Como comenzó todo... (MinatoXKushina) (Desafío)

Como comenzó todo... (MinatoXKushina) (Desafío)

Saludos a todos! este es el primer Long fic que hago, asi que acepto todas las correcciones del lugar.

Pareja:Minato X Kushina
Tipo de historia: Long-fic
Cantidad de capitulos: 10 capitulos aproximadamente
Otros detalles: es un desafio pedido por Zhiinygami-chan. Espero te guste y les guste a todos.
Restricciones/Aclaraciones: como no se sabe mucho acerca de esta pareja, me basare un poco en el manga, de cuando se conocieron, pero tratare de hacerlo de manera creativa.

Como comenzó todo...
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Era un día soleado, perfecto para ir a la playa. Un día de esos los cuales no ves a diario, que se presentan muy pocas veces al año. Todo el País del Remolino estaba bajo unos brillos solares que obligaban hasta la más aburrida persona a salir de casa y adentrarse a un bosque a refrescarse con la brisa y a contemplar la naturaleza. Días como éstos son los favoritos de la familia Uzumaki. Lamentablemente, no podían disfrutar de él. Se estaban mudando.

Se mudaban hacia una aldea donde se sentirían más cómodos, más seguros, donde su hija pudiera aprender las mejores técnicas ninja para su propia defensa. Ya tenían todo listo. Bueno, en realidad, ya todo estaba en la aldea la cual se convertiría en su nuevo hogar.

—Vamos, hija. Apresúrate.
—Si… ya voy, mamá.

La niña estaba triste, pese a sus cuatro años de edad, ya entendía todo lo que pasaba a su alrededor. Tenia muy presente que sus padres lo decidieron por su propio bien. Sólo quería tomarse unos segundos para inspeccionar por última vez aquel lugar el cual ella le llamó su segundo hogar. Para ella, su primer hogar era el vientre de su madre, donde estuvo cuidada por nueve meses. Acabada la inspección, se dirigió hacia la entrada de la casa. Se dio la vuelta y sonrió para sus adentros. Corrió hacia su madre y le tomó de la mano.

—Mamá… ¿Cuándo llegaremos a nuestra nueva casa?
—En unos pocos días, pequeña.
—Eso espero, ¡de veras!

Tres días pasaron. Era el medio día. Al frente de la entrada, se detuvieron unos momentos para darse un respiro. En eso, la madre de la pequeña la despertó de sus sueños.

—Mi pequeña, despierta. Ya hemos llegado.
—¡Ah! ¿Tan rápido? Mamá… ¿Dónde estamos?
—Mi pequeña Kushina, bienvenida a Konoha.
—¿Konoha? ¿Qué no es la aldea oculta de la hoja?
—Si esa misma.


La entrada fue un poco tensa para Kushina, veía de un lado a otro para encontrar algo que ni ella misma sabía con especificación de lo que se trataba, no estaba acostumbrada a tanto movimiento de personas, de un lado a otro, con canastas llenas de frutas y un sin número de cosas más. Llegaron a una casa de dos plantas. De color crema con franjas verdes. Al abrir la puerta, todo estaba en orden. Kushina, por inercia, subió las escaleras corriendo y abrió todas las puertas hasta llegar a su habitación. Ésta era de color rosa pálido con franjas blancas, tal y como ella quería. Lo que más le gusto era la ventana, por la cual entraba una brisa relajante, muy parecida a la de su antigua alea. Se acercó a su cama y se sentó en ella. Recordaba cada y una de las cosas que había vivido en tan poco tiempo en el País del Remolino, y principalmente, cuando su madre le dijo que se mudarían a un nuevo lugar…

FLASH BACK

Era una tarde rojiza, con brisas suaves y cálidas. Kushina estaba sentada a la puerta de su casa cuando escucha a su madre llamarle.

—¡Kushina! Ven aquí un momento.
— ¡Sí! ¡Ya voy mamá!

Kushina entró a su casa y se encontró a su mama sentada en el sofá de la sala. Le indicó que se sentara frente a ella, ya que algo muy importante había de contarle.

—Verás, Kushina, tu padre y yo pensamos en mudarnos hacia una aldea donde podemos vivir más cómodos y seguros. También tendrás una habitación muy amplia y bonita, solo para ti.
—Ya veo… ¿Cuándo nos vamos?
—Mañana.
—Entiendo. En ese caso, me iré a arreglar mis cosas.

