Caminando

Camino por las calles de este mundo, camino mirando a las parejas felices, a los niños corriendo en los parques y plazas, las risas de las personas, los llantos de los bebes, camino mirando la vida que nunca pude tener.

Camino en estas calles, la gente se levanta de sus asientos y se van, ¿Por qué lo harán? ¿Por qué se irán? Miro al cielo y, ho, se ha oscurecido, las nubes grises han cubierto por completo el sol, apagando así su brillante luz, sigo caminando.

Camino por aquí y por allá, la gente se empieza a cubrir con sus paraguas y se empieza a ir, algo me cae del cielo a mi hombro, es algo pequeño pero refrescante, miro lo que es, es una gota de agua, me cae otra. Vuelvo a mirar el cielo, empieza a llover, es una lluvia suave y fría, pero a la vez es cálida. Me quedo parada por unos minutos, sintiendo las gotas caer en mi cuerpo y recorrerlo, me hacen cosquillas y yo me rió, vuelvo a caminar.

Camino bajo la lluvia y todos pasan por al lado mío, nadie me ve, sigo caminando y veo a las personas correr y refugiarse de la lluvia, ¿Por qué lo hacen? ¿Por qué no dejan que las cristalinas gotas limpien sus almas? ¿Por qué no dejan que la lluvia se lleve con ella, todas sus preocupaciones y tristezas?

Me quedo quieta unos segundos y pienso, no encuentro las respuestas a esas preguntas, veo por última vez a las demás personas y sigo caminando, ya se hizo de noche.

Continúo caminando bajo esta lluvia y me detengo en un lugar, ese lugar que está rodeado por rejas y algunas plantas, ese lugar que está lleno de recuerdos, nostalgia pero sobre todo, lleno de tristeza, abro las rejas y entro allí.

Camino por el sendero de tierra que separa en dos al lugar, la lluvia ha amainado un poco pero aún sigue lloviendo, continúo caminando y veo que hay personas vestidas de negro, algunas llorando, otras con la mirada perdida y otras tan solo tratando de reconfortar a los demás.

Me acerco a ellos, nadie nota mi presencia, me acerco más a ellos, siguen sin notarme, me doy vuelta y vuelvo al sendero, ¿Por qué nadie me ve? ¿Por qué nadie nota mi presencia?

Veo algo en el suelo, me detengo, ahora recuerdo porque nadie lo hace, porque yo ya no soy parte de este mundo, me quedo mirando el suelo, si ese suelo que cubre mi tumba, miro para un costado y veo un árbol con hermosas flores azules, me acerco a él y le arranco una, vuelvo a donde estaba.

Cuando llego, me arrodillo y coloco la flor junto a ese pedazo de cemento que es lo único que permite que las personas sepan que yo estoy aquí, ese pedazo de cemento que tiene inscrito mi nombre, ese pedazo de cemento que es mi lápida.

Me levanto y me marcho, dejando atrás a esa lápida y esa tumba, solo esperando a que alguien recuerde que yo estoy ahí, salgo de ese lugar y me voy, ¿A dónde? No lo sé, tan solo seguiré caminando.


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