Compartimento Amarillo

Uno de los compartimentos del tren. Pero... el ambiente en este lugar es diferente al del Velvet Room...

 

Hiroki abrió los ojos bruscamente. Había terminado en otro lugar... sí, éste no era el Velvet Room, sino que... esto, ¿dónde era este lugar?

Era otro compartimento de tren. Un candelabro iluminaba este lugar también, con luces de un azul pálido, pero las paredes eran distintas. Eran de un amarillo oscuro, maltrecho, ennegrecido... como si este lugar hubiese sido abandonado por un largo período de tiempo.

—Así que nos volvemos a ver, mocoso...

Todo su cuerpo se congeló al oír aquella voz. No, esto era totalmente imposible... pero al voltearse, comprobó que sus oídos no le mentían.

Su padre estaba parado allí, cruzado de brazos, y con una mueca burlona plasmada en su rostro. Una peligrosa aura púrpura rodeaba su cuerpo, y sus ojos brillaban con un desagradable color dorado que no parecía natural para nada. Pero no había duda... ¡era él! ¡¿Cómo demonios era posible eso?!

Contenido oculto

Yugen

 

Hiroki Usui

Nuevamente fue transportado a otro lugar. Uno extraño, distinto... era como el propio Velvet Room con un ambiente más cargado y amargo. Hacía algo de frío. Y las pareces amarillas y deslucidas daban la apariencia de vejez añosa y soledad.

Y allí, en el centro de aquel compartimento estaba alguien que había perseguido sus pesadillas desde que era un niño. Las heridas del pasado le ardían con fuerza, lacerantes, sobre la piel. Como si acabaran de ser producidas en ese instante.

No era real, no podía serlo.

Nuevamente, la imagen que captaban sus ojos golpeó su subconsciente como un mazo. Puso todos sus sentidos en alerta disparando la adrenalina en sus venas.

Reacción de lucha o huida.

Porque su padre estaba muerto. Era el monstruo de sus pesadillas de cuando era un niño. Una bestia animal, como un lobo sediento de sangre. Enorme, de párpados caídos y barba de varios días... como lo recordaba. La camiseta manchada.

Hiroki apretó los dientes, los puños, las venas se marcaron en su cuello. La rabia que le producía aquella presencia era inefable, incapaz de describirse con palabras.

Toda esa rabia que fue miedo antaño. Pero ya no era un niño. Y el miedo se volvió ira con el tiempo.

—Tú.

Su voz fue más un gruñido ronco y animal.

Retazos del pasado lo asaltaron repenteninamente. La sangre parecía volver a manchar sus manos. El penetrante olor a óxido taladrarle el cerebro. Y todo volvía a ser blanco.

Recordaba los gritos de su madre poco después de que cerrara la puerta del armario y le pidiera silencio.

"Solo es un juego Hiro. Ahora regreso. Por favor no hagas ruido y no salgas pase lo que pase".

Y una mierda.

No era un juego. Y no era la primera vez. Pero sí sería la última.

Inconscientemente se miró las manos... y de su garganta escapó una risa áspera y seca. Estaban limpias ahora. Pero no llevaban así mucho tiempo.

Su padre no podía estar ahí. Era imposible. Hiroki lo sabía de sobra. Solo era la sombra que lo perseguiría hasta su muerte.

—Hijo de puta—gruñó más que dijo— ¿Has vuelto a seguir molestándome? ¿Quieres que me arrepienta de lo que hice?—inquirió cerrando repentinamente sus manos en un prieto puño. Casi podía sentir los huesos partiéndose de nuevo por el impacto—. Sé que no eres real y que todo en este jodido tren quiere que pierda la cabeza. ¡Maldito borracho de mierda! ¿Crees que iba a permitir que nos siguieras haciendo daño?

Su padre no podía estar ahí.

El puño golpeó nuevamente la pared contigua.

...

Porque él mismo lo asesinó con sus propias manos.

 

—¿No soy real? —repitió el Sr. Usui, y una escalofriante risa escapó sus labios.

