Hola, bueno esta es mi primera historia, la tengo escrita desde hace mucho pero es la primera vez que me atrevo a presentarla al mundo. Una aclaracion antes: la tematica se parece mucho a la de el anime Detective Conan, bueno esto es porque aun no encuentro mi propia forma de plantear las pruebas, aunque estoy a unos pasos de consegur mi propia fomra de escribir. Bueno espero que esta lectura sea de su agrado. Prologo. He tenido el honor de poder trabajar al lado de la policía en algunas investigaciones, a pesar de tener solo 16 años muestro una gran capacidad en la resolución de crímenes. Me he visto envuelto en muchos casos, unos comunes, otros trillados, algunos bizarros, y aunque estoy en una promesa de confidencialidad el caso que les voy a relatar, a pesar de ser muy corto en cuanto a tiempo, muestra un nivel de lógica negativa increíble. Pensaran que esto solo es una broma de parte mía, un crio de 16 años, pero no creo tener la imaginación para escribir un relato policiaco de esta complejidad.Mi nombre es Arthur Christie, se podría decir que soy un asesor de la policía. I Ese día, si no mal lo recuerdo, estaba muy gris pero no de ese gris que te entristece sino de uno que te hacia amar los colores oscuros. Me entretenía en el pasatiempo más viejo: la lectura. Leía una de mis colecciones favoritas: las aventuras de Sherlock Holmes, cuando mi hermana entro de improviso a mi habitación. —¿Cuántas veces te debo decir que toques antes de entrar? —Somos hermanos, ¿y esa desconfianza?— —Digamos que me puedes sacar de mi concentración.— Frente mi escritorio de tareas se encontraba un expediente cerrado, un caso policiaco en que pidieron mi ayuda. —¿Y esto que es?— Después de preguntar tomo el expediente y empezó a hojearlo. Podría decir que estaba horrorizada ya que había sido un asesinato en un incendio. —¿Cómo puedes dormir con esto en tu mente?— Le quite el expediente, esa era la razón por la que no la dejaba entrar: se metía en mis cosas. —Eso no importa, ¿a qué venias?— Le cuestione guardando el archivo en un cajón bajo llave. —Bueno, lo que sucede es… tu sabes cocinar ¿verdad?— —Digamos que se me da con facilidad, ¿porque?— Estaba muy nerviosa, solo por dos razones se pone nerviosa: por estar cerca de un chico atractivo o por tragarse el orgullo frente a mí. Se podría decir que ambas razones la agobiaban. —Rápido mujer, aunque no lo parezca soy un muchacho ocupado.— —Bueno: me inscribí a clases de cocina pero me da algo de pena no ir acompañada de alguien experimentado; así que, ¿me puedes acompañar?— En se acumuló una gran presión algo cálida, salió poco a poco y rompí en una risa tremenda. — ¿Te tragaste el orgullo solo por clases de cocina? Sí que estas mal mujer. — Podía ver su cara de furia y vergüenza, pero la tenía que acompañar, no por hermandad, sino por curiosidad para ver qué pasaba. —Es en 3 horas, así que vístete como una persona normal, y por favor, por lo que más quieras no te vengas con esos relatos policiacos tuyos. — Hice lo que me pidió, me puse como ella quería: normal. Aunque en el fondo odiaba esta ropa: Unos jeans de mezclilla, sudadera con camisa de manga corta y unas sandalias azules. Mi hermana aún estaba un poco avergonzada por tragarse el orgullo pero se podría decir que estaba feliz porque la acompañaba. El camino fue largo: tardamos alrededor de media hora para llegar, era un barrio pluricultural, a simple vista distinguí africanos, chinos, árabes, latinos; así como varias religiones (pude identificar musulmanes, católicos, budistas y judíos). Aparcamos cerca de un viejo edificio azul, su pintura estaba muy seca (ya se empezaba a desmoronar); a simple vista se distinguía que fue un restaurante en tiempos anteriores, así que debía ser el lugar donde mi hermana me arrastraba. El interior era igual de deprimente