Confusión (EmmettxRosalie)

Confusión (EmmettxRosalie)

Hola. Quiero decirles que este es mi primer Fan Fic de Crepúsculo, así que no sé que tan bien me saldrá. Espero sus opiniones y críticas.

Capitulo I​

Las cosas comienzan a empeorar.​

Un día nuevo empezaba y aunque muerto estaba creía que había luz en mi oscuridad. Ahora después de tantas décadas junto a ella, creo que dudaba de ese amor.

Veía como los rayos del sol se filtraban por las ventanas transparentes. Ese día definitivamente iríamos a cazar, el sol salía y no podíamos mostrarnos frente a los humanos.

—¡Buenos días! —la dulce sonrisa de Esme me tranquilizo.

—Buenos días —me senté frente al televisor y me quedé mirándolo. No tenía ni ánimos de ver el fútbol. Rosalie se paseaba de aquí para haya arreglándose; como si lo necesitara. Vi a Edward llegar con Bella, hora de cambiar mis pensamientos.

—Buenos días. ¿Alice ya regresó? —pregunto la dulzona voz de Bella.

—No aún está con Carlisle, Jacob, Nessie y Jasper en donde las amazonas —vela resoplo y se sentó como una estatua frente al televisor igual que yo. Los recuerdos de la noche anterior llegaron a mi mente.

Rosalie fundada en una bata blanca, la piel pálida, lisa y tercia; hermosa como ella siempre lo a sido. Sus cabellos rubios cayendo en cascada por su espalda y sus ojos encendidos en llamas por la pasión.

—¡Emmett! ¡Guárdate tus pensamientos! —sonreí al ver jadear a Edward.

—No es mi culpa que estés siempre hurgando los pensamientos de los demás. Además esas cosas siempre las debes hacer con Bella o no —mis cejas se levantaron divertido al ver como ella entendía.

—¡¡Emmett!! Qué prometiste de mi vida sexual —fruncí el seño con dolor, aun recuerdo como me venció, malvada neófita.

—No es mi culpa que Edward lea lo que pienso, tu solo fuiste un daño colateral —mi respiración se cortó al ver bajar a Rose, dios cuanto la amaba ¿ella sentía lo mismo? Si mi corazón latiera se abría partido del dolor. Salí de la habitación lo mas lejos de allí que pude. Me quemaba el estar lejos de ella, pero aun más su indiferencia. ¿Había ella dejado de amarme? ¿Alguna vez lo hizo? ¿En una parte recóndita de su ser anhelaba a Edward? Estás dudas me estaban matando y no me sentía capaz de preguntarle.

Su olor me llego estaba cerca. Entré en mi auto y cerré cuando encendí el motor ella estaba dentro conmigo.

—¿A dónde vas? —su aroma era mi droga, ella era mi perdición. En pocas palabras me la estaba comiendo con los ojos. Rápido la tomé entre mis brazos y la pegué junto a la pared más cercana.

Ella siempre tan complaciente me devoró con sus dulces labios. La ropa comenzó a desaparecer y entre uno y lo otro la estaba ya, haciendo mía.

—…Te amo, Rose…—esperé una respuesta, pero nada llegó. La miré a los ojos y pareció no importarle. Aquello me dolió. Las cosas iban de mal en peor, en ese momento salí de su cuerpo y me vestí.

—¿Qué paso? —bramo ella. No la quería cerca, no quería sentir mi olor en su cuerpo. ¿Cómo podía esto pasar? Sus ojos brillaban con pasión aun. ¿Acaso era su muñeco sexual?

—…Nada…Nos veremos luego…—un poco rudo me monte en el auto y salí disparado. Ella se quedo inmóvil. No quería volver a verla, cómo podía dudar de su amor, cómo no hacerlo. Era tonto, porque necesitaba que ella me dijera que me amaba.

Trataba de no pensar nada concreto, tenía a Alice muy presente. En todo el viaje a Port Angeles, Seattle y parte de Phoenix no había desaparecido de mi mente la imagen de mi hermosa rubia. Sus labios rojos, su piel de seda. Todas esas cosas me estaban matando. Incapaz de estar mucho tiempo lejos de ella intente distraerme yendo a cazar solo.

Aparqué el auto en un lugar seguro y corrí campo adentro hasta llegar a Alaska, y estaba de suerte un enorme oso se cruzo en mi camino. Rompió toda mi ropa y clavando mis dientes en su cuello succioné toda su sangre. Aquel líquido tan espeso y dulce me cegó me adormeció con su olor y me dejé llevar por su néctar.

