Es algo larga, pero creo que es buena. Espero que les guste, si ven errores diganlos, les dejo esta cancion para leer la historia, no tiene nada que ver, pero se lee mejor con musica o al menos en mi caso.. eso es todo espero les guste Un día como cualquier otro, al trabajo. Da algo de flojera, pero bueno que el dinero al final no está mal. Luego de unas horas de trabajar llego la anhelada hora de la cena, y yo aquí en el trabajo, por suerte no hay mucha fila para la comida. Comí rápidamente, aunque lo que en realidad deseaba era algo que contuviera licor, pero bueno. Me quedaron algunos minutillos para perderlos en un pequeño descanso o jugando en el futbolín de la Sala de Descanso, aunque bueno esto implicaba que no vería a esa linda chica adicta al futbolín. En un intento por quedarme en la mesa para así generar la oportunidad para ver a la linda chica, intente unirme a la conversaci0on que mantenían mis compañeros, pero la verdad era algo que no me interesaba y los ánimos se estaban calentado un poco, algo típico en nuestras conversaciones. Me levante de la mesa y procedí a dejar mi bandeja en el lugar indicado. Decidí ir por mis audífonos al locker e irme a la Sala de Descanso a escuchar música y así olvidarme un poco del trabajo, pero ya les digo que soy un tipo suertudo y a la vez muy salado. Por una de arena siempre me tocan dos de cal. Mientras iba a mi locker me encontré con la linda chica adicta al futbolín con la que había jugado unas cuantas veces. Le dedique una amable sonrisa, mientras miraba su hermoso rostro en marcado por su negra y lacia cabellera, me devolvió la sonrisa, aquella sonrisa por la que me dejaba ganar alguna que otra vez solamente para contemplarla. Cuando ya nos habíamos cruzado y dado un par de pasos alejándonos el uno del otro, escuche su voz llamándome, me voltee y me topé con sus hermosos ojos marrones mirándome directamente a los míos. Cual polilla que mira una bombilla, camine hacia ella. Intercambiamos un par de palabras y me comento que iría a un bar con unos compañeros de piso de ella y de paso dejo caer la invitación por si me quería apuntar, claramente acepte. Yo deseando un trago y me invita esta chica, como rechazarla. Me dijo el lugar del bar y quedamos de vernos ahí. Luego de esta breve conversación mi ánimo había mejorado, pero seguía algo aperezado, fui a buscar mis audífonos y me fui directo a la sala de descanso. Escuche unas cuatro canciones cuando me saco de mi trance mi compañera de piso diciéndome que ya era hora de subir. El tiempo avanzo muy lentamente hasta que llegó la hora de salida. Fui a mi locker rápidamente, tome mis cosas y mi casco, mostré mi mochila a los de seguridad como siempre. Como les explico que si les estoy robando ni cuenta se darían con la deficiente revisión que hace esta gente, pero bueno no me quejo que apenas me quitan tiempo. Ya afuera me recosté a mi motocicleta mientras esperaba a mi compañera, si la que me despertó en la sala de descanso, pues vive de camino a mi casa y siempre la paso a dejar a la suya. Deje a mi compañera en su casa, pase por la mía deje mi mochila, me cambie la camisa y tome mi chaqueta de cuero. Lo cierto si les soy sincero es que no iba con intenciones de ligar o echarle los perros a la adicta al futbolín, yo realmente quería un par de tragos y tener una estúpida conversación que me sacara de la rutina del día a día, si lo piensan lo que yo quería era compartir unos tragos y listo, pero como les digo soy una persona muy suertuda… ¿o es suertudo? Bueno yo solo sé que mi suerte se consuma en un solo momento y luego todo va en picada. Llegue al bar, era un lugar tranquilo, justo lo que buscaba un ambiente agradable para compartir unas cervezas o tragos en mi caso, y pasar un buen rato en un lugar relajado. Mire desde la puerta, buscando a quien me había invitado. Cuando de pronto en el fondo del bar vi una pequeña silueta que me saludaba y me invitaba a unirme con una gran sonrisa. Llegue a la mesa en la que estaban y el silencio se hizo presente. Salude con un “hola”, y una sonrisa, pero mi saludo solo fue respondido por la linda muchacha que me invito y ahora me miraba algo tímida quizás con algo de pena por las caras que sus compañeros y compañeras me dedicaban. Ante esta situación dije sonriente que iría a la barra a pedirme algo para beber y ¿que si alguno quería algo? Obviamente mi pregunta fue ignorada, espere unos segundos de pie y me di media vuelta hacia la barra. Ya en la barra me senté en uno de esos típicos bancos de barra súper altos