que el exterior, solía tener azulejos blancos pero el tiempo los hizo gríseos, las sillas y mesas habían aguantado el paso del tiempo, aunque llenas de polvo, con un poco de limpieza recuperarían su belleza. Lo único en realidad bueno era el olor que despedía una zona en particular, era un olor muy delicioso: algo picante, pero muy dulce, tal vez con un poco de romero hervido, pero eso es para otro tema. Al entrar al cuarto que despedía ese delicioso olor nos encontramos con cuatro personas (tres hombres y una mujer) que se encontraban cocinando una sopa (o crema, no se diferenciar). El hombre más joven se sorprendió al vernos pasar. —¡Al fin ha llegado alguien!—Exclamo con desesperación. —Habla como si no estuvieras desesperado. Me disculpo por la actitud salvaje de mi compañero. —Dijo la mujer con una voz maternal. El sujeto con mayor edad (diría que unos 20 años mayor que los otros tres, que tenían casi la misma edad) estaba cocinando esa deliciosa mezcla de olor exquisito, —Vaya, y yo que creía que las personas que se inscribieron habían sido una broma.— Después de probar un poco esa sopa nos presentó a sus compañeros: La mujer se era Verónica Anderson, los otros dos tipos de su misma edad eran los gemelos Brian y Brandon Johnson (Brian era el más hablador, su hermano no pronuncio palabra desde nuestra llegada) y finalmente José Espinoza. Después de decir nuestros nombres comenzamos con las pequeñas clases, aunque teníamos cuatro maestros no creo que fueran suficientes para mi hermana, me solía preparar la cena cuando no estaba en la facultad pero aprendió cosas que para ella eran completamente desconocidas. Brian no enseño “los secretos de los cortes”, Brandon el tiempo de cocción, Verónica sabía mucho acerca de carnes y especias, y José era algo así como el encargado que se aseguraba que hiciéramos todo correctamente. Me percate que José comía unas golosinas que tenía en un tazón, era una mezcla de nueces cacahuates y unas cuantas frutillas de exportación (una combinación de la India y Sudamérica) múltiples veces intente tomar una o dos pero José me golpeaba en la mano con una cuchara o un tenedor, —Esas son mis golosinas especiales, no las tomas ni comes. — Así transcurrieron unas dos horas, entre el calor de las estufas y el fuerte olor de los ingredientes terminamos la primera clase. —Bien, ahora ¿Qué tal les caería una buena cena hecha por nosotros?— —De maravilla, por mi está bien. —Respondimos mi hermana y yo todos sudados por el esfuerzo hecho. En el tiempo que esperamos a que Brian, José y Verónica prepararan algo frente nuestros ojos, Brandon nos contó la historia detrás de este lugar: Alrededor de los años 90 solía ser el mejor restaurante del barrio, la mayor parte de los ingresos eran generados por el sitio. Su fama era tan grande que personas de las lejanías de la ciudad e incluso de otras partes del estado llegaban solo para estar en una comida de media hora. El negocio era prospero e intentaron agrandarlo mandando a dos de los chefs más capacitados de la cocina para que trabajasen en restaurantes de la misma “franquicia”; ahí fue cuando todo resulto mal: el primer chef murió en un incendio provocado en el edificio adjunto: una licorería ilegal. El segundo sufrió la misma tragedia solo que este sobrevivió. Con el tiempo se pensó que el negocio estaba maldecido ya que muchos otros sucesos arruinaron el sitio: un terremoto, un tiroteo frente al establecimiento, varios suicidios en los edificios habitacionales que rodeaban al lugar, etc. Para inicios del milenio el restaurante y su dueño estaban en quiebra. —Eso sí que es muy triste pero, ¿en verdad este sitio esta maldecido?