Esa chica de mirada roja y cabellos color carmín era la única que medio podía compensar el dolor que me provocaba mi hermosa Rosalie. Seguía ensimismado en su olor, su textura tan afrodisíaca que creo que nunca me tardé tanto en comerme un oso. Llegando a un punto tal que calmo mí sed y aligeró mi ser.

Agradecí a aquella mujer de carmín y fui rumbo a casa. Todos se tiraron encima de mí viéndome preocupado.

—¿Estás bien? —pregunto Carlisle—. Si tenías que irte, por lo menos debiste avisar.

—Que exagerado, Carlisle. Ya llegué y justo a tiempo para el juego —ignorando al resto del mundo subí a la habitación a ver el juego. Por una vez en tantas décadas desee dormir. A las horas Rose subió, sin preguntar se montó encima de mi cuerpo y beso el pecho. Sus manos se colaron por mi camisa, erizándome la piel. Jadeé y comenzamos lo mismo que en el estacionamiento.

—…Te amo, Rose…—y otra vez nada paso. Dolido me volví a separar de ella.

—¿Qué rayos te pasa? —me exigió molesta. Quería irme, pero me detuvo—. ¿Acaso no puedes seguir?

—¡Me pasas tú! ¡Me pasa que para ti no soy más que un juguete —ella me miró sorprendida y sin entender—. ¿Qué soy para ti? ¿Acaso me amas Rose? —sus labios estaban sellados y su ceño fruncido—. ¡Dentro de magnificencia ay lugar para alguien como yo! —le tomé el rostro y besé sus labios. Ella estaba sentada en la cama, dolido y con el rabo entre las patas salí dando un portazo, tan fuerte que reventé la puerta.

—¿A dónde vas? —me pregunto Carlisle.

—Tengo que irme, regresaré…—no sabía cuando lo haría.

—¡¡No Emmett!! ¡Tú no quieres hacer eso! —gimió Alice corriendo hacia mi con su mirada perdida.

—¿Qué vez Alice? —pregunto Esme, su rostro estaba crispado de dolor.

—Emmett y Rosalie terminan. ¿Por qué se separan? No te vallas —sonreí de lado, así que las cosas no iban a mejorar. Con un agujero en mi pecho salí disparado hacia el auto y cuando vi por el retrovisor la casa, mi hermosa rubia miraba por la ventana si un signo de dolor en su cara.

Para aclarar, quiero hacer constar de que no va tener más de 3 a 4 capitulos.

 

Re: Confusión (EmmettxRosalie)

Hola, muchas gracias por tu opinión. Me alegra que te haya gustado. Aquí te dejo la continuación.

Capitulo II​

Todo se termina​

(POV Rosalie)​

Él se había ido, y yo solo lo observé marcharse. Me dolía su partida, pero no lo quise detener. Todos subieron a ver que había sucedido. No tenía respuesta para todas las preguntas que hacían.

—Rubia tenías que ser —hablo Jacob con suficiencia. Sonreí con maldad y el jarrón que estaba a mi lado se impacto en su cara.

—¡Rosalie! —me regaño Carlisle. La verdad era que sin Emmett no había razón para comportarme, o intentar ser una buena persona. Sonreí de lado, a penas habían pasado unos minutos y yo ya lo extrañaba. Me encerré en la habitación sin escuchar lo que decían los demás.

Me miré en el espejo. Mi cabello rubio estaba hermoso y perfecto como siempre. Cerré mis ojos y apareció la imagen de Emmett acariciándolo muchas noches; por eso siempre lo mantenía perfecto. La piel pálida relucía hermosa e inmaculada; Emmett siempre me tocaba el rostro luego de hacer el amor. Con dolor me lo toque, no se parecía nada a su tacto.

Me desnude y entré al baño dentro del cuarto. No necesitábamos de aquello, pero a él siempre le gustaba probar cosas nuevas. Dejé que el agua mojara mi cuerpo. Aquí donde siempre fingíamos ser humanos, donde él me complacía al máximo.

’ ¡Me pasas tú! ¡Me pasa que para ti no soy más que un juguete! ¿Qué soy para ti? ¿Acaso me amas Rose? ¡Dentro de tu magnificencia ay lugar para alguien como yo!.

Estás palabras se repetían una y mil veces en mi cabeza. Yo nunca he dicho que él fuera mi juguete. Es mi acompañante, mi amigo, mi confidente, mi todo. ¿Cómo puedes pensar esas cosas? ¿No te lo he dado todo? Tantas cosas pasaban por mi mente, cómo olvidar su cara de molestia, su frustración, su dolor. Me dolía ahora que lo asimilaba. No tenía razones para irse, siempre se lo he dado todo, o eso creía.

