Cambio de Personalidad

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Hana Sakura, 18 Diciembre 2012.

  1.  
    Hana Sakura

    Hana Sakura Iniciado

    Leo
    Miembro desde:
    10 Agosto 2012
    Mensajes:
    18
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Cambio de Personalidad
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    6827
    Titulo: Cambio de personalidad.
    Genero: Vida escolar, romance, comedia y algo de surrealismo.

    Capitulo 1: Toda historia tiene un comienzo.
    Cuando transitamos nuestra adolescencia nuestros cuerpos sufren cambio y vivenciamos nuevas experiencias. La vida escolar forma gran parte de esta etapa, ya que se pasa gran parte del tiempo en las escuelas donde conocemos personas y nos relacionamos, juntamos recuerdos y aventuras a nuestra manera.
    Cada persona tiene una forma de ser y de relacionarse con las demás, aunque a veces encontramos a personas que son prácticamente nuestro polo opuesto. Podemos llevar una buena relación como también una mala o muy mala… En el caso de Ayami, esto no es la acepción ya que lleva más de un año compitiendo con su polo opuesto —o mejor conocido, como su rival—.
    Ella es una estudiante aplicada y trabajadora, es presidenta de su clase y del comité de estudiante. Es muy linda con su cabello rubio y ojos color miel, pero ella no se fija en la belleza externa. Ya que siempre fue criada de forma humilde y amable. Desde pequeña siempre fue muy luchadora e inteligente, siempre estaba un paso delante de los demás pero esto se debía a que sus padres trabajaban duro casi todo el día, asi que ella se quedaba a cargo de su hermana menor y luego a su futuro hermano, lo que de cierta forma se sentía responsable y pensaba que debía madurar antes para lograr ayudar a sus padres.
    Esta forma de ser, no la aplicaba sola en su hogar, si no también en la escuela. Muy ordenada e impecable, con su uniforme adecuado. Esa personalidad era agradable para muchos como desagradable para otros, ya que ella le gustaba mantener el orden y controlar a los flojos. Pese a que es muy simpática, amigable y muy atenta, para un estudiante no es nada divertida y le gusta molestarla a su manera.
    Este estudiante se llama Tsubasa, y es el polo opuesto exacto de Ayami, con su personalidad brusca y seria, su mala forma de usar el uniforme y utilización de aros que el reglamento de la escuela prohíbe. Es muy atractivo, con sus ojos verdes y cabello café, pero para Ayami no es nada agradable. Aunque no es para nada un mal estudiante, ya que lleva sus estudios bastante bien, es algo problemático y les gusta llamar la atención molestando con su grupo de amigos.
    Pero desde que Ayami asumió la presidencia y se encarga de mantener el orden al pie de la letra del reglamento escolar, a provocado un imán en el a molestarla, ya que la considera irritante y molesta, por lo que se encarga de hacerla rabiar o desobedecerla cuando la oportunidad se le presenta.
    Asi que este comportamiento de rivalidad y ver por quien molesta mas al otro, se ha vuelto una rutina, por lo que las demás personas —amigos, compañero— ya saben que cuando ambos se enfrentan la escuela misma puede explotar.
    Aunque ellos no lo saben, tienen varias cosas en común como su personalidad competitiva lo que los lleva a no parar las peleas. Pero no siempre es asi, ya que hay días en los que pueden hablar decentemente sin pelear.
    Lo que estos jóvenes no saben es que en esta vida hay muchas cosas que se desconocen y pueden llegar a sorprender, ya que nunca sabemos cuando el destino puede ponernos a prueba y ellos lo están tentando desde hace tiempo…
    Las clases ya habían comenzado hace unos meses, y el festival escolar más importante del instituto de Ayami se aproximaba. Y como presidenta del comité estudiantil debe encargarse de los preparativos y de que los estudiantes cooperen, junto a los demás miembros.
    —ASHHH… No lo soporto, es mucho trabajo —Se quejaba Ayami mientras caminaba junto a sus dos amigas, en dirección a la escuela.
    —Pero Ayami —Intenta calmarla su amiga Nana, la chica de lentes y cabello corto rubio de ojos marrones, considerada como la sabia de su grupo—. Son muchos alumnos que pertenecen al comité, deben de ayudarte.
    —Lo se —suspiro—Pero ese no es el problema, si no el tiempo que tenemos es muy poco para dos días de festival. Es mas, la directora quería que fuesen tres días como el año anterior, pero se organizo todo tan tarde, y mas el final donde se realiza el desfile de carro alegóricos, lo hace muy pesado para solo dos semanas.
    —Ahora que lo dices, es mucho trabajo. Los chicos deben de preparar los carros y nosotras la presentación del salón —agrego su otra amiga, Sakura, la niña dulce y animada. Siempre lleva dos colitas en su cabello rizado de color café, resaltando sus ojos verdes.
