One-shot de Pokémon - Crónicas Pokémon – El Guardián de Puntaneva

Tema en 'Fanfics Terminados Pokémon' iniciado por Plumas de Cuervo, 13 Noviembre 2015.

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    Plumas de Cuervo

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    Crónicas Pokémon – El Guardián de Puntaneva
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    Para todas las edades
    Género:
    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1020
    Crónicas Pokémon – El Guardián de Puntaneva

    Norte de Sinnoh, 1903

    El norte de Sinnoh es una de las regiones más inhóspitas de Japón, son pocos los que se atreven a habitar esta zona de nieve perpetua. Cerca de la costa existe un cabo llamado Puntaneva, que alguna vez fue refugio de barcos balleneros que se adentraban en esas aguas en busca de Wailord. De aquella época sólo queda un muy maltrecho puerto y una solitaria cabaña en la cual mora una anciana llamada Esthella.

    Su nieta Rossanne, de doce años, ha venido a visitarla desde el lejano pueblo de Vetusta a los pies del Monte Corona. A pesar de las bajas temperaturas la niña se sentía a gusto en ese lugar olvidado por los dioses. El otoño se encontraba llegando a su final, el invierno aún se percibía lejano por lo que en los días más fríos el sol brillaba en lo alto.

    Era domingo por la mañana cuando Rossanne decidió salir a dar un paseo, el cielo se encontraba despejado y cerca de la cabaña pequeños Snover jugaban alegres; estos Pokémon en forma de árboles sólo se pueden encontrar en esa zona por lo que para Rossanne eran toda una novedad.

    En los alrededores de la cabaña se encontraba un espeso bosque, que a pesar de la eterna nieve siempre mantenía su verde follaje adornado de blanco por la nieve. Para Rossanne era entretenido ver a los Snover, le encantaba respirar ese aire puro con ese toque característico que emanaba el bosque. La chica se encontraba disfrutando de las pequeñas cosas que le ofrecía el lugar desde la comodidad de una roca cuando vio algo moverse al borde del bosque, era un pequeño ser anaranjado de cabeza puntiaguda ¿un gnomo acaso?

    Se acercó para ver a la extraña criatura más de cerca pero ésta se adentró en el bosque, por un momento le pareció haberla perdido de vista pero llegó a divisarla entre unos pinos; trataba de llamar su atención pero no le hacía caso. Cuando por fin pudo alcanzarla se dio cuenta de que era un Snorunt, un Pokémon algo raro de ver ya que habitan en la región Hoenn. Más de una vez escuchó que había Snorunt que emigraban a Sinnoh para transformarse en Froslass, algo que nadie sabía cómo sucedía.

    El Pokémon resultó ser muy agradable, a pesar de ser salvaje no tenía miedo de la chica, como si estuviese acostumbrado a los humanos. El día avanzaba pero los nuevos amigos no tenían noción del tiempo; de pronto el cielo se oscureció, una gran nube negra cubrió el cielo, Rossanne comenzó a sentir un frío que le helaba hasta los huesos y una tormenta de nieve se hizo presente. La joven intentó regresar a la cabaña pero se encontraba perdida, con el pequeño Pokémon en brazos camina a merced del viento y la nieve en busca de un refugio.

    A penas si podía ver la mano frente a su nariz; el caminar por la nieve se hacía cada vez más difícil, los copos de nieve golpeaban como si fueran agujas. La chica dio un mal paso y cayeron en un desnivel en el terreno, no tan profundo pero si lo suficiente para que no le permitiera salir de él. Abrazada al Pokémon se estaba resignando a lo peor, el frío era más fuerte que ella, sentía como si un pesado sueño se apoderaba de su cuerpo. De pronto una enorme sobra se colocó sobre ellos, Rossanne apenas si podía mantener los ojos abiertos y no podía distinguir que era.

    La enorme criatura los protegió de la cruel nieve que caía y formando una especie de campo de energía les dio el calor suficiente para mantenerlos vivos; así pasaron el resto del día y toda la noche mientras caía sin piedad la tormenta de nieve. La mañana llegó y el sol volvió a brillar en el cielo; la anciana salió en búsqueda de su nieta, había pasado toda la noche en vela preocupada por ella mientras estaba atrapada en la cabaña por la tormenta. Sus gritos se escuchaban por el bosque llamando a Rossanne, al no obtener respuesta se preocupaba cada vez más.

    Hasta que por fin la halló en lo profundo del desnivel abrazada al Pokémon, la anciana casi se cae por la impresión cuando vio a la enorme criatura inerte con los brazos extendidos; a pesar de que era la primera vez que lo veía pudo reconocerlo, era el mítico Regigigas ¿pero qué hacía allí lejos de su verdadera morada?

    El legendario Pokémon usó todo su poder para mantener con vida a la chica debilitándose por completo, ahora parecía una estatua, una criatura vacía… sin vida. La anciana y la niña se abrazaron y lloraron ya que llegaron a pensar que no se volverían a ver, luego se acercaron al enorme Pokémon y le dieron las gracias por el sacrificio.

    Los días siguientes regresaron al mismo lugar con la esperanza de que el Pokémon volviera a la vida pero todo seguía igual; con las rocas del lugar hicieron una especie de altar que lo protegía del clima inclemente. El invierno llegó y Rossanne tuvo que marcharse a Vetusta, pero ahora acompañada del pequeño Snorunt. Todos los años regresaba a Puntaneva y traía consigo flores de Gracídea como muestra de agradecimiento para el Pokémon que le salvó la vida a cambio de la suya.

    La anécdota de lo ocurrido se esparció por todo Sinnoh y desde lugares lejanos venían a venerar al Pokémon, varios se atrevieron a establecerse y así se fundó el Pueblo de Puntaneva, se construyó un santuario en honor a Regigigas a quien se le consideraba el guardián de Puntaneva. Quince largos años pasaron y Rossanne no dejó de visitar a su salvador, pero ahora estaba acompañada de su pequeña hija Marie y de su fiel Pokémon, ahora convertido en un Froslass.

    El acto de bondad se convirtió en leyenda, la leyenda en mito y el mito en la esperanza de que algún día el Pokémon legendario regrese a la vida. Regigigas, el Guardián de Puntaneva.
     
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    J.Nathan Spears

    J.Nathan Spears Adicto Comentarista Top

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    Interesante contenido y temática; Un poco de mitología Pokémon nunca cae mal... Regigigas es todo un héroe.

    En general, muy buen escrito cortito que merece 10 puntos de 10 posibles :D No detecté errores -w-

    A ver qué más te animas a escribir a futuro :L
     
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    Plushy

    Plushy PokéWriter Usuario VIP Comentarista destacado

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    Yo sólo detecté un error de dedo
    Fue cortito pero contundente, si bien me hubiese gustado algo un poco más narrado desde el punto de vista de la chica, se entiende que la intención era dar a conocer una narración oral de una leyenda local y como tal cumple bastante bien su objetivo ya que este tipo de historias son muy concretas y no se pierden tanto en el detalle. Ojalá un día veamos toda una antología de cuentos y leyendas pokémon por acá.
     
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