Contrato Matrimonial (InuxAome)

Hola a todos mis fieles lectores que siempre han seguido mis locas creaciones, eh aqui el siguiente fic que se me ha ocurrido les dejo el pequeño prologo y posteriormente el primer cap, si les gusta díganmelo y lo continuaré gustosamente para ustedes.

Titulo: Contrato Matrimonial
Tipo: Long-fic
Numero de capítulos: Indefinido
Advertencias: Por ahora ninguna
Genero: Romance, Pasión

PRÓLOGO
Inuyasha Taisho es un joven huérfano de padre y madre y heredero de una empresa farmacéutica multimillonaria quién a pesar de tener una vida llena de lujos y comodidades no era feliz, toda su vida se había resignado a estar solo y eso lo entristecía, sin embargo conoció a una hermosa joven llamada Aome Higurashi de quién se enamoró perdidamente desde que la vio por primera vez y por circunstancias de la vida terminaran casados.
No te pierdas esta historia cargada de romance, pasión, tristeza, traición y la fuerza de un amor que se verá en peligro pero que luchara contra todos para que sean felices.

Capítulo 1: Regreso a la realidad

Era una noche oscura y lluviosa, la ciudad de Tokio se veía sin vida a causa del cielo nublado, no era un buen día para salir, sin embargo una lujosa limusina color negro transitaba por las solitarias calles transportando a un joven que iba pensativo mirando por la ventana del vehículo, de unos veinticuatro años de edad, semi alto, de cabello negro largo, atado en una coleta baja y de ojos dorados como el mismo oro fundido de nombre Inuyasha Taisho, regresaba a Tokio su ciudad natal después de haberse ido lejos por un tiempo, se dirigía a hacia su antiguo hogar la Mansión Taisho una de las residencias más grandes y esplendorosas de toda la ciudad en donde había vivido toda su vida pero que por circunstancias de la vida tuvo que dejar.

—Disculpe joven Inuyasha— dijo el chofer de repente al ojidorado sacándolo abruptamente de sus pensamientos

— ¿Sí? Dime Hiroto— contesto enseguida

—Ya vamos a llegar a su hogar joven—

—Sí gracias créeme que aún no eh olvidado como llegar a mi propia casa ya que solo estuve lejos un año— musito el joven mientras miraba de nuevo por la ventana

Después de eso llegaron a su destino, un gran portón blanco se encontraba en la entrada de la mansión, al acercarse el vehículo el vigilante se hizo presente.

—Ha llegado el joven Inuyasha— dijo el chofer al hombre

—Muy bien pasen— dicho esto el vigilante activo el sistema de seguridad y el portón se abrió de inmediato dejándolos pasar

Era una propiedad grande, contaba con un hermoso jardín frontal en donde rosas, claveles y violetas abundaban adornándolo y otras plantas de ornato, fuetes y hermosos arbustos, la decoración exterior de la casa tenía un toque de antigüedad y modernidad al mismo tiempo, digno de admirarse.

El vehículo se detuvo enfrente de la puerta de entrada, el joven salió de la limusina y tras él un empleado con sus maletas.

—Llévalas a mi habitación por favor— pidió amablemente el pelinegro

—Como diga joven—

Inuyasha no era el típico niño rico y engreído que ordenaba y mandaba, él siempre era amable y generoso con todos sobre todo con sus empleados, aunque tenía un carácter fuerte y altanero él era bueno y odiaba eso de las clases sociales, que el rico siempre estaba arriba y el humilde abajo para él todas las personas eran iguales y merecían ser tratadas por igual y con dignidad.

Al atardecer el joven se dirigió al teléfono de su habitación para hacer una llamada.

