Colección de Pokémon - Colección de One-shot

Tema en 'Fanfics Terminados Pokémon' iniciado por Heleia Clare, 2 Julio 2013.

  1.  
    Heleia Clare

    Heleia Clare

    Sagitario
    Miembro desde:
    23 Junio 2013
    Mensajes:
    0
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Colección de One-shot
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    1871
    Tabla Ortega&Gasset
    01. Mala costumbre 02. Esfuerzo 03.Instinto 04.Costumbre 05. Pensar
    06. Complacer 07.Convicción 08. Papel 09.Conducta 10. Deshumanizar
    11. Dudar 12. Creer 13. Libertad 14. Poder 15. Perfección
    16. Sentido 17. Perspicaz 18.Deseo 19. Verdad 20. Necesidad Incondicional
    21. Suplantar 22. Negar 23. Progreso 24.Anhelar 25.Beber sin Sed
    26. Renunciar 27.Circunstancia 28. Belleza 29. Diferencia 30. Enamoramiento
    <3 Quería obligarme a escribir, sacarme de mi sueño, por ello me creé yo sola una tabla. La llamé Ortega&Gasset porque estuve eligiendo una palabra de cada una de sus frases hasta completar 30.
    Entonces, iniciemos con la primera palabra de la lista. Las historias no están relacionadas.



    Título: Mala Costumbre
    Resumen:Ella sonrió. Él sintió cosquillas por todos lados. ¡Oh, si tan sólo no hubiese sucumbido a su mala costumbre!
    Personaje: Brock.
    Desclaimer: Los personajes de pokémon no me pertenecen. Amaría que Paul o Harley fueran míos, pero me conformo con los fics.
    Advertencia: No es bonito =S. No beta, algún error comentar, no mucha descripción prque es Oneshot cortito(¿) D:
    I.

    Los rasgados ojos de Brock observaron detalladamente a la mujer que le sonreía desde la panadería; alta, de piel blanca y poseedora de unos preciosos ojos azules. Brock recorrió—sin disimular—el cuerpo de la chica, aquel vestido rosa que le llegaba arriba de la rodilla le facilitaba observar sus delgadas piernas, hermosas, pensó. El delantal blanco, en cambio, le otorga un toque hogareño a su bella dama. La chica lo observó nuevamente, pero esta vez con una mezcla de curiosidad y temor; probablemente no era muy gustoso notar a un hombre parado frente a la tienda observándola indecorosamente.

    Brock ya tenía las mejillas rojas. Era hermosa, parecía tan delicada y aun así sujetaba fuertemente el palo de escoba para defenderse en cualquier momento, poco antes había estado barriendo el tramo externo del establecimiento mientras él la contemplaba de lejos, tomando su café en la cafetería de enfrente.


    Suspiró apenas audible y le sonrió en un gesto acompañado de amabilidad, sin dejar de acercarse a la panadería a pasos lentos. Analizó cómo ella aumentó la fuerza de agarre en el palo por un minuto, para después relajarse cuando pronunció las siguientes palabras:

    —Me gustaría comprar pan, pero no visito mucho Ciudad Rocavelo, así que no sé qué tan buena sea su tienda. —Brock miró algún punto perdido detrás de la dependienta, acordándose que estaba en esa ciudad por un curso para médicos pokémon que el profesor Oak le recomendó. Eso no evitaba que platicara con chicas lindas.

    —Yo puedo ayudarlo —respondió, sonriendo visiblemente hasta mostrarle los dientes en una brillante expresión—, por favor, sígame, me llamo Dyna.

    Era bella, sin duda. Y A Brock desde siempre le gustaron las mujeres cómo ella: curvilíneas y de un largo cabello rubio.

    Cuando estuvieron dentro del local, el moreno se dio el gusto de contemplar detalladamente el lugar. El olor característico de los panes horneados se expandió dentro de su nariz cómo un gas afrodisíaco; al menos existían cuatro estantes de cada lado del rectangular establecimiento, todos ellos llenos de pan en diferentes versiones: con chochitos de colores, betún, espolvoreados, mantecadas y algunos más de los cuales no recordaba la clasificación, también había cucharones y charolas apiladas en una esquina para que los consumidores eligieran su producto. Disimuladamente notó un lugar vacío justo al final del último estante, al lado de los rollos de chocolate, eso causó curiosidad en él.