— Cuestiono mi hermana, asustadiza con cualquier cuento chino. —No seas ridícula, las cosas como magia, maldiciones o fantasmas no existen. — Dije yo, escéptico en cuanto esas cosas. —Lo que paso fue que sucedieron varias escenas trágicas en este lugar, las personas por lo general culpan de esos sucesos a hechos o lugares que sufrieron una desgracia con antelación. — Después de conocer un poco acerca de todos (por boca de Brandon que conocía a la perfección a sus compañeros) Verónica y Brian trajeron unos platos que parecían caídos del cielo: un gran pavo, varios cortes de res, una gran hoya de sopa, bueno es difícil describir todos ya que apenas podía separar los lugares en que estaban. — ¿Donde esta José?— Pregunte al notar su ausencia. —Está preparando algo único de él: “grasa saludable”. — Mientras comíamos todos juntos en la mesa, llego José preguntando por algo ridículo: — ¿Alguien ha visto mi botella de agua?— — ¿No hay agua en la cocina?—Pregunte extrañado. —José necesita su agua especial, no por lo que tiene dentro, sino por la botella: dice que le da buenas manos para poner cantidades exactas. Está en tu mochila al en la mesa de la esquina. — Contesto Verónica señalando una mesa en la esquina más oscura del lugar (al lado derecho de la puerta). Después unos 15 minutos de plática casual Brian hizo la pregunta que a mi hermana tanto molestaba: —Eres fuerte Arthur y pareces trabajador, ¿dime trabajas?— Claro que trabajaba, pero como asesor de la policía, era mentir por mi única familia o decir lo orgulloso que estaba por mi trabajo. Pero un sonido fuerte pero corto seguido de una luz naranja y un inmenso calor nos interrumpieron; fuimos corriendo a la cocina (de dónde provenía todo), mi temor era cierto: José estaba en el suelo retorciéndose de dolor con una quemadura en el rostro que también estaba en su ropa.
Hola, bueno, me gusto mucho este capítulo nwn, bueno, cuando vi el nombre del chef "José Espinoza" O mi dios, es mi padre!! xDD, bueno ya, luego nos salimos del tema. La verdad, no se, ahora me pregunto, ¿Habrá sido un complot esa quemadura, o, en realidad un accidente? Bueno, la verdad, aunque suene loco, debes de cuidar los espacios entre puntos y mayúsculas o en signos. También en la parte dónde dice —Bueno, lo que sucede es… tu sabes cocinar ¿verdad?— La verdad, en la palabra "tu" lleva acento en la u. Bueno, fuera de eso, me parece bueno el fic, la verdad si creo que tiene futuro >w<. Bueno, espero la continuación NOS VEMOS!!
Interesante, muy interesante, realmente me gusta. Bueno en cuanto a la tecnico, no hay faltas de ortografia, que yo notara, tal vez dar espacio entre dialogos y narracion. Ahora Narracion, buena al princio y se mantiene a si hasta llegar a media historia, donde siento que fuiste algo rapido en los sucesos de la cena y de como ocurrienron los hechos del accidente. Tal vez el prota es demasiado maduro para mi, tal vez por que yo soy el inmaduro jaja Siento que eso de la quemadura es solo una distraccion, algo más pasara, algo grande. Bueno espero leer el siguiente capitulo.
Bueno, gracias a Mooni chan por tu comentario y en cuanto a los espacios: en "vista preeliminar" salia justo como esta publicado aqui, intente editarlo para que se parezca a como lo tengo escrito yo (algo mas profesional xD) y pues espero que no suceda lo mismo en el siguiente capitulo. En cuanto al comentario de Blade solo puedo decir que te equivocas con que pasara algo grande, pero la casua de todo es una gran bomba, tambien se te olvido agregar una opcion: suicidio, tal vez hizo todo eso para suicidarse y hacerlo parecer aesinato, asi alguien saldria beneficiado. Pero recuerden que para resolver un misterio se deben tomar en cuenta hasta los detalles mas pequeños y ajustar las teorias a las pruebas no las pruebas a las teorias. Eso es todo, espero subir la continuacion este mismo dia o quiza mañana. Gracias¡¡¡¡ P.D: no me habia dado cuenta qeu a los tú les faltaba el ´.
