Corrupted Soul

Corrupted Soul

Corrupted Soul
(Alma Corrompida)
Cap. 1​

Les contaré una historia. Una historia que trata sobre un alma corrompida. Un alma corrompida; un alma con amor, un alma corrompida porque este amor era falso. Un amor falso y deseoso, deseoso de demostrar que el amor es una tontería y un malgasto de tiempo. Un hermoso malgasto de tiempo; pero en fin, eso era. Les contaré una historia…Mi historia… la historia de Sarah Roseville…


Alemania, Berlín. 1856, 20 de Diciembre. Invierno- 08:13 AM.


En la zona de los suburbios, en Berlín, una muy grande y bella mansión se podía apreciar resaltando en el lugar. Que más que una mansión, parecía un castillo, como de esos de los cuentos de hadas. De color blanco, con detalles en ámbar, el gran establecimiento pertenecía a la familia mas adinerada en esa época.

Atravesando la reja de hierro que había en la entrada, un inmenso jardín se extendía hasta zonas desconocidas, un jardín colorido y lleno de flores, rosas y hierbas de toda clase. Unas cuantas fuentes de agua hacían más bello al lugar, pero en el centro una fuente resaltaba entre las demás. Hecha de mármol color blanco y negro, de una forma redonda, con un ángel perfectamente tallado en mármol blanco con las alas extendidas y las manos hacia los costados, que por pequeños orificios en los dedos lanzaba agua a las flores acuáticas flotando en el agua de la fuente. Había también un arroyo pequeño, a éste lo atravesaba un puente que daba a un camino de tierra rodeado de arbustos de flores amarillas, este camino se dirigía a una catedral algo alejada de la casa de un tamaño mucho más pequeño que ésta, en la cual se encontraban los restos calcinados de los antepasados más antiguos de los dueños de la casa.

Pasando de la descripción de lugar y adentrándonos en la mansión, en una de las miles de habitaciones se encontraba una joven, que a simple vista se podía deducir que tenía no más de 18 años. La joven de tez blanca pálida y cabellos azabaches, se encontraba cómodamente durmiendo en una amplia cama de dos plazas envuelta con sabanas blancas y moradas, un sonido proveniente de la puerta la despertó y se vio obligada a abrir las orbes celeste oscuro y desperezarse rápidamente, cogiendo su bata y poniéndose algo en los pies se dirigió hacia la puerta y la abrió, donde se encontró con una de sus muchas sirvientas.

--Miss will dein váter, um zu sehen—Habló en alemán la joven sirvienta.
--Sagen sie ihm, in einer weile bin ich mit dem—Respondió en tono amablemente falso y en el mismo idioma.
--Wenn—Dijo antes de retirarse.

Narra Sarah.

Helenn me dijo que mi padre quiere verme…me pregunto para qué será. Estoy segura de que es algo importante, si no me lo hubiera mandado a decir por uno de los mensajeros. Será mejor que me apresure, mi padre exageró mucho sus emociones desde que mataron a mamá, si me tardo se pondrá muy enfadado, aunque solo me haya tardado dos minutos, podría castigarme con eso.
Traté de buscar algún vestido sencillo, cosa que me costó mucho ya que tuve que hacer una profunda búsqueda dentro de mi armario, no era tan sencillo, pero al menos hice el intento. Luego de bañarme me lo puse, no sabía que tenía este vestido, era hermoso a comparación de los demás, color lila con detalles en morado claro y blanco, mis colores favoritos, no me gustaba usar rosa ni amarillo, como lo eran los demás vestidos. Las sirvientas, luego de un aviso, entraron a la habitación y continuaron el trabajo de todos los días. Tenía un presentimiento de que este día iba a ser especial, así que les pedí que me maquillaran tal y como se lo pediría, aceptaron luego de una falsa amenaza de despedirlas (Cosa que ellas sabían que no era verdad, pero accedieron.) Les di instrucciones, les pedí que me delinearan los ojos con algún lápiz oscuro, entre todos los que había encontraron uno negro y les dije que ese era perfecto, el negro hacia ver mis ojos más brillantes y relucientes, según decía mi querida madre cada vez que me dejaba maquillarme a mí misma. Me delinearon con ese lápiz, aplicaron color a mi tez pálida con un poco de rubor rosa en mis pómulos y parte de mis mejillas, los labios quedaron de un leve rojo.
Me miro a mi misma en el espejo y me sentí hermosa, los colores oscuros me hacían sentir hermosa. Los colores oscuros me recordaban a mi madre, la belleza era un don que se le otorgó a la mujer que la trajo al mundo; un don heredado, pero jamás aceptado. Yo no me siento bella, me sentí así hasta que ella se fue. Desde eso no me siento bella, luego me di cuenta que los colores oscuros me hacían sentir como cuando mi madre me decía cosas como: “Serás una princesa, una princesa tan bella como las de los cuentos que te gustan mucho, no así, sino mucho más bella que ellas.” En ese entonces me encantaban los cuentos de hadas, ahora leía novelas de terrores y tragedias, de angustia.
Luego de que las sirvientas terminaran su trabajo, me levanté, me acomodé levemente el vestido y me dirigí hacia la oficina de mi padre.