El hombre se lanzó hacia delante, y en un segundo estaba delante de Hiroki. Lo alzó del cuello como si no pesara nada, como si fuese tan ligero como una pluma, y acercó su rostro al del joven. Podía sentir... el olor a alcohol barato que emanaba de su boca... podía sentir su malicia... no podía negar que se sentía bien real...

—¿Eso crees de verdad, mocoso? —dijo el Sr. Usui, para luego lanzarlo al otro extremo del compartimento sin siquiera sudar—. ¡Levántate, imbécil! No puedo creer que tenga que venir en persona a arreglar esto. ¡De pie, escoria de la sociedad! Debiste haber muerto hace rato ya, yo tan sólo le estoy haciendo un favor al mundo... ¡levántate, cobarde!

Hiroki fue a parar a la pared contraria, sintiendo un fuerte golpe seco al caer allí. Sentía como si todo el aire se hubiese ido de sus pulmones. Era condenadamente fuerte... esto no era como antes... ¿qué podía hacer él contra algo como eso?

—¿Es esa la verdad?

El muchacho de Shibuya levantó la mirada. Justo cuando creía que ya nada podía sorprenderlo allí... se encontró cara a cara con él mismo.

Había otro Hiroki ahí, frente a él. Era una persona idéntica a él, y a la vez diferente. Sus ojos brillaban con un sobrenatural color dorado, y aunque su cuerpo era idéntico... su expresión parecía más suave y pacífica.

—¿Es esto lo que deseas? —le preguntó el otro Hiroki—. ¿Deberías haber muerto? ¿Realmente quieres ser una escoria de la sociedad? Este es el momento en que tu deseo puede volverse realidad... o puedes luchar contra aquellos que desean verte derrotado...

>> ¿Cuál es tu verdad, Hiroki? ¿Deseas morir? ¿O deseas vivir? ¿Cómo deseas vivir en verdad?

 

Hiroki Usui

No tuvo tiempo de reaccionar. Antes de ser consciente había sido levantado del suelo como si fuese tan liviano como un trozo de papel. Pudo sentir aquel aliento pestilente en el rostro, de alcohol barato.

Como lo recordaba. Retazos de su infancia destellaron dentro de su cabeza a una velocidad incomprensible. Los golpes de su propio padre, de su propio monstruo, seguían ardiendo en su piel. Era como vivirlo todo de nuevo.

"Levántate cobarde. Eres igual de débil que tu madre"

Ya no era un chaval de diecisiete. Volvía a ser un niño pequeño, víctima de los maltratos de un loco borracho. Testigo de las palizas a su madre. Día sí y día también.

"Hiro... ¿por qué saliste del escondite? ¡Te dije que era un juego!"

Cuando logró escapar de todo eso y su madre falleció al poco tiempo, su vida perdió todo rumbo. La persona a la que más deseaba proteger ya no estaba con él. Ya no estaba en ningún sitio.

"No. Yo sé que no es un juego, mamá. Y no lo aguanto más. Voy a matar a este hijo de puta".

Le ardían los pulmones mientras respiraba con dificultad, tenso, rabioso... pero sabiendo que no tenía nada que hacer contra el monstruo de sus pesadillas. Lo había asesinado. Había salido impune porque había huido como una rata.

Se unió a pandillas. Robó. Golpeó. Se convirtió en otra bestia en un acto rebelde y desesperado. Porque no conocía otra cosa. Porque no le quedaba nada por lo que vivir.

Irónico que se convirtió en el lobo del que tanto quiso huir.

Pero había algo cierto. Jamás... jamás fue capaz de levantar su mano contra una mujer.

Hiroki alzó la mirada al escuchar aquella voz. Su cuerpo se sentía tan apaleado y tan desesperanzado y derrotado que verse a sí mismo ni siquiera lo sorprendió.