    —No me recuerdes eso —Ayami agarro su cabeza como si le doliese—.Todavía me falta lidiar con ese flojo de Tsubasa, no lo soporto.
    Nana comenzó a reír—Siempre con ese mismo dilema, te saldrán arrugas si te sigues preocupando por eso.
    —A demás, terrible escandalo cuando ambos comienzan a gritarse —suspiro Sakura.
    —Gracias por su apoyo chicas.
    Ya habían llegado a la entrada del instituto, y tras pasar el pasillo, llegaron a su salón. Varios estudiantes ya habían llegado, solo faltaban unos minutos para que la clase diera por comenzada.
    Aunque el estudiante más fastidioso no había llegado aun, dándole un respiro y haciendo que Ayami se sintiera un poco mas aliviada. Pero esos minutos pasaron, y Tsubasa entro al salón mirando fijamente a Ayami con su misma sonrisa macabra de siempre. Lo peor de esto, era que ambos eran compañeros de banco, ya que asi lo dispuso su profesor titular al verlos pelear, ese era su castigo por el momento.
    Tomo asiento junto a la ventana y apoyo su bolso sobre su pupitre para usarlo como almohada y se recostó sobre el, sin importarle el comienzo de la clase ya que sus bancos eran unos de los últimos. Esto irritaba a Ayami de tan solo verlo, no podía contenerse y sentía que debía regañarlo.
    —Eres de lo peor, si vas a dormir toda la primera hora ¿Por qué no vienes mas tarde? —Sin quitarle la mirada de encima, lo regaño sin aguantar.
    Tsubasa solo la miro con los ojos apenas entre abiertos, al parecer esas palabras no le molestaban para nada.
    —Que raro, desde temprano la mandona fastidiando…—bostezó y volvió a lo suyo ignorándola por completo y sin importancia.
    Pero Ayami no se quedaría callada, aunque sus regaños fueron interrumpidos por el profesor que la invito a pasar al frente de la clase, y asi explicarles bien a sus compañeros sobre el festival y la tarea que cada uno llevaría.
    Como buena alumna, trago su ira y paso al frente impecable como siempre. Tsubasa solo soltó una risa burlándose de ella y se apoyó sobre el banco para escuchar lo que tenia que decir, asi luego poder fastidiarla con algo y sabia que Ayami detestaba que la miraran fijamente cuando hablaba en frente de muchas personas porque le provocaba nervios y algo de vergüenza.
    Ayami respiro profundo y procedió a su explicación.
    —Con permiso del profesor, yo Ayami presidenta del consejo estudiantil, les comunico que dentro de dos semanas se llevara a cabo el festival anual de nuestro instituto, acompañado por el desfile de carros alegóricos con otras escuelas como hacemos siempre. Pero al no tener suficiente tiempo de preparación, debemos cooperar todos y sin escusas ni retrasos. Ya que durante esos dos días se llevaran a cabo exposiciones en cada salón y clubes como obras de teatros o musicales.
    >>Con mis colegas y aprobación de la directora, hemos dividido las tareas para quienes no pertenezcan a un club que expondrá a parte de su clase. Cada estudiante deberá encargarse de sus propias tareas, según el tema que elija cada salón para su exposición y carro. Después de eso, las chicas serán las encargadas de llevar a cabo la preparación del salón con ayuda de algunos chicos, pero los alumnos varones se los requiere para la preparación del carro a lo que tendrán dos días extras aparte de las próximas dos semanas. Rotaremos los turnos para ayudar en los dos días de exposición a su clase, mientras tanto esas serán básicamente sus tareas —Recupero su aliento y les sonrió—. Antes del próximo lunes debemos de tener nuestro tema de salón definido y del carro, asi que sean libres de debatir. Tenemos hoy y mañana para hablarlo después de la clase de deportes o el almuerzo.
    El profesor prosiguió—Muchas gracias Ayami, yo creo que esto les quedo claro. Asi que manos a la obra y hoy debatirán sobre el tema.
    Ayami agradeció y volvió a su asiento donde estaba Tsubasa listo para criticarla, al menos eso pensó ella. Pero al llegar a su lugar, el solo la ignoro y no intento tener contacto con ella en lo más mínimo. Esto la dejo algo sorprendida pero la clase estaba por comenzar asi que dejaría su charla para el receso.
    Cuando la clase finalizo, señalada por el sonido de la campana, todos los alumnos se sintieron liberados y listos para salir del salón. Ayami, antes de que se levantara, hablo a Tsubasa y le pido que por favor colaborara en el carro, intentando ser amable y sin levantarle la voz. Este volteo sin interés y le respondió secamente—Tu no eres mi jefa —sonrió y abandono el salón.
    ¬—No lo soporto, no lo soporto. —grito repetitivamente.
    Nana intento calmarla —Tranquila, ya veras que si ayuda. Solo lo hace para fastidiarte…—Soltó una risa nerviosa, ya que se podía ver un aura oscura que desprendía Ayami.