Ése mismo día salí de caza. El aire alborotando mi cabello, la libertad. Mientras corría por los árboles y la espesura de los helechos, miré hacía atrás. Sonreí de lado al notar que no había nadie siguiéndome como siempre. Lo que tenía de corazón se encogió, o por lo menos eso intento.

Todo era simplemente aburrido si no estaba my monkie men (mi hombre mono, así lo llama en la película). Como solía decirle así cuado íbamos de caza, o a jugar béisbol. Ahora todo me recordaba a él. Siempre me dejaba cazar primero, claro siempre se distraía molestando a los osos, o cualquier animal que le diera batalla. Grité por su ausencia, me dolía. No valía la pena ser inmortal si no estaba a mi lado.

—…Emmett…¿Por qué te fuiste?...—a lo mejor si era tan rubia como decía Jacob. ¿Por qué rayos no sé cómo paso esto?

En la casa los meses pasaron y él no regresó. Alice no decía nada, estaba callada y ausente. Jasper intentaba consolarla, pero ella solo se molestaba. Bella y Edward intentaban distraerla, pero era imposible. Nunca llegué a pensar que Alice necesitaría tanto a Emmett, tanto como yo. Esme se había ido a su isla y Carlisle no había logrado la forma de sacarla de ahí. Al parecer todas las mujeres de la familia sufríamos.

—¡Lo veo! —chillo de pronto Alice. Su figura de duendecillo se crispo de emoción—. ¡Él está con…! —de pronto se callo abruptamente.

—¡¿Él está con quién?! —pregunté. De pronto sentía una furia embargarme, pensar que otra ocupaba mi lugar.

—…Con una pelirroja…—el ceño de Alice se frunció.

—¿Una pelirroja? —sentía como mi ira iba en aumento, lo encontraría y mataría a la que fuera que se estuviera fijando en mi Emmett.

—Están en Paris —dijo abstraído Edward, suponía que veía la visión de Alice—. En una casa con un estilo muy rupestre.

—¡¡Rupestre!! —sabía donde se hallaba el muy imbécil—. Maldito, como haya hecho algo en esa casa —una sarta de blasfemias salieron de mi boca. Con una velocidad única de un vampiro recogí tres mudas de ropa, una cantidad de dinero y las llaves de mi descapotable rojo.

—¿A dónde vas Rosalie? —Bella me miraba asustada.

—A darle una tunda al idiota ese —la rabia me recorría por completo.

—No creo que eso sea una buena idea, Rosalie —Edward me detuvo por el brazo. Sentí de pronto como mis sumos se iban y me sentía tranquila.

—¡Jasper! —mascullé.

—Lo siento —pero la sensación no se fue. Quería llorar en ese mismo momento, pero era imposible este cuerpo no estaba diseñado para eso. Jadeé tanto como era posible en un vampiro y dejé que el poder de Jasper me tranquilizara.

—No te puedes ir de esa forma Rose. Piensa, qué obligo a Emmett a irse de ese modo tan brusco —mire a Bella y baje la cabeza. Aún recordaba las últimas palabras que me había dicho, y los encuentros amorosos. El me había dicho te amo, y yo no le respondí. No pensé que lo necesitara.

—Eso está muy mal —hablo Edward.

Es tan molesto que urges en mi mente.

—No creas que me agrada oírte siempre —lo fulminé con la mirada. Alice que todavía seguía perdida en su mundo me tomo de la mano.

—Tráelo de vuelta Rose. Él te necesita —su voz de ruiseñor me hizo acongojar más. Asentí y salí disparada al auto. Tenía que ir por mi hombre antes de que fuera muy tarde.

 

Re: Confusión (EmmettxRosalie)

Si, es que solo a veces, la veo como un poco fría para con él. Por eso salió esta idea.
Gracias por leerlo...

_star moon_: Me alegro que a ti también te haya gustado.

Capitulo III​

El final de la historia​

Había llegado hasta la entrada de aquella enorme casa. Desde afuera era tan hermosa e imponente, quedaba lejos de la concurrida ciudad así que no habían casi humanos. Poco me importaba eso, mi mente se concentraba en lo que había dentro. Todo estaba tal cual como lo recordaba. Fotos mías y de Emmett colgadas por todos lados.

—¿Rosalie?

En ese momento dejé de respirar. Él estaba tan hermoso frente a mí, no llevaba camisa y solo tenía un paño envuelto en la cintura. Sentía como la adrenalina, la emoción, el amor llenaba cada poro y espacio de mi ser. Quería echarme contra sus brazos, y sentir que no había pasado el tiempo. Pero solo me quede ahí mirándolo fijamente.