Sus tres compañeros se intentaron acercar a él para tratar de auxiliarlo. — ¡No se acerquen al cuerpo!— Grite basándome en mi experiencia, si se trataba de un asesinato podrían guardar evidencia. —Samanta llama a la policía y a una ambulancia, pídeles que venga el comandante Almada.— Después de esperar por 10 minutos a que llegara la policía comenzó con analizar el cuerpo, mientras tanto le di los detalles que sabía. Reflexiono un poco, dando vueltas al lugar donde estábamos (el comedor) analizaba también la comida que nos habían preparado, en especial la que preparo José. —Bien, —Comenzó. —la víctima es José Espinoza Molina de 43 años, nació y creció en la ciudad, fue chef en jefe en este restaurante en los años 90, después que quebró comenzó una escuela de cocina la cual no tuvo éxito, trabajo en otros restaurantes que dejaba con el tiempo; finalmente, se encontró con sus viejos compañeros de cuando trabajaba aquí: Verónica Anderson Sáenz y los gemelos Brian Johnson y Brandon Johnson. ¿Eso es cierto?— —Bueno, yo desconocía que los cuatro solían trabajar aquí. — Conteste. — Solo se la historia detrás de este sitio así como pequeñas técnicas culinarias. — —Este no es chiste Arthur, pero no sé porque pediste que viniéramos, este es solo un accidente de cocina, típico entre los cocineros. — —Bueno, es cierto que parece un accidente pero ¿no es extraño?: La flama enorme solo es causada por combinación de agua y aceite caliente ¿Cómo es que un cocinero con esta experiencia puso agua en aceite caliente? Otra cosa que note es que no tiene quemaduras en la parte superior de la frente y en las patillas, mucho menos en cejas o pestañas, solo tiene quemaduras en la parte inferior de la barba y la parte superior del labio así como en el medio de la ropa, por concluyente la llama fue muy pequeña para alcanzar la cara de la nariz hasta la frente. — —Ey un momento, ¿porque este policía le pide ayuda a este niño?— Pregunto Brian muy molesto por la situación. —Bueno, lo que sucede es que soy un asesor de la policía. — Conteste algo modesto. Tomando las cosas muy serias, empecé por deshacerme del comandante Almada y los sospechosos. —Comandante, hágame el favor de interrogar a estas personas, si se puede háganlo por separado y pongan a los sospechosos en una habitación individual. Yo comenzare a buscar datos.— Los tres me tenían un poco de sorpresa, furia y desprecio pero son los alti-bajos de ser detective. Los servicios periciales habían terminado, sin encontrar la más mínima prueba, el forense se había llevado el cuerpo, listos para comenzar. Pero la intolerancia de mi hermana ante mi trabajo me pospuso. Me tomo el brazo con sus manos. — ¿Por qué no le dejas esto a la policía? Siempre tienes que resolver los crímenes y ellos se llevan el crédito. Al menos se tu quien se haga famoso. — No sé si era enojo o tristeza lo que me tenía en ese momento. La ironía me invadió: ella estudiaba medicina, su grupo de estudio estaba comprendido por cinco personas de las cuales dos se convertirían en forenses, el profesor que más la quería era forense, un conocido, mío e inclusive solía tener citas con un patrullero que conocía muy bien. —Bueno, es porque me gustan los rompecabezas, los crímenes bien planeados son los mejores rompecabezas que existen una: vez que resuelves uno, no puedes parar. Además, busco el mejor, el verdadero acertijo lógico capaz de hacerme frente. Hagamos esto: después de resolver esto planeamos un viaje para visitar a los tíos en Houston. Hasta entonces, déjame ejercitar la mente. — Después de que ella se fuera, estaba listo para buscar las pruebas. Comencé por la estufa: al revisar el nivel de gas solo confirmaba mi teoría inicial: era flama media, se necesitaría grande de aceite para crear una flama mayor de 1 m; otra pista importante fue una gran mancha de aceite en el suelo, la botella en que se encontraba fue puesta en una mesa frente la estufa, estaba a dos tercios de su capacidad; el cesto de basura al lado derecho de la estufa me dio otra pista: una botella de aceite vacía recientemente, lo sabía porque aun tenia aceite en el fondo, su ultimo nivel fue de una cuarta parte de la botella; sobre una mesa cercana (a la esquina inferior derecha, donde sucedieron los hechos) se encontraba el agua que tomaba José, me intereso la botella: agua mineral, por la fecha de caducidad debía ser de fines del milenio; y finalmente el tazón de donde sacaba la victima sus frutillas, tenía unas uvas, cerezas, ciruelas y otra que no pude distinguir. Eso me tomo más o menos 15 minutos, mucho para mí pero poco para la historia de los tres sospechosos. Se me acerco limpiándose el sudor, había mucho