FIN DEL FLASH BACK

—Una nueva casa, una nueva vida. Me pregunto qué tipo de personas son aquí, en Konoha…

A la mañana siguiente, Kushina salió de su casa para darse una vuelta por la aldea. Veía de un lado a otro, como si buscara algo. Pasó por la academia ninja, la que se convertiría en su nuevo segundo hogar.

—No está mal…– pensaba Kushina– pero tendré que dar lo mejor de mí…

La caminata se le hizo algo aburrida a Kushina, por lo que decidió irse a su nueva casa. Camino a ella, pasó nuevamente por la academia. Pensaba una y otra vez la manera de sobresalir desde el primer día, pero era algo que se le hacía imposible. Ninguna de las ideas le agradaba o eran muy poco convincentes. Apenas llegó a su casa, se sentó a la mesa, su comida ya estaba sobre ella.

— ¿Qué te ha parecido la aldea? – preguntaba su madre.

—Algo movida. Nunca había visto a tantas personas moverse tan rápido.


—Lo sé, pero es algo a lo cual deberás acostumbrarte, querida. Konoha es diferente al Remolino. Aquí la vida es más agitada. ​

Luego de esta charla, la tarde pasó de manera lenta para Kushina. Solo se entretenía respirando el aire que entraba por la ventana de su habitación, haciendo que la pequeña se relajara cada vez más. Al cabo de unas cuantas horas, se quedó dormida en el umbral de la ventana. Al caer la noche, su padre la colocó en su cama, para que durmiera más cómoda. Lo que no sabía era que el destino le preparaba cosas especialmente a ella.




Continuará.....

 

Re: Como comenzó todo... (MinatoXKushina) (Desafío)

El primer día de clases en la academia ninja

Lentamente abría sus ojos. Recordaba una y otra vez las imágenes del día anterior. La vida de Konoha era súper rápida para ella, pero era un reto que debía afrontar y superar. Recordaba que estaba sentada en la ventana, pero no tenía ni la más mínima idea de cómo había llegado hasta su cama. Se quedó un rato pensativa, hasta que sintió que abrían la puerta.

— Kushina, ya es hora de levantarse. Hoy es el primer día de clases en la academia.
— ¡Ya voy, mamá! ¡De veras!

Al cerrar la puerta, Kushina suspiró, se levantó y se dirigió al baño. Se cepilló los dientes, se dio un baño y se puso su ropa que su madre le había regalado el día anterior para la academia. Apenas terminó, se vio en el espejo y se peinó con el cabello suelto. Al terminar, bajó a desayunar.

—Buenos días a todos.
—Buenos días, Kushina. ¿Por qué ese ánimo en el suelo?
—No es nada. Es que hoy es el primer día de clases…
—Bueno, si tú lo dices. Pero deberías levantar ese ánimo, ¿no crees?
— ¡Sí! ¡Tienes razón! ¡De veras!

Aun era temprano. Kushina se comió el desayuno lentamente, para poder saborear todo desde el principio hasta el fin. Vio a su padre despedirse y salir por la puerta. En cambio, su madre se quedaría en la casa. Pero a Kushina, la curiosidad no la dejaba en paz.

—Mamá. ¿A dónde va papá? —preguntó en tono inocente la pequeña.
— ¿La curiosidad mató al gato?
— Sí.
—Va a la torre del Hokage. Pero aún no sabemos para qué es.
—Entiendo.
—Será mejor que te vayas ahora para que no se te haga tarde. Es tu primer día, hija—le dijo alegremente su madre a Kushina para levantarle los ánimos.
—Sí mamá. Nos vemos luego—apenas se despidió, salió corriendo de la casa. Al llegar a una esquina, se detuvo y empezó a caminar civilizadamente.

El camino completo fue tedioso para Kushina. Veía ir y venir a todo tipo de personas. Apenas se sabía el camino para llegar a la academia. Los minutos pasaron como gotas que caían de un vaso de agua y ya estaba al frente de la gran entrada de la nueva academia ninja a la cual asistirá a partir de ese día. Suspiró y respiró hondo. Un escalofrío recorrió toda su columna vertebral. Sacudió su cabeza varias veces de un lado a otro, como quien quiere despertar de un sueño, y se adentró a su nuevo reto.

