Imperio de Elérea Casa de Myura

Casa de Myura

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Ubicación: Cuadrante C1 (Elérea)

Solitaria y abandonada al oeste del Imperio de Elérea, una destartalada casa puede encontrarse, pegada cerca de la costa. Hecha con tablones de madera de forma muy rudimentaria, era pequeña, con múltiples enmiendas para cubrir roturas o goteras y, desde luego, no era para nada el trabajo de un profesional.

Ni siquiera tenía unos muebles en condiciones: sillas y mesas hechas también a mano (y muy mal, había que decir...) y una cama medio coja con tristes sábanas raídas decorándola era lo que se encontraba allí dentro. Tenía también un armario que ni siquiera gozaba de patas, arrastrándose por el suelo, medio abierto y mostrando grandes cantidades de hierbas y carne recién cazada.

¿Quién vivía ahí, aislado del resto del mundo?

Si Myura está en el equipo, puedes descansar una sola vez por capítulo aquí, sin coste, sanando todos tus PS y PM.

Contenido oculto: Servicio de síntesis: Pociones

Servicio de síntesis de pociones.
En los puntos de síntesis, se os ofrecerá un ingrediente base y podréis añadir más de entre objetos robados a enemigos u obtenidos en misiones para crear distintos artefactos. Ciertos objetos sirven para crear cierto tipo de utensilios, así que no todos servirán en todos los puntos de síntesis.
Este punto de síntesis, siempre que se esté con Myura, permite crear pociones usando distintos ingredientes. Se puede usar como máximo 3 ingredientes extra, además del ingrediente base.

Ingrediente base:
- Menjuge de Myura

Pociones creadas:

- Poción rancia (esta poción resta PS en lugar de curarlos, aplicando la terapeucidad para aumentar los PS restados. -30 PS, ratio x0,2)
Combinaciones:
- Mejunge de Myura + Corteza de Cebolla + Tomate silvestre

- Ultrapoción casera (+50 PS, ratio x0,4)
Combinaciones:
- Mejunge de Myura + Poción

- Poción X casera (+70 PS, ratio x0,5)
Combinaciones:
- Mejunge de Myura + Ultrapoción
- Mejunge de Myura + Poción + Poción
- Mejunge de Myura + Poción X

-Ultraéter casero (+20 PM, ratio x0,15)
Combinaciones:
- Mejunge de Myura + Éter

- Éter X casero (+30 PM, ratio x0,2)
Combinaciones:
- Mejunge de Myura + Ultraéter
- Mejunge de Myura + Éter + Éter
- Mejunge de Myura + Éter X

- Elixir medio casero (+50% PS y PM máximos de un aliado)
Combinaciones:
- Mejunge de Myura + Poción + Éter

- Omnielixir medio casero (+50% PS y PM máximos a todos los aliados)
Combinaciones:
- Mejunge de Myura + Omniéter + Esencia mágica

- Omnielixir casero (sana por completo PS y PM del grupo)
Combinaciones:
- Mejunge de Myura + Bálsamo revitalizador + Cuerno de alraune

- Minitónico veloz (adelante en una posición todos los turnos del que lo tome durante la ronda actual)
Combinaciones:
- Mejunge de Myura + Plumita

- Tónico veloz (adelanta en dos posiciones todos los turnos del que lo tome durante la ronda actual)
Combinaciones:
- Mejunge de Myura + Corteza de Cebolla + Plumita
- Mejunge de Myura + Plumita + Plumita

- Tónico escudo (otorga escudo a un aliado según espíritu)
Combinaciones:
- Mejunge de Myura + Calabaza oscura + Muda de insecto

- Pluma de fénix (revive a un aliado caído con 1/4 de sus PS máximos + ratio 0,33)
Combinaciones:
- Mejunge de Myura + Cola de fénix

- Ala de fénix (revive a todos los aliados caídos con 1/4 de sus PS máximos + ratio 0,33)
Combinaciones:
- Mejunge de Myura + Cola de fénix + Esencia mágica
- Mejunge de Myura + Cola de fénix + Omnipoción

- Espabilín (cura sueño)
Combinaciones:
- Mejunge de Myura + Polvo somnífero

- Refresco+ (cura Ardor y otorga inmunidad a dicho estado por dos turnos)
Combinaciones:
- Mejunge de Myura + Aire Antártico + Aire Antártico

- Estimulante+ (cura Electrocución y otorga inmunidad a dicho estado por dos turnos)
Combinaciones:
- Mejunge de Myura + Escama de pez + Escama de pez

 

Al entrar en la casa, Void se encontró a la minina subida encima de la mesa, lamiéndose una pata. Alzó las orejas, alarmada, al ver aparecer al niño.

—¡Oh! ¡Mira tú por donde, el enano me ha alcanzado. ¡Ay, qué haré! ¡Una pooobre gatita como yo!

Encogió las orejas, poniendo cara adorable, y, al ver que no funcionaba, suspiró.

—... vale, vale. Deja de mirarme con esa cara de vinagre. Bueno, esos ojos de vinagre. La cara no te la veo, buu. ¡Es de mala educación no enseñar tu cara, sabías!

Dio entonces un salto, cayendo en el suelo, y, lentamente, se fue incorporando sobre dos patas. Void quedó impactado al ver cómo la gata, poco a poco, iba convirtiéndose en una humana. E-Espera, ¿¡una humana!?

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—¡Meow! —gritó, desperezándose. Tenía cabellos rosados, ropas destartaladas y ojos verdes, y sus orejas, gatunas, sobresalían sobre su cabeza... igual que una cola alargada que se movía con un incesante vaivén tras ella—. ¡Tanto tiempo transformada me tenía cansadísima! Oye, enano, ¿quieres algo? No tengo mucho: creo que robé leche el otro día en Doli, pero no sé si me queda. Tú beberás leche, ¿no?

P-Pero, ¿¡quién se había creído!? ¡Seguía mofándose, la muy...!

