Cain, la vida una y otra vez

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Sweet blody rose, 21 Enero 2012.

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    Sweet blody rose

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    16
     
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    Holas a todos! Estoy escribiendo un fic que considero bastante original y me encantaria compartirlo con ustedes ! ^^ Acepto todo tipo de criticas y sugerencias sobre mi escritura, se que no soy muy buena en esto y consideraria mucho se quisieran ayudarme a mejorar ^^ saludo a todos y les dejo los dos primeros caps. Aviso : el titulo no es sobre la historia al principio pero cuando comienzen a leerla entenderan porque. Habra conti si resulta que les gusta la historia. besos :p

    Capitulo 1:

    La historia comienza hace muchos años. Un hombre iba corriendo hacia un rumbo desconocido. A lo lejos se veía una enorme mansión incendiándose. Al llegar el hombre al lugar encuentra a una niña en el suelo que apenas respiraba y con una grave herida.
    El coloca la cabeza de la niña en sus piernas e intenta que reaccione. La muchacha abre los ojos y lo mira fijamente, luego gira su cabeza hacia el incendio y lagrimas empezaron a caer por sus mejillas.
    -¡Mis hermanos están allí!-seguía llorando- ¡Kairi! ¡Kyo!
    -Tranquilízate-le acaricia su cabeza- ¿Qué paso aquí?
    -No recuerdo bien, pero se que tengo que volver allí-se larga a llorar en los brazos del hombre.
    En ese instante una pared iba a caer sobre ellos pero la niña genero un campo de fuerza que los protegía y sonrío. El hombre no pudo evitar preguntarse que especie era ella.
    -¿Cómo te llamas niña?
    -Ki….ki…-se desmaya.

    El hombre preocupado se la lleva lejos del lugar, y decide curarle sus heridas en su casa. En el camino observo que sus heridas se iban curando solas lentamente, tenia sorprendes poderes de curación y psíquicos.
    Llegaron a la casa, acostó a la niña sobre una cama y se sentó junto a ella pensativo. Al día siguiente ella despertó y miro a todos lados preguntándose donde estaba. No recordaba nada de lo que había ocurrido.
    -Ya has despertado-se acerco el hombre con una sonrisa y el desayuno- toma debes tomar algo.
    -Tengo que agradecerle mucho, pero mi pregunta es ¿Quién es usted?-lo miro intrigada por su aspecto.
    -Solo soy un hombre, que juste vive cerca de donde te encontré y puedes llamarme maestro –le sonríe.
    - Lo llamare Maestro, es mas fácil que decirle desconocido-también sonríe- apenas si recuerdo que hago aquí, no puedo recordar que paso ni mi nombre-baja su mirada.
    -¿Acaso no tienes familia? Cuando te encontré gritabas sobre tus hermanos.
    -Se que los tengo, pero no entiendo que sucedió, que hacíamos en el incendio-toma un sorbo de te y luego muerde la galleta.
    -Seguro ya se deben haber ido a otro mundo-la mira con aire de angustia y luego le acaricia sus cabellos- Ya que estas sola, te adoptare y nos haremos compañía uno al otro.
    -¿Enserio lo dice?-salta de la cama alegre.
    -Si. No puedo dejarte sola en ese bosque, en especial si ya no tienes familia.

    Los días pasaron, el maestro había enviado los papeles para hacer que la niña fuera su hija legalmente. Al notar que el nombre de la niña empezaba con ki, decidió llamarla Kira y pudo conseguir saber su edad. Ella apenas tenia seis años.
    A los tres meses trascurridos, luego del encuentro del maestro y Kira, llegaron unos niños bastante peculiares a la casa de este. Eran un niño y una niña, uno tenia ocho años y la otra seis, al igual que Kira. Eran ambos castaños.
    -Hola ¿Qué desean?- pregunto la niña abriendo la puerta intrigada.
    -Venimos a entrenar con el maestro de nuevo-hablo la niña.
    -Con el maestro…-pensó un instante- No sabía que mi papa tenía alumnos
    -¿Acaso eres su hija?-pregunto sorprendido el niño.
    -Si –asiente sonriendo.
    -Oye Kira ve adentro y prepara los dormitorios-se acerca el hombre- Pasen niños, es un gusto que hayan regresado.
    Ambos chicos pasaron adentro de la casa un poco extrañados y miraron fijamente marchar a la otra niña.
    -Maestro ¿Desde cuando tiene una hija? El año pasado vinimos y ella no estaba-suspira la castaña.
    -La encontré hace un tiempo sola y decidí criarla como mi hija, ahora chusmas vayan a dejar sus cosas y luego nos encontraremos en el campo de entrenamiento.
    -Si maestro-afirma el castaño rígido.
    Kira preparo sus camas y salio afuera, su padre le había dicho que pronto empezaría a entrenar para descubrir que clase de poder poseía.
    Ambos chicos tiraron sus maletas y se marcharon corriendo hacia el campo, se pararon uno al lado del otro y esperaron al maestro.
    -Bueno como ya saben deben seguir practicando sus hechizos.
    Kira desde lejos observaba la escena y a los niños, ambos eran iguales como su fueran gemelos, pero ¿Como era que se llevaban dos años de diferencia?
    -Ryoutsuko debes practicar los hechizos eléctricos y tu Kenji los de fuego ¿De acuerdo? Practicaremos esos durante dos semanas hasta que salgan perfectos.
    -Pero maestro sabe que mi hermano tiene mas alcance con sus poderes que yo-murmura la castaña.
    -¡tu solo inténtalo Ryou!-le ordena enfadado.
    -¡Papa!-se acerca corriendo Kira- ¿Y mi entrenamiento?
    -¡Cierto! Me estaba olvidando de ti, bueno pues estuve buscando en unos libros y se me ocurrió probar con unas cosas. Tienes una técnica de campo de fuerza peculiar y quizás deberías probar eso primero y luego ver si puedes levitar cosas y bueno tú sabes.
    -¡Claro!-grita emocionada.
    -Ya niña calmante, no creas que los entrenamientos del maestro son emocionantes, también son duros y largos –murmura enojada la castaña.
    -Oye si me trataras bien podrías ser mi amiga y no estar sola sabes-le guiña el ojo- además yo soy nueva en todo esto –suspira.
    -¿Es verdad eso maestro? ¿No conoce sus poderes? –pregunta el castaño intrigado.
    -Como les explique la encontré y resulta que no recuerda nada de su vida anterior, así que me esforzare por ayudarla-se le acerca a Kira y le acaricia la cabeza con una sonrisa.
    -Como usted diga maestro-dice fulminando con la mirada a la otra niña.
    -Ryou…Debes ser amable-susurra el castaño junto a ella.
    -Hermano…-gira la cabeza mirándolo enojada.

    Paso el tiempo, Kira intento muchas veces caerle mejor a Ryoutsuko hasta que la castaña la acepto en su equipo de tres y Kenji sentía un especial afecto hacia ella, porque a diferencia de su hermana, ella era mas alegre y la que mas se esforzaba de los tres. Al año llego otra niña, esta mucho mas seria y cerrada que Ryou, se llamaba Sobaku, era una chica de cabello oscuro, atado que llegaba hasta la cintura y con ropas de un ninja. Ella se hospedo en la casa del maestro ya que su familia había sido asesinada y solo conocía esa casa para quedarse. Le costo adaptarse, los otros tres niños eran muy alegres y demostrativos mientras ella solía quedarse callada y a un costado.

    Capitulo 2 :

    Paso el tiempo, Kira intento muchas veces caerle mejor a Ryoutsuko hasta que la castaña la acepto en su equipo de tres y Kenji sentía un especial afecto hacia ella, porque a diferencia de su hermana, ella era mas alegre y la que mas se esforzaba de los tres. Al año llego otra niña, esta mucho mas seria y cerrada que Ryou, se llamaba Sobaku, era una chica de cabello oscuro, atado que llegaba hasta la cintura y con ropas de un ninja. Ella se hospedo en la casa del maestro ya que su familia había sido asesinada y solo conocía esa casa para quedarse. Le costo adaptarse, los otros tres niños eran muy alegres y demostrativos mientras ella solía quedarse callada y a un costado.
    Un día el maestro revisando libros antiguos de su biblioteca encontró un dato interesante. Había podido encontrar que tipo de raza era Kira. Era parte de la legendaria línea de los Cain, los dioses de ese mundo. Con una enorme lista de poderes, el hombre quedo sorprendido de haberla encontrado, ellos eran inmortales, ni un rasguño o apuñalada podía matarlos, ecepto que los mataras dándoles directo a su corazón. El libro informaba que debía tener ciertos poderes que Kira no poseía, a pesar de su edad y lo que había sufrido ella debía recordar como usarlos, ya que a partir de los tres años se los entrenaba para controlar sus poderes celestiales. En ese instante que seguía revisando entre los libros alguien toca la puerta.
    -¿Maestro, puedo entrar?-dijo una voz fría.
    -¿Sobaku? Si claro pasa-cerro el libro.
    -Debo confesarle algo si me permite
    -Claro dilo.
    -¿Sabe usted acaso que es Kira? Me contó que es su hija, pero no posee sus mismos poderes y siento un aura extraña de ella.
    -Siendo ninja eres perceptible a esas cosas ¿No es cierto? Supongo que debes saberlo, al fin al cabo a ti te salvo hace mucho tiempo un dios también.
    -¿Acaso ella…?
    -Si. He estado buscando desde la encontré que era exactamente y al fin lo descubrí. Es una Cain. Claro que una joven.
    -Siempre sentí mucho respeto por ella y algo raro. Pero para ser de la raza de dioses que se mantiene alejados de los humanos y las otras razas es muy amigable y cordial.
    -Creo que es porque ella no recuerda nada. Siempre intenta recordar que sucedió en el incendio pero le empieza a doler la cabeza y se marea-suspira- ¿Puedo pedirte un favor Sobaku?
    -Cla…claro maestro-asiente.
    -Ella es tan frágil. En verdad ya me considero como su padre y quiero protegerla y ahora mas aun sabiendo lo que es. ¿Podrías protegerla y ser como su sirviente?
    -¡Claro que si! Mi familia y yo estamos en deuda con su raza y además…ella demostró ser muy buena conmigo, como si deseara ser mi amiga a pesar de lo distante que soy-muestra una sonrisa pequeña.
    -Gracias Sobaku.
    La morocha se da media vuelta y se marcha de la habitación.
    Al día siguiente a todo lo sucedido, llegan otras dos niñas que parecían ser muy amigas entre ellas. Se llamaban Kiyora y Kiara. Se presentaron amistosas ante los demás niños pero se acercaron más a Kira ya que veían que era como ellas.
    -¡Hola, hola! –se le acercaron a Kira con una enorme sonrisa.
    -Ho…hola-contesta medio asustada.
    -No te asustes-le guiña el ojo- yo soy Kiyora, mucho gusto-le da la mano.
    -¡Y yo soy Kiara!-agita la mano sonriente.
    -¡Maestro!-voltea y grita la castaña- ¡Hay extrañas en la puerta!-grita nuevamente y las mira diabólicamente a las nuevas chicas.
    -Ya tenemos una enemiga-murmuran ambas con cara de odio.
    A lo lejos se ve caminando al hombre hasta que se acerca al lugar.
    -¡Hola niñas! ¿Cómo andan? ¿Su aldea esta en peligro o que?-alza una ceja intrigado.
    -No, no-suspira Kiara- Nuestras aldeas decidieron mandarnos a estudiar con usted-le guiña el ojo- tantas visitas que siempre nos hizo a nosotros, y ahora nosotras lo visitamos a usted-sonríe.
    -¡Kiara!-grita la otra chica- ¡agh! Maestro ¿Acepta enseñarnos?
    -De hecho si-responde con una enorme sonrisa- no pensé que tendría tantos alumnos y creo que ya son suficientes para formar un equipo que haga misiones.
    -Papa…-le tira de la ropa Kira- ¿Y yo?
    -Pequeña…- la alza en brazos- tú formaras parte del equipo también.
    En ese instante Kira esbozo una enorme sonrisa que solo una persona estaba observando, un castaño que miraba fijamente con sus ojos color miel la escena.

    Pasaron los años. El maestro entreno a todos duramente y los fue convirtiendo en grandes guerreros, salvo Kira que era la que mas le costaba los ejercicios. Practicaba durante el día con los demás y a la noche entrenaba en el campo de entrenamiento subterráneo con la esperanza de ser igual de fuerte que los otros.
    En su primera misión de prueba, debían luchar con unos psíquicos que estaban lastimando gente de una aldea. Todos se prepararon, las tres chicas “K” como solían decirse, salieron juntas, Ryoutsuko y Kenji también hicieron lo mismo mientras Sobaku salía rápido hacia la copa de los árboles para cuidar a Kira. Cuando estaban llegando al lugar se detuvieron, Kira avanzo unos pasos y llamo a Sobaku, esta salió de entre los árboles, en los cuales podía esconderse perfectamente por su habilidad Ninja, y se inclino ante la chica.
    -¿Qué sucede Kira?
    -Debemos organizar una estrategia, ¿No les parece? –pregunto volteándose a verlos a los demás.
    -Creo que tienes razón- Ryou se cruzo de brazos- Lo malo es que deberíamos tener un líder que la ideara para seguir sus ordenes, pero en esta misión se define quien será-suspira.
    -Quizás…-Kenji calla al ver la mirada fulminante que le tira su hermana.
    -Solo vayamos con cuidado y ataquemos si es necesario, el mas fuerte y que termine menos lastimado será el líder ¿Les va?-pregunta Kiyora.
    -No estoy segura….-murmura Kiara.
    -Chicos…escucho algo-dice la ninja atenta al ruido que se escuchaba de lejos.
    -Deben ser ellos, deprisa escóndanse y estén listos para un ataque sorpresa-grita Ryou corriendo hacia el árbol.
    -¡No te creas que te haremos caso hechicera! Lo haremos a nuestra manera-dicen al mismo tiempo Kiara y Kiyora.
    -Chicas, dejen de pelear y háganle caso que esta bien lo que dice-murmura molesta Kira.
    Los contrincantes de ellos, pasaron caminando por donde se encontraban lentamente cuando decidieron atacarlos. Los psíquicos eran bastantes fuertes, Kiyora saco un largo pergamino, en el que escribió rápido algo en el y se los lanzo. Al caer cerca de ellos, causo una gran explosión y ella río maliciosamente. Kiara tomo forma de un tigre, ya que su poder era de transformación. Sobaku dio u gran salto en el aire y les lanzo shurikens. Mientras Ryou y Kenji realizaban hechizos para alejarlos. Eran aproximadamente veinte, demasiados para ellos, pero Kira quedo paralizada por el miedo, sabia que no era lo suficientemente fuerte como ellos. En ese instante uno de los hombres intento atacarla y ella libero una explosión de energía, prácticamente como si fueran rayos y acabo con la mayoría del grupo de aquellos hombres. Todos voltearon sorprendido a verla. Mientras ella estaba asustada y sorprendida por haber realizado semejante ataque.
    -Vaya….-susurra el castaño sonriendo.
    Todos acabaron con los que quedaban y se acercaron a Kira.
    -Tu niña…simplemente… ¡Serás la líder!-exclama Kiyora guiñándole el ojo.
    -Tiene razón-murmura Sobaku aterrizando cerca de ellos.
    -Me es raro estar de acuerdo con esas-las miras fijamente- pero si, debes ser la líder, vaya que si demostraste que eres fuerte y fuiste la primera que quería hacer una estrategia así que yo acepto.
    -Yo también claro que si –sonríe el castaño y luego baja la mirada avergonzado.
    -Bueno es unánime, ¡eres la líder tercera K!-grita Kiyora.
    -¡wow! Me sorprende que me elijan...Pues…yo…ya saben….soy débil…-baja la mirada.
    -Pero eres inteligente y si te esfuerzas logras un ataque como el de recién-dice acercándose con una sonrisa Ryoutsuko.
    -Entonces acepto el cargo-sonríe felizmente.
    El grupo volvió sano y a salvo riéndose por su inesperada victoria gracias a Kira. Al llegar a la casa del maestro, este felicito a su hija porque tanto tiempo de entrenamiento había dado sus frutos.
    En las próximas misiones el equipo se iba volviendo más fuete y habilidoso, aunque a Kira le costaba, se esforzaba mucho para ser la mejor líder.
     
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    Decidi subir un cap mas que hara que les llame mas la atencion, el principio es un poco aburrido, lo se xD

    Capitulo 3 :

    Luego de seis años de su primera misión, se acercaba el cumpleaños de Kira. El maestro consideraba su cumpleaños el día que la encontró en aquel incendio. Ella ya cumplía dieciséis años. Paso su día como todos los años. Con sus dos mejores amigas. Ellas le regalaron un brazalete y un collar de la amistad. Kenji como deseaba no quedarse atrás, paso una semana buscando su regalo perfecto para ella ya que la estimaba mucho, y le regalo una rosa conservada en un pequeño frasco. Ryoutsuko le regalo un vestido negro, largo hasta las rodillas con un pequeño listón rosado que iba en la cintura, ya que era su estilo hacer vestidos de ese color. Y por ultimo Sobaku le regalo un mapa para que en las próximas misiones no se perdiera, siempre solía darle algo practico. Después de una semana pasado su cumpleaños, los chicos recibieron una misión muy importante que les Dariá el titulo de profesionales en sus técnicas. El maestro los entreno y les enseño cosas especiales para que les fuera bien en ella.
    El hombre les informo que la misión era cerca de la zona en que había encontrado a Kira. Ella siempre tuvo intriga por regresar a ese lugar, así que gustosamente acepto la misión.
    El grupo caminaba rápidamente hacia el lugar. Al llegar a lo lejos se veía una enorme mansión en escombros. Exactamente hace como diez años atrás. Todo estaba cubierto de polvo y en el suelo no había muestra que volviera a crecer el pasto allí. De repente salieron un grupo de personas con cuchillos y atacaron de sorpresa a los chicos. Ellos inmediatamente trataron de defender, Kira ya que era la líder enfocaba su mente en canalizar sus ataques en forma de rayos para que cayera sobre ellos. En ese instante alguien la rozo y ella se empezó a sentirse mareada. Justo Kenji acabo a uno de un golpe y salio corriendo hacia ella.
    -Kenji…-murmuro balanceándose- Me siento realmente mal.
    -¿Qué tienes?-pregunto con expresión preocupada.
    En eso Sobaku salio de la nada y se acerco a Kira.
    -¿¡Que sucedió!?-se le acerca y observa que tenia cortado el brazo.
    -Oigan, déjenla que ahora la curo yo- dijo Ryou saliendo de en medio de los hombres tirados en el suelo- aléjense.
    -No creo que una simple herida como esa haya logrado ponerla tan mal.
    -¿Son mis hermanos los que veo haya?-señala a la mansión incendiada y se desmaya.
    -¡Kira!-grita Kenji
    Kiyora y Kiara giran rápidamente al escuchar el grito.
    Los chicos salieron corriendo a llevar a Kira a la casa del maestro. Estaban realmente preocupados por lo que le pudiera haber pasado.
    Al llegar Kenji con la chica en brazos el maestro no dudo en ayudarlo y llevarla a su habitación.
    Ella estuvo desmayada durante un tiempo y mientras ellos estaban alrededor de ella esperando que despertara. Kira se despertó sobresaltada e inmediatamente se levanto de la cama mirando intrigada donde se encontraba.
    -¿Qué hago aquí? ¿Y mis hermanos?-pregunta con voz aniñada.
    -Kira… ¿Estas bien?-pregunto atónito Kenji
    -Ki…. ¿Kira? Pero si me llamo Kiabara, ¿Quién te dijo que me llamaba así?
    -Chicos déjenme a mi. Creo saber que pasa. Ki…Kiabara… ¿Sabes cuantos años tienes?
    -¡Pero Maestro porque le pregunta eso no creo que se haya olvidado su edad!-Exclama Ryou sorprendida.
    -Tengo seis años –murmura la morocha.
    -¿¡Eh!?-exclamaron todos atónitos ante la respuesta.
    -¿Qué sucede? ¿Me explicarían porque no estoy en mi casa? ¿Donde tienen a mis hermanos?-pregunta exaltada.
    -Pequeña…-se acerco el maestro a ella- mírate al espejo.
    La morocha le obedeció y se miro sorprendida al espejo. Su cuerpo no era de una niña de seis años, era de una adolescente. En ese instante se paralizo y empezó a recordar todo.
    -Ya papa. Perdona –coloco su mano en su cabeza-Creo que puedo recordar que sucedió en aquel incendio y hasta recuerdo a mi familia, mi nombre…mis hermanos….-murmuro casi llorando.
    -Hija…-se le acerca el hombre-Tranquila-le sonríe
    -Pero…-voltea a ver a los chicos- perdónenme…fue mi plan olvidarme de todo.
    -¿Pero que…?-no termino la frase Sobaku.
    -Les debo la verdad –suspira- yo soy una Caín, mi verdadero nombre es Kiabara, mis recuerdos en esa vida acaban a los seis años cuando aparezco afuera de mi hogar mientras veo como se incendia. Pero…-se queda callada un instante- ¡Debo buscar a mis hermanos! ¡Me están esperando!
    -¡Kira!-la detiene Sobaku- El maestro nos contó que tu casa se incendio y seguro que ellos estaban adentro.
    -¡No!-grito- ellos hicieron un viejo conjuro de los Caín para sobrevivir, dieron su vida para que yo saliera de ahí, había demasiados hombres que nos querían matar y era la única solución-cayo una lagrima por su mejilla.
    -Y por lo que dice yo pienso que esta loca-murmura Kiyora.
    -Oye espera no digas eso –la mira enojada- ¿Acaso no todos sabemos que ella no recordaba nada del incendio ni nada de lo que sucedió antes?-pregunta Kiara.
    -Creo que deberías contárnoslo mas tranquila en la sala Kira-ofrece el maestro.
    -Creo que si-dice la morocha
    Todo el grupo camina hacia la sala intrigado por los recuerdos de Kira. O mejor dicho Kiabara. Se sientan en los sillones que había allí y la miran a la morocha
    -Esta bien contare todo desde el principio-suspira.
    Todo comienza cuando yo era pequeña y vivía en una mansión escondida en el bosque, yo era la mayor de tres hermanos. Kairi y Kyo. Mis padres nos mantenían escondidos ya que decían que había muchos peligros afuera que podían lastimarnos. Ellos nos enseñaron a usar nuestros poderes desde pequeños porque tenemos una conexión con la naturaleza y la vida. Apenas nosotros tuvieras algún sentimiento de odio o de tristeza lo expresaríamos con nuestros poderes fuera de control .Los Caín siempre teníamos que tener esos cuidados, un enorme poder poseíamos pero también una gran responsabilidad. Mi familia formaba parte de una línea de generación real. De parte de mi padre que tenia sangre real al recibir la marca apenas había nacido. Y nosotros también la recibimos. Aunque se la recibe al cumplir un año, yo la recibí al cumplir tres, fui la única excepción. Ya cuando habían pasado unos días de cumplir seis años. Mi hermana Kairi había cumplido cuatro y mi hermano Kyo cinco. Ocurrió un ataque hacia nuestra casa. Mi mama, mis hermanos y yo estábamos recogiendo frutos del bosque rápidamente para que no nos vieran pero un grupo de personas que pasaba por allí nos vio y se dirigió corriendo hacia nosotros. Mi madre asustada porque fueran “personas malas” como nos contaba siempre, se apresuro en llevarnos adentro. Nos llevo a un sótano dijo que todo estaría bien, apareció nuestro padre nos sonrió, nos beso la frente de cada uno y se marcho con mi madre. Entonces…-callo un instante ya que estaba apunto de llorar-Esas personas empezaron a prender fuego nuestra casa. Mis hermanos y yo estábamos muy asustados y preocupados por nuestros padres. Ellos se encontraban peleando contra esas personas para salvarnos. Pero no escuchamos mas la batalla y nos paralizamos. Mis hermanos decidieron ir a ver aun cuando yo estaba a cargo y se los prohibí. En eso escuchamos a personas que bajaban las escaleras, y nos encontraron ahí abajo. Nos empezaron a atacar bruscamente. Solo decían que merecíamos morir aunque solo fuéramos unos niños. Decidí pararme delante de mis hermanos y defenderlos, al fin y al cabo era mayor y tenia un poco mas de control sobre mis poderes. Pero me lanzaron hacia un costado haciéndome sangrar mi frente y mi brazo. Mis hermanos optaron por defenderse ellos mismos, recibían pocos ataques ya que trabajaban en conjunto. Pero la casa se empezó a caer abajo, todo estaba prendido fuego, no aguantaríamos mucho ahí abajo. Ellos desmayaron a los hombres que los estaban atacando, tomaron mi mano, me miraron por un instante y dijeron que todo estaría bien. Tocaron mi frente, pronunciaron unas extrañas palabras y me desmaye. Al despertar, aparecí tirada en el suelo fuera de la casa, mientras observaba como mi hogar caía en ruinas y esas personas reían maliciosamente, contentos por haber matado a m familia, aunque no se habían percatado que yo había escapado, gracias a mis hermanos.
    -Y en ese momento yo llegue corriendo al lugar y te encontré-la mira el maestro.
    -Si-asintió- pero el hechizo ya empezaba a hacer efecto. El acuerdo era olvidarme toda mi vida y ese incendio a cambio de que mis hermanos vivieran conmigo.
    -Espera…-pronuncia Ryou sin poder creer la historia- ¿Cómo para que vivieran contigo?
    -Ellos están aquí-señala su corazón- y también aquí-señala su frente-El hechizo es guardar la vida de uno en otra persona a cambio de algo. Aunque me gustaría saber que les sucedió a mis padres, por eso debo volver a mi casa.
    -¿Pero para que volverías allí?-pregunta intrigada la ninja, con cara seria.
    -Porque siento que sabre todo lo demás si voy ahí-responde la morocha.
    -Lo que no entiendo….es…. ¿Por qué recordaste esto ahora?-pregunta el castaño extrañado.
    -Porque el hechizo ya no me permitiría más tiempo huir de lo que paso. En algún momento tenia que recordar y buscar a mis hermanos.
    -¿Y cuando iras querida Kira? –insinúa Kiyora.
    -Lo mas pronto posible, si me dejas padre-lo mira al maestro.
    -Ki….-calla y se corrige- Kiabara, la vez que te encontré, a lo lejos sentí la presencia de unos semi-dioses y tengo entendido que son los enemigos de los Caín, y recordaste todo esto porque te volviste a topar con uno de ellos, pero siento que no seria seguro si vuelves allí, te pueden atacar y tu apenas te estas recuperando. Creo que ahora solo debes acostarte y descansar, hasta sentir que vuelves a estar en tu vida, porque es como si fueran dos vidas distintas las que viviste.
    -Supongo que si –murmura la morocha.
     
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  3.  
    Anh Peárys

    Anh Peárys Bubbles

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    ¡Ohayo~~~~!

    Bueno, ya lo había leído pero por tu invitación, comentare.

    La historia y la idea que tienes, está muy buena; además de que el titular me encantó.

    Ahora: tiene varios errores ortográficos, de acentuación, etc, etc...

    Es recomendable usar guión largo para los diálogos: (—)

    Más narrativa, más redacción; todo va muy rápido: de aquí a allá y de allá para acá.

    Del resto, me parece que todo está muy bien *c*

    Besos~~~


    Att:Muñeca HaNeko
     
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    Sir Van Lapin

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    Me gusto mucho tu fic espero leer los demas capitulos, solo una observación, en el capitulo 3 se ve muy junto todo no se si sea yo o en verdad este muy junto, fuera de eso esta genial.
     
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  5.  
    Kei

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    Me gusta el rumbo que toma la historia, es interesante y muy original
    Nwn
    Kiabara es alguien muy interesante :3
    Cuando lo continues espero me avises, para que vea que pasa con sus hermanos
    Ahora, un poco d lo tecnico

    Deja espacios

    Para que se vea mas limpio y espaciado

    Usa guiones largos, los cortos solo se usan cuando tartamudean, palabras largas y continuaras en el proximo renglon

    En herrmaientas para escritores, hay un tema llamado "guion largo" te ayudara muuuucho.
    Te faltan comas y acentos nwn

    Saluditos owo/
     
  6.  
    Rizu Tsukiyomi

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    ohayo...!!!
    simplemente me encanto.... estuvo super.....aunque creo que ibas muy rapido en cuanto a la narracion y al tiempo... hablo de:
    tenia 6 años, fue su cumpleaños 16, ahi hay un lapso de tiempo muy largo y aunque lo narraste muy apurada se siente que to hisiste apurada, osea que lo escribiste y ni siquiera lo volviste a ver para ver la coherencia, los errores, etc... no digo que este mal poner esos lapsos de tiempo asi... solo digo qu los pones o no..... vos pusiste muchos, esta bien de vez en cuando.... pero en estos tres capis pasaron 10 años....
    ya te dieron lo del guion largo (—).... te dire como usarlo y tambien el guion corto (-)

    puedes usar el quion largo asi: Alt+0151 esto no funciona con notebook, en ese caso puedes usar (--) que reemplaza al guion largo.
    espero que mi pequeña critica contructiva no te haga enojar.....

    sayoo......
     
  7.  
    Sweet blody rose

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    Piscis
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    21 Enero 2012
    Mensajes:
    69
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Cain, la vida una y otra vez
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    16
     
    Palabras:
    2484
    Muchas gracias a todos por sus consejos. La verdad este fic lo llevo escribiendo hace un par de semanas aunque un no lo termine ya que lo escribo de a poco y lo anduve revisando , en especial lo de los guioeos y algunos errores sobre el tiempo. Aqui les dejo el siguiente capitulo. Nuevamente gracias por los consejos y por leer ! n.n

    Capitulo 4 :

    Luego de esa platica, todos se fueron a dormir. Excepto dos personas. Kenji estaba sentado en la ventana de su habitación tratando de pensar porque había ocurrido todo eso y Kira, estaba en la sala recordando a sus padres y hermanos. Kenji salio de su habitación y al verla tan mal a Kira, se le acerco.
    Oye ¿Estas bien?
    --Si, ¿Por qué preguntas Kenji?
    --Es que tu cara no demuestra eso. Creo que fue demasiado para ti lo que ocurrió hoy. Ni yo lo puedo creer y mira que a mi no me paso –se ríe.
    -Gracias por tratar de animarme, pero siento lo obligación de volver a mi casa. Hay algo ahí que me esta esperando pero no se que es.
    --Mañana temprano puedes ir. Pero como dijo el maestro es peligroso.
    --Lo se- bufa molesta- Quizás si voy allí encuentre la razón de porque siempre fui la mas débil, quizá ahora que se lo que soy y mi vida logre ser poderosa, quien sabe –le guiña el ojo.
    --Si…supongo-ríe- Yo ya me voy a dormir, que descanses.
    --Gracias, para ti también –le sonríe y mira como se marcha el castaño.

    A la mañana siguiente, todos se despertaron y fueron a desayunar, pero la morocha no estaba entre ellos. El maestro la busco por toda la casa y por los alrededores pero esta no se encontraba. Le ordeno a Sobaku que la fuera a buscar más allá del bosque. Mientras Ryou observaba la escena, decidió, sin avisar a nadie, buscar a Kira.
    A lo lejos, en el bosque, se veía a la morocha caminando decididamente hacia su viejo hogar en ruinas. Mientras tanto, al ritmo mas rápido que le permitía sus piernas, Sobaku, trataba de alcanzarla a la morocha.
    Ryoutsuko realizo un hechizo de búsqueda y encontró a Kiabara cerca de la mansión y se teletransporto hacia allí.
    Kiabara entro a la casa en ruinas. Apenas había quedado la puerta y las paredes junto a ella. Abrió la puerta y vio una enorme escalera que subía al segundo piso, quemada. De la sala de estar ya no quedaba nada, los sillones, las estanterías, los cuadros y los adornos estaban todos hechos cenizas. La morocha no pudo evitar llorar al ver como había quedado su hogar y cayo al suelo. En un instante, alzo la vista, a lo lejos se veía la sombra de dos niños que la llamaban. “¿Acaso serán mis hermanos?” –pensó, se levanto del suelo y los siguió.
    Siguió caminando un rato hasta que llego a un sótano, era lo único que se podría decir que quedo intacto de la casa. Bajo las escaleras y los niños se detuvieron y voltearon a verla. Kiabara al verlos, salio corriendo a abrazarlos.
    --¡Kyo! ¡Kairi! ¡Están a salvo! –empezó a llorar mientras los abrazaba.
    --Hermana...-murmuro la morocha menor- Vinimos a buscarte.
    --Si. Debes venir con nosotros-ofreció sonriendo el morocho menor.
    --¿Pero….porque?-tartamudeo sorprendida.
    -Solo danos tu mano, hermana –le ofreció la mano su hermana menor.
    Kiabara tomo su mano y crearon un portal hacia otro mundo. Sus hermanos entraron y ella por un segundo dudo en seguirlos. En ese instante Ryoutsuko llego al sótano y detuvo a Kiabara.
    --¡Kiabara! ¡No entres allí!-grito la castaña, acercándose a donde se encontraba la chica.
    --Ryou, si entro al portal quizás pueda salvar a mis hermanos.
    --Pero no puedes entrar allí sola, sin nadie.
    Un fuerte viento empezó a succionar a las chicas adentro. Ryou se mantuvo fuerte y no permitió que ese viento la llevara dentro del portal pero recordó la promesa.

    *Flash back*

    --Maestro… ¿Le puedo hacer una pregunta sobre Kira?
    --Claro Ryoutsuko ¿Qué sucede?
    --¿Por qué es sobre protector con ella?-pregunta enfadada.
    --Es que la veo tan frágil ¿Acaso tu no?
    --si…-Murmuro la castaña sorprendida por la pregunta- Pero igual ella es fuerte aunque usted no lo note.
    --Ella practica día y noche. No creas que no se que es fuerte. Pero es frágil y débil como el cristal. Al menos así la veo yo.
    --Pero maestro….-la callo el hombre.
    --Si tanto te preocupa ella, Prométeme algo ¿Si?
    --Claro-contesto firme.
    --Promete que la cuidaras, ella es especial. Mas especial de lo que imaginas.
    --Esta…..bien Lo prometo, aunque aun no entiendo el porque.

    *Fin flash back*

    -Especial….murmuro la castaña- ¡Iré contigo Ki….Kiabara! –dijo esto dejándose succionar por el portal.

    Mientras el grupo iba corriendo hacia el viejo hogar de la morocha, Sobaku ya había llegado y se quedo contemplando como las muchachas atravesaban el portal y este se cerraba, sin poder hacer nada.
    Los chicos entraron en la casa y buscaron desesperadamente por todos lados buscándola a Kiabara.
    --¡Chicos aquí!-grito desde el sótano la ninja.
    Todos se dirigieron hacia el sótano.
    --¿Qué paso?-pregunto exaltado Kenji.
    --Acabo de ver a Ryou y a Kira irse a otro mundo –contesto apenas creyendo lo que decía.
    --¿¡Que!?-preguntaron todos atónitos.
    -Cuando llegue solo vi. a marcharse a Ryou y a Kira-suspiro.
    --¿Qué rayos haremos ahora? El maestro se preocupara mucho-murmuro Kiara preocupada.
    --¡Debemos decirle lo que paso! Quizás el sepa que hacer-opino Kiyora.
    --Cuanto más rápido vayamos allá mejor-dijo Kenji empezando a correr en dirección de la casa del maestro.
    --Esperen…-los detuvo Sobaku- Yo iré, soy mas rápida que ustedes.
    La ninja desapareció un instante y salio hacia la casa del hombre.
    --Kenji… ¿Qué haremos?-se escucho la pregunta en medio del silencio.
    --No se Kiara, realmente no se….
    --Mejor revisemos la casa ¿Qué opinan chicos?-pregunto Kiyora.
    Ellos asintieron y empezar a revisar las habitaciones y los salones. Quedaron realmente sorprendidos de donde vivía la morocha.
    Las chicas viajaron por el portal y aterrizaron en el otro mundo. Al llegar los hermanos de Kiabara, se habían desvanecido y quedaron solas.
    La castaña se despertó primero, miro a su alrededor extrañada y luego observo que la morocha estaba dormida.
    --Oye Kira…-dijo sacudiéndola- despierta.
    --¿Qué sucede?-pregunto levantándose del suelo.
    --Tú me trajiste aquí. Tu explícame- insinúo señalando el lugar.
    --¡Vaya! Parece como si fuera el mundo de los sueños ¿No crees?
    --No –fijo su mirada en la chica- Parece más el mundo espiritual que otra cosa- bufo
    --Tienes razón –dio unos pasos- ¿Pero a que vinimos aquí?
    --Creo que para algo –otra vez fijo la mirada en ella- ¿No dijiste que debías ir a tu casa por algo? Quizás debes recordar algo mas, quien sabe –se encogió de hombros.
    --Entonces caminemos –suspiro.

    Las dos muchachas empezaron caminar por aquel mundo, explorando.
    Se parecía un poco a donde vivían, Era un bosque interminable con montañas en el fondo, cuevas y hasta casas vacías. El cielo era de un color psicodélico. Kiabara estaba fascinada, era como un mundo fantástico, aunque para Ryou solo era el típico mundo espiritual, aunque en este caso era de los Caín.
    Estaban llegando a una cueva, ya que estaban cansadas de solo caminar, cuando la morocha se desmayo. Por suerte los reflejos de la hechicera fueron más rápidos y logro agarrarla entre sus brazos. ¿Por qué se habrá desmayado? Se preguntaba la castaña, mientras acomodaba a esta en el suelo. Ya había pasado un rato, Kiabara seguía igual, pero el tiempo afuera no. Empezó a hacer mucho frío y era Ryou sola con sus pensamientos, así que decidió realizar un hechizo de fuego, para sentir menos el frío. Parecía que fuera a nevar de lo bajo que estaba la temperatura. La castaña observo un segundo a su compañera y de repente apareció un espejo junto a ellas. En el se observaba un lugar lleno de nieve, a tres niños corriendo por el bosque muy felices mientras una mujer, mayor que ellos, los perseguía. Ryou no pudo evitar sonreír al ver la escena, hasta que quedo sorprendida al oír un nombre.

    --¡Kiabara! ¡Hija! Espera un momento, ya estoy cansada-decía muy agitada la madre.
    --¡Vamos madre! Debemos llegar antes que papa –llamaba una niña pequeña, con el pelo negro como la noche y atado en dos colitas. Si la conocías desde pequeña podrías saber quien era.
    --Kira….-susurro la hechicera- miro nuevamente a su compañera, que sonreía- ¿Será un recuerdo suyo?

    El espejo desapareció. El clima poco a poco volvió a la normalidad así que Ryou decidió apagar el fuego. En aquel mundo no había ni día ni noche, así que no se podría saber cual seria la hora de dormir. Entonces la hechicera se apoyo contra la pared de la cueva y se quedo profundamente dormida.
    Durante unas horas ambas chicas seguían dormidas hasta que una de ellas despertó. Se levanto lentamente del suelo y abrió sus ojos verdes.

    --¿Acaso me quede dormida? –dijo entre un bostezo- Parece que Ryou se quedo dormida también –sonríe y se acerca a su compañera- Ryou, oye despierta- murmura sacudiéndola.
    --¿Qué sucede Kira? –Pregunta abriendo un ojo-
    --Debemos seguir –le guiña el ojo y se acerca a la abertura de la cueva- Ayer soñé algo muy bonito, no se si fue un sueño o un recuerdo, pero gracias a el, me siento mas feliz.
    --Sabes… -también se levanta del suelo- No fue un sueño, fue un recuerdo, porque yo también lo pude ver-sonríe.
    --¿En…enserio?-pregunta atónita la morocha.
    --Si –se le acerco a la muchacha- Parece que dejo de hacer frío, mejor sigamos camino ¿Te parece? –alza el pulgar con una sonrisa.
    --Ryoutsuko… ¿Por qué eres así conmigo ahora?
    --Porque deseo ayudarte-le sonríe- y porque debo cumplir una promesa- susurra bajando la mirada.
    Ambas chicas alzan la mirada al frente y ven como en un reflejo a sus amigos. Ellas se sobresaltaron y los miraron de arriba abajo preguntándose si eran ellos.
    Estos estaban del otro lado, caminando por el bosque buscando comida cuando las vieron. Kenji no dudo en acercarse al “espejo”.
    -¡Chicas! ¿Están bien?
    -Estamos bien hermano –le guiña el ojo.
    -Si, no te preocupes Ken-sonríe la ojiverde.
    -Me resulta bastante raro hablar así ¿A ti no Kiara?-pregunta extrañada Kiyora
    -Bastante….-murmura contestando la muchacha
    Una voz se le acerco a Ryoutsuko
    -Puedes decidir ¿O volver a tu mundo o seguir ayudando a Kiabara? Tú eliges.
    La castaña giro inmediatamente por la voz, y pensó bien sus palabras.
    -¡Me quedare con ella!-grita al vacío.
    -¿Eh? –preguntan todos mirando la acción extraña de la castaña.
    El espejo empieza a desvanecerse, Kiabara se acerca a el intentando que no se vaya pero desapareció y los chicos del otro lado quedan mirando al vacío.
    --¿Qué rayos paso? –pregunto bastante exaltada Kiyora.
    --El portal… se cerro-murmuro Kenji sorprendido.
    --¿Y ahora como haremos para saber si las chicas están bien?-grito llorando Kiara
    --Tranquilas…Ellas volverán pronto, estoy seguro-afirmo el castaño mirando hacia el cielo.

    Mientras en el otro mundo.

    --¡Chicos! –grito desesperada la morocha.
    --Tranquila Kira-apoyo su mano en el hombro de esta.
    --Kenji…-murmura bajando la mirada.
    --Esforcémonos en volver pronto ¿Si? –Le sonríe y luego nota que su compañera se había desmayado de nuevo - ¿Pero que…..?
    La subió a su espalda y la cargo un rato, no podían perder mas tiempo descansando, debían buscar la salida de ese extraño mundo. Ryoutsuko observaba poco a poco los distintos recuerdos de su amiga que aparecían en forma de espejos a su alrededor

    Uno de ellos aparecía la morocha cuando aprendía a caminar, en otro cuando jugaba con sus hermanos. En verdad le parecía muy triste que la hayan alejado de esa hermosa vida que poseía. El ultimo recuerdo de esta la sorprendió.
    Se encontraba Kiabara detrás de una puerta escuchando una conversación entre sus padres y sus dos hermanos menores.
    --Niños, ya saben como es la política, debemos mantener el linaje de los Caín sangre pura-dice la madre bastante triste.
    --Su madre tiene razón, nuestra esperanza era que encontraran a esa persona, pero viviendo exiliados, fue la única salida que vimos.
    --¿Eso significa que me casare con mi hermano?-pregunta emocionada mientras abraza a su hermano la niña.
    --Si –asiente la mujer- Se que se quieren mucho, pero tendrán que aprender a quererse mucho mas que eso.
    --¡Eso es horrible….!-grita abriendo la puerta de par a par la morocha mayor.
    --Hija…
    --¡No les pueden hacer eso! Ellos merecen conocer a otras personas-empiezan a brotar lagrimas de sus ojos.
    --Tranquila Kiabara-se le acerca su padre a abrazarla.
    --Ellos no lo merecen…-se larga a llorar en los brazos de su padre.
    --Hermanita…-mencionan sus dos hermanos acercándose a abrazarla.

    Ryou no pudo evitar llorar. ¿Era necesario que sufrieran eso aquella familia? En eso sintió caer una gota en su hombro. Su compañera también estaba llorando.
    Aquel mundo empezó a temblar haciendo que la hechicera cayera al suelo junto con la carga.
    --¿Qué sucede? –se levanto del suelo tratando de mantenerse parada la morocha mientras limpiaba sus lagrimas.
    --¡Eso quisiera saber yo!-grito para que la otra la escuchara ya que el terremoto era muy estruendoso.
    Ambas sienten que están por caer en un abismo. Ryou trato de hacer algún hechizo que parara eso pero no hubo forma .Caerían por el gran agujero que había ocasionado el sismo.
    Unos niños aparecieron junto a ellas en ese instante.
    --¿Quienes son?-preguntaron al unísono las muchachas.
    --Acaso ¿No nos recuerdas hermana?
    --¿Kairi….?-murmura helada ante la presencia de la morocha menor.
    --Dénos sus manos, las llevaremos a un lugar a salvo.
    -¡Vamos Kira, reacciona!-grita Ryou intentando que reaccionara su compañera.
    La morocha vuelve en si y agarra la mano de su hermana. La castaña hace lo mismo pero con la mano del morocho menor.
    Ambos niños las ayudan a levantarse y se las llevan corriendo hacia un lugar seguro.
    --Aquí estarán bien-sonríe la niña.
    --Debíamos traerlas aquí si o si –aclara el niño.
    --No es que les este agradecida, pero… ¿porque dicen eso? –pregunta bastante extrañada la hechicera.
    --Por ese lugar –ambos señalan un panteneon cubierto por una espesa neblina.
    --Hay que ir hace lugar supongo –susurra la muchacha pelinegra.
    -- ¿Segura?-arqueo una ceja su compañera.
    -- Si-asintió y empezó a caminar hacia ese lugar.
    Cuando la castaña iba a entrar, la espesa neblina no la dejo pasar.
    --¿Ryou? –volteo buscando a esta.
    --No se porque, pero no puedo pasar, algo me lo impide-grita fuera de la neblina la castaña- Ve tu sola, pero ten cuidado.
    Kiabara empezó a caminar sin rumbo alguno. Veía a lo lejos el panteneon pero pareciera que nunca se acercaba a este.
     
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  8.  
    Rizu Tsukiyomi

    Rizu Tsukiyomi Entusiasta

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    ohayo...!!!
    primero lo tecnico...
    al poner (--) debes continuar poniendolo... ejemplo:
    algunas veces te olvis¡das de los guiones....
    tambien debes poner mas narracion... no es bueno hacer un fic con solo dialogo... se vuelve aburrido.....
    ve a las herramientas de escritor y lee... yo lo hice antes de comenzar a leer... ahi entenderas como debes hacer correctamente un fic... te ayudara a hacer la narracion y el dialogo y a evitar los errores de ortografia.....

    sayoo..............
     
  9.  
    Sweet blody rose

    Sweet blody rose Entusiasta

    Piscis
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    Cain, la vida una y otra vez
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    Bueno en este cap trate de ponerle un poco mas de narracion, asi que perdonen si hay partes de mucho dialogo n.nU y con el tema de los guiones aun no lo entiendo bien pero lei un par de temas en herramientas para escritores para entenderlo mejor n.nU Disfruten el cap y cualquier error diganlo ^^

    Capitulo 5:

    Kiabara empezó a caminar sin rumbo alguno. Veía a lo lejos el panteneon pero pareciera que nunca se acercaba a este.
    Camino un largo rato oyendo unas voces muy lejanas. Se oian dulces y cariñosas. Como si fueran de su madre. Se detuvo un instante y pudo oir aquella voz con claridad.
    -- Hija- murmuro aquella voz otra vez.
    -- ¿Madre…?
    --Ven, acércate.
    La chica llegaba a ver la sombra de una mujer y un hombre. ¿Acaso serian sus padres? Al acercarse y observarlos bien no dudo en salir corriendo a abrazarlos. Al fin sabia que ellos estaban a salvo. Estaba tan feliz que después de diez años, los volvía a ver. Seguían igual que en sus recuerdos. Ambos pelinegros, altos, con sus hermosos ojos azules con manchas de verde Parecía extraño que sus hermanos y ella salieran con un solo color de ojos.
    --¡Mama! ¡Papa! Están a salvo –empezó a llorar entre los brazos de estos.
    --Hija, querida-le acaricia la cabeza su padre- Estábamos muy preocupados por tus hermanos y por ti.
    --Padre…la hemos cuidado bien ¿No es así?
    Kiabara volteo y vio a sus hermanos muchos mas grandes que antes. Ya eran adolescentes.
    --¿Kyo? ¿Kairi? ¿Son ustedes?-pregunto restregándose los ojos.
    --¡Si hermanita!-guiño la muchacha.
    --¿Acaso no nos reconoces? ¡Somos tus hermanos por un demonio!-suspiro el morocho.
    --Siempre el mismo de siempre hermano – río y luego suspiro - Pero… ¿Qué hacen todos aquí?
    