calor en esta cocina y sumando el olor a carne. Me dijo agotado: —Bueno Arthur, estos tipos sí que no tienen vida, en la historia laboral necesite una hoja para cada uno. — Eso no le agradaba a él pero a mí me cayó de maravilla, mientras menos información hay mayor será la materia gris que se usara. —Bien dime lo más importante. — Ambos salimos del lugar y nos sentamos en la mesa en que comíamos antes, al comandante se le hacía agua la boca: le gustaba mucho comer, estaba muy obeso pero a pesar de sufrir diabetes comía todo lo que se le antojase. Ambos nos tomamos la libertad de comer mientras charlábamos, muchos pensaran que es un policía incompetente pero es mejor que Leastrade. —Empecemos con la chica: nació en España, pero a los 10 años emigro a México, a los 15 ya trabajaba en varios restaurantes por lo que dejo la escuela. Fue contratada por José cuando tenía 20 años. Después que quebró el lugar fue a Corea del Norte para prender como se cocina allá. — — ¿Algún familiar suyo trabajo aquí?— Pregunte algo pensante, “No.” Fue la respuesta obtenida. —Los gemelos: Brian y Brandon, ambos estadounidenses. Brian llego aquí a los 15 años y Brandon a los 20. Ambos terminaron solo la preparatoria y comenzaron a trabajar aquí a los 25. Tomaron rumbos distintos después del cierre del lugar: Brian se fue a Brasil y Brandon, bueno, estuvo en prisión por daño a propiedad ajena; creo que este debería ser el principal sospechoso. — —No hay que tomar decisiones apresuradas, si lo hacemos nos llevaran a malas deducciones. — Dije mientras mojaba un poco de pan en sopa. —En cuanto a ellos, ¿algún familiar suyo trabajo aquí?— —Sí, su padreque murió hace unos años, según ambos por accidente automovilístico. — —Me dices que Brandon llego cuando tenía 15 años y Brian cuando tenía 20, ¿porque esa diferencia de 5 años?— El comandante parecía satisfecho, por esa comida, sí que cocinaban bien. —Bueno, sus padres se divorciaron cuando ambos tenían 15 años, la madre se quedó con la patria potestad de Brandon y el padre con el de Brian. Cuando la madre murió ambos vinieron a México para el funeral, se quedaron unos meses y cuando tenían pensado irse José se enteró de lo bien que cocinaban los tres así que los contrato. — —Bien, me falta una pieza que debe ser agregada por uno de ellos, tráigame por favor a Verónica.— El comandante, sabiendo que eso significaría la resolución del caso, lo hizo de inmediato. La chica estaba muy sudorosa, pero aun así mantenía una cara maternal y simpática. — ¿Así que eres Sherlock Holmes?— Bromeo ella. —Me conformo con Dupin. — Conteste yo. —Dime, la “grasa especial” ¿cómo se prepara?— Ella estaba más que dispuesta a cooperar conmigo, eso me decía que mi hermana les había relatado mi fascinación por el crimen. —Bueno, en una cacerola a fuego medio se le pone medio litro de aceite vegetal, a chorro ya que puede “chispear”; después se agrega carne de cerdo, esta se retira y se pone arroz, se vuelve a poner la carne y se adorna al gusto. Le dice grasa saludable ya que el cerdo es bueno para el cuerpo y el arroz absorbe mucho aceite pero al contener fibra el aceite casi no se digiere. — Con esto era más que suficiente para comenzar mi deducción, solo me faltaba una última pregunta: — ¿Cuál es la mochila de José?— Ella me respondió que la negra con ropa y de muchas bolsas. Antes de irse se aseguró de confiar en mí: —Espero que encuentres pronto al asesino.— “Lo prometo”. Conteste. Bueno gusto como lo esperaba en la mochila había unas cuantas de las frutillas de José, pero solo tenía tres tipos de frutillas: uvas, cerezas y ciruelas, faltaba la otra. Me di cuenta que la mochila de su lado derecho era igual, siguiendo mi confianza busque en esa, encontré lo mismo solo que esta si tenía la frutilla misteriosa. Me limite a sacar solo “frutilla misteriosa”. Después de dejar el tazón en el lugar donde estaba subí las escaleras hasta el lugar donde se encontraban los sospechosos. Fui recibido por una exclamación grande de Brandon: — ¿Qué demonios pasa?, me interrogan y me acusan de matar a José solo porque estuve en prisión. Y Ahora tu hermana me sale con cuentos que eres un detective y esas idioteces. — No conteste, no suelo contestar esas cosas, me dirigí hasta el comandante. Hablándole al oído le pedí un favor. El me miro sorprendido, —Pero, eso necesitara una media hora. — El comándate no veía la lógica en mi pedido, solo es posible que entienda cuando lo vea. Pero en lugar de contestar eso me limite a esto: —Bueno, necesitare al menos media hora para preparar este platillo de lógica. — Espero qeu esta segunda parte sea de su agrado. P.D: Sigo sin saber como dejar los espacios.