—Je, je, no me mires así. Estoy bromeando. ¡Esta es mi humilde morada! ¡Ta-dah! ¡La casa de Myura! Y yo, claro, ¡soy Myura!

Miró a Void con curiosidad.

—... así pues... andas buscando información sobre vacío, esencias y demonios, ¿no? Te llevo espiando un buen rato, enano. ¡Eres un niño solitario muy interesante! No todos los niños usan la magia como tú. ¡Y qué me dices de esas armas que llevas! ¡Pero si son más grandes que tú! ¡Como, el doble de grandes! Sabía que eras especial desde el momento en que te vi. Ji, ji... ¡bueno, aquí tienes tus respuestas! ¿Qué quieres saber, eh? ¡Pregunta, pregunta!

Con interés, meneó la cola, sentándose en una silla con los pies sobre ella, sentada con piernas cruzadas. ¿Q-Quién era esa... gata... chica... cosa?

>> ¿Qué eres?
>> ¿Qué sabes de los demonios?
>> ¿Qué sabes sobre el vacío?

 

Void

Al llegar a la costa di con una casa destartalada y pobre, que posiblemente llevase años abandonada. Probablemente fuese el refugio de aquella gata tan escurridiza. Sus palabras no surtieron ningún efecto en mí, pero sí lo tuvo cuando dio un salto hacia mí y comenzó a transformarse. ¡Lo sabía, era otra de sus trampas! Me preparé para lanzar otro hechizo, cuando me di cuenta de que no se estaba convirtiendo en el dientes de sable, sino en... ¿¡Una humana?!

Me quedé sorprendido durante unos instantes, hasta que el fastidio volvió a invadirme cuando comenzó a hablar. Era incluso más molesta ahora. Sin embargo, lo que me descolocó completamente fue el hecho de que dijese que llevaba mucho tiempo siguiéndome y sabía lo que hacía. ¿N-No me había dicho mamá que había seres que nos vigilaban desde las sombras, y que no podía dejar que me atrapasen? Temblé ligeramente, preparado para atacarla y huir, pero aún necesitaba respuestas.

Y-Y quizá ella no era parte de aquellas cosas que mamá había mencionado, ¿no? Por si acaso, no iba a delatarme más de lo que ya había hecho, además de que tenía que ser más cuidadoso a partir de ahora con mis movimientos. Aún así, lo que más me importaba seguía siendo...

—¿Qué es lo que sabes sobre el vacío? —le incriminé—. Ya no creo que sepas la gran cosa, pero algo sí que tienes que conocer, ¿no?

Por favor, todo esto no pudo ser en vano.

 

Myura se balanceó entonces hacia delante y hacia atrás en su silla, intranquila. ¿Qué edad tendría esa chica, por cierto? ¿Catorce años, como mucho...? Aunque le dijese enano a Void, ella no era precisamente una adulta, ¡hmpf! Aunque quién sabe, lo mismo tenía solo dos años gatunos, y eso equivaldría como humana en veinte años o algo así. Qué sabía Void; ni siquiera tenía claro qué era ella, como para saber eso.

—Así, sin más, ¿no? ¡Vas al grano! —comentó Myura, curiosa y entretenida—. Pues te sorprendería saber que sí que sé cosas, chavalín. Cosas que todos los que son como yo deben saber.

¿Como ella...? Meneando la cola, Myura miró hacia arriba, con un dedo cerca de sus labios, reflexiva.

—Mi madre alguna vez me habló del vacío. Pero era más enana que tú en aquel entonces, así que imagínate si hace tiempo de eso, chaval. Pero... ni siquiera mi madre lo tenía claro. Mi madre me decía que el vacío es una energía que hay en el mundo, invisible. Y que los demonios, esas criaturas tan horribles, la absorben sin querer, ¡y eso es lo que les hace ser tan fuertes y ser diferentes! Y ese es el motivo por el que los humanos les tienen miedo a los demonios, ¿sabías?

Suspiró, manos en las mejillas, apagada, casi con gesto de aburrimiento.

—La cosa es que... es un rollo. Nadie sabe nada del tema, y mi madre solo lo conocía porque se lo contaron mis abuelos, y a ellos sus padres, y así hasta vete a saber cuándo. Pero en Ilumbra a la gente le da igual, y ni siquiera parecen saber que los demonios siguen existiendo.

>> ¡Es por eso que me he puesto a investigar también sobre el tema! Meow, tengo mucho tiempo libre, la verdad... así que desde la última lluvia carmesí, aproveché para empezar a poner la oreja. Cuando esas lluvias pasan es cuando la gente más se pone a hablar de sus queridos Árboles Sagrados, de los monstruos, los demonios y todo eso, y entonces es un buen momento para obtener información. ¡Y he llegado a la conclusión... de que el vacío puede ser obra de los árboles sagrados! ¡Puede ser esa energía que mucha gente dice que fluye de los árboles sagrados! A ver, no hace falta ser un genio para hacer la conexión: mamá decía que el vacío era lo que daba fuerzas a los demonios, una energía latente en el mundo, invisible; y se dice que toda magia oscura, magia negra, procede de los demonios, que eran seres con muuuucha fuerza mágica; y además, se dice que la magia fluye de los árboles sagrados.

Inclinó la cabeza a un lado.

—... oye, ¡llámame loca, pero a mí me parece una conexión super razonable! El vacío es la magia. La magia es el vacío. Los demonios usan la magia con fuerza porque obtienen energía invisible de los árboles sagrados, y esa energía invisible no es si no magia, o lo que potencia la magia. ¡Pum! ¡Blanco, y en una botella, leche! Que por cierto, ¿te he ofrecido un poco?

