One-shot Cazador cazado [Shiro & Kayn | AU]

Notas del Autor: Los personajes no me pertenecen, claramente; Shiro es de Voltron: The Legendary Defender, y Kayn pertenece a League of Legends.

Realmente hace tiempo que no escribo, y quería escribir algo para una actividad. Además, quería que fuera algo BL porque lo último que escribí fue yuri para una amiga[?]. Espero guste, y no me maten. Ante todo, es un AU, los personajes no son 100% fieles a su personalidad... pero sí conservan ciertos rasgos de ellos.

About the shipp... No sé. Se me hizo que pueden encajar el uno con el otro y complementarse

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Pretendía que todo estuviera bien tras la discusión con Keith, pero él, como antiguo líder de la tripulación (y por si fuera poco, su ex amante), simplemente no podía dejar pasar las cosas. Para el nuevo león negro una situación como la que ocurrió podría ser fácilmente recompensada o subsanada, después de todo, era menor que él y pensaba de una manera distinta. El compromiso sentimental no era algo que circulara en su mente y se lo demostró en el preciso instante que lo encontró acorralando al león rojo.

Suspiró. Miró hacia los lados; se sentía observado por alguien, como si alguien lo estuviera cazando, pero se decía a sí mismo que solo era efecto del alcohol. Tomó un sorbo de su trago. Estaba en un bar sentado frente a la barra esperando que ocurriese algo, lo que fuera, que lograra sacarlo de su comodidad para no estar hundido en sus pensamientos, pero era demasiado difícil aun cuando la música estuviera a todo volumen. ¿Lo peor del caso? En aquella ocasión, los que pretendieron hacer karaoke estaban vocalizando una canción de una de las bandas favoritas de Keith; si el bartender no le hubiera quitado el vaso de vidrio de las manos, seguramente lo habría quebrado.

Corrió la mirada una y otra vez hacia la derecha y luego a la izquierda, intentando buscar algo (o alguien) interesante con lo que distraerse, sin saber que alguien lo tenía como objetivo desde que había llegado al lugar. Pero nada llamaba su atención, era claro que simplemente no podía dejar de pensar en aquel chico que en un comienzo solo podía ver como un pequeño hermano, y ahora que había sido encarado por él, solo deseaba tenerlo entre sus brazos y sentir su piel tersa y cálida al contacto. Le parecía hasta absurdo estar tan embelesado con Keith.

─Es obvio que tienes un problema ─soltó una voz a su lado; un acompañante inesperado había aparecido. Había aparecido como si de un fantasma se tratara. No fue su cabello largo y negruzco lo que llamó su atención, ni mucho menos la notable cicatriz en su nariz, sino la heterocromía que poseía éste; aquel ojo llameante le impresionó por completo─. Quizás yo pueda ayudarte a resolverlo, por un precio.
─Dudo mucho que así sea, pero eh, gracias por la oferta ─Shiro no era el tipo de personas que confiaba fácilmente de otras, no después de la gran cantidad de traiciones que tanto él como su tripulación habían sufrido. No obstante, aquel individuo no planeaba aceptar un “no” por respuesta, especialmente al notar que su víctima no dejaba de verlo de reojo. Las presas fáciles de cazar eran las mejores, y más si podía jugar con ellas tanto como quería.

Así que fue directo al grano. Se levantó y, tras hacer un ademán de irse (pasando frente a su presa), tomó de la chaqueta al de mechón blanco y se acercó rápidamente hacia él, robándole un beso que, como había previsto, fue correspondido por el otro. La mala circulación de aire, sumado al hecho de la gran cantidad de gente que había en el lugar, logró que la temperatura de sus cuerpos no tardara en subir y el beso continuase como consecuencia de ello, aunque éste fue tomando un tono más de necesidad de complacencia y placer; la excitación no faltó en ningún momento. Sus lenguas se encontraron, pero no por ello se impidieron seguir explorando la boca ajena con clara lujuria; danzaban a la par, chocando una contra otra en ocasiones, debatiendo quién dominaría el terreno después de aquel encuentro.

Pero, al final, el cazador terminó por ceder ante su presa.

─ ¿Aún crees que no puedo ayudarte a resolver tu problema? ─Sonrió; pese a su “pérdida”, había logrado lo que quería: domar a la bestia.
─ ¿Cuál es…?
─Me llamo Kayn ─respondió separándose de él lentamente, notando que el león negro estaba apretando ahora suavemente su cintura, no queriendo que el contacto que tenían fuese interrumpido por nada─. Y preferiría ir a un lugar más privado.

A decir verdad, Shiro había logrado su cometido: encontrar una fuente de distracción para evitar pensar en Keith. Sin embargo, no se esperaba que fuera un chico tan vulgar como aquel; claramente era atrevido y a simple vista se notaba que la rebeldía corría por sus venas. Se parecía a Keith en sus inicios, pero eso no le importaba; si era uno de los motivos por los cuales le gustaba, hacía caso omiso a ello. Ahora simplemente quería llevarlo a su departamento, o a algún sitio en el que pudiera disfrutar de su compañía; donde pudiera compartir íntimamente su cuerpo con el de él.

El cazador se convertiría en la presa, y la presa en el cazador.