Historia larga Crónicas Mágicas Aendir: El nacimiento de la leyenda(Finalizado)

Buenas a todos y todas ^^. Pues por fin he podido arreglar todo y compaginare este fic con el de Flavio. Este fic ya lo escribí hace tiempo pero esto es como un reboot por lo que el anterior escrito lo dejo como otra línea temporal. Muchos personajes estarán aquí pero pueden ser diferentes o otras personalidades.

Espero que les agrade y les entretenga :D.




PRÓLOGO

''Una leyenda no es más que un nombre sobreexplotado, uno la cuenta, un segundo la escucha, y un tercero la divulga''​

En este mundo mágico existen seres y criaturas tan bellas al igual que fantásticas, pero la magia también puede ser usada para el mal. No obstante hoy en día la magia negra no ha sido erradicada presentando serias amenazas en el mundo. El reino Helmer ahora es gobernado con sabiduría y cordura tras años del reinado de un rey que solo buscaba la guerra y enriquecerse tanto para ser recordado para toda la eternidad. Sin embargo por muy rico o poderoso que sea una persona, no puede escapar de la muerte.

Ahora hay revueltas debido a magos oscuros que desean derrocar esa paz y es por ello que el reino cuenta con magos para la defensa de sus ciudades y pueblos.

Nos situamos en un precioso prado cubierto de flores donde dos personas descansan tras un largo entrenamiento. El aire sopla fresco y el sol no es muy caluroso por lo que es perfecto.

Sus nombres son Misaki y uno de sus aprendices, Vantage.

—No hay duda de que tu poder es muy superior al mio maestra—Dice mientras se quita el polvo de los pantalones.

Ella simplemente sonríe mientras mira el cielo.

—Has crecido mucho en poco tiempo, incluso más que tus compañeros—Sigue sin mirarle.
—Pero aún estoy muy lejos de tu nivel—Cruza los brazos en tono de enfado.
—Algún día puede que me superes—Se pone de pie y indica con un gesto que es hora de irse.

Ambos marchan al campamento cercano donde el resto del grupo les espera con una pequeña fogata. Unos dos chicos y una chica que hablan entre ellos alegremente.

—Ya era hora—Comenta la chica que les indica que se sienten.

El nombre de la chica es Estela y se unió al grupo la última pero sus habilidades le han permitido ser una gran ayuda al grupo. Por otro lado Sam y Venson quienes entraron al mismo tiempo que Vantage.

—El consejo mágico nos ha enviado un aviso, debemos volver para tomar una misión—Sam saca un pequeño pergamino y se lo entrega a su maestra.

Ella lo lee de un vistazo y lo arroja al fuego dejando extrañados a los otros.

—Quemad y eliminar cualquier prueba nuestra, no hay que dejar nunca rastro alguno—Ella sonríe mientras se pone en pie.

El resto se levanta y colocan su mano en la mujer. Esta pronuncia unas palabras y se teletransportan en un momento tras crearse un sello en el suelo.

Se encuentran en un pequeño edificio del reino, en los dormitorios del cuartel. Gracias a un sello en una de las paredes, estos pueden teletransportarse sin problemas a ese sitio. Eso les ha salvado en más de una ocasión.

Gracias a la magia, estos lugares son muy espaciosos y cómodos. Lo cual ha permitido un gran desarrollo en la sociedad también dado que todos viven de manera cómoda junto a sus negocios en el mercado.

Misaki les indica que esperen a que ella venga con las nuevas ordenes. Esto extraño bastante a todos dado que siempre iban juntos pero en ese momento no quieren darle demasiada importancia.

—Oye tenemos suerte de tener una maestra tan fuerte, la legendaria Misaki—Dice Sam tumbado en su cama.
—Ayudó en la guerra de hace unos cinco años aunque perdió a sus hombres y a su hija—Estela sentada en su cama miraba el suelo triste.
—Si, la guerra le cambió según dicen algunos soldados—Venson se sienta al lado de ella.
—La guerra nos cambia a todos, nos cambia a todos y también cambia nuestra vista del mundo—Vantage deja helados a sus amigos.

Estela suelta un suspiro.

—Que profundo te has puesto
—Es ella quien me lo dijo, debió ser muy duro para ella el perder a todos ellos—Se sienta a esperar junto al resto.

Tras un buen rato de silencio y esperar a que venga su maestra, ella aparece por la puerta. Con gesto serio les mira, suspira y se dispone a hablar.

—Es hora, el consejo lo ha ordenado—Sam, Venson y Estela asienten. Vantage es el único que no lo entiende.

Se levanta para hablar cuando siente algo en su costado, Estela le ha clavado un puñal y esta sangrando. Cae de rodillas con el objeto aún clavado y escupe sangre, no entiende nada de nada.

—Lo siento pero debemos hacerlo—Misaki se acerca despacio.

Vantage siente un gran dolor y poco a poco nota que su cuerpo no reacciona. No entiende nada de nada, sus propios amigos le han traicionado pero el motivo le es inexistente en ese preciso instante.

Sin dudar un momento pronuncia unas palabras y se marcha de allí.

—¿Porqué no has sellado este lugar con el sello que te di?—Misaki grita enfadada a Sam.

A Sam se le ha olvidado por completo y ese descuido le cuesta un golpe en el rostro por parte de su maestra.

—Con esa herida no vivirá mucho tiempo—Estela trata de calmar las cosas pero la mujer no esta satisfecha.

Mientras tanto el joven Vantage ha caído en otro lugar muy lejos de allí y del reino, un poblado donde hay una pequeña tribu que dedica su vida al cuidado de la naturaleza. Es allí donde uno de los habitantes encuentra al chico en agonía.



Bueno hasta aquí el prólogo ^^

 

Capítulo 1: Toda leyenda tiene su origen

El reino se divide en grandes ciudades que se unifican con la capital Escarlata debido a la gran joya de la torre en honor a los caídos en la guerra que condujo a la muerte del anterior rey. Tras esa batalla se reconstruyeron las ciudades y se crearon nuevos edificios más resistentes. Además de eso, se crearon murallas bastante altas para contener todos los posibles ataques que viniesen de fuera del reino, creando así un espacio de confort y seguridad a los ciudadanos que comenzaron a vivir ajenos a lo que ocurría fuera de los muros.

Sin embargo, la tierra es tan extensa que aunque las ciudades junto a su capital ocupen una gran extensión aún quedan miles y miles de kilómetros sin edificar ni explorar. Y es precisamente ahí fuera donde los magos oscuros y otros seres se organizan para sobrevivir. Pero especialmente hay muchas pequeñas civilizaciones que conviven unas con otras y muchas de esas personas son nada menos que supervivientes de la guerra los cuales fueron expulsados una vez que la guerra termino. Por lo que parece, el rey ordeno expulsarlos dado que la gran mayoría tenían secuelas, se volvían locos o en sus cuerpos estaban desfigurados. Fue una decisión difícil pero que con el paso del tiempo no le resulto tan mala.

Al principio ya había poblados pero tras la expulsión de la gente afuera de los muros, la cantidad de población aumentó creando muchas poblaciones que se ayudaban unas a otras aunque les resultó difícil debido al cambio radical de vida provocando que muchos no pudieran sobrevivir. Aun así, al ser tantos, muchos de ellos se acostumbraron y adaptaron llegando a echar sus raíces ahí junto a las futuras generaciones.

Es así, no es oro todo lo que reluce y esto es uno de los mayores secretos del consejo mágico.Además de esta manera habría más trabajo para todos proporcionando una mayor estabilidad económica. Y mientras la gente de las ciudades vive rodeada de paz, fuera de los muros es una constante lucha por sobrevivir.


Ahora, debemos retroceder en el tiempo para ver un poco sobre Vantage y Misaki.

''Flashback''-3 años atrás.

En la capital del reino nos encontramos con un joven Vantage concentrado en acumular magia en su cuerpo para poder controlarla. Misaki desde un rincón y sentada en una silla observa detenidamente al muchacho.

—Deja que la magia fluya por todo tu cuerpo y luego respira mientras mantienes ese nivel de concentración—Aconseja la mujer.

Vantage concentra tanto que la energía sale hacia las nubes provocando una pequeña explosión como si fueran fuegos artificiales.

—Es más difícil de lo que pensé—Respira el chico algo agotado.
—Sin embargo vas mejorando, hace tiempo que no veo tanto poder en un joven—Dice mientras le da una toalla.

El chico se seca el sudor mientras respira hondo. Sabe que aún le queda mucho por mejorar pero no parará hasta conseguirlo.

—Quiero preguntarte algo, ¿cómo dices que tu pueblo fue arrasado?—Pregunta mientras le da una botella de agua.
—Según me dijeron un demonio blanco con garras arrasó el lugar, yo no recuerdo nada...solo que antes del ataque estaba furioso con un amigo—Dice tratando de recordarlo y toma la botella.

Misaki le pide disculpas por esa pregunta pero al chico no le molesta.

''1 año y medio atrás''

Nos encontramos en la enfermería, el grupo de Misaki se encuentra herido tras una peligrosa misión pero se recuperarán. Los enemigos los superaban en número pero gracias al trabajo en equipo hicieron tiempo para que su maestra llegase a tiempo.

—Lo habéis hecho muy bien, ahora sera mejor descansar—Misaki sonríe feliz de verlos a salvo.
—Gracias a usted maestra—Estela intentaba levantarse pero el dolor se lo impidió.
—Sera mejor que reposéis, ya hablaremos—Dice mientras se va de la habitación.

Afuera se dirige por los pasillos a una sala donde se reúne con unos hombres del rey y su majestad. Es grande y con una enorme mesa donde hay un mapa de todo el reino y parte de los alrededores hasta donde sus centinelas han logrado reunir información.

—Misaki veo que aún sigues en tu linea, te dije que ese chico debe desaparecer, lleva la marca en su brazo—Uno de los consejeros del rey es quien se planta delante de ella.
—No creo que sea buena idea, además es un gran guerrero, tenéis miedo de una profecía la cual dice que un mago llegara a romper la paz aunque vos habeís traído paz a cambio de arrojar a esas personas fuera de los muros—Misaki dice esto en un tono serio.

El rey golpea la mesa con su puño.

—Tienes un año para traerme pruebas de que no es peligroso, sino lo haces...lo mataremos—El rey respira para tranquilizarse.
—De acuerdo, sino sus compañeros se encargaran de ello—Responde Misaki mientras se sienta en una de las sillas.
—Una vez aclarado eso pasamos al siguiente punto—Uno de los consejeros se pone a explicar el asunto.

''Una semana antes de ser apuñalado, Vantage y Misaki han compartido muchos momentos pero este es especial''

Se encuentran en un pequeño campo, ambos han estado entrenando sin parar tres horas y ahora descansan sobre la hierba.

—Maestra, ¿usted cree que algún día me convertiré en un héroe?—Esa pregunta extraña a la mujer.
—Los héroes no se escogen Vantage, surgen solos y alguien pequeño puede hacer grandes cambios. Este mundo es como un engranaje, hasta el más pequeño forma parte de él y si se toca o cambia una pieza...todo cambia y lo peor es que no sabes si ira a mejor o a peor—Responde ella.
—Usted es como una madre para mi, me adopto bajo su mando y me ha cuidado como lo haría una madre...no se como agradecerlo—Él chico se pone triste al recordar que nunca vera a sus padres de nuevo debido a que murieron.

Misaki al escuchar esas palabras no puede evitar emocionarse, ella perdió a su hija en la guerra. No puede evitar ver al chico como un hijo.

—Me has enseñado increíbles movimientos y técnicas, estoy seguro de que algún día seré un héroe para el reino—Dice alzando el puño.
—Estoy convencido de ello—Con una sonrisa ve feliz al chico quien esta decidido a ser un gran mago.

Durante tres años ambos han pasado todos los días juntos, luchando, entrenando y haciendo misiones. Sin duda era el alumno predilecto de ella aunque el chico no esperaba que fuera traicionado de esa manera por sus compañeros. Pero los motivos serán contados en otra ocasión.

''Fin Flashback''


Vantage despierta poco a poco, recuerda lo sucedido con dificultad y como puede lleva su mano al costado. Al tocarse siente dolor pero palpando la zona con cuidado no nota el puñal. Respira hondo y se acomoda, ve que no hay nada, tan solo un vendaje.

Mira a su alrededor, se encuentra en una pequeña casa formada por madera, algo parecido a una cabaña pero bastante más reducida. Un hombre de avanzada edad se acerca al chico. Viste con una túnica blanca que contrasta con su piel morena y su pelo blanco.

—Veo que has despertado joven—Dice al verle despierto.
—Yo...¿donde estoy?—Pregunta mirando a todos lados.
—Estas en mi cabaña, te ha encontrado mi hija sangrando cerca del poblado. Te he curado lo mejor posible pero tardará en sanar unos días—Responde con amabilidad.

Vantage respira y se tranquiliza un poco.

—Muchas gracias, no se como puedo agradecerle—Dice el chico sentándose en la cama.
—No me las des joven, pero me impresiona ver que estabas ahí tirado con un puñal...¿vienes del reino?—Él asiente.

Entonces el hombre toma un tarro con un líquido verdoso y se lo da, el chico lo mira con duda pero acaba bebiendo. Para su sorpresa era muy dulce y sabe muy bien.

—Supongo que el reino ha hecho contigo lo mismo que con la gente de los poblados, una vez que no te quieren te expulsan del reino—Vantage extrañado quiere conocer más sobre eso.

El hombre le cuenta sobre las consecuencias de la guerra para los soldados y las acciones del nuevo rey impuesto por un grupo de poderosos hombres. Aunque Vantage era un caso aparte ya que él no participo ni nada.

—Por cierto, mi nombre es Sahim, encantado de conocerte...esto...—El chico le dice su nombre.

La puerta se abre y aparece una pequeña joven llevando unos tarros llenos de especias. Era de piel un poco más oscura que el chico, el pelo negro y una túnica roja que cubre su pequeño cuerpo.

—Aquí te traigo lo que me has pedido—Dice mientras los deja con cuidado encima de la mesa
—Ella es mi hija Luna, su madre falleció hace mucho en la guerra, ahora yo cuido de ella—Explica Sahim.

Ella se inclina diciendo su nombre, Vantage haría lo mismo sino fuera porque no puede.

—Encantado de conocerte—Hace un saludo levantando la mano.

Tras descansar unas cuantas horas se encuentra mejor y aprovecho ese tiempo tumbado para conocer más sobre el poblado. Eran bastantes habitantes que usaban la magia para alejar las pestes, bichos y enfermedades de la población pero viven del campo respetando la naturaleza. Con su magia y remedios Vantage tardaría poco en recuperarse aunque obviamente tardaría más que en el reino.

Tras contarle su situación a Sahim, este le prometió ayudarle aunque de momento el hombre le aconseja que lo mejor era olvidarse.

—Si piensan que has muerto no vuelvas a ir, si trabajas aquí tendrás una nueva vida alejado de las peleas y traiciones—Vantage no quería eso.
—Yo tengo que averiguar la verdad, quiero...—Pero entonces es interrumpido.
—He visto tu marca en el brazo, el dragón blanco de la luz, ese es tu poder. Se dice que un mago con una marca extraña llegara para romper la paz e imponer su reinado destruyendo todo a su paso—Sahim le señala su marca.

Vantage mira su marca y suspira.

—No tengo ese poder tan grande del que hablas, y no creo en profecías—Responde aunque se lleva un pequeño golpe en la cabeza con el bastón que lleva el hombre.
—No seas insolente muchacho, las profecías siempre se cumplen. Hay una organización de magos dispuestos a romper esos muros y llevar la paz en todos lados, todos tendrán paz, nadie sera marginado por su raza o deformidad. Además siento que poco a poco la oscuridad se va acercando más y más a este reino, no todas las tribus son buenas...hay algunas que llevan rituales donde asesinan gente para obtener poderes—Explica con detalle el hombre.

El chico traga saliva, le parece increíble que haya gente que haga ese tipo de cosas.

—Los poblados llevan años preparándose para romper los muros aunque la tecnología y magia de ellos es mucho más poderosa. Es por eso que llevamos tiempo lanzando ataques a distintas posiciones provocando pequeñas grietas que sino estas cerca no las ves. Y como puedes imaginarte ellos ni se han dado cuenta—Sale por la puerta para enseñarle el poblado.

Era tal y como el hombre lo ha descrito, personas con deformidades o estragos de la guerra en sus rostros. Pero parecen felices, todo es campo, hay vegetación, tranquilidad y no tanto ruido como en la ciudad. Era completamente diferente a lo que ha conocido durante estos años.

—Abandona la ciudad, abandona todo tu pasado Vantage, puedes servir a una buena causa. Nosotros sabemos de primera mano las calamidades de la guerra y no hacemos separación de razas ni esas discriminaciones—El hombre se sienta en una de las sillas que hay nada más salir de la casa.

—¿No os gusta esta vida de tranquilidad?—Pregunta curioso el joven ante lo comentado en el interior de la casa horas atrás.
—Esto no durara siempre, una gran sombra se aproxima y tenemos la entrada prohibida en el reino. No podremos ocultarnos siempre, calculo que la sombra se presentara aquí dentro de unos años y no se si viviré en ese entonces...mi hija es lo que más me preocupa—Mira a la joven que charla con unas amigas.

Vantage se sienta en la silla donde normalmente se sienta su hija, observa todo mientras piensa en que hacer. Por un lado puede quedarse allí y luchar junto a esas gentes condenadas a morir por la diferencia de armas y por otro lado puede volver para morir a manos de sus ex compañeros y maestra.

Mira al suelo, respira hondo y suspira de manera alargada. El ser traicionado conlleva un dolor que nunca ha sentido y algo que no se va con facilidad. Y entonces rompe a llorar pensando en todo lo que ha vivido con ellos.

—Puedes darle una nueva vida a todas esas personas y además creen que has muerto, aprovecha esta oportunidad que te ofrezco—Vantage sabe que tiene razón.

Tras unos minutos de llorar sin parar, toma aire y respira. Mira a Sahim y asiente con la cabeza.

—No soy un gran luchador pero te entrenaré. Lo harás sin camisa para fortalecer tu piel que se hará tan dura como escamas, los del reino usan armaduras pero sin ellas no son más que personas normales. Entrenaremos esos músculos y al hacerlo, tus ataques te cansaras menos físicamente dado que el cuerpo es como una vasija y la magia su contenido—El hombre explicaba su método ante la mirada del chico.

—¿Dices que si entreno el cuerpo aumentare mi poder?—Vantage siente curiosidad por ello.
—Algo así, cuando tu haces un ataque mágico, tu cuerpo se resiente según la cantidad de poder que uses pero cuanto más entrenes el cuerpo, más poder podrás utilizar sin tener que sufrir ese desgaste físico—Sahim sonríe mientras se lo detalla.

Vantage junta sus manos pensando en que quizás era la mejor opción.

—No sabía que eras tan bueno en la magia, ¿cuál era tu rango antes de ser enviado aquí?—Le pregunta mirándole a los ojos.
—Jeje, bueno...maestro, aunque fue hace mucho—Responde mientras suelta una pequeña risa.

Entonces el joven se pone en pie y luego le mira.

—Esta bien, me curare y después entrenare con usted, me volveré más fuerte. No tenia pensado esto pero si vuelvo me mataran...ya tendré tiempo de averiguar la verdad...y además piensan que he muerto así que debo aprovechar esta oportunidad—Dice apretando el puño con fuerza.
—Bien, bien, has cambiado de parecer por lo que veo—Él también se pone en pie.
—Uno debe hacer lo que sea para sobrevivir y como he dicho, ya averiguare la traición. Además ya deje mi poblado por el reino y ahora haré lo mismo—Se queda mirando el cielo mientras se toca su herida recordando como fue irse de su poblado arrasado.

El hombre esta a punto de meterse en la casa cuando se para como si se le hubiera olvidado algo.

—Por cierto, para no levantar sospechas, debes abandonar ese nombre...¿tienes otro?—El chico se gira y niega con la cabeza.
—Ese nombre me lo pusieron los del reino, significa hombre del infortunio—Contesta él.
—A partir de ahora te llamaras...ya se...el dragón blanco Aendir, significa hijo de la luz del bosque—Dice Sahim con una gran sonrisa para luego meterse en la casa.

El joven se queda mirando el poblado, da un pequeño paseo con cuidado de no hacer movimientos bruscos mientras mira la felicidad de las personas de allí que de vez en cuando se le quedan mirando. Sobretodo Luna y sus amigas.

—Aendir eh...no suena mal—Piensa mientras continua con su paseo.


Continuara...

Bueno eso es todo, espero sus opiniones ^^

 

Capítulo 2: Fortaleciendo el cuerpo y el alma

Nunca es fácil abandonar un lugar, tu nombre y tu vida pero sin duda era lo mejor que el guerrero podía hacer. Tras ello, unos dos días de reposo junto a los cuidados de Luna y Sahim hicieron que el mago se recuperase por completo. Aendir guardó el puñal en un pequeño cajón y lo usaría algún día para devolver el golpe a esa persona. Y el hombre le regalo una túnica blanca que usaría hasta que empezase el entrenamiento.

Mientras Sahim preparaba el lugar de entrenamiento y seleccionaba como llevarlo a cabo, el joven ocupaba el tiempo cortando leña, ayudando a otra gente del poblado a reparar vallas, el tejado o ayudar a Luna buscando plantas curativas. Sahim le prohibió utilizar la magia para así empezar a hacer ejercicio. El poblado era muy tranquilo, muchas casas con su pequeño huerto para vivir del campo junto a las humildes viviendas le daban al lugar la paz que no encontraba en las ciudades.

Su relación con Luna era de amistad, durante tanto tiempo hablando y pasando el tiempo juntos se fueron conociendo mucho. Por ejemplo la joven le explicaba que no recuerda nada de su infancia y que los únicos recuerdos son de vivir en este poblado, ni siquiera sabe como era su madre dado que no tiene ni una foto de ella. Por su parte, el joven le cuenta las misiones en las que ha participado, como entrenaba en la ciudad y como se unió al grupo de Misaki.

—Nunca había visto a mi padre así, creo que ve en ti a alguien especial. Él siempre ha acogido a mucha gente y ha ayudado al resto de personas, es muy admirado y respetado—Luna miraba venir a su padre desde lejos mientras come una baya.
—Es una gran persona, te quiere mucho y os estoy muy agradecido por todo lo que estáis haciendo por mi—Toma una de las bayas del cuenco de ella.
—Ten mucho cuidado con tu entrenamiento, no será fácil y mi padre en ese aspecto es muy estricto—Lo dice con una pequeña risita.

Él sonríe mientras ya llega Sahim algo cansado por la caminata. Al parecer estaba todo listo.

—Bueno, ya he terminado los preparativos, esta tarde comenzamos porque ahora mismo necesito comer—Dice el hombre limpiando el sudor de su frente.

El tiempo hasta la hora de entrenar pasó muy lento para Aendir que tenía muchas ganas de empezar a entrenar. Y cuando llegó la hora, ambos salieron de casa dejando el cuidado de esta a Luna.

Caminaron durante unos diez minutos aproximadamente hasta llegar a lo que parecía un descampado y allí había rocas, troncos, una especie de maniquís de paja y madera además de cuerdas. Realmente era impresionante lo que ha organizado en tan solo tres días.

—¡Esto es impresionante!—Emocionado, miraba lo bien organizado que estaba con el suficiente espacio entre las cosas.
—No es nada jeje, ahora toma, ponte esto—Hace aparecer unos pantalones y botas.

El chico se pone la ropa excepto la camisa como le indicó cuando le decidió entrenar.

—Bien, primero estira un poco para calentar tu cuerpo y no sufrir lesiones. Luego, tendrás que usar esas cuerdas, atarlas a esos troncos y arrastrarlos hasta aquella x marcada en la pared—la cara del chico era un poema.
—¿Cómo voy a ser capaz de mover todo eso?, pesa mucho—Aendir no daba crédito, una cosa era empezar duro pero aquello le resultaría imposible.

Pero al ver la dura mirada del hombre decide hacerlo, como le ha indicado ata las cuerdas tras haber estirado durante unos cinco minutos y se dispone a mover los troncos que eran bastante más grandes que él.