Aquellas palabras... fueron sorprendentemente útiles. Fuese una teoría o no, era algo. Void ya tenía una pequeña pista, un pequeño indicio, de qué narices era ese "vacío". Pero... ¿l-la magia? ¿El vacío era, al final, una forma de magia? ¿Lo que le daba fuerzas? De ser así, él, que podía usar magia... ¿la podía usar gracias a ese "vacío"? Y, además, ¿por qué su madre le dijo "aunque el vacío nos separe"? ¿Es que acaso... es que acaso su magia era la que los separó?

Aunque sabía más cosas, seguía sin entender nada. Y, de todas formas, ¿debía creer a esa niña gatuna impertinente? Ugh, no tenía nada mejor, pero, ¿por qué estaba tan enterada? ¿Quién era ella...? ¿Y por qué estaba tan sorprendentemente bien informada sobre los demonios?


>> ¿Qué eres?
>> ¿Qué sabes de los demonios?

 

Void

Lo cierto fue que la chica gata me dejó impresionado; lo que me contó, fuese cierto o no, tenía bastante sentido, parecía algo razonable, y más importante aún, era algo. Al fin tenía algo, por poco fiable que fuese, al fin tenía una idea tangible sobre lo que podía ser el vacío. Era una idea formada a través de unir los cuchicheos de la gente, lque poco o nada debían saber realmente, pero era lo mismo que había estado haciendo yo, sólo que a mayor escala.

Aún así, ahora tenía incluso más dudas, ¿Si las cosas eran así, por qué mi madre me dijo lo de que "el vacío nos separase"? ¿Cómo encajaba aquelllo? Agh, aún había muchas incógnitas, pero al menos ahora tenía al menos una teoría, y tenía frente a mí alguien quien podía seguir contándome más cosas. Era lo mínimo que podía hacer por mí luego de hacerme recorrer Ilumbra de lado a lado.

Además, aún había algo que me escamaba.

—De acuerdo, admito que pareces saber más cosas de las que creía —le dije, con tono de resignación—, ¿Pero a qué te refieres con eso de que hay cosas que todos los que son como tú deben saber? ¿Qué eres? ¿De dónde saliste? Ya no sé si eres un gato, un monstruo, una humana o ninguna de ellas. Lo único que tengo claro es que disfrutas molestando a los demás y te gusta la leche.

—Además —miré de reojo su "casa"— suena a que llevas viviendo sola mucho tiempo, y hablas de tu madre como si ella ya no estuviese, igual que la mía, ¿Fue por la lluvia carmesí?

 

Myura se sobresaltó ligeramente, impresionada.

—Oh. Y yo que estaba convencida de que tú y yo seríamos iguales. Ya sabes, la máscara y la capucha... pensaba que ocultarías orejillas de perrito o algo así, ¡en plan super mono! Y que tendrías pelo en la cara o algo, por eso la máscara —curiosa, se llevó una mano a sus labios—. Hmmm. Definitivamente tenemos muchas cosas en común. También está eso, pero... oh en fin, ¡que me voy por las ramas! Sobre tu pregunta, bueno. Soy una humana. O algo parecido.

Se levantó y giró sobre sí misma, haciendo una especie de pirueta.

—¡Ta-dah! ¡Soy una morfomante! ¿No era obvio? Ay, eres tan enano que seguramente nunca habrás visto uno.

Tsk, y dale con lo de enano. Aunque... e-era cierto, Void nunca había visto a un morfomante. Le sonaba el término, eso sí, pero... no se imaginaba que serían así. Void había oído que los morfomantes eran "humanos con rasgos monstruosos, que parecen haber perdido toda su humanidad y se comportan como salvajes". Y Myura, hum... tenía orejas de gato, pero poco más que eso. Y era un poco imbécil, también, pero no llamaría a eso "ser salvaje".

—¡Yo pensaba que tú eras un morfomante, también! —le dijo, curiosa—. Los morfomantes somos humanos que podemos transformarnos en bestias, ¡y la mía es un feroz dientes de sable... a veces! N-Normalmente me quedo en un gato, y puedo mantener la transformación poco tiempo, ¡p-pero eso son detalles!

Se sonrojó ligeramente. Vaya, Myura parecía ser una morfomante un poco torpe, ¿eh?

—Los morfomantes —siguió diciendo—, somos los descendientes más directos de los demonios, ¿sabías eso? Eso es lo que siempre me contaba mi madre, antes de que... muriese —mencionar el tema parecía afectarla especialmente... fue rápida en desviarse de él y seguir con su monólogo—. Se supone que los humanos surgimos de los cuerpos sin vida de los demonios, ¿no? Pues lo que no cuentan esos curas paletos es que no todos los demonios murieron. O eso se cuenta. Los demonios siguieron existiendo, aunque fuesen solo algunos, sin convertirse en humanos. Y fingieron ser humanos para no ser erradicados, huyendo entre las masas de humanos y fingiendo ser como ellos. Y así, ¡pam, tuvieron hijos! Muchos tuvieron hijos con otros demonios, y otros con humanos. De la mezcla de humanos y demonios... salimos los morfomantes. ¡Así de sencillo! Resulta que como somos mitad humanos, mitad demonios, pues tenemos energía mágica muy intensa en nosotros, pero... se manifiesta de forma distinta, en vez de manifestarse como magia tal cual, ¡lo hace con estos poderes y nos deja marcados con la posibilidad de tansformarnos en monstruos! Y... tenemos esos poderes, según mi madre, por el vacío.

Miró a Void con curiosidad.

—Yo pensaba que tú podías ser un morfomante especial, con capacidad para no solo transformarte, sino también usar magia. Pero se ve que no. Aunque si has oído hablar del vacío, ¡algo ocultas, muchachín! ¡Venga, venga, dispara! ¡Me das mucha curiosidad! ¡Cuéntame!

... pues la curiosidad mató al gato, ¿no?