¿Era eso lo que deseaba? ¿Ansiaba estar muerto o vivir? Agh... todo aquello era una mierda. ¿Quería que su padre lo matara, como estuvo a punto de hacerlo tantas veces en el pasado?

No.

Por su madre.

No.

Por él mismo.

—No. No joder—replicó con dificultad, con la voz ronca. Su ceño se frunció—. No quiero morir. ¡No quiero morir, mierda! No luché por vivir para esto. Pero no quiero convertirme en él.

Dejó caer la cabeza hacia atrás, contra la pared del compartimento. Parecía exhausto.

Pero su voz no vaciló.

>>No quiero... ser un monstruo.

 

El otro Hiroki sonrió comprensivamente ante esa decisión.

—Buena decisión —asintió el otro Hiroki. Un brillo emergió de él... y envolvió por completo a ambos muchachos.

Contenido oculto: Background Music (?)

De golpe, Hiroki abrió los ojos, sorprendido. Cayó hacia delante y se agarró la cabeza... absolutamente todo su cuerpo le dolía, como si su piel estuviese en llamas... sentía como si su cabeza fuese a explotar en cualquier momento...

"¡Por fin has terminado con esa farsa! Oh, cuanto tiempo llevo esperando oír esas palabras..."

Esa voz... podía oírla... era la voz de sus propios pensamientos, pero a la vez no lo eran... eran algo superior, algo poderoso... podía sentir su poder... argh, su cabeza dolía horrores...

"Te dejaste oprimir por quienes te decían que debías ser un monstruo... dejaste que otros te dijeran que no tenías otra salida que ser una escoria de la sociedad, un monstruo... ya es hora de que les muestres que eres mucho más que eso... que puedes vivir por ti mismo, que no estás destinado a morir... no lo olvides..."

Hiroki lanzó un grito furioso. Se puso de pie, tambaleándose, y siguió agarrándose la cabeza del dolor. Gritó y pisó el suelo con su pie derecho; el suelo se fisuró en donde lo hizo, dejando la marca donde se había partido. Apretó sus nudillos hasta que le sangraron, y gritó otra vez... este poder... ¿realmente había estado dentro tuyo todo este tiempo?

"Yo lo sé, pues... yo soy tú... y tú eres yo..."

Y en aquel momento, justo cuando el dolor comenzaba a aflojar en su piel, Hiroki levantó la vista. Estaba mirando al frente, viendo al futuro... con aquellos ojos que irradiaban aquel sobrenatural brillo dorado.

Un aura amarillenta lo rodeó. Su poder había despertado. Notó entonces el espíritu que se había colocado a su lado... el espíritu de un lobo gigantesco, que gruñía en dirección al enemigo. Notó el grillete y la cadena rota en su pata derecha... al parecer un símbolo de las cadenas del pasado que había logrado romper. El lobo aulló y de su cuerpo fantasmal emergió un brillo extraño. Aquel brillo llegó hasta las manos de Hiroki... y se materializó en la forma de una enorme hacha de acero. El lobo pareció satisfecho de verlo tomar el hacha, que era sorprendentemente liviana en sus manos.

Fenrir. Ese era su nombre. Su otra parte, su otra mitad, su verdadero potencial... su verdadero ser. Su Persona.

Del otro lado del compartimento, el aura púrpura alrededor de su padre se había vuelto más extraña. Ahora que tenía su propio poder, veía lo que eran... un monstruo negro, feo y repulsivo. Un monstruo que debía ser eliminado.

—¡Muestra tu determinación, Hiroki! —aulló Fenrir, listo para el combate.


Sombra Usui
HP: 60/60
Fuerza: 15
Magia: 10
Defensa: 10
Agilidad: 1
Ataques:
-Bash (Ataque físico leve a 1 enemigo) [Daño: 10]
-Great Bash (Ataque físico leve a todos los enemigos) [Daño: 10]

Contenido oculto

Yugen ¡has despertado a tu Persona! Dejaré aquí tu ficha de combate (editaré también tu perfil en "Listado de Personajes" para incluirla). Debes ganar tu primer combate para progresar.

