Chikakuni itemo… Sabishii: (“Aunque estén cerca... me siento sola”)

Tema en 'Relatos' iniciado por Reyka Akira, 15 Mayo 2010.

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    Reyka Akira

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    Título:
    Chikakuni itemo… Sabishii: (“Aunque estén cerca... me siento sola”)
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    5191
    Chikakuni itemo… Sabishii: (“Aunque estén cerca... me siento sola”)

    Hola, este es mi primer fic original y lo escribi especialmente para ese concurso.
    Sora y Krystan son los mejores amigos junto con Sharon. Sin embargo el corazón no siempre hace lo que uno quiere. ¡Que hacer cuando te enamoras de tu major amigo y él ama a alguien que no eres tú. Eso le sucede a Sora, pero bien dicen que : "Los sentimientos suelen cambiar"
    dedicado a mi amigo Shika-kun que me ayudo a corregir mis horrores ^.^ y a mis demas amigas de Cemzoo, espero les agrade y me dejen su más sincera opinion.
    Concurso: Más que lágrimas y sufrimientos
    Autora: Reyka akira
    Titulo: Chikakuni itemo… Sabishii: (“Aunque estén cerca... me siento sola”)




    Sora, actual residente de la habitación privada número 315, cerró su hermoso diario de forro lila, depositando al lado de este el lapicero que le ayudó redactar su historia.


    Recostándose en la que hasta ahora fue su cama, se cobijó aparentando dormir. Con mucho cuidado de no manchar las sábanas, por debajo de estas se inflingió un corte en ambas muñecas lo más profundo que pudo, de modo que si alguien llegara a encontrarle antes de su muerte, ya no pudiesen salvarle.


    Lentamente la sangre emanaba. La cama se humedeció del tibio líquido carmesí, mientras su rostro perdía el poco color que aún conservaba. Al pasar el tiempo sintió un cruel frío glacial invadir su delicado cuerpo, junto a un pesado cansancio que se fue apoderando de sus párpados.


    En su último delirio, Sora observó la imagen de su amado, sonriéndole con los brazos abiertos, esperándola.


    — Krystan, ya no soporto otro día más sin ti —susurró Sora, sonriendo mientras cerraba sus castaños orbes sin vida.


    Más tarde, al darse cuenta del trágico suceso, el corrosivo dolor y amargo llanto envolvió a su madre y a su hermano, Setsuna; sin la intervención del médico encargado, jamás hubieran leído una pequeña nota sobre la mesita de noche.

    No se culpen, ni se entristezcan.
    Quiero pedirles perdón por lo que, para este momento, ya hice en su ausencia. Sé que estoy siendo egoísta al actuar así pero… Una vida sin Krystan no la quiero.
    Desde que nos conocimos siempre fue así. Sin él, no hay nada que me ate a esta vida. ¡Perdónenme, pero decidí alcanzarlo!
    Mamita perdóname por no ser quien hubieras deseado, lamento no haber cumplido todas tus expectativas.
    Setsuna, cuida de mamá. Por favor hermanito, NO me odies…
    Los ama,
    Sora.

    — ¿Por qué Sora, por qué? —reclamó la madre a las cuatro paredes que formaban la sala de espera, incapaz de ver el cuerpo sin vida de su primogénita.


    Setsuna le abrazó tratando de reconfortarle, mientras las lágrimas escapaban de sus hermosos orbes castaños, idénticos a los que poseía su hermana.


    — Sora aunque el acto ha sido cobarde, debo comprender que lo hiciste por amor —susurró las palabras que rondaban su pensamiento.
    ____________



    Días después llamaron a Setsuna del hospital, informándole una de las enfermeras que tenía en su poder un cuaderno en el que había visto a Sora escribir todos los días, y asegurándole que podía pasar cuando quisiera a recogerlo.



    Al día siguiente pasó a retirarlo, y dándole las gracias a la señora, se marchó al parque que colindaba con el edificio. Se detuvo bajo la sombra de un enorme árbol de sakura, disfrutando del día soleado y la refrescante brisa.


    Dos días atrás sepultaron a su hermana.


    El joven se sentó recargando su espalda al tronco del frondoso árbol, para abrir el cuaderno. Grande es su sorpresa al ver que se trata del diario de Sora.


    23/03/2000

    Conocí a Krystan y a Sharon siendo aún unos niños. Yo era feliz porque no existía nada que pudiera separarnos.
    Conforme íbamos creciendo exploramos la ciudad conociendo lugares, y encontramos uno en especial que a los tres nos gustaba.
    Cada día esperábamos con ansias la hora de salida del colegio, para reunirnos en las escolleras a platicar. Recuerdo que disfrutábamos ver la puesta del sol; el juego de colores que formaba la aurora boreal en el cielo, o el simple hecho de sentir la brisa marina cada vez que una ola se estrellaba contra las rocas.

    28/03/2000

    Ayer tuve que quedarme 30 minutos más en clase terminando un informe. Al llegar a las escolleras observé a Sharon, tenía los ojos cerrados y Krystan la besaba. Comprendí que estaban enamorados.
    Me aleje de allí lo más rápido que mis piernas me permitieron rumbo a mi casa. Lloré incansablemente hasta entender que era un caso perdido.
    Hoy me preguntaron porqué no llegue ayer.
    Me retuvo el profesor de orientación me excusé, dejándolos satisfechos.

    05/09/2002

    ¡Hola diario!
    Te he abandonado mucho tiempo…
    Sharon se marchó hace cinco meses a Alemania. Krystan estuvo muy mal los primeros meses y yo no sabía como ayudarle, pero parece que conforme pasa el tiempo se va recuperando.

    18/05/2003

    En este año Krystan y yo hemos madurado mucho, también conocimos gente nueva, pero seguíamos viéndonos en las escolleras.

    Por cuestiones del trabajo de su padre, toda su familia se fue a Francia.
    Estoy triste, hoy nuestros caminos se separaron. No puedo dejar de maldecir por ello.
    Finalmente, estoy sola.

    24/02/05

    Ayer recibí un e-mail de Krystan, decía que su vuelo aterrizaría en Japón hoy al medio día.
    Me sentí dichosa porque lo vería después de tanto tiempo, mas grande fue mi sorpresa al ver que no volvió solo.
    Un sentimiento que sólo experimentaba con él despertó de nuevo al verla tomada de su mano. Celos, eso fue lo que sentí hace una par de horas. Sin embargo, cualquier palabra de reclamo que nació en mi corazón, murió en mis labios al verlo sonreír.
    Era feliz ¿Qué podía hacer contra de eso? Me resigné al saberlo perdido otra vez.
    No volveríamos a ser un tú, Sharon y yo; ahora somos yo, tú y ella. Me río al pensar de esa manera, tres simples palabras cambiaron mi mundo en segundos.
    Tenía tantas ganas de abrazarlo que no necesité decírselo. Con sólo una mirada Krystan me estrechó entre sus brazos, embriagándome en esa calidez que debía compartir de nuevo. Lo sé, fui egoísta al querer tenerlo sólo para mí.

    —Entonces mis sospechas eran ciertas —habló para si Setsuna.



    18/11/2007

    Hace tres horas Krystan me llamó diciéndome que necesitaba verme y que me esperaría en las escolleras.

    Al llegar lo saludé y él me sonrió.
    Sora, hoy le pedí a Sharon que fuera mi esposa, nos casaremos el 13 de junio y deseo que seas mi testigo, ya que eres la persona que más aprecio me contó apresuradamente, estaba muy emocionado.
    Yo accedí sin que él sospechara que mi corazón se hacía pedazos.

    27/12/2007

    No existe momento alguno en el que no soy presa de la soledad, llorando al sentirte perdido definitivamente. Al ver la fecha de tu boda tan próxima.

    “Está bien” me repito infinidad de veces, obligándome a creer que mis lágrimas son porque perderé a mi mejor amigo, negándome a aceptar lo que mi corazón me grita desgarradoramente.

    13 /03/08

    Hoy observé a una feliz pareja tomada de la mano en el centro comercial, causándome tristeza por encontrarme sola.


    En la heladería me los encontré de nuevo, me senté cerca de ellos. Volteé con mi helado para observarlos, los tres nos sorprendimos al reconocernos. Eran Sharon y Jack, el hermano mayor de Krystan.

    Ambos me saludaron nerviosos y me interrogaron qué hacía allí.


    — Salimos temprano. Por lo que veo eso no estaba en sus planes parejita —recalqué seria y burlonamente.

    — No es lo que piensas, Jack y yo buscábamos mi ajuar de novia —justificó nerviosa.

    — Claro, y yo soy la madre Teresa de Calcuta... —respondí de manera sarcástica—. Para desgracia de ambos, ¡Los vi besándose!
    Y tú, Jack, ¿Le dijiste a tu hermano que le robaste su prometida? —reclamé, mi voz destilaba crueldad. Él no me respondió, pero me retó con la mirada—. Tienen un día para decirle la verdad a Krystan, porque si no lo hacen lo haré yo —amenacé fríamente. Ambos se quedaron callados.


    Krystan me llamó tiempo después. Por su voz, supe que ya conocía la traición de Jack y Sharon. Me necesitaba. Sin pensarlo ni un momento salí de casa para encontrarme con él en las escolleras, donde decidimos quedar.

    Pronto logré verle, sentado sobre las rocas recibiendo la brisa marina en su triste rostro. Rápidamente llegué a su lado; levantó el rostro para mirarme, mostrándome las lágrimas que se agolpaban en sus ojos azabaches. Clavándome miles de agujas en el corazón al razonar que de aquella mirada dulce nada quedaba.

    Me agaché frente a él atrayéndolo a mi pecho, estrechándolo en mi abrazo, tratando de darle un poco de consuelo.

    — ¿Por qué me hizo ésto? ¡Yo no merecía que me engañara, menos con mi hermano! Dime Sora, ¿Qué puedo hacer ahora? La amé tanto… —le escuché hablar. Su voz era dolor puro, resentimiento y confusión.

    Escucharlo me dolió en el alma.


    — Fueron ellos los que se equivocaron, los que te hicieron daño. Lo único que puedes hacer es olvidar —susurre cerca de su oído.

    — Sora, ¿Por qué duele tanto una traición…?

    — Porque destroza todo en lo que creías y confiabas —respondo aferrándolo un poco más, sintiendo que aquellas palabras parecían dichas para mi misma.

    — ¡Gracias Sora! —susurró él en mi oído.

    Al escucharlo me separé un poco, cuestionando sus palabras con mi mirada.

    — Si no fuera por ti, ellos seguirían engañándome —aclaró con un dejo de tristeza en su voz.

    — ¿Te contaron todo lo que ocurrió hoy en la tarde? —Krystan me afirmó con una cabezada—. Me dolió que te hicieran eso, eres un chico maravilloso que merece ser feliz —me sinceré un poco y sonreí al final.

    — Ahora sé que puedo olvidar y comenzar de nuevo, porque hay algo que su traición no pudo dañar. La respuesta es tan clara: ¡Tú siempre estarás aquí! —al terminar me abrazó con tanta intensidad, que sentí que iba a llorar.


    21/12/2008

    Vi cómo Krystan se va recuperando. Desde entonces éramos él y yo, algo que egoístamente me llenó de alegría. Cada día que pasaba lo disfrutábamos al máximo, casi como antes.

    Hace cuatro meses conocí a Evander. Fue extraño en realidad. Nos tratamos, nos conocimos, sentí que lo amaba.

    Krystan me veía sonreír todos los días, yo estaba en mi nube y casi sin notarlo lentamente él se alejó de mí. Cuando lo buscaba ponía de pretexto la universidad, objetando que no disponía de tiempo; aquello me entristeció.

    Evander hoy me pidió formalizar nuestra relación, pero la noticia no me alegró. Preferí pedirle tiempo para responder.

    Camino a casa, analizando mis sentimientos, me di cuenta de que aquel dolor al verlo con Sharon era mi corazón gritando que mis sentimientos por Krystan superaban las barreras de la amistad, afirmando estar en desacuerdo con ser sólo una amiga para él. Pero que, el verlo feliz, hizo que no lo tomara en cuenta para ese entonces.

    Lo llamé inmediatamente, pidiéndole vernos en las escolleras.

    Al vernos me saludó con un abrazo y un beso en la mejilla, como de costumbre. Le platiqué sobre la propuesta de matrimonio de Evander, sin embargo me encontraba mortificada, no alegre.


    — Traté de negármelo durante mucho tiempo, pero ya no puedo ocultarlo: ¡Te amo Sora! No te cases… —me pedió angustiado.

    Su confesión me dejó sin palabras. Sólo reaccioné cuando sentí el contacto de su abrazo y sus cálidos labios en los míos. Entrelacé mis manos en su baja espalda, correspondiendo al beso, ese que mi subconsciente tantas veces deseó.

    Cuando terminó, demasiado pronto para mí, confesé finalmente aquel sentimiento que durante tanto tiempo guardé.
    Luego de otro beso, Krystan pidió mi mano. Con una inmensa alegría acepte. Sólo me resta hablar honestamente con Evander, para que podamos ser felices.

    09/02/2009

    Las cosas con Evander terminaron más o menos bien, aunque no quiere volver a verme.

    Krystan y yo planeamos casarnos después que se gradúe como arquitecto, para lo que se dedica a sacar las mejores notas. El enlace será el 11 de noviembre.

    En sus ratos libres me acompañará a visitar las agencias de banquetes y las agencias de turismo para nuestra luna de miel a Egipto, con un tour por las enigmáticas pirámides.


    02/09/2009

    Es hermoso mi vestido de novia, el velo corto y la tiara; el ramo de rosas blancas naturales los harán el mismo día de la boda. De padrinos escogimos a Setsuna y Hikari, nuestros hermanos menores.

    Krystan ya tenía su traje, el banquete y el sitio decidido donde se llevaría a cabo la celebración; era un jardín de fuentes danzantes, con luces de colores adaptadas para que prendieran acorde con la salida del agua, ofreciendo un inolvidable espectáculo.

    11/11/2009

    La fecha tan esperada por ambos llegó. La ceremonia se llevó a cabo a las 4:00pm, frente al altar prometimos amarnos por toda la eternidad. Después de la ceremonia nos dirigimos al banquete.


    La celebración transcurrió agradablemente: bailamos nuestro vals, el novio con sus amigos, la novia con sus amigas, por último el tiro del ramo. Nos tomamos un sinfín de fotos con nuestros familiares, amigos y nosotros. Al faltar dos horas para que tomáramos nuestro vuelo, nos despedimos de nuestros invitados y familiares.
    Estoy cambiándome el vestido de novia por ropas más abrigadoras, ya que estaba comenzando la primera nevada de este año, para ir al aeropuerto.

    ¡Soy la mujer más feliz del mundo!


    13/11/2009

    No sé porqué escribo. El dolor que embarga mi corazón es inmenso.


    Como mis únicas lesiones eran golpes y rasguños, hoy salí del hospital para presenciar y llorar el entierro de Krystan.


    Me atormentará por siempre su imagen perdiéndose en aquella oscuridad, que poco a poco lo absorbía y nos separaba. Mi mirada por momentos se perdía en los recuerdos; observaba a sus padres y hermana devastados por la pérdida, al igual que Jack, que estaba presente abrazando el vientre abultado de Sharon.

    Aunque traté de expresar con palabras mi horror al ver como la tierra cubría el ataúd, sólo lágrimas brotaron sin remedio ni descanso de mis ojos castaños.


    18/11/2009

    En casa de mi madre he sido un fantasma. No hablo, no como, no duermo; estoy muerta en vida. Pierdo peso rápidamente, estoy pálida, mis labios están resecos.

    Mi madre y mi hermano se preocupan por mí, los escucho decir que ya no soportan la miseria en la que me estoy hundiendo, de la que no parecen poder liberarme.

    Hace dos horas fuimos al médico, sólo te tomé a ti diario, no necesito nada más.

    El galeno, al observar mi estado, tomó una decisión. Hoy me internaron.


    19/11/2009

    Hoy recordé claramente mi reacción al enterarme de la muerte de Krystan, aquella que había permanecido como una incógnita en mi mente.


    —No te muevas Sora, estás muy lastimada —decía mi madre.

    Dormité un rato, obedeciendo, hasta que unos murmullos en la habitación me despertaron. Eran mi hermano y mi madre discutiendo, quienes callaron de inmediato al escuchar mi voz.

    —Mamá, ¿Dónde está Krystan?

    Mi inocencia causó lágrimas en mi madre y una mueca de dolor en mi hermano, que se acerco a mi cama para abrazarme.


    —Setsuna, ¿Qué pasa? —pregunté con la voz quebrada al imaginármelo, más sin aceptar lo que sucedía. Sencillamente, era imposible.

    —Krystan murió —sentenció mi hermano, provocando que rompiera en un doloroso llanto aferrándome a su pecho.

    Cuando estuve más tranquila, me relató lo que uno de los socorristas de la ambulancia le contó:

    Uno de los automovilistas que vio el accidente, los llamó y les avisó que caímos por un barranco al esquivar a otro vehículo, que nos encontraron juntos y que yo estaba inconsciente entre los brazos de Krystan, mientras él me aferraba a su pecho férreamente, aún consciente, hasta que los rescatistas llegaron.


    El socorrista narró que, en la ambulancia, Krystan pedía que me atendieran primero, porque llevaba demasiado tiempo inconsciente, y que una vez le informara que me encontraba estable, mi esposo aliviado cerró los ojos con una sonrisa en los labios y su corazón se detuvo.

    Aunque trataron de revivirle, no lograron nada; tenía el corazón y el pulmón derecho perforado. Ni siquiera se podían explicar como Krystan había permanecido consciente y con vida hasta ese momento.

    —¡Sora, él murió protegiéndote! —dijo mi hermano, al tiempo que sollozaba en sus brazos.

    Sin embargo, ese día no salió palabra alguna de mis labios, ni los que le siguieron.


    24/11/2009

    Ya es una semana aquí, siguiendo la rutina y viviendo de medicinas.
    Por la mañana, mientras aparentaba que dormía, escuché al medico hablando con mis familiares.
    — Lamento decirles que ya no podemos hacer nada por ella, nada de lo que hemos tratado ha funcionado. Ahora todo depende de su voluntad de vivir, algo que en Sora ya no existe.
    Sorprendentemente, no está equivocado.

    26/11/2009

    Desde que permanezco internada en este lugar, no puedo evitar pensar en Krystan y en nuestra historia. Cuando se la cuento a alguna de las enfermeras piensan que estoy loca, consecuencia de mi delirio por la soledad que me envuelve.

    Krystan, te necesito…

    He tomado la decisión, voy a suicidarme. Sólo dejaré una nota para mi madre y mi hermano, que sé, querrán una explicación.


    27/11/2009

    Media hora atrás, mi madre y Setsuna, creyendo que dormía, fueron a casa para asearse, así que me pondré en marcha.

    He colocado la nota en la mesa que se encuentra a un costado de mi cama, de la que tomaré un pequeño y afilado cuchillo que mi madre utiliza para pelar algunas frutas, tratando en vano de hacérmelas comer.

    Adjuntándole a un costado la nota, estoy por cerrarte con este último capítulo, mi querido diario. Después de mi suicidio no podré escribirte nada más.

    Siempre tuya,

    Sora.



    Al finalizar, las lágrimas se deslizaron por las mejillas de Setsuna, que profundamente tocado por el callado sufrimiento de su hermana, agradecía al destino por ese cuadernillo, que le permitió conocer la verdad de Sora.


    Calmando su pesar, se puso en pie para encaminarse a su hogar, atesorando el hermoso diario entre sus brazos -la única prueba para el resto del mundo de que ese amor existió-, como lo hiciera con su hermosa hermana tiempo atrás.




    ;) espero les haya gustado... y aunque aún no dan los resultados... espero obtener una calificación aunque se regular:P^.^

    :o Gracias por su tiempo ^.^
     
  2.  
    RickyxReyka

    RickyxReyka Guest

    Re: Chikakuni itemo… Sabishii: (“Aunque estén cerca... me siento sola”)

    Rey este escrito me hizo recordar cosas del pasado. Pero que gracias a quien sea "dios o el diablo" las cosas no terminaron asi.

    pude sentir con claridad e intensidad el sufrimiento de Sora y Krystan.
    imagine el entorno y los momentos de alegria que aunque fueron escasos, fueron bien vividos.

    =jamás me imagine que escribirias algo como esto, despues de lo vivido.=

    suerte con los resultados del concurso peque.
    ----------

    Ricky
     

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