    —¿Por qué tienes ese espacio sin algún panecillo? —preguntó interesado aunque obviamente era parte de su táctica para seducirla. Una cosa que había notado en sí mismo, es que a pesar de mirarla y encantarle, no se comportó eufórico con ella, tal cual solía hacerlo con las demás.

    Quizás ella era especial. Eso lo ponía algo nervioso.

    —Estoy trabajando en un pan ahora mismo, el que irá justamente ahí. —indicó, caminando suavemente hacía una puerta, justo al fondo de la tienda. Le había hecho una seña con el dedo índice para que la siguiera; no le sorprendió en lo absoluto perseguirla instantáneamente—, pero creo que todavía le falta para cocerse por completo.

    Cogió la perilla, girándola. Innumerables pensamientos lo invadieron al sentir la temperatura del lugar subir; la escena era para ello; una chica hermosa, un chico, una tienda sola. Sí, una excelente idea que se cerraría con un cartel de que indicara que el lugar no prestaba servicio ese día.


    —Disculpa. —Dudó un momento, desviando los ojos de la mirada interrogativa de Brock—¿cómo te llamas? —cuestionó, con las mejillas ligeramente sonrosadas.


    Porque Brock podía ser un pervertido—sin duda—pero ese determinado gesto hizo que su corazón y algo más, saltara. Esa imagen lo perturbaba, en todos los sentidos. Tanto, que estaba dispuesto a saltarle encima a Dyna reluciendo en todo su esplendor el acosador que llevaba adentro.

    —Brock —contestó con simpleza.

    Ella sonrió.
    Él sintió cosquillas por todos lados.

    —Brock, ¿te gustaría acercarte al horno? Estoy tan acostumbrada a los olores que algunas veces siento que mi olfato me traiciona. —Asintió a la petición y ella continuó: —, usa los guantes y abre la puerta del horno, así los olores se distinguirán mejor.

    Era un día caluroso, que quiso ducharse. ¿O tal vez era el ambiente? Fingió alejar esos pensamientos del calor, seducción y un cartel cerrado, reteniendo el deseo salvaje de su interior. En vez de ello, alcanzó los guantes sobre una alacena y se los puso, rosas y esponjosos.

    Había olvidado por completo que debía pensar en que pan elegir para comprar, aunque, analizando la situación, la opción más viable era oler y decirle que fue el más delicioso aroma que su nariz succionó; así tendría la posibilidad de tener una charla tendida que podría acabar en una cita romántica y después una bienvenida al departamento de Dyna.

    Porque, a pesar de que sólo permanecía parada echándole fondant a los pastelillos, parecía que le estaba haciendo otras cosas a los dichosos dulces; y ella no dejaba de sonreír, con esa sensual mezcla de timidez y alegría.

    Definitivamente quería volverlo loco.

    Le dirigió una mirada amable y comprensiva, para que no tuviese duda de él, posteriormente, se aproximó al horno. Corrigió, se acercó a un gran horno; al estar lo suficientemente cerca, contempló lo gigante que era la puerta metálica, podría jugar que era casi la mitad de su cuerpo entre lo ancho y lo largo. Seguramente también era hondo, pues expediría gran cantidad de pan; apostaría a que un Magmar estaría feliz trabajando ahí. De repente sus pokémon aparecieron en su mente, esa mañana decidió dejarlos en la guardería para que jugaran con pokémon de esa región, posiblemente Onix estaría actuando cómo una clase de juguete enorme.

    Complacido, escuchó el tenue sonido que hizo la puerta al abrirse. El dulce olor de la masa cociéndose impactó contra el ambiente haciéndolo disfrutar; jamás en su vida encontró los panes tan apetecibles cómo ese día.