— ¿Diga?— contesto la persona

—Miroku soy Inuyasha ya estoy en la ciudad llegue ayer por la noche—

—Hola Inuyasha amigo que bueno que ya estás de regreso y dime ¿qué tal el viaje?— contesto con una sonrisa

—Ah incomodo la verdad ya deseaba regresar te eh dejado a cargo de la empresa todo este tiempo que estuve ausente ya es justo que yo tome mis responsabilidades—

—No te preocupes sabes que me sentí muy honrado de cuidar tu empresa pero sobre todo de la confianza que depositaste en mí al dejármela, pero me alegra que ya hayas regresado—
—Sí iré mañana mismo a la empresa para ver que tal han marchado las cosas—

—Me parece muy bien entonces nos vemos mañana—

—Dalo por hecho amigo nos vemos— dijo el ojidorado para luego colgar

Inuyasha confiaba plenamente en Miroku, él era su amigo desde que eran niños, Miroku era uno de los socios de la empresa de Inuyasha que al principio perteneció al padre del pelinegro, Innu Taisho.
A la mañana siguiente el joven ojidorado se levantó muy temprano para alistarse, después de una ducha se vistió con un traje solo que no se puso saco, solo se vistió con el pantalón y la camisa mientras que las mangas de esta las recogió hasta los codos y se dejó abiertos los primeros dos botones dejando ver parte de su perfecto torso.

Una vez listo se subió a su deportivo rojo y se dirigió a la empresa que una vez fue de su padre.
Al llegar a la empresa todos los empleados presentes se sorprendieron al verlo, todos murmuraba el regreso del Taisho menor, Inuyasha había estado en la empresa pero solo como ayudante de su padre, al morir Inuyasha entró en una fuerte depresión y decidió alejarse un tiempo de la ciudad para poder estar tranquilo, ya que él era muy apegado a su padre y le fue muy devastador su muerte, fue entonces que decidió regresar y tomar su puesto como dueño absoluto de la empresa Taisho, ya que en el tiempo en el que Inuyasha estuvo ausente le pidió a Miroku que se encargara de la empresa por él.

Al llegar al último piso del elevador entro a la oficina que era de su padre pero se dio cuenta que no había nadie allí.

—Qué extraño pensé que Miroku ocupaba esta oficina— pensó en ese momento

—Inuyasha ya llegaste, ven acá dame un abrazo amigo— dijo el joven entrando a la oficina al mismo tiempo que lo abrazaba

—Miroku pensé que ocuparías la oficina de mi padre— dijo Inuyasha en seguida

—Sabes que yo le tenía un gran respeto a tu padre así que decidí ocupar la que siempre eh tenido, pero dime ¿cómo has estado?— apunto seguidamente

—Pues bien, sabes que estuve mal durante un tiempo, la muerte de mi padre me dejó un gran vacío era el único familiar que tenía y ahora me siento más solo que nunca— dijo el ojidorado en tono triste

—Sabes que no estás solo amigo me tienes a mí pero sabes algo creo que ya es hora de que sientes cabeza— le dijo al mismo tiempo que palmeaba su espalda

—Te refieres a que…—

—A que te comprometas con una mujer, que te cases ya sabes que formes una familia—

—Miroku por ahora eso no es importante— dijo en tono desinteresado

—Vamos amigo estas por cumplir los veinticinco años ya tienes la suficiente edad para casarte—

—Por favor aún soy joven además no estoy interesado en ninguna mujer por ahora—

—Ya habrá una que conquiste tu corazón— le decía dándole ánimos

—No lo creo siempre eh tenido un carácter complicado— decía algo desanimado

—Bueno eso no lo voy a negar pero no olvides que el amor llega cuando menos lo esperas— le dijo al pelinegro

—Además que tanto sabes de tu del amor siempre has sido un mujeriego desde que éramos niños, ya también es tiempo que tu sientes cabeza—

—Pero créeme que yo voy a hacer lo posible por sentar cabeza…algún día ja ja— dijo en tono de broma

—Tú no cambias Miroku, mejor dime como han marchado la empresa— dijo el ojidorado cambiando de tema

Después de una larga tarde de charla de finanzas empresariales, Inuyasha se disponía a irse pero antes de marcharse Miroku le dijo.

—Inuyasha pasado mañana habrá una fiesta para todos los socios ¿Qué te parece si anunciamos formalmente tu regreso a la empresa y que tú eres el verdadero dueño?— le sugirió

—Sí está bien, bien nos vemos mañana— dijo antes de irse

El joven regresaba a su hogar, en el camino iba pensando en lo que le había dicho Miroku esa tarde acerca de casarse él sabía muy bien que no era muy bueno en cosas de amor ya que no se había enamorado realmente de nadie, había tenido un par de novias pero con ninguna formalizo nada ya que el ojidorado tenía un carácter muy complicado y no tenía tiempo para el amor, siempre estaba concentrado en la empresa de su padre y en él. Y ¿si Miroku tenía razón? ¿Y si una mujer era la solución a ese vacío que lo invadía? No lo sabía, solo era un pensamiento más en su cabeza.

