One-shot de Pokémon - [Concurso Miss Fey] Un pastel amargo

[Concurso Miss Fey] Un pastel amargo

Y... eso, atrasada lo sé xD. ¿Probablemente muchos errores ortográficos? No sé xP.

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Un pastel amargo​

Una niña con un gorro rosado que parecía un cerebro atrofiado, caminaba tan tranquilamente como si no hubiera pisado excremento, que era lo que había hecho. Se detuvo frente a un edificio de dos pisos, observándolo con curiosidad. Dio un paso hacia adelante y enseguida retrocedió. Dio media vuelta y salió corriendo.

—Esto es que la amargada de Fey necesita para agregarle azúcar a su mezcla de vida —gritó la niña con extraño gorro.

Llegó a una casa de un color rosado chillón y observó, a los pies de esta, la extensión de colores que se expandían en las distintas flores que habían plantado hace... a ver... ¿dos horas? Sí dos horas, cuando vino a visitarla por última vez. Recogió una que ya se estaba marchitando por la mala vibra que venía de la alegre casa.

—¡Miss Fey! —gritó, saltando frente a la puerta. No quería golpear, ya que bien sabía que, la señorita propietaria del lugar, le sacaría los ojos si perturbaba la tranquilidad de su hogar con esos horribles golpes en la madera —¡Miss Fey, Miss Fey, Miss Fey! —siguió gritando y gritando como si nada, hasta que algo, que creyó era un zapato, le dio contra la cabeza, botándola hacia la flores. Vio a Miss Fey, en la ventana derecha del segundo piso, con una vena a punto de explotarle en la sien.

—¡¿Qué quieres?! —un gruñido muy fuerte le salió de las cuerdas vocales, haciendo temblar, ligeramente, a la niña cerebro.

—Eeh... aah —balbuceó, rascándose la cabeza aún botada entre las flores —... creo que... ¡Ya sé cómo acabar con tu mal humor!

Miss Fey volvió a gruñir, no le gustaba que los demás se fijaran en sus problemas y en cómo intentaba solucionarlos, pues era bien obvio que intentaba hacer algo con ese mal humor; notábase en lo que se había convertido la ex-sobria casa de la chica.

—¡No quiero tu ayuda! —gritó por última vez y cerró la ventana.

—¡Voy a ensuciar tu nueva pintura con excremento de Snubbull!

Antes de que siquiera alcanzara a incorporarse, Fey la tenía arrastrándola a no-sabe-dónde.

—Mira —comenzó a decir la niña cerebro, sintiéndose ahorcada por su propia camisa que estaba siendo tirada por Fey —, ¡un adorable y pequeño pokémon podría ser la solución para obtener un dulce pastel de vida!

Miss Fey silenció, como procesando lo dicho.

—¡No! Sé que quieres que lo haga para que puedas ir a visitarlo cuando quieras —acusó levemente ofendida.

—Si fuera así yo adoptaría el propio —comentó, riéndose —. ¡Vamos, inténtalo! O si no... ya sabes.

Fey frunció el ceño, imaginando su casa manchada por toneladas de excremento. Esa tonta niña era capaz de hacerlo, sólo porque su padre trabajaba con abono y lo único que necesitaba era pedirlo.

—E-está bien —accedió entre dientes.

Había pasado media hora mirando lindos pokémon corriendo y jugando por todo el lugar, pero Miss Fey todavía conservaba el ceño fruncido.

—¿Y? ¿Alguno?

—Cállate —respondió ácidamente, sorprendiendo a la menor. Poco después un Minun se acercó a la niña olfateando el zapato de ésta.

—¡Wow! ¡Olvidé limpiar mi zapato! —dijo y se fue corriendo a la salida.

El Minun miró aquello con curiosidad y luego olfateó a la señorita que quedaba, quien abrió lo ojos desmesuradamente alejándose del pequeño pokémon, pero éste le siguió. Estuvieron así un buen rato; Fey se alejaba, él se acercaba, hasta que ella ya no sabía qué hacer y comenzó a correr. Aquello no funcionó, ya que el pokémon también comenzó a correr detrás de ella, llamando la atención de un Plusle, que se terminó uniendo a la persecución, como si estuvieran jugando. Cuando la chica ya no podía más se detuvo y los dos pokémon se le lanzaron encima, botándola.

Para cuando la niña cerebro volvió, Fey había decidido llevarse al par de la discordia y ya estaba por irse, por lo que pasó a su lado sin mirarla, siguiendo su camino, sin embargo notó su rostro rojo de la vergüenza.

Y así fue cómo supo que la dulce vida, de la amargada Miss Fey, estaba comenzando.