One-shot Cosas difíciles [Infected City -Rebeldes]

Bueno este es para la misión 3 del rol de zombies :3 espero haber puesto el título bien, que a veces se me va la canica. Gracias a Plan Simple y a Nekita por dejarme usarlos en este drabble. Se me ocurrió con lo que pasó hoy en el rol y porque después fui a cocinar xD

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Cosas difíciles

Había ciertas cosas, que en definitiva eran más difíciles que matar un zombie.

Las manos comenzaron a sudarle, respirar se le complicaba y sus lentes se empañaron un poco haciendo las cosas peores.

—Jun, por favor —le dijo mientras trataba de no llorar.

—Te acostumbrarás —respondió el rebelde sin darle tiempo a que la chica se arrepintiera de haber empezado.

—Pero no lo soporto —le chilló mientras una lágrima resbalaba por su mejilla. Nunca había hecho algo así antes y realmente estaba muy incómoda. La vergüenza se la estaba tragando y el hombre frente a ella no le tenía piedad. —¡Ya no quiero! —gritó por fin mientras empezaba a llorar abiertamente. Se llevó las manos a los ojos y se cubrió la cara. Había entrenado en campos militares, mataba zombies para sobrevivir, pero nunca había recibido entrenamiento para este tipo de cosas. No había llorado frente a nadie desde que todo había empezado, pero en esos momentos no lo podía evitar.

—Si lo haces como te digo, no vas a llorar —le respondió mientras mecía su cuchillo frente a ella. —Una vez más.

—Entiende que no lo puedo hacer, yo no sé nada de estas cosas —le dijo la muchacha mientras intentaba limpiarse la cara.

—Pero ¿qué? —les interrumpió una voz desde la puerta de la cocina. Anna les miraba con los ojos como platos, tratando de comprender la situación. —¿Jun?

—¡Anna! —gritó Sumine y corrió hacia ella con su cuchillo en las manos.

—Cuidado —le respondió la adolescente mientras la abrazaba manteniendo el cuchillo lejos de ella. —¿Qué le hiciste, Jun? —Jamás había visto llorar a la rebelde enojona y en esos momentos podía ver sus ojos rojos e hinchados y los caminos que las lágrimas habían dejado en sus mejillas.

El aludido se cruzó de brazos con su cuchillo mientras se recargaba en la mesa.

—Me obligó a cortar cebolla —sollozó la morena en su cuello. —Le dije que no sé cocinar y aún así me puso a cortar cebolla y mira —se separó de ella y señaló sus ojos —, no puedo dejar de llorar.

Anna respiró profundamente mientras miraba incrédula a la rebelde. Jun tenía una media sonrisa en su boca y había una cebolla mal —pésimamente— cortada detrás de él. La rubia intentó sacar paciencia de lugares inexplorados de su ser.

—A veces, Sumine, me pregunto cómo llegaste a ser rebelde —le dijo mientras la apartaba de ella. Se dio la media vuelta y se dirigió de regreso al sillón. Había estado teniendo un buen sueño antes de que los gritos de la rebelde la despertaran.

—Anna —le llamó la mayor. La rubia abrió los ojos para verla. —¿Me puedo quedar contigo? Jun me ha corrido de la cocina —le explicó la morena mientras se sentaba en el piso debajo de ella.

La sobreviviente suspiró derrotada. Definitivamente había cosas más difíciles que matar zombies, convivir con una rebelde tan problemática era una de ellas.


—Seguro.