    Atrás de él, Dyna echó una mirada hacía el ventanal del establecimiento, no existía persona alguna transitando por ahí, se debía—tal vez—a esa nueva inauguración del centro comercial. Todo el mundo parecía volverse loco con las tiendas de ropa o salones recreativos. La sonrisa en su rostro creció de sobremanera y aceptó dejar el fondant para luego.

    Se posicionó tras Brock, que ahora permanecía con los ojos cerrados disfrutando la esencia de pan que se cocía. Dyna estiró el brazo, alcanzando la espátula grande que usaba para sacar el pan. Se relamió los labios—rosados, secos—, y de nuevo, cómo venía haciéndolo desde hace varios meses, golpeó fuertemente contra la cabeza del hombre.

    Oyó el quejido de su cliente y presenció que la parte superior del cuerpo de Brock cayó sobre la boca del horno; empuñó con energía la espátula y terminó de adentrar al inconsciente chico. En su infierno personal. Se secó algunas gotas de sudor después de cerrar la puerta de metal, soltó un suspiro y volvió a echar el fondant en los otros panecillos que le faltaban. Minutos después comenzó a oír los gritos del muchacho moreno, cada uno de ellos desgarradores y mucho más sonoros que el anterior; transcurrió el tiempo y el olor a pan dulce fue consumido por la carne quemada. Agradeció haber silenciado la tienda con ese caro sistema, pues podía hacer sus travesuras a cualquier hora del día, sin inconvenientes.

    A Diferencia de ella, la sensación de un horrible ardor iba y venía por todo el organismo de Brock, dominaba sus venas, nervios y vasos sanguíneos; las llamas desfiguraron su rostro y calcinaron completamente su cabello; pataleó y golpeó intentando abrir la puerta, pero ni siquiera sus gritos fueron escuchados.

    ¡Oh, si tan sólo no hubiese sucumbido a su mala costumbre!

    El sonido de unos pasos acercándose a la tienda distrajo a la mujer de su tarea diaria, dejó a un lado su escoba y le sonrió a la señora, su primera clienta de esa mañana.

    —¿Tienes algún nuevo pan esta semana ?—demando, imaginándose a sí misma comiendo un exquisito pastelito de esa tienda tan particular, pues el sabor de sus productos no podía compararse con ninguna de la región.

    —¡Por supuesto, pan de carne!

    Dyna sonrió, guiando a la ama de casa dentro de su panadería.
     
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    Hns

    Hns Entusiasta

    Aries
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    Guau, cuando la chica lo invitó a olisquear el horno tuve un fugaz pensamiento donde lo arrojaba dentro como la bruja en hansel y gretel, pero jamas pense que realmente lo haría O_O me tomo por sorpresa. Al final ella era como la novia de sweeney todd que cocinaba con carne humana dx
    Muy genial el fic, lo sentí arriesgado en la trama y hasta perv xD Admito que también llegué a pensar que Brock le haría algo jajaj luego me dije no se atrevería xD como primer relato para la tabla capto mi atención al instante, espero que los siguientes relatos sean igual de inesperados.
    Saludos!
     
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    Keilani

    Keilani Usuario popular Comentarista empedernido

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    D:! ¿Esa chica era canival? o bueno, los preparaba en pan... aunque al parecer el sabor a carne humana es bueno ya que la pastelería era famosa por su buen sabor... e.e *la muerde* ok, no xD.

    Me ha gustado la historia, me mantuvo a la expectativa, aunque en verdad me sorprendió mucho que Brook se comportara tanto frente a una extraña ¿ella habrá previsto esto? digo, ya que se dice que el hombre llega hasta donde la mujer quiere...

    En fin no sé que más decirte, me ha encantado, sigue así.

    Oh! ya sé que decirte, termina la tabla o habrá tabla (?) x'D
     
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    Heleia Clare

    Heleia Clare

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    Colección de One-shot
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    2031
    Ups, lamento tanto la tardanza, toda la culpa la tienen los fanfic Snarry, Tom/Harry y Drarry que me he estado leyendo, no he podido evitar dejarme seducir por estos hombres; sin embargo, saldaré mi deuda con actualizaciones más cercanas. Además, que mi teclado me trollea pero está de humor, aprovecharé eso.