Enrolla las cuerdas en sus manos y tira con toda la fuerza que tiene, los troncos se mueven apenas debido a su anchura. Respira e inspira mientras hace la mayor fuerza posible para arrastrarlos, poco a poco va logrando arrastrarlo con un poco más de facilidad aunque no era suficiente.

—Venga no te detengas, llevamos media hora y apenas has recorrido medio metro—Dice mientras observa todo.

Aendir resopla y da un grito de rabia mientras sigue tirando de las cuerdas y logra recorrer dos metros sin parar debido a la rabia. Pero hasta ahí ya que se queda sin fuerzas y cae al suelo agotado.

—No...no puedo...—Respira completamente sudado.
—Dos minutos y vuelves a continuar, hoy volveremos cuando hayas llegado hasta la x—Sahim le pasa una pequeña toalla para secarse el sudor.

El chico resopla viendo que aún le quedan unos ocho metros por lo menos y el sol que hace no acompaña tampoco a que se este fresco. Tras pasar los dos minutos el chico estira las manos y se dispone a continuar.

Toma las cuerdas y estira de nuevo mientras piensa en que debe volverse más fuerte para poder llevar a cabo su venganza y sobretodo, darles a esas personas la oportunidad de vivir como se merecen y no como marginados.

Durante las siguientes horas el chico logra llevar a cabo la prueba y lleva los troncos a la x. Aendir suelta las cuerdas feliz y levanta como puede los brazos de alegría aunque Sahim no estaba tan contento.

—Ya es de noche y has tardado mucho en hacerlo, mañana entrenaremos tus piernas y pasado volverás a llevar los troncos a donde estaban—Con ese comentario acaba con la felicidad del chico aunque esta feliz de entrenar.

Cuando llegan a casa Luna los recibe enfadada.

—¿Se puede saber porque habéis tardado tanto?—Pregunta con una mirada que asustaba.
—Ha tardado horas en llevar unos simples troncos—Responde ignorando a su hija mientras entra en la casa.
—Antes de cenar haz el favor de ducharte—Dice mientras observa que chorrea sudor aunque se ruboriza al verle sin camisa.

Tras una ducha y una buena cena, el chico se sentía como nuevo aunque las agujetas se empezaban a notar. Esa misma noche durmió como un tronco esperando poder descansar para entrenar sin problemas.

El siguiente entrenamiento consistía en llevar una bolsa con piedras atada a cada pie.

—Caminarás durante dos horas sin descanso por toda la zona con ellas a rastras. No pesan demasiado pero cuando camines con ellas un buen rato te parecerá que llevas toneladas de ellas—Sonríe mientras se sienta en una silla bajo la sombra de un árbol.

El chico decidido a hacerlo comienza a caminar, costaba un poco pero tenía que hacerlo. Los primeros veinte minutos fueron sencillos aunque a la media hora ya estaba algo cansado y las piedras pesaban más que antes. Por suerte ese entrenamiento era más fácil que el del día anterior y pudo completarlo.

—Lo he hecho—Dice quitándose las ataduras.
—No esta mal, si haces esto podrás aumentar tu agilidad y velocidad—Explica el hombre dándole una botella de agua.

Los siguientes diez minutos fueron de descanso y luego otra tanda de andar dos horas. Ese día se llevaron comida por lo cual no tenía prisa por volver.

—Creo que ya esta bien por hoy, has hecho seis tandas de dos horas y no creo que sea prudente hacer más—Dice mientras recoge sus cosas.
—De acuerdo, así Luna no se enfadara con nosotros—Dice con una sonrisa.

El siguiente día fue mejor que el primero aunque no demasiado dado que Sahim aumentó en dos el número de troncos haciendo que Aendir sufriera para poder llevar los troncos a su lugar. Tardó una hora más en llevarlos a pesar de todos los esfuerzos del chico.

El tercer día tocaba descanso y el joven agradecía aquello, tenía sus brazos agotados y necesitaban un descanso.

—Veo que tu entrenamiento va bien aunque espero que no te hagas mucho daño—Dice la joven sentándose al lado de él.
—Si, es muy duro pero apenas hemos empezado y me quedan muchas pruebas por hacer—Responde el mago con una sonrisa.

Y se produce el silencio, ambos miran las estrellas mientras respiran el aire puro del lugar. El estar rodeado de tanta naturaleza hace que el aire sea más limpio y puro.

—Al principio este poblado sufrió ataques por parte de otros magos que vivían como nosotros pero por suerte se llego a un acuerdo y todos vivimos en paz los unos con los otros. Nos dimos cuenta de que eramos iguales y que ayudándonos unos a otros lográbamos más cosas. Y el vivir sin temor a ser atacados daba mucha más comodidad—Explica Luna arrimando su cabeza al hombro del chico.
—Cuando todo esto acabe, nadie sera marginado y creo que tendré una casa en el campo, me gusta esto—Dice mientras sonríe imaginando un futuro feliz.
—Necesitaras a alguien que te ayude con las tareas de casa y que te cuide cuando estés enfermo—Luna se acurruca un poco más en el hombro del chico.

Él sonríe y apoya su cabeza junto a la suya.

A Aendir, el día de descanso se le paso volando y sabía que el cuarto día de entrenamiento supondría un gran esfuerzo. El siguiente entrenamiento consistía en golpear los maniquís con las manos y pies para fortalecer los golpes cuerpo a cuerpo. Ya tenía algo de práctica por lo que lo hizo como cuando pertenecía al grupo de Misaki.

—Se nota que has hecho algo parecido antes pero aún así golpeas muy previsible, debes intentar no tener un patrón de movimientos. Si lo haces te puede servir para los más débiles y novatos pero un guerrero fuerte sabrá contrarrestar todos tus golpes cuando luche un par de minutos contra ti—Aconseja Sahim desde su silla.

El joven no sabe como hacerlo por lo que se queda parado.

—Ya solucionaremos eso, de momento golpea los maniquís en tandas de quince minutos, luego descanso de dos minutos y seguir golpeando—Dice el hombre observando como el joven empieza a golpear cada muñeco con gran fuerza.

El chico empieza a sentir dolor en sus pies y manos al cabo de unas cuantas tandas, tiene la piel un poco rasgada y enrojecida de tanto golpear pero se siente con fuerzas de seguir haciendo eso hasta que le ordenen parar.

Ha destrozado los muñecos y Sahim los restablece cuando estos se rompen. Por suerte, ese entrenamiento le ha llevado unas pocas horas por lo que aún le quedaba la tarde para volver a hacerlo. Ambos vuelven a casa a comer y recuperar un poco las fuerzas para después en la tarde continuar el duro entrenamiento.

—Esta tarde continuaremos con lo mismo de esta mañana. Estaremos varios meses fortaleciendo esos músculos y esa piel, luego aumentaremos tu poder mágico y finalmente combinaremos ambas cosas. Por suerte tenemos el tiempo a nuestro favor y podemos arreglar cualquier problema que surja—Explica el hombre dando unas palmadas en la espalda al joven.

Aendir asiente y calienta un poco antes de entrenar. Golpea sus puños listo para volver a la carga. Esta vez los golpea con más fuerza e intensidad, hace movimientos un poco más ágiles y menos previsibles.

Sahim se sorprende de ello, sin duda le esta poniendo ganas y espíritu.

—No hay duda, es un mago con una capacidad de desarrollar sus habilidades con mucha rapidez. A un mago ordinario le costaría mejorar tanto de la mañana a la tarde pero aprende con tanta facilidad que asusta. Tiene la cabeza amueblada y los pies en la tierra, no tiene miedo y se esfuerza por mejorar...puede llegar a convertirse en alguien que rompa las cadenas de este mundo—Piensa mientras observa como desencadena una lluvia de golpes.

Y el primer mes paso volando, continuo con los mismos entrenamientos durante las semanas posteriores. Arrastrando troncos los cuales ya movía un poco más rápido cada vez, andar con piedras atadas en los pies, golpear maniquís o hacer carreras continuas. Para el segundo mes Sahim decidió que era mejor seguir con ese mismo entrenamiento hasta que desarrollara más su fuerza muscular y además le daba más de comer para recuperar fuerzas.

Tras dos primeros meses de trabajo físico puro y duro, el hombre cambio y modifico el entrenamiento. Esta vez decidió que durante los próximos tres meses iban a turnar las semanas entre las anteriores pruebas y las nuevas.

—La primera semana y al ser nuevo mes cambiare las pruebas y luego la siguiente volveremos a lo anterior con trabajo físico—Dice mientras prepara un gran circulo mágico.

Ese día Luna ha decidido ver el entrenamiento y de paso llevarles una rica comida. Se sienta en una silla bajo la sombra del árbol a observar.

—Te enfrentaras a enemigos que controlen los elementos y deberás preparar tu cuerpo para ello. Primero te pondrás en el centro del círculo y alrededor se crearan llamas por lo que la temperatura sera bastante alta, debes mantenerte el máximo tiempo posible y si en algún momento te sientes al límite no te fuerces,tenemos mucho tiempo para entrenar—Aendir asiente y se coloca.

Sahim da un par de golpes con el bastón y las llamas sale por los lados. El mago empieza a sentir el calor en su cuerpo, esta rodeado por fuego y debe resistir el duro entrenamiento para poder adaptarse a ello.

—Respira despacio, deja que tu cuerpo se acostumbre a la temperatura, no pienses que te vas a quemar—Aconseja mientras con su bastón controla la temperatura.

Luna asombrada mira el rostro de Aendir el cual esta tranquilo antes de que las llamas se vuelvan más grandes tapando totalmente la figura del chico. Sahim usa un conjuro para que sus ojos puedan ver al joven y que no ocurra ninguna desgracia.

—Contrólate, no pienses en el fuego, deja que el cuerpo sienta ese calor y sea parte de ti—Piensa el mago de brazos cruzados aguantando como puede.

Era muy complicado y notaba su respiración agitada, el sudor recorre todo su cuerpo y siente que apenas puede respirar. Tras unos minutos que le parecieron horribles el chico decide terminar con ello.

—Ya es suficiente Sahim—Avisa el chico.

Las llamas desaparecen y el chico cae de rodillas. Luna se acerca corriendo con agua y se la entrega. El chico bebe despacio, siente la frescura del agua atravesando su garganta. La respiración poco a poco vuelve a la normalidad y da un largo soplido liberando toda la tensión.

—Lo has hecho muy bien, no es fácil luchar contra esto. Descansa un rato en la sombra, te vendrá bien—Dice mientras se marcha a su silla.

Sin duda es sentir la sombra y tirarse a la hierba, ese frescor le viene genial.

—¿Qué otras pruebas de adaptación me esperan?—Pregunta mientras cierra los ojos y disfrutando del descanso.
—Pues algo parecido pero con hielo, esa iremos incluso más despacio porque al congelarte tu cuerpo correrá mayor riesgo. Pero a diferencia de los magos de hoy en día tu resistirás estas condiciones sin necesidad de gastar magia en hechizos defensivos—Responde el hombre.

El chico respira profundamente, ya han pasado dos meses y se siente como si fuera otra persona. Notaba como sus músculos se fortalecían, su masa corporal también era mayor y por estar al sol su piel era un poco más morena.

—Bien, cuando veas que te sientes mejor vuelve ahí—Dice el hombre.

Sin duda esa mañana fue extremadamente dura para el mago pero fue recompensado con una buena comida preparada por Luna. Para él, la joven se había convertido en un gran apoyo dado que siempre le curaba las heridas, vendaba, alimentaba y animaba. Ese era un motivo más para seguir luchando.

Durante el resto de la tarde, el chico estuvo aguantando como pudo el gran calor de las llamas pero en cierto punto sentía que su cuerpo apenas podía aguantar el calor y notaba su cuerpo cansado por lo que ese día lo dejaron.

Ya en la cabaña antes de acostarse y mientras Sahim dormía, el chico se sienta afuera a sentir la brisa. No tenía aun sueño y quería relajarse un rato antes de irse a la cama. Como siempre, Luna se sentó apoyando la cabeza sobre su hombro pero esa vez incluso coloco su mano apretando la del chico.

—No quiero que te vayas, estoy muy feliz de que estés aquí—Dice casi en un susurro.
—Yo también soy muy feliz...estando contigo—Dice con una sonrisa y dándole a la chica un pequeño beso en la frente.

También aprieta su mano para sentir el calor de ella. Sin darse cuenta, había encontrado en ella un apoyo para sobrevivir y ser feliz. La rodeó con su brazo y por primera vez en mucho tiempo y noches pensando en la lucha futura, olvidó completamente todos sus problemas.

Y allí se quedaron ambos en silencio durante unas horas contemplando las estrellas con una gran sonrisa en ambos.


Continuara...

Espero que os haya gustado y perdón si se hizo muy largo xD

Nota: En el próximo profundizare sobre la capital y Misaki.

 

Capítulo 3: Fortaleciendo el poder-


Dos días han pasado y el joven mago se encuentra cada vez más preparado para aguantar el fuego. No ha sido nada fácil pero poco a poco y a medida que pasaban las tandas logra resistir el calor.

Para prepararle mejor, Sahim ha ido aumentando cada vez más el calor de las llamas hasta alcanzar la temperatura que puede llegar a resistir el cuerpo. Luna cada vez iba más seguido a observarles y quedaba impresionada con los resultados del chico.

—Veinte minutos más y pasaremos a otro ejercicio—Dice Sahim mirando su reloj de arena.

El chico se encuentra en el medio completamente rojo y sudado, respira lentamente mientras no piensa en nada. Al no hacerlo su cuerpo es como si estuviera en otra parte y no recibiera daño alguno. Gracias a eso su cuerpo se ha ido acostumbrando y ha podido preparar su cuerpo para el fuego más intenso.

Al cabo de veinte minutos el mago retira las llamas y se encuentra al chico como si estuviera en otro mundo. Se da cuenta de que ese es el secreto para aguantar y sonríe viendo la astucia que tiene Aendir.

—Tomate unos minutos de descanso, luego te preparare para aguantar el frío. No va a ser nada sencillo por lo que tu cuerpo se puede resentir—Dice mientras da la vuelta al reloj para preparar el tiempo de la siguiente prueba.

Unos minutos después de tomar agua y a la sombra el chico es avisado para entrar de nuevo al circulo. Se despide de Luna y se coloca.

—Como hemos hecho con el fuego, si te sientes mal cortare de inmediato—Explica el hombre.

Aendir asiente,Sahim toca el suelo con el bastón y un muro de hielo rodea al joven mientras dentro empieza a hacer un viento frío. El chico calma su cerebro, respira el gélido aire y se dispone a dejar su mente en blanco.

Entonces Sahim corta de pronto y el chico no sabe porque lo ha hecho si él no ha dicho nada.

—Has cometido el peor error, aquí no puedes hacer como en el fuego. Si con el frío dejas tu mente en blanco y tu cuerpo se hiela,quedaras dormido y morirás congelado—Explica serio mientras da de nuevo la vuelta al reloj.
—Lo lamento mucho, no lo volveré a hacer—Responde el joven listo para volver a hacer la prueba.

Sahim crea el muro de hielo y Aendir se prepara para aguantar el frío. Estira los dedos para que no se congelen y pueda seguir moviendo los dedos. Nota el latido de su corazón mientras el humo sale de su boca al respirar. Realmente siente que no va a poder superar esta prueba pero quiere aguantar y ser mucho más fuerte. Además el estar sin camisa complica mucho las cosas.

Aendir aprieta los puños y estira un poco los brazos esperando entrar un poco en calor pero es tan baja la temperatura que apenas puede moverse. Pide entonces parar y en un segundo el frío desaparece mientras siente el calor del sol.

Cae de rodillas y toca el suelo que esta aún helado. Sahim se acerca y le ayuda a levantarse.

—Creo que es mejor dejarlo por hoy, el cambio de temperatura ha afectado mucho a tu cuerpo. Descansa el resto del día y mañana, el cuerpo necesita descansar para poder recuperar sino puedes lesionarte o afectarte de manera irreversible—Explica mientras recoge sus cosas.

Aendir estaba decepcionado consigo mismo pero el maestro tenía razón, es mejor descansar. Además tiene mucho tiempo por delante para poder desarrollar su cuerpo y poder.

El resto del día Aendir se dedico a descansar en su cama además de dar un paseo con Luna socializando mucho más con los aldeanos para despejar su mente y conocer en profundidad las situaciones de cada uno. Muchos participaron en la gran guerra, otros mostraban sus heridas, otra gente explicaba que descendían de magos que ayudaron al reino y otros simplemente no recordaban nada debido a su enfermedad.

Mientras tanto, en la capital Misaki y su grupo volvieron a las misiones sin dar más importancia a lo ocurrido meses atrás e ignorando por completo que el chico seguía con vida. Estela no mostraba resentimientos por lo ocurrido ni tampoco al resto que han olvidado ya el suceso.

—Maestra, hemos realizado muchas misiones, rescate, atrapar a ladrones,hasta apagar incendios—Dice Venson llamando la atención de la mujer.
—¿Crees que nuestras misiones no son importantes?, todas lo son, salvamos vidas de una manera u otra, en eso consiste proteger el reino—Responde tajante la mujer.

El chico calla ante la respuesta de la mujer quien puede llegar a ser muy directa con estos asuntos.

—Creo que...él sigue vivo—Comenta Misaki dejando al resto sin palabras.
—Es imposible, por el rastro cayó fuera de las murallas y estaba sangrando mucho. No creo que durase mucho más con vida—Dice Sam restando importancia al asunto.

En los últimos meses la capital se ha reforzado un poco por dentro mejorando los sistemas de vigilancia, hay más soldados patrullando, el comercio cada vez va a más y por suerte la criminalidad se ha reducido bastante. También han reforzado las puertas dado el tiempo que llevaban puestas por unas más resistentes.

Por su lado el rey respira aliviado de saber que no corre ningún peligro y ha burlado a la profecía. Todo marchaba según lo planeado y se notaba en su rostro cada día desde que fue informado que Vantage había sido asesinado.

Una gran parte de la ciudad se dedicaba exclusivamente a granjas modernas para abastecer a toda la población y por otro lado campos llenos de árboles frutales que daban muchísima fruta. La población se redujo tras la guerra y la expulsión de los guerreros pero con la nueva vida la demografía enseguida aumento hasta cierto punto.

En el cuartel general se encuentran tras regresar de una reunión con los consejeros del rey el grupo de Misaki. La reunión era urgente por lo que apenas llegaron a las puertas del cuartel tuvieron que dar media vuelta y ir a esa reunión.

—Que agotador es ir a esas reuniones—Dice Sam tumbándose.
—Te quejas ya por todo—Misaki se sienta a descansar, se siente agotada por todo lo ocurrido ese día.
—Maestra sera mejor que descansemos, además ha empezado a llover—Dice Estela mientras se gira a mirar como cae el agua por el cristal.

Misaki también se empezaba a aburrir, estaba acostumbrada a luchar cada día, especialmente antes de la guerra donde cada día era una constante lucha por sobrevivir. Pero desde que se acabo,la mujer sentía que era menos útil en la sociedad.

Volviendo con el joven mago, se encuentra en casa cenando con Sahim y Luna. Ya era de noche y la fuerte lluvia golpeaba los cristales, el viento se escuchaba entrar por debajo de la puerta pero por suerte gracias a un hechizo no hace frío en la casa.

—Hace tiempo que no llueve de esta manera—Comenta Luna mirando tras el cristal.
—Esta lluvia viene bien para el campo, verás que hermosos se ponen las hortalizas—Sahim se sienta cerca de la chimenea.

A pesar de no ser muy grande, la casa cuenta con lo necesario para vivir. Esa tranquilidad y paz cada día le gustan más al joven mago que ya cree estar adaptado a su nueva vida.

—¿Cómo encuentra mi proceso?, es decir...¿cree que puedo ser de utilidad a ''esa gente''?—Pregunta mientras se sienta a su lado cerca de la chimenea.
—He notado una gran mejora, tu cuerpo es mucho más fuerte que hace meses, tus golpes son certeros y tienes una velocidad increíble. También mejoraremos tus reflejos para esquivar cualquier ataque—Responde mientras mira fijamente el fuego.

Aendir se queda callado y asiente con la cabeza. Luna se sienta al lado de ellos a observar el fuego durante un buen rato hablando sobre el poblado y como van el resto de gente con sus trabajos.

Al día siguiente Sahim y Aendir salen de madrugada para seguir con el entrenamiento. Con un toque de bastón el hombre seca toda la tierra mojada dejándola lista para comenzar a entrenar.

—Veamos tu resistencia hoy—Dice mientras realiza el muro de hielo.

El chico respira hondo y cruza sus brazos, siente como el frío va en bucle por dentro del muro. Durante una media hora aguanta el frío mientras Sahim observa detenidamente. Entonces para y deja que el chico descanse.

—Veo que has aguantado mucho más que ayer—Dice el hombre acercándose.
—He canalizado la corriente de aire a través de mi cuerpo mediante la respiración haciendo que la sangre fluya con total normalidad aunque mi piel este fría. De esta manera mis constantes vitales resisten el frío—Esa explicación deja al hombre sin palabras.

Durante las siguientes tres horas continuaron haciendo tandas de veinte minutos o así para no cargar mucho el cuerpo.

—Bien, vamos ahora a mejorar los reflejos. Te colocaras en aquella x,yo te lanzare objetos cada vez más rápidos—Explica mientras con su bastón crea unas piedras algo pequeñas.

El chico se coloca en posición y espera el ataque. Sahim dirige su bastón y las piedras empiezan a volar en dirección al chico. Las primeras las esquiva con suma facilidad pero cada vez va aumentando más y más junto a que el chico empieza a fatigarse.

—Cada vez tu cuerpo suda más y eso hace que tengas que hacer un mayor esfuerzo por esquivar—Tira unas piedras a una gran velocidad y algunas impactan en el chico.

Sin embargo, aún aguanta de pie esquivando la gran mayoría pero en cierto punto una gran cantidad de ellas impactan tirando al chico al suelo. Sahim para y ser acerca a ver. Por suerte apenas le ha herido.

—Hay muchos magos que crean armas puntiagudas que atraviesan hasta el acero y si llegan a ser lanzas o cuchillos estarías muerto—Dice el hombre mientras le ayuda a levantarse.

Aendir se quita el polvo y toma un poco de aire. Realmente han ido a tanta velocidad que se sentían cuchillos.

—Tienes unos buenos ojos, si sigues así puedes llegar a desarrollar el Rinkusu No Me, es decir, los ojos del lince el cual puede ver la dirección de cada ataque—Comenta el mago mientras se marcha a su puesto de nuevo.

El joven tiene curiosidad por desarrollar eso aunque lo primero era entrenar muy duro. Da una palmada y se prepara para recibir los ataques.

—Ahora con piedras aún más pequeñas—Sahim crea unas piedras más pequeñas y puntiagudas.

El chico esquiva con dificultad las primeras, poco a poco se va adaptando y sus piernas debido al entrenamiento de meses atrás le ayuda a mantenerse en pie y resistir tanto tiempo. Las tandas duran mucho y el chico siente cansancio pero continua porque quiere mejorar al máximo.

Tras unas duras horas y llegada la hora de comer Sahim dice que esta es la última tanda. El chico dice estar cansado y hambriento pero el hombre insiste.

—¡Allá va!—Grita lanzando unas piedras sin esperar a que este se prepare.

Pero entonces Aendir realiza unos movimientos increíbles sin apenas moverse del sitio esquivando cada una de las piedras. Luego cae al suelo agotado. Sahim se acerca corriendo para ver como se encuentra.Por suerte solo esta fatigado y agotado.

—Lo he visto, eso era el Rinkusu No Me, ¿cómo lo has hecho?—Pregunta el hombre zarandeándole de los hombros.
—Yo...no lo se...estoy...cansado—Responde como puede antes de caer inconsciente.

Cuando el chico despierta ve que se encuentra tumbado, Luna le ha preparado una buena comida y Sahim se encontraba mirando por la ventana muy pensativo.

—¿Qué ha pasado?—Pregunta mientras se levanta de la cama y se toca la cabeza.
—¿No recuerdas nada?—Sahim se sienta a su lado.
—Recuerdo que las piedras venían hacia mi y entonces puse empeño en ver por donde me venían. Y las pude ver con claridad durante unos segundos, luego sentí un pinchazo y me desmaye—Responde mientras se toca la cabeza.