Narro yo.

La hermosa joven caminaba por los largos y amplios pasillos de su hogar, pensando curiosamente que le diría su padre. Sarah llegó a su destino y toco la puerta tres veces, un: “Adelante” se hizo escuchar, lo suficiente como para que ella abriera la puerta y entrara. Pudo notar como la mirada de su padre se sorprendía. Pero luego fue sentarse en uno de los sillones de cuero negro, con hermosos bordados dorados, ignorando momentáneamente su mirada y mirando fijamente a su padre, esperando la causa de su llamado.

(De ahora en adelante todo lo que hablarán será en alemán pero lo pondré en español, no tengo ganas de traducir -w-)

--Te mandé a llamar para decirte algo muy importante, algo en lo que estás muy involucrada. —Dice en tono serio Thomas Roseville, padre de Sarah y dueño del lugar en el que se encontraban.
--¿Qué es eso tan importante padre? –Contesta neutra aun mirándolo fijamente.
--Te vas a casar dentro de 14 días. –Dice el mayor, esperando la respuesta y el escándalo por parte de Sarah, cosa que no sucedió.

El cuerpo de Sarah se congeló, se paralizó ante tal respuesta, ‘¡Por dios, solo tenía 18 años! ¡No es justo!’, ese era el único pensamiento que cruzaba la mente de la joven azabache.
La boca de Sarah formo una perfecta "o" en absoluto silencio, mientras que su padre la miraba, muy seriamente, como diciéndole: "No es ninguna clase de broma".

--¿Por qué? –Solo logró decir la menor.
--Porque es un acuerdo desde antes de que nacieras y ya tienes la suficiente edad como para casarte y formar familia, solo te diré que te seguiré manteniendo hasta que tú me lo pidas, después de todo sigo siento tu padre y tu eres mi, perdón nuestro Maüschen. –Terminó de decir regalándole una tierna sonrisa y resaltando el "nuestro", mirando por un segundo una fotografía en su escritorio. La fotografía, que se encontraba en un marco de oro demostrando que era de real valor, se trataba de una hermosa mujer de más o menos 29 o 30 años. De largo cabellos azabaches y de ojos claros, de un hermoso jade claro.

Por su parte, Sarah en ese momento hubiera deseado que su sonrisa no se hubiera marchado junto con su madre. Para así poder regalarle una a su padre, después de todo agradeció internamente que él recordara el apodo que su madre había inventado para ella. Ella solía llamarla "Mein Maüschen" (1).


Fin Cap. 1.



(1)—Mein Maüschen en alemán significa: Mi Ratoncito :3

 

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Doble post e.eUu

 

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Corrupted Soul​

(Alma Corrompida)​

Cap. 2​

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Castillo/Mansión Roseville. 20 de Diciembre-14:36 PM.

Cuando supuso que la "charla" había llegado a su fin, se levanto y camino hacia la puerta hasta que la voz de su padre, de nuevo seria, le llamó la atención.

--Tu prometido vendrá mañana y se quedará aquí hasta el día de la celebración. Dormirán en la misma habitación, para que convivan, ya lo decidimos su padre y yo. –Dijo dando por terminada la conversación y viendo algunos papeles en su escritorio.

Sarah salió del lugar en silencio, pensando que un poco de aire fresco le vendría bien. Y se dirigió al jardín de atrás.

--¿Convivir? No he convivido con nadie desde que…desde eso… ¿y quiere que conviva con alguien que ni siquiera conozco? Eso es una tontería…Pero no puedo hacer nada, es mi padre y merece respeto…solo espero que no se abuse del respeto que le tengo, porque cariño o afecto de parte mía no tiene, eso lo debe saber. La única persona que quise y querré será a mi madre…--Pensaba la joven con resignación y frustración, apoyándose en el borde del puente, mirando el agua correr debajo de ella. —Solo espero que no sea de esos hombres idiotas que solo piensan en la acción en la cama.

Se quedo ahí pensativa durante algunas pocas horas, cuando cayó la noche se dio cuenta de que debía regresar. Tenía que decidir qué cosas trasladar de su habitación a la habitación que compartirían ella y su "prometido".

Agradeció que su padre decidiera por las camas separadas, tendría mucha más privacidad que con la cama matrimonial.