Según caminaba, sentía las miradas dirigidas hacia ella. Ella solo bajaba la cabeza y aceleraba el paso. En la entrada principal del edificio, había un ninja con semblante serio. Ella se le acercó silenciosamente, haciendo que el ninja se asustara cuando ella le llamaba…

—Disculpe, ¿me podría decir donde esta el salón para nuevos estudiantes?
—Claro… en el fondo a la izquierda, el segundo salón. Por cierto, bienvenida a la academia. Veo que no eres de por aquí. ¿De qué aldea vienes?
—Del Remolino.
—Entiendo. Ya vete, las clases están por comenzar.

Apenas terminó de hablar el ninja raro, según Kushina, se encaminó hacia la dirección que le había dicho. Al llegar al salón, vio que estaba casi repleto de estudiantes. Los estudió uno por uno. Detuvo su mirada en un chico rubio y ojos de color azul…

—Me parece que es muy afeminado…—pensaba en sus adentros Kushina.
—Chica, ¿no deberías estar ya dentro del salón?—le preguntó el profesor haciendo que la pelirroja se exaltara del susto.
—Si, es que aparte de que soy nueva también, vengo de otra aldea…—le explicó Kushina al profesor.
—Está bien. Entonces quédate un momento aquí y te haré una seña para que entres.
—De acuerdo.

El profesor entró y saludó a todos los alumnos que se encontraban ahí. Les explicó que había una niña nueva que venía de otra aldea, así que era mejor que la trataran de la mejor manera posible.

—Pasa, por favor—se dirigió a Kushina alzando el brazo hacia ella.

Con temor se adentró al gran salón que tenía en frente. Sintió todas esas miradas encima de ella. Más bien, sabía que debía impresionar a todos, incluyendo a los maestros, ya que venía de una aldea que no era Konoha, y quería sentirse aceptada por todos.

—Toma asiento allá detrás ¿te parece?
—Está bien—respondió sin hacer ninguna reacción.

Fue subiendo los escalones con la mirada gacha, sentía que todos la devoraban con la mirada. Al llegar a la fila señalada, se adentró a ella y tomó asiento en un lugar un poco apartado a los demás. Escuchaba a más de uno murmurando bajo acerca de ella.

—Escuchen todos. Este es el primer día, y como sabrán, es su primer día en la academia, así que quiero que todos digan su nombre y cuál es su sueño. No sean tímidos.

Esa era la sentencia. Kushina no había pensado en ese pequeño detalle. Cuando llegó su turno, solo se levantó y dijo…

—Mi nombre es Kushina—“es mi primer día, tengo que lucirme” pensaba— ¡seré la primera mujer convertirse en Hokage!—gritó a todo pulmón la pelirroja.

Todos la miraban fríamente. ¿Cómo es posible que una niña que venía de otra aldea ya quiera convertise en Hokage desde tan temprana edad?

—Este, muy bien, Kushina. Toma asiento por favor.

Apenas obedeció y se sentó tranquila. Sus manos sudaban. Sabía muy bien que todas esas miradas estaban encima suyo, y que a nadie le pareció muy buena idea lo que acababa de expresar. Los alumnos siguieron presentándose. Kushina los escuchó uno por uno. Sueños tontos y débiles, aburridos e imposibles, según ella. Todo hasta que se paro un niño más o menos de su edad, cabello revuelto rubio y una mirada azul penetrante.

—Mi nombre es Minato. Quiero que todos en la villa me reconozcan y quiero convertirme en un gran Hokage—decía muy sonriente y con el puño derecho en el pecho.

— ¿Convertirse en Hokage el también? No puede ser—pensaba Kushina—es un flacucho débil y medio afeminado. Tiene que estar loco. Creo que tengo un rival.

Las presentaciones terminaron, y empezaron con la clase de introducción. En ellas las reglas y normas de la academia, los castigos que se aplicaban y cómo era el método de evaluación. Desde ese día, empezaron a leer pergaminos que tenían los jutsus básicos y que debían todos de saber.

La hora del descanso había llegado. Una hora, que según Kushina, había tardado demasiado, ya que quería salir de esa selva en la cual se encontraba.

—Apenas es mi primer día y me siento en una selva, como si fuese un animal exótico—decía una y otra vez para sus adentros.