En fin, no tenía necesidad de contarle nada, pero... Myura podía ser útil. Sabía cosas. Y si decía que era morfomante y que estos son híbridos de demonios y humanos, entonces... entonces debía tener ascendencia de demonios, ¿no? Tal vez supiese algo más sobre el tema. Quizá ella no estaba muy enterada, pero podía conocer a algún otro demonio, ¿no? Quizá su padre era el demonio, y seguía vivo. Quizá sabía dónde había más como sus ancestros. Quizá sabía... algo que pudiese ayudarle. Ayudarle a acercarse al "vacío", o... a mamá.

>> Pedir ayuda para averiguar información sobre los demonios.

 

Void

Me sentí apenado con ella al verla afectada al hablar sobre su madre; me había parecido que el tema no la afectaba y por eso lo saqué, pero me había equivocado. Ella era igual que yo.

Escuché lo que me contó con mucha atención: Era un morfomante, y tal como había sucedido con otras historias que había escuchado en el pasado, la realidad se terminaba alejando bastante de lo que se contaba. Sin embargo, el prejuicio sobre su especie pasó a segundo plano cuando escuché que eran descendientes de humanos y demonios. Aquello captó profundamente mi interés.

Myura resultó saber muchas más cosas de las que yo pensaba, ¿Quién lo diría? Al final el viaje había valido la pena.

Pero pronto el interrogado pasé a ser yo; Myura había pensado que yo era igual que ella, un morfomante. Supongo que tenía sentido creer que era el caso, pero ahora que sabía que no comenzó a intentar cuestionarme y sacarme cosas. Me cubrí la máscara, antes de que la gata me la sacase de un arañazo; mis reflejos no hubiesen reaccionado a tiempo.

—E-En fin, se te ve muy preparada en el campo de los demonios —dije, intentando subirle el ego para que no se centrase en mí—, yo también estoy muy interesado en ellos, por mis propios asuntos. ¿Sabes algo más sobre ellos que puedas contarme? O si conoces a alguien que pueda ayudarme con eso...

>> Pedir ayuda para averiguar información sobre los demonios.

 

Myura se cruzó de brazos, frunció el ceño y apretó los labios.

—Hmmmm... no sé, no sé. Me pides que te ayude, te cuento mi vida, ¡y yo casi no sé quién eres tú! Eres un niño enano con una lanza de dos metros, que puede freír limos como si nada y que es capaz de recorrer él solo media Elérea. ¿Me debo fiar de ti? Hmmm... mi instinto gatuno me dice que eres majo, ¡pero mi instinto femenino me dice que solo te quieres aprovechar de mí!

Suspiró, dio un par de vueltas a su casa y reflexionó.

—... hmmm —seguía pensando, dubitativa. Ya empezaba a tensar a Void, ¡y a quién no tensaría! Esa niña era muy cargante cuando quería—. Bueno. Supongo, supongo, que podría llevarte a un sitio donde puedes encontrar a alguien que te ayude —se le acercó de pronto, enfocándolo con su único ojo visible, desde cerca—. Eso sí: como me estés traicionando te vas a enterar. ¡Te haré puré de enano, enano!

... aunque decía todo eso, en cierto modo se percibía que Myura quería ayudarle. Que desde el principio quiso ayudarle. Después de todo, llevaba un tiempo espiándole. ¿Sería que sentía empatía por Void? ¿Que se sentía, como ya ella había dicho, parecida a él? Fuese por lo que fuese, la chica al final se separó de él, sonrió y, señalándole, dijo:

—¡Pero! ¡Y hay un gran pero! Yo te ayudo a cambio de que, cuando te lleve al sitio en cuestión, ¡me contarás cosas sobre ti y me dejarás ver qué escondes bajo la capucha y la máscara!

¿E-Eh? Bueno, eso... eso era algo que no podía prometer. Pero si tenía que prometerlo, lo haría. D-Después de todo, las palabras son solo eso. Palabras.

—¡Bien, pues trato hecho! —¿en qué momento dijo Void que sí...?—. El sitio al que te tengo que llevar está al sur. Hay un lago con una cueva en el centro, desde el norte se puede acceder al interior. Esa cueva es una gruta muy bonita, la llaman "Gruta de los Cristales". Al fondo de esa gruta hay... alguien que quizá pueda ayudarte. ¡Pero repito e insisto, como me entere de que haces algo malo o le chivas a alguien que está ahí, te haré comida para gatos!

>> Venga, andando. Por supuesto, voy contigo. ¡Te perderías si te dejo solo por esa gruta! ¡Vamos, a qué esperas!

Myura se une al grupo. Podrás ver su ficha en la tuya propia.

 

Void

Al fin habíamos llegado a la casa de Myura; suspiré con alivio mientras entraba y buscaba dónde podía colocar a la chica. Al estar allí por segunda vez noté aún más lo precario de su hogar, ¿Cómo sobrevivía así? Saqué al pequeño gatito de mi sudadera y lo coloqué con cuidado en su cama.

Ahora, ¿Qué debía hacer? Nunca había tratado las heridas de alguien. Myura hacía pociones, quizá ella sabía, ¿Pero era bueno despertarla en su estado?

¡Agh! ¡¿Qué debía hacer?!

 

Myura se despertó entonces, estando aún en la sudadera de Void. Algo desorientada, miró alrededor por un instante.

—Oh... e-es mi casa. Hmm. Enano, m-mira en ese armario. Tengo pociones. Hay una que es así como roja. ¿Me la das?

Void fue rápidamente a buscarla; no fue difícil encontrarla, porque la mayoría de pociones que tenía Myura eran de color verdoso o marrón; pocas tenían colores llamativos como el rojo. Así pues, en cuanto se la ofreció al gatito, se empezó a sentir mejor, y no tardó en saltar de su regazo y colocarse sobre la mesa. Se estiró fuertemente, bostezando luego.

—Uf... eso ha sido muy chungo. Creo que he delirado y todo —comentó, rascándose una oreja. Luego dio un salto, y, conforme caía, se transformaba de vuelta en humana—. ¡Ta-dah! Muy bien hecho, enano, ¡me has salvado! Y encima esa pócima de cáscara de tomate letal y ojo de cebolla salvaje estaba buenísima...

