Cambio: ¡Remplazando a mi hermano!

Cambio: ¡Remplazando a mi hermano!​

—¡No lo soporto más!—Grito mi hermano entrando a la sala, el era un chico de cabello color crema perlado, ojos color ámbar, tez blanquecina y vestía una camisa blanca, una chaqueta beige con el logo negro de su academia, un pantalón negro y unos zapatos negros.
—Si gritas más fuerte los vecinos se volverán a molestar—Regañe.
—No me interesa, ese estúpido de mi compañero de habitación se cree más de lo que es, arrogante y presuntuoso—Gruño en lo que caminaba a paso veloz hacia su habitación “Suenas como mujer” Pensé burlona.
—Suna, espera Suna— Exclame al habérseme adelantado unos metros.
—Lo siento Sunako, pero yo no voy a volver a allá—Dicho esto se encerró en su cuarto
—Suna!—Regañe.
—Sunako, si tu hermano no va lo van a expulsar—Dijo Marco acercándose a mí a paso lento. Él era un hombre de cabello castaño, ojos color amar, tez bronceada y vestía un esmoquin.
—Va a ser peor nuestro padre se entera—Alce la voz, Marco me tapo la boca.
—Esperemos hasta mañana, tal vez así ya se halla calmado—Dijo Marco. Suspire con pesadez y me retire a mi habitación.

Mientras tanto en la habitación de Suna
—Maldito Riau, no sé como Carlos y Luis le soportan, no creo que ni sus padres le soporten—Gruño Suna por lo bajo, mientras sacaba una maleta de su armario—Quien se cree como para decirme “niño de mami”—

Flash Back
Suna estaba en su habitación compartida leyendo una revista de cocina, la habitación estaba hecha desastre en un lado en el otro lado no –correspondiente al lado de Suna-, la puerta se abre estrepitosamente, dando paso a tres chicos, dos de ellos llevaban arrastrado a uno.
—Adivino, volvió a tomar—Dijo Suna como si nada.
—¡Cállate, no es problema tuyo si bebo o no!—Gruño el borracho de Riau—Es problema mío— Escupió.
—Sí y no eres tu él que carga su propio peso en este momento—Se quejo Carlos antes de tirarlo a su cama.
—Yo los odio a todos ustedes, más que todo al niño de mami de Suna que no sabe jugar Básquet—Gruño “Si supiera que yo también lo odio”.
—Yo no soy un niño de mami—Grito Suna molesto
—Cierto, lo olvidaba tú no tienes madre y por eso estudias aquí—Dijo como si la ironía fuera su vida.
—Y a mí se me olvidaba que eres él capital del equipo más idiota del planeta, aparte de que tienes tampoco cerebro, que seguro y tu cabeza va a salir volando—Alzo la voz dejando a un lado la revista.
—¡¿Cómo es que te soporta tu familia?! Gritas demasiado—Dijo tapándose los oídos.
—Si me soporta o no mi hermana es mi problema—Grito Suna como si nada.
—Así que tienes una hermana—Dijo Riau poniendo una picara sonrisa—Si algún día me la encuentro la follare hasta saciarme—Suna se levanto de su cama molesto y se acerco a Riau molesto, plantándole un sonoro golpe.
—A mi hermana nadie la toca—Dicho esto se fue corriendo de la habitación.
Fin del flash back

—Como se atreve, no solo hablaba de mi si no que también se quería meter con mi hermana—Suna cerró su maleta sonoramente y salió de su habitación luego de dejar una nota a su hermana y echarle un último vistazo a un retrato de ellos dos cuando eran niños.

Al día siguiente –Pov Sunako-
—MAAAAAARRRRRRRRRCOOOOOOOOOOOO—Grite corriendo hacia la sala donde posiblemente este leyendo su periódico.