Kushina vio un columpio sostenido por un árbol. Se dirigió a el y se sentó. Podía ver toda la academia desde allí. Sus ojos se posaron por cada uno de esos niños los cuales se convertirían en sus nuevos compañeros. Pero lo dudaba. Hasta el momento nadie se acercaba a ella. Aún no comprendía por qué le hacía tanta gracia ver a esos pequeños adultos correr como infantes en la academia, se suponía que debían tomar las cosas en serio, y no como un juego.

Se había acabado el descanso. Nuevamente Kushina se adentró a ese gran salón en el cual recibiría las clases. A pesar que era lunes, las clases parecían que iban a durar hasta el viernes sin descansar. Las horas transcurrían lentas, apenas pasaban unos segundos, Kushina solo miraba a su alrededor. Se sentía encerrada. Quería salir de ahí. No veía la hora en la cual la dejaran en libertad.

La tan esperada hora llegó. Tomó sus cosas y salió disparada del lugar, caminó a su casa. En el camino veía todos los restaurantes llenos, y recordó que esas eran las horas de la comida, lo que la entusiasmaba a llegar a su casa para comer un delicioso plato de comida preparado por su madre. Caminaba sin parar hasta llegar al frente de la puerta de su casa. Abrió con un poco de dificultad la puerta, debido al tamaño de ésta, entrando y cerrándola tras ella.

— ¡Mamá! ¡Ya llegué a casa! —gritó a todo pulmón la pelirroja.
— ¡Aquí estoy! —Le respondió su madre, la buscaba con la mirada hasta verla la cocina— ¿qué tal tu primer día de clases?
—Aburrido.
— ¿Aburrido? ¿Eso es todo?
—Sí, mamá.
—Supongo que tienes hambre. Encima de la mesa se encuentra tu comida. Asegúrate de comértela toda. Sin trampa, ¿entendido?
—Sí, ¡de veras!

Apenas la Uzumaki menor de la casa terminó de comer, llevó los platos al fregadero de la cocina y los dejo ahí. Subió las escaleras que la llevaban a su habitación y entró en ella. Dejó la puerta abierta y se recostó en la cama mirando hacia el techo. Sentía un poco de calor. No lo pensó varias veces y se levantó para abrir la gran ventana frente a ella. Al abrirla, se sentó viendo hacia fuera.

—Definitivamente la academia será todo un reto…

La noche había caído. Su madre le llamaba para que bajara a cenar. Cerró la ventana y bajó las escaleras. Suplicaba por que no le preguntara su padre acerca del primer día en la academia.

— ¿Qué tal tu primer día en la academia? —preguntó el padre de Kushina.
—Aburrido—respondió con desgano a la pregunta.
—Entonces, verás que mañana no será tan aburrido como hoy.
—Eso espero, ¡de veras!

Acabada la cena, Kushina ayudó a su madre a recoger la mesa y a lavar los platos. Al terminar, se despidió de ambos padres y subió hacia su habitación. Entró en ella y nuevamente abrió la ventana. Esa noche había luna llena. Se alejó de ella y entró al baño a darse una buena ducha, eso la refrescaría del lento día que había vivido. Salió, se colocó su pijama y se metió directamente a la cama, esperanzada que el nuevo día que se avecinaba sea más interesante para ella.

 

Re: Como comenzó todo... (MinatoXKushina) (Desafío)

me alegro te haya gustado, y si, creeme, fue lo primero que penso Kushina al ver a Minato....

 

Re: Como comenzó todo... (MinatoXKushina) (Desafío)

Zhiinygami!!! se que debi de haber puesto la continuacion ayer, pero es que estoy en la quinta semana de clases de la universidad, lo que significa semana de exmanes parciales. lo mas problable es que ponga el tercer cap el miercoles o el jueves. Disculpa la tardanza.... :(

 

Re: Como comenzó todo... (MinatoXKushina) (Desafío)

por Dios! estoy haciendo promesas que no estoy cumpliendo... mis mas sinceras disculpas... aqui les dejo el tercer capitulo....

Problemas van y vienen para la tomate...
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Un nuevo día se acerca. El sol ya esta saliendo. Esta despertando de su sueño nocturno. Asimismo, Konoha despierta de su sueño nocturno y se prepara para el nuevo día.

En la casa de los Uzumaki, se vive el mismo ambiente del día anterior. Principalmente para Kushina. Hoy será su segundo día de clases en la academia. En su mente solo estaba la frase “será un horrendo día”. Se levantó pesadamente de su cama, la arregló, entró al baño y se preparó para el nuevo día.

