Caracoles Por: H. Lima. Cuando era pequeña disfrutaba de jugar en el parque y entre la yerba, hasta quedar muy sucia, mama insistía en que me lavara las manos después de jugar. Ella decía que en la yerba habían caracoles muy pequeños, y si me los comía de seguro moriría, pues me dijo que los caracoles crecerían en mi estomago y luego me saldrían por la boca, los ojos y orejas. Aquella idea me persiguió por mucho tiempo, haciendo que fuera la niña más limpia de la ciudad. Al punto de cargaba con migo siempre un jaboncillo de mano y pañuelos descartables. Por esto algunos me felicitaban, y otros se burlaban de mí. Pero eso no importaba pues no dejaría que los caracoles entraran en mí y me mataran. Un día de mayo comprobé que mama no mentía, pues en clase de ciencia los llegue a ver atreves del microscopio nadando en una gota de agua, el profesor los llamo microorganismos inofensivos. Pero sé que son ellos, los caracoles que menciono mama. Algunos compañeros se rieron de mi, inclusive mis preciadas amigas, al escucharme decirles caracoles. Fue desde esa fecha que tuve pesadillas, donde los caracoles me devoraban por dentro. Aun hoy no dejo de pensar en ellos, arrastrándose mientras brotan entre mis heridas sangrantes devorando mis entrañas. Por eso siempre estoy limpia, muy limpia, no dejare que me devoren los caracoles, tal vez no los pueda ver. Pero siento su presencia, esperando a que me descuide esperando el momento para matarme. No los dejare, mis manos siempre estarán limpias. Con el tiempo llegue a no tener esas pesadillas, pues ahora llegaba muy cansada a la noche, después de estudiar casi todo el día en el instituto y tomar clases extras de música. Pienso que soy muy popular entre los chicos, porque muchos me han pedido salir. Yo siempre los rechazo, y no es por altanera ni que tenga miedo de que traten de aprovecharse de mí. En pocas palabras podría decirse que: Siento asco de sus manos sucias tratando de tomar las mías, pienso que después de jugar en el campo deportivo, tal vez no se las lavaron. Total ellos son muy descuidados con cosas Como esas. La gente es curiosa, pues me consideraban alguien muy fina por preocuparme tanto por la limpieza. Cosa que yo hacía por el miedo irracional que se apoderaba de mí, al pensar en los caracoles, supongo que desde esa época me llamaron: Princesa. Muchos en el instituto no lo sabían. Pero me fingía enferma cuando tocaba entrenar en el campo deportivo, solía preguntarme como seria sentir la punzante sensación del verde pasto. Pero luego recordaba a los caracoles, y me sentía alegre de poner distancia de ellos y yo. No sé cuando empecé a usar guantes, pero sí recuerdo que en un principio fue molesto, para luego ser muy placentero, pues era libre de tocar cosas sin imaginar donde habían estado antes. Fue en aquella época que un chico se arrodillo suplicando y sin tener una buena excusa que decir, le dije que sí. El en un principio era muy amable y yo disfrutaba de reír con sus bromas. Recuerdo que escuche decir que el había rechazado a muchas otras, y fue una tarde clara que conocí a una de ellas, sus ojos inyectados de odio me acorralaron en un pasillo oscuro, dos más me atraparon dejándome sin salida. - Miren a la princesa, que linda es -. Dijo una de ellas en burla. – Deberíamos enseñarle algo y ensuciarla un poco -. Mi corazón latió fuerte y pude sentir como el pánico invadía mi ser, mientras me arrastraban al campo deportivo. Ellas me ensuciarían, y los caracoles seguro me devorarían por dentro, solo Pensar en sus cuerpos gelatinosos desgarrando mi piel para salir, fue suficiente. Tome una pequeña roca del suelo y con ella golpee a una de ellas, las otras dos salieron corriendo. Ella estaba tendida en el suelo seguramente aturdida por el golpe. No podía dejar que despertara y me tratara de ensuciar. Tome la roca, la golpee contra su cabeza una y otra vez. Luego mire mis manos, los guantes tenían sangre. Pero mis manos dentro estaban limpias y libres de caracoles. Fin.
Woh, algo curioso y tierno terminó convirtiendose en un relato bizarro y oscuro. Me gusta (?) Ya comenzaba a extrañar tus historias Harold, hace mucho que no veía una, o se me habrá pasado... xd Me gustan el tipo de relatos que comienzan a partir de algo tan sencillo como lo puede ser un caracol, aunque no se refiera a un caracol como tal. Mira que hay cosas tan pequeñas que pueden causarnos un gran trauma o pavor, y no es raro que haya gente obsesionada con la limpieza y que tengan fobia a los microorganismos, bacterias, etc. De hecho si nos pusieramos a pensar que en todo nuestro cuerpo, en este mismo instante, estamos plagados de pequeñas cositas retorciendose, arrastrándose, poseyéndonos... Y que por más que intentaramos lavarnos no es posile sacarlos a todos, es algo acongojante, ¿no? ahora pongámonos en el lugar de alguien que les teme, que hace todo lo posible para evitarlos sin tener consciencia de que no importa lo mucho que lo intente, jamás estará libre de ellos... Bueno, ahí la cosa se pone más fea. Y en este caso me gustó mucho el giro que dió, por que como dije, al principio lo pintaste como algo muy inocente, muy tierno. Pero se tuerce tanto que conforme van bajando las líneas, veo cada oración más oscura y errática que la anterior. Esta niña va cayendo poco a poco en la locura. El final me fascinó, la explosión de la demencia, ella sabe lo que hace sin embargo no hay ni una pizca de arrepentimiento al final, e inclusive muestra alegría y alivio por que sus manos están libres de los caracoles, ella no repara en las consecuencias, no comprende la magnitud de lo que acaba de hacer, ¡por que está feliz de que no haya caracoles en sus manos! Es dificil de lograr una historia así sobretodo en un relato pequeño.Yo lo sé muy bien, por eso aplaudo cada vez que alguien escribe algo parecido por aquí. Ah... ¿pero por qué no hay comentarios? Honestamente no hay muchos escritores que puedan manejar excelentemente estos géneros. Y los que están no reciben comentarios, de hecho disculpa por comentar tan tarde :< Si me voy por lo técnico has tenido algunos errores, no son graves pero creo que no está de más señalarlos. Va junto. Falta de tildes, "a través" La ultima letra es la misma vocal con la que inicia la siguiente, entonces es recomendable sustituir la coma por "e". Deberían ser guiones largos (—) No cité todos los párrafos que tienen ausencia de tildes, pero con marcarte estas pienso que ya es suficiente, se te olvida ponerlas principalmente en los verbos en pasado que terminan en "e". De hecho las tildes son el principal problema, por que de ahí en fuera todo está casi perfecto. Ten cuidado con la ortografía, más al ser relatos cortos. Espero seguirte viendo por aquí, excelente relato :D ¡saludos!
j aj ... gracias por las correcciones creo que en lo que refiere a la recaccion soy muy malo, pero prometo mejorar ... si lo deseas puedes ver, la caja otro relato de locura aunque no tan retorcido como este. claro si tienes sujerencias para un tema seria un gusto escucharlas.
hombre, que puedo decir me has dejado sin palabras y lo único que se me ocurre en este momento es que me has dejado impresionado odio bastante cuando los tutores de un niño mienten para "moldear" al infante como ellos gustan siempre he pensado que traen consigo ese tipo de traumas que solo hacen que la persona viva su vida equivocada sobre ese aspecto y me encanta la forma en la que retrataste ese hecho al comienzo noté algunas faltas en la escritura ya como te ha mencionado Knight, pero siendo honesto, la historia me atrapó de un modo tan profundo que me sorprende ver que me salté tantas, al final es lo último que me importó
muchas gracias, creo que el conductualismo es la demostracion de que solo somos seres modelados por la sociedad sin alma ni remedio, j aj ...Claro eso sono deprecibo pero al excarbar en el mar de las posibilidades suelen salir relatos como estos... gracias por leer y espero corregir los errores pronto gracias de nuevo .