El hombre decide no insistir y le deja que se ponga a comer para recuperar fuerzas. Después de comer, el chico se tumba a descansar, aún siente dolores en la cabeza.

—No entrenaremos hoy más—Concluye el hombre.
—Ayer descanse y necesito entrenar más—Reprocha el chico.
—No, has usado el ojo del lince y eso conlleva una gran carga en los ojos para quien lo usa sin estar acostumbrado. Puede afectar a tu vista si haces demasiado esfuerzo, ya lo controlaras más adelante—Responde mientras le mira serio.

El chico asiente y decide descansar un rato más. No quería aceptarlo pero realmente tenía un dolor en la cabeza bastante fuerte.

Sahim aprovecho la tarde para poder visitar a unos amigos y tomar algo con ellos. Con tanto entrenamiento apenas ha podido tener tiempo libre por lo que Luna y Aendir se quedaron en casa.

—¿Ya te encuentras mucho mejor?—Pregunta la joven mientras coloca unos cacharros.
—Algo mejor si, por cierto, ¿qué poder tienes?—Nunca antes se ha parado a pensar en ello.
—Pues mi poder es la defensa, es decir, barreras mágicas y eso—Responde mientras se limpia el sudor de la frente.

Al chico se le ocurre algo increíble.

—¿Porqué no me ayudas a entrenar en un futuro?, quiero decir, le pones barreras a los muñecos y yo trato de atravesar dichas barreras con mis puñetazos—La chica se pone a pensarlo y asiente, le parece buena idea.

Luna se sentía feliz de poder ayudar y tras un rato de charlar con el joven de como hacer el entrenamiento debe marchar puesto que ha quedado con unas amigas. Se despide el joven y sale alegre dando saltos.

Ahora el joven se encontraba a solas en la casa, la mira detenidamente y pasea por ella. Entonces puede ver una pequeña caja. Esta sucia y llena de polvo. La coge, la abre y ve algo que le trae tristeza. Se trata de sus ropas que llevaba aquel día y que aún tenía el agujero en el costado.

La saca y al hacerlo cae un pequeño brazalete en donde pone Vantage. El chico aprieta su puño y lo arroja a la chimenea. Luego lanza una pequeña llama que poco a poco consume el objeto convirtiéndolo en cenizas. El joven no perdió ni un momento de vista como se deshacía entre las llamas.

Finalmente decide arrojar su antigua ropa al fuego, era momento de olvidar el pasado. Ya quedaban atrás esos años de servicio a su rey y al reino. Ahora tenía otras personas a las que ayudar y proteger.

Luna que había vuelto un momento para recoger una cosa había sido testigo de ello, pero decide no entrar y dejar a solas al chico con sus pensamientos. Pero sonríe feliz de ver que el chico por fin ha podido abandonar su vida anterior. Y sin más, el resto de día transcurrió rápidamente.

Al día siguiente ambos se fueron a la zona de entrenamiento listos para continuar entrenando. Durante todo ese mes se dedicaron exclusivamente a repetir los mismos entrenamientos: troncos, carrera con piedras,aguantar el calor y el frío y esquivar las piedras. Aendir desarrollo una fuerte fortaleza en su cuerpo y su visión se volvió mucho mejor permitiendo que obtuviera una gran vista, incluso despertó una vez más el Rinkusu No Me pero no logra obtenerlo debido a su dificultad.

Aendir se encontraba algo aburrido de tanto cuerpo y ya realizaba los ejercicios de manera rápida. Sahim pensaba que el entrenamiento le llevaría mucho más tiempo aunque poco a poco se dio cuenta de que el joven no era un chico ordinario y lograba a pasos agigantados una gran mejora.

—Maestro, creo que debería entrenar mi poder—Comenta mientras estira un poco para entrenar.
—Si, tu cuerpo ha mejorado mucho si lo comparamos con el primer día. Muy bien, primero canalizaras tu poder a través de ti manteniendo un nivel de energía por todo tu cuerpo. Es muy importante porque eso te permitirá estar listo en cualquier momento—Explica mientras le muestra como hacerlo.

Un aura plateada sale de su cuerpo y el joven puede ver como canaliza su poder, su aura es apenas visible.

—¿Ves?, aunque no lo parezca esto permitirá a tu cuerpo a estar preparado. Los magos de hoy en día cuando entran en combate ni se preparan, solo liberan su poder cuando ya empieza la lucha. Es por así decirlo como calentar tu magia, no solo debes calentar el cuerpo—Su explicación tenía mucho sentido.
—Comprendo, lo haré—La emoción recorre el cuerpo del chico.

Aendir empieza a liberar una gran cantidad de energía de su cuerpo, respira e inspira tratando de canalizar su poder. Poco a poco el aura blanca disminuye hasta que se parece a lo que ha hecho Sahim quien queda impresionado.

—Que velocidad para lograrlo—Dice sin salir de su asombro.
—Ya he realizado algo parecido antes, mi maestra me ayudo a controlar mi poder—Responde el chico controlando su aura.
—¿Cuál es su nombre?—Pregunta interesado.
—Misaki—Contesta mientras sigue canalizando su poder.

El hombre se rasca la cabeza, conoció a esa mujer y estuvo a sus ordenes hace muchos años cuando apenas era una novata. Debido a su capacidad de mando fue ascendida muy joven e incluso hubieron problemas por ello. Pero decidió no comentarle nada al chico.

—Maestro Sahim, no quiero parecer irrespetuoso pero quiero aprender técnicas como el Rinkusu No Me pero que tengan poder. Por muy duro que sea el entrenamiento quiero volverme mucho más fuerte. Quiero ayudar a esta gente y darles la vida que se merecen—Dice mientras aprieta los puños.

El hombre sorprendido se queda sin palabras. Pero después suelta una carcajada, hace tiempo que no se sentía así y asiente con la cabeza. Si lo que el joven quería era dificultad, eso iba a tener. Chasquea sus dedos y saca un libro.

—Aquí están técnicas que los magos apenas pueden dominar, son muy complicadas pero tu...tu eres diferente al resto. Pero te lo advierto, no voy a ser flexible, aquí vas a emplearte a fondo o sino no te entrenare más—Explica el mago con tono serio.

Aendir sonríe, tiene muchas ganas de probarse a sí mismo. Asiente y quiere empezar cuanto antes.

—Pero antes de eso, estos dos días siguientes vamos a ver como usas tu poder. Has estado sin usarlo muchos meses y hay que despertarlo de nuevo por así decirlo—Da un golpe con el bastón y aparecen dos paredes de piedra de un color oscuro.
—¿Qué son?—Pregunta mientras toca con su palma, eran muy duras.
—Se trata de un material muy resistente, usa el poder que tienes para romperla a golpes—Ordena el hombre.

El chico canaliza su poder hacía sus puños y empieza una lluvia de golpes sin descanso. Cada golpe suena más y más fuerte, el chico piensa que la pared son sus compañeros que le traicionaron haciendo que por su cuerpo recorra rabia. Lanza tantos puñetazos seguidos y tan rápidos que apenas se ven sus manos.

Sahim nota que cada vez es más rápido pero la pared no se rompe ni tiene rasguños.

—Uahhhh—Grita de rabia el chico de repente y con un gran puñetazo cargado de rabia rompe la pared en añicos.

El hombre se queda sin palabras, ve al chico que jadea un poco cansado. Ve que en sus puños hay hilos de sangre pero lo peor fue cuando vio su rostro. Sus ojos dejaban ver la rabia que tenía, apretaba los dientes y su gesto era serio.

—Lo has hecho muy bien, lava tus manos, están sangrando—Dice mientras hace aparecer una burbuja de agua.

El chico sin decir nada se lava las manos, siente el frescor del agua y respira aliviado. Ahora esta más calmado.

—Hoy y mañana entrenaremos tu poder para desarrollarlo un poco. Después leerás las técnicas que hay aquí escritas y miraremos cuales puedes aprender y una vez decididas hablaremos de como entrenarlas—Comenta mientras se acerca al joven.

Aendir asiente y toma aire, la rabia le ha controlado por momentos haciendo que incluso su maestro sienta miedo. No le ha dicho nada pero lo puede percibir.

—Lamento asustarle maestro, pensé que eran mi compañeros y...yo me deje llevar—Dice avergonzado.
—El poder reside aquí joven, pero enfadarte no es malo siempre y cuando sepas llevar ese poder que te da la rabia—Responde mientras le toca el corazón con la mano.

Ambos sonríen, después deciden seguir entrenando para hacer Aendir un mago muy poderoso. Al cabo de unas horas de entrenar vieron llegar a Luna corriendo, al parecer traía noticias.

—Padre, Aendir, deben ir al poblado...''esa gente'' ha venido a verte—Dice jadeando de cansancio.

Tanto Aendir como Sahim dejan lo que están haciendo y recogen sus cosas para ir al poblado. Luna tomaba aire tras tanta carrera. Entonces aparecen unas personas encapuchadas que se van acercando poco a poco.

—Tranquilos, son buena gente aunque su vestimenta no ayuda mucho—Sonríe mientras espera que se acerquen.

Eran un total de cuatro personas vestidas de negro y no se podía ver sus rostros.


Continuara...

Adelanto del próximo episodio: Capítulo 4: Luna, he creado un monstruo

 

Capítulo 4: Luna, he creado un monstruo

Los cuatro miembros del grupo se acercan para hablar, Sahim tranquilizó a ambos jóvenes para que no cometieran alguna imprudencia. Cuando están lo suficientemente cerca se quitan las capuchas revelando sus rostros.

Uno de ellos lleva el pelo negro, corto y una piel blanca, el otro era completamente diferente dado que llevaba un pelo rojizo, largo y una mirada que podría asustar a cualquiera. Sin embargo, el chico restante llevaba un pelo corto, negro y una sonrisa que desprende tranquilidad, quizás era el aura que desprendía que daba esa sensación.

Y por último, una bella joven de pelo plateado, con una piel blanca, ojos azules y una larga melena que se tuvo que acomodar tras quitarse la capucha.

—Ha pasado mucho tiempo Sahim, hemos oído que has estado muy ocupado—Dice el chico del pelo rojo.
—Bueno, he estado entrenando a este joven mago—Responde mirando en dirección al chico.

Los cuatro se acercaron al joven para presentarse. Solo los podía diferenciar por estatura y por su rostro debido a las túnicas que llevaban.

—Encantado, mi nombre es Ignace—Dice el chico más bajito del grupo que lleva el pelo negro.
—Hola, yo soy Alvric—Se presenta el chico de melena rojiza.
—Y yo soy Kizon, un placer—El chico totalmente calmado le estrecha la mano.
—Yo soy Krystal encantada—Dice con una sonrisa alegre.

El chico se muestra sorprendido por la amabilidad del grupo, pero Sahim ya se lo había dicho.

—Mi nombre es Aendir, un gusto conoceros—Se presenta con una sonrisa mientras estrecha sus manos.
—Según hemos escuchado, vienes del reino—Alvric le preguntaba directamente sin rodeos.
—Así es, fue traicionado y por poco muero sino llega a ser por ellos—Señala a Sahim y Luna.

Kizon se adelanta a su otro compañero para preguntarle.

—Iremos al grano, ¿te unirías a nuestra causa?—Krystal entonces salta.
—Podría ser un espía—No le gustaba nada que fuera tan directo.
—No lo soy, fui traicionado. Quiero luchar a vuestro lado y ayudar a esta gente—Reprocha el chico.
—¿Conoces muy bien la ciudad?, podrías detallarnos un mapa de las zonas—Aendir asiente.
—Por supuesto, pero necesitaría papel y lápiz para dibujarlo lo mejor posible—Alvric sonríe.
—No hará falta, tenemos una magia que te permitirá hacer como un mapa en 3D—Kizon le explica que han logrado desarrollar dicha magia.

Sahim entonces interrumpe la conversación.

—Me temo que no solo habéis venido por mi—Dice el hombre acercándose.
—Nuestra base fue atacada por un grupo de estos bosques, cada vez hay menos sitios seguros en la zona norte—Explica Krystal seria.
—Fueron unos bandidos, hay grupos que se dedican a ello. Ahora estamos reparando la base—Ignace interviene por primera vez.
—Este reino es enorme, deberíais estableceros cerca de este poblado—Aconseja el hombre.
—La zona norte cada vez hay más luchas y los animales cada vez se vuelven más agresivos, notan algo—Kizon cruza los brazos preocupados.
—Por eso mismo, volved y recoged todo, abandonad esa zona, aquí hay tranquilidad—El grupo se miran entre ellos.

Tras discutirlo un rato piensan que quizás Sahim tenga razón.

—Creo que es lo más prudente, recogeremos lo nuestro y nos estableceremos en el poblado. Será mejor que nos vayamos, tenemos mucho que hacer y el camino es largo—Comenta Alvric.

Ellos se despiden de los jóvenes y Sahim, tal vez en una semana volverían. Por lo que parece, al escuchar que Aendir procedía del reino encontraron en él una posibilidad de victoria dado sus conocimientos sobre el reino y donde estaban situados los edificios.

Tras su marcha, Sahim desea volver a los entrenamientos. Luna se sienta a observar y ver como ha mejorado el chico. Además desea saber que técnicas quiere hacer y cual es su poder.

—Deseo aprender esta técnica, la Doragon Tsume, las garras del dragón—Dice mientras toma el libro.
—Es básica aunque muy eficaz, buena elección, se hace canalizando el poder en las manos y envolverlas con dicha energía—Le explica como funciona y le muestra como se hace.

El aura envuelve las manos del hombre y sale una especie de garras.

—Muy bien, intentare hacerlo—Dice empezando a liberar energía.

La lleva a sus manos y poco a poco va envolviendo estas en energía aunque eran muy diferentes a su maestro.

—Debes envolver los dedos que es donde están las uñas, mejor dicho, las garras—El chico tenía dificultades para hacerlo.

Tras unos minutos logra completar el ejercicio aunque de golpe desaparece, el chico se siente algo cansado. El sudor le cae por la frente.

—El principal problema de las técnicas de este libro es que tu cuerpo debe acostumbrarse a usar dicho poder. Además de que no la dominas lo que hace que no calcules bien la cantidad de poder que gastas—Explica mientras lee el libro.

El mago toma aire y se dispone de nuevo a hacerlo. Libera energía llevando esta a las manos y concentrándose para poder dominar dicha técnica. Siente que su energía disminuye pero salen unas garras como al maestro de color blanco.

—Lo he logrado—Dice mirando la nueva apariencia de las manos.

Entonces se acerca a los troncos y de un golpe los parte en varios trozos como si nada. Después de eso, su poder desaparece y el chico se deja caer al suelo para descansar un poco.

—Vas muy bien encaminado, pero te falta practicar más veces. Aunque te será fácil dado que esta es básica—Comenta mientras le da un poco de agua.

Sahim ve que el chico esta algo cansado por el ejercicio de esa misma mañana. A pesar de haber descansado con la llegada del grupo se nota la fatiga en él.

—Vamos a casa, ya has entrenado mucho hoy y me gustaría poder examinar mejor este libro. Quiero ver cuales se adaptan mejor a ti y como aumentar tu poder para que no te canses tan pronto—Dice el hombre.

A Aendir no le hace gracia porque deseaba seguir probando esa técnica pero no quería llevarle la contraria al maestro.

Una vez ya en la noche, Sahim había salido después de cenar a dar un paseo nocturno con unos amigos mientras el joven mago descansaba. Mientras lee el libro leyendo las nuevas técnicas, Luna se acerca con una caja.

—Toma, para ti, no es mucho pero espero que te guste—Dice entregando la caja de madera.

El chico deja el libro en la mesa, le agradece el regalo y lo toma. Tiene mucha curiosidad por saber que es.

—Esto es—Dice abriendo la caja y quedándose sin palabras.
—Es una ropa de entrenamiento hecha por mi, es de un material ligero y resistente—Explica la joven orgullosa de si misma.
—Muchas gracias—Responde mientras la examina con felicidad.

Era una ropa completamente blanca con una insignia en su espalda. Se notaba que la tela era muy resistente y buena. Además de que al ser de manga corta tenía total libertad para mover sus brazos. Era de un blanco intenso y muy flexible por lo que parece.

La joven rebosante de felicidad le resta importancia aunque se había tirado muchos días para poder hacerlo porque llevaba su tiempo debido al material. Ambos aprovecharon para charlar mientras se sentaban cerca de la chimenea. Luna decide irse a dormir tras una hora y media hablando, se encontraba cansada. Se acerca y le da un beso en la mejilla antes de acostarse.

—Buenas noches—Dice mientras ve como la chica se va a dormir.

Una sensación nueva para el joven que no estaba acostumbrado pero que no le disgustaba.

En ese momento el chico se queda solo mirando el fuego. Mira sus manos y como aún no tenía sueño se pone a practicar. Libera su poder despacio y respirando de forma calmada lleva este poder a sus manos transformándolas en garras. Esta vez parece lograrlo, ha llevado poco poder y lo controla a la perfección.

—Veamos cuanto tiempo puedo estar así—Piensa mientras no pierde la concentración.

Durante unos diez minutos su poder se mantiene así como el aspecto de las garras. Y tras empezar a sentirse mareado se calma y sus manos vuelven a la normalidad. Respira profundamente mientras sonríe orgulloso de si mismo. Durante las siguientes dos horas se dedica a descansar y probar a controlarlo hasta que siente los pasos de su maestro haciendo que lo deje estar y vaya a dormir.

Tras esa noche y con la llegada del día siguiente, ambos se encuentran ya en el lugar. Sahim no sabe que este le tiene reservada una sorpresa. Ese día llevaba la nueva ropa y le explicó a Sahim que Luna se la había dado.

—Bueno Aendir, veamos que tal te sale hoy—Dice colocándose a unos metros del mago.

Aendir libera despacio su poder y como hizo en la noche transfiere su poder a sus manos. Unas garras blancas y cargadas de magia aparecen. El chico muestra orgulloso sus garras al maestro que incrédulo no se lo termina de creer.

—Y es más, mire esto—Dice mientras empieza a lanzar golpes al aire en dirección a los muñecos.

Estos en cuestión de segundos vuelan por los aires en mil pedazos dejando con la boca abierta al hombre.

—Anoche estuve entrenando durante dos horas o así—Explica al hombre.
—Lo ha dominado en apenas unas horas, aunque es de nivel básico lo ha logrado en muy poco tiempo—Piensa mientras observa las garras blancas.

El hombre tose y saca el libro, el día anterior antes de irse a dar un paseo le echo un vistazo.

—Ahora una técnica defensiva, quiero que sepas defenderte. Luego te enseñare tres técnicas de ataque que te convertirá en un autentico mago—Dice mientras sonríe emocionado y con ganas de enseñarle al joven.
—Genial, ¿como se llama esta técnica defensiva?—Pregunta mientras estira un poco.
—Akuma No Yoroi, armadura demoníaca si se traduce—Responde mientras guarda el libro.

Sahim empieza a liberar una gran cantidad de poder, luego envuelve todo su cuerpo y este se vuelve completamente rojo. El aura crea una especie de armadura espiritual. Luego se calma y deja de tener esa apariencia.

Aendir empieza a liberar su poder, imita en todo a su maestro y el aura le empieza a envolver todo su cuerpo de un color plateado. Respira hondo mientras mantiene su poder en todo su cuerpo.

—Aguanta, debes tener una concentración en todo momento, solo así podrás llegar a controlarla—Explica mientras no pierde detalle.

El mago siente su cuerpo cada vez más pesado, es como si llevase una armadura de verdad y le costase moverse. Siente que esta consumiendo su energía muy rápido y no puede controlarlo.

—Uahhhh—Grita desesperado y su poder se empieza a encogerse.

El aura se pega por completo a su cuerpo siendo uno con este, el chico aprieta los dientes mientras hace fuerza.

—Esta contrayendo su fuerza para pegarla a su cuerpo y que sea uno solo con él. Ha encontrado el secreto para manejar esta técnica—Piensa mientras mira asombrado como el mago esta logrando su objetivo.

Aendir suelta todo el aire de su cuerpo, luego respira e inspira poco a poco con la armadura aún puesta. En su cuerpo se nota cada respiración y como sus músculos se relajan mientras el aura sigue en su cuerpo.

—No puedo creerlo, lo ha dominado en un intento, ¿acaso eres humano?—La mente del hombre se llena de preguntas.

Entonces el chico mira a su maestro y se acerca a él.

—En el libro da consejos para dominar dichas técnicas aunque noto que mi poder disminuye cada vez más—Dicho esto deja de liberar poder volviendo a su estado normal.

La siguiente media hora Aendir descansó debido al agotamiento de tanto poder. Luego durante las siguientes horas el joven realiza esa técnica pero con apenas energía siendo una armadura que apenas protege pero si va poco a poco logrará manejar la técnica. Con el paso de los intentos el chico cada vez logra que su cuerpo se acostumbre a transformarse para que no resulte tan agotador. Sahim cree que ya era suficente.

—Una vez más y nos vamos, tengo ganas de comer algo—Ordena el maestro mientras guarda el libro.

Aendir sabiendo que es la última vez durante esa mañana sonríe. Al ver esa sonrisa el maestro trata de advertirle pero este no hace caso.

—¡Vamos a ello!—Grita emocionado.

El joven empieza a liberar una gran cantidad de poder de su cuerpo expandiendo esta por toda la zona de entrenamiento. Luego realiza unos gestos con las manos y el aura empieza a contraerse volviendo a su cuerpo.

—¡Akuma No Yoroi!—Su energía empieza a tomar forma de armadura por todo su cuerpo con un color plateada muy intenso.

Definitivamente lo ha controlado, sonríe mientras mira su nuevo aspecto. Ni siquiera se encuentra cansado y tiene muchas ganas de pelear. Sahim asiente contento de ver como su aprendiz aprende a pasos agigantados.

Tras felicitarle, el mago deshace su técnica y ambos se marchan a casa. Esa tarde el cielo se oscureció trayendo consigo una gran e intensa lluvia cancelando el entrenamiento del joven. Así que aprovecho para irse a dormir a su cuarto.

Por su parte, Sahim y Luna se quedan hablando.

—Luna, he creado un monstruo—Comenta el hombre bebiendo de su taza.
—No es un monstruo, es un chico sensible, fuerte y amable—Reprocha ella.
—Hija, no me refiero a que sea malo...ese chico tiene un potencial enorme. He visto magos entrenar muy duramente durante años para poder controlar las técnicas de ese libro...muchos apenas han logrado progresos pero él...—Se queda sin palabras.

La chica suspira mientras mira su taza.

—¿Vas a decirle?—Pregunta ella mirando ahora por la ventana como llueve.
—Le sentará mal—Responde él mientras da dos sorbos.
—Debe saberlo, debe saber que fue él quien arrasó su ciudad. Perdió el control y se transformó destruyendo todo. Esa marca que tiene en el brazo derecho no deja lugar a dudas pero aún así...le quiero—Luna trata de mantener las lágrimas.

Esa confesión deja sin palabras a su padre. Según él, cuando el chico dormía inconsciente por la herida uso una magia para leer la mente del chico para saber sus intenciones y pudo ver el recuerdo de su pasado. Aunque no sabe que decir ante la revelación de Luna.

—Por eso tengo miedo de entrenar su poder, se adapta tan rápido porque lo lleva en la sangre. Creo que es descendiente de los Vu~ahijiru,traducido como vahisir. Eran una raza de guerreros que allí donde iban se adaptaban a su entorno. Parecían monos, imitaban todo lo que hacían los grandes magos—Dice mientras termina de beber y se levanta de su sitio.

Luna ante esa revelación se levanta de su sitio.

—Esa raza esta considerada como una leyenda aunque...eso explica su gran poder y que se adapte tan rápido—Luna se acerca a su padre.
—Pero es un buen muchacho, él nos traerá la paz que merecemos—Dice mientras abraza a su hija.

Esa noche Luna se quedo mirando al chico dormir durante un buen rato. Le ha cogido tanto cariño en tan poco tiempo que no sabe que haría si él muriese en la guerra donde luchara. Aunque esta tranquila sabiendo que su padre lo entrenara bien.