Un ángel bajo del cielo​

Buscando con esmero​

A su demonio​

Así tenga que morir en el intento.​

Ángel que del cielo bajo​

Cuida de nosotros​

Pues aquí en la tierra​

Nosotros buscaremos​

A tu demonio ​

Hasta el fin de nuestra era.​

​

—Se puede saber porque gritas?—Dijo Marco con cara de fastidio
—Suna se fue de la casa, mi padre se molestara si él llega a faltar, ni se diga de nuestra abuela—Alce la voz molesta y preocupada—Y la culpa no caerá solo en mi y en él sino en ti también, por no haberte dado cuenta—
—Siempre supe que esa vieja me iba a culpar de todo—Se quejo, ambos nos quedamos pensativo.
—¡Lo tengo!—Exclame de la nada y corrí hacia la habitación de Suna, registrando su armario en busca de su uniforme.
—¿Qué estás haciendo?—Llego Marco
—Me hare pasar por Suna mientras tú lo buscas—Dije emocionada—Tratare de no llamar la atención, te llamare y escribiré sobre los sucesos y preguntas que tenga, lo típico—Le escuche soltar un suspiro, saque el uniforme y el resto del conjunto –Soy hombre y tu no- (Que en mi mundo es así) y lo coloque en la cama—Me vasa apoyar o tengo que decirle a mi tía que te obligue— Amenace, el se estremeció y corrió fuera de la habitación regresando rápidamente con una venda especial para ocultar mi pecho y una peluca parecida al cabello de mi hermano.
—Ponte esto y no se darán cuenta, te ayudare con la peluca y te agradecería mucho que escribas todos los días—Pidió casi rogando
—Pareces una madre primeriza dejando salir a su hija por primera vez—Arquee la ceja.

Unas horas después ya estaba parada frente a la academia, como si nada hubiera sucedido –ayer- camine a paso decidido al interior del lugar y… Fui rodeada por un grupo de personas.
—Suna, ¿Dónde estabas?, tu novia se ha vuelto loca buscándote, ha amenazado a Dylan para que te busque—Grito uno sobre todos los demás gritos.

—Suéltame de una buena vez—Grite por el meneo en mis hombros—¿Dónde está ella?—Exclame, ellos se callaron y señalaron a diferentes direcciones todos—Me llevan con ella aunque sea, con sus indicaciones voy a acabar perdiéndome—

———º———
¡Que piensan la letras es muy grande verdad?

 

—Suéltame de una buena vez—Grite por el meneo en mis hombros—¿Dónde está ella?—Exclame, ellos se callaron y señalaron a diferentes direcciones todos—Me llevan con ella aunque sea, con sus indicaciones voy a acabar perdiéndome—De entre todo el grupo salió un chico de cabello negro largo hasta los hombros, ojos cafés y vestía con el uniforme pero desarreglado, la camisa blanca la llevaba por fuera, la chaqueta completamente desabotonada, la corbata desarreglada y tenis negros.

Mi hermano y su novia Adriana llevaban un año y tres meses juntos, que le vio a ella no tengo ni la más remota idea, aun así me parece una mejor persona que las miles de chicas que una vez le persiguieron, al principio había pensado que era como las demás chicas pero luego de conocerla y salir un par de veces con ella, note que era… Diferente, su comportamiento, su manera de vestir, maquillarse, hablar, de alguna manera es educada.

Adriana Relic es la hija de una estrella del cine y uno de los empresarios más adinerados del mundo, teniendo empresas en Japón, China, Estados Unidos, Chile, Brasil, Italia y Francia, todas y cada unas preparadas exactamente para grabaciones de cine, modelajes, venta de autos, de ropa, televisores, (Digamos que es casi un centro comercial preparado para todo), cadenas de restaurantes y hoteles.

—¿Se puede saber a dónde te habías ido?, ¡Adriana puso todo cabeza abajo en un solo día solo para buscarte!—Exclamo visiblemente molesto, no me inmute por su cara y le pase por al lado, ignorando las quejas de los otros chicos, “Seguro y me la encuentro en el camino” La primera parte del lugar era un jardín tipo laberinto, cada una de las divisiones eran rosales enanos, arcos blancos con enredaderas uvas, de vez en vez a un lado del camino de piedra habían bancas blancas o una maquina de refrescos. Los arboles visibles estaban cuidadosamente arreglados y el césped verde y podado.