¡No olvides leer los Tutoriales para entender cómo funcionan las batallas en el rol!

Hiroki Usui (Lvl 5)
HP: 125/125
MP: 55/55
Fuerza: 25
Magia: 15
Defensa: 20
Agilidad: 7
Comandos de batalla:

Contenido oculto

Arma: Hacha de Trueno (Ataque físico; 10 de daño)
Persona: Fenrir

Contenido oculto

• Zio (Ataque de electricidad leve a 1 enemigo) [Daño: 20 | Costo: 4 MP]
• Bash (Ataque físico leve a 1 enemigo) [Daño: 25 | Costo: 5 HP]

Defender
Usar Ítem
Escapar

 

Hiroki Usui

Gritó. Gritó como si se estuviesen quebrando sus huesos uno a uno. Le ardía la piel. Pero era un ardor diferente al producido por los golpes de su padre. Era una sensación que quemaba de dentro hacia afuera como si gritara desesperadamente por salir. La sangre le burbujeaba. Le hervía.

Se llevó las manos a la cabeza sintiendo que le iba a estallar de un momento a otro. Su cuerpo acabó de rodillas, inclinándose al suelo por la presión devastadora e intensa que apretaba su cráneo como si pretendiese partirlo.

—¡Joder...! ¡JODER!

¿Qué estaba pasando? ¿Qué cojones estaba pasando? Mientras aquella extraña voz, su propia voz procedente de sus propios pensamientos hacía un eco ensordecedor en su cabeza todo pareció cobrar sentido y encajar como las piezas de un puzzle perfecto.

"Yo lo sé, pues... yo soy tú... y tú eres yo..."

No era una escoria. No era un monstruo. Era Hiroki Usui. El perro-lobo de Shibuya. El asesino de su propio padre. El Trueno.

Esa voz... era la suya. Su verdadera voz. Las palabras de una parte de su ser que había permanecido oculta por años. Ahora lo entendía. Ahora parecía comprenderlo.

Todo cobraba sentido ahora.

La adrenalina en sus venas. Un poder extraño, nacido de lo más profundo de su ser empezaba a emerger inundando todo su cuerpo de una fuerza sobrehumana.

Cuando alzó el rostro, respirando agitado por el esfuerzo y el dolor que empezaba a subsanar, sintiendo la garganta seca, fue cuando lo vio. El espectro de un lobo gigantesco se había materializado a su lado. No se sorprendió. No se impactó. Era como si... lo conociese desde siempre. Como si hubiese estado esperando toda su vida verlo aparecer.

Sus ojos brillaban con un sobrenatural tono dorado. Mucho más intenso que cualquier luz.

Su verdadero ser. Su Persona había despertado.

Ahora que había roto las cadenas del pasado, ahora que era verdaderamente libre por primera vez en mucho tiempo, Hiroki apretó los dientes en una sonrisa desafiante y confiada.

Lobuna.

Seguía pareciendo un perro. Pero el lobo de sus pesadillas no volvería a molestarlo otra vez.

Ahora veía a su padre como lo que realmente era. Un monstruo. Ese era el verdadero monstruo.

Y no él.

—Se acabó tu tiempo—le espetó a la sombra en la que ahora se había convertido su padre—. Por mí y por mamá. ¡Acabaré contigo de nuevo, de una vez por todas!

Sabía perfectamente lo que decir. Lo que hacer. Como si aquel inmenso lobo y él fuesen uno solo. Rayos destellaban con ira por todo el compartimento. Procedente de sus manos, de todo su ser.

Sonrió mostrando todos los dientes.

—Hagamos que tiemble este puto vagón.

Sujetó el hacha con ambas manos y al hincarla en el suelo gritó, con la voz áspera y ronca de siempre, pero con más determinación que nunca.

Una determinación no nacida de la más pura violencia...

Si no del corazón.

>>Fenrir, ¡Zio!

