Título: Visita Fandom: Citrus [Manga] Personajes: Matsuri y Harumi. N/A: Tengo este fic desde hace siiiiglos y hoy me decidí a terminarlo. Cheers to yuri! *** —No deberías levantarte de la cama Taniguchi-senpai~ La forma en la que Matsuri pronuncia su nombre separando ampliamente las sílabas con esa vocecita insidiosa y ese tono malcriado la irritan de tal forma que siente acrecentarse el dolor de su cabeza. Hurumi gruñe un poco y se pregunta por qué demonios Mitsuko la dejó pasar. Sí, está enferma, pero esa no es razón para enfermarse aún más teniendo que soportar a la mocosa malcriada de Matsuri. Aunque esté de visita. —De verdad que odio esto— murmura sentada sobre la cama mientras se aguanta el paño húmedo sobre la frente con la mano derecha y maldice su propia estampa por haberse resfriado en un momento como ese. Matsuri está sonriendo y sus ojos tienen ese brillo de "oh, como me divierte todo esto" pero no es divertido y Harumi se siente aún más molesta de que le resulte tan gracioso verla en un estado tan vulnerable. —¿Qué haces aquí?—pregunta frotándose las sienes. Matsuri se lleva las manos tras la espalda. —¿No te anima mi presencia? —Pues no. Te he hecho una pregunta. —Ah, qué cruel. Vine a verte. —... ¿A verme? Es un poco una sorpresa porque Matsuri no hace esas cosas. O sí. O no lo sabe, porque tampoco hace mucho que la conoce. A su parecer que Matsuri se preocupe por alguien más que ella misma atenta completamente contra su personalidad. Es una perra. Poco más que eso. —Ahora en serio, ¿qué quieres? Suspira. —Parece que no me crees. —¿Debería hacerlo? No es como si hicieras las cosas sin esperar nada a cambio. —Claro. Su tono tiene un no se qué de decepción y condescendencia y Harumi lo nota. Es muy evidente. Sin embargo, no puede decir nada porque la otra ha sacado una bolsa de alguna parte y se la está tendiendo con una sonrisa. Esa sonrisa. —Yuzu-chan me dio esto para ti— dice. Harumi duda un momento pero si es de Yuzuchi claro que no puede negarse—. Dijo que vendría a verte mañana... tal vez. Tú sabes, está muy ocupada con Mei-san. —Oh. Matsuri entrecruza los dedos tras la espalda y sonríe un poco, una sonrisa ladeada, mientras la mira con ojos brillantes. El contenido de la bolsa es un manga. En la portada, dos chicas comparten un apasionado beso. Harumi enrojece visiblemente, los ojos bien abiertos de la sorpresa y consternación. —No sabía que tenías esas inclinaciones Taniguchi-senpai~ Y se está burlando o esa es la impresión que le da. Harumi frunce el ceño y se levanta inmediatamente de la cama, sus mejillas rojas como dos tomates maduros. Ah, dios. Dios. —Es solo algo que quería prestarme— dice, guardando el manga en la estantería—. No tiene nada que ver con mis inclinaciones. —Claro. Claro. Hay un no se qué extraño que la delata. Su mirada esquiva, sus mejillas enrojecidas... el hecho de que babea por Yuzu y todo el mundo lo sabe. El silencio se extiende por segundos eternos. Lentos. Parsimoniosos. Es incómodo o molesto y miles de cosas más. Matsuri se lleva las manos tras la espalda y se inclina hacia delante ladina. —Entonces... ¿quieres que me quede a cuidarte? —No—su respuesta es directa, impostada—. Estoy bien ¿ves? Puedo sostenerme perfectamente en pie sin ayuda. Y la fiebre me ha bajado, así que gracias por venir pero ya puedes largarte~ Y sosteniéndola por los hombros la obliga a dar una vuelta sobre sí misma y la encamina hasta la puerta. Matsuri hace un mohín pueril, de niña regañada. Su voz suena nasal cuando responde. —Eres una desagradecida. De pronto, estornuda. Está a punto de alcanzar la puerta cuando ocurre. Harumi se detiene como si hubiese chocado contra una pared invisible. Ah. No. Mierda. —Oh~ parece que me pegaste el resfriado. —Eso es imposible—la corta con aspereza e incredulidad—. Ni siquiera te he tocado. —Es increible que no sepas que los virus se trasmiten por el aire. —¡Pero...! Matsuri se gira y extiende los brazos, mimosa. Burlonamente mimosa. Como un gatito caprichoso. —¡Ahora estamos las dos enfermas, vamos a cuidar la una de la otra Taniguchi-senpai~~! Pero Harumi no pretende seguirle el juego. Está cansada y enferma y el hecho de que la perra de cabello teñido esté en su habitación molestándola no ayuda demasiado a su estado. Le martillean las sienes con insistencia. Por qué ella, piensa. Ugh. —... Haz lo que quieras—le dice con sequedad—. Yo voy a darme una ducha. —¿Quieres que te acompañe y te ayude a lavarte la espalda~? —¡No! ¡Y ni se te ocurra tocar mis cosas! Matsuri se sienta o más bien se tira a la cama como un fardo cuando queda sola en el cuarto. La suave fragancia de Harumi inunda las mantas y las sábanas. Es afrutado, dulce. Por unos instantes se queda quieta disfrutando de ese fresco aroma. Hmm. ¿Por qué está ahí? Esa es una pregunta muy interesante que hacerse. Por mucho que disfrute molestarla, las razones de su apresurada visita son muy diferentes. Algo que no quiere admitir ni frente así misma. Ella no hace esas cosas. Solo juega. Y es francamente extraño cuando sus juguetes se vuelven prioridades. Para ponerlo en palabras simples... Harumi despierta en ella más que mera curiosidad. La detesta, eso es evidente. Pero su tozudez solo lo hace todo más divertido a sus ojos. Las cosas difíciles son las más satisfactorias de conseguir. —Vamos a echar un vistazo— dice y se incorpora de la cama al poco tiempo, aburrida ya de esperarla— A ver, a ver~ Abre un cajón de la cómoda junto a la cama. Es ropa interior de fino encaje. Negra, roja. Adulta y madura como cabría esperar. Matsuri esboza una sonrisa maliciosa. —Lo sabía— rie tomando una de las prendas con ambas manos. Y la estira—. Senpai es una pervertida. Oh, el manga de Yuzu-chan. Cierra el cajón y toma el manga del estante. No es un volumen muy grueso. El nombre "Momoriro Sisters" se lee en la portada en grandes letras rosas. Hay dos chicas en la portada. Una más madura de cabello corto y andrógino aspecto y otra de apariencia más joven con el cabello recogido en dos prolijas coletas. Es tan cliché. Hace una mueca. Matsuri se tumba en la cama con los pies en la pared, descalzos, en ademán indolente. No es una historia con gran peso argumentativo. Las protagonistas son hermanas. Hermanastras, para ser más exactos. El dibujo es simple pero bonito, de trazos precisos y expresiones vaporosas. Es el tipo de manga que leería Yuzu. Es tan simple. No le sorprenda. La puerta se abre entonces. Harumi está secándose la cabeza con una toalla. Su ceño se frunce de manera inmediata al descubrir la escena frente a ella. —¿Qué te dije?—gruñe. Matsuri deja caer la cabeza por el borde de la cama y la mira. Está vestida y eso la decepciona ligeramente. Ah, lástima. —Oh, Taniguchi-senpai— dice con cierto tono musical— ¿Te sentó bien la ducha fría? ¿Ya no estás tan caliente? —Era una ducha caliente. ¿Qué haces con el manga de Yuzuchi? Dámelo. —Pero está muy interesante~ —Devuelvemelo ya. Su tono no admite réplicas. Y Harumi hace un mohín. "Ah~ no eres nada divertida" piensa. —Va~le. Toma. Le devuelve el manga. Harumi lo guarda de nuevo en la estantería a salvo de las manos inquietas de la mocosa de cabello teñido de rosa. Matsuri la observa en silencio. Su perfil de rasgos suaves, su liso cabello castaño. Esa aura glamurosa que tienen las gals. Apoya su peso en la cama sosteniéndose con sus brazos, sentada. Las piernas en el suelo. Es curioso. Porque ya no tiene ganas de seguir burlándose. —¿Sabes Senpai~? Estoy interesada en ti. Su voz es completamente inesperada. Repentina. Suave y casi contenida, como un suspiro efímero. Harumi abre los ojos de la impresión y se gira. La mira con una expresión sobrecogida. —¿Eh? —Digo que me gustas— repite. —¿¡Eh!?—exclama con exaltación—. Deja de bromear. De verdad que esto no es gracioso. —Pero no estoy bromeando. El silencio cae pesado como una losa sobre el cuarto. Entre ellas. Harumi no puede decir nada. Su garganta está atada y aunque trata no tiene caso. Por primera vez las palabras de Matsuri suenan sinceras. Brutalmente honestas. Y enmudece. —¿Te comió la lengua el gato? Apoya el índice en su barbilla y con un ademán la obliga a mirarla. Sus ojos morados tienen un brillo extraño, predatorio. La mira con extraña intensidad, devorándola con los ojos. Contenido oculto Harumi lo nota. No entiende en qué momento se ha acercado tanto. Es extraño. Y molesto. Y no sabe realmente cómo sentirse. Matsuri siempre está jugando con ella. ¿Por qué es así siempre? ¿Por qué tiene que ser un maldito incordio? Es menor, no debería tener ese extraño efecto sobre su voluntad. Pero lo tiene. —O-oye...—masculla— para ya, mocosa... Pero algo hace click en su cerebro cuando Matsuri acorta la distancia entre ellas y siente su aliento caliente, casi fantasmal sobre sus labios. Le hace cosquillas y un escalofrío recorre su piel, su columna como una electrizante corriente. Los labios de Harumi tiemblan ligeramente y la sorpresa llena su expresión consternada cuando toda distancia desaparece entre ellas. Es extraño. Es fugaz. Y no es Yuzu. Pero no la detiene. Y se siente sorprendente cálido y correcto. *** Matsuri se gira en la cama y la mira. Cubierta tenuemente con la sábana. La luz que entra por la ventana acaricia su piel desnuda, nacarada. —Al final nos resfriamos las dos Taniguchi-senpai~ Su voz suena nasal, congestionada. Tiene la cabeza sobre la mano, las piernas en el aire como una colegiala. Sonríe con diversión, como una gatita satisfecha. Harumi frunce el ceño. Gruñe. Y se hace un ovillo bajo las sábanas. Le da la espalda porque si la mira de frente solo puede recordar la noche anterior y sentir sus mejillas arder fieramente. Y no es Yuzu. Nunca lo fue. —Cállate. Y no sabe quién es más tonta. Si Matsuri por ser una cría molesta... o ella por dejarse llevar.
Heyo <3 La verdad que ni vi Citrus JAJAJA, pero la otra noche, cuando publicaste el fic, se me dio por entrar sólo porque lo habías escrito tú para chusmearlo and stuff, y cuando quise acordar estaba leyéndolo super enganchada xd Y es que me encanta cómo escribes, seriously <3 Es increíblemente llevadero y suena bien y preciso, pero aún y todo encuentras la forma de utilizar términos poco comunes sin que desentonen o le aporten aires de ostentación a la narración. Eh, no sé bien ni cómo explicarlo, pero eso. Que me gusta mucho cómo escribes <3 Además, woah, me llamó mucho la atención que utilizaras tiempo presente y me llama aún más la atención lo bien que queda :0 Voy a probarlo un día de estos a ver qué tal, porque tiene un nosequé que le da otro feeling suuuper diferente a la intensidad del momento. Como si estuviera pasando en tiempo real, i guess, o si fueras un espectador viéndolo mientras ocurre. Dunno, es muy cool. Y weno, as i said, ni puta idea de Citrus pero los personajes se leen con personalidades bien demarcadas and somehow they cute. Además, que dejaras esa imagen a mitad del fic me ayudó como no tienes idea pa imaginarlas JAJAJA. A ver si me veo Citrus un día de estos, que lo tengo re pendiente junto a Yagate. Me falta más shuri en mi vida (? Y eso, well done, cielo <3 Siempre es un placer leerte.