Pequeñas flores silvestres de diferentes colores adornaban la orilla que dividía el verde césped del piso, el edificio era de unos dos otras pisos, las paredes de ladrillo de naranja en su mayoría y ladrillos blanco al borde de las ventanas, puertas y al final de las largas paredes, las puertas de una madera gruesa y las ventanas tan limpias como para ver el alma de alguien (no literalmente), los campos de futbol, beisbol y futbol americano, estaban podados y marcados con tiza, las canchas de tenis, básquet y voleibol, parecía estar recién pintada, la piscina estaba limpia y siendo usada en estos momentos.

Seguí caminando hasta llegar a uno de los edificios marcado como los dormitorios, esta como el anterior edificio que vi tenía la misma apariencia por fuera, abrí la puerta lentamente, asomando la cabeza antes de entrar, las paredes eran cafés con un bordeado crema, el suelo era de granito color crema, a los lados del pequeño corredor habían dos puertas, una de cada lado, junto a ellas mesas de noche con floreros chinos y jazmines rosa pálido.

Al final del corredor unas largas escaleras en espiral con alfombrado blanco que llevaban al piso de arriba, entre y camine por el corredor, abrí la puerta de la derecha y mire el interior, esta habitación pertenecía a uno de los tantos baños que deben de haber por aquí, cerré la puerta y me acerque a la otra, al abrirla mi cara fue golpeada por algo duro y caí al suelo sonoramente, mire a la persona que había hecho esto y era un chico moreno, de cabello rubio platino, ojos grises y vestía el uniforme.

—Ups—Le escuche pronunciar

—Jajajaj, Rodrigo lograste atrapar al ladrón de ropa inte…—Llego otro chico de cabello rubio, ojos azul pálido, tez pálida y vestía una camisa blanca manga larga, una chaqueta y pantalón negro, en su cuello portaba un extraño tatuaje de una calavera negra quemándose en llamas negra, en su mano derecha llevaba un guante negro y una rosa roja seca, a pesar de mi vista borrosa pude detallarlo bien.

—No sé ni a quien le pegue—Fue lo último que escuche.


Al volver a despertar estaba en una nueva habitación, sentada en una silla tomándome la mano estaba Adriana, me incorpore un poco en la cama pero volví de golpe otra vez a la misma posición.

—Aun no te puedes levantar—Dijo un chico de cabello negro, ojos grises, aunque por un momento creí haberlos visto rojo, tenía el ceño fruncido, no muy notoria ojeras bajo sus ojos y el cabello desordenado.

—Cállate Dylan, Suna esta descansando—Regaño Adriana en un murmuro.

—Adrià, estoy despierto—Por un momento estuve a punto de decir despierta, Adriana se incorporo de golpe y me miro preocupada.

—¡Suna!—Salto sobre mi—¿Dónde te habías metido? Estaba preocupada por ti—Lloro—Estuve buscándote por todos lados—

—Tú no buscaste ni en el baño, estuviste ordenándome a buscar a este niño de mami—Alzo la voz, Adriana le miro con el ceño fruncido al mismo tiempo que se me quitaba de encima

—Él no es un niño de mami como tú aparte de un arrogante y presuntuoso—Regaño ella, me incorpore en la cama y coloque una mano en su hombro, me acerque a ella y le susurre en el oído.

—Necesito tu ayuda—Ella arqueo la ceja interrogante—Hablamos a la tarde—Ella asintió, se bajo de la cama y se retiro.

Recorrí la habitación con la vista fijándome hasta los más pequeños detalles, al parecer las habitaciones eran compartidas uno de los lados debía pertenecer a este chico… Dylan y el otro a mi hermano, el lado de mi hermano estaba limpio, el armario se hallaba colocado en una esquina de la habitación, la cama era individual y tenia sabanas azul oscuro, en la mesa de noche junto a la cama había un lámpara, la laptop de mi hermano y una libreta algo gruesa y con candado.

Al lado del armario había un pequeño librero con las revistas de mi hermano y varios libros de diferentes tamaños, colores y grosores, regrese mi mirada a Dylan y este me miraba entre asqueado y molesto.