    Sakura las interrumpió —Emm, no quiero molestar pero me dio hambre de media mañana —Con una gran sonrisa—. Asi que iré al kiosco por algunos bocadillos ¿Quieren algo?
    Ayami fulmino a Sakura con su mirada y Nana se interpuso en medio con su risa nerviosa —Ten Sakura, tráeme un pan de melón y nos vemos abajo.
    —De acuerdo. —Se retiro.
    —Como odio tener que discutir con este idiota —suspiro Ayami—, es denigrante, y cansado.
    Nana suspiro —Vamos, vamos por Sakura y ya olvídate de esto. Aparte el que se meterá en problemas será el solo.
    —No, nunca se mete en problemas. Nadie hace algo al respecto —Levantándose para ir por Sakura junto a Nana—, siempre se salva por su estúpida cara bonita, no entiendo como ese bobo puede ser tan popular.
    —Ahora que lo dices, aparte de ser popular entre las chicas, es bastante respetado. Oí decir por ahí que proviene de una familia importante, aunque la desconozco ya que él es muy reservado —Paro unos minutos para pensar—. ¿Tu que crees?
    —Que no me interesa cual sea su familia, el sigue siendo un idiota —Gruñía y caminaba a paso pesado de ogro.
    —Pero debes admitir que no es un mal estudiante, de lo contrario, es uno de los buenos y muy buen deportista. —Analizaba Nana, como siempre.
    Ayami la miro seria asustando a su amiga —Mmm… Igual, lo detesto. Solo debería de comportarse mejor, solo eso. —suspiro.
    Se encontraron con Sakura, que estaba comiendo muchas golosinas y esperando por ellas.
    —Ya se habían tardado. —sonrió Sakura.
    Después de la clase siguiente, llego el almuerzo pero Ayami les pidió a sus amigas que se adelantaran sin ella, ya que debía ir a la reunión del comité para hablar de los preparativos principales.
    —Las veo en la clase de deportes. —Salió corriendo con la libreta de anotaciones en sus manos.
    La reunión había finalizado, después de una agobiante hora y debates, Ayami se sentía algo cansada pero aun el día no había terminado y debía llegar a su clase de deportes. Salió corriendo, mejor dicho a paso rápido por el pasillo, ya que esta prohibido correr por los corredores.
    Alcanzo llegar a su salón y recuperar energías, y después de dejar su libreta salió directo a los cambiadores donde sus amigas la estaban esperando. En el camino se topo con el vicepresidente del consejo, quien intento detenerla por asuntos del comité.
    Pero Ayami no se detuvo —Lo siento, llego tarde a mi clase.
    —Pero aun su salón no tiene tema de presentación… —grito mientras veía que ella se alejaba.
    Nana la estaba esperando en la entrada con su uniforme de deportes en mano —¿Por qué tardaste tanto?
    Tomo el uniforme, y agitada comenzó a cambiarse —Gracias Nana, me retrase en la reunión. Se hizo mas larga de lo que esperaba —Suspiro mientras recogía su cabello.
    —Ahh, ya veo. Igual llegas a tiempo, siempre rompiendo tu propio record. —Comenzó a reír y contagio la risa a Ayami.
    —¡Si, verdad!
    Sakura las estaba esperando en el gimnasio —Por fin llegan– —exclamo sonriente y animada como siempre, era una niña muy dulce y bastante codiciada por los chicos que no le despegaban la mirada de encima. Como es despistada, casi ni nota todas esas miradas que la siguen por doquier, en especial en la clase de deportes cuando tienen mixtas con los hombres.
    —Mi culpa, lo siento —Se disculpo Ayami algo apenada, pero no pudo evitar sonreír de solo ver la dulce cara de Sakura–. ¿Qué haremos hoy?
    —¿No ves que están todos con pelotas de baloncesto? Tonta. —agrego a sus espaldas Tsubasa, quien se había entrometido en su conversación.
    —Eres molesto —Contratacó Ayami—, pero es bueno que aparezcas tu solo, me ahorras las molestias de buscarte —sonrió malévolamente—. Debes de ayudar al comité y no quiero verte de flojo ni que interfieras con boberías ¿Entendiste?
    —¿Y si no que?
    —Yo misma me encargare de que te suspendan —Un aura oscura y llena de maldad comenzó a emanar de ella—. Al comité de estudiantes nos cuesta mucho esfuerzo llevar toda estas cosas y horas de reuniones para organizar, asi que no dejare que por nada del mundo arruines este festival. Mucho menos que rompas las ilusiones de nuestros compañeros que quieren ganar la competencia ¿Me oyes?
    Tsubasa solo soltó su típica risa —Que patética eres… JAJA! Como si eso pudiera asustarme —Lanzo una de las bolas de baloncesto sobre ella—. Si tu equipo derrota al mio, hare todo lo que mande su señoría… Pero si yo gano, serás mi perro hasta el festival ¿Qué dices? –sonrió.