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POV Emmett​

Hacía más de tres meses que había llegado a Paris con la idea de olvidarme de mi catira. En ese tiempo había conocido a una linda pelirroja, vampira por cierto. No se comparaba en belleza con mi hermosa rubia, pero era alguien agradable, y parecía necesitar ayuda.

Durante todos esos meses, la imagen de Rosalie no había salido de mi mente. Harly era muy dulce, pecosa y pálida. En ningún momento la había tocado más de lo normal. Era pequeña y respingona, hacía que riera con mucha frecuencia, no debía de aparentar más de quince años humanos.

Cuando salía de la ducha, costumbre muy humana, pero que gozaba sentí un olor diferente, conocido. Rosalie pensé al verla frente a mí, con sus ojos abiertos. Su flamante belleza me golpeo con fuerza, como siempre que tardaba mucho sin verla. Ahora comprendía que los recuerdos de mi mente, no eran más que imágenes incompletas y poco acertadas de la realidad.

—¡Emmett! ¡¿Dónde metiste mis cosas?!

La jovial voz de Harly me hizo salir de mi ensochación. Los ojos de Rosalie se prendieron en llamas. Temí por Harly, ella le gruño al verla bajar en unos minishorts y una franela delgada.

—¿Quién es ella?

—¡Corre Harly!

No hubo tiempo de explicaciones cuando yo ya me estaba abalanzando sobre Rosalie. El estruendo fue fuerte, Harly se quedo paralizada en la escalera.

—¡Rose, espera, no es lo que piensas!

—¡Suéltame! ¡Eres un imbécil, descarado!

Sus ojos echaban chispas, como adoraba a esa rubia, me hacía utilizar un poco más la fuerza bruta.

—Harly, vete yo te busco cuando sea seguro.

—Sí. Hasta luego Rosalie.

Mi rubia la vio extrañada, Harly con una velocidad excepcional me beso la mejilla y se fue. Rosalie se movió con más fuerza, estaba tan feliz de verla, pero aún recordaba el motivo de todo esto.

—¿Qué se supone qué es todo esto?

Yo la solté y callo al piso. En cierta forma me sentía un poco defraudado, a lo mejor había venido porque Alice vio a Harly en su visión.

—¿Qué haces aquí Rosalie?

Ella me miro con un poco de confusión.

—Cómo qué que hago aquí. Está también es mi casa y tú aún me perteneces. Tenemos muchos matrimonios encima.

La forma tan abrupta en que se callo me hizo voltear. El vestido de gasa blanco le quedaba perfecto y más aún con el hermoso cinturón y las botas de taco alto. Todo en ella se veía perfecto. Rose jadeé al sentir como me abrasaba con fuerza.

—¡Nunca vuelvas a dejarme Emmett!

Su voz estaba distorsionada, el esfuerzo que su cuerpo hacía inducía que estaba llorando. Me apretó con más fuerza.

—¡Eres un Idiota por haberme dejado! Se supone que estábamos juntos para toda la eternidad —sus ojos brillaban y me miraron con tanto amor que tuve que responder a su abrazo. Bajé mis ojos y ella tomo mi rostro entre sus manos. Con cuidado acerqué mi mano hasta su cabello.

—…Rose…

—¡Te amo Emmett! —la miré con sorpresa, amor, felicidad, tantos sentimientos mezclados. Cuando intente responder ella coloco una mano en mis labios

—Sin ti mi vida no tiene emoción. Tú eres eso que me motiva a ser una mejor persona. Regresa Emmett, te necesito, todos te necesitamos. Alice nunca ha estado tan cerca de los lobos en su vida. Dice que tu partida, la falta de un hermano es como la perdida de su sentido más importante.

La abracé con más fuerza pero ella continuo hablando, tenía la mirada gacha.

—Así como Alice no quería ver, Esme no quería seguir amando. Bella está ausente y yo, yo no puedo ser algo sin ti. Te amo, eres la razón por la que yo quiera seguir viviendo.

La conmoción embargaba todo mi ser. La tome de la barbilla con cariño, acariciando parte de su cara besé con ternura sus labios. Mi cuerpo reaccionó al toque de mi mujer. En vilo la cargue y la llevé a la habitación.

—Te amo, Rosalie.

Reí y ella igual. Con ternura besé cada parte de su cuerpo, ese día nos amamos con locura. No sabía como había podido sobrevivir tanto tiempo sin la mujer que tanto amaba; ella es mi amiga, mi confidente, la razón de mí existir para toda la eternidad…

…Yo también te amo Emmett…

​

​

FIN​