Ugh, así le olía ahora el aliento.

—¡Ten! ¡Pilla esto! Está hecha a base de ingredientes secretos, ¡te quitará todo el cansancio, puf, de golpe!

Era... marrón. Y olía a... tierra. Y sabía a... barro... con hierba, y con... ¿limón? Ugh, pero era viscoso y desagradable. Myura debía seriamente hacerse mirar el factor sabor de sus pócimas Eso sí, el factor efecto era... impecable. Void se sentía como nuevo.

Pronto tuvo a Myura revolviéndole el pelo sobre su capucha, y, con una sonrisilla, le dijo:

—¡Phew, pues ya estamos listos, ¿no?! Qué, ¿nos vamos a las Grutas otra vez? Por favor, ¡sin hipnotizarte esta vez, enano! ¡Que soy fuerte, pero mi cuerpo solo aguanta un hechizo como ese un par de veces, ¿eh? ¡No soy de piedra!

PS y PM recuperados al 100%.

 

Void

Myura despertó por su cuenta, dándome indicaciones de lo que debía hacer. Me dirigí inmediatamente al armario que me dijo, donde encontré gran cantidad de pociones.

—Vaya, sí que estaba preparada.

Encontrar aquella poción roja que me pidió no fue difícil; resaltaba mucho entre todas las demás, de colores más oscuros. Cuando se la dí pareció surtir efecto de inmediato. Se puso de pie de un salto y regresó a su forma humana.

—¿Cáscara de tomate letal y ojo de cebolla salvaje? —pensé, asqueado. Sin embargo, viendo lo eficaz que era grabé mentalmente los ingredientes en mi cabeza. Quizá sería buena idea hacer algunas por mí mismo.

Hablando de pociones, Myura me ofreció otra a mí, esta de color marrón. ¡Puaj! Sabía horrible, al igual que la anterior, pero no podía negar que me había hecho sentir lleno de energía.

—M-Me alegro que estés mejor —le dije una vez que empezó a revolver mi cabello; en ese momento no me importó que me llamase enano—. Y claro, no me volverá a pasar. Seré mucho más cuidadoso en esta ocasión.

Y con eso dicho, nos pusimos de nuevo en marcha.

 

Capítulo 2-2: Un hogar perdido
​

La cabeza le dolía, le dolía mucho... pero lentamente, logró recuperar la consciencia. Cuando despertó, estaba tumbado en una cama, en un lugar que le resultaba familiar. Era... era la casa de Myura. Lo supo cuando vio las pociones apiñadas en una estantería abierta, y varias de ellas vacías encima de la mesita que tenía cerca.

Void se incorporó con esfuerzo. ¿Le había dado esas pociones a él? Quedó observando el frasco de la botella por unos instantes, y pudo ver en una de ellas su reflejo. Fue entonces cuando se dio cuenta. Le faltaba algo.

Su máscara.

Desesperado, la buscó, y no tardó en encontrarla en un rincón. Se la puso, subió su capucha, y, tenso, se preguntó si estaba solo o alguien le había visto. Y sus pasos le llevaron al exterior de la casa. Nada más salir, observó una puesta de sol, bañando la hierba del terreno frente a sí de un color ocre hermoso. Y, allí mismo, sentada en el suelo, pudo ver a Myura, mirando al horizonte.

—... así que ya te has despertado, enano —le dijo, sin siquiera verle. Su oído era agudo, desde luego—. Tuve que quitarte la máscara para darte de beber. Tras lo que pasó en la Gruta, quedaste muy mal. La energía de Nayen te afectó mucho. Pero me alegro de que ya estés recuperado.

Myura suspiró.

—Ha pasado algo terrible —dijo, señalando hacia el horizonte. Void siguió el dedo de Myura, y no hizo falta que dijese más: lo podía ver con claridad, ante sus ojos. Yggdrassil... estaba torcido, de alguna manera. Se apreciaba el gigantesco árbol en la distancia, perdiéndose su cúspide entre el verdor del cielo, torcido, arqueado en un lado, como si hubiese sido roto por su base. Y el humo negro surgía del bosque bajo él—. No sé quién ha hecho esto, pero... Yggdrassil aguanta en pie a duras penas. Ni siquiera tengo claro que esté vivo aún. Y eso es... ¿malo, supongo? —suspiró—. Si Yggdrassil desapareciese, ¿no lo haría también la lluvia carmesí, después de todo? No solo Yggdrassil, claro, sino los otros cuatro también. Aunque... si la lluvia desaparece, seguramente los demonios también.

Se abrazó a sus piernas por un instante, entristecida.

—No quiero ni pensarlo, en realidad. Pero el viejo... el viejo te contó todo eso porque confió en ti, y me dejó a mí a tu cargo; así que ahora tengo que ayudarte a descubrirlo. Y, ¿sabes algo? El viejo era listo. Muy listo. Tal vez... tal vez quería morir ya, y por eso te hizo tocarle. Tal vez sabía que, de alguna manera, le provocarías eso.

Se levantó entonces, lentamente, girándose. Cuando Void le vio la cara, se sorprendió. Se había retirado el mechón de pelo que cubría uno de sus ojos, y reveló su forma y su color: era rojo.

Como el suyo.

—... Void. Déjame... déjame ayudarte, ¿vale? Sé que es lo que el viejo habría querido. Tú y yo nos parecemos mucho, estoy segura. Yo tuve al viejo, así que... ¿qué tal si yo soy... la que te ayuda a ti? ¡Pero nada de llamarme "vieja"!

Ah... poco a poco, volvía a ser la Myura de siempre. Pero, ese ojo... ¿por qué... los dos tenían el mismo ojo?

—Bueno. Dime, Void. ¿Qué hacemos? ¿Cuál es el plan? ¿Ir a Ragnarok? Suena bien así de primeras, pero, ¡a saber dónde está!