    Sakura tomo de los hombros a su molesta amiga —No te arriesgues Ayami, que no te afecten sus amenazas.
    —Esta bien Sakura —sonrió cantando su victoria—. ¡No perderé! Acepto tu patético reto —Señalándolo fijamente con su dedo índice mientras sostenía con su otra mano la bola en forma victoriosa—. ¡Vamos chicas! Armemos nuestro equipo.
    —Que tontas, les ganaríamos con los ojos vendados —comento uno de los amigos de Tsubasa, mientras ellas se alejaban sin oírlo.
    —No cantes victoria antes de tiempo, no sabes lo que es capas de hacer la odiosa de la presidenta —Tsubasa lo regaño—. Vamos, también debemos reunir gente para nuestro equipo. ¡Takashi, avísale al profesor de nuestro partido!
    —¡¡Enseguida!!
    El partido comenzó, ambos equipos eran dignos de jugar. Buenos movimientos y agilidad, había subestimado antes de tiempo la habilidad de las chicas y su mayor flexibilidad. Pero los chicos eran mas fuertes y resistentes, aunque algunos se dejaban distraer por los encantos femeninos y perdían el balón. Tsubasa los regañaba mientras Ayami se lucia y guiaba a su equipo.
    Los equipos estaban bastante parejos, y quienes destacaban más eran Tsubasa y Ayami con sus movimientos más detallados y arrasadores. Aunque el equipo masculino ganaba por un punto, la encantadora Sakura le dio un pase glorioso a Ayami quien se encargo de empatar los equipos. Sobre paso a Tsubasa y festejo en su cara, a últimos minutos Ayami estaba mas fuerte que nunca lo que hacia poner molesto a Tsubasa.
    Llegando a su fin, las chicas estaban listas para el desempate. Ayami arraso la cancha como si fuese un tigre furioso acechando su presa, lista para anotar seguro. Tsubasa, al notarlo, no le quedo mas remedio que hacer trama ya que estaban a segundo de finalizar el juego y no quería ser el esclavo de Ayami. Con sutileza y disimulo, metió la traba a Ayami quien resbalo soltando el balón muy lejos de la cancha y su victoria.
    Ayami se enfureció, pero el partido se dio por terminado y nadie había visto lo que Tsubasa había hecho —¡Eso es trampa! —exclamó y fue contra Tsubasa captando la atención de sus compañeros quienes no entendían lo sucedido—. ¡Me metiste la traba, no es justo! Mi victoria estaba segura.
    —Eso nunca lo sabremos, porque el partido termino. Lo siento —sonrió, mientras secaba la transpiración de su rostro y acomodaba su cabello alborotado.
    —Eres un tramposo —Lo empujo furiosa sin pensar en las consecuencias.
    —Tranquilízate, de todos modos no sabias si tu lanzamiento seria seguro —murmuro logrando molestarla—. Ahora vete y deja de lloriquear.
    —¿Quién esta llorando? Pedazo de basura —Se lanzo sobre el, mientras el intentaba cubrirse de los golpes y ambos cayeron al suelo. Ayami quedo sobre el, pero el profesor y compañeros lograron separarlos.
    —¡Estas loca! —dijo Tsubasa sorprendido de la fuerza que esa chica tenia.
    —Silencio —Los regaño el profesor, mientras los separaba—, ambos están castigados, esto ya es suficiente —Suspiro y los mando a ambos a la dirección. Allí, fueron regañados por la directora que estaba al tanto de todas sus peleas. Esto se había ido de las manos y debían encontrar una solución antes de que empeoraran las cosas.
    Después de regañarlos por casi media hora, les dicto su castigo el cual consistía que a partir de hoy debían cooperar juntos y aprender a trabajar en equipo. Asi, que ambos debían ir a comprar los materiales necesarios para sus compañeros, incluso Tsubasa de ahora en adelante debía acompañar a Ayami a todas las reuniones del consejo y trabajar juntos a partir de estas dos semanas hasta el final del festival, donde serian citados de nuevo por la directora para ver los resultados. Si alguno intentaba algo malo, seria suspendido espontáneamente y le recomendarían a sus padres separarlos de academias.
    De regreso al salón, Ayami se recostó sobre su pupitre y suspiro como seña de cansancio. Tsubasa aun no regreso al salón, ya que faltaban unos minutos para que la próxima clase comenzara, y no iba a desaprovecharlos.
    —¡Presidenta, presidenta! —Dos alumnos de aproximaron hacia su lugar, querían comunicarle una idea para el festival—Creemos que la idea sobre el festival esta casi lista, solo necesitamos su aprobación o consejo —agrego la joven de cabello rizado y coletas, mientras mas estudiantes se aproximaban a sus espaldas.
    Ayami levanto la mirara y quedo sorprendida de ver tanto interés y apoyo por parte de sus compañeros, lo que la alegro mucho —¿Y cual es esa idea?