Y durante toda la noche llovió dejando todo mojado y tras eso llego la calma. Mientras tanto, el reino duerme tranquilo ajeno a todo lo que esta por llegar.


Continuara...

Notas: Este capítulo es introducción a los personajes del grupo. En cuanto al reino y estos tendrán más pesos dentro de 2-3 capítulos debido a que primero debo mostrar todo el recorrido del chico para convertirse en un gran mago. Pero prometo traer más largos y mejores ^^

Y en el próximo capítulo...Capítulo 5: ¡Aendir se transforma, el poblado corre peligro!

 

Capítulo 5: ¡Aendir se transforma, el poblado corre peligro!

Un nuevo día llega al poblado y como de costumbre, Sahim se encontraba haciendo unos estiramientos dado que su espalda ya no es la que era. Luna servía el desayuno como cada mañana con una sonrisa en la cara esperando a que el chico se levantase para darle los buenos días.

Sahim extrañado de que el chico tardase tanto decide ir a su habitación.

—Es hora de despertar Aendir—Dice mientras abre la puerta.

El chico seguía dormido, pero había algo extraño en ello. Su cara reflejaba dolor y se agarraba con la mano la sabana. Además estaba sudando mucho y no era normal con el tiempo que hacía. Pensaba que era una pesadilla y se acerca a despertarlo.

—Calma chico—Dice mientras retira la sabana.

Entonces ve algo horrible y es unas marcas por todo su cuerpo. Eran runas mágicas y eran peligrosas. Sahim asustado sabe lo que puede ocurrir si no hace nada al respecto.

—Luna trae agua,rápido—La chica aparece segundos después nerviosa y sin entender nada de aquello.

Al entrar con el agua puede ver la situación y se asusta.


—¿Qué le esta ocurriendo?—Pregunta mientras le da el agua.

Sahim no dice nada y le tira el agua por encima. Al tocar las marcas el agua se convierte en humo, es como si estuviera ardiendo.

—Son las consecuencias de usar mal la técnica Akuma No Yoroi—Responde mientras piensa en como solucionarlo.

Entonces el chico se levanta de la cama y aparta con brusquedad a ambos. Se agarra el pecho con las manos mientras grita de dolor. Cuando abre los ojos, muestra unos ojos rojos y sus dientes parecían afilados. Su cuerpo poco a poco se vuelve más musculoso y grande.

Sahim asustado se retira hacía atrás con su hija mientras observa todo. La piel del chico se empieza a oscurecer, unos cuernos salen de su frente, alas de la espalda, unas grandes garras en manos y pies junto a una cola. Poco a poco empieza a perder su forma humana adoptando la de un demonio y aumentando su altura también.

—No hay duda de que pertenece a esa raza...se dice que adoraban a los demonios y obtenían poder bebiendo sangre de estos...—El hombre asustado no sabe que hacer al respecto.

Luna se tapa la boca de asombro y llora al ver al chico de esa manera. Los gritos que da se escuchan por todo el poblado, este podía ser el fin del poblado.

Tras unos segundos se calla, con cada respiro el monstruo suelta un aliento negro mientras observa todo a su alrededor. Alza su mano apuntando a la pared y en un segundo la destruye con un simple gesto lanzando los restos por el poblado. Luego sale por el agujero dando pasos que retumban por el poblado.

—Hay que detenerle—Dice mientras sale por el agujero.

Aendir levanta los brazos y suelta un gran grito provocando un viento que de no ser por las resistentes casas, todas hubieran salido volando. Sahim piensa una manera de pararle los pies,¿pero como iba a parar algo tan fuerte?.

Luna sale y crea una barrera alrededor del chico que se sorprende ver la barrera tan cerca y que no le deja andar. Con un puñetazo la revienta en mil pedazos ante el asombro de la chica que no daba crédito a lo que veía.

Los campesinos y demás gente del poblado se asusta al verlo y se refugia en sus casas mientras alzan barreras mágicas. El monstruo se lanza y destruye varias de estas con sus puños y lanza ataques de poder por todo el poblado. Las edificaciones apenas aguantan los golpes mientras el monstruo suelta algunas carcajadas. Parece estar disfrutando de su destrucción mientras escucha los gritos.

—Nos va a matar a todos...piensa Sahim, piensa—Se dice así mismo mientras da vueltas a su cabeza.

Luna realiza varias veces lo mismo, crea barreras alrededor de él pero usando más magia. Le costaba un poco más destruirla pero intentaba darle tiempo a su padre para encontrar una solución.

Los gritos de la gente eran claros y estaban atemorizados. El chico transformado empieza a acumular energía mientras libera poco a poco el aura.


—Papá va a destruir todo el poblado—Dice Luna mientras jadea agotada y con lagrimas.


Sahim entonces encuentra la solución. Con un toque de bastón crea unas cadenas que caen fuertemente sobre la criatura tirándola al suelo.

Luego se acerca a Aendir quedando cerca suya, la criatura gruñe tratando de liberarse de las cadenas aunque por el momento era inútil. Pero con el poder que tenía no durarían más de dos minutos.


—Ā, idaina chikaradzuyoi kami, kono jaakuna ikimono o fūsa shi, kono basho ni heiwa o modosu anata no chikara o watashi ni kashite kudasai—Recita Sahim mientras con su bastón apunta al chico.

(Traducción: Oh gran dios poderoso,prestame tu poder para sellar a esta criatura maligna y volver la paz a este lugar).

Una especie de sello aparece en el cuerpo de la criatura y sale un aura azul que rodea todo su cuerpo. Poco a poco el aura empieza a volverse negra mientras parece absorber toda la maldad de este. Todo el cuerpo comienza a brillar y tras un destello donde estaba la criatura ahora solo estaba Aendir inconsciente y las runas habían desaparecido.

Sahim cae de rodillas al suelo agotado y tosiendo. El poblado y se acerca a los tres. Luna temía lo peor, la gente querrá matarlo.

—¡Ahí esta el culpable!—Dice uno de ellos con un hacha.


Otros le señalaban y chillaban clamando muerte al culpable. Sino llega a ser por Sahim todos hubieran muerto ahora mismo. Se notaba en sus gritos y expresiones que estaban muy cabreados.

Incluso llevaban antorchas y otras armas para matar. El chico inconsciente era ajeno a todo y se veía herido. Sahim se levanta y con las pocas fuerzas que le quedan trata de pararlo.


—No volverá a ocurrir,lo prometo...por favor—El hombre cansado trata de calmarles aunque no parece surgir efecto alguno.

—Casi nos mata y tu quieres que lo perdonemos, ¿has perdido la cabeza?—Pregunta uno de los lugareños.

Luna se pone al lado de su padre para pararle los pies. Tenía miedo pero por el chico y su padre se arriesgaría.

—Mi padre se merece un voto de confianza, os ha ayudado siempre en todo y esto ha sido un accidente—Dice mientras ayuda a su padre a mantenerse en pie.

El grupo se mira entre ellos, Sahim ha hecho mucho por ellos y no ha habido ninguna muerte.


—Es un peligro para todos,¿qué pasara la próxima vez?—Pregunta una mujer.

—No volverá a ocurrir, yo me encargaré de que no se transforme más—Responde el hombre.


Se quedan en silencio durante unos segundos mirándose unos a otros y susurrando que deben hacer. Tras unos minutos hablando entre ellos toman una decisión. Luna y Sahim esperan su veredicto.


—De acuerdo, lo dejaremos pasar porque eres tu Sahim, pero si vuelve a ocurrir lo mataremos aunque te niegues—Dice el líder.


Ambos suspiran de alivio y asienten mientras agradecen que lo dejen estar. Tras esto, vuelven a sus casas para repararlas y arreglar los desperfectos que ha provocado la criatura.

Luna lleva a Aendir y Sahim a casa a descansar. Aendir es dejado en su cama que duerma un rato mientras Sahim en su silla siente como si le doliera todo su cuerpo. Ha gastado mucha energía y se esta resintiendo.

—Ha sido duro pero creo que ya se ha calmado la situación—Comenta la chica mientras se sienta a descansar un poco.

—Lo que hemos visto solo ha sido una insignificante parte de su poder, no le ha dado tiempo a expulsar su poder y solo hemos visto su fuerza física—Dice el hombre quitando el sudor de su frente.

—¿Quieres decir que lo has podido parar porque no ha sacado toda su fuerza?—Luna asustada piensa en que puede ocurrir si llega a liberar su poder.

Sahim asiente serio, ha sido un milagro pararlo. Él cree que esto solo ha sido una milésima parte de su poder y que tampoco ha crecido en estatura todo lo que debería de crecer. Pero se encuentra tan cansado que decide dejarlo estar por el momento. Ya pensaría en algo.


—De momento...no pensemos en ello, ahora toca pensar en el futuro—Dice mientras se dirige a su cuarto a descansar.

Luna mira como su padre apenas tiene fuerzas para estar de pie y le ayuda a tumbarse.

Tres días estuvo Aendir inconsciente con todo su cuerpo malherido y con un vendaje lleno de una crema curativa. Cuando despertó, lo primero que hizo fue hablar con Sahim aunque estaba bastante dolido aún. Apenas podía andar y al salir del cuarto lo encontró sentado en su silla disfrutando de un libro de magia.


—Veo que ya te has despertado—Dice mientras sigue leyendo sin mirar al chico.

—¿Qué ha ocurrido?—Pregunta mientras se sienta a su lado.

Sahim deja de lado el libro y le cuenta todo lo sucedido. El chico se queda de piedra al escuchar toda la historia. Agacha la cabeza y tiene ganas de llorar, casi mata a las personas que le han acogido. Se muerde el labio mientras se enfada consigo mismo por no controlar su poder.


—Es una consecuencia de la técnica, además estas aún al nivel 1—Comenta mientras le pone la mano en el hombro.

—¿Nivel 1?—Pregunta mientras levanta su cabeza.

—Exacto, igual ocurre con el Doragon...el nivel 1 muestra la armadura y la garra por el aura, el nivel 2 el aura se ve pero menos, casi transparente y el último nivel de estas técnicas es que directamente sea parte de ti y no se vea—Explica detalladamente el hombre.

Aendir piensa en que aún le queda mucho por aprender y que ha cometido un error muy gordo, subestimar el poder de las técnicas. Sahim para cambiar de tema le habla de cierto asunto.


—El grupo de Alvric se ha trasladado a una cueva cercana de aquí, llegaron poco después del accidente. Han estado ocurriendo desgracias y todo su equipo han muerto, solo quedan ellos por lo que tendrán que reagruparse y tardaran por lo menos un año—Dice mientras se rasca la cabeza.

—¿Un año?, eso es demasiado, además están ellos solos ahora—Dice el chico sorprendido.

—No lo están, tu estarás con ellos, tienes mucho tiempo para entrenarte—Responde Sahim.

El chico se levanta y siente una punzada en su cuerpo. Sahim ríe al verle así.

—Primero debes descansar, además...parecer ser que durante el accidente, el libro de técnicas fue...destruido—Aendir casi se cae al escucharlo.

—¿Cómo voy a entrenar ahora?—Pregunta alarmado.

—Esas técnicas eran muy buenas pero las de hoy en día también lo son muchacho,además yo no te puedo enseñar nada más—El chico no cree lo que escucha.

Sahim no le quiso revelar nada más por lo que tuvo que dejarlo. Aunque le molestaba mucho que Sahim no quisiéra entrenarle más tiempo. Pero estaba tan cansado en ese momento que ya pensaría en algo.

Durante los días siguientes el chico se dedico a recuperarse y pensar en la forma de entrenar dado que Sahim se negaba a seguir entrenándole.

Luna por su parte se alegraba de ver al chico despierto y ya curado. Pasaron bastante ratos juntos debido a que estaba en casa todo el día mientras Sahim se iba con sus amigos. Aendir suspiraba muchas veces y pensaba en dejarlo todo simplemente por pasar más tiempo con ella, era la única persona que le sacaba una sonrisa pero ninguno de los dos se atrevía a dar el paso siguiente.

Ya recuperado, el chico se dispuso a salir a entrenar él solo cuando se encontró con Alvric.


—Lamento tomar tu tiempo pero acompáñame por favor—El chico se mostraba algo frío.

El chico asintió y se marcharon juntos. Durante el camino ninguno de los dos dijo nada, se limitaron a andar. Pronto llegarían a una cueva situada en la montaña cercana al poblado, allí estaba establecida la base del grupo.

—Nos hemos instalado aquí y queremos que nos ayudes con nuestro objetivo—Dice mientras le enseña el interior.

Las paredes habían sido modificadas, se notaba que habían excavado para ampliar la cueva colocando las medidas adecuadas de seguridad para evitar que hubieran desprendimientos.

Estaba bien acomodada con muebles, salas, camas y el suelo también ha sido modificado presentando un aspecto de hogar. Además, tenían una sala con mapas gigante sobre el reino, era la sala de operaciones, con sus mesas, sillas, algo de comer,una gran pizarra con el mapa del reino y algunas armas en una caja. Todo estaba organizado para volver a la acción.

El resto de miembros estaba allí examinando el mapa para ver los puntos débiles y fuertes. Aunque se notaba que estaba incompleto dado la información que tenían era insuficiente.


—Hola—Saludo el chico al resto de miembros.


Estos le devuelven el saludo de manera amigable, parecían que eran amigos desde hace tiempo.


—Como puedes ver,este mapa es del reino, más o menos y—Pero el chico pasó de Krystal.


Toma un lápiz y empieza a dibujar por todo el mapa señalando cada zona importante. Dibujó los cuarteles, torres de vigilancia,donde guardaban los explosivos,el almacén con armas,etc. Los cuatro quedaron impresionados por todo lo que estaba dibujando.

Sahim le comentó que querían de él y él había aceptado ayudarles. Quería venganza y colaborar con ellos era su única opción de victoria. El que casi destruyera el poblado le ha dado una lección: debe ser paciente y volverse fuerte poco a poco.


Una vez terminado, deja el lápiz y estira sus dedos. Se ha pasado un buen rato dibujando y necesitaba descansar un poco sus manos.


—Vaya, así que de esta manera se organizan—Susurra Alvric mientras examina detalladamente el mapa.

—Va a ser muy complicado pero esto nos da ventaja—Krystal miraba con una sonrisa cada lugar dibujado.

Por su parte, Kizon y Ignace miraban en silencio.


—Gracias por esta ayuda, Sahim nos ha contado absolutamente todo sobre ti, como te traicionaron,cual es tu origen, tu poder...todo—Alvric se acerca al joven.

—Quiero luchar a vuestro lado—El chico mira a los ojos del mago.


Entonces Alvric sonríe y le ofrece su mano.


—Somos el mayor peligro del reino, ''Los Renegados''—Comenta mientras el resto del grupo sonríe.


Aendir estrecha su mano feliz, era un paso hacía su venganza. Y pertenecer a ese grupo era lo más beneficioso.


—Bienvenido al equipo, somos pocos pero...vamos a poner el mundo patas arriba—Alvric esboza una gran sonrisa.

—Ahora queremos que nos cuentes todo sobre el reino—Pide la joven.


El chico les cuenta como suelen actuar en el reino,es decir, sus leyes, el entrenamiento que siguen, su economía,todo. Quería darles toda la información posibles que les pudiera resultar de utilidad.

Ellos escuchan atentos a todos los detalles mientras van tomando notas de algunas cosas. Aendir puede que no fuera el guerrero más fuerte del reino en ese momento pero le gustaba mucho estudiar como se organizaba todo y desde luego le ha venido de perlas para su situación actual.


—A todo esto,¿qué os atacó a vosotros?—Esa pregunta hace que todo se quede en silencio.


Krystal se acerca al chico mientras suspira, era doloroso recordar aquello.


—Magos del reino, eran muchos, al parecer uno de los nuestros nos traicionó. Fue una aniquilación total, solo quedamos nosotros y pudimos recuperar algo del equipo pero el resto están muertos. Ya no queda nada de ellos, los dejaron para que se pudrieran—La chica rompe a llorar.

—Lo lamento, yo..—Pero Ignace niega con la cabeza.

—Eso nos muestra que no podemos tener piedad de ellos—Kizon asiente ante esa frase.

—Pensé que era la sombra del mal que se acerca—Aendir se extraña de que fueran del reino.

—Esa sombra...aún se siente pero cada vez mas lejos, parece que lo haya dejado estar...como si esperase el momento de atacar—Ignace responde preocupado por eso.

Aendir decide que es hora de marchar a casa,no hay nada más que hacer ese día allí. Y tampoco desea molestarles con sus preguntas el primer día. Se despide de ellos y se dirige camino a la salida.


—Escucha Aendir, ¿deseas entrenar verdad?—El chico se gira justo cuando iba a salir. Era Kizon quien le ha detenido.

—Así es—Responde mientras se acerca a él.


Kizon suspira ante la idea que tiene en la cabeza.


—He hablado con Sahim, ya no hay libro de técnicas así que...he pensado en algo—Su cara le delataba, algo tenía en mente.

—Suéltalo—Dice el chico mientras espera su propuesta.

—Existe la posibilidad de que no podamos encontrar demasiados aliados para esta guerra pero...si nosotros cinco nos unimos podemos hacer grades cosas—Comienza mientras se rasca la barbilla.

Aendir estaba impaciente por saber su idea.

—Nosotros seremos tus maestros, te enseñaremos nuestra magia, aprenderás tu propia magia y te harás muy fuerte. Hemos hablado antes de que vinieras, en un año no haremos apenas nada porque apenas tenemos gente. No creo que podamos encontrar muchos más dado que este duro golpe ha acobardado a muchos pueblos que estaban dispuestos a luchar por nuestra causa—Kizon dice lo último algo cabreado.

—Encontraremos a más gente, estoy seguro, ten fe.Ahora marcho a casa, nos vemos—Dice tratando de animar al chico.

Kizon mira como se marcha, definitivamente tiene puesta sus esperanzas en el chico.

Tras esto, vuelve a casa para hablar con Sahim. Debía contarle todo lo que iba a hacer. Como de costumbre, se encontraba sentado en su silla relajado y tomando un té.


—Maestro, ¿podemos hablar?—Pregunta mientras se sienta a su lado.
—Claro,además...debo disculparme...no puedo enseñarte nada más, solo se fortalecer el cuerpo y liberar el poder de los demás pero sin ese libro no soy nada—Unas lagrimas empiezan a salir de sus ojos mientras habla, se notaba que iba a romper a llorar.


El chico coloca su mano en el hombro de su maestro,acción que le sorprende.


—Eso no es verdad,usted ha sido muy bueno conmigo, me ha entrenado,acogido,alimentado,protegido del poblado y me ha dado una nueva vida. Lo considero como un padre para mi, es usted una gran persona y siempre le estaré agradecido por todo lo que me ha dado—Ante esas palabras Sahim rompe a llorar mientras el chico le abraza.

Luna mira con ternura la escena y esboza una sonrisa al ver al chico de esa manera tan familiar. Estaba tan feliz porque su padre se sentía de utilidad para alguien que no fuera el poblado.

Mientras tanto, en la base de los Renegados se encuentran discutiendo un asunto.

—No podemos entrenarle, debemos reunir gente. Todo esta perdido si no lo logramos Kizon. No es que no quiera entrenarle pero tenemos mucha faena cada uno. Alvric debe reunir a gente, yo fabricar los materiales de las armas y Ignace debe quedarse para procurar que la base sea lo mejor posible—Krystal da un golpe en la mesa, no le gustaba que Kizon tomara una decisión por todos.

—¿Cuanto tardaremos en reunir a toda la gente?—Pregunta sin rodeos.

—Convencerlos y eso...va a ser difícil, pero creo que puedo reunir a mucha gente si aún creen en la causa. Además rodear todo el reino no sera fácil y hay muchos poblados...tardare por lo menos un año y mínimo tardaremos otro año y medio más en prepararlos para la batalla—Responde Alvric seriamente.

Kizon se rasca la barbilla, era algo que solía hacer cuando alguna cosa le rondaba la cabeza.

—Tenemos tiempo, los grandes cambios llevan su tiempo y no debemos apresurarnos, si tardamos incluso tres años no pasara nada—Comenta relajado y con una sonrisa.

—¿Qué idiotez dices?, si el reino cada día se vuelve más poderoso—Alvric era ahora quien estaba enfadado.

—¿Seguro?—Esa pregunta le deja desconcertado.

—Pues claro—Krystal interviene enfadada por la relajación que presenta su amigo.

—Miradlo así, el reino vive una constante paz y el único peligro que ellos creían que tenían, era nuestra base...y esta eliminada...por mucho que quieran entrenar, solo entrenando por la supervivencia y con el peligro puedes volverte fuerte,sino,es como una rutina que te acaba aburriendo. No mejoraran más sus defensas, habrá menos soldados y el aburrimiento hará mella en ellos—Desde ese punto de vista todos se dieron cuenta de que quizás tenía razón.

Ignace se acerca a su compañero algo serio.

—Cuenta tu idea, algo tramas con ese chico—Alvric y Krystal esperan la respuesta.

—Sahim contó que ese chico procede de la raza Vahisir, ya sabéis que adoraban a los demonios y eso. Lejos de aquí, en las grandes ruinas de la vieja civilización se encuentra un templo que alberga poderes demoníacos...o eso se cuenta. Ellos eran capaces de tras un duro entrenamiento adquirir dichos poderes y llegar a controlarlos. Mi trabajo en el grupo es entrenar a los novatos al igual que vosotros tenéis un papel cada uno como reunir gente por ejemplo. Sino hay gente,mi papel es irrelevante por lo que me llevare al chico un año y le ayudare a desarrollar sus poderes demoníacos—Eso deja de piedra a sus amigos.


No pueden creer lo que dice, realmente era algo que no se esperaban.


—¿Qué dices?, no puedes hacer eso, debemos cumplir con nuestro deber—Ignace parece alterado.

—Exacto, yo voy a cumplir con el mio. Hacedme caso, la sed de venganza de un Vahisir nunca debe juzgarse...Un año,solo pido un año y veréis con vuestros ojos el poder de esa raza. Sahim le ha enseñado y entrenado el cuerpo, ya tenemos esa ventaja, ahora yo le enseñare su poder—Esboza una sonrisa de confianza mientras trata de convencer a sus amigos.

Los tres miembros restantes no lo veían claro pero confiaban plenamente en él, Kizon fue quien creo la organización y acogió a cada uno de ellos. Le debían mucho y se merecía esta oportunidad.

—Confiamos en ti, entrena al chico pero tienes un año. Cuando vuelvas, entrenaras al resto de gente que hayamos reunido—Dice Alvric mientras levanta el pulgar y sonríe.

Kizon esboza una sonrisa, realmente eran como su familia. Dicho esto, el chico se marcha a su cuarto de la base para prepararlo todo aunque debe hablar con el chico.

Krystal estaba muy preocupada por su amigo, que este fuera todo un año no le hace mucha gracia.

—No me termina de gustar la idea—La joven se sienta en una de las sillas.

—Kizon no es de los que hacen las cosas por hacer, si él dice que ese chico logrará un gran poder...lo hará. Los Vahisir eran autenticas bestias para el combate, puede que Aendir sea la balanza que nos traiga la paz—Alvric se sienta al lado de su amiga.

Ignace por su parte no sabe que decir, pero no quería llevarle la contraria a Kizon.

Mientras tanto, el chico se encuentra en un pequeño prado con Luna aprovechando lo que quedaba del día. Ambos estaban tumbados y esa tranquilidad era la que más le gustaba al chico. La chica le abraza y recuesta su cabeza en el pecho de este.

—Aquí se esta muy bien—Susurra ella mientras mira el cielo.

—Desde luego, y estar contigo lo hace mejor todavía—Le acaricia el pelo con su mano.

Ella levanta su cabeza, le mira y finalmente le besa. Tras tanto tiempo intentando decidirse por fin lo hace. Él solo corresponde dejándose llevar por el momento mientras se besan,se acarician y manifiestan su amor.

Aendir se siente tan sumamente feliz que olvida todo lo malo por lo que ha pasado hasta ahora, había encontrado la felicidad en ella. No necesitaba nada más que Luna para hacer que todo sea de luz y color.

Aquella tarde, fue lo más cerca que Aendir había estado hasta ahora de la felicidad. Y la noche llegó enseguida por lo que tuvieron que volver, tomados de la mano hasta el poblado.


