Song-fic Consecuencias

Contenido oculto: Décima Ronda: Una canción, un drabble - Edición Extrema

Consecuencias​

Amanece un nuevo día.

Mientras el sol se alza con majestuosidad, dejando caer cálidos rayos de luz que despiertan y alegran a la gente para comenzar el día; en un callejón, oscuro y solitario, se revela un campo de batalla.

El manto de obscuridad se retira de una escena trágica.

Los cuerpos de tres personas recostadas en el suelo ensangrentado.

Se trata de dos hombres y una mujer, todos aproximadamente de treinta años de edad. Uno de los hombres muestra el cráneo destrozado, muerto desde hace bastante, debido a repetidos golpes que recibió con una tubería oxidada; alejados de ese personaje, el otro hombre y la mujer se hallan inmóviles con varios impactos de disparo en todo el cuerpo.

El hombre sobreviviente recupera la conciencia con una sacudida eléctrica ante la luz del día, el dolor en su cuerpo es agonizante y sus fuerzas están casi extintas. Lo primero que observa es el cuerpo sin vida de su adversario, un repentino pensamiento de alegría cruza su mente ante la perspectiva de que ya nunca más lastimara a su mejor amiga. Pero inmediatamente recuerda los lamentables acontecimientos de la noche anterior y su vista busca despavorida a la mujer que intento proteger.

Si tan solo hubiera tenido el valor de expresar sus sentimientos en su juventud, quizás la primera mujer de quien se enamoró, su mejor amiga desde la infancia, hubiera encontrado un destino mejor a su lado. En lugar de eso se mantuvo callado, cediendo al miedo y contentándose con solo ser su amigo. Debido a eso se transformo en confidente de ella, escuchando las aventuras románticas y primeras experiencias carnales con lujo de detalles, apoyándola para superar las decepciones y rupturas, recibiendo incontables abrazos de gratitud que fueron golpes para su corazón enamorado.

Finalmente pudo divisarla, a pesar de estar a solo unos centímetros, sus sentidos ya no lograban enfocarse e intento acercarse un poco más. Desafortunadamente, ella se encontraba en la misma posición desde que recibió el primer disparo de su esposo, quizás nunca sintió los siguientes.

Con lágrimas en los ojos, el hombre se lamenta no haber actuado antes, desde las primeras confesiones de maltrato domestico, desde las llamadas desde el hospital, en lugar de eso prometió continuar siendo el confidente silencioso debido al amor ciego que su amiga sentía por aquel despreciable hombre.

Todos los disparos que recibió no bastaban para considerarse un castigo apropiado por su ineptitud en protegerla, ya que tardó en notar el peligro y disfrutó enormemente destrozarle la cabeza a ese patán. Sin embargo, la tristeza y frustración de haber fracasado en salvarla se ocupaban de atormentarlo.

La luz pareció desaparecer mientras perdía la conciencia y deseaba tener una oportunidad para hacer lo correcto esta vez.

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Su deseo no se cumplió.

Sin embargo, su tumba recibía la visita de una mujer y una pequeña. Madre e hija.

Ambas dejaron flores y le dedicaron una oración al hombre que las dejo solas en el mundo por ir tras su amor de infancia.