Bueno, que te puedo decir, es un fic con demasiado misterio!!!! No soy muy fan de ese genero, pero es bueno, interesante y como no conosco el detective cnan para mi no hay problema de que narres así. Pero no me dejes con la maldita intriga de más!!! Y fuera de eso, te recomiendo separar los dialogos y parrafos, se que eso no se hace en un libro, pero aqui se ve algo amontonado y eso hace que muchos se confundan, como yo. Fuera de eso, espero me avises de la continuacios. Bye Bss Te kiere Tema-Ch@n
Bueno como dije antes cuando pondo la opcion vista preeliminar asi aparece, la intento cambiar pero nada pasa. Para el proximo capitulo (que es el ultimo) intentare todo lo posible que sea más profesional. P.D:gracias por pasar a ver el tema :D. Y respecto a lo otro ya que lo se no lo volvere a hacer.
Hice que todos se sentaran en la mesa que quisieran, los sospechosos en una y mi hermana junto con el comandante en otra. Todos estaban confusos o molestos por el hecho de que ensuciaba la escena del crimen con mi presencia en la cocina, usando, además, muchos utensilios para preparar algo. El tazón con frutilla estaba en la mesa de mi hermana y el comandante, estos los comían mientras esperaban, justo como quería. Salí después de una media hora cocinando, llevaba dos platos de carne con salsa, ambos comunes por fuera pero con un secreto especial. Se los di al comandante y a mi hermana. —Pruébenlos. — Sus rostros dibujaron una expresión de ¿Qué demonios intenta? —Vamos, aunque sea solo una cuchara. — Insistí, ambos tomaron un cuchillo y tenedor, comieron un pedazo de carne remojado en esa salsa y nada sucedió. El comandante al ver que nada sucedía perdió algo de paciencia. —Arthur, esto es mucho, niños ya quien es el asesino. — —Primero una pregunta, — Dije. — ¿Qué me dirían si les digo que lo que acaban de comer fue preparado con 5 chiles habaneros, 10 jalapeños y 2 botellas de salsa de 1 litro cada una?— —Yo diría que intentas fastidiarnos. — Contesto mi hermana. —Igual yo. — Acepto el comandante. —Bueno, —Continúe. — que nuestros sospechosos lo prueben.— Hicieron eso, ambos comían un trozo con confianza pero después de saborearlo una fracción de segundo los tres lo escupieron. — ¡Pica, pica! ¡Eso fue traído del infierno! ¡Agua, agua, ahora!— Les di un poco de azúcar, eso cura mejor la sensación de picante en la lengua. —Bien, es hora de saber que truco hay detrás de porque ustedes se inmutaron y que llevo a José a la muerte: — De mi bolsillo saque un frutillo misterioso. — Sideroxylondulcificum también conocida como fruta milagrosa. Esta frutilla tiene una reacción química en la lengua, inhibe las papilas gustativas para que no detecten sabor alguno, ni el limón más agrio ni el chile más picante. Esto sucedió: “En algún momento el asesino cambio la botella nueva de aceite por una de agua con colorante y químico que cambiaba su densidad. También cambio las frutillas de José por sus propias que agregaban a la fruta milagrosa. Nuestra clase tuvo una duración de dos horas pero con que comiera seis de esas frutillas sería suficiente, esto inhibió su paladar cosa que funcionaria en el siguiente paso: sabiendo la costumbre de José de tomar siempre de la misma botella la lleno en algún momento de etanol, como sus papilas no funcionaban no sabía que tomaba combustible, el olor no lo ayudaba ya que el gusto y el olfato están relacionados. Ahora sabiendo que haría su “grasa saludable” dejo el aceite en una cuarta parte, eso obligaría a José a sacar el aceite nuevo anteriormente alterado. El verdadero aceite ya caliente combinado con el aceite falso ocasiono la flama aunque sea un pequeño chorro pudo ser suficiente para causar una flama lo necesariamente grande. Con el etanol en su boca todo se incendió, eso explica la marca en medio de la ropa: quizá tenía el aceleraste en ese momento. En conclusión: José murió a causa de quemaduras en el esófago, en alguna parte se quemó lo suficiente para abrir un agujero y permitiera salir el ácido gástrico fuera del estómago, eso lo mato.” — ¿Pero quién es el asesino?