    ¬—Pensamos en hacer un café Neko, donde chicas y chicos se disfracen como un Neko.
    —Seria como un cosplay —agrego el joven rubio de lentes que se encontraba al lado de su compañera.
    —Suena interesante pero… ¿De que nos diferenciaremos a los demás salones que hagan un café?
    —Lo que mi compañera pensó es que al tener tanto trabajo en el carro, nuestro tema de salón debería de ser uno en el cual los mismos estudiantes pudiéramos descansar.
    —Si, eso fue lo que pensé. Ya que discutimos y llegamos a la idea del tema para el carro hacer la historia de Izanami e Izanagi.
    >>Queríamos hacerla bien elaborada y con buenos efectos. Reflejando más el romance entre ellos y las causas de su separación, pero no queremos enfocarnos en sus hijos. Si no, que la historia termine en su separación o algo por el estilo, para que no sea muy extensa la presentación…
    —Esa idea me parece interesante —sonrió la presidenta—. La verdad me gusta mucho, asi que trabajaremos duro en ello, pero deben de hacerme la lista de materiales necesarios ya que mañana se realizaran las compras.
    —Muchas gracias presidenta —El joven realizo una pequeña reverencia—. Ah, una cosa mas. El tema del carro queríamos que fuera sin diálogos, solo con gestos y mucha actuación con música de orquesta de fondo.
    —Excelente —Lo felicito Ayami—. Entonces que un grupo se dirija al club de música para pedirle un recopilado de las mejores orquestas de acuerdo a cada emoción que suceda en nuestra obra.
    Todos estaban muy emocionados y exaltados, ya querían comenzar con las semanas de preparación. Incluso la presidenta estaba muy animada y apoyaba a sus compañeros.
    —En cuanto al café ¿Qué idea se nos podría ocurrir para que sea mas destacable y a la vez un lugar donde podamos descansar nosotros también? —replico Ayami.
    —En vez de un café que sea un lugar de comida rápida, donde haya todo tipo de aperitivos incluso café y postres —sugirió Sakura—. Y nos vestiremos como maid-neko y los chicos de trajes con orejas de gatos, quedaríamos tan Kawaii todos.
    —Para mi esta bien esa idea. —agrego otro estudiante.
    —También podríamos puntuar a nuestros clientes y cuando ganaran cierta cantidad este elegiría sacarse una foto con el protagonista de nuestro café que desea, ya sea hombre o mujer —aporto Nana—. Lo vi en una serie anime… ¿Qué dicen?
    —Tan inteligente como siempre… ¬—sonrió Ayami al decirlo—¡Eso haremos!
    ¬—¡Si! —gritaron todos eufóricos y emocionados.
    Después de una leve organización, Ayami se encontró con el consejo para dejar apuntado su tema y preparo la lista de materiales que esa tarde debía comprar junto a Tsubasa, el cual no se presento a la reunión, pero por ser la primera lo paso por alto y evitar conflictos.
    —Entonces el tema de su salón queda apuntado; buen trabajo presidenta —La felicito el vicedirector; después de acomodar sus lentes, ambos tomaron sus planillas y salieron fuera del salón de reuniones. Para sorpresa de Ayami, extrañamente, Tsubasa se encontraba esperándola en el corredor con la lista de compras en sus manos.
    —¿Por qué me miras de esa manera? Sobre que traje tu bolso conmigo y asi ahorrar tiempo —dijo Tsubasa con seriedad y luego lanzo el bolso a su dueña —. No te ilusiones, es solo para que el tiempo avance rápido y este menos contigo.
    Ayami quedo bastante sorprendida que no podía hablar, su expresión quedo intacta por unos minutos. El vicepresidente, llamado Haru, sentía que se encontraba en un ambiente incomoda ya que estaba al tanto del historial de esos dos.
    —¡Eh! Creo que yo me retiro —Saludos a Ayami algo nervioso por la presencia de Tsubasa, y a el solo le hizo una reverencia desde lejos y salió en dirección opuesta.
    —¿No me digas que ese bobo es tu novio? —dijo Tsubasa con tono de burla y soltando una risa.
    —¡No! Y no seas cruel con le vicepresidente —contesto seriamente—. Vámonos antes de que sea mas tarde —Comenzó a caminar a paso fuerte y firme. Tsubasa la siguió por detrás y no dudo en molestarla con Haru lo más que pudo.
    Recorrieron casi todo el centro buscando los distintos materiales que necesitaban, y aun asi, les faltaban algunos. Ya estaba por anochecer, la tarde estaba de color naranja y el sol a punto de esconderse pero no podían parar hasta tener todo.
    Tsubasa había sobrellevado bastante bien el viaje, sin quejas y peleas, solo algunas discusiones de momentos por que material llevar o a que tienda entrar… Nada grave por el momento.
    —Esto me esta cansando, volvamos a casa y el resto lo compramos el lunes —Se quejo Tsubasa, ya no aguantaba las ganas de dejar de caminar, asi que tomo asiento en un banco de cemento de la plaza por la que pasaban, donde una feria de pulgas se estaba realizando (feria de pugas es un lugar donde pequeños puestos venden accesorios, ropas, entre otras cosas, generalmente artesanales realizadas por los mismos vendedores).
    El lugar estaba completamente iluminado, repleto de personas y lleno de puestos, incluso de comidas y dulces. Frente a la plaza, rodeándola, estaban negocios antiguos donde vendían todo tipo de cosas extrañas o viejas, las cuales llamaban la atención.
    —¡No seas vago! Nos falta poco, asi que levántate y vamos —Lo regañaba Ayami, pero este solo la ignoraba, hasta que un aroma extraño llamo su atención y se puso de pie dispuesto a seguirlo. Ayami no lo comprendía, ya que ella no la olía, aun asi lo siguió.
    Era una fragancia que lo atrapaba y lo envolvió hasta llevarlo a una tienda muy pequeña y vieja; se podía notar por el daño en las paredes, la madera gastada del mostrador y estantes. Donde una extraña y anciana mujer los recibió tras el mostrador.
    Ayami sentía algo de escalofríos, pero no podía detener a Tsubasa, el cual estaba ciego y parecía un zombi, hasta que choco con dicho mostrador y despertó. La mujer, vestida de negro, se aproximó a ellos preguntando que necesitaban. Ayami no sabia que responderle, ya que Tsubasa había sido el que entro a la tienda, pero por su mirada parecía no recordar como llego a parar ahí.
    —¿Qué necesitan, pequeños jóvenes? —preguntó amablemente la anciana, con su voz algo ronca dañada por los años —¿Qué los trajo a mi tienda? —Miro a Tsubasa, el cual no sabia que responder —¿Sera el aroma a mi incienso? Por las tardes suelo prenderlo para atraer la buena fortuna a mi tienda —sonrió al finalizar.
    —Yo no, no se… —respondió Tsubasa confundido. En ese momento, Ayami se acercó mas al mostrador ya que estaba a una distancia notable por su desconfianza.
    —Disculpe a mi compañero, esta algo mareado por lo que hemos estado caminado todo el día —sonrió Ayami—. Después de sentir el incienso, insistió en entrar a la tienda.
    —¿Eso hice? —pregunto confundido—. Lo estas inventando.
    La anciana los miro y comenzó a reír no de mal modo, luego los miro y sonrió. Ellos quedaron algo extrañados por la reacción de la mujer y algo inquietados.
    —Parece que se llevan muy bien —dijo felizmente la mujer.
    —¡¡Para nada!! —gritaron al mismo tiempo.
    —Debe estar confundida, pero realmente no la soporto —dijo Tsubasa señalando a Ayami, la cual le clavo su mirada de seria y enojada. Mientras que la anciana solo reía.
    —Entonces si no necesitan nada de mi tienda, les daré un pequeño regalo para que vuelvan cuando necesiten algo —Revolvió unas cajas que estaban a su espalda hasta encontrar dos dijes redondos con caras grabadas; eran mas parecidos a un talismán, uno con la cara de la luna y otro del sol.
    —Gra-gracia —dijo con duda Ayami, mientras recibía el collar con el dije de la luna y Tsubasa el del sol. Ambos se miraron con sorpresa, pero aceptaron ambos por amabilidad a la señora.
    Sin más explicación, la anciana los acompaño hasta la puerta y se despidieron. Al salir del lugar, se colocaron el collar cada uno y siguieron su camino tratando de olvidar esa extraña situación.
    Tsubasa no podía dejar de pensar en la anciana y lo que le paso con ese aroma, aun asi usaba el collar, lo cual a Ayami le sorprendió mucho ya que no pensaba que él lo usaría después de todo.
    Finalmente lograron comprar el resto de los materiales antes que oscureciera. Tsubasa era el que mas aliviado estaba, su estomago pedía agritos algo de comer por lo que se puso muy feliz al dejar los materiales en la escuela y asi volver a su casa. Ayami solo se alegraba por no tener que soportar más sus quejas por el día de hoy, ya quería recostarse y descansar.
    —Y eso es todo —exclamo Ayami, después de meter la ultima caja en el armario de su salón y colocarle llave—, esperemos que sean suficientes materiales, seria molesto volver a salir de compras contigo.
    —Ni que lo digas —Acomodo su bolso sobre su hombro y salió del salón sin despedirse.
    —Que arrogante… Pff —murmuro Ayami molesta.
    Se separaron en la entrada al instituto, ya que Tsubasa vivía en pleno centro, según los rumores que Ayami oyó, en un departamento elegante pero la verdad a ella no le interesaba para nada. No había nada mejor como su casa, en un barrio tranquilo sin ruidos de la ciudad, como siempre solía decir ella.