Esa misma noche, Sahim le comunicó al joven lo que Kizon tenía previsto para él.


—Un año...es mucho tiempo, pero Kizon no es tonto y sabe lo que se hace. Créeme, ese muchacho está por encima de ti, de hecho los cuatro son mucho mas fuertes que tu ahora mismo. Ya te he contado el plan del grupo, tienes una misión, debes volverte más fuerte y ese mago es la clave—Sahim explica al chico.

Aendir mira su plato mientras escucha atentamente cada palabra, Luna es a quien más le duele que esa decisión.

—Lo haré,habéis puesto mucha confianza en mi y debo hacerlo, es mi misión—Responde el chico asintiendo.

Sentía un nudo en la garganta, era mucho tiempo con Kizon y estar tan lejos de Luna ahora que las cosas entre ellos iban tan bien.

—¿Algún consejo para el largo viaje?—Le pregunta mientras toma una cucharada de la sopa.

—Debes creer en ti mismo, veo en ti un futuro prometedor...pero debes mantener los pies en la tierra porque aún no eres tan fuerte como ellos. Conozco a Kizon y se que sacara de ti todo tu potencial—Responde el hombre con una sonrisa.


Aendir a diferencia de su maestro apenas conoce a Kizon pero desde que ha estado en la sala ha notado en ellos un gran poder mágico sin tener que liberarlo. Realmente deben ser muy fuertes los del reino para hacer que ellos mordieran el polvo y escapasen con vida. Aprieta los puños pensando en lo debil que es todavía.


—Kizon domina el hielo, Krystal los minerales, Ignace es más un luchador de fuego pero es Alvric quien domina realmente este elemento, puede transformarse en fénix—Le explica Sahim.


Esa noche apenas podía dormir, pensaba en todo por lo que ha pasado en estos meses en el poblado y sobretodo, pensaba en Luna. Dejarla ahora suponía un duro golpe para él pero más para ella. Pero estaba decidido a cambiar las cosas.

La mañana siguiente se pasó volando, el chico se despidió del poblado y les pidió disculpas por lo que hizo transformado. Recogió sus cosas y las dejo preparadas para aquella tarde. Luna entró en ese momento, se le notaba triste y sin decir nada le abrazo.


—Esto se quedará triste sin ti—Susurra con su cara hundida en su pecho.

—No me voy para siempre y si...estar sin ti y tus platos se hará difícil—Le acaricia el cabello mientras con la otra mano la abraza.


Y así se quedaron durante un buen rato, no hacía falta decir nada, compredían los sentimientos del otro. Luna abraza más fuerte al joven. Y escucharon llamar a la puerta. El tiempo les ha pasado volando y ya era hora de marchar.


—Kizon, veo que tienes todo listo—Dice mientras ve al chico con una mochila.

—Si, tengo todo a punto. Estaremos un año fuera pero merecera la pena, te lo aseguro—Responde el mago mientras espera que el chico recoja todo.


Aendir toma su mochila con ropa y unas cuantas cosas más. Sahim aún no ha aparecido lo que le parecía algo extraño pero quizás no quería ver marchar al chico. Luna le da un último abrazo y este corresponde. Era un abrazo tierno y antes de marcharse el chico le planta un beso que sorprende a la joven.

—Cuídate mucho—Dice separándose y empezando la marcha.

—Igualmente—Susurra ella feliz mientras le ve marchar.


Y asi emprendieron la marcha, debían tomar un camino para llegar hasta la ruta que lleva al lugar donde supuestamente esta el templo. Tardarían mucho en llegar, quizás una semana o mas.


Antes de adentrarse en la ruta, el chico da un último vistazo al poblado. Se escucha un ruido y unas letras aparecen en el cielo mediante magia.


''Buena suerte Aendir'', era lo que estaba escrito. El chico esboza una sonrisa y por poco rompe a llorar.



—Vamos Aendir,la aventura nos espera—Kizon le da una palmada en la espalda.

Y finalmente, ambos se meten en el bosque perdiéndose en su vegetación hasta desaperecer por completo de la vista del poblado.


Por su parte, el reino vive una gran celebración desde hace días. Los enemigos del reino habían sido aniquilados y ya no hay peligro alguno. Banquetes, música, fiesta y adornos de todo tipo para este acontecimiento.


El rey lo hizo más que nada porque de esta manera cambiaría un poco la rutina de su gente dado que la paz poco a poco estaba aburriendo a sus soldados.


En uno de las mesas,el grupo de Misaki estaba reunido con el espía que ha traicionado a los Renegados. No paraban de comer aunque la mujer tenía preguntas para el chico.


—Has hecho un gran trabajo Mathie, ¿queda alguno vivo?—Pregunta mientras da un sorbo a su copa de vino.
—Unos cuantos, pero no hay que preocuparse, por lo que he escuchado allí fuera, los poblados tienen miedo y no se atreverán a rebelarse—Responde este dando un bocado al pavo.

La chica sonríe y termina de beber su copa. El resto de miembros se sientan con comida y bebida.

—Lo que pasa es que hablaban de un joven mago que tenía mucho talento...Aendir se llamaba—Comenta este mientras sigue comiendo.
—Hablame de ese Aendir—La mujer se sirve otra copa.
—Según escuché a Kizon, el chico descendía de la raza Vahisir aunque no se donde puedo encontrarle dado que no revelaron la ubicación—Ahora coge otro pedazo de carne.

Misaki rompe la copa al escuchar eso. El grupo se queda mirando a su maestra.

—¿Estás seguro de eso?—Pregunta ella algo alterada.

—Si, pero no hay nada que temer—Dice haciendo gestos con la mano.

—Maestra, ¿qué sucede?—Le pregunta Sam.

Ella no dice nada, se sirve otra copa y se la bebe de un trago.


—Nada, no pasa nada—Contesta mientras suspira.

El resto del grupo mira extrañada la actitud de la mujer pero como estaban de celebración no querían amargarle la fiesta. Llevaban tanto tiempo haciendo misiones insignificantes que habían perdido parte de su espíritu de lucha. Ya apenas entrenaban porque los enemigos a los que se enfrentaban eran muy débiles y apenas ponían resistencia.

Por su lado, Sahim y Luna ya están en casa, solos de nuevo. Luna se sienta en la silla y suspira largamente.

Su padre le pone la mano en el hombro y le dice que todo va a ir bien. Ella sonríe porque conoce a Aendir y sabe que es muy fuerte.Además con Kizon no tenía nada que temer. Y decidieron que lo único que podían hacer era esperar el regreso del joven.

Esa misma noche en el bosque ambos estaban acampados y durmiendo junto a una pequeña fogata. Kizon estaba despierto pensando en el futuro.

—Creo que es la mejor decisión que he tomado en mucho tiempo, aquella bruja tenía razón, el destino pondría en mi camino a un joven mago que será quien traiga la paz—Piensa mientras mira al joven durmiendo.

Kizon piensa que tiene un año para entrenar al chico y que él es un Vahisir por lo que debe tomarlo con seriedad. Nunca se sabe cuando este despertará su poder. Pero también sabe que ese mismo poder puede ayudarles a ganar la guerra que llegará dentro de unos años, incluso puede que esa guerra llegue antes de lo previsto.

En todo caso, esa guerra futura es lo que marcará el futuro puesto que si pierden,todos los que creen en la causa también lo harán y no habrá nadie que se interponga en el camino del reino.

Continuara...

Próximamente, capítulo 6: ¡Aendir ha regresado!.



En el siguiente capítulo hay un salto temporal, no, no explicare en este capítulo todo por lo que han pasado Aendir y Kizon y su entrenamiento. Creo que he escrito mucho sobre el entrenamiento y seguir haciéndolo puede aburrir. En su lugar, lo iré explicando a medida que vayan pasando los capítulos y este tenga luchas contra sus oponentes(estilo Oliver y Benji xD).

También quiero decir que hasta aquí es como la introducción al arco por así decirlo. A partir de este punto, empezarán las batallas duras y complicadas así como el inicio de la guerra(para eso aún queda mucho).

Y como pequeño spoiler, tendrá lugar la primera gran batalla de Aendir como mago.

¡No os lo podéis perder!

 

Capítulo 6: ¡Aendir ha regresado!.


Un año, ya ha transcurrido todo un año desde que Aendir y Kizon se marcharan a entrenar,confiaban en que de esta manera, el mago se volviése más fuerte para poder ayudar en la tarea de derrocar el reino actual.

La vida de Luna y Sahim se volvió más aburrida, volvieron a lo de antes, trabajar en el campo, pasear, leer libros y charlar con la gente del poblado. La joven tenía un calendario en su cuarto donde marcaba con una x cada día que transcurría esperando que el joven volviera lo antes posible.

Además, entraba en el cuarto de él pensando en la multitud de ocasiones que había tenido para hablar con él y no lo hizo. Pero sabe que un año puede pasarse volando si no te paras a pensar. Y así lo hizo, solo tachaba el día y se dedicaba a hacer cosas productivas para que el tiempo pase rápido.

Sahim aprovechaba para vivir una vida tranquila, jugar a las cartas con sus amigos, leer libros, estar junto a su chimenea calentando sus manos, beber te o dar largos paseos para ver como va evolucionando el poblado.

Por su parte, el grupo de los Renegados no paraba de señalar en el mapa posibles poblados. Alvric viajó por los diferentes poblados convenciendo a la gente de que no debían rendirse, que la causa era posible además para terminar de convencerles les decía que tenían un nuevo as, obviamente era Aendir pero no quería decir que era un mago sino no le tomarían en serio. Krystal por su lado usaba su magia para crear lingotes de materiales para tener la materia prima, necesitaban crear armas y armaduras aunque necesitarían de un herrero experto y en el poblado no tenían a alguien que manejase tan bien la fragua.

Ignace mejoraba cada día algo de la base o la expandía hacía el interior de la montaña asegurando cada tramo que hacia. Si iban a reunirse mucha gente, necesitaría mucho espacio. Además de ello, también las armas, armaduras,materiales o objetos mágicos.

Mientras tanto, en el reino reinaba la paz, los pocos delitos disminuyeron con la llegada del mal tiempo. Las lluvias eran tan intensas que no daban a los ladrones ganas de robar nada. Los soldados realizaban sus ejercicios pero se dedicaban más tiempo a estar jugando a las cartas o estar tumbados porque los entrenamientos eran muy repetitivos.

Por su lado, Misaki y su grupo entrenaban a diario pero ejercicios básicos y ligeros. Era tan sumamente aburrido que estuvieron pensando en tomarse unas largas vacaciones aunque la mujer no lo veía así, finalmente acabo cediendo y se tomaron unas vacaciones pagadas por el rey.

En cuanto al resto del reino su vida era normal, comercio, gastar dinero, fiestas, banquetes, trabajar en el campo, subastas de viviendas o cuadros. Todos querían demostrar su poder adquisitivo simplemente por pura diversión.

Lo más afectados por la paz fueron los herreros que sino hubiera sido porque ganaron mucho dinero con la guerra se habrían arruinado.


Esa misma mañana, Luna se levantó como un día más, preparó el desayuno y cuando se encargó del resto de tareas de la casa se dio cuenta de algo. Cuando vió el calendario, lo hizo varias veces y una gran sonrisa se dibujó en su rostro.


—Hoy es el día, ya ha pasado todo un año—Gritaba de felicidad dando saltos.

—Luna haz el favor de no armar tanto jaleo—Pero al ver el motivo de su felicidad también se puso a dar saltos de alegría.


Aunque al minuto tuvo que dejarlo porque le dio un tirón en la espalda. Luna no pudo evitar reír ante eso pero le ayudo a tumbarse y le puso crema para aliviar el dolor.


Durante el resto de la mañana estuvieron esperando con ansia el regreso del mago, cada minuto pasaba lentamente para ellos pero sabían que de un momento a otro aparecerían.


—Si que tardan—Se quejaba la joven mirando la hora.

—Tranquila, se fueron lejos, es normal que tarden—Sahim ya no sabía que hacer para calmarla.


Ella daba paseos por toda la casa de un lado a otro sin dejar de mirar el reloj. Y así pasaron la mañana llena de nervios. Sino hubiera sido por Sahim, la chica no hubiera comido por los nervios.

Con la barriga llena y tumbados en el sofá leyendo, ya estaban algo más tranquilos. Y tras un par de horas de una lectura tranquila notaron un gran poder. Para ser exactos, eran dos poderes increiblemente altos.


—¿Notas eso?, deben de ser ellos—Dice Luna mientras deja el libro y sale fuera de la casa.

—¿Acaso este es su nivel?, ¿o es solo su estado base?, ese chico nunca dejará de sorprenderme—Piensa mientras sigue a su hija fuera de la casa.


Al salir, buscaron de donde procedía esas energías. No tardaron mucho en divisar dos figuras que se acercaban caminando hasta la casa. Luna vio que iban con abrigados debido al frío que hacía en esa época.

Tanto Sahim como Luna esperaron hasta que se acercaron del todo. No se les podía ver el rostro pero sabían que eran ellos. Ambos se miraron y se quitaron la prende permitiendo ver sus caras a estos.


—Hola—Saluda alegre el chico.


Sin darle tiempo a más, la joven se abalanza sobre él para darle un gran abrazo. El chico corresponde mientras se siente feliz de estar de vuelta.

Kizon estrecha la mano de Sahim con una sonrisa y deseando descansar un poco. La joven les obliga a entrar mientras agarra al chico del brazo.


Una vez dentro, Luna sirve unos aperitivos con un poco te. Estaba deseosa de escuchar sus aventuras.


—Veo que el viaje te ha venido de maravilla, has cambiado mucho—Empieza Sahim mientras da un sorbo a su taza.


El chico tenía la piel más oscura, tenía un cuerpo más fuerte en cuanto a musculatura, el pelo corto debido a que Kizon se encargaba de su imagen y algo que no tenía cuando se fue del poblado. Una cicatriz en su mejilla izquierda, fruto sin duda de un combate.


—¿Cómo te hicistes ese corte?—Pregunta la chica mientras da un bocado a un pastel.

—Me lo hice luchando contra un monstruo, una especie de tigre, tenía unas garras enormes—Responde mientras se toca su cicatriz.

—Hemos pasado por mucho, nos costó mucho tiempo llegar al templo, había muchas criaturas pero es normal, aquella zona esta sin poblados y es prácticamente todo selva y vegetación—Kizon resoplaba al recordar aquello.

Entonces el hombre pregunta algo que quería saber desde que llegaron.

—Dime, ¿estaban allí los poderes demoníacos?, ¿los has sabido controlar?—Sentía la emoción de saber más sobre el asunto.

—Por supuesto, no solo eso, he aprendido grandes técnicas y me he vuelto sumamente fuerte. No hemos parado de luchar, cada día contra algo diferente, bestias, criaturas,serpientes, incluso algún demonio pero ahora estoy listo—Cada palabra mostraba que el chico se ha superado así mismo.


Luna escuchaba mientras no paraba de mirarle a los ojos. Se perdía en ellos.

—Los restos de la civilización eran increíbles, he traído libros para usted y Luna. Kizon me ha enseñado a controlar mi poder y ha estado siempre a mi lado para que no me pasasé nada—Miraba a su compañero que le restaba importancia.

—No ha sido nada, además yo también he aprendido mucho de ti y el luchar cada día por mi vida me ha permitido mejorar mucho. Has luchado muy bien, has mantenido la cabeza fría y has dominado los poderes demoníacos—Alababá mientras se limpiaba las manos por comer un trozo de pastel.

Según el mago, tardaron casi dos semanas en llegar al lugar. Al parecer, una gran variedad de criaturas se encontraban ya allí y tuvieron que luchar contra todas ellas para poder llegar al templo. Una vez allí se adentraron en las antiguas ruinas donde descansaban poderes de fuera de lo común, libros escritos en un idioma antiguo o objetos malditos.


—Fue horrible estar allí abajo, un derrumbe y nos hubieramos quedado atrapados para siempre. El calor que desprendía no era normal, luego la oscuridad que permanece allí es ...como decirlo...fría,gélida...como si te arrebatasen la felicidad poco a poco. Además, los poderes de ese lugar estuvieron a punto de costarme la vida muchas veces, sino hubiera sido por Kizon, estaría muerto—Explica serio el chico recordando cada paso que siguieron.


Sahim sonríe al escuchar su historia.


—Pero no has muerto, ahora te has vuelto todo un gran mago. Por cierto, según Alvric, han reunido a bastante gente y vendrán en un par de días. La base se ha expandido y Krystal ha proporcionado el material necesario para crear armas y armaduras—Comenta el hombre cambiando de tema.

Kizon se alegra de escuchar la noticia. Tenía muchas ganas de ver a sus compañeros y darles un abrazo.


—Debo ir a verles, gracias por el te y la comida—Dice agradeciendo a la joven y marchando rápidamente.


Para él, eran su familia y deseaba mucho verles, ya había dejado al chico en casa y era hora de volver a la suya.


Tras recoger todo, los tres se quedan en el comedor, como hace un año. Era algo nostálgico y que sin duda el chico echaba de menos.


—Supongo que estarás cansado—Sahim le da una palmada en la espalda.

—Bueno, un poco pero aún tengo energías—Dice sacando pecho.

—Hemos notado que tu poder se ha incrementado mucho, pero deberías dejar de usar todo ese poder porque te agotarás—Comenta ella.


Aendir se queda extrañado.


—Sino estoy usando mi poder, ni siquiera he liberado un poco—Explica mientras mira a la joven.


Eso deja de piedra a Sahim quien no puede creer lo que escucha.

—¿Es tu estado base?—Pregunta alarmado.

—Pues...si—Contesta mientras se pregunta porque esa pregunta.

—Pero si estoy notando un gran poder, de hecho desde el reino se podría notar. ¿Qué clase de entrenamiento te ha mandado Kizon?—Sahim deseaba saber su método.

—Pues nada en especial...nos hemos dedicado a luchar cada día y muchas veces luchaba contra él. Además he sido capaz de absorber los poderes de ese lugar gracias a mi sangre que tiene parte de demoníaca—Explica mientras se tumba en el sofá.

El hombre ve en sus ojos que no miente. Por un lado esta aliviado pero por otro asustado,en un año ha incrementado tanto su poder que si quisiera podría arrasar toda la aldea sin necesidad de transformarse.

—¿Te has transformado en demonio durante tus aventuras?—Luna le fulmina con la mirada.

—Un par de veces, la primera no la recuerdo muy bien. Fue al absorber la energía por primera vez, cuando desperté estaba la zona arrasada. Al parecer mi cuerpo no resistió mucho la transformación y la segunda...—Para a beber agua porque estaba seco.

—¿Qué paso la segunda vez?—Pregunta mientras nota como el sudor recorre su frente.


Luna estaba cabreada con su padre por sacar ese tema.


—Kizon me obligó a liberarlo, dice que debo aprender a controlar mi transformación y me enseñó la técnica para transformarme—Responde feliz.

—¿Entonces sabes controlarla?—Esa pregunta era decisiva para saber cuanto ha mejorado el chico.

—Por desgracia no...solo pude mantener la consciencia un par de minutos, luego todo se volvió oscuro. Pero se que puedo llegar a controlarla, controlar mi ira para mantener mi consciéncia—El joven estaba decidido a dominarla.

Luna interrumpe la conversación, no quería que hablaran más del tema hasta el día siguiente. Deseaba que el chico desconectará de todo durante al menos un rato.

Sahim era sabio y enfadar a su hija podría ser peligroso, más que Aendir. Así que dejaron estar el tema y se dedicaron el resto del día a descansar, pasear por el poblado y jugar a las cartas.

La gente saludaba a Aendir y estaban contentos de que volviese. A pesar del incidente, el muchacho siempre había estado allí para ayudar en las tareas a los más mayores. Las amigas de Luna no paraban de picar a la joven porque ahora que había vuelto, la notaban más feliz que antes.

Y así llego la noche al poblado.

En cuanto a Kizon y sus amigos estaban ya todos reunidos. Incluso lo celebraron con un pequeño festín donde el chico les contó absolutamente todo sobre la aventura y como ha hechado en falta la comida caliente y bien preparada. No es que comiera mal en su aventura pero el estar todo el rato en alerta no les permitía el lujo de hacer comidas con calma.


—Creo que el chico dará sus frutos, ha sido asombroso verle en acción—Dice mientras come saboreando cada cucharada.

—Ha habido mucha gente que aún creía en la causa, les he motivado a seguir peleando y vendrán en unos días, no sabría decir exactamente—Le explica Alvric.


Krystal el puso al corriente de todos los materiales que habían acumulado y Ignace le enseñó cada mejora de la cueva. La verdad es que estaba totalmente cambiada, era incluso mejor que la anterior.

Esa misma noche, Kizon durmió del tirón, después de una buena ducha y cena, dormir de nuevo en su cama no fue difícil. Por fin había vuelto a casa.

En cuanto a Aendir exactamente igual, estaba tan cansado que se fue a dormir pronto para recuperar fuerzas. Dormir de nuevo ahí era tan lo que más deseaba hacer desde que llegó.

A la mañana siguiente el chico ya estaba en pie y listo para un nuevo día. Desayunó un buen plato y al salir por la puerta se quedo observando el panorama. Levantarse cada día y ver solo vegetación,árboles y rocas fue muy duro. Ahora lo veía todo de otra manera y aprovechaba para respirar el aire puro del lugar y no la humedad de la selva.


—¿Ya te vas?—Pregunta la joven acercándose a darle un beso.

—Si,tengo que ir a la base a ver al grupo—Responde mientras le da un beso.


El chico se despide y se marcha a la base. Tenía muchas ganas de ver como se encontraba todo cuando sintió una fuerte presencia no muy lejos de allí. Pero eso iba a esperar cuando vio a una persona corriendo en su dirección.


Sahim venía corriendo,tanto com les permitía sus piernas y ambos van en su ayuda. Estaba sudando y se le veía alterado.

—¿Qué ha ocurrido maestro?—Pregunta mientras le da un poco de agua de su cantimplora.

—Vienen ellos, son bestias, son trolls de los bosques. No se muy bien porque se han adentrado hasta aquí pero son cuatro—Responde jadeante.

El mago ve como a la joven le cambia la expresión por completo a una totalmente asustada.

—¿Tan fuertes son?—Aendir sentía curiosidad por esas criaturas.

—Ni te lo imaginas, llama a Kizon y—Pero unos pasos interrumpe su frase.


Cerca de ellos, cuatro enormes trolls con una porra estaban plantados soltando carcajadas deseando arrasar por completo el poblado.

La gente al verlos se metieron en sus casas como hicieron cuando el chico se transformó en demonio. Sahim no tenía muchas fuerzas ya debido a la edad y que estaba cansado de correr. Luna paralizada no sabe que hacer.


—Luna quedate dentro y protege a tu padre, yo me encargo de esto—Dice el chico dando un paso adelante.


Estaba tan asustada que se lo tuvo que repetir varias veces y al final le hizo caso aunque Sahim no quería dejarle solo.

—Muchacho no lo hagas, es demasiado peligroso—Advertía el hombre intentando ayudarle pero Luna tiraba hacía dentro de la casa.

—Vamos padre,es peligroso, confié en él—Insistía la joven.

—Dejame ver el combate,quiero ver su progresión—Luna deja de forcejear y ambos se quedan a las puertas de casa mientras ella alza una barrera de protección.

Sahim se sienta en el suelo tras tanto movimiento mientras el chico se encontraba cara a cara con ellos.


—Demuestrame que tan fuerte te has vuelto Aendir—Piensa mientras observa todo.

Los trolls se echan a reír mientras ven que la unica resistencia que encuentran es un pequeño humano.


—Yo me encargo de esta patetica criatura—Dice uno de ellos mientras se acerca para atacar.

—Puede que sea patetica pero no me costará nada eliminarte—Responde el chico haciendo enfadar al troll.

Con su gran brazo arrea un fuerte movimiento con su porra para dar al chico quien lo esquiva con suma facilidad. Cuando el arma golpea el suelo provoca un temblor por todo el poblado.

—Maldito cobarde, no huyas—Dice lanzando una lluvia de golpes tratando de alcanzarlo.