Hiroki Usui (Lvl 5)
HP: 125/125
MP: 51/55
Fuerza: 25
Magia: 15
Defensa: 20
Agilidad: 7
Comandos de batalla:
Arma: Hacha de Trueno (Ataque físico; 10 de daño)
Persona: Fenrir

• 
  
  
  • Zio (Ataque de electricidad leve a 1 enemigo) [Daño: 20 | Costo: 4 MP]
  • Bash (Ataque físico leve a 1 enemigo) [Daño: 25 | Costo: 5 HP]

 

El monstruo chilló de dolor al recibir aquel poderoso trueno directamente en la cara. Aún agonizando, se lanzó contra Hiroki con su poder Bash.

Sombra Usui
HP: 35/60
Fuerza: 15
Magia: 10
Defensa: 10
Agilidad: 1
Ataques:
-Bash (Ataque físico leve a 1 enemigo) [Daño: 10]
-Great Bash (Ataque físico leve a todos los enemigos) [Daño: 10]

 

Hiroki Usui

Pero a diferencia de antaño, los golpes de su padre ya no le dolían. Solo aumentaban más y más la determinación de su interior.

Ya no eran sus puños los que golpeaban. Era su verdadera fuerza.

Soltó una risa áspera.

—No te rindes ¿eh, viejo de mierda?— inquirió y blandió el hacha como si pesase lo mismo que una pluma—. ¡Esto es por mamá y por todas las veces que trató de protegerme y no te importó! ¡Sufre como sufrió ella!

Los rayos volvieron a inundar el compartimento del vagón.

>>¡¡Bash!!

Hiroki Usui (Lvl 5)
HP: 110/125
MP: 51/55
Fuerza: 25
Magia: 15
Defensa: 20
Agilidad: 7
Comandos de batalla:
Arma: Hacha de Trueno (Ataque físico; 10 de daño)
Persona: Fenrir

• Zio (Ataque de electricidad leve a 1 enemigo) [Daño: 20 | Costo: 4 MP]
• Bash (Ataque físico leve a 1 enemigo) [Daño: 25 | Costo: 5 HP]

 

Fenrir lanzó todo su poder en el siguiente impacto... y la sombra chilló de dolor. Se echó hacia atrás, gritando... y finalmente explotó en un haz de luz negra. Lo había hecho... había logrado eliminarla.

¡Combate ganado!
Obtienes:
+100 Exp
+1000 Yen

Contenido oculto

¡Hiroki sube a Lvl 6!
Mejoras en estadísticas:
+4 HP
+1 MP
+2 Fuerza
+2 Magia
+1 Defensa
+0 Agilidad

Luego de que la oscuridad se desvaneciera, Hiroki sintió como lentamente todo a su alrededor volvía a la realidad. Fenrir desapareció de su vista, y sus ojos volvieron a la normalidad... pero Hiroki sabía, de alguna forma, que no había desaparecido por completo. Que Fenrir... y su poder... siempre lo acompañaba. Siempre que lo necesitara.

—Vaya, que sorpresa —soltó una voz de imprevisto—. Parece que mis preocupaciones fueron en vano...

Hiroki se volteó súbitamente y se encontró cara a cara con Alice. La misteriosa asistente estaba de brazos cruzados, con la espalda contra la pared, viéndolo con una sonrisa de lado. Parecía... ¿satisfecha? ¿Acaso este era el resultado que esperaba ver?

—Bueno, no has muerto, así que eso es bueno, supongo —suspiró la chica. Sacó el reloj de bolsillo de su chaqueta y lo miró—. En fin, el Amo te espera... por aquí.

Alice cerró su reloj y lo guardó en su chaqueta. En cuanto lo hizo, una gigantesca puerta se materializó a su lado, aparentemente de la nada. Era una puerta azul, con el símbolo de una mariposa grabado en el centro. Esa puerta conducía de regreso al Velvet Room, a Igor... si era cierto lo que Alice decía... parecía ser que podría volver allí... ¿respondería Igor ahora a todas las preguntas que tenían para hacerle?