One-shot Cantos y siseos; pantanos y cielos [Shiori Kurosawa|Nagi Watanabe]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Kaisa Morinachi, 31 Enero 2021.

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    Kaisa Morinachi

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    Escritora
    Título:
    Cantos y siseos; pantanos y cielos [Shiori Kurosawa|Nagi Watanabe]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Tragedia
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1024
    Aclaración: Esto es un supuesto basado en los acontecimientos de Gakkuo, pero bien podía valer para ambas versiones; Gakkuo y Persona.

    Cabe recalcar, que este escrito no es canon ni oficial.
    Shiori Kurosawa pertenece a Hitori



    Tic, toc, tic, toc;
    ...tic, tic, tic
    ...Toc


    Y las campanas suenan, despertándome de mi reciente sueño.
    La única diferencia es que jamás volvería a dormir otra vez.

    Ya lo había hecho por demasiado tiempo.
    Demasiado.

    —Kurosawa-senpai —hablé monocorde cuando Kurosawa Shiori se asomó por la puerta de su hogar, la incredulidad en su expresión era digna de enmarcar, como la seriedad profunda y apacible por mi parte era necesaria de remarcar— ¿Vas a escuchar lo que tengo que decir, o tengo que irme de inmediato?

    Su ceño se frunció, sus labios se apretaron y, aún aferrada a los marcos de la puerta, echó un poco la espada alta hacia atrás, afianzando su mirada desafiante sobre mí: yo me mantuve apacible.

    Calma.
    Nagi.

    Inercia.
    Vacío.
    Invisible, irrelevante...

    Pero siempre tangible.


    >>No vengo a regañar tu elecciones, ni a criticar tus emociones, Kurosawa-senpai —volteé la cabeza por completo hacia mi costado izquierdo; porque no quería ver a la Shiori dominada por la furia contenida. Mi estoicismo parecía inquebrantable.

    Pero es que algo reducido a cristales intocables ya no podía quebrantarse más.

    >>He venido a hablarte sobre mi, sobre mi persona y forma de ser—. La miré a los ojos, siendo lo único que cambió de mi expresión la mirada entornada y el ceño fruncido con levedad—. Porque hablar de uno y hacer la cosas por uno, es la única y genuina forma de que otro se fíe de ti sin tener incertidumbre y pánico de qué pasará.

    Solté un suspiro pesado, siempre aferrada con ambas manos al aza de mi bolso. Volví a mirar algún punto irrelevante a mi costado derecho: Miraba al horizonte, pero nunca lo enfocaba.

    —Shiori, te hablaré de cosas tristes, desoladoras y, que a mi, me generar una rabia y hasta asco inmensos—. Volví a mirarla de reojo un momento, desafiante, para luego volver a evadir su persona.

    Hablé como quién lee un libro, a pesar de que a ratos mi vos parició que se rompería, o que me largaria a llorar luego se una tensión completa de mi cuerpo y facciones; pero no pasaría. Hoy por hoy, llorar y sufrir se habían vuelto acciones y emociones tan mundanas, que eran simple y llanamente irrelevantes; innecesarias.

    Para mí, no para Shiori.

    No para los Kurosawa.
    El nombre en Japón decía más que tus palabras.

    Regia sobre ti más que tus acciones.

    Porque a mí me arrebataron sin muchas opciones el nombre de Akiyama,
    y necesité demasiada fuerza de voluntad para entender que,
    no importa lo que ocurriera, una vez ocurre algo es inborrarle.

    Puede desaparecer, olvidarse o perderse; pero nunca dejará de existir, aunque mute y cambie, al final del día ya existió una vez y nada se puede cambiar para enmendarlo.

    Nada.

    Calma.

    —A mi y a Haruka-san nos molestaron desde los 7 años hasta aproximadamente los 9; nos marginaron y éramos el conejillo de indias, el saco de boxeo, de a quién le pintara la gana. Y yo no hice nada por detenerlo—. No la estaba mirando, simple y llanamente me estaba desahogando, porque...

    Quería ser egoísta, por una sola vez.
    >>A mi amiga Natsume, su pareja la trataba mal; cuando nos dimos cuenta con Haruka ya era demasiado tarde, y otra vez; yo no pude hacer nada para evitar que la golpearan o, siquiera, interponerme entre ella y su agresor.

    Luego volteé a verla, firme y estoica, conteniendo cualquier temblor y lágrima que fuera a salir; porque nunca más soltarias lágrimas de impotencia, ni de miedo.

    Jamás.

    —Mi madre de seguro fue una infiel, Kazuki puede que nunca conozca a su padre, Ichirou no se puede fiar de nadie y papá ha quedado completamente solo.

    Cerré los labios, inhalando hondo, mientras sentía mis lágrimas caer, mi corazón martillera incesante mi pecho; mis manos estaban tan duras como dos piedras.

    Y todo dolía a horrores.
    Pero ya había tenido suficiente de eso.

    >>Y yo Kurosawa, he sido la más idiota, ingenua e insegura de todos ellos; la peor escoria, porque mientras otros sufren, yo me aislo mientras pienso: ¿No sería simplemente mejor dejar de existir, así no soy una carga para los demás?

    Desprendi mi mano derecha, dando un manotazo hacia atrás.

    —La respuesta es no; porque una vez naces no debes desear morir, porque ese será el único y más cruel deseo: Porque quieras o no, una vez alguien te da un nombre, o alguien te brinda una sonrisa, ya has existido, y aunque sea insignificante.

    Había vuelto a agarrar la cartera con amabas manos, solemne, decidida.

    >>Aunque tu jodida vida sea irrelevante para el 99% de Japón, sí alguien te dio a luz y no te mató a los tres días después, es por que en ese momento te amó, Shiori.

    Y mis lágrimas brotaron, brotaron incesantes y me rompí, pero no volvería a callarme.

    >>Mi mamá pudo habernos matado a los tres de haber querido, estoy segura; por eso se que nos ama, no importa lo malvada o desquiciada que se pueda volver, siempre nos esperará con los brazos abiertos cuando no tengamos a nadie más con quién acudir, Shioru. Nunca estaremos solos.

    Y negué lento con la cabeza, lenta y solemne, a pesar de que mis ojos no dejaban de soltar lágrimas, para mí sorpresa mi voz apenas temblaba.

    —Y tú tampoco, Shiroi Kurosawa; lo último que me permitiré en mi puta e irrelevante vida, es que vuelvas a estar sola.

    Y me hice una reverencia, a ella, a toda mi vida, solemne; de 90°

    >>Eso era todo.




     
    Última edición: 31 Enero 2021
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