—¿Se te perdió algo?—Pregunte indignada por su mirada, Dylan bufo y camino hacia su cama al otro lado de la habitación, saque mi celular del bolsillo buscando el numero de Adriana, pero luego descarte la idea de pedirle el horario de mi hermano, me levante de la cama y me acerque al armario, abrí las puertas del armario, hallando allí cinco conjuntos de uniforme normales –llevo puesto uno de ellos- , tres de educación física, el cual constaba de un mono azul marino, una camisa blanca manga corta y una chaqueta azul marino y la ultima de los tres conjuntos que había era un esmoquin.

Al pie de la ropa estaban 3 pares de zapatos negros, 2 blancos y uno negro de punta, el closet se dividía mínimamente en tres pero algo así como que dos de las tres partes se unían formando una sola, en esa tercera parte había diferentes colonias, un desodorante y el resto de los utensilios de higiene y la toalla, pegado en la puerta estaban pegado fotos de mi tío Marco, mi padre, mi hermano y yo, bajo el horario había una oculta, con sumo cuidado despegue una de las esquinas del horario y de allí cayo la foto, me agache y recogí la foto del piso.

—Oye Dylan, ¿me prestas tu champo?—Entra uno de los tantos chicos que hay aquí como Pedro por su casa, Dylan gruño y se levanto con toda la flojera del mundo—He bueno…—Tembló—Suna ¿préstame tu champo por favor?—Se acerco a mi rápidamente y me tomo por los hombros, me sonroje al verlo semi desnudo, el chico tenía el cabello rojo y ojos color verde jade.

———º———

 

Por más que intentara retomar la compostura, no podía ya que aquel chico se me acercaba cada vez más, levante la mano temblorosa y señale el Champo que estaba en el armario, el chico me apretó fuertemente entre sus brazos, para luego separarse de mí y tomar el Champo.

—¡Gracias!—Exclamo y se retiro, salí del shock cuando escuche la arrogante voz de Dylan.

—Mas te vale avisparte—Voltee a mirarle con la ceja arqueada—A mi no me mires así niño de mami, la entrenadora nos quiere en la cancha ahora mismo—Se levanto de su cama, encaminándose a su armario y tomando una mochila de allí, regrese mi vista al armario mirando todo el ancho del armario buscando la bendita mochila que puede que mi hermano tenga, cerré las puertas del armario y me acerque a la cama, deje la foto debajo la almohada, me agache en el suelo y revise debajo de la cama, donde encontré la mochila perdida, la saque de debajo de la cama y me la colgué en el hombro, Dylan esperaba al borde de la puerta con el ceño fruncido. —Apúrate idiota—Regaño, me acerque a él con la mayor de las flojeras.

Ambos salimos de la habitación, el pasillo tenía la misma apariencia que la planta de abajo, con la excepción de las miles de puertas, estas estaban diferentemente decoradas, la habitación perteneciente a la mía y de Dylan la puerta estaba pintada extrañamente entre el logo de un Ferrari y un mono “Mi hermano debe ser adoptado” las otras puertas estaban pintadas con equipos de beisbol, básquet, balones de diferentes deportes, una que otra de un animal o planta, Dylan caminaba con la mirada indiferente a todo.

Caminamos hasta el final del pasillo, escaleras abajo hasta la salida del edificio.

—Deja de seguirme niño de mami—Se quejo él mientras caminábamos por los jardines.

—Vamos al mismo lugar ¿no?—Afirme, Dylan me miro por sobre el hombro—Entonces no sé porque te quejas si vamos al mismo estúpido lugar—Declare

—Tu ni siquiera deberías estar en este torneo mocoso, ni siquiera sé porque estas en el equipo de básquet—Se quejo Dylan

—Si supieras—Murmure

—Dijiste algo—Arqueo Dylan la ceja

—Nada que te interese—Apresure un poco el paso—Por cierto motivo, razón y circunstancias para que le di…. Para que me digas “niño de mami”—Me detuve en la entrada a la cancha bajo techo, donde provenían miles de gritos y aplausos acallados por las paredes, sonidos de balones.

—Porque me da la regalada gana—Dicho esto Dylan se interno “Al parecer mi hermano no ha dejado de practicar” Pensé nostálgica ante la excitación que traían los deportes, estire mis brazos con emoción y me adentre al edificio muy feliz, dentro del lugar fui tirada del brazo fuertemente y sentada en una banca, seguida de una pesada orden “¡Aquí te quedas!”