Aendir esquivaba cada golpe con suma facilidad, parecía sumamente tranquilo y los trolls pedían que acabase de una vez y dejase de jugar.


—¡Maldito!—Grita enfurecido y liberando un gran poder de su cuerpo.


Este se vuelve un poco más grande y de color rojo. El aura rebosaba tanto que desprendía un gran calor a todo lo que estuviera cerca.

Aendir respira y aunque haga tanto calor, para él no es nada comparado con el entrenamiento de Sahim.


—Ahora soy mucho más veloz, no vas a poder esquivarme...¡voy a aplastarte la cabeza!—Se lanza al chico tan veloz que este se encuentra quieto y zas.

Luna grita al ver como el arma del troll da un golpe certero y directo en la cabeza del chico que vuela unos metros contra el suelo.

El troll suelta una gran carcajada mientras el resto de sus amigos le siguen la risa. Por fin le ha dado un golpe y seguramente estaría muerto.


Luna quiso salir en busca del chico pero Sahim lo detuvo.

—No hay sangre ni nada, no esta herido—Luna se detiene y ve que lo que dice su padre es verdad.

Con ese golpe hubiera muerto cualquiera y dejaría todo lleno de sangre pero no había ni siquiera gotas. Y tampoco el arma del troll estaba manchada.

Las risas de estos cesaron cuando vieron que el chico se levantó como si nada, no tenía ni un rasguño. No comprendían nada de nada.

Aendir mira a Sahim y esboza una sonrisa.


—Akuma No Yoroi—Dice mientras mantiene su sonrisa.


Sahim se queda estupefacto, lo ha dominado por completo a su máximo nivel.


—Bien, creo que es hora de ir acabando—El chico de un rápido movimiento se planta delante del monstruo que esta como congelado por la velocidad del chico.


Alza su puño,este se envuelve en hielo y se lanza contra el monstruo.


—Kori No Ken—Clava su puño en el estomago de este.


El mosntruo se tira hacía atrás mientras el chico sigue clavando su puño y empieza a liberar poder.

—Esa técnica es de Kizon—Comenta el hombre viendo detenidamente.


Aendir perfora el cuerpo del troll haciendo un gran agujero y esparciendo todas las entrañas de este por el lugar. Cae al suelo provocando un pequeño seísmo y muere a los pocos segundos.


El chico se levanta y mira fijamente al resto de trolls. Se notaba en su mirada que deseaba seguir peleando cosa que los trolls no parecían muy dispuestos tras ver aquello.


—¿Quién será el siguiente?—Pregunta mientras aprieta sus puños desafiante.


Los trolls no sabían que hacer, enfrentarse a él sería muy malo. Han visto como de un solo golpe ha hecho un agujero a su amigo y lo ha matado.


—Nos...nos iremos—Dice uno de ellos asustado.

—Nos llevaremos el cuerpo de nuestro amigo y no volveremos nunca—Dice otro mientras se acerca a recoger el cuerpo de este.


Una retirada que para ellos era vivir, se llevaron su cuerpo y se largaron lo más rápidamente posible. Luna se acerca y felicita al chico con un gran abrazo.


Sahim se acerca más calmado y menos cansado.


—Kizon te ha enseñado técnicas eh—Comenta mientras observa el puño del chico.

—Si, me ha enseñado a usar el hielo aunque principalmente lo que he aprendido son poderes demoníacos. Y se que aún puedo mejorarlos mucho más—Explica feliz el mago.


Unos aplausos se escuchan cerca de ellos, era Kizon que al parecer estaba cerca de ellos y ha presenciado el combate.


—Has demostrado una gran destreza en batalla—Felicita al chico mientras se acerca a los tres.

—Gracias, te lo debo a ti—Responde alzando el pulgar.


Kizon se ríe de la modestia del muchacho. Pero se encontraba allí por un asunto importante.


—Tengo que hablar con vosotros—Dice el chico mientras pide entrar en la casa.


Los cuatro entran en la casa y la chica les sirve un poco de te. Tras unos segundos en silencio el chico les pide discreción con el asunto.


—Como bien sabes, muchas personas se han decidido aunque somos unos...cien en total—Explica Kizon.

—Somos muy pocos entonces, ¿cómo vamos siquiera a hacer algo?—Le pregunta Sahim como si fuera a ir a luchar.

—Tenemos a dos espías dentro del reino, un cocinero y a un limpiador del cuartel. Tenemos pensado que el cocinero eche algo en la comida que incapacite a los soldados y el limpiador coloque unas bombas en los almacenes de armas para incapacitarlos—Comenta el mago sacando un pequeño mapa y enseñando las localizaciones de los lugares.


Aendir escuchaba atentamente cada paso a seguir. Veía una gran ventaja en hacer eso pero faltaba un detalle.


—¿Cómo vamos a pasar los muros?—Pregunta mientras los señala.

—Tenemos una bomba mágica para atravesar la puerta principal—Responde Kizon.


Entonces al chico se le ocurrió una idea.


—Si tuvieramos más bombas, podríamos poner una en la puerta principal. Los soldados se dirigiran a la entrada al igual que los más fuertes. Ellos harán de cebo y resistiran el tiempo suficiente y nosotros entraremos por aquí—Explica Aendir mientras señala la muralla cerca de los cuarteles.

Kizon asentía con la cabeza en señal de que podría ser un buen plan.


—Si nosotros cinco entramos de golpe por esa parte los sorprenderemos y los pillaremos por los dos lados. Matamos a los soldados incapacitados y los pocos restantes apenas podran hacer algo con nuestros hombres—Explica el mago planeando cada movimiento.


Sahim sonreía por ver la madurez del chico. Notaba un cambio no solo en su poder sino también en la manera de hablar, ya hablaba como un líder.


—El mayor peligro será Misaki y su grupo pero nosotros cinco podremos darle una paliza—Comenta mientras aprieta los puños.

—Creía que querías ocuparte de ellos personalmente—Kizon mira al chico para ver su reacción.

Aendir asiente mientras mira el mapa.


—Claro, pero lo más importante es ganar y lo haremos en equipo. ¿Ese espía te ha comentado algo sobre los demás soldados reconocidos o fuertes?—Pregunta interesado el chico.

—Pues resulta que muchos magos poderosos llevan sin luchar mucho tiempo, se dedicaron a una vida pacífica por lo cual estarán desentrenados—Responde mientras guarda el mapa.


La estratégia del joven le gustó a Kizon quien tenía pensado comentarlo con el resto del grupo. Aunque tenía una petición para Aendir.


—Debo pedirte una cosa, un grupo de personas aún no han llegado aquí desde su poblado situado aqui—Dice mientras saca un mapa de los poblados fuera del reino.

—¿Qué tienen de especial?—Le pregunta mirando las localizaciones.

—Ese grupo es importante porque son herreros y su maestro es un gran herrero que puede hacer armas y armaduras mágicas de una calidad excelente—Responde señalando el punto donde supone que deben de estar.

—Quieres que vaya a echar un ojo para ver si están bien—Kizon asiente.


Aendir suspira, apenas ha vuelto tiene que marcharse. No es que estuviera excesivamente lejos pero quería pasar más tiempo en el poblado.

—Cuenta conmigo, voy de inmediato, quizás están en peligro y los necesitamos para nuestra causa—Dicho esto sale corriendo en la dirección marcada dispuesto a encontrárlos.


Kizon recoge sus cosas y se despide de Luna y Sahim quienes no tuvieron otro remedio que quedarse. Pero Luna estaba tranquila, ha visto el progreso del chico y sabe que todo va a ir bien.


Continuara...


Próximamente, Capítulo 7: Un reencuentro con el pasado,¡Aendir vs Estela!.


Bueno hasta aquí todo este capítulo. Me ha costado mucho decidirme entre varías ideas y por fin ya he tomado la decisión. Quiero comentaros de que ahora vendrán ya muchas peleas. Kizon entrenará a gente pero va a ser ya el casi el inicio de la guerra.

Es por eso que en cada capítulo siguiente habrá dos grandes batallas que no serán exclusivamente de Aendir. Los motivos de las luchas contra los nuevos enemigos y porque esas peleas las descubriréis más adelante.

Cada batalla quiero hacerla emocionante y bastante larga, incluso puede que sean casi todo el capítulo. Quien sabe...

Espero vuestra opinión y sugerencias para los combates así como si queréis dejarme nombres para los enemigos e.e

 

Capítulo 7: Un reencuentro con el pasado,¡Aendir vs Estela!.

Aendir recibe un encargo por parte de Kizon, encontrar al equipo de herreros que no da señales de vida desde hace tiempo por lo que el mago debe averiguar que es lo que ha sucedido. Le resultaba extraño por una parte que tardaran tanto ahora que el reino pensaba que la amenaza había sido eliminada. Aunque por otro lado puede ser que alguna bestia o troll les haya dado caza.


Para eso, marcha una ruta que le ha enseñado el joven en el mapa. Debe salir del poblado por el oeste siguiendo una senda que debería ser segura aunque con tanto bosque alrededor cualquier bestia puede estar acechando.


—No debe quedar mucho—Piensa mientras corre a toda velocidad por la senda.


Para evitar ser detectado por algún enemigo, oculta su poder. Los árboles parecen no tener fin y solo ve lo mismo durante mucho rato. Es como si siempre estuviera en el mismo camino y que no hubiera fin. Bufaba mientras iba a toda velocidad esperando llegar lo antes posible.

Entonces, escucha unas voces no muy lejos de allí. Se para, escucha atentamente y vuelve a escuchar los ruidos. No ha sido una imaginación, alguien esta pidiendo ayuda.


Y sin dudarlo, corre en dirección al lugar.Antes de llegar frena su paso para evitar ser atacado por sorpresa. Cuando quito unos matorrales pudo ver a los herreros con el carro tirado y la mercancia por el suelo.


—Por...por favor...no me hagas daño—Dice uno de ellos mientras pide clemencia.


El resto hacia lo mismo, eran unos nueve. No estaban muy heridos pero eso podía cambiar pronto sino hacia algo.


—¿Donde llevabaís todo eso?—Pregunta una voz femenina.


Al chico casi le da algo al escucharlo, era inconfundible, conocía esa voz. No cabía duda, era ella, la persona que le clavó el puñal, ella fue quien casi le asesina. Nota como le hierve la sangre, aprieta los dientes y los puños.


Su vista se dirige enfrente de los herreros, allí estaba ella. Sin esperar un momento más mueve las hojas haciendo ruido y alertando a la chica.


—¿Quién anda ahí?, ¡muestrate!—Ordena la joven.


Apenas puede ver de quien se trata dado que las ramas le cubrían pero cuando finalmente pudo ver de quien se trataba casi le da un ataque. No podía ser, debía ser algún hermano gemelo o algo.


La chica no comprendía nada, estaba muy cambiado, más fuerte, con una cicatriz, de tez más morena y emitía un poder mucho mayor al que tenía antes.


—¿Vantage?—Pregunta ella aún en shock.

—Ese nombre...ya no significa nada para mi, ahora soy Aendir—Responde tajante.

—¿Tú eres Aendir?—Estela recordaba ese nombre porque fue Mathie quien se lo dijo.



Ella le miró a los ojos fijamente y sostuvo la mirada durante unos diez segundos. Eso le bastó para ver que ya no era aquel compañero de aventuras, ahora era su enemigo.


—¿Vienes a derrotarme?—Estela ahora se encuentra más relajada.


Misaki le ha enseñado a mantener la tranquilidad aunque el shock de ver de nuevo a su ex camarada era inevitable porque lo creían muerto.


—No, no he venido a derrotarte. He venido a matarte—La chica se asombra ante la frialdad que muestra en su tono.


Estela se prepara para luchar al igual que Aendir.


—Vosotros recoged todo y marcharos al poblado—Ordena al resto sin mirarles.


Estela sin esperar un minuto más y se abalanza al chico lanzando un puñetazo rodeado de aura verde. El chico sin apenas moverse le para el golpe con su mano cerrando el puño y atrapando a la chica.


—Vas a pagar por todo lo que has hecho—Un puñetazo en el estomago de la chica hace que suelte un pequeño grito.


Mientras tanto, los herreros había podido guardar todo en los baúles y montado en el carro para marchar en el poblado. No querían esperar a que por algún casual la chica ganase y tratase de matarles.


Luego golpea suelta su mano y le da varios golpes en la cara hasta darle uno más fuerte mandando a la maga volar contra un árbol. Ella usa energía en sus manos amortiguando el golpe y aprovechando el tronco para coger impulso.


Se impulsa con los pies y lanza un potente puntapie al rostro del chico quien lo esquiva. Aendir la agarra de la pierna, la estampa contra el suelo varias veces y después le propina una fuerte patada haciendo que se aleje unos metros adolorida.


Estela se levanta mientras nota un punzante dolor en su costado. Realmente el chico ha mejorado mucho en comparación con la última vez que se vieron.


—No me dejas otra—Dice la chica con una sonrisa.


Empieza a acumular energía en su cuerpo, un aura verde la rodea por todo haciendo que cambie su aspecto. Una especie de garras salen de sus manos, unas alas de su espalda y plumas por todo su cuerpo.


—Eres una arpía—Dice el chico cruzando los brazos.


Ella sin responder vuela a una gran velocidad arañando a Aendir quien se protege con los brazos. Luego vuelve a por él y así sucesivamente, deseaba desgarrar al chico.


—¡Togatta Hane!—Grita Estela lanzando plumas como si fueran cuchillos.

—Rinkusu No Me—Susurra el chico.



Ve cada pluma como a cámara lenta y empieza a esquivar las plumas que impactan detrás suya provocando la caída de algunos árboles.


—¡Maldito!—Se lanza con sus garras a por su ex camarada.


Él sonríe y se lanza a un lado, cuando ella vuela de espaldas para dar la vuelta para poder pillar impulso y avalanzarse de nuevo contra Aendir, el chico aprovecha para lanzar su ataque.


—Aisusupiazu—Una lanza de hielo sale de su mano y rasga una de las alas de la chica quien da un alarido de dolor cayendo al suelo.


Se levanta y mira al chico mientras jadea.


—No quiero que mueras tan rápido, quiero que mueras poco a poco...como hicistes conmigo—El chico presentaba una tranquilidad increíble.


Estela decidida a no perder aumenta su poder aumentando su tamaño, su herida se cura mediante esta energía, sus garras se vuelven más duras y parece que ha aumentado su agilidad.


—Voy a partirte en dos—Dicho esto suelta una gran carcajada.


Con una velocidad descomunal se acerca al joven y le desgarra la ropa provocando un corte en su camiseta del cual sale un hilo de sangre.


—Tu armadura demoníaca no te funcionará contra mi—Explica la joven.

—Ya veremos—Se coloca detrás de ella y la agarra de las alas.


Ella trata de quitarse al joven de encima pero es inútil. Le estira de las alas y le propina varias patadas en la espalda haciendo que suelte varios gritos por cada golpe.


Después una patada con mayor fuerza la hace volar varios metros. Para evitar el golpe bate sus alas y echa a volar. Mira a Aendir desde el cielo.


—Siempre fuístes la más débil del grupo—Dice mientras esboza una sonrisa.


Estela al escuchar eso suelta un gran grito que mueve las ramas de los árboles. Se sentía tremendamente enfadada y cabreada. Eso no podía estar pasando, no podía perder contra ese malnacido.


—Hisan'na Katto—Mueves sus garras y de estas salen una especie de araños mágicos que se dirigen a este.


Aendir libera energía de su cuerpo y surgen unas garras plateadas de su cuerpo. Se disponía a contraatacar.


En ese instante el chico recuerda parte de su entrenamiento.


Él y Kizon se encontraban de camino al templo. Iban hablando sobre la civilización antigua que fue aniquilada por una gran guerra.


—Entonces,¿desapareció de un día para otro?—Pregunta Aendir esquivando alguna boñiga y barro.

—Las guerras pueden llegar a ser horribles—Responde mientras camina y mira el mapa.


Durante un buen rato caminaron, todo era selva y maleza, no había ni rastro de la civilización ni nada parecido.


Kizon se detiene y se pone en guardia. Aendir al verlo hace lo mismo que él aunque a diferencia de su compañero, este no ha sentido nada.


—Tienes que aprender a escuchar y sentir todo lo que te rodea—Susurra mientras mira a su alrededor.


Una especie de rama trata de golpearles como si de un látigo se tratase. Ambos esquivan como pueden pero el joven no ve que detrás se acerca un enemigo.


Al girarse ve una especie de tigre que lanza su zarpa al rostro del chico. Aendir gira su rostro pero siente un fuerte dolor procedente de su pomulo izquierdo. Da un pequeño alarido de dolor mientras nota que la sangre cae por su rostro.


—Maldito—El chico lanza una patada con magia a la bestia que recibe de lleno en la cara.


Pero apenas le hace algo y vuelve a atacar con sus zarpas. Aendir esquiva con dificultad cada ataque aunque parece que el tigre se vuelve cada vez más veloz.


Mientras tanto,Kizon había congelado a su oponente, un árbol maldito y ahora observaba al chico luchar.


—Tienes que hacerlo mucho mejor—Aconseja mientras se sentaba en una piedra.


El mago da un gran salto y carga con su mano ahora envuelta en un aura plateada formando una garra golpea a la bestia. Esta nota como se clavan la garra del chico en su cuerpo provocando un gran dolor que daría paso a la muerte de este.


Aendir respira aliviado y se limpia la mano. Luego suelta un bufido largo, el peligro ha pasado.


—Maldita sea, me duele mucho—Dice mientras lleva su mano a su pomulo.

—Es normal, pero tomalo como un consejo, aquí cualquier cosa puede matarte—Saca su botiquín para curarle la herida.


Desgraciadamente para el mago, le iba a quedar una pequeña cicatriz. Pero mejor eso que haberse quedado ciego de un ojo o algo.


Volvemos ahora de nuevo con el combate entre ambos magos.


—Doragon Tsume—Lanza unos arañazos al aire que colisionan con las de Estela provocando una explosión y una capa de humo.



La chica no da crédito a lo que sucede, estaba perdiendo, el chico aún seguía sin usar su todo su poder y veía que estaba jugando con ella. Quería que sufriéra la impotencia de enfrentarse a un enemigo al cual no puede derrotar.


—Debido a nuestro pasado juntos te dare la posibilidad de rendirte y morir. En caso contrario morirás, pero tu muerte será mucho más horrible—El tono de su voz cada vez sonaba más frío.


Ella suelta una carcajada.


—No voy a rendirme, pertenezco al grupo de la gran Misaki y tu vas a morir—Se lanza con todo y el chico se cubre con los brazos.


Ahora lo tiene agarrado de los brazos gracias a sus zarpas y trata de volar para lanzarlo desde gran altura. Para sorpresa, el chico no muestra resistencia, se eleva unos metros y lo lanza con todas sus fuerzas contra el suelo.


El impacto provoca un pequeño seísmo y una nube de polvo.


—¿Qué te ha parecido eso?—Estela agita sus alas para mantenerse en el aire.


Aendir se levanta tranquilo,estira los músculos y se quita el polvo de su ropa. No tenia ni un solo rasguño.


—No has entrenado durante este tiempo, en cambio yo no he parado de entrenar y luchar. No tienes posibilidad alguna, la diferencia de poderes es demasiado grande—Ese comentario hace que la chica se enfade.


Pero en el fondo tiene razón, ni siquiera le ha hecho algo y ella ha gastado mucha energía. Además era demasiado astuto para acuchillarle por la espalda.


Baja al suelo lentamente mientras observa a su oponente para ver si hace algún movimiento. Sin embargo, se encuentra allí calmado y de brazos cruzados.

Deshace su transformación debido al agotamiento, hace tanto que no lo usaba que le costaba acostumbrarse a ella. Respira para tratar de recuperar fuerzas mientras es observada.


—¿Porqué lo hicisteis?—Pregunta el mago.

—Recibimos la orden debido a una profecía del rey en el cual tu lo matarías. Preguntale a su majestad aunque eso te resultará imposible, nunca llegarás hasta él—Estela se ríe.


Estaba ganando tiempo para recuperarse y eso le daría al menos unos segundos.


—Lo haré—El chico esboza una sonrisa porque algún día atacaran el reino.


Entonces empieza a acumular energía, un aura plateada rodea todo su cuerpo mientras las pequeñas piedras levitan alrededor suya. Estela se asombra al ver esto, su poder aumenta por segundos.


Aendir sigue acumulando energía en su cuerpo mientras aumenta poco a poco su musculatura. Los brazos, piernas, incluso su cuerpo se vuelve más grande.

El poder aumenta tanto que en el suelo se forman grietas por los lados. Luego da un grito y libera una onda expansiva que casi tira a la chica al suelo.


Tras parar de liberar su energía se puede ver a un Aendir más fuerte, más musculoso y algo diferente. Él respira tratando de liberar la tensión de su cuerpo.


—Puedes llamarme...Super Aendir—Dice mientras se señala con el dedo.


Estela ahora si esta pérdida, si antes no le ha podido hacer nada, ahora mucho menos debido a la gran diferencia de poderes.


—Te enseñaré una pequeña parte de mi poder—Alza su mano y empieza a acumular poder formando una gran bola de energía.


Estela se encuentra paralizada por el miedo, no sabe que hacer. Si le daba ese ataque moriría.


—Hakai Enerugi—Lanza el ataque que impacta de lleno en ella provocando una gran explosión que arrasa unos metros la zona.


Ha usado una pequeña parte de su poder porque de hacerlo más potente arrasaría el bosque y prefería no hacerlo. Una gran capa de humo no deja ver si la chica esta muerta aunque él sabía que no estaba muerta. Se ha asegurado dado que quiera hacerla sufrir.


—Vamos sal de ahí—Dice mientras se acerca poco a poco pero manteniendo la distancia.


Un ruido y aleteo se escucha desde el humo. Una brisa de aire desvela a la chica transformada de nuevo pero con heridas por todo su cuerpo mientras sangraba.


—¡Maldito seas Vantage!—Cegada por la furia se acerca a toda velocidad en un ataque suicida al chico.

Este le mira con algo de tristeza al ver como se dirige a su muerte. Emana una espada de hielo y le cercena las garras a la chica que cae detrás de él dando alaridos de dolor.

Se gira y se acerca poco a poco. Se queda muy cerca suya mientras la mira como la sangre se esparce por el suelo mientras ella agoniza.


—Te lo advertí, no voy a perder más tiempo aquí—La agarra de las plumas y la levanta del suelo.


Ella ante su muerte cercana lo único que puede hacer es llorar, sabe que todo acto tiene su consecuéncia. La eleva un poco más y la deja caer para rematarla.


—Adiós Estela—Un sonido se escucha en el lugar y un golpe luego.


Todo queda en silencio. No se escucha absolutamente nada en el bosque. Una vida ha sido arrebatada y ahora parte hacía el más allá.



Mientras tanto, Kizon ha recibido a los herreros quienes le cuentan que un joven les ha salvado la vida y se estaba enfrentando a una maga.


—Ya han pasado varias horas desde que Aendir se marchó, quizás haya subestimado a su enemigo—Alvric hablaba con su amigo.

—Lo dudo, he notado una energía no muy lejos de aquí pero si se ha enfrentado a su ex compañera quizás le ha costado un poco más por sus emociones—Responde Kizon mientras prepara todo para que los herreros se sientan como en su casa.


Krystal hablaba con el maestro herrero enseñándole su lugar de trabajo así como los materiales. Estaba feliz porque después de un año preparando todo por fin empieza a dar sus frutos.


Ignace se encuentra revisando la cueva, mejorando las salas y comprobando que todo estaría listo para recibir las visitas. Dentro de poco vendría mucha gente y no podía faltar ningún detalle o mobiliario.


—Te agradezco que hayáis aceptado el plan del chico, tiene una mente despierta—Dice Kizon mientras da con su amigo un paseo por el lugar.

—Es muy buen plan y puede funcionar, es una suerte tenerlo de nuestra parte—Responde el mago mientras le sigue.

—Nos hemos enfrentado a plantas venenosas, serpiertes,tigres,demonios,bestias y todo tipo de peligros en ese sitio. Pero él siempre se ha mantenido firme—Alvric sentía curiosidad.

—¿Vas a contarme como lo entrenabas?—Kizon sonríe.

—Pues...