Al bajar las escaleras, se encontró con las sonrisas de sus padres, invitándola a desayunar.

—Anda, ven. Siéntate a comer algo. Te puedes marear.
—Si…—respondió con desgano a las palabras de su madre.
—Kushina—llamó su padre—esfuérzate.
—Lo haré.
— ¿Qué harás si te molestan?—preguntó su madre.
—Los golpeare hasta la muerte—sentenció la menor de la casa.

Apenas acabo el desayuno, salió disparada de su casa. Llevaba las manos tras su nuca, caminando despreocupadamente. Al llegar, notó que muchas miradas estaban encima de ella. A diferencia del día anterior, que las ignoraba, les dedicaba una mirada fulminadora y asesina, haciendo que muchos se intimidaran.

Entró a su salón de clases y se colocó en lo más profundo de éste. Al llegar temprano, no habían sólo que unos cuantos estudiantes dentro de el. Se aburrió de manera tan inesperada que recostó su cabeza a la mesa y se durmió. Pasado un tiempo, sentía unas manos moverla de un lado a otro.

—Pero, ¿Qué rayos te pasa?—preguntó sin mirar a quien se dirigía.
—Será mejor que tengas cuidado al responder, Uzumaki—dijo cortante el profesor.
—Si—dijo secamente la pelirroja.

Las clases pasaron con normalidad. Practicaban algunos jutsus básicos como el de clones de sombras y de transformación. Kushina los hacia todos a la perfección. Eso causaba enojo y envidia a muchos que se encontraban ahí. Entre tantos murmullos y exigencia por parte del profesor, el primer tiempo de clases pasaron, dando lugar al descanso.

—Oye… ¿Qué esa no es la que hace todo bien? ¿Quién se cree que es?
—No tengo idea… solo se que parece un tomate.

Repentinamente, unos niños pasaban por ahí y escucharon el último comentario y surgió la idea para molestar a la niña nueva. Se le acercaron unos cuantos por detrás y le empezaron a gritar.

— ¡Oye tú la pelirroja!
— ¿Qué? ¿Me hablas a mí?
—No hay otra chica por aquí que tenga el cabello de ese color. ¡Es a ti tonta!
— ¿Pero que te pasa?—le pregunto casi en un grito Kushina.
— ¡pareces un tomate!

Kushina los dejo en paz. No le hizo ni más mínimo caso. Solo siguió su camino hacia algún lugar que tuviera sombra. Se sentó bajo un árbol y vio como muchos la señalaban y gritaban la palabra “tomate”. Recordó las palabras de sus padres en la mañana…

FLASH BACK

—Recuerda Kushina, toma todo con calma—decía su madre.
—No recurras a la violencia. Pueden expulsarte de la academia. No querrás dar mala impresión, ¿verdad? Recuerda que tienes un poder muy fuerte en tu interior y no puedes dejar que te manipule. ¿Entendido?
— ¡Si! ¡De veras!

FIN DEL FLASH BACK

Durante el transcurso del descanso, Kushina escuchaba los comentarios de muchos niños y niñas acerca de su cabello, y que tenía que ser pariente de los tomates. Eso estaba colmando la paciencia de la pelirroja, pero las palabras de sus padres la tenían atada. No podía que los demás la llamaran así, pero tampoco podía dejar que la sangre le subiera a la cabeza y los golpee a todos y la expulsen de la academia, además de ser una chica nueva en la aldea, no podía dejar una mala impresión acerca de las personas de su aldea anterior.

Tragó saliva pesadamente varias veces, hasta que el enojo desapareciera por completo. Por fortuna, la hora del descanso había concluido y ya era hora de regresar a clases. Al entrar nuevamente al salón, Kushina se dirigía a los escalones que la conducían hasta su puesto. Mientras caminaba, todos los chicos de las esquinas, sacaron el pie con intenciones de hacerla caer. Al ser descubiertos por la pelirroja, saltó cada escalón hasta llegar al suyo sin necesidad de caerse, haciendo el enojo de muchos más grande aún.

Las clases, increíblemente, pasaron rápido para la tomate. Al salir de clases, se encontró nuevamente con los chicos que habían empezado a decirle tomate. Lamentablemente no estaba el pequeño grupo de 5 ó 6 chicos; ésta vez eran más de 10. A pasos decididos siguió caminando hacia ellos, debía atravesarlos para poder abandonar la academia, así que caminó mirando bajo, para no verle sus rostros.

