Campamento de los jóvenes.

-Narra Tania-​

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Primero que nada mi nombre es Tania, y tengo 16 años…

Quince minutos nos separaban de las vacaciones, yo estaba ansiosa porque aquella campana sonará anunciando que oficialmente estábamos de vacaciones. Mis amigas –todas– estaban igual o más ansiosas de lo que yo estaba, pues unas de ellas se irían a la playa con el chico que les gustaba, o simplemente saldrían de la ciudad, yo en cambio no haría nada de eso, mis padres me habían dicho que me darían un auto, pues había salido con un promedio perfecto, realmente lo pensaba y no sabía si lo merecía o no, pero era algo que no iba a dejar pasar, pues era un auto… Un auto y no cualquiera sino el que yo siempre quise, y el color era del mismo que yo lo quería, era perfecto sin duda alguna era al auto de mis sueños. En ese momento no paraba de dar suspiros, y no era porque estuviese enamorada, ni nada, todo lo contrario tenía hambre, y eso no me dejaba pensar en otra cosa más que en comida. Finalmente había sonado aquella molesta y odiosa sonó, por fin estábamos oficialmente de vacaciones, ya no había nada de lo que me pudiera preocupara, ya sería la última vez en mi vida que escucharía esa campana, pues después de todo era las “vacaciones largas” o al menos así les decía yo puesto que estas vacaciones durarían meses. Yo en cuanto sonó la campana tomé mis cosas y las guarde en mi mochila, apresurando a mis manos, poniéndolas a trabajar a todo lo que daba para salir lo más pronto posible de la escuela y llegar a mi casa; Las cosas ya estaban dentro de mi mochila pero antes de salir un chico me dijo que si podía ir con él a dirección puesto que el director nos estaba buscando, yo en ese momento solamente con un muecas en mi rostro de molestia accedí a ir con él, y ya en dirección mi sorpresa fue grande, puesto que no era a la única chica que habían citado, dentro de ahí también estaban Brenda, Bianca, Rosa –O Rozhi que era como le decía yo de cariño–, Maite, y otras chicas a las que no conocía, pero sin embargo había visto dentro de la escuela, estaba bastante sorprendida, pues ¿Qué hacía yo en dirección?, casi nunca me hablaban, de hecho solo me llamaban cuando quería que les diera asesorías a alumnos problema, o alumnos tontos como todos les decían, pero mayor fue mi sorpresa cuando vi que poco a poco fueron entrando chicos, y no eran chicos cualquiera, puesto que había chicos inteligentes, chicos deportistas, chicos problemas, chicos rebeldes que hacían todo por llamar la atención y demás, eran tantas personas que no cabíamos en dirección y tuvimos que salir a el gimnasio para que todos tomáramos asiento y prestáramos atención a lo que después diría el director.

-Narra narrador-​

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Todos los chicos estaban un poco nerviosos, el ambiente de ese lugar era tan tenso, y al entrar se sentía, puesto que en el rostro de los chicos se podía ver la preocupación y la interrogativa a la vez, la mayoría de ellos se preguntaba, ¿Qué estoy haciendo aquí?...Y otros pensaban que era porque debían materias, pero en realidad no se encontraban ahí por ninguno de esos motivos, y tampoco era el director el que quería hablar con ellos, si no que eran dos jóvenes… Un hombre y una mujer, al parecer eran pareja, pues estaban tomados de la mano, y detrás de ellos dos estaba un hombre vestido de unos jeans, color mezclilla, una blusa blanca que decía “Aeropostale 87”, y unas zapatillas nike de color negro, con detalles blancos.

Hola chicos, bueno se darán cuenta de que yo no soy el director de aquí, ¿no?... Pero tengo el permiso de él para hacer esto, lo demás solo depende de ustedes… Primero que nada me gustaría que guardaran silencio, y me prestaran atención solamente a mí, y antes que nada el que tenga “algo más importante que hacer”, ¡Es completamente libre de salirse de aquí! –Exclamo el chico, con una sonrisa en su rostro juntando ambas manos, entrelazando sus dedos de una manera común. En aquel momento solamente uno de los chicos que querían llamar la atención se levanto de la silla donde estaba sentado, y luego de eso salió de el gimnasio cerrando la puerta con mucha fuerza, provocando un espantoso ruido. -¿Alguien más? – Pregunto el joven con su misma sonrisa, ningún otro chico se levanto porque todos sabían que quizá eso podía beneficiarles a su futuro. – Perfecto… Una vez dentro no podrán salir hasta que no pierdan… Bueno comenzaré a explicarles de que trata todo esto, ¿sí?... Esto se trata de unas vacaciones con gastos pagados para ustedes, pero no a cualquier lugar, no es un lugar hermoso, pero tampoco es lugar feo… Es un bosque, donde hay varias cabañas, donde vivirán algunos de ustedes, este es un proyecto que surgió gracias a la idea de una de sus ex compañeras, la cual ahora si no hubiera estado embarazada, estaría aquí con nosotros… No quiero que se asusten chicos, pues esto no es nada malo, es todo lo contrario, esto a ustedes podría beneficiarlos, porque podrían tener aventuras, conocerán personas, no estarán con su familia todas las vacaciones, y lo mejor de todo es que ustedes no pagaran ni un solo peso… ¿Qué les parece?, entonces ahora repito, ¿alguien de aquí quiere salirse del proyecto?... ¡Díganlo ahora!, que después será demasiado tarde… Los que quieran participar tienen que firmar la hoja que tiene ese chico, solamente los hombres… Las mujeres que quieran participar tienen que pasar con la chica que está al lado de ese chico, ¿entendido? – Aquellas fueron las últimas palabras de aquel chico, y luego de eso Tania, Brenda, Bianca, Maite, Rozhi y otras chicas firmaron aquel papel seguro de si mismo… Lo mismo ocurrió con los jóvenes, y una vez firmados el chico de había hablado subió a una silla y espero a que todos guardaran silencio para poder hablar el. – Bueno entonces… Nos vemos mañana chicos y chicas, espero que todos traigan sus maletas, y tienen un regalo por parte de nosotros en su casillero, espero que todos asistan, pues ya tienen un compromiso y están lo suficientemente grandes como para saber que no es cualquier tipo de compromiso, pues aquí firmaron un contrato, y claramente dice que el chico que no se presente mañana… Pasara sus vacaciones en prisión, ¿sí?... Nos vemos mañana a las 7 de la mañana, sean puntuales porque partiremos de aquí temprano y el que se quede, no será problema de nosotros.