Al llegar fue recibido por sus empleados sin embargo estos lo notaron y triste y decaído, el joven ni si quiera probo bocado solo quería descansar y olvidar sus recuerdos tristes.

Espero les haya gustado, ¡¡Saludos y sayonara!!;)

 

Hola a todos mis amados lectores aquí les traigo conti ¡Doble! espero la disfruten

Capítulo 2: ¿Obsesión o Amor?

Al día siguiente se levantó tarde ya que no tenía ningún compromiso ese día, decidió no desayunar, no tenía hambre alguna y aunque no le importaba enfermarse como tantas veces le había pasado por la misma razón salió de la casa para distraerse un rato, se decidió por el parque de la ciudad para distraerse ya que le traía buenos recuerdos de su niñez.
El apuesto joven llego hasta el parque y se sentó en una de las bancas de este, le gustaba contemplar aquel lugar ya que cuando era niño sus padres lo llevaban ahí para pasear en familia.

—Aquí siempre venía con mis padres…los extraño mucho— dijo con gesto melancólico

El joven seguía con la mirada perdida cuando entonces miró frente a él a unos metros de distancia se encontraba una chica sentada mirando hacia el cielo pensativa, era una joven realmente hermosa, su piel era blanca morena, su cabello era negro azabache brillante y ondulado, tenía una mirada color chocolate y unos labios rosas realmente deseables, realmente era una mujer hermosa casi hecha de porcelana de lo perfecta que era, ella no se daba cuenta que el ojidorado no dejaba de mirarla, no sabía que le estaba pasando pero Inuyasha se sintió inmediatamente atraído por aquella chica, era como si lo hubiese hechizado por completo, realmente deseaba hablarle, preguntarle su nombre, rápidamente se levantó de la banca en donde se encontraba para ir hacia donde se encontraba aquella chica cuando alguien toco su hombro.

—Inuyasha amigo no pensaba encontrarte aquí— dijo aquel joven

—Miroku yo tampoco te esperaba encontrar aquí dime ¿sucedió algo?— pregunto el ojidorado

—No, no te preocupes es solo que como hoy es Sábado decidí salir un rato— le contesto el ojiazul

—Bien— dijo el muchacho, en ese momento recordó lo que iba a hacer y al voltear hacia donde estaba aquella chica pero se dio cuenta que ya no se encontraba allí, había desaparecido en un parpadeo, ¿había sido una visión?, de inmediato se sintió decepcionado.

— ¿Sucede algo Inuyasha?— le pregunto algo preocupado Miroku

—No, no es nada ¿Qué te parece si hablamos un rato y me cuentas de tus locuras?— dijo fingiendo una sonrisa

—Claro, te contaré de la vez que fui a una fiesta y vi a dos hermosas chicas y entonces…—decía mientras el ojidorado lo escuchaba moviendo la cabeza negativamente

Al atardecer el pelinegro regresaba a la mansión, triste y decaído aún más, se había ilusionado con aquella chica que quizá había sido producto de su imaginación, una visión creada por su mente solitaria para atormentarlo.

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Mientras tanto en otra parte de la ciudad, en una bella residencia, una hermosa joven llegaba de su paseo, su nombre era Aome Higurashi y era nada menos que la chica que había visto Inuyasha en el parque.

—Mamá, papá ya regresé— anuncio la chica llegando hasta la sala donde sus progenitores se encontraban

—Aome ¿Por qué tardaste tanto?— le pregunto su padre de inmediato con voz molesta

—Lo siento papá es solo que fui al parque y me encontré con Sango—

—Aome sabes que no debes salir mucho y mucho menos estar hablando hasta tales horas con personas desconocidas— agregó aún más molesto

—Sango no es ninguna desconocida es mi mejor amiga, y no te preocupes no le hable de nuestros problemas económicos— dijo fastidiada

—No me lo recuerdes niña, sabes que me pone de mal humor; maldigo la hora en que invertí toda mi fortuna en ese maldito negocio— decía el hombre con odio evidente en sus palabras

—Papá yo…— trataba de decir la joven, en realidad tenía ganas de decirle algunas palabras de aliento a su padre pero no se sentía capaz

La realidad era que Aome era hija de uno de los empresarios más ricos de la ciudad, pero a causa de un fraude en un negocio el señor Higurashi había perdido toda su fortuna y ahora se encontraban en la bancarrota, pero a Aome no le había afectado tanto ya que ella prefería una vida más sencilla.