    Al llegar a su casa, Ayami, lo primero que hizo fue sacarse el uniforme y después de una relajante ducha, ceno junto a su pequeña hermana llamada Hanako de 12 años de edad. La cual también había llegado tarde ese día a casa por estar con su compañeras realizando un trabajo; sus padres habían cenado temprano ya que debían madrugar todos los días por su trabajo, que los mantenía realmente ocupados. Su hermano mas pequeño, de 9 años de edad, ya se encontraba durmiendo.
    —¿Qué es eso? —pregunto su hermana mientras le señalaba el collar que esta llevaba en su cuello.
    —Vaya, ya me había olvidado que lo traía —respondió Ayami al verlo en el reflejo de la ventana de la cocina, mientras guardaba los platos limpios. Hanako, se acercó a ella para verlo mejor. Parecía viejo, antiguo y de gran valor pero estaba algo dañado.
    —¿Dónde lo obtuviste? —pregunto curiosa, tal vez quería conocer la tienda para ver que otra cosa de ese estilo encontraba.
    —Fue algo muy raro que me paso hoy, entre a una tienda de antigüedades pero no había cosas de este tipo, si no muebles y lámparas. Esto me lo regalo la mujer que atendía el lugar, según ella era un recuerdo.
    —Que extraño —No despegaba la mirada del dije—, tal vez sea mágico —dijo sonriendo.
    —¿Eso crees? —Ambas comenzaron a reír. Esa antigüedad no podía ser mágica para nada, era solo un objeto, solo eso.
    Después de ordenar los utensilios de cocina, las hermanas se fueron a sus habitaciones para descansar. Ayami estaba muy cansada, no solo de caminar, si no también de gritar a Tsubasa. Eso fue lo ultimo que pensó antes de quedar completamente dormida.
    Al día siguiente, los rayos del sol rosaron con su calidez sus ojos aun cansados. Ayami los refregó con sus manos pensando en ¿Porque el sol le daba en la cara?, si la noche anterior había cerrado bien sus cortinas. Tal vez su hermana había entrado y las abrió, pero era fin de semana, todos acostumbraban levantarse más tarde esos días, salvos sus padres que solían trabajar los sábados también.
    Se levanto de todos modos, sin pensar mucho ya que el sueño que aun tenia, no la dejaba actuar bien. Se sentó a los pies de la cama y volvió a refregar sus ojos al ver el gran ventanal frente a ella. No recordaba que la ventana estuviera frente a su cama, si no al costado, y mucho menos que fuera asi de grande. Luego miro a su alrededor, las sabanas de su cama eran blancas y azules ¿Por qué, si sus sabanas eran rosadas y con osos estampados?
    Ayami comenzó a asustarse, lo que logro que se despertara de golpe y no tardo en notar que se encontraba en la habitación de alguien más, y lo peor es que era de un chico. Algo asustada, trataba de recordar que había sucedido antes de acostarse, pero no recordaba haber salido de su casa y mucho menos entrar a la de un chico.
    Comenzó a inspeccionar el lugar, hasta encontrar fotografías de un niño y en una mesa de luz, las de un joven. Ese joven era Tsubasa; entonces Ayami se enfureció y pensó que esto se trataba de una de sus bromas pesadas. Sin pensarlo dos veces, salió furiosa de la habitación y se topo con que estaba en un departamento.
    —¡¡Tsubasa!!¿Donde estas? Esto no es gracioso —Comenzó a gritar, asustada y enojada, pero no obtenía respuestas. Después de recorrer el departamento, noto que era de una sola persona aunque muy grande y espacioso.
    Al dejar la habitación y pasar por un pasillo angosto, se topo al otro costado con el baño en donde tampoco había nadie. Luego, en dirección contraria, salió del pasillo y se encontró con una hermosa y gran cocina, llena de elementos de buena calidad y bastante caros. Frente a esta, detrás de un mini bar, estaba la mesa de vidrio con seis sillas; bajando unos pequeños escalones, se encontraban hermosos sillones negros de cuero y una gran pantalla plasma frente a ellos. Por ultimo, la pared de atrás, era toda de vidrio lo que le daba una encantadora vista de la ciudad.
    Ayami casi se desmaya, no entendía nada y cada vez estaba más confundida. Lo peor, fue cuando sintió que algo rosaba sus pies, y al bajar su mirada se encontró con un pequeño gatito blanco con manchas negras y ojos bien grandes de color celeste. Era un bello animal, al parecer una gatita. A Ayami no le parecía tan encantadora, ya que por haber pasado una mala experiencia de niña con el gato de su tía, había quedado traumada y le temía a los felinos, a veces hasta a los perros.
    Pego un gran grito y salió corriendo al baño, donde se encerró con miedo al oír que el pequeño animal la había seguido y no paraba de maullar. Sus maullidos se volvieron terroríficos para la pobre y asustada Ayami, al parecer lloraba por hambre, ya le tocaba su desayuno.