Llegando casi al final de ese abismo dominado por estudiantes, uno de ellos le jaló el pelo, haciendo que gritara de dolor, pero aún así no les dijo nada. Con la cara más seria que nunca salió del lugar y corrió hasta su casa. Al llegar saludó secamente y subió a su habitación cerrando la puerta tras ella. No derramo ni una lágrima. Ya tenía un plan en mente y lo llevaría a cabo, sean cuales sean las consecuencias.

El día llegó nuevamente para la pelirroja y junto a él una planeada estrategia que acabaría con el “juego” de aquellos niños de llamarla “tomate”.
Se levantó de la cama y se metió al baño y se alistó a toda prisa. Al momento de verse al espejo su madre entró a la habitación.

—Buenos días, Kushina. ¿Cómo te amanece hoy?
—Bien mama…—respondió secamente sin mirarla a la cara. Su vista estaba fija en el espejo.
—El desayuno ya está listo, así que baja antes de que se enfríe.
—Si.

La madre de Kushina cerró la puerta tras ella. En ese momento, la pelirroja miró de reojo la puerta.

—Es cierto que parezco un tomate… mi cara es muy redonda y mi cabello es muy rojo… debo admitirlo, tienen razón. Pero aun así, mi plan ira en marcha.

Bajó a toda prisa las escaleras, se comió todo el desayuno, se despidió de sus padres y salió corriendo hacia la academia. Al llegar, había un grupo de niños que apenas la vieron empezaron a gritarle. Ella no le hizo caso a ninguno de ellos. Tenía todo planeado, así que no debía salirse de control.

Las primeras horas de clases pasaron y durante ellas Kushina recibía papelitos enrollados que decían la palabra “tomate”. A pesar de todo, mantuvo su plan al pie de la letra. En la hora del descanso, se alejo de todos para tomar aire fresco y relajarse. Al volver nuevamente la empezaron a llamar tomate. No les hizo ni más mínimo caso. Se dirigió a su salón para recibir la segunda hora de clases. Esas horas fueron eternas para ella, que sonreía malévolamente en su interior. Llegó la tan esperada hora de ejercer el plan. Fue la ultima en salir del salón. Cuando llegó a la entrada del edificio de la academia, escucho que la llamaban por su nuevo sobrenombre, sonrió de lado y un aura roja empezó a rodearle. Los chicos, asustados ante tal hecho, empezaron a correr. Era la hora de acabar con su juego de los sobrenombres.

A cada uno de ellos, los alcanzaba, y a pesar de que iban en direcciones distintas también los alcanzaba. Hasta los que estaban escondidos lograban ser descubiertos. Kushina le propiciaba a cada uno de ellos una paliza que los dejaba casi muertos. Todos, sorprendidos, no dijeron nada y se alejaron del lugar.

— ¡Si me llaman así nuevamente, me asegurare de dejarlos bien muertos!—grito a todo pulmón de manera ronca Kushina, asemejándose a un chico— ¡que quede bien claro!

A partir de ese día, Kushina fue conocida como “La habanera sangrienta”.

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lo siento.... esta un poco corto porque a pesar de que tuve demasiadas complicaciones con trabajos de la universidad la inspiracion me dejo completamente plantada...

besos!

 

Re: Como comenzó todo... (MinatoXKushina) (Desafío)

hola a todos!
paso por aqui para pedirles disculpas a todos ya que se supone que hace una semana deberia de haber publicado el 4 cap el fic. Me disculpo con la frente en el piso...
sucede que estoy en la novena semana de clases en la universidad y eso es igual a castigo para toooodos los estudiantes!!! lol...
lo siento! pero prometo publicar el prox cap en esta semana!!!!

 

Re: Como comenzó todo... (MinatoXKushina) (Desafío)

Saludos a todos...!!! mis mas sinceras disculpas por no poner el cap desde hace como un mes... la universidad se puso un algo dura, pero si Dios quiere ya salgo el lunes... y no se preocupen ¿, ya tengo la mitad del cuarto cap... en el cual les prometo nuestros protagonistas tendran mas participacion juntos.... y espero que sea por lo menos un pococ gracioso...

nos veremos!!!