One-shot COLLAB - "Ya estoy aquí" [Pokémon Rol Championship]

Pues tras proponer y hablar con Mr. @Gold-Kun sobre el tema, ambos hemos decidido que qué mejor forma de revivir a mi rubia (La cual me he llevado a twitter y lo lamento por eso) que en base de "Ya estoy aquí", sacar yo la misma historia pero centrada en Destiny y a modo de Collab. Qué decir tiene que aunque ya no estoy tan acostumbrada a escribir, no sé la impresión que causará, así que por favor, no me matéis.

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El sobresfuerzo. Quizás uno de los mayores enemigos para cualquier trabajador. Sobre todo para un menor. Y es que Destiny no había parado por días los trabajos que deberían pertenecer a sus padres

Si no fuera porque estaban fallecidos.

¿Y todo para qué? Para no perder su fortuna. Fortuna la cual era más fácil mantener de una forma más concreta: Recuperar los títulos de su padre.
Eso estaba claro que lo haría, pues su actual equipo estaba más que preparado para cualquier desafío. Pero el papeleo siempre estaba de por medio para hacer esa opción casi imposible.

Tiró el bolígrafo y gafas a la mesa con notable desprecio, reclinándose en la silla de oficina en la que se encontraba sentada. Resopló ante tanta frustración. Maldita sea… Todo iba a peor. Y encima, con el tiempo justo. Sabía que no debería haberse ido a su región natal… aunque mereció la pena con tal de recibir su primer título. Se levantó de la silla, saliendo de aquel dichoso cuarto para prepararse y así poder dar una vuelta por Luminalia. No tardó mucho, pues ya estaba media vestida. Solo tuvo que ponerse su típico chaleco, las gafas de vuelo y otras de sol para poder ocultar sus cansados ojos de la multitud. Ya lista, solo tuvo que sacar de una de sus pokéballs un Dragonite con aspecto saludable, el cual la llevó a la gran ciudad principal de Kalos tras ajustarse las gafas de vuelo. Cuando llegó, no parecía haber nada alterado, al contrario. Todo estaba en su sitio. Decidió pasearse por las calles seguida de su dragón y con las oscuras gafas puestas. Más no tardaron en reconocerla y pararla al rato.

Se trataba de un hombre con una maleta como equipaje, saludándola cortésmente al detenerla.

—¡Señorita Inashu! ¡Vaya sorpresa el encontrarla por aquí! — Exclamó el hombre, llevándose la mano derecha al pecho.

Aunque no se encontraba de humor para recibir charlas, la rubia decidió dedicarle una de sus mejores sonrisas al hombre para no dar la impresión de borde.

—Sí. He notado que es salir de mi casa y ya todos se sorprenden. En fin… ¿En qué puedo ayudarle? —Preguntó la rubia, pasándose una mano por su melena

—Ah. Solo era que me pareció extraño verla fuera y sola pero, ahora que recuerdo, un joven se me acercó hace rato diciéndome ser su novio. Obviamente su aspecto no parecía digno de usted. Pero dígame. ¿Tiene pareja?

Destiny alzó una ceja ante aquellas palabras. ¿Un joven insinuando ser su pareja por Luminalia?

—Tener, tengo. Pero… — Se llevó la mano al colgante en forma de corazón que adornaba su pecho. El mismo colgante que una amiga muy especial para ella le había regalado. Y en el cual, por la parte trasera, le había incrustado la piedra activadora que usaba para megaevolucionar a uno de sus pokémon. —. Pero él no está en Kalos… Se encuentra un poco lejos de aquí.

El hombre rió, asintiendo ante las palabras de la joven entrenadora.

—Ya me lo temía. Alguien como aquel chico no podría estar nunca con alguien de su nivel. Perdone las molestias, señorita.

Tal y como apareció, el hombre se fue por donde vino, no sin antes inclinarse como muestra de respeto ante Destiny. No pudo decir nada más. ¿De verdad había alguien tan osado en Kalos como para andar diciendo ser su pareja? Genial. Simplemente genial. Decidió olvidarse de aquello, así que siguió paseándose por las calles acompañada de su pokémon, pero recibiendo situaciones similares a la anterior, y eso la iba molestando cada vez más. Decidió sentarse al borde de una de las fuentes del lugar, mirando su reflejo en completo silencio durante unos minutos.

—¿Qué le pasa a ese tío? ¿Tanto se aburre como para inventarse el ser mi novio? — Refunfuñó Destiny, agarrando el colgante dorado que traía consigo. —. Ahora que lo pienso… ¿Cómo le irá a Alpha?

Frunció el ceño, pero luego sonrió. ¿Para qué se preocupaba?

—Creo que es el que lo tiene todo mejor controlado. Me preocupa más Liz. Me gustaría saber si aún... Si aún se acuerda de mi.

Echó un vistazo a su Dragonite, el cual solo ladeó la cabeza en completa confusión. Destiny suspiró, poniéndose en pie y subiendo a lomos del pokémon dragón para emprender el vuelo rumbo a la mansión Inashu. Nada más llegar, tocaba volver a su rutina. Papeles, bolígrafo y gafas para la vista preparados para continuar por donde dejó todo.

Pasó el tiempo, y su concentración fue interrumpida por unos fuertes gritos. Se puso de pie, dejando las lentes sobre la mesa y andar por los pasillos hasta la puerta principal, donde uno de sus guardaespaldas, ya molesto, se encontraba al lado de la puerta.

—¿A qué viene tanto jaleo? — Preguntó Destiny, cruzando los brazos sobre su pecho

—Hay un crío en la puerta que quiere verla y añadiendo el ser su pareja—Contestó el hombre, cambiando su tono de voz para poder dirigirse como es debido a ella

Aquello fue suficiente para encender en ira a la rubia. A aquel sujeto no solo le bastaba con andar diciendo por toda Luminalia ser su pareja, sino que también fue tan osado como para presentarse en su residencia y reclamar verla de a saber tú qué formas. Abrió por ella misma la puerta, apretando la mandíbula con fuerza ante tanta rabia que sentía en esos momentos. Si no fuera porque en ocasiones como esas su autocontrol era decente, no hubiese tardado en saltarle al cuello a quien fuese el tipo.
—¿¡Quién es el idiota que se metió aquí diciendo ser mi novio!?

Pero lamentó el momento en el que soltó el grito al ver de quien se trataba realmente. No pudo articular palabra ni mover un solo músculo en ningún momento. Ni cuando su nombre fue exclamado ni cuando fue envuelta en un abrazo.

—¿A-A-A-Alpha...?—Preguntó ante tal sorpresa Destiny—¿T-T-Tú qué haces aquí? ¿D-Desde cuándo estás-

—Ya estoy aquí...—Pudo escuchar que le susurraba, haciendo que su cuerpo diera un leve temblor repentino. —. Lo prometí, ¿recuerdas? Cuando acabase en Galeia vendría contigo a Kalos.

No hicieron falta más palabras. Con sus temblorosos brazos, decidió rodear también al entrenador, aferrándose con fuerza a la parte trasera de la prenda que vestía su torso a la vez que notaba como las lágrimas que emanaban de sus ambarinos orbes se deslizaban por sus mejillas. Y es que tenía que admitirlo. Echaba de menos, por muy pequeña que fuese, una muestra cariño.

—Disculpa la demora.

Echaba de menos el calor de un ser querido contra su cuerpo.