... dónde, ¿eh? Void se hacía una ligera idea. Sí, sus visiones le dieron pistas. Si había que surcar el mar, y su madre dijo que iban al "continente de Elérea", entonces...

>> Preguntar a Myura por su ojo.
>> Preguntar a Myura si vio lo que esconde tras la máscara.
>> Comentar a Myura que Raganarok no está en este continente.

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Lelouch uwu Perdón por la espera :D/

​

 

Void

Estuve a merced de la oscuridad hasta que poco a poco fui recuperando la consciencia, no sabía si a causa del enorme dolor de cabeza que comenzaba a sentir. Cuando al fin recuperé el control sobre mi cuerpo, abrí los ojos y me encontré a mí mismo recostado en una cama, en lugar diferente a donde estaba antes de caer desmayado, pero en el que ya había estado antes. La casa de Myura.

El rechinido de la cama y las pociones vacías que vi en la mesa me lo confirmaron.

Me incorporé de la cama con esfuerzo, entonces lo vi. Me quedé congelado durante un segundo que pareció una eternidad, mientras miraba mi reflejo mirándome directamente, pero sobre todo, yo podía verlo a él. Podía ver mi rostro, aquel que no había visto en mucho tiempo, totalmente al descubierto. Mi reflejo pronto se desfiguró en una mueca de horror, y me alejé de él, buscando con desesperación mi máscara. Cada segundo en el que no la encontraba mi corazón explotaba una vez, aunque pude encontrarla antes de sufrir otro desmayo. Me la puse inmediatamente y me apreté la capucha sobre la cabeza lo más que pude. Busqué desesperadamente con la mirada si alguien me había visto, pero no había nadie.

Salí de la casa desconcertado, y entonces la vi, sentada en el césped. Me acerqué a ella por un lado, pero me quedé a su espalda, a unos cuantos pasos, mirando hacia dónde tenía su mirada clavada. Escuché lo que tenía que decir, estremeciéndome cuando mencionó que me había quitado la máscara.

Mis ojos se enfocaron entonces en Yggdrassil, que se encontraba en el deplorable estado en el que Myura lo había descrito. Aquella era una visión que jamás me habría imaginado que tendría, y no sabía cómo había ocurrido. Myura intentó decir lo malo que aquello era, pero pude notar en sus palabras que en realidad deseaba que Yggdrassil desapareciera, que la lluvia carmesí lo hiciera y todos pudiésemos estar tranquilos.

Incluso si eso hacía que eventualmente los demonios desapareciesen, sería un proceso lento, y al menos podrían pasar sus días tranquilos, en lugar de temer constantemente aquella lluvia roja. Pero, ¿Quién habría destruido aquel árbol sagrado? ¿Quizá, Raganarok? Tendría sentido, pero era un simple pensamiento cuyo único fundamento era mi deseo de encontrar aquella sociedad secreta que Nayen había mencionado.

Myura mencionó la muerte de Nayen, y me encogí instintivamente. La chica mencionó que quizá Nayen sabía lo que iba a pasar y lo provocó deliberadamente, pero... no quise creerlo. No iba a endulzar lo que había pasado para sentirme mejor. Yo, yo había provocado aquello. Myura no quería cargarme con la culpa, y también quería liberar su corazón de culparme, pero yo sabía la verdad.

Aparté el rostro hacia un lado, antes de volver a mirarla y entonces se puso de pie, y cuando se volteó, pude verlo. Aquel ojo que Myura llevaba siempre cubierto ahora brillaba con fuerza, con un brillo rojo.

El impacto fue breve, pero fuerte, y escuché las palabras de Myura con atención. Habló de guiarme, tal y como Nayen lo había hecho con ella, y una sonrisa agridulce se dibujó en mi rostro, mezclándose diversión y amargura.

Y Ragnarok, sí, no sabía dónde estaba ese lugar, pero si mis visiones tenían que ver en todo esto, al menos podía asumir que no estaba en este continente.

Sin embargo, podía concentrarme con Myura mirándome directamente con esos ojos, con aquel ojo rojo brillante, y entonces, una vez más, fui consciente de mí mismo.

—...Lo viste, ¿No es cierto? —le dije—, lo que hay debajo de mi máscara. Sólo... no se lo digas a nadie, ¿de acuerdo?

Aquello era algo que no quería que nadie viese, nunca. Pero ahora, había quedado expuesto. Al menos, si alguien lo había visto, fue ella.

>> Preguntar a Myura si vio lo que esconde tras la máscara.

 

Myura no pudo evitar suspirar.

—Sí... sí, lo he visto. No le diré nada a nadie, si es lo que te preocupa. Pero al menos ahora entiendo un poco más todo lo que estás haciendo. Al final tenía yo razón, ¿eh?

Colocó con cuidado el mechón sobre su ojo de nuevo, como de costumbre, tapándolo por completo. Y sonrió.

—... ya sé que eres un morfomante, también —susurró—. Seguramente aún no tengas control alguno sobre tu transformación; eres demasiado niño, demasiado precoz. Pero cuando cambies, sea lo que sea en lo que transformes, te ayudaré a controlarlo, ¿sí?

Myura... pareció convencerse de que era un morfomante. Pero no lo era. Void no sabía por qué motivo ver lo que ocultaba tras su máscara le sirvió como prueba de que su teoría era cierta, pero... argumentarle lo contrario a Myura implicaría explicarle toda la verdad. Y no sabía si estaba preparado o si era lo que quería... así que pensó que era mejor apartar el tema, de momento.


>> Preguntar a Myura por su ojo.
>> Comentar a Myura que Raganarok no está en este continente.

 

Void

Me quedé callado cuando dijo que lo había visto; sí, era imposible que lo hubiese visto. Sin embargo, me tomó por sorpresa que dijese que tenía razón al pensar que era un morfomante. ¿Qué era lo que la había hecho pensar que era un morfomante? Ugh, no me apetecía quitarme la máscara de nuevo y volver a mirarme, pero no recordaba tener ningún rasgo animalístico. ¿Entonces, qué era?