y que giran, no sé cómo los borrachos no se parten la cara en esos bancos, si yo sobrio casi sigo hasta el suelo, me pedí un whisky a las rocas y como es típico en mi, me pidieron la cedula para demostrar mi mayoría de edad, una vez co0mprobada me lo dieron lo anteriormente pedido y empecé a beberlo mientras miraba a la nada. Al final beberé solo, y algo molesto por el resultado de la salida. Cuando de pronto alguien tomó asiento a mi lado. “La sombra” de la futbolinera chica, era un tipo que me sacaba una cabeza de alto y con un cuerpo que denotaba que iba al gimnasio regularmente. Lo mire con una mirada seria, nunca nos habíamos hablado no nos conocíamos de nada, pero yo sabía que venía a imponerse como macho dominante y a marcar su territorio. Comenzó con un discurso al cual no le preste mucha atención, el tipo no me miraba directamente hasta que finalizo su discurso. Sostuve su mirada con una mirada tranquila y sumamente relajada, la verdad me sentía algo alegre por lo que en mi rostro sé que se dibujaba una pequeña sonrisa que solo conseguía enojar al tipo. Tome un trago de mi whisky y le dije mientras miraba a la nada, imitando su actuación anterior. -Tranquilo mae, yo solo vine a beber un rato y pasarlo bien, yo no vengo a ligar ni nada así. Tranquilo que usted ya tiene ganada a Nicole o ¿no? Aunque bueno si usted se comporta siempre así de imbécil no va ser muy difícil que se la ganen...- Al terminar lo mire esta vez con una mirada con algo de arrogancia y enarcando la ceja derecha, sostuvo unos segundos la mirada y dijo: -Bueno mae, si no viene a echarle los perros a Nicole, todo bien… solo que yo estoy pepiadisimo de ella y bueno usted sabe cómo se pone uno mae- -Tranquilo mae, yo solo quiero pasar un buen rato y ya está- Él se levantó y se fue al baño, yo seguí bebiendo mientras miraba la pantalla que tenían en el bar donde estaba algún comediante mexicano estaba contando algún chiste, cuando note compañía a mi lado, solo que esta no despedía hostilidad como la anterior. Mire al lugar donde debía estar la persona que se había tomado asiento a mi lado y me encontré con unos hermosos ojos marrones en los que había algo de pena quizás por lo ocurrido unos minutos antes en la mesa. Empezó a disculparse por haberme invitado, por lo que había pasado y por qué había terminado bebiendo solo en la barra del bar. Yo la corte diciéndole con una gran sonrisa que no había problema que no sabía de lo que hablaba, que yo solo estaba tomándome este whisky en la barra para tomar algo de valor y animarme a entrar la mesa. Un ápice de asombro e incredulidad se asomaba en su mirada, y luego procedió a interrogarme sobre si de verdad no me había dado cuenta lo de la mesa o lo hacía para que ella no se sintiera mal. Me hice el loco y me excuse en que soy medio tonto y que estaba algo nervioso, y por eso no me di cuenta de lo sucedido. Me hizo terminarme el trago y me llevo a la mesa donde todos se veían más amigables, quizás por el alcohol que habrían ingerido o tal vez porque mi “amigo” el Perrito Alfa habría dicho algo a mi favor, no lo sé. Lo que sé es que la noche se hizo más amena y divertida. Los temas de conversación eran los más variados que puedan imaginar, pero en algún punto me encontré con un comentario que solo yo entendí, mire a la futbolinera chica y con una mirada cómplice me respondió mi interrogante, así fuimos conversando y ligando de manera que solo nosotros nos enterábamos. Era algo sutil, pero nos entendíamos a la perfección. La noche siguió avanzando entre comentarios y miradas fugases en las que dos cómplices confabulaban entorno a algo más que una amistad. Los tragos y cervezas le habían aflojado la lengua una chica de la mesa que comenzó a echarme los perros delante de todos. Reímos ante sus indirectas tan directas, yo seguí su juego de manera que se supiera que bromeaba y realmente utilizaba este juego para lanzar directas a un objetivo indirecto que comprendía por mis miradas sutiles a su persona. Todo eran risas hasta que Alfa, el tipo que intento marcar su territorio antes, con mirada seria miro a la mesa como si analizara un gran problema matemático. Mi instinto que pocas veces falla me dijo que habían descubierto nuestro juego, mi compañera y cómplice intercambio una mirada de desconcierto, temor y sorpresa conmigo y ambos volteamos a mirar a nuestro descubridor. Ante la inminente explosión del volcán, rápidamente tome mi cerveza y comencé a darle un largo trago y como un rayo, mí ya no tan amigo se puso de pie, con unas