Finalmente había llegado el día de la fiesta de socios, Inuyasha se preparaba para salir, se puso uno de sus trajes más elegantes, con mucho trabajo se puso la corbata salió rumbo al salón donde sería la fiesta, era en un salón muy famoso de la ciudad y muy elegante.
Mientras tanto en la residencia Higurashi, Aome y sus padres también se preparaban para salir.

—Papá ¿Tenemos que ir a esa fiesta?— pregunto la pelinegra fastidiada

—Por supuesto que tenemos que ir, ya que fuimos invitados por un buen amigo mío socio de esa empresa multimillonaria, además tenemos que hacerle saber a la sociedad que aún tenemos clase aunque estemos en la ruina, ¿ya estás lista?—

—Sí— contesto ella algo decepcionada

—Bien entonces vamos por tu madre para irnos— contesto fríamente

Inuyasha llegaba a la fiesta, fue recibido por su amigo Miroku, ahí estaba con una sonrisa deslumbrante sin temores de nada, ese era Miroku aquel muchacho que vivía feliz a pesar de sus tropiezos. No podía negar que a veces el ojidorado lo envidiaba.

—Qué bueno que pudiste venir amigo— me dijo Miroku mientras me encaminaba al interior del salón

—Sí la verdad no soy muy adicto a las fiestas como tú pero pues no me quedo de otra— dijo el joven con una semi sonrisa

—Ven te llevaré con los colaboradores de Tú ahora empresa, ya es momento de que ellos sepan quién es el verdadero dueño—

Un momento después la familia Higurashi se hacía presente en el salón, mientras la gente los miraba murmurando, obviamente la noticia de su bancarrota se había esparcido como pólvora.

—Al parecer los chismes corren rápido— dijo el señor Higurashi

—No debe importarnos papá— dijo la pelinegra

Después de un rato de pláticas entre personas unas con otras era la hora de que la pista de baile se abriera para los que deseaban entretenerse.

—Bueno Inuyasha creo que es momento de invitar a bailar a alguna chica ¿no crees?— dijo con sonrisa picara

—No yo paso ve tu si quieres— contesto con desgano

Inuyasha vio como rápidamente Miroku se acercó a un trío de bellas jóvenes mientras invitaba a una de ellas a bailar.

—Ese Miroku no cambia— musito mientras movía su cabeza negativamente

Mientras tanto Aome se sentía aburrida, incomoda pero sobre todo con ganas de salir corriendo de allí, vio que sus padres iban a bailar y ella decidió quedarse en su mesa.

Inuyasha se encontraba con su mirada perdida entre las personas del salón cuando de repente miró hacia una de las mesas de la esquina y miró a una chica de hermosos cabellos azabaches y ojos achocolatados sentada con el mismo aburrimiento que él, inmediatamente se dio cuenta que se trataba de la misma chica que había visto en el parque y que lo había impresionado su belleza, realmente no había sido una visión como él pensaba, sabía que era su única de oportunidad de hablarle así que se levantó firmemente para ir hacia ella.

—Disculpe señorita ¿Me permitiría esta pieza?— le pregunto mientras extendía su mano hacia la joven confusa

—No…no gracias— respondió ella cortante

—Por favor solo esta canción— suplico el muchacho

—Entiéndame no estoy de humor para bailar— le contesto ella aún más fríamente y casi enfadada

—Miré si baila conmigo le prometo dejar de molestarla— le dijo el pelinegro mirándolo fijamente

Aome al sentir aquella mirada tan intensa de aquellos fascinantes ojos de oro fundido, decidió aceptar.

—Está bien vamos— contesto ella resignada

El joven sonrió triunfante y la tomo de la mano llevándola al centro de la pista, donde poso sus manos en su cintura y ella las suyas en sus fuertes hombros.

