quisiera romper, lo hice por ella para que no esperara mas de mi, pero termine victima de mi propia trampa en esos encuentros clandestinos ella se fue llevando poco a poco una parte de mi cada vez más grande sin que pudiera evitarlo y ahora que ya he caído no podre escapar y lo que es peor no quiero hacerlo.

“Soy una casa de naipes en un huracán,​

Un temerario viaje un una lluvia torrencial,​

Ella me corta, y el dolor,​

Es todo lo que quiero sentir”.​

Ahora ella tiene el control, me maneja tan fácilmente como el viento a una hoja. Sin embargo espero que ella venga a mí, que me permita amarlo aunque sea unas horas, que me dé un poco de su amarga miel a la que soy adicto no me importa que duela ella es todo lo que quiero. Sé que ella me amaba cuando se acerco a mí y que acepto solo para acercarse a mi pero yo solo la deseaba ahora las cosas han cambiado ella aprendió a no necesitarme tanto y yo la necesito más que nunca, estoy sufriendo lo que ella debió sufrir pero sé que lo merezco, es justo que ahora sea yo el que sufra por ella.

“Ella baila como una niña,​

Ella me vuelve loco, me hace salvaje,​

Pero soy indefenso cuando ella sonríe,​

Oh cuando ella sonríe, ella sonríe”​

Espero ahora con ansias el momento que vuelva a mí, que baile frente a mis ojos, el momento en el que me hará enloquecer y después me controlara con su sonrisa. El momento en el que su sonrisa me cautive y su voz vuelva a hipnotizarme y poco a poco me haga débil ante su mirada.

“Cuando ella me mira,​

(Cuando ella me mira),​

Me hago tan débil”​

Debilidad ante una mirada una hazaña digna de ser premiada solo ella con su mirada tierna e indescifrable que no me deja ver mas allá de lo que ella quiere, me hace vulnerable solo ella ejerce una especie de poder sobre mí. Jamás entendí ese poder que una mirada podía ejercer hasta que la conocí, ella me ha hecho conocer lo que ignoraba y que preferiría seguir ignorando.

“Soy una casa de naipes en un huracán,​

Un temerario viaje un una lluvia torrencial,​

Ella me corta, y el dolor,​

Es todo lo que quiero sentir”.​

Aun me pregunto cómo es que caí con una niña de ojos hermosos y sonrisa tierna, ¿Qué tiene ella que es capaz de manipularme como nadie lo ha hecho? ¿Por qué puede hacerme sentir dolor y a la vez hacerme amarla como nadie? Llevo un año intentando responder esa pregunta pero no puedo resolver ese misterio que me envuelve cuando estoy con ella.

“Ella baila como una niña,​

Ella me vuelve loco, me hace salvaje,​

Pero soy indefenso cuando ella sonríe,​

Oh cuando ella sonríe, ella sonríe”​

Solo sé que volverá a mí, siempre lo hace y cuando pase su baile me cautivara, su mirada y su voz me hipnotizaran y su sonrisa me desarmara.

Y así fue, después de varias semanas el silencio del departamento se interrumpió con el sonido de mi puerta, abrí y una vez estaba frente a mí. Sus ojos castaños me miraban fijo hipnotizándome al instante y sus labios de miel curvaron una sonrisa anulando todas mis defensas.
— Rin — pronuncie casi inconsciente de mis palabras mientras la miraba con veneración.
— Hola Sesshomaru — me contesto ella con su dulce voz — ¿puedo pasar?

“Cuando ella sonríe,​

(Cuando ella sonríe),​

OH cuando ella sonríe,​

Cuando ella sonríe”.​

Volví a caer víctima de una sonrisa, de su sonrisa.