Cálida y suave. Por: H.Lima. “ Un dia soñé que todos y todo desaparecia, desperté desesperada para no encontrarte a mi lado.” Según la abuela Daade. Hay dos formas respetables de morir: Matando para sobrevivir y muriendo por muchos otros. No lo comprendía en aquel entonces, y creo no comprenderlo ahora, que tomo este pedazo de cable entre mis manos, deseando que no sea el más corto. Pues de ser tan mala suerte la mía, terminare siendo asesinada y devorada por los que hace solo poco tiempo llame mis compañeros. Nunca espere llegar a ver el fin del mundo, nadie salvo los líderes religiosos lo esperan. ¿como ocurrió?, Preguntaran. No tengo la menor idea les responderá alguno de todos los sobrevivientes como yo. Solo sé que un día como muchos otros, las personas empezaron a desaparecer, al principio eran solo rumores, y tus amigos decían que el conocido de un tío les dijo: Que su vecino desapareció desvaneciéndose en el aire. Al principio eran rumores y leyendas urbanas. Pero cuando fueron muchos los desaparecidos, se escucho en los noticieros de televisión titulares alarmaste, que decían: ¡arrepiéntanse el día ha llegado! Yo no creía en tales cosas al principio, pero cada día era más notorio que las calles estaban más solitarias. Creo fue un domingo cuando los militares pasaron por casa y nos llevaron a un campo de refugiados, apuntaron a papa con un fusil diciendo: ¡todos al bus! Al comienzo fueron muchas familias, tantas que no se podrían contar, sin embargo cada día se veían menos y menos familias. Una mañana desperté en la carpa a la que llamaba casa y me vi sola, créanlo curioso. Pero no pude sentir pena por la desaparición de papa o mama, dos días después dudaba de mis recuerdos con ellos y a la semana los olvide por completo. A todos los pocos que quedamos nos dijeron que todo se remediaría y que los científicos ya casi sabían la causa, algún tiempo después hasta los científicos y militares desaparecieron. Vague un tiempo por la ciudad desierta encontrando a algunos y algunas como yo, cuando fuimos 120, nos llámanos los unos a los otros compañeros, en ese grupo éramos, jóvenes, viejos, mujeres y varones. Pero no logro recordar, nombres, ni rostros, pues así creo era mejor, pues poco a poco también desaparecieron uno a uno. Al quedar solo diez de nosotros, comprendimos que nadie mas desaparecería y en un comienzo festejamos, haciendo planes para el futuro. Mas una mañana vimos de lo alto de una colina como 2/3 de la ciudad se difuminaban y en su lugar solo quedaba el suelo desnudo. La ciudad continúo desapareciendo. Alguien menciono que era momento de mudarnos al campo y sembrar, pues pronto ya no podríamos comer de los supermercados abandonados de la ciudad. Todos aceptaron la idea de buena manera y vivimos unos pocos días en una granja a las afueras, posiblemente yo no me impresione cuando desapareció el primer árbol, o cuando hasta los lobos dejaron de aullar. Todo terminaría desapareciendo era un hecho. Después de algunas semanas el hambre y el frio nos atormento en una cabaña que se resistía a desaparecer al igual que nosotros, solo quedaba el polvoriento vacio y el oscuro cielo con cada vez menos estrellas, pues el sol dejo de salir sin el menor aviso. Llego el momento que todos temíamos, y uno de nosotros diez, corto nueve cables largos y uno corto, todos nos miramos con miedo y a la cuenta de tres miramos. Su mirada pálida nos indico quien tenía el tramo corto. Teníamos mucha hambre y no le dejamos tiempo a huir, no creo recordar si su carne tenía algún sabor. Pero recuerdo que era cálida y suave. Fin