— ¿Por qué hace esto?— pregunto la pelinegra enojada

— ¿A qué se refiere?— pregunto Inuyasha fingiendo estar confundido

—No se haga el que no sabe me refiero a que por me invito a bailar precisamente a mí— le dijo ella desafiante

—No lo sé, quizá fue su impresionante belleza o quizá solo la curiosidad de saber su nombre— le musito el ojidorado sonriéndole haciendo que la chica se sonrojara

— ¿Y por qué quiere saberlo?— pregunto ella mirando hacia a otra parte

— ¿Por qué no dejamos las formalidades y nos hablamos de tú?— sugirió el pelinegro

—Está bien pero no has contestado mi pregunta— recalco la pelinegra

—Y tú no has contestado la mía— le aclaro el ojidorado

—Bien mi nombre es Aome Higurashi ¿satisfecho?— contesto ella algo fastidiada

—Aome…es un hermoso nombre— dijo en forma alagándola

La joven al escuchar tal alago se ruborizó a tal grado que escondió su rostro y desvió la mirada.

—Bueno ahora dime porque querías saber mi nombre—

—Curiosidad nada más— dijo mientras la miraba para poder observar plenamente su belleza

Al término de la canción la pelinegra se soltó del muchacho sin embargo antes de irse le pregunto

— ¿Y cómo te llamas tú?—

—Inuyasha Taisho— le contesto el joven

—Muy bien Inuyasha gracias por la pieza y adiós— le dijo cortantemente la joven mientras se alejaba

El joven estaba a punto de detenerla cuando de repente Miroku llego hasta él

—Oye amigo te vi eh— le dijo burlonamente el ojiazul

— ¿De qué hablas?— pregunto

—Te vi bailar con una bella joven casanova y tan seriecito que te ves— decía en tono de burla

—Por favor no vayas a compararme contigo además crees que me iba a quedar a mirarte solamente— dijo tratando de convencerlo

—Sé que su nombre es Aome Higurashi— apunto Miroku

— ¿Cómo lo sabes?— pregunto enseguida

—Es la hija de Kyoto Higurashi un empresario muy rico que por una mala inversión está en la ruina— le dijo al pelinegro dejándolo muy intrigado

—Valla no lo sabía— dijo intrigado

—Es raro ese chisme llego a oído de todos los socios de la empresa la verdad si fue bastante sorprendente eso—

—Y ¿Sabes quién es ese hombre?—

—Mmm…mira son ellos— le comento Miroku mientras les señalaba de lejos a la pareja Higurashi

—Ahora vuelvo— dijo el ojidorado mientras se encaminaba hacia los Higurashi

No sabía por qué o lo que estaba a punto de hacer pero de todos modos lo haría, algo se le había ocurrido, algo realmente descabellado que incluso estaba por desistir pero ya era tarde ya que había llegado hasta ellos.

—Disculpe usted ¿es el señor Kyoto Higurashi?— pregunto

—Así es joven, ¿se le ofrece algo?— pregunto el hombre al pelinegro

—Quisiera hablar con usted un momento por favor— le contesto un poco serio

—Está bien muchacho vamos— dijo el mayor mientras se apartaba de su esposa y yendo con Inuyasha

—Quiero proponerle un trato señor Higurashi—

— ¿Un trato?— pregunto confundido

—Escuche sé que se encuentra en una situación económica muy mal y quisiera proponerle algo que nos beneficiará a los dos— dijo seriamente

—Muy bien lo escucho—

—Bien yo le daré todo el dinero que usted necesita para salvar sus propiedades y su casa pero a cambio me dará la mano de su hija en matrimonio— le dijo seriamente el ojidorado

 

Capítulo 3: Un matrimonio arreglado

El hombre quedó atónito ante la proposición del ojidorado sin embargo rápidamente agregó.

— ¿Cómo sabe que tengo una hija?—

—La conocí hace poco y la verdad quedé fascinado con su impresionante belleza— dijo con una sonrisa

Un breve silencio quedo entre los dos.

—Bueno entonces ¿acepta mi propuesta o no?— le pregunto definitivamente

El hombre mayor medito su respuesta un momento, por un momento vaciló sin embargo sabía que si aceptaba la propuesta salvaría su casa y todo lo que había perdido, pero ¿dar a su hija por dinero? Realmente sería capaz de hacer eso.

—Acepto su propuesta joven— contesto

—Perfecto, iré a visitar a su hija lo más pronto posible para así fijar la fecha de la boda— dijo triunfante

—Bien pero usted aun no me ha dicho su nombre—

—Soy Inuyasha Taisho, respecto a mi parte por favor valla a mi empresa La corporación Taisho y búsqueme para acreditarle la suma de dinero que desee, debo irme por favor avise a su hija de esto, hasta luego— dijo cordialmente mientras se alejaba

—Ese joven es el hijo de Innu Taisho, el multimillonario que murió hace un año, al parecer este muchacho es el nuevo heredero y dueño de esa poderosa empresa— pensaba el hombre

—Papá ¿Ya podemos irnos?— le dijo Aome llegando con él con voz molesta

—Sí cariño ya nos vamos— le dijo el hombre a la pelinegra

Los Higurashi se retiraron de la fiesta, sabían que ese no era el lugar para decirle a Aome sobre “el trato”.
Mientras tanto Inuyasha regresaba con Miroku en su deportivo mientras en el camino el ojiazul noto al ojidorado muy pensativo y serio y decidió preguntarle qué pasaba.

— ¿Qué hablaste con los Higurashi?— pregunto sacando de sus pensamientos al pelinegro

—Pues… ¿recuerdas a la chica con la que baile?—

—Sí pero— decía Miroku

—Hablé con sus padres y les propuse un trato— dijo seriamente

— ¿Un trato?— cuestiono confuso

—Sí les propuse…que les daría todo el dinero que necesitaran a cambio de casarme con su hija— dijo casi con voz débil

— ¿En serio?— decía incrédulo
—En serio— contesto el directamente

—Oye viejo eso de comprar a las mujeres ¿es de épocas pasadas no crees?— dijo con tono de broma

—Ya lo sé pero no pude evitarlo, no sé qué me paso con esa mujer, simplemente me hipnotizo y realmente la deseo como esposa— dijo febrilmente

— ¿Y ella está de acuerdo?—

—No lo sé pero como sus padres aceptaron la propuesta ella también lo tendrá que aceptar—

—Vamos amigo no crees que actuaste demasiado egoísta, quiero decir esa chica no te conoce lo suficiente y tú a ella tampoco— le dijo seriamente

—Es algo que ni yo mismo entiendo Miroku no sé ni por qué lo hice solo sé que es la primera vez que una mujer me hace sentir esto— decía el ojidorado

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Esa misma noche en casa de los Higurashi, los padres de Aome se encontraban en la sala donde su hija los veía algo confundida de lo que estos dirían.

—Hija ay algo importante que tenemos que hablar contigo— dijo seriamente el hombre

—Bien papá que quieren decirme— contesto

—Me imagino que debes conocer a Inuyasha Taisho el nuevo dueño de la Corporación Taisho—

—Sí por desgracia— contesto ella fastidiada al recordar cuando bailó con él

—Bueno hablé con él y me propuso un trato—

—Bueno ¿y eso que tiene que ver conmigo?— pregunto confundida

—Me propuso que nos ayudaría económicamente a cambio de que te cases con él y acepté— contesto de la forma más fría y seria posible

— ¡Q-Que pero cómo pudiste hacer eso sin si quiera escuchar mi opinión!— dijo la pelinegra estallando en cólera

— ¡Aome entiende que esta boda nos beneficiará a todos!— le dijo de repente

— ¿A todos? ¡Solo a ti! Es que nunca les va a dejar de importar el dinero y la clase social, mamá ¿Tu no piensas decir nada?— pregunto a su progenitora esperanzada a que esta abogara por ella sin embargo la mujer solo la miró seria sin decir nada

—Ella está de acuerdo no se hablará más, te casarás con Inuyasha Taisho lo más pronto posible— dijo seriamente

La chica totalmente destrozada se dirigió corriendo a su habitación a descargar su dolor y su llanto, no podía creer que sus propios padres la hubieran vendido por dinero, de repente alguien toco a su puerta.

— ¡Lárguense, No quiero verlos!— gritó la chica con enojo

—Querida soy Kaede ¿puedo pasar?— le contesto la voz de una anciana

—Abuela, pasa por favor— le dijo mientras limpiaba los rastros de su llanto previo

— ¿Estás bien querida? Te escuche llorar— pregunto la anciana

—No te preocupes abuela no es nada disculpa si te asuste, ¿Qué haces levantada? Debes estar descansando— dijo la pelinegra en tono de regaño

—Estoy bien querida en serio ya me siento mucho mejor— decía la anciana sonriendo

—Aun así, recuerda que el doctor te recomendó reposo absoluto por tu enfermedad abuela— dijo haciendo que la mujer se sentara en su cama con ella

—Vamos Aome no puedo estar acostada en la cama todo el día sin hacer nada, me hace sentir inútil—

—Eres una testaruda— dijo la chica tratando de sonreír

—Pero dime querida ¿Por qué llorabas? Y no me digas que no lo hacías por que pude escucharte—

—No quiero hablar de eso abuela— contesto tratando de contenerse de romper en llanto

—Vamos mi niña sabes que puedes decirme lo que sea— dijo volviendo a preguntar a la triste pelinegra

—Es que…papá me hizo algo horrible, arruino mi vida por completo— decía con lágrimas en los ojos

—Pero ¿Por qué dices eso mi niña?— cuestiono angustiada la anciana

—Me vendió abuela, me vendió como un vil objeto a un hombre— decía con odio en sus palabras

—Querida no pienses eso, tu padre solo quiere lo mejor para ti—

— ¿Lo mejor para mí o para él?, sabes que Abuela ya no importa— dijo resignada

—Además no creo que sea tan malo, dime ¿Es un hombre mayor?—

—No en realidad es solo un par de años mayor que yo— dijo pensativa

—Valla entonces no debes preocuparte mi niña— dijo esbozando una sonrisa

— ¿De qué hablas abuela? ¿Cómo que no debo preocuparme? Me voy a casar con un hombre que no amo— dijo confundida la pelinegra

—Oh vamos mi niña al menos deberías darle una oportunidad a ese muchacho, quizás llegues a quererlo—

—Lo dudo, es un engreído ricachón que cree que puede comprar lo que sea y que tiene el mundo a sus pies, además desde que lo vi sentí desprecio hacia él— contesto molesta

—Entonces ¿ya lo conoces?— pregunto intrigada

—Por desgracia si en la fiesta a la que acudimos hoy— dijo fastidiada

—Y ¿es apuesto?— pregunto con una sonrisa picara

—Ay claro que no él es…— dijo mientras recordaba el rostro del ojidorado, se había dado cuenta que Inuyasha era muy apuesto, demasiado y aunque lo negaba le había parecido muy atractivo

— ¿Y bien?— recalco la anciana al ver a su nieta perdida en sus pensamientos

—Eso que importa lo único que sé es que lo odio y que jamás llegaré a sentir algo por él— contesto muy segura

—No digas cosas de las que después te arrepientas mi niña, ya verás que te enamorarás de ese joven—

—Ni en sueños, todos los hombres son iguales, unos canallas que solo te engañan y te lastiman— decía con rencor

— ¿Lo dices por Houjo?, Aome querida no todos los hombres son iguales también existen hombres buenos— le comento tratando de animarla

—Houjo…ese maldito infeliz me rompió el corazón de la manera más cruel, es por eso que no puedo volver a amar a ningún hombre, no volveré a ser engañada y lastimada nunca más— decía la chica con algunas lágrimas asomadas en sus bellos ojos achocolatados

—No deberías juzgar aún a ese joven sin conocerlo realmente—

—No lo sé abuela, ahora solo quiero descansar— decía la chica confundida

—Bien mi niña te dejaré descansar, buenas noches— dijo la anciana mientras se despedía de beso de la pelinegra

—Buenas noches abuela—

La mujer estaba a unos pasos de salir de la habitación cuando la chica le habló de repente.

— ¡Abuela!—gritó la chica

— ¿Qué pasa querida?—

—Por favor no vuelvas a levantarte está bien—

—Sí no te preocupes linda, buenas noches— dijo sonriendo mientras abandonaba la habitación

Aome se recostó mientras pensaba en su plática con su abuela.
—Inuyasha…bah es un idiota engreído— pensaba la chica mientras cerraba sus ojos dejándose caer en los brazos de Morfeo

Espero les hayan gustado ¡¡Saludos y sayonara!!;)