    Hns: Lamento tanto la tardanza por el siguiente Oneshot, las sorpresas son lindas, uno nunca sabe que esperar de las personas. Sí, me he arriesgado demasiado deformando la temática de pokémon, pero no he podido eviarlo <3. Brock es perver aunque en la primera temporada se detenía más a sus instintos, saqué esa parte de él.

    Bonita: Los humanos de alguna manera deben sacar sus instinto primitivo de canibalismo, ahora que veo bien el Oneshot, creo que me faltó más narración y descripción, aunque cumplió con su cometido: ameno, sencillo y sorpresivo. D: Si vieras la primera temporada, al principio Brock ignoraba totalmente a la oficial Jenny enfermera Joy, se comportaba, hasta que sacó a relucir su fea personalidad.



    Título: Esfuerzo
    Resumen: Le dijeron que si se esforzaba lo suficiente, conseguiría todo lo que quisiera.
    Personaje: Soldado Equipo Rocket. Original.
    Desclaimer: Los personajes de pokémon no me pertenecen. Amaría que Paul o Harley fueran míos, pero me conformo con los fics.
    Advertencia: Leí una fanfic que me ha puesto de mal humor, no advertía el género al que realmente pertenecía, me ha hecho leer un final que no deseaba; me provocó arcadas, así que expongo esta historia para calmar mi sed de sangre. Bueno, dejando eso actualizaré más rápido, porque se supone que me estoy desempolvando.

    He solicitado un crítico oficial, y nadie me da respuestas de ello. Me pregunto, ¿Cuándo me hará el honor de tenerlo aquí?

    II.

    —¿Eso es todo lo que puedes ofrecer?

    Al escuchar aquellas demandantes palabras, el chiquillo trató de incorporarse del frío suelo causado por la medianoche; sin embargo, un sonoro latigazo en su espalda interrumpió su intento, azotándolo nuevamente en el suelo. Gimió audible, con el cuerpo temblando por la mezcla de ardor y tierra.

    —Cincuenta más, si te equivocas de nuevo, serán otras cincuenta—siseó el hombre, con los fríos ojos negros puestos en la espalda del menor—, ¡estúpido niño! —Haciendo uso de su porra, le propinó tres fuertes golpes sin consideración, cómo si se tratase de un simple gusano. Después recobró su compostura de calmo temple, desinteresado a todo. Abandonó el campo de entrenamiento de Cassiopea, unos de los múltiples escenarios del Team Rocket.

    El muchachillo de apenas trece años se levantó con dificultad, sintiendo dolorosas punzadas en la columna, cómo si miles de cuchillos lo apuñalaran sin piedad, robando cada uno de sus gemidos. No había rastro alguno del comandante a su cargo; contuvo el deseo de correr al dormitorio de soldados y olvidarse del castigo o bien optar por la opción de ir hasta dar con las bardas del campo e intentar escapar, sólo para ser consumido hasta la muerte por las mallas eléctricas.

    El no haber probado bocado desde hace dos lunas, comenzaba a reflejar las consecuencias, la incorporación de su cuerpo para quedar de pie, le costó más de tres lamentos; su cuerpo ya estaba débil, consumido por el trabajo duro y las horas de hambre. Se recordó que no debía llorar, que su madre le dijo que sí se esforzaba lo suficiente, su padre perdonaría su desobediencia.

    Sólo quiero que seas más fuerte, habían sido las palabras que le dirigió antes de empujarlo dentro de la guarida del Team Rocket sin piedad, mostrando una mirada hostil y llena de desprecio ante un hijo tan débil cómo él. El pensamiento de volver a fallarle a su progenitor casi le hace desfallecer.

    Acarició casi con adoración la masterball que guardaba celosamente en el bolsillo de su viejo pantalón de mezclilla azul. Había sido un regalo de su madre; ella le dijo que lo usura sabiamente en la captura de un pokémon que enorgulleciera a su padre. Él se preguntó si era posible, su padre era un famoso investigador que trabajó una larga jornada para la organización Rocket: siempre parecía tan orgulloso de la disciplina y valores que le enseñaron ahí.

    Sinceramente, él las repudia. En todo lo que llevaba en el campo por haber fallado una misión, sólo fue receptor de humillaciones, golpes y una feroz hambre que nunca se saciaba. No hubo noche que durmiera tranquilo, las constantes rondas de Gengar provocaban terribles pesadillas en todos los soldados; el siniestro pokémon sólo aumentaba la sonrisa en el rostro mientras ellos se sacudían intentando despertar.

    Tenía dos noches sin dormir, hoy sería la tercera. Sólo le bastó mirar de una forma que fue catalogada por el comandante cómo “irrespetuosa” e “inadecuada” para ser el continuo receptor de la porra del superior; más de una vez fue puesto de rodillas al ser jalado del cabello, sólo para limpiarles los zapatos a los soldados de alto rango.

    Todo esfuerzo vale la pena, se recordó. Simplemente tenía que ser más valiente y menos insolente con los guardias, mañana sería su último día ahí y buscaría arduamente el pokémon más raro para su padre.

    Sólo debía esforzarse más.

    Intentarlo con más ganas.


    Ya en pie, se alistó junto a la bandera, debía quedarse en esa posición toda la noche. Agradecía que fuese muy difícil que cayera dormido, — tanto por los Gengar que rondaban el campo nocturno, cómo por el Gardevoir que supervisaba el cumplimiento de cada castigo en esa área del campo—, faltaba sólo la prueba de exterior en la mañana y sería completamente libre de ese tenebroso lugar.

    De repente, notó el tiemble en las lámparas de los faros más cercanos, encendiéndose y apagándose con rapidez. Entrecerró sus ojos azules, extrañado por la reacción de las luminarias. Su mente le gritó que ayer los obligaron a cambiarlos. La tenue luz se fue extinguiendo poco a poco, quedando minutos después, en la silente oscuridad.


    Y le asustaba.

    El frio se acentúo, robándole más de un escalofrío. Instintivamente, se cubrió el torso con las manos, y toda la confianza que acumuló durante la semana se esfumó de un plumazo. Se acurrucó aún más sobre sí mismo, intentando no llorar. Quiso aferrarse a la idea de que ningún pokémon siniestro se acercaría a él tratando de robarle el alma por medio de sueños. Un temblor incontrolable recorrió su cuerpo obligando a levantar la vista cuando algo lo alumbró.


    Paralizado, observó con asombro la manifestación frente a él. Era un conjunto de datos que coexistían y se entrelazaban a una velocidad impresionante, no podía distinguir absolutamente ningún código real. Es un extraño pokémon, Missingno, tu padre vive obsesionado con él. Está son sus características o lo que se dice de él. La frase llegó a su mente, aclarándole la incertidumbre que lo acechaba y calmando su semblante angustiado. Por un momento se quedó sin respiración, admirado por su recién descubrimiento. ¡Encontró el monstruo indicado! Todo se contemplaba sencillo: sacaría su masterball, la arrojaría y capturaría el objeto de estudio de su padre.

    ¡Todo su esfuerzo sería recompensado!; no obstante, pese a lo glorioso que podría presumirse su acto, una pregunta surgió del interior de su cerebro: ¿qué hacía ahí ese pokémon? Se quedó quieto, observando a Missingno con curiosidad: ni siquiera se asemejaba a una criatura, eso no podía ser un pokémon. Pero su padre lo deseaba.

    Arrojó la masterball con desesperación y se encontró a si mismo estupefacto, cuando el conjunto de datos absorbió el maravilloso objeto.

    —¿cómo es posible? —preguntó, atónito. La única esperanza para que su padre perdonara su desobediencia había desaparecido tras el velo de datos. Se sintió impotente, incapaz de realizar alguna otra acción para acabar con el pokémon, sí una masterball no podía atraparlo, definitivamente ningún esfuerzo de su parte surtiría efecto.