milésimas de retardo imite su movimiento. Fui interceptado mientras iba hacia arriba por un empujón por el pecho que me hizo rodar sobre mi silla. Me levante rápidamente del suelo y ya de pie me encontré con una mirada llena de ira y furia obviamente influenciada por el licor. Lanzo un rápido derechazo a mi rostro que logre esquivar a duras penas. Y entonces él apoyándose en la mesa en la que termino debido a la inercia comenzó a decir: -¿¡No era que no venias a ligar!? ¿¡Que solo venias a beber y pasar el rato!? Lo admito, tengo un pequeño problema y ese es que me encanta molestar a la gente, así que cuando alguien se enoja conmigo no puedo tomarlo enserio y me pongo como dirían algunos arrogante y pedante aunque es yo creo que es sarcástico solamente, juzguen ustedes. -Bueno, bueno, no venía a ligar, pero si puedo ligar ¿por qué no hacerlo?- -¡Esta bien! ¡Pero dime una cosa! ¿¡Por qué putas tienes que ligar con mi chica cuando tienes a Rakel interesada!? -Eeeemm bueno, creo que he de decir que tu “chica” también está algo interesada en mí, y entre Rakel y Nicole es obvio que Nicole es más mi tipo, lo siento Rakel, pero las cosas como son- Al terminar esta frase le hice una gran sonrisa, que fue correspondida con un golpe de la mano izquierda del enfurecido perrito y fue bien recibido por mi mejilla derecha. El golpe casi me manda al suelo, pero mantuve el equilibrio y al buscar a mi adversario este ya estaba frente a mi nuevamente arremetiendo con un fuerte golpe al estómago que me obligo a caer de rodillas por la falta de aire, lleve mis manos al mi abdomen instintivamente, luego coloque mi mano derecha apoyada en el suelo para evitar caer de bruces. Por unos segundos no supe que ocurría, solo se escuchaba de fondo unas cuantas voces que parecían discutir. A como pude me puse de pie, y frente a mi seguía el enfurecido tipo mirándome con rabia. Sentía algo húmedo en mi barbilla, al pasarme la mano para limpiar lo que fuera descubrí que era sangre y el sabor metalizado que había en mi boca delataba su procedencia. Di unos pasos hacia atrás hasta chocar con la mesa en la que hace unos segundos estaba sentado, al topar con ella palme la mesa con mi mano derecha buscando mi cerveza, la encontré se había derramado la mayoría, pero aún quedaba algo. Me tome lo último que quedaba ante la mirada de todos que ya no discutían si no que se mostraban confusos y algo temerosos. Había un hilillo rojo saliendo de mi labio y bajando por mi barbilla, mi mano izquierda sostenía mi dolorido estómago, a pesar de mi penosa apariencia mi rostro era otra historia: tranquilo, con una leve sonrisa y una mirada desafiante. El enfurecido Alfa se lanzó contra mí, y todos suponían el resultado, pues la diferencia de tamaños y contexturas no lo hacía muy difícil, pero mi ventaja radicaba en un par de detalles, el primero no había bebido ni la mitad de lo que él había bebido y la segunda que una vida llena de ideas estúpidas me habían enseñado a soportar golpes mejor que nadie. Intercambiamos un par de golpes hasta que me tacleo, pasamos sobre una mesa y dimos contra la pared y ahí el licor cobro su factura y las ideas estúpidas dieron sus frutos. Pasaron unos segundos donde nadie sabía qué hacer. Nuestros compañeros de mesa anonadados, las chicas cubrían sus bocas con sus manos y los chicos no sabían que hacer catatónicos, de fondo las demás personas del bar daban gritos y alaridos. A duras penas aparte a mi inconsciente tacleador y me puse de pie con ayuda de la pared, el asombro brillaba en los ojos de todos y a como pude camine hasta lo que quedaba de nuestra mesa, había un trago de alguno de nosotros, lo tome y lo bebí de un solo, lance una sonrisa amable y me desmaye. Lo que resta de la noche no lo recuerdo, sé que entre Rakel y Nicole me llevaron a mi casa y Andrey se trajo mi moto. Y supongo que Diana, Alberto, Héctor y Sofía se llevaron a José “El Alfa” a su casa. Y eso es todo lo que sé, quizás en unos días pueda decirles algo más, pero por ahora lo dejamos aquí que me duele todo mi “hermoso” y golpeado cuerpo… hasta luego.
Ya que no lo comenté la última vez, lo hago ahora. Como te comenté, esa historia me recordó a alguien que conozco, y hasta pensé que narrabas lo que te ocurrió. Es una historia bastante realista, puedo imaginar eso sucediendo muchas veces en muchos lugares. Tienes buena ortografía y caligrafía, aunque si te faltaron algunas tildes, pero no es grave. En resumen es bueno, y aunque no lo sigas termina bien, con un final abierto. Así que buen trabajo, Cubo