Una vez dicho eso los jóvenes partieron rumbo hacia sus respectivos casilleros, y vieron que fuera de estos había dos maletas, las de las chicas eran de un rosa demasiado femenino, y el de los chicos era de color azul masculino, el material con el que estaban hechas dichas maletas no era más que plástico extremadamente duro y resistente… Fue entonces cuando todos partieron a su casa, donde comenzaron a hacer las maletas, excepto dos chicas, Brenda y Tania las cuales en vez de ir a casa como los demás fueron por hamburguesas y malteadas a Carl’s Junior.

¿Por qué crees que eligieron a nuestra escuela?... Me parece un poco extraño –Dijo la chica mientras tomaba su hamburguesa, para después darle una mordida y mascar en su boca aquella exquisita comida.

Realmente no lo sé… Pero vamos Tania, no seas amargada… No pasara nada de hecho si lo vez por el lado bueno, serán vacaciones completamente gratuitas, y viste los chicos que estaban ahí, no eran para nada feos… ¿Viste a alguno en especial? –Pregunto Brenda acercando la pajilla a su boca para después succionar poco a poco su malteada.

Bueno… No mire a ninguno, por ahora es temprano para decir eso picara, pero ¿tú viste a algún chico?... ¿Alguien te miro?, ¿alguien me miro? – Preguntaba curiosa la chica, mientras comía su hamburguesa, poco a poco.

No, nadie nos miro… Somos feas –Menciono por ultimo Brenda con una sonrisa dibujada en su rostro, y luego de eso las dos fueron a su casa a arreglar sus maletas para el otro día. En sus maletas guardaron sus cosas personales, guardaron ropa y zapatos, guardaron lo básico para poder acampar y unas cosas más para diversión personal.

En otro lugar…

¿Entonces, que llevaras? –Preguntaba José a Brian en un tono un poco desesperado.

Cosas? –Menciono en tono dudoso Brian mientras guardaba en su maleta, ropa, cosas para el higiene personal y algunos cuantos video-juegos.

Que boludo que sos –Dijo por ultimo José entrando a su habitación guardado de forma ordenada prendas para dicho viaje.

El otro día en la mañana

Eran las seis y media cuando ya estaban varios de los jóvenes citados ahí, todos estaban con su maleta y un papel en su mano, la mayoría de ellos lucía un rostro de “zombie” pues era demasiado temprano y nadie estaba acostumbrado a despertarse tan temprano, los chicos lucían realmente espantosos, parecía que ni siquiera se habían lavado el rostro, las chicas se veían normales, no lucían mal, pero tampoco se veían hermosas, todo era relativamente normal. Dieron las 7 y media de la mañana y llegaron la pareja de novios, con el mismo chico de ayer. – Disculpen la tardanza, los camiones no se apresuraban, pero que veo… ¿Les gustó su regalo?... Espero que sí, también notaron el papel que estaba dentro de ahí ¿verdad?, por favor ábranlo y los número uno van subiendo al camión y se sientan en el mismo asiento, ¿Quedo claro? – Pregunto el chico esperando a que los jóvenes hicieran eso, muchos de ellos quedaron con personas que no conocían y estaban ahora obligados a hablarles, puesto que no había más que hacer dentro de ese camión. “¿Quién tiene el número 10?” preguntaron una chica, y un chico al mismo tiempo, al verse solamente se sonrieron y el chico con amabilidad tomo el equipaje de la chica y lo subió al camión dejándola entrar a ella primero.

Entonces, ¿Cómo dijiste que te llamabas? – Pregunto el chico sonriendo de oreja a oreja mirando a los ojos de la chica.

Nunca te dije mi nombre… - Respondió rápido la chica para después dejar salir una pequeña carcajada. - Mi nombre es Tania, mucho gusto en conocerte ¿…? …

Maleta chicas:

Maleta chicos:

Autobús: