Camino a la Oscuridad

hola.
aquí mi primer fanfic que espero sea de su agrado. para empezar quisiera dar una pequeña descripción de la historia.
esta se desarrollara en "El Valle Silencioso", un misterioso pueblo al cual nuestra protagonista Calla (quiero aclarar es un nombre inventado por mi) ira a investigar sobre su pasado debido a los extraños hechos que pasan en su vida recientemente. Su madre que hasta ahora parecía algo del pasado para ella se le aparece con una versión de ella en su niñez atada con una cadena. todo apunta que esta muerta y que Calla se encuentra en un gran peligro, cuando llega al pueblo se encuentra con que este esta convertido en una ciudad fantasma plagada de demonios que provienen de la oscuridad de las personas.
Si les gusto la franquicia de vídeo juegos Silent Hill este relato sera de su agrado.


Camino a la oscuridad

Una vez adentro no podrás escapar


Prologo:


Era una noche oscura y silenciosa. Nada interrumpía el descanso de Calla, se había recostado desde hacía horas sin conciliar el sueño, pero pronto pudo convenirlo.


La casa donde vivía era más que suficiente para ella sola, aunque a veces se sentía un tanto abandonada, estaba bien, por que prefería estar sola.


Toda su vida había caído en cuenta de que era un estorbo para sus padres, siempre la ignoraban y hasta golpeaban si no hacía algo bien, su madre fue la peor, la odiaba por hacer las cosas mal.

Por eso cuando tuvo edad suficiente se volvió escapar de casa esta vez permanentemente.


Un ruido lejano en la playa perturbo un poco su sueño, sin embargo siguió respirado impasible, al menos hasta que se cayo algo lejos de la habitación, probablemente en la sala. Detestaba esa maldita lámpara, tan solo con una ligera ráfaga de aire se derrumbaba.


Se levanto de mala gana poniéndose bruscamente los tenis, se estiro un poco y salio de la habitación cerrando la puerta tras de si, cuando llego a las sala, que estaba conformada por dos sillones para dos personas, uno individual y una mesa al centro con la lámpara en sima, esta estaba intacta. La miro con recelo un momento pero, dedujo al fin que solo fue su imaginación y ya que estaba de pie sería mejor prepararse algo para beber y poder conciliar su sueño más rápidamente.


Llego a la cocina y puso a hervir el té, mientras bostezaba se pudo observar un largo rasguño desde la palma de la mano hasta el antebrazo, más que un rasguño parecía una cortada hecha propiamente con un cuchillo, sangraba un poco pero no era muy grave. Trataba de recordar cuando se había provocado tal herida y sin darse cuanta de ello, cuando de pronto sonó un susurro detrás de ella, volteo rápidamente con el corazón latiéndole rápidamente, le alegro un poco el ver que no estaba nadie detrás de ella y al mismo tiempo le perturbaba que de nuevo escuchara voces que provenían de ningún lado.


Despejo su mente de eso y se sirvió su té dando pequeños sorbos, cuando lo termino decidida a retirarse a dormir se dio media vuelta. Algo la detuvo, una figura con un vestido blanco y cabello rizado hasta la cintura, con la cabeza baja estaba frente a ella con un cuchillo en la mano.


Calla se alarmo y su corazón volvía a palpitar descontroladamente, esa mujer le parecía muy familiar, su mirada perdida no podía hacer más que pasearla por todas partes evitando el contacto visual con la joven. No tenia ni idea de donde estaba.

De pronto la miro a los ojos, unos ojos inyectados en sangre que no reflejaban más que la muerte, una piel tan pálida como la de un cadáver y lo que más llamo su atención, una cicatriz en la mejilla izquierda en forma de cruz. Aquella mujer era su madre.


- Calla- dijo en un susurro que le helo la sangre a la joven.

Retrocedió hasta quedar pegada a la estufa, esa mujer era su madre, la misma que vivía a miles de kilómetros de ahí, al ver el pánico que absorbía a su hija la mujer comenzó a reír lentamente hasta que se convirtió en un a sonora carcajada. Aquella mujer había perdido la razón.


-¿cómo…?- comenzó a decir la joven, pero la voz no le salía

-¿cómo eh legado aquí?- completo la mujer y volvió a reír- jamás me fui- respondió en un macabro susurro. Calla observo como la mujer se le acercaba un poco, instintivamente tomo un cuchillo de al lado, lo empuño firmemente y espero, expectante ante cualquier movimiento de su madre.

Esta se percato de lo que esperaba y avanzo un paso más, Calla en un arranque de adrenalina y terror se avalazo contra ella y abrió paso para huir cuanto antes, esto no funciono ya que con un fugaz movimiento la otra la tomó del brazo tan fuerte que le corto la circulación.

Ya no tenía alternativa, le clavo el cuchillo en el vientre y se libero, huyo de ahí a toda velocidad, sin embargo algo la hizo detenerse en la puerta, giro la cabeza lentamente para presenciar como su madre se sacaba el cuchillo sin problema y sonreía a su hija con ternura.

No le había causado daño alguno, estaba ahí como si nada hubiese ocurrido, ni una gota de sangre apareció, entonces ambas cayeron en cuenta de lo que ocurría, estaba muerta.

Calla emitió un grito lleno de horror y salió huyendo de la casa corriendo tan rápido como sus piernas se lo permitían. ¿Era acaso una pesadilla más todo lo que vio?, no, no podía ser, todo era tan real, ¿pero como era posible?

No se detuvo hasta estar muy lejos de ahí, ya no alcanzaba ni a ver la casa y nuevamente lo único que rompía el silencio de la noche eran las olas del mar que impactaban en la playa.

Calla ya o sabía que más hacer, el último lugar que le quedaba era esa casa, y ahora como se atrevería a regresar, era como si toda su infancia pasara frente a sus ojos nuevamente, era revivir aquellas horribles experiencias en las cuales solo fue tratada con injusticia. Ya no pudo evitarlo más y se desplomo en la arena, estaba por romper en lagrimas cuando sucedió algo que jamás pudo explicar.

Fue como si por un momento el tiempo se detuviera, ya no escuchaba las olas, no veía nada más que una intensa oscuridad que parecía no tener fin, todo se había esfumado. En medio de la penumbra apareció una pequeña niña de cabello lacio color castaño oscuro, piel morena y unos hermosos ojos negros faltos de luz, acompañada de la misma mujer que dejó atrás solo unos minutos antes.

Esa niña era ella misma, aprisionada por una cadena que la unía eternamente a su madre