Nos encontramos en la civilización antigua, ambos buscan el templo. Todo estaba en ruinas,era enorme y había mucha vegetación que ha ocupado prácticamente el lugar.


Entonces una gran serpiente sale de entre las ramas y trata de devorar a ambos. Esquivan la embestida rodando hacía un lado y se preparan para luchar.


—Menudo tamaño tiene esta serpiente—Dice Aendir soltando la mochila.

—Esto será como un entrenamiento, derrotale con lo que te rodea,sin magia—Ordena Kizon.


El mago no puede creer lo que escucha.


—¿Te has vuelto loco?—El chico esquiva de nuevo a la serpiente.


Esta se gira y vuelve a la carga. Esquiva de nuevo y ve como se choca contra unas rocas haciéndose un corte en su cuerpo.


Aendir entiende ahora lo que quiere decir. Busca un lugar alto, sube de un salto y espera a que la serpiente vuelva a la carga. Esta al ver que no puede reptar por las rocas golpea con su cabeza las rocas tratando de hacer caer al mago.


Pero este ya lo tenía bien calculado y salta a otra columna en el último momento. Las rocas caen encima de la cabeza de la serpiente que muere aplastada.




—¿Ves?, lección de hoy: usa el terreno a tu favor—Explica el chico.

—No era muy lista—Dice el chico mientras recoge su mochila.

—Era tan grande que no necesita inteligencia, además tienes suerte de que no haya escupido veneno—Responde Kizon mientras se pone en marcha.



Al escuchar eso, Alvric entiende que Kizon le ha estado enseñando todo sobre como desenvolvérse en el campo de batalla.


—Ya te contaré más en otra ocasión, ve a ayudar a los demás—Ordena mientras se marcha fuera de la cueva.


Este asiente y se marcha hacía dentro mientras se queda en la entrada. Mira al cielo mientras recuerda todo el entrenamiento que ha seguido el chico.

Le ha enseñado el tipo de plantas, curar el veneno con un brebaje, sobrevivir en la selva un día de lluvia,como camuflarse y algunas técnicas propias como la lanza de hielo. Pero aún sentía dolor, aquel día pudo comprobar en sus propias carnes el poder de Aendir.

Mira su brazo izquierdo que estaba cubierto por la manga, con sumo cuidado la levanta mientras recuerda lo que ocurrió aquel día.


—¿Qué haces aquí?,¿pero que te ha pasado en el brazo?—Krystal que buscaba a su amigo se alarma de ver el estado del brazo.


Estaba tan pérdido en sus pensamientos que no se había dado cuenta de que la chica se ha acercado.


—No es nada—Responde mientras se tapa aunque ya era tarde para ocultarlo.

—¿Cómo que nada?—Pregunta tratando de subirle la manga.


Kizon suspira y cree que debe contarselo.


—En un descuido con Aendir,él me arrancó parte del brazo—Explica mirando al suelo.

—Pero si eres muy fuerte—Reprocha ella.

—Hicé que se transformara...por suerte no he perdido todo el brazo y con mi magia y un poco de medicina avanzada he sustituido la parte arrancada por hielo de forma que se mantenga para siempre—Responde enseñando el brazo.


Efectivamente faltaba carne que ahora era hielo pero por suerte los dedos y y lo más vital se encuentra intacto.


Mientras tanto, Luna se encuentra esperando el regreso del chico. Sahim estaba cansado,ultimamente se cansaba más que de costumbre.


Ya era tarde y no había señales de vida. Finalmente nota un poder que se acerca, debía ser él. Ve una figura a lo lejos y sin dudarlo sale a su encuentro.


Feliz corre hasta él pero se detiene a pocos metros. Ve al chico completamente ensangretado, caminando despacio, con su mirada fría y como pérdida. Y lo más horrible es que llevaba en su mano derecha la cabeza de Estela.


Sahim sale como puede y al acercárse ve al chico de esa guisa.


—Luna...—Dice él mientras se queda ahí parado.


Ella se acerca y le abraza mientras trata de no tocar la cabeza. Sahim le quita la cabeza de la mano mientras piensa en que hacer con ella.

Y sin esperarlo, el chico rompe a llorar. Ella le abraza fuerte sin importar mancharse de sangre.


Cuando vuelven a casa Sahim entierra la cabeza mientras Luna ayuda al chico a lavarse. Por alguna razón, el chico no podía parar de llorar.

Sahim sabía lo que pasaba. Ha pasado tanto tiempo aguantando el dolor que al liberarse de este y matar a alguien a quien un día quisistes ha sido mucho para él. A fin de cuentas los magos son humanos también y las emociones puede convertir al más fuerte en vulnerable.


Y así paso el día. Los herreros se pusieron a trabajar para terminar cuanto ante dado que había mucha faena. El poblado vivía tranquilidad aunque ese día caía una fuerte tormenta acompañada de lluvia.


Por suerte, dentro de la cueva se estaba bien y con la puerta en la entrada impedían que el frío entrase. Aendir esa mañana estaba raro, apenas desayunó y se pasaba el rato mirando por la ventana.

Sahim estaba leyendo un libro, prefería dejar al chico descansar y tranquilo. La mente es más difícil de calmar y controlar que el cuerpo. Luna deseaba ayudar por lo que se sentó junto a él a ver la lluvia.

—¿Qué tal estás?—Pregunta mientras le toma la mano.


El chico no dice nada, solo mira por la ventana. Ella se apoya en su hombro mientras le susurra que todo ira bien.


—Gracias por estar a mi lado, eres quien mantiene mi cordura—Aendir le da un pequeño beso y luego sigue mirando como caen las gotas.


Ella sonríe y le da unos cuantos besos. Después le abraza y allí se quedan mirando en silencio mientras disfrutan estando juntos.


El mago sabe que quedan combates duros y que esto solo era el comienzo pero era mucho peso en sus hombros. Liderar una rebelión, poner las vidas de los demás en juego era algo que costaba de llevar.


Luna entonces rompe el silencio. Se encuentra tan a gusto que estaba feliz. Ve que el chico a pesar de ser fuerte, también tiene sus debilidades como todos. Sabe que no ha llevado una vida fácil y pasar por todo eso debe ser horrible.


—Eres la persona con la que quiero pasar el resto de mi vida, viviremos felices en una casa en el reino, con un pequeño jardín y con unos pequeños correteando por toda la casa—Aendir se sorprende de ver a la joven hablar del futuro.

—Algún día se hará realidad—Y aunque estuviera Sahim en la casa la toma y empieza a besarla con pasión.

Necesitaba desahogarse y ella también, han controlado sus impulsos pero esa mañana ya no aguantaban más. Sahim al escuchar ruidos decidió ponerse unos tapones para leer con tranquilidad.


Tras una hora salieron de la habitación algo sudados y con el pelo revuelto. Luna sonrojada se va a su cuarto a ordenar unas cosas mientras Sahim duerme de forma plácida.


Aendir ve que ya casi ha parado de llover. Se encontraba ahora mejor y debe aceptar que las cosas han cambiado y que no será la primera vez que tenga que matar. Pero todo valía por la gente que quería y por ellos, Sahim y Luna.

Mientras tanto, en el reino Misaki y el resto de su grupo se preguntaban donde podría estar Estela. Comprendía que ha ido lejos pero ya ha pasado bastante tiempo desde que se marchó.

Sino fuera por el mal tiempo, ella misma hubiera ido a buscarla. Pero era una de sus alumnas, no tenía nada que temer.

La paz estaba aburriendo a los soldados que pasaban los días durmiendo o jugando a las cartas debido a la poca criminalidad del reino. Aunque cuando aparecía el supervisor estos mostraban seriedad.


Además, nadie se atrevía a llevar la contraria a su majestad por lo que cualquier intento de cambio era cortado de raíz.


Ese día fue lluvioso y no fue hasta el día siguiente que decidieron salir a buscar a la chica. Pero el rey se negó a dejar ir a la mujer a pesar de sus muchos intentos debido a que era su aprendiz. Se encontraban en la sala del trono con varios guardias para cualquier problema que pudiera surgir.

Eso provocó una fuerte discusión entre ambos, se negaba a mandar a su mejor maga porque una novata haya salido fuera unos días. Mathie decidió intervenir.

—Mi grupo y yo buscaremos a la joven—Propone mientras se arrodilla.

—¿Veís?, ahora buscadla a ver que ha pasado—Ordena el rey.

—Pero—Misaki fue interrumpida.

—Ya basta, es una orden—Dice mientras da por concluida la conversación y se marcha a sus aposentos.

Misaki no tuvo más remedio que aguantar que fuera Mathie. Al salir por el pasillo, el mago corre hasta alcanzarla. Ella suspira para relajarse, estaba nerviosa porque no sabía nada de ella en días.

—Estará bien, mis dos hombres y yo la buscaremos. Estela es fuerte y seguro que se ha quedado explorando algún lugar—Trataba de calmarla poniendo sus manos en los hombros de ella.

Ella asiente aunque su preocupación no se iba y los compañeros de la chica ya empezaban a ponerse nerviosos por lo que al estarlo ella no sabía como calmarles.


—Los chicos empiezan a alterarse—Explicaba la mujer.

—Es normal, pero ya destruimos a los enemigos—Responde él.


Mathie reune a sus dos mejores hombres, dos magos altos, fuertes, con el mismo sentido de la justicia que él. Tapados por el frío están listos para marchar. Y sin esperar más tiempo salen en busca de la chica quien llevaba un detector en el bolsillo.


Lo único que tenían que hacer era buscar el rastro y dar con ella. La última vez daba señal a varios kilometros de las murallas así que deciden buscar ese rastro.


Mientras salen por la puerta, Misaki y el resto del grupo que estaban enfadados porque deberían ser ellos quienés buscasen a su compañera.


Y tras unos segundos, salieron a toda velocidad desapareciendo de la vista de ellos. Luego dieron media vuelta y marcharon al cuartel a esperar que algún criminal cometiera algún crimen para atraparlo y ajusticiarlo.


Por otra parte, Kizon y el resto se encuentran puliéndo los últimos detalles de la cueva. Todo estaba ya listo para recibir a los futuros soldados sin esperar que recibirían otra sorpresa.


Krystal ayudaba en todo lo que podía a los herreros, Alvric revisaba las armas y armaduras y Ignace preparaba un discurso de bienvenida.


Todo estaba listo para dar comienzo a lo que desencadenaría la mayor batalla hasta el momento. Aunque para eso aún faltaba mucho.



Continuara...

Bueno, aquí he querido mostrar al Aendir más humano y al Aendir guerrero. Capaz de matar brutalmente y derrumbarse debido a sus sentimientos. Espero que les haya gustado y no duden en dejar sus opiniones. Queda mucho por contar ^^.

Próximamente, Capítulo 8: Las lágrimas del héroe...Luna...ha muerto

En el próximo capítulo Aendir ''asciende'' como líder para liderar la rebelión dando un discurso a los futuros magos.

¡¡No os lo perdáis!!!

 

Capítulo 8: Las lágrimas del héroe...Luna...ha muerto

Ese día todo era tranquilidad, las cosas marchaban muy bien. Mientras Aendir se tomaba un pequeño respiro en su cama, Sahim daba un paseo por el poblado mientras Luna aprovechaba para tirar algunas cosas que ya no servían. Por su parte, el equipo de los Renegados se tomaron el día libre puesto que ya tenían todo organizado para darles la bienvenida a los nuevos miembros.


Pero todo eso iba a cambiar pronto dado que Mathie buscaba a Estela cerca de allí siguiendo un rastro mágico el cual cada vez era más débil. El mago se temía lo peor dado que solo había sangre en el último lugar donde ella se suponía que estaría aunque se negaba a creer que ella hubiera muerto debido a que era muy fuerte.

—Señor, parece que el rastro de magia conduce a ese poblado—Dice mientras señala el lugar.
—Noto una magia que me suena, es posible que Kizon y compañía se encuentren ocultos en algún lugar cercano—Responde mientras caminan directos al poblado.

Una vez cerca del poblado, a escasos metros de la primera casa, el mago empieza a acumular energía. Solo liberar un poco de su poder para hacer sacar de su escondite al grupo. Su poder es tan fuerte que en todo el poblado se siente su presencia alertando a toda la gente del lugar.

—Esperemos que vengan—Comenta con una gran sonrisa.

Estaba deseando luchar aunque primero quería averiguar que ha ocurrido con Estela. Tras unos minutos, llegan al lugar el grupo,Sahim,Aendir y Luna. Se sorprenden ver a alguien del reino en ese lugar y además, Aendir empieza a sentir una fuerte tensión entre ellos y los Renegados.


—¿Qué ocurre?—Le pregunta el joven a sus amigos.

—Él es Mathie, quien destruyo toda la base y asesinó a nuestros camaradas—Responde Alvric enfadado.

—Pero bueno, si esta aquí todo el grupo...que alegría—Comenta sarcástico haciendo crecer la rabia al grupo.


Kizon con la mano los mantiene a raya, no quería que cometieran una imprudencia. Da un paso al frente para estar cara a cara con su enemigo, la mirada de ambos mostraba que en cualquier momento se produciría un choque de golpes. Los otros dos hombres eran altos y fuertes, eran gemelos y conocidos como x1 y x2 debido a que eran como robots. No se sabía mucho de ellos pero lo que no había duda es que eran muy poderosos según la gente del reino.


—Aendir, debo pedirte que te mantengas al margen, este es mio—Dice sin mirar al joven.

—Cada uno tiene sus propias luchas eh—Responde mientras se aleja unos pasos del lugar y hace lo mismo con Sahim y Luna.


Alvric da un paso adelante junto a Ignace, querían participar en la lucha enfrentando a los otros dos hombres. Krystal desea unirse a la pelea pero sus compañeros la mantienen al margen, acto que cabrea mucho a la joven porque desea devolver a esos tres todo el daño que han causado.

—Krystal por favor, aún no te has recuperado del todo. Se que has creado mucho material y tu cuerpo aún se resiente, dejanos esto a nosotros—Pide Alvric mientras avanza junto a Ignace para plantarse a poca distancia de los hombres.


Aendir agarra del brazo a la joven y la lleva con él,Sahim y Luna. Ahora iba a empezar el combate y debían manterse a un lado.


Un fuerte golpe se escucha, un fuerte viento se levanta y casi tira al suelo al grupo. Kizon y Mathie habían chocado sus puños provocando una pequeña onda expansiva. Entonces empieza el intercambio de golpes por parte de ambos, chocan sus puños, rodillas, cabezazos, era una lucha sin magia provocando pequeñas ondas con cada colisión.Por su parte, los acompañantes de Mathie intentan eliminar a Alvric y Ignace con potentes rayos que surgen de sus manos y boca provocando explosiones en el suelo.


Todos esos ataques hicieron que Aendir y compañia tuvieran que retirarse mucho más para poder ponerse a salvo.


—Vosotros iros a casa y proteged con magia el poblado, me quedare aquí para en cualquier momento entrar a luchar si es necesario—Ordena Aendir mientras se cubre del polvo que levanta cada ataque de estos.

—Tengo que luchar con mis amigos—Dice Kyrstal negándose a irse.

—Ellos se las apañaran y el poblado necesita vuestra ayuda, yo apenas puedo hacer magia defensiva—Insiste el joven.


Luna intenta acercárse al chico pero su padre se lo impide. Luego toma a Krystal y se la lleva aunque pone resistencia, no quería marcharse y dejar a sus compañeros allí ante la posibilidad de morir. Ya ha perdido demasiada gente y no quiere seguir perdiendo vidas.


—¡Maldita sea Krystal, obedece de una vez!—Grita el chico enfadado.


Ante su mirada y su tono de voz, ella deja de oponer resistencia siendo llevada por Sahim. Luna mira al mago antes de irse quien le esboza una sonrisa.


Mientras, la lucha seguía su curso. Kizon lanza un puñetazo a la cabeza de su oponente quien se agacha para esquivarlo lanzando el suyo al estomago del chico quien usa su otra mano para parar el golpe. Luego lanza un fuerte gancho que golpea la barbilla del mago levantando a este unos metros.


Mathie aprovecha para asestar una lluvia de golpes al cuerpo del mago quien recibe cada golpe directamente dando gritos de dolor, Mathie era muy rápido y cada puñetazo era muy fuerte hasta que Kizon lanza una patada deteniendo el ataque de su enemigo haciendo que se separen unos metros.


—Pensaba que eras mejor—Dice Mathie mientras cruza sus brazos.

—Aún no hemos terminado—Responde mientras se soba el estomago tratando de mitigar el dolor.

—¿Donde esta Estela?—Pregunta mientras se cruje los dedos.


Kizon mira a Aendir, su oponente también y Aendir niega con la cabeza.


—Ya veo, bueno, no me interesa en absoluto pero a Misaki no le hará gracia—Comenta mientras se prepara para seguir peleando.


Kizon carga su puñetazo con hielo y se prepara para golpear a su adversario con un golpe fuerte y directo. Mathie alarga su brazo mucho y agarra el puño del chico. Su cuerpo se ha estirado mucho impresionando a Aendir que no entiende nada.

Tira hacía si mismo con Kizon todavía agarrado y le asesta otro puñetazo en la cara. El mago se queda unos momentos en el aire pensando en que acaba de pasar, no entiende que ha ocurrido.


—¿Qué clase de magia es esa?—Piensa Aendir mirando como estiraba y reducía su brazo.


Kizon se aleja unos metros para tomar distancia y sobarse la barbilla.


—Magia de la naturaleza, mi cuerpo es como un árbol, puede estirar mis brazos como si fueran ramas—Comenta mientras les muestra como funciona su magia.


Kizon entiende ahora como lo ha hecho pero tenía que derrotarlo, si lo mataba el reino perdería otro mago importante y obtendrán una mayor ventaja.


—Kōrinotsurugi—Hace aparecer una espada de hielo y se posiciona para atacar.


Mientras tanto, Alvric y Ignace lanzan poderosas llamaradas a sus oponentes quienes no parecen recibir daño alguno por sus ataques. Y además seguían lanzando rayos sin cesar, como si no se agotasen o bajaran el ritmo en ningún momento.


—¿Qué hacemos?—Pregunta Igance lanzando una bola de fuego que impacta de lleno en uno de los dos.

—Darlo todo con cada ataque—Responde su amigo lanzando una poderosa patada al rostro de su enemigo quien no siente nada de dolor.


Lo agarra de la pierna y lo golpea contra el suelo varias veces provocando varios agujeros en el suelo para después levantarlo sujetando su cuerpo en el aire. Le mira con unos ojos como si no estuvieran vivos, alza su mano derecha y le golpea con su rayo enviando al joven a unos metros mientras humo sale de su cuerpo.


—¡Alvric!—Grita este mientras ve como su compañero cae mal herido.


Pero no le da tiempo a seguir mirando porque recibe el impacto de un ataque en su cuerpo por bajar la guardia cayendo al suelo igual que su amigo.


Volviendo con Kizon, este se lanza con la espada a golpear a Mathie quien con su sonrisa habitual esquiva cada golpe sencillamente.


—Muy lento—Golpea con su puño la cara de este y le roba la espada.


Blande esta y empieza a contraatacar con ella haciendo que Kizon retroceda mientras esquiva cada golpe que le envia aunque cada vez le costaba más porque este ha aumentado su velocidad. El chico estira su brazo y rasga la ropa de Kizon.


—¡Vamos!—Dice mientras cada vez aumenta más y más su velocidad.


Kizon cabreado libera parte de su poder que provoca una onda alejando a su rival de su lado y destruyendo la espada.


—Aisudoragon—Susurra mientras su cuerpo se recubre de escamas de hielo.


Poco a poco empieza a adoptar la forma de un dragón de hielo, sus manos se vuelven garras,su cuerpo lleno de escamas le protege y unos cuernos aparecen en su cabeza mientras unos colmillos salen de su boca. Sus ojos se vuelven de un color azulado y su respiración es gélida.


—Veo que por fin muestras tu poder...Kizon ''Dragón de Hielo'', el enemigo natural de los demonios—Comenta Mathie mientras ve que su rival va a ir con todo.


El mago no dice nada, solo acumula poder para atacar. Normalmente solo la usa para casos de emergencia pero estaba claro que este era uno de ellos.


—Hisan'na eda—Mathie alarga sus manos mientras unas ramas salen de estas envolviendo a su enemigo quien no opone resistencia.


Ahora lo tiene sujeto y aprieta para comprimir a este. Kizon no opone resistencia, mira a Mathie con una mirada llena de odio, en sus ojos casi se puede ver la sed de sangre. Las ramas empiezan a congelarse y en unos segundos se rompen formando pequeños fragmentos de hielo que caen al suelo. Mathie se regenera su brazo mientras ve que no va a ser un combate facil. Kizon se planta delante suya y casi le arranca la cabeza con sus garras sino llega a ser porque este se agacha en el último suspiro.


Aendir no pierde detalle de cada movimiento queriendo ver como lucha Kizon y compañia aunque estaba claro que los enemigos eran tremenandamente fuertes. Ignace y Alvric se levantan con dificultad mientras miran a sus enemigos para evitar ser sorprendidos de nuevo. Los dos oponentes adoptan una nueva postura a la vez sorprendiendo a estos que se ponen en pose defensiva. No tienen idea de que van a hacer pero estaba claro que iban a atacar.


Su cuerpo empieza a brillar, poco a poco va a más provocando un fuerte destello que ciega por completo a los chicos. Cuando desaprece el brillo, ambos miran el lugar donde estaban sus oponentes y se quedan sin habla. Donde se encontraban sus enemigos ahora solo había un enemigo, y era exactamente igual que los gemelos pero con otro tipo de ropa.


—Soy X3, vais a morir todos—Dice con una especie de voz robótica.


Entonces les agarra del cuello en apenas un segundo y los estampa contra el suelo. Después los choca así mismos, los lanza de nuevo contra el suelo dejando a estos heridos.


—Soís pateticos—Dice mientras carga su ataque.


Estos no pueden hacer nada, les ha dado una paliza en un momento. El impacto del ataque es tan fuerte que destroza prácticamente el lugar, estos se ven completamete heridos y sangrando mientras gritan de dolor.


Aendir mira con sudor en el cuerpo lo que les ha ocurrido, la energía de ambos cada vez era más débil y si continuaban así iban a morir.


Alvric se pone en pie como puede, siente como si le hubiera pasado por encima un elefante. Mira a Aendir y niega con la cabeza, esta era su lucha y la de su amigo. Ignace se levanta también, desea seguir luchando hasta que su cuerpo no pueda más.


—Heruifaia—Grita lanzando un fuerte fuego que impacta de lleno a su enemigo.


Lo aleja unos metros pero solo eso, lo aleja, ni siquiera le ha hecho daño alguno. Ignace ignora por completo como ha podido resistir un ataque tan fuerte sin apenas recibir aunque sea un rasguño. Mientras, Alvric se transforma finalmente en fénix y cura sus heridas, siente como su cuerpo poco a poco se regenera y se siente listo para seguir peleando.


—Ignace, dejame esto a mi, recupera un poco el aliento—Ordena a su amigo mientras se planta delante suya para cubrirle.

—No importa el orden de matar, el destino será el mismo—Dice el enemigo mientras avanza a gran velocidad para atacar.


Kizon por su parte le ha dado la vuelta al combate, le esta dando una paliza a su oponente gracias a su poderosa transformación. Sin embargo, Mathie sonríe y se levanta una y otra vez provocando que Kizon se preocupe porque a pesar de ir ganando no parece estar preocupado.


—Hana No Tane—Dice Mathie.


Unas semillas sale de su cuerpo y se incrustan en las escamas de este. Unas flores crecen de repente de su cuerpo y le rodea por completo.

—Estas semillas han aprovechado el hielo de tu cuerpo para succionar el agua y así poder crecer. Este es tu final dragón de hielo—Se ríe mientras los tallos empiezan a crecer más y más.

En un momento, Kizon esta rodeado por flores que sueltan un aroma que paraliza el cuerpo del chico haciendo que caiga al suelo. Aendir se aleja para evitar ser paralizado también mientras se cubre la nariz con la mano.


Volviendo con Ignace y Alvric, estos se encuentran en problemas. A pesar de usar su transformacion más poderosa, Alvric se encuentra en el suelo de nuevo. El puñetazo ha sido tan bestia que casi le parte en dos. Con ambos derrotados, Aendir quiere intervenir aunque también desea ayudar a Kizon. La situación cada vez iba a peor pero ninguno de ellos aceptaba la ayuda del muchacho.


Alvric vuelve a levantarse, su poder ha disminuido tanto que no puede mantener su transformación pero quiere luchar. Sin apenas fuerzas, se lanza cuerpo a cuerpo realizando una serie de movimientos de patadas y puñetazos que impactan uno tras otro en el cuerpo del enemigo. Sin embargo, ninguno de ellos hace mermar al contrincante que ni siquiera se defiende.

Carga un aura de fuego en su mano y golpea con dureza el rostro de este.Y de nuevo el ataque es en vano, cae de rodillas agotado y completamente sudado por el esfuerzo realizado. X3 le agarra y lo lanza por los aires para luego al caer lo manda de una fuerte patada contra unos árboles.


—¡Alvric!—Ignace grita desesperado, quiere ayudar a su amigo pero el enemigo que tiene delante es un monstruo.


Sin dudarlo, imita a su amigo lanzándose al ataque pero este lo toma del cuello. Ignace se zarandea tratando de escapar como puede pero su enemigo lo tiene agarrado y no tiene intenciones de soltarlo.


—Muere—Acerca su otra mano a su cuerpo y se escucha una serie de golpes.


Aendir ve como el cuerpo del chico es atravesado por rayos, uno tras otro, al menos quince. Cuando cesa el ataque, Ignace esta inconsciente mientras sale humo de su cuerpo. X3 lo lanza lejos de allí con un gesto de su mano.


Kizon por su parte trata de liberarse pero su cuerpo paralizado le impide defenderse. Mathie se acerca mientras se limpia el polvo de su cuerpo y mira como su oponente no puede hacer nada por liberarse.


—Esos dos ya son historia...X3 busca a la chica y elimina cualquier objetivo que se ponga en medio—Ordena mientras señala al poblado.


Aendir al escucharlo trata de interceptar al enemigo pero cuando se gira no le ve. Siente una brisa pasar cerca suya en dirección al poblado, ha pasado por su lado a una velocidad que ni siquiera él lo ha visto.


—Ves al poblado, sino lo paras morirán todos—Ordena Kizon a su compañero.


El mago duda un momento porque dejar a su amigo en esa situación era dejarlo en manos de la muerte. Pero la vida de la gente del poblado, de Sahim,Luna y Krystal esta en juego. Echa a correr a toda velocidad para darle alcance mientras escucha explosiones que provienen del lugar.


Mathie decide no atacar al chico por la espalda, pisotea el rostro del mago mientras se ríe de ver como sufre tratando de liberarse.


—Kizon, no eres tan fuerte—Da otros pisotones en su rostro.


El mago da un grito tratando de liberar su poder, con una de las garras rasga el tallo de unas flores liberando su brazo y con la poca energía que le queda congela el aire congelando así las partículas del aroma que liberan las flores.


—¿Qué demonios?—El chico trata de crear más semillas.


Kizon libera otro poco de poder y logra liberarse por completo aprovechando el momento para alejarse unos metros. Se encuentra algo cansado, esas flores eran muy peligrosas y los tallos apretaban muy fuerte, de hecho le ha roto casi todas las escamas. De haber seguido, su cuerpo se habría comprimido por completo rompiendo todos sus huesos.

Respira tratando de tomar ahora un poco de aire y recuperarse. No esperaba que Mathie fuera tan fuerte como para llevarle a ese extremo. Acumula poder por todo su cuerpo tratando de volver a atacar. De reojo mira el lugar de sus compañeros, ambos están tirados en el suelo, heridos e inconscientes.

Sabe que tienen mucho poder y han entrenado muy duro para alcanzar el nivel que tienen. Pero a pesar de todo eso han sido derrotados por completo, incluso no le han hecho ni un rasguño.


—Te sorprende el poder de X3 eh...son soldados preparados para todo, son dificiles de lograr porque los experimentos que se llevan a cabo para lograrlo no suele salir bien—Comenta el mago preparado para luchar.

Kizon vuelve a prestar atención a su oponente, pero incluso él tenía dudas de como iba a poder derrotar a una persona como aquella.

Por su parte, Aendir ha llegado por fin al poblado tras una gran carrera. Todo esta en ruinas, las casas en montones de escombros,cenizas y pequeños fuegos. El campo completamente arrasado,centenares de cuerpos por el suelo mientras algunos niños lloran la muerte de sus padres trantando de reanimar a sus familiares. Ha sido todo tan rápido que no ha podido hacer nada. No solo la velocidad sino que también el poder destructivo de x3 abruma y causa terror. Nota una presencia no muy lejos de ahí y sin dudarlo se dirige a allí.


Ante sus ojos se encuentran Kyrstal herida tratando de levantarse pero lo que vio cerca suya hizo que casi sufriera un ataque al corazón.Tanto Sahim como Luna se encontraban en el suelo, no daban señales de vida. X3 esta por atacar de nuevo cuando le lanza una fuerte patada que lo manda volar unos metros aunque probablemente no le hizo demasiado daño.


—¡Luna, Sahim!—Grita mientras se acerca corriendo a ver como se encuentran.

—Ha atacado muy ferozmente y no hemos podido hacer nada por la gente—Krystal llora mientras ve todo el poblado destrozado.


El joven lo toma en sus brazos, Sahim no respiraba, su corazón ni siquiera latía ya. Lo zarandea durante unos segundos tratando de hacerle volver a la vida pero no logra nada. Definitivamente Sahim ha abandonado este mundo, las lagrimas del chico recorren sus mejillas.

—Ma-maestro—Dice con dificultad mientras lo deja a un lado.

Krystal vigila por si viene el monstruo tratando de proteger a Aendir. Aunque esta herida no puede darse por vencida.

—Luna—La coloca entre sus brazos con sumo cuidado, ella aún esta viva pero tiene varias heridas muy feas y sangra mucho.

—¿Aendir?—Pregunta con un hilo de voz mientras ve los ojos de su amado.

—Si, soy yo...te pondrás bien—Dice llorando mientras ve el estado de ella.


Luna sonríe y niega con la cabeza. Eso hace que e chico sienta como el mundo se derrumba ante sus ojos.


—¿Sabes?, quería formar una familia, ya sabes...con unos hijos jugando por el jardín, a quien dormir por las noches, acurrucar entre mis brazos...vivir junto a ti...el hombre de mi vida—Aendir rompe a llorar mientras le dice que no le abandone.

—Po-por favor...no me dejes Luna—Las palabras se le atragantan, nota un nudo en la garganta.

—No llores por mi...se que algún día encontrarás a una mujer que te haga muy feliz....yo no podré hacerlo, libera al poblado, lidera a las personas que te necesitan, vence...al reino—Aendir se queda en shock.


Krystal levanta un fuerte muro de diamante tratando de evitar que X3 les ataque en ese momento aunque estaba claro que no iba a aguantar mucho más tiempo.

—Luna, yo te quiero, por favor...viviremos juntos en una casa y—Luna le silencia con un beso.


Ese beso es un beso de despedida, quiere negarlo pero en el fondo sabe que la chica no vivirá mucho más y que pronto dejará de estar a su lado.


—Se feliz....nunca me olvides, solo te pido eso...que no me olvides...siempre estare a tu lado...mi héroe—Ella cierra los ojos mientras en su rostro aún se puede apreciar una sonrisa de felicidad. La mano que acariciaba el rostro del chico cae al suelo.


Y así fue como Luna abandonó este mundo dejando solo al chico.

Krystal cae al suelo tras romperse el muro y recibir el impacto de varios trozos de diamante. Ella intenta levantarse pero esta tan cansada que apenas puede ponerse en pie. Mira al chico que se levanta con Luna en brazos, camina unos pasos ajeno a todo mientras carga el cuerpo de su amada para dejarla a cierta distancia. Luego hace lo mismo con Sahim.


X3 se acerca a ellos de manera lenta, sin prisa, dispuesto a matar a Krystal y Aendir. La chica mira los ojos de Aendir el cual muestran un vacio, como si estuvieran muertos. Además ve como tras dejar los cuerpos se acerca poco a poco a ella.


—Aendir—Susurra ella.


El chico aprieta los puños, empieza a acumular energía por su cuerpo mientras poderosos rayos salen de este junto a las piedras del suelo que empiezan a levitar. Es entonces cuando da un fuerte grito de rabia mientras empieza a expulsar poder. Mientras mantiene el grito, su cuerpo empieza a transformarse cambiando a un ser demoniaco de gran embergadura, con unos cuernos enormes,grandes garras,alas y una cola que con un golpe en el suelo provoca un seismo. X3 no entiende nada de lo que esta sucediendo y Krystal asustada se pone a salvo como puede mientras observa el horror que esta a punto de suceder.

La criatura suelta un poderoso rugido que casi tumba a su adversario. Libera tal cantidad de poder que con cada pisada que en el suelo salía humo por el calor producido. Krystal mira impresionada el tremendo monstruo en el que se ha convertido Aendir y por fin comprendía a lo que Kizon se refería. Grita tan fuerte que el viento casi levanta las ruinas del pueblo, era un grito de rabia, de liberación, de tratar de deshacerse de todo ese dolor que le corrompía por dentro.


—Interesante—Dice X3 mientras se lanza al ataque propinando un puñetazo en el estomago de la bestia.

Aendir mira su estomago y luego a su oponente. Ni un rasguño ni dolor, este de una palmada aplasta a X3 provocando un agujero en el suelo. Su rival se levanta de los escombros y se aleja unos pasos mientras se soba la cabeza. Hasta ahora no había sufrido dolor alguno pero ese golpe ha sido tremendo.

—Eres una amenaza, debes ser eliminada—Dice x3 pero en ese momento Aendir abre la boca y lanza un ataque poderoso que impacta de lleno en este.


La bestia ahora da unos pasos provocando un gran ruido y dejando grandes huellas. Alza los puños y da otro grito provocando que varias ruinas del poblado salgan volando por los aires.

Volviendo a la batalla, Kizon y Mathie han detenido sus ataques al sentir un poderoso poder proveniente del poblado.

—¿Qué es ese poder?—Pregunta Mathie mientras siente la energía de lejos.

—Es Aendir, algo le ha hecho enfadar y mucho—Responde mientras mira el poblado.

Es entonces cuando ambos ven incluso desde esa distancia a Aendir trasnformado y completamente fuera de si. Mathie incredulo se dirige al poblado porque nota como X3 ha disminuido su fuerza, lo que significa que esta en peligro pero Kizon se interpone.

—Tu lucha es conmigo—Lanza una lanza de hielo que pasa rozando el rostro de su rival.

—Muy bien, tu caeras primero—Alarga sus manos y trata de atrapar al chico que esquiva con facilidad.


Kizon carga el poder en su mano y apunta a su oponente.


—Hyogaki—Mathie salta alto mientras ve como toda la zona se congela.

—Si me llega a dar...hubiera muerto—Piensa mientras ve con asombro el poder de hielo de Kizon.

—Kori No Ken—Golpea con la mano derecha en el rostro de este estampándolo contra el duro hielo.


Mathie se levanta adolorido, se quita el hielo y mira al joven volando en el aire usando unas alas de hielo. No iba a darse por vencido, tenía una reputación y mantenerla era su prioridad.

—Bisukosu Jushi—De sus manos empiezan a salir una especie de resina pegajosa.

Apunta al chico y empieza a lanzar ráfagas de este líquido tratando de atrapar al mago.


—Kori Shirudo—Crea un escudo de hielo y ve como este le protege de la resina.


Mathie empieza a ponerse nervioso, Kizon ha elevado mucho su poder y esta mostrando todo esa fuerza en este combate.


—No puedes vencerme ya, conozco todos tus movimientos y en esta apariencia ni siquiera Aendir puede derrotarme—Desciende hasta el suelo y se acerca a Mathie.

Este se cabrea al escucharlo, no iba a darse por vencido tan pronto. Aún tiene un as bajo la manga pero se trata de una técnica tan arriesgada que puede matarle dado que gasta mucho poder.

Cuando ve que el chico esta muy cerca alarga su mano de forma rápida tratando de clavar su mano en el torso de este.

—Katsuryoku o kyūshū suru—Grita mientras lleva su mano directamente al pecho de Kizon.

Sin embargo, Kizon toma su mano y la aprieta la mano de este sin dejar que escape. Mathie siente miedo, no porque no pueda liberarse,sino porque la mirada de Kizon ahora era aterradora, el miedo empieza a recorrer todo su cuerpo.


—Has matado a mucha gente...has herido a muchas personas apreciadas...pagarás por ello—Clava su otra mano en el corazón de este haciendo que escupa sangre por la boca.

Kizon aumenta la presión en el corazón de su rival mientras trata de alargar lo más posible su sufrimiento. Era el fin de Mathie, ha subestimado el poder de su oponente y ahora iba a pagarlo con creces. Era su fin.

—Hyogaki—Dice lentamente mientras libera su poder.

Todo el cuerpo de Mathie es congelado al instante desde el corazón acabando con su vida. Retira su mano del cuerpo de este, mira a este y con un puñetazo rompe en fragmentos todo su cuerpo. Se acabó la lucha, Kizon ha derrotado a Mathie.


Se destransforma y respira agotado, una lucha muy agotadora. Entonces ve como Alvric sostiene en sus brazos a Ignace que yace muerto.


—Ignace—Se acerca como puede para ayudar a su amigo.


Pero era demasiado tarde, ya ha dejado este mundo. El ataque de X3 lo ha matado y Alvric no puede parar de llorar, su amigo estaba muerto y él se sentía responsable por no haberlo ayudado. Su cuerpo presentaba todas las heridas que ha recibido, tantas en tantos puntos vitales que le ha sido imposible sobrevivir a ello.


Kizon rompe a llorar, ha perdido a un gran amigo y a una maravillosa persona. Cuando la muerte es tan cercana, hasta los más fuertes se derrumban. Sus manos tratan de cubrir su rostro de las lagrimas que no paran de surgir de sus ojos. Alvric sostiene a su amigo mientras grita de rabia mientras llora como Kizon por Ignace. Han pasado cada día juntos desde hace años y ahora él se ha marchado.


Volviendo con Aendir, este lanza poderosos ataques mágicos en todas direcciones mientras se golpea el pecho. Estaba complemtante fuera de control, X3 siente que va a ser una pelea muy difícil, Krystal toma los cuerpos y se oculta lejos de allí creando pequeñas barreras para intentar mantenerse a salvo.


—Una criatura sin cerebro no puede ganar una batalla—Dice mientras empieza a acumular poder en sus manos.


Al igual que antes, se lanza a por su oponente con la intención de matarlo. Aendir que le ve venir da un fuerte manotazo tratando de darle pero no lo logra y recibe un golpe en su espalda. Luego otro delante, otro en el costado y así una lluvia de golpes que le hacen caer al suelo. X3 admira su trabajo pero ve que este se vuelve a levantar, esta vez más furioso y enrabietado.


—Veo que aún quieres pelea—Dice mientras se prepara para seguir luchando.


La criatura lanza un potente rayo de sus manos que esquiva este para luego darle un golpe en la cara. Sin duda estaba perdiendo, no podía darle ningún golpe a X3 mientras que Aendir recibía todos los golpes debido también a su embergadura. La bestia grita tanto que empieza a liberar poder creando rayos que destruyen todo a su paso, el polvo se levanta,las piedras vuelan por todo el lugar y X3 se aleja unos metros hasta que se calme.


—Veamos a que conduce esto—Dice mientras se aleja lo suficiente del lugar.


Krystal ve como se rompen sus barreras y da un grito al caerse debido a la gran fuerza de Aendir. La bestia escucha el grito,mira al lugar y se acerca. Cuando Krystal abre los ojos desde el suelo ve al demonio delante de ellos, su mirada es aterradora, sus garras eran tan grandes que podría partir una montaña en dos y el aire que sale de su boca es oscuro.


—Aendir, soy Krystal—Trata de calmarle mientras no se mueve por miedo.


La criatura no parece responder, se dispone a atacar con su garra derecha y Krystal no tiene fuerzas para crear más barreras. Siente una brisa cerca suya, abre los ojos tras cerrarlos y cubrirse con sus manos como si eso fuera a protegerla. Entonces ve que la bestia esta mirado detrás suya, se gira y puede ver el cuerpo de Luna, él la sigue mirando durante un rato sin mover ni un músculo.


—Prometistes a Luna liberar a este poblado, no matarlos ni perder el control, recuerda que se lo prometistes a Luna—Dice un poco más calmada.

—Lu-Luna—Dice con voz grave.


Los recuerdos de ella y él juntos empiezan a aparecer por su mente, siente dolor, se lleva las manos a la cabeza y trata de calmar su rabia. Su sonrisa, sus besos, sus caricias, todo pasa por su mente y la criatura empieza a gritar pero sin provocar caos. Solo grita de rabia mientras unas lagrimas empiezan a surgir de sus ojos, levanta las manos apretando los puños y mantiene ese grito.


—Mi héroe—Esas palabras resuenan en su cabeza.


Una fuerte luz sale del cuerpo de Aendir mientras él sigue gritando y apretando los puños. Poco a poco la luz se vuelve más intensa y brillante, Krystal observa todo sin saber que va a ocurrir.


—Yo...yo soy Aendir—Se escucha decir a la criatura pero con la voz del joven.


Poco a poco empieza a encogerse volviendo su cuerpo más pequeño, Su aspecto poco a poco vuelve a ser humano mientras partes de su cuerpo no lo hacen, era algo extraño. Y finalmente la luz vuelve a brillar cegando a todos los que miraban durante unos segundos.


—¿Qué ha pasado?—Piensa Krystal mientras mira el lugar ahora que se ha ido la luz.


Entonces ve algo que la deja con la boca abierta, ante sus ojos estaba Aendir, pero totalmente diferente. Era él, su cuerpo humano pero junto a eso salen partes demoníacas de su cuerpo. Como si se tratase de una armadura mágica, unos cuernos, se le veían las manos pero encima de ellas unas grandes garras que eran transparentes. Su torso recubrido con una especie de escamas, su respiración era normal y de su espalda una cola y unas alas que al igual que las garras eran transparentes. Aendir ha completado la transformación y ha dominado esta forma, pero para ello ha tenido que morir Luna.

X3 se acerca mientras observa al chico quieto, sin hacer nada, allí parado.

—Krystal, ves con Kizon y demás, llevate los cuerpos—Dice mientras la mira.

—No podrás hacer eso—Dice X3 preparado para luchar.


Aendir se gira y le mira con unos ojos de rabia.

—Aguarda un minuto Krystal, he de matar a alguien—Ordena mientras se gira para estar cara a su oponente.

—Él mato a Luna y Sahim—Comenta ella mientras se sienta agotada.


Respira hondo y se prepara para luchar, se lanza a gran velocidad y toma a X3 de la cabeza para luego estamparlo contra el suelo repetidas veces. Lo suelta para golpearle en el rostro con dos puñetazos, una patada en la barriga y luego le clava las garras atravesando por completo su torso.


X3 escupe sangre, se queda allí levantado por las garras que le están destripando. Aendir le mira friamente mientras aún mantiene la presión.

—Una criatura sin cerebro no puede ganar una batalla, pero nunca enfades a una bestia dormida—Dice mientras le suelta para luego darle otro zarpazo.

Lo tira al suelo y ante la mirada horrorizada de Krystal, el chico empieza a asestarle toda clase de golpes, lo desgarra, parte todos sus huesos sin dar tregua, una constante sangre brota del cuerpo de este manchando por completo a Aendir que solo piensa en matarlo aunque llevaba ya un rato muerto.

—Ya esta muerto, dejalo—Lo para la chica tomando su brazo.

Este vuelve a ver calmado pudiendo ver que el cuerpo esta irreconocible,su venganza ya se ha llevado a cabo, no le ha dado la más mínima oportunidad. Y no ha dudado en matarlo en cuanto ha podido evitando así futuros problemas.

Una voz les llama, cuando miran pueden ver a Kizon y Alvric quien cargaba a Ignace. Aendir se destransforma y se levanta con ayuda de Krystal. Todos reunidos de nuevo, han ganado una batalla pero el precio ha sido demasiado elevado. Kizon retira el cuerpo de X3 mientras Krystal rompe a llorar sujetando el cuerpo de Ignace.

Durante un buen rato tanto Krystal como Aendir estuvieron llorando, el poblado arrasado, todos han muerto por una causa u otra, no sabían como poder continuar ahora que han perdido algo tan importante para ellos.

—Tenemos que seguir luchando, sino...habrán muerto para nada—Dice Alvric mientras aprieta los puños.

Ellos estaban de acuerdo pero el dolor era demasiado grande para luchar ahora mismo, necesitaban descansar. Pero apenas pudieron sentarse cuando escucharon algo. Empezaron a ver que mucha gente venía del norte, eran los hombres y mujeres que han reclutado dispuestos a luchar por la causa. Llevaban todas sus cosas, más bien lo poco que tenían para llevar, aunque las armaduras y armas las recibirián de ellos llevaban ropa de combate algo anticuada.


—Han venido, aún hay esperanza—Kizon se levanta mientras se acercan.


Son por lo menos unos cien, pocos pero mejor que nada. Se asombraron de ver todo arrasado y les contaron todo lo sucedido. Esa gente se horrorizó al escuchar lo sucedido y eso les asustó.


—¿Qué haremos?—Pregunta una mujer.

—Son muy fuertes y el reino es muy grande—Comenta otra persona.

—Si de verdad pueden provocar esto con una persona, imaginate muchos de ellos—El miedo empezaba a apoderarse de ellos.

Alvric se acerca a Kizon, la gente había llegado dispuesta pero ver todo ese desastre acorbardaría a cualquiera.


—¿De verdad tenemos posibilidades de ganar?—Pregunta uno a lo que se suman muchos más.


Krystal trata de controlarlos pero son demasiados, Alvric agotado se ponía nervioso por no saber que hacer y Kizon en silencio deseaba que no hubiera ocurrido eso.


—¿Os vaís a acobardar así?—La voz de alguien los calla.


Era Aendir, da un paso al frente colocándose entre sus amigos y la gente. Estos le miran en silencio para ver que va a decir.


—¡He perdido a la mujer que amo, he perdido a la persona que era como un padre para mi, pero os juro por lo más sagrado que pienso luchar hasta morir. Iré al reino a patearles los traseros a esos hijos de perra, los mataré y descuartizaré. Yo no necesito una razón para luchar, lucho por que me necesitan, y vosotros panda de cobardes sino lucháis morireís en el miedo y sin ser libres!. ¿Ese es el futuro que le dareís a vuestros hijos?—Todos ahora callados no saben que decir.


Kizon y compañia miran al chico que parece retar a la multitud.


—Tenemos un plan, tenemos armas, tenemos valor...solo necesitamos a gente dispuesta a ir hasta el final...¿vaís a rendirós así y llorar o vaís a luchar por vuestro futuro?—Pregunta con rabia el mago.

Todos se miran esperando a que alguien diga algo, poco a poco la gente asiente y comentan que lucharán por el futuro.


—Yo lucharé—Dice uno.

—Y yo—Comenta otro.

—Debemos proteger a nuestros hijos—Dice uno de los que estaban al frente de la muchedumbre.

El grupo sonríe de ver que poco a poco la gente se va sumando y que desean luchar por un futuro mejor para todos.


—¡Vamos a poner el reino patas arriba, lograremos que el futuro sea mucho más esperanzador para todos y crearemos un reino donde poder vivir como nos merecemos!—Grita Aendir alzando el puño.

​

Todas las personas alzan sus brazos a la vez mientras gritan, Kizon mira a Aendir, sin duda él sería quien traera la paz a este mundo. Krystal suelta unas lágrimas de la emoción y Alvric trata de mantener sus lágrimas.


Han sido dos batallas muy duras pero aún quedaba la gran guerra y allí habría muchas bajas. El precio a pagar hoy ha sido muy alto pero ha servido para que ellos sean conscientes de que en esta lucha ya no hay vuelta atrás.


Proximamente, Capítulo 9: Un poder sin rival,¡Aendir trata de alcanzar el Akuma No Ryu!.

Espero que les haya gustado ^^