    Un sonido idéntico al rugido de un Nidoran evitó que iniciara una caminata de regreso a los dormitorios, importándole muy poco tener que cumplir doble castigo mañana. Una fuerza invisible oprimió cada uno de sus músculos, haciéndolo caminar dolorosamente hacía Missingno; el corazón comenzó a dolerle, cómo si algún ser lo estuviese apretando deseando explotarlo…comerlo. De su boca no pudo escapar ni un sonido, mientras continuaba su trayecto con destino al montón de datos. Cerró los ojos con fuerza, retraído ante la situación. Quería gritar que se detuviera, que parara con toda aquella agonía, pero fue sólo un diminuto gemido lo que sus resecos labios presentaron.

    Su cuerpo moría.

    Un frío insoportable se apoderó de él, justo cuando permanecía a milímetros del código. Miró aterrado los tentáculos negros y delgados que salieron de ese lugar, acercándose con rapidez hacía su maltrecho cuerpo. Lo cogieron con fuerza, adentrándolo en el velo de datos.


    Entonces sucumbió. El dolor atravesó cada fibra de su cuerpo, miles de pequeños tentáculos arrancaban pedazos de su piel. Gritó cuando uno de ellos le arrancó el hueso de la pierna, desapareciéndolo en un conjunto de datos; era insoportable, sentía cómo si el mismo infierno estuviera ardiendo en él. Un abismo de resignación surcó sus ojos a la par de que los otros tentáculos se comían sus músculos y huesos.

    Todo su querido esfuerzo lo llevó a la muerte.

    Su padre.

    Su madre.

    Pero sobretodo, él mismo.

    Tras un tiempo que transcurrió cómo horas, soportó el dolor arduamente, esperanzado a una vida que se asemejaba lejana con el paso de los segundos. Un último tentáculo, mucho mayor a los demás, le oprimió el corazón, terminando finalmente con su vida.

    Raneo, el comandante a cargo, había observado toda la escena desde la torre principal.

    —Cien vidas son más valiosas que una, para preservar la humanidad, debe haber sacrificios—susurró, pensando en el siguiente soldado que alimentaria la sed del arma definitiva del Team Rocket, todo por un bien mayor.


    Nota: Obligándome a escribir, al final valdrá la pena. Este fic también participa para la actividad donde se exige a Missigno cómo objeto de estudio, <3 bueno, yo lo puse cómo un arma del Team Rocket, que necesita atención. Corto, sí, quizás le faltó algo, D: no lo sé, igual me gustó para pasar el rato, poco a poco, me saco de mi abismo.edit: c0rregí err0res D:
     
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    MrJake

    MrJake Game Master

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    Guao, es todo lo que puedo decir. Ambos relatos consiguieron erizarme la piel.

    Respecto al primero, simplemente me ha encantado, desde el minuto uno pensé que Brock le haría algo a la chica, forzarla, o algo. NUNCA hubiese pensado que fuese ELLA la que le iba a hacer ESO a él. Dios, me recordó tanto a Sweeney Todd, el barbero demoníaco de la calle Fleet... me dan arcadas solo de pensar en que alguien coma carne humana sin saberlo.
    O bueno, igual todos nosotros comemos un dedo humano triturado entre la carne picada de las hamburguesas. Hay ya hay de todo (?)

    En cuanto al segundo, realmente me dejaste KO con el final. Y además, nunca imaginé esa visión de Missigno. O sea, un arma biológica (o bueno, de "biológico" no sé si tiene mucho (?)) que devora soldados inocentes con sus tentáculos negros. Espeluznante. Y pobre chaval, pensaba que realmente su esfuerzo iba a merecerle la pena. En el fondo, el que la sigue no siempre la consigue.

    Errores he visto algunas cosillas tontas que se le escapan a todo el mundo. Recuerdo que pusiste "lo demás" refiriéndote a los tentáculos, luego sería "los demás". También en el primero pusiste jugar (creo) cuando querías decir jurar. En fin, gages del oficio, supongo (?)

    Pues eso, ¡te felicito por esos dos one-shots! Realmente me han encantado, son de una temática que no se suele ver en esta subforo... y a mí esa temática me encanta.
    ¡Saludos! GL.
     
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  1. RaveMaster
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