Reposa tu alma en este mar de plata y rompe ya las cadenas que a la tristeza te atan. Vuela libre por el paraíso como el ángel del que hablas pues eres tú quien calló en aquel pozo en llamas. Descansa y sécate las lágrimas envenenadas, que corren lentamente por tus mejillas, tú, que por hay y por allá siempre andas en este mundo de ocultas maravillas. Te encerraste en aquello a lo que admirabas y acabaste quedando completamente bajo su control. Desde aquel momento día tras día llorabas, porque creías formar parte de la oscuridad y el dolor. Pensabas que aquello formaba parte de tu ser y entonces olvidaste como a una persona querer. Tus alas se empañaron de sangre y ahora mírate, se perdió tu alma por lo que antes llamabas arte. Ahora te arrepientes, pues no puedes retroceder. Te equivocaste y ahora no afrontas esta dura realidad. A veces el ser humano se confunde con el significado de creer, pero, ¿en serio llamabas a eso verdad? Y es que te perdí por culpa de la poderosa oscuridad que de una manera repentina te hizo por completo cambiar. Me da tanta rabia ver a tus amigos decir "a cambiado" y todo porque a la sangre te habías aferrado. Ahora lloras en soledad, solo entre tus propios escritos los cuales realmente eran unos simples mitos. Si es que no puedo soportar verte así, muriendo.. ¿¡Por qué te condenaste!? Ahora reina este lamento. Tu madre llorando te ve encadenado en la oscuridad y ahora se culpa a sí misma por dejarte ir a aquel lugar. Ahora llora lágrimas de sangre. ¡Asume tu culpabilidad! Y admite que estos versos nunca me los podrás negar. Sufro al verte muriendo niño de corta edad, pero no debiste amar a esta profunda pena y tristeza. Creíste que para ser parte de ella tenías la suficiente capacidad, niño condenado a morir en la terrible oscuridad.