    La pobre pensaba y pensaba, pero no sabia que hacer ¿Dónde estaría Tsubasa? ¿Que hacia ella en su departamento? Tantas preguntas que se hacia a si misma la estaban mareando. De momento a otro, el pequeño animal pego un gran grito, lo que la asusto mucho y trastabillo hacia atrás chocándose con el lavamanos. Al levantar la mirada, algo dolorida mientras sobaba su cola golpeada, se dio con el espejo. Algo raro estaba pasando, era Tsubasa quien estaba reflejado en el. Por primera reacción, se dio la vuelta pensando que el estaría tras ella, pero al no estarlo comenzó a gritar de pánico y callo desmayada. Algo raro había pasado ¿Qué hacia ella en el cuerpo de Tsubasa?
    Media hora después de su desmayo, el teléfono comenzó a sonar despertándola. Pero este se encontraba en la sala, y ella no quería abandonar el baño por susto al toparse con el felino, asi que espió por la puerta entre abierta y se aseguro que no estuviera. Luego salió corriendo directo al teléfono y atendió, lo que para su sorpresa era Tsubasa pero con voz de mujer. Lo peor fue cuando se dio cuenta que esa voz era la de ella.
    ¡¡Escúchame idiota!! Deja de gritar y presta atención —dijo Tsubasa intentando calmarla—. Ahora mismo voy para allá, no hagas nada estúpido —Termino y le colgó.
    Ayami espero en el sofá sin moverse, esperando que el gato no la sorprendiera. Minutos mas tarde, el timbre sonó.
    —¡¡Abre, soy yo, Tsubasa!! —Golpeaba la puerta.
    Ayami corrió a la puerta y lo dejo entrar, pero al verse a ella misma ahí para casi vuelve a desmallarse.
    —¿Qué-que es esto? —dijo alterada—¿Por qué soy mas alta, digo, alto? No entiendo, esto me esta dando dolor de cabeza.
    —Cállate, primero entremos y cerremos la puerta. No quiero que los vecinos se enteren.
    —¿Qué crees que paso?¿Porque tengo que estar en tu feo cuerpo? —Ayami casi comienza a llorar pero Tsubasa la paro de un golpe.
    —Tranquila, esta mañana cuando me desperté yo también me lleve un gran susto. Pero luego comencé a pensar y al verme al espejo, note que el collar que llevaba estaba distinto ¿Lo ves?
    —Oh, si. Antes era solo una luna y el tuyo el sol.
    —Y ahora es mitad sol y mitad luna, en ambos collares por lo que veo —agrego Tsubasa al ver su cuello.
    —Entonces… Debemos ir a ver a esa mujer, la que nos los dio —Pensó Ayami. Tsubasa acepto y mando a cambiarla para poder salir.
    Mientras caminaban, era inevitable que ambos se miraran a si mismos. Esto era realmente fuera de otro mundo. Ayami pensaba la ironía de haber estado hablando con su hermana de un collar mágico y que ahora pasara esto, si Hanako se enterara de esto ¿Qué diría?
    —¿Por qué estas tan callada? Esto es incomodo —gruño Tsubasa.
    —¡¡Eh!! Solo estaba pensando —Soltó una risa nerviosa y luego se miro asi misma, es decir, a Tsubasa—. Esto si que es muy extraño, no puedo acostumbrarme a tu cuerpo.
    —Por eso ahora estamos yendo a ver a esa vieja, solucionaremos esto cuanto antes.
    —Umm, Tsubasa ¿Vives solo?
    —¿Por qué preguntas?
    —Por que hoy no había nadie en el departamento y a demás que solo hay una habitación.
    —Si, vivo solo ¿Y que?
    —Ehh, solo decía —suspiro—. Si que eres malhumorado —murmuro bajo que ni el la oyó.
    Por fin llegaron a la vieja tienda, pero no parecía estar abierta ni que hubiera personas dentro de ella. Ambos comenzaron a alterarse y sin saber que hacer, Tsubasa se asomo por una de las ventanas donde se podía ver un cartel que decía “Cerrado por vacaciones”. No aguanto las ganas de protestar, solo un simple cartel que no les informaba cuando esta persona regresaría.
    —¡¡Esto es de lo pero!! Debemos buscar en su casa, no me rendiré —gritaba Tsubasa mientras caminaba en círculos.
    —Espera, Tsubasa, espera. No sabemos donde vive ni nada.
    —Preguntare a alguien.
    En ese momento, detrás de unos arbustos, Ayami noto un pequeño sobre el cual tomo y leyó que era para ellos. El cual decía “Para los dos estudiantes de ayer, sé que tarde o temprano vendrán y tendrán este sobre”. Tsubasa se apresuró a abrirlo, pero dentro de él no decía mucho mas que una simple frase, la cual no lograron entender ninguno de los dos…
    “El Sol y la Luna, dos caras opuestas, pero dos piezas importantes de una”.

    Ambos se miraron fijamente a los ojos, estaban muy confundido y perdidos ¿Qué pasaría con ellos ahora?
     

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