Nota: Amo no sé, sólo se me ocurrió al leer el primer tomo Ichiinou Hana & Bibi Lanzó la puerta de su habitación todo lo fuerte que pudo, haciendo que eco retumbara en los pasillos vacíos de la mansión. Se lanzó sobre su enorme cama mientras lágrimas de frustración y amargura se derramaron de sus ojos. ¿Qué tenía aquella mujer que sí se le permitía tocarle y ella no? ¿Acaso lo quería más que ella? ¡Imposible! ¿Acaso la quería más que a ella? No la conocía y ya la odiaba, y aunque en su mente infantil aún no se explicaba cuál era ese sentimiento que le carcomía las entrañas, sabía que estaba enojada. Airada, molesta, indignada. Estaba ahogándose en los celos. Porque la mujer estaba en sus brazos, alimentándole, siendo algo más que una niña tonta para él. —Ya deja de hacer berrinches —replicó irritado el demonio, al pie de la cama. Ella se arropó, ignorándole por completo. No deseaba hablar con él—. Hana, ¡Hana! —exigió quitándole las cobijas. Ella se volteó con los cachetes sonrosados por la rabia. —¡No entres en mi habitación sin tocar! —gritó, devolviéndole sus anteriores palabras. —Ya te lo he dicho, yo soy grandioso y puedo hacerlo. —Puso los ojos restándole importancia al asunto. —Si yo no puedo entrar en la tuya sin permiso. Tú tampoco puedes entrar a la mía. —Las cosas no funcionan así, Hana —suspiró de forma cansada, dejándose caer en la cama cerrando los ojos ante la luz solar que entraba por los amplios ventanales—. Tu eres mía, Hana... Ella se quedó callada unos segundos, mientras su corazón latía desbocado. No pudo aguantarlo por mucho tiempo, la comisura de sus labios se alzaron en una amplia e inocente sonrisa. Y asintió. Ella era su Hana.
Hana, la mires por donde la mires es inevitablemente muy tierna > u <. Entiendo la tristeza y los celos que puede provocarle que le deje hacer a otras mujeres lo que no quiere con ella. Es frustrante. Ay, pobre Hana. <3 Yyyy adoro la sonrisa de Hana. <3