— Pregunto mi hermana sorprendida por esa teoría. —La persona que lo odiaba, esa persona era Brian Johnson. ¡Tú eres el asesino!—Exclame con voz autoritaria. Inmediatamente Brandon salió en su defensa. —Eso es ridículo, él no puede ser el asesino, no está en su personalidad; esta solo es una teoría de un niño que ha visto muchas series policiacas. — Creo que mi rostro mostro cansancio ante esta situación, ¿Por qué las personas no pueden aceptar esas teorías acoladas? —Bueno todo es simple eliminación: Brandon, tu estuviste en prisión por lo que no pudiste tener acceso a la fruta milagrosa y Verónica no entraba en los motivos, también le agregamos que la fruta milagrosa se da en partes de Brasil, a donde él fue después de que el restaurante quebrara. — Todos (inclusive el comandante y mi hermana que solían creer hasta de mis teorías más ilógicas) tenían una cara de confusión menos Brian que estaba nervioso, estas caras me decían que para ser creíble debía revelar por qué: —Brian, Brandon, su padre no murió en un accidente ¿verdad?, su padre fue el chef que murió en el incendio provocado por la fábrica clandestina de alcohol. En cuanto a José, él fue el otro chef que sobrevivió, hasta aquí todo claro; el hecho de la botella que siempre usaba, creo yo, es porque esa botella le salvo la vida, esa botella le permitió mantenerse fresco y húmedo escapar. Al enterarse que José fue el chef sobreviviente pensó que no había justicia divina en el asunto, cuando él le dijo que se uniera al grupo de chefs que nos enseñarían a cocinar empezaste la planificación del asesinato pero no estaba bien planificado, tal vez recordaste a unos cocineros que te enseñaron la fruta milagrosa y ¡presto!: el crimen perfecto, a excepción que no contabas con que yo estaría el mismo día del crimen. Por tu cara creo que acerté. — —Todo es cierto, yo lo asesine pero no fue porque no creía en la justicia divina: él era el segundo al mando de la licorería, y no fue detenido. — Todo termino ahí: Verónica se fue al norte del país para abrir su propio restaurante; Brandon salió del país después de detener a su hermano, no se supo nada de él en adelante; Brian cumple su condena, espero que salga por buena conducta. Aunque creo que me equivoco cuando digo que todo acabo ahí: se hizo mucho escándalo por el asesinato en el restaurante maldito y molestaron al comandante para que revelara el nombre del detective que resolvió el caso. Unos días después me llegaron cartas a toneladas de escritores de misterio y varios policías del país, entre ellas encontré una muy breve: Pequeño Sherlock: Gracias por resolver el asesinato, espero que tengas mucha fama con lo que le dije a unos amigos, disfruta de tus 15 minutos pero que no se te suba a la cabeza. Veronica.
Creo que en si la historia es buena. Solo falto pulir algunos detalles, mas que nada la edicion, la menera en que la escribiste, se me hizo dificil seguirla. El pequeño serlock... Un fallo, la historia se fue muy rapida, tomate tu tiempo. Fue entretenido leerte.
Muchas gracias por tu comentario, en cuanto a la rapidez de la historia fue porque me base en la tematica del anime detective conan y pues este es el primer escrito quer hice.