Creo que lo más difícil que puedes hacer en tu vida es dejar ir a la persona que más has amado, y una vez que lo haces sentirás que nada tiene sentido, que la vida es una mierda y que no quieres buscar nada con nadie más. Lloraras tanto que llegara el punto en el que te sentirás seca, sentirás que ya no tienes ni una lagrima más para dar y que toda la música es como un cuchillo que se encarga de abrir las heridas que creías cerradas. Sentirás que no tienes apetito y serás tan infeliz por un tiempo, pero no puedes sentirte así por siempre. Te pondrás un límite de tiempo para sentirte así y trataras de ocultarle al mundo lo mal que te sientes y todo lo que te duele la situación. Lloraras todas las noches y despertaras por las madrugadas porque soñaste con esa persona y por las mañanas tus ojos estarán tan hinchados que será imposible ocultar que lloraste hasta quedarte dormida. Tomaras baños largos y te harás más reservada con las personas que te rodean esperando a que no te pregunten nada, solo que entiendan que estas mal y que necesitas que te ayuden a sentirte un poco mejor. Saldrás con nuevas personas, pero sentirás que no es lo mismo, que hay un hueco, te acostaras con alguien más y sabrás que no tienes la misma chispa de pasión que tenías con aquella persona que ha partido, que ha decidido alejarse en lugar de luchar por lo que tenían, te darás cuenta de la diferencia de que es hacer el amor y tener sexo. Y querrás llorar aún más... Entenderás que es realmente sufrir por amor y buscaras actividades que te ayuden a no pensar en él. Y Cuando pienses en él te sentirás tan triste y miserable porque no pensaras en las cosas malas que te dijo, ni en las malas palabras que uso en un momento de coraje, ni en lo mal que te hizo sentir. Pensaras solo en los buenos momentos, aquel día que lo conociste, su primer beso incluso la primera vez que hicieron el amor, la primera vez que te llevo a su casa, su primera cena, su primera borrachera y en todos los momentos felices, eso hará que te aferres a la idea de no querer dejar que se vaya de tu vida. Sin embargo, sabes que no puedes hacer nada más porque siempre diste lo mejor de ti y trataste de ser aún mejor cada día para él. Cambiaste tantas cosas y dejaste de hacer lo que te gustaba por dedicarle más tiempo a tu pareja, y no está mal, porque lo hiciste de corazón, pero ahora debes volver a ser tú, secar las lágrimas de tu rostro y volver a vivir. A todos se nos cae la vida a veces, pero de ahí dependen las personas exitosas y las personas mediocres; las personas exitosas son aquellas que se levanta, que toman los pedazos de su corazón y que lo vuelven a armar poco a poco y no por alguien más, si no por amor propio; por ganas de florecer nuevamente. Por lo contrario, las personas mediocres son aquellas que se quedan pensando que hubiese pasado si esa persona no se hubiera alejado, si le hubieras rogado más, si te hubieras humillado más, siempre en un final alterno. Siempre rotas, siempre con las alas cortadas. Al final del día tú decides que tipo de persona quieres ser, debes tomar tu duelo; eso no está mal. Una vez que te des cuenta de cuanto vales sabrás que has pasado por una lección de vida que te ha marcado pero que te ha ayudado a crecer como nunca porque a pesar del daño que te hicieron no siempre todo fue malo, te dejaron nuevas experiencias y nuevas enseñanzas, te impulsaron a ser mejor persona y eso es con lo que uno se queda. Con la convicción de saber que tu diste siempre todo de corazón y que incluso en las últimas instancias hiciste todo lo que estuvo en tus manos. Por algo dicen que cuando una relación termina la persona que se va sin remordimientos es aquella que siempre dio lo mejor y que intento todo por hacer que las cosas funcionara. Así es, así es como me despido de mi gran amor; la persona que amé tanto y a la que le di todo, aunque para él nunca fue suficiente. No es un tiempo, ni un continuara, no es nada. Es un adiós definitivo y ahora cada quien partirá por su propio camino. He decidido cerrar el ciclo más difícil en mi vida. Porque necesito seguir adelante, tropezare de nuevo talvez, pero aprenderé y me volveré a levantar las veces que sea necesario. Sabrás que creciste tanto como persona porque en vez de desearle el mal a tu ex-pareja, desearas que le vaya muy bien y que encuentre lo que está buscando, aunque no sea contigo. Habrás crecido tanto porque aprendiste a amar de la manera más bonita y sincera que pocas veces se logra. Y una vez que decidas seguir adelante nadie podrá pararte.