El resto del día paso normal, si contratiempos. Se aseó y se puso su piyama, regalo de su madre. Consistía en una blusa larga de seda, con bordados a mano de rosas violetas y negras, hasta la mitad de los muslos y un pequeño pantalón blanco sin ningún detalle, de seda también. Era regalo de su madre y era cómodo, esas eran las razones por las cuales nunca usaba las ropas de dormir que se exigían en la mansión, vestidos largos y calurosos, que obligatoriamente se debían usar con batas largas hasta los pies. Eso era mucho para ella y ella gozaba del frío. Más ahora que estaban en invierno, para ella era como "su propio verano" usaba vestidos cortos y sencillos, mucho mejor si eran a su estilo, como el que había usado en el día.

Castillo/Mansión Roseville. 21 de Diciembre-11:30 AM.

Narra Sarah.

Desperté por los gritos de mi padre, gritos dirigidos a las sirvientas, que por lo que lograba escuchar era para que todo quedara perfecto para ese día. Me pregunto por qué será… ¡Ah sí! Mi prometido llegaba hoy. Me levanté con total tranquilidad, era extraño que Helenn o otra sirvienta no estuviera molestando para que ya esté lista. Me encerré en el baño, para bañarme. Estuve como mínimo más de una hora ahí, cuando por fin salí, noté como unas 15 o 20 sirvientas se habían escabullido a mi habitación sin que lo notara. Todas, a los segundos de verme atravesar la puerta, se abalanzaron sobre mí con miles de vestidos, muy coloridos a mi gusto, queriendo que me los pruebe todos. Me las quité de encima como pude y me alejé de ellas, ni aunque estuviera muerta dejaría que me pongan esas cosas en mi cuerpo, si iba a conocer a la persona con quien iba a pasar el resto de mi vida, quería al menos que me viera tal cual soy, no disfrazada con un vestido con el cual pareceré un arcoíris y bajo kilos y kilos de maquillaje brillante. Me tendrá que querer….oscura u oscura. Así que mandé a todas a buscar un vestido similar al de ayer y encontraron uno, un poco más esponjoso que el otro pero era lindo. Era a corsé, un corsé violeta con falda esponjada color morado claro y llena de tul lila, tenia adornos de diamantes por la parte del busto y a juego venían unos guantes del mismo color que la falda, unos guantes que yo misma corté para que quedaran a la mitad de los dedos y llegaban hasta un poco más arriba del codo.

Al mirarse en el espejo recordó un fragmente de su niñez, un vago recuerdo que empezó a reproducirse frente a sus ojos.



Una niña de al menos 10 o 11 años se encontraba parada frente a un gran espejo al lado de una mujer joven, exactamente igual a ella solo que con ojos verdes.
--¡Mami, Mami! ¿Ahora si parezco una princesa verdad?—Preguntaba con voz chillona la niña, que llevaba puesto un vestido negro azulado, mucho más grande que ella en tamaño y con unos guantes más puestos y arrugados debido a los estirones de la niña por hacer que le entren bien, apenas podía pararse por los tacones altos que llevaba en sus pequeños pies.
--Por supuesto Maüschen, una princesa vestida de la noche, tu vestido es el cielo y los pequeños diamantes son las estrellas, una hermosa princesa de la noche. –Dice con melodiosa voz la mujer, regalándole una sonrisa sincera y cariñosa, una sonrisa de amor.
--¿Soy hermosa?—Pregunta con ilusión la pequeña.
--Demasiado hermosa como para estar en este mundo pequeña, deberías estar en el cielo y ser uno de los muchos ángeles que viven ahí. —
--Entonces tu también serías un ángel mami…tu eres hermosa, por eso papi se enamoró de ti. —
--Así es cariño. –Dice tiernamente mientras le sacaba el vestido cambiándolo por unas prendas cómodas para dormir.
--Buenas noches mami…--Dice subiendo y recostándose en la amplia cama para luego cerrar los hermosos ojos con cansancio. —
--Buenas noches Sarah…--Contesta el saludo dándole un beso en la frente y saliendo de la habitación en silencio.




Un fuerte grito me devolvió a la realidad, Helenn no se decidía si ponerme celeste o negro en los ojos, que pregunta más tonta. La respuesta era obvia así que le saqué el lápiz celeste de la mano y Helenn entendió que quería el negro. El maquillaje sería el mismo, solo que agregarían más color a mis labios. Al final estos quedaron rojos como la sangre.

El anunciador comenzó a gritar en la planta baja del castillo, anunciando la llegada del conde y mi prometido.

Con ese escándalo me preparé a un lado de las grandes escaleras de mármol blanco, esperando que me anuncien.




Fin del Cap. 2.