Que desperdicio de tiempo, la idiota de la entrenadora tampoco me dejaría jugar, ya llevaba 9 años desde que me prohibieron participar en los deportes y hace 5 que esa prohibición fue anulada por buen comportamiento de mi hermano y yo con la condición de fingir no saber ningún deporte, Suna y yo en secreto practicábamos y jugábamos contra nosotros, o contra nuestro tío Marco y nuestro padre, nuestra abuela no estaba al tanto de nuestras prácticas ya que creía que eso “no era propio de una dama” “¡Ha!, si no es propio de una dama ¿Por qué razón fuiste campeona de todos los tipos de luchas existentes?” Pensé irónica mientras veía el estúpido partido, muchas mujeres y hombres gritaban el estúpido nombre u apellido de Dylan Riau.

Carteles, gorros, camisas y escritos en el cuerpo eran presentes en la mayoría del público, las restantes personas le iban al otro equipo, al fijarme bien de qué equipo se trataba no pude evitar mirarlos con burla, los leones del a academia de Manhattan era un pésimo equipo de entrenamiento, su entrenador a pesar de ser uno de los mejores, no entrenaba a su equipo con las suficientes ganas como uno realmente cree, sus verdaderos entrenamientos eran para quienes estuvieran realmente dispuestos a aprender –nadie de su equipo quiere- en el circulo de entrenadores profesionales del profesorado se gano el apodo de “El entrenador mas desmotivado”.

Me recosté en la banca y cubrí mis ojos con uno de mis brazos, aguantando las ganas de gritarles a todas esas gritonas personas con hormonas alborotadas que se callaran. El timbrado del descanso sonó y yo no me moví de mi lugar.

—¿Aburrido?—Escuche la burlona voz de Dylan

—¿Te importa?, si quisiera fuera mejor que tu—Dije aburrida de su presencia.

Una estruendosa risa por parte de él se escucho—Tu, ni que fueras quien mocoso, tú no sabes ni agarrar la pelota—Se burlo, escuche como tomaba una pelota y me la arrojaba, por mero instinto patee la pelota sin medir mi fuerza, causando que por culpa de esta golpeara al entrenador del otro equipo—¿Eres idiota o qué?—Exclamo molesto, me destape los ojos y mire a el otro entrenador, seguido de la cara de la entrenadora del equipo de mi hermano.

—¿Qué demonios te sucede?, ¿Con que cara te crees como para golpear con un balón a Luis?—Regaño la entrenadora acercándose a mi furiosa.

—Apuesto a que me retara a un duelo por el último punto que tienen para ganar—Aposte, sin darme cuenta a nada tenían un empate de 15 a 15, faltaban al menos 5 puntos para ganar, nada quitaba al hecho de uno de los del equipo contrario contra mi “Pan comido” Sonreí mentalmente.

—Apuesto 100 a que no—Aposto Dylan, me incorpore en la silla y le extendí la mano, cerrando así nuestro trato.

—3… 2… 1…—conté regresivamente antes de señalar a Luis, justo en el momento en que gritaba.

—Retamos a la persona que me golpeo con el balón—Reí a carcajadas mentalmente por la mueca de indignación que tenia Dylan, volví a extender la mano tomando el dinero que sacaba de su bolsillo.

—¡Vamos a perder!—Exclamo la entrenadora dejándose caer de rodillas—Luego de este partido mocoso, júralo que no vas a volver a jugar en este equipo—Me encogí de hombros importándome un comino.

—Escoja su mejor jugador, entrenador—Grite escondido detrás de Dylan, luego de escuchar un así será me fui a cambiar, desde los vestidores podía escuchar las risas burlonas y los insultos por parte de mis dique compañeros de equipo, “Me alegro de que me saque del estúpido equipo, no necesito de ellos, en algún momento ellos necesitaran de mi” Pensé en lo que me colocaba un short amarillo con una raya verde a los lados del pantalón, y una camiseta igualmente amarilla con el borde de las mangas verdes y del cuello, en la parte de atrás estaba escrito Suna y el numero 12 y para finalizar mi vestimenta, unos zapatos “all star” deportivos color blanco—Es hora…—Pronuncie decidida, al salir del vestidor los abucheos no se hicieron esperar de parte de los Fans de Dylan, (Con el ánimo y la sonrisa de Takuma Ichijo) me acerque al centro de la cancha, observando con detenimiento a mi contrincante, un chico alto, levemente robusto, tez morena, cabello negro y ojos seriamente verde.

—¡TU!—Exclamo de la nada el chico frente a mi—No te habían prohibido jugar demonio del sol—Al parecer nadie olvidaba ese estúpido apodo

—Eso fue en un periodo de 4 años—Afirme

—Seguro ya se te olvido como jugar nenita, aun recuerdo como quisimos propasarnos con tu hermana, ese fue el mejor momento—Alardeo él, quien sin darse cuenta aumentaba mi furia.

—Bien, este partido constara de uno vs uno, hasta lograr un puntaje de 20, es decir 5 pts o mas—Dijo el árbitro con un balón en manos antes de dársela al otro chico.

—Esto será divertido— Murmuro en lo que driblaba la pelota, el árbitro se alejo un poco de nosotros, luego de un pitido el chico me paso la pelota y yo se la di devuelta, el chico driblaba la pelota con rapidez, en sus ojos demostraba la duda de moverse o no, omitiendo a su conciencia intento pasarme por al lado, pero eso solo logro que yo le quitara la pelota ágilmente y que corriera mientras driblaba la pelota, para luego encestarla en el aro , justo cerca de la línea de 2 ptos.

—Deberías tomártelo más en serio—Dije sacudiéndome las manos mientras volvía al centro.

—Maldito…—Le escuche mascullar

—Hagamos esto más divertido Entrenador de los Leones—Dije llamando la atención de este—Para no desmotivar más a su… Equipo, que tal si lo hacemos un dos contra uno, o tal vez un cinco contra uno—Estaba motivada

—¿¡Estás loco o que mocoso?!, ya tengo suficiente como que no sepas jugar—Grito la entrenadora frustrada, los miembros del otro equipo rieron estruendosamente.

—Calladitos se ven más bonitos—Amenace antes de que opinaran algo innecesario—Acepta, con la condición de que si gano, este… Equipo, creo gana el partido, sin objeciones ni peticiones—El entrenador con un asentimiento de cabeza accedió a mi propuesta, rápidamente en la cancha subieron otros cuatro chicos, todos ellos de tez trigueña, dos de ellos con cabello rubio y los otros dos de color negro, los cuatro de ojos cafés.

Los de cabello rubio me miraban con miedo, mientras que los de cabello negro se encontraban inexpresivos, el árbitro me paso la pelota, drible dos veces en lo que sonaba el pitido, cuando este sonó, pase la pelota al rubio frente a mí y este me lo paso devuelta, drible la pelota como defensa y a paso veloz evadí a los defensas del otro equipo, fingí descuido, permitiendo que me robaran la pelota, vi como estos con una sonrisa burlona encestaban la pelota con ganándose un punto, mire el marcador divertida diecisiete a dieciséis a favor mío.

—Esto es aburrido—Me queje

—Esto es extraño—Le escuche decir a Luis—Al principio pensé que era el demonio del sol pero… Este niñato no parece tomarse esto en serio—Alego él a uno de los miembros de su equipo.


—¿Niñato?, ¿a quién le dices niñato?—Alce la voz, Luis me miro incrédulo—Que no me lo estoy tomando en serio es porque tu ridículo equipo no vale la pena, quería darles el orgullo que estuvieron mucho tiempo contra una sola persona—Regrese al centro de la cancha, el pase de pelota no se hizo esperar, al momento de pasarse lo al otro jugador este rápidamente comenzó a correr hacia la canasta “¡Que rápido!” Pensé burlona, rápidamente me di en su persecución, alcanzándolo antes de que lanzara la pelota hacia la canasta, le quite la pelota y corrí driblando la pelota hacia la canasta, deteniéndome en el centro al verme rodeada por tres de los jugadores.