Cantar...

Tema en 'Relatos' iniciado por Irony Lorrain, 6 Diciembre 2013.

  1.  
    Irony Lorrain

    Irony Lorrain Irony

    Virgo
    Miembro desde:
    5 Diciembre 2013
    Mensajes:
    7
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Cantar...
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    974
    Aquel día se encontraba aquel joven bajando las colinas que cercanas se encontraban de su casa. Descendiendo ágilmente,corría entre los verdes prados, cuyo movimiento despedía a aquel quién sealejaba a paso firme y certero. El día era hermoso, con un cielo despejado porcompleto, dejando ver su magnifico azul infinito, siendo surcado por las bellas aves que danzaban mientras el viento las eleva. Sin embargo los ojos de aquel joven estaban inertes, miraba al frente sin ninguna emoción, solo se dejaba llevar como una hoja sobre la corriente de un rio. Llegó al fin a su destino,una iglesia abandonada casi entrando en un bosque. Se escuchaban los cuervos reposar sobre aquella construcción de la cual con un vitral roto, y enredaderas cubriendo aquellas columnas daban un aire algo lúgubre. Enlenteciendo el paso,el joven entró al sitio. Los pasos se escuchaban con profundos ecos,acercándose a un sitio algo oscuro comparado con el hermoso día que se divisaba afuera. Finalmente, se encontró con un órgano, hermoso instrumento que bajo tanto tiempo no podía ocultar su desgaste. Tomó su sitio el joven, prendiendo una vela que se encontraba cercana a el instrumento. Cerrando sus ojos comenzó a interpretar hermosos sonetos. Pasaba el tiempo y con la agilidad de un herrero seguía produciendo melodías perfectas. De pronto un sonido de pasos se presentó, cesaron por un tiempo sin embargo siguieron acercándose al punto de alertar al joven quien volteó algo temeroso. Aquello que vio fue una niña, con facciones tiernas con ojos abiertos de par en par mirándole llorando. El joven algo sorprendido la miró por un tiempo. La niña, se fue calmando lentamente, hasta que pudo pronunciar lo siguiente: “Esta muerta, la melodía esta muerta” Sin lograr entender aquellas palabras el joven le dijo: “¿A que te refieres?”. La niña siguió entonces: “La melodía, esta muerta, no tiene alma, duele escucharla por que suena hermosa pero solo se disipa”. El joven totalmente sorprendido no supo que decirle, no sabía si retirarse, seguir tocando o ignorarla. La niña entonces,al ver su confusión entonces decidida comenzó a cantar. En ese momento, el tiempo se detuvo, el aire cambió, una atmosfera enternecedora se generó. El joven absorto aún al inicio no sentía cambio hasta que lentamente, algo comenzó a resonar en su interior. Una sensación de calor, le invadió. Seguía la niña cantando,dejando su alma discurrir en sus notas, mientras aquella llegaba lentamente al corazón vació del joven. Al culminar, los ojos del joven eran los que ahora con lagrimas se encontraban, era inexplicable, había sentido el la ternura de aquella alma desgarrar su corazón, aquel que inerte pareció durante tanto tiempo. La niña, le miró tiernamente y le dijo sonriendo: “Te cantaré una canción cada día, hasta que tu melodía vuelva a tener vida”. Antes de que el joven pudiera pronunciarse la niña, salió corriendo del sitio. Absorto, intentó volver a interpretar aquel instrumento, pero solo podía recordar aquella sensación de calidez y paz. Volvió al atardecer a su casa, hermosa construcción, sencilla pero rodeada de hermosas flores y dos enormes árboles. Sin mayor pensamiento, se durmió aquel día.

    Apareciendo de nuevo el sol anunciando un nuevo día, sin mayores cambios, el joven despertó, sin embargo en sus ojos una pequeña pizca de vida se notó. Nuevamente acudió a aquel sitio, con algo de temor, pero también emoción. Empezó a interpretar su melodía hermosa nuevamente, con algo de aire nuevo. No tardó en llegar aquella pequeña niña, cuyos pasos detuvo nuevamente, para escuchar su dulce melodía. Algo mas tranquila, avanzó nuevamente escuchando atentamente. El joven culminó su interpretación y sutilmente se volteó y la miró. La niña con una sonrisa tímida decidió comenzar su canción. Nuevamente el entorno cambió, su hermosa voz hasta en lo más profundo de las columnas resonó. Aquel joven nuevamente sintió aquella alma tocar su corazón. Y así pasaron los días escuchando su bella voz, cada día despertando en el su corazón, cada día dando brillo a cada interpretación. Hermosos eran aquellos días, cada día el chico se encariñaba más y más con ella, jugaban de vez en cuando alegremente paseaban dejando algún tiempo de lado aquella lugubre iglesia, el joven por primera vez mostraba alegría y cariño por alguien. Sin embargo algo no encajaba, cada día la niña, más débil llegaba. El joven comenzó a notar dicha debilidad. Sin importar cuantas veces le preguntase, la chica solo con una sonrisa le decía: “No es nada”. Pasó una estación y entonces se logro ver aquella niña, totalmente decaer. El joven preocupado la atendió y llevó a su casa, con corazón agitado y asustado. La niña ya sin mayor fuerza vital, aún intentaba cantar. Aquellos intentos el joven detuvo, pues su condición no era muy buena. Pasó la niña sin cantar algunos días, hasta que decidida comenzó a su voz elevar. El joven que se encontraba fuera de la habitación escuchó su melodía y volviendo ágilmente se encontró con aquella pequeña, llorando y riendo a la vez. El joven enmudeció mientras la niña le indicó: “Ahora tu melodía tiene vida, mi vida palpita en tu corazón,toda mi alma te dejo, para que ella en aquel instrumento deje fluir todo mi ser”.Cerrando entonces sus ojos, su cuerpo finalmente pereció mientras su alma finalmente aquel recipiente vació lleno por completo. El joven abrumado,desconcertado y sintiendo una oscuridad dentro de sí, tanto dolor no podía siquiera pensar en algo concreto, solo dejó su voz elevar gritando y llorando dejando su tristeza explotar. No podía organizar tantos sentimientos, cariño, ira, temor, dolor, impotencia, sentía como todos en su corazón estallaban. Dejando correr sus lágrimas, salió corriendo en busca de aque linstrumento en el cual su vida dejaba fluir. Con ira comenzó a tocar su melodía, no había podido hacer nada, aún con tantas señales no había parado aquel cantar dador de vida.
     

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