Bueno, de momento tampoco quería averiguarlo. Era mejor que Myura se convenciera a ella misma de que era un morfomante, no quería hablar sobre lo que era si no era necesario. Pero sí que había algo de lo que quería hablar, sobre todo ahora que se lo había vuelto a cubrir.

—Por cierto —hablé tras haber asentido a sus palabras de ayuda—, ¿Por qué tu ojo es igual al mío? Nayen tenía ambos del mismo color, así que no parece una cosa de los morfomantes. ¿Y por qué es que siempre lo llevas cubierto?

Preguntar a Myura por su ojo.

 

Myura alzó las cejas, sorprendida.

—Vaya... sabía que tenías poca idea de esto, pero... no imaginaba que tenías tan poca idea. ¡Bueno, eso solo hace que me haga más ilusión enseñarte! ¡Podré ser tu gran maestra! Je, je...

Se aclaró la voz, emocionada, y luego su rostro se tornó serio. Myura... hacía eso frecuentemente. De la felicidad y las risas pasaba a la seriedad en un momento. Casi como si sus verdaderos sentimientos y pensamientos entrasen en conflicto con la cara que quería mostrar al público, a quienes le rodeaban. Como si se esforzase por mostrarse siempre alegre y le gustase hacer tonterías, solo por mantener a todo el mundo feliz... pese a que a ella le afectasen los distintos eventos y realidades que la rodeaban.

—Lo llaman "la marca de la bestia". Al menos, así me lo dijo el viejo a mí. Los morfomantes, como ya sabes... vamos poco a poco perdiendo la cordura y convirtiéndonos en bestias, sin poder regresar a nuestra forma humana. El proceso es lento, y funciona distinto para distintas personas. Pero todos los procesos terminan igual: los ojos se vuelven de color rojizo, rosado, amarillento; depende del tipo de bestia, en general, pero suelen ser esos colores. Y empieza, primero, tornándose de dicho color uno de los ojos. Ese es el primer síntoma, normalmente.

L-La marca de la bestia... p-pero él no era morfomante. Él no... él no debería tener esa marca. Con todo, recordaba a la perfección sus dos luceros azules. No nació así, no nació con ese ojo rojizo. Entonces, ¿por qué? ¿Por qué tenía él esa marca?

—Pero no te preocupes, enano —comentó, sonriente, Myura—. Normalmente el ojo se nos pone de este color prematuramente a quienes no tenemos mucho control sobre nuestra morfomancia. Es normal, ¿no? Si no la controlas, es lógico que... la marca de la bestia salga antes. ¡Pero eso no quiere decir que vaya a sucedernos pronto! Es solo porque carecemos de control total, solo por eso. Al viejo le salió el ojo rosado cuando ya tenía unos añitos, según me dijo. Y aun sí, le duró años en ese estado hasta empezar a no poder controlar su regreso a la forma humana.

>> Marca y pérdida de control van ligadas. Igual que quienes empiezan a perder el control tienen la marca... si lo que te sucede es que de por sí no tienes mucho control, la marca sale antes. Pero aún nos queda tiempo. Nos debe quedar... mucho tiempo.

Se tocó, con cierta preocupación, el mechón de pelo que tapaba la marca.

—... sea como sea, no me suele gustar mirarlo en mi reflejo. Por eso lo tapo. Me recuerda que... soy débil. Eso y que algún día acabaré como el viejo —lo dijo en un tono bajo, silencioso. Y, luego, suspiró. Cuando volvió a hablar, el entusiasmo apareció de nuevo—. ¡Así pues! ¿Qué me dices, enano? ¿Alguna otra duda? ¿Tienes idea de cómo llegar a Ragnarok? ¡Cuéntale a tu maestra todopoderosa!

 

Void

L-La marca de la bestia, eso no tenía ningún sentido. Yo no era un morfomante, ni podía transformarme; sabía perfectamente lo que era, ¿Lo sabía, no? Al menos, era lo que mi madre me había dicho. Y esa vez, al mirarme en el reflejo, lo comprobé. Pero entonces, ¿Qué lo causaba? Recordaba que mis ojos ambos eran del mismo color en el pasado, azules, hasta que ese día, en el que mi madre desapareció, desperté con aquel ojo rojo mirándome directamente.

Si en el caso de los morfomantes aparecía prematuramente en aquellos que no tenían control sobre su poder y transformación. Quizá era porque no tenía aún control sobre mi magia, ¿Sería eso? Pero tampoco sentía como si eso fuera. Era verdad que no podía usar demasiados hechizos antes de agotarme, pero nunca había tenido problemas para convocar el hechizo correcto siempre que lo deseara y tuviese energía.

Entonces, ¿Qué significaba este ojo para mí? No lo sabía, pero la charla con Myura me dejó con más dudas. Aunque me sirvió para notar aquella capa oculta de Myura; una seriedad que rara vez mostraba, y que ocultaba bajo su aparente comportamiento despreocupado. No sabía si siempre había estado allí o era por lo que sucedió con Nayen, pero estaba claro que la chica no podía sonreír siempre. Nadie podía.

Su máscara no era tan literal como la mía, pero ahí estaba. Y en un instante volvió a ponérsela.

—Sí, sí, lo que digas "maestra" —le dije siguiéndole el juego—. No sabría decirlo con certeza, pero cada vez que me he perdido la consciencia he tenido una especie de visiones, o de recuerdos suprimidos. Y todo parece indicar que alguna vez estuve en Ragnarok. Y mi madre y yo escapamos de allí, cruzando el mar rumbo a este continente. Lo que significa que Ragnarok quizá no esté en este continente. Es sólo un pensamiento, pero siento que es así. O al menos podría describir de dónde vengo....

 

Myura meditó un instante.

—Así que visiones, ¿eh? Wow, no serás uno de esos profetas que ven el futuro, ¿no? Aunque por lo que me cuentas parecen más bien recuerdos... ves el pasado. Bueno, como sea, si dices que Ragnarok no está en este continente, entonces tenemos un serio problema. O dos, mejor dicho.

>> El primero es averiguar en cual se encuentra. Dudo que sea en Áurea, porque allí habitan los áureos y seguramente se habrían dado cuenta de la existencia de una sociedad secreta de ese calibre; y dudo que sea en Kholod, al suroeste, porque los moguris residen allí. Lo más probable... es que se encuentren en Garladia o en Hashmall, ¿no? Continentes abandonados... al este de Elérea. Sí, yo diría eso. De todos modos no sabemos ni en cuál de los dos, ni dónde está. Eso es un problema...

>> Por otro lado —siguió diciendo—, tenemos el segundo problema: cómo narices llegamos hasta ellos. ¡Necesitaríamos un barco, y no sé tú, pero yo estoy pelada de guiles! Además, a Áurea y a Kholod van y vienen muchos barcos, pero, ¿a esos continentes desiertos? Puf, como no sea algún barco de cazadores que vayan a matar monstruos o algo así...

Meditó por unos instantes, dando vueltas en el sitio, caminando de un lado a otro, reflexiva. Hasta que, finalmente, se detuvo, brazos cruzados.

—... tenemos una pequeña pista según tus visiones extrañas, pero no es nada contundente. ¡Oye, tendrías que tener más de esas visiones!

Oh, sí... si pudiese. Ciertamente, si despertase más visiones, tal vez lograría recordar más cosas y tendrían más pistas. Pero no era como si pudiese tener esas visiones continuamente. No sabía cómo provocarlas. Parecían surgir por fuertes exposiciones a energía mágica, pero... no creía sacar mucho más de la Gruta de los Cristales, y tampoco es como si fuese buena idea llevar allí a Myura de nuevo tan pronto.

—¡En fin, se nos ocurrirá algo! Podemos intentar buscar información por ahí; no creo que vayamos a enterarnos de nada sobre Ragnaron así como así, pero al menos podríamos llegar a descubrir si a algún barco le da por salir a otro continente, ¿no? ¡Y gracias a mis magníficas habilidades morfománticas gatunas, puedo husmear todo lo que sea necesario! Ñehehe...

>> Oh, y una cosa. He pensado que te podría enseñar a hacer pociones. Si te interesa... en mi casa tienes mi magnífico menjuge, ¡úsalo como base y así podrás crear magníficas pociones!

... su "menjunge", ¿eh? ¿Ese era el ingrediente secreto? Ugh, viendo cómo sabían sus pociones, a saber qué llevaban...

En fin, estaban en un callejón sin salida, pero Myura no se desanimaba. Buscar información... no sonaba a un plan muy sólido, pero, ¡a Void le funcionó la última vez! Casi sin quererlo, acabó llegando a Myura, a Nayen, a... toda esa información. ¿Quién le decía que las casualidades solo pasaban una vez?

Contenido oculto

Desde este punto, tienes total libertad por el mapa de Elérea para ir a cualquier sitio, salvo al Bosque, que está inaccesible por los motivos de historia qye ya sabrás (?) No te diré explícitamente a dónde ir, y si entras en alguna zona y hubiese algún evento, bastaría con que roleases allí para que yo lo active. Asimismo, tienes ciertos encargos en las distintas poblaciones que puedes hacer.
Si estás muy perdido, te daré pistas a través de Myura, eso sí.

Ah, así mismo, ¡tienes acceso al primer punto de síntesis! Mira el primer post de este tema para más info.

Y otra cosa: Kein y Rigel están también en Elérea y pronto tendrán libertad. Si vas a un sitio donde ellos se encuentren, puedes rolear sin problemas que te fijas en ellos o lo que quieras, pero no puedes rolear que os unís hasta que yo lo diga, por mucho que os crucéis, ¿okay?

Te aviso de que para avanzar necesitarás que ciertos roleros avancen en sus historias. Por ello, dedícate a explorar de momento, si gustas; cuando vea que vas a entrar en la zona que te haría tener que esperar, sin embargo, te avisaré para que lo sepas y así puedas volver más tarde.

 

Void

Buscar información, uh. No sabía (ni tampoco tenía muchas ganas de) provocarme aquellas visiones, aunque parecían surgir siempre al verme expuesto a un gran flujo de energía mágica. Pero en la cueva de los cristales no volví a ver otro, y además, seguro que volver tan pronto no le sentaba bien a Myura.

Uh, ¿A dónde ir entonces? Bueno, cuando la perseguí la primera vez llegué a ver un pueblecito al norte, no demasiado lejos de la casa de ella chica. Quizá sea un buen punto de partida.

En cuanto al "menjurge" de Myura...

—Eh, sí, gracias por la oferta —le dije—, pero esperaré a conseguir más ingredientes.

No pensaba manupalar aquel tónico apestoso sin echarle antes algo que mejorase su salud.

—Bueno, en marcha.

 

Void

Llegamos a casa de Myura, dónde me tiré en un banquito a descansar los pies. Me dolían ya de tanto andar sin parar.

Miré con detenimiento la casa de Myura; sí, no estaba en un buen estado ni mucho menos, pero era su casa y había vivido aquí mucho tiempo, ¿No?

—Oye Myura —le llamé, poniéndome de pie para revisar sus frascos de pociones y ver si podía hacer alguna—, sé que me estás acompañando y que dijiste que saldrías en el primer barco fuera de Elérea por como estaban las cosas, pero, ¿No te da pena dejar tu hogar? —pregunté curioso.

Mientras me respondía, rebusqué entre los ingredientes que tenía y traté de hacer algunas mezclas.

Sintetizar pociones:

Primera: Cebolla + Plumita
Segunda: Cebolla + tomate silvestre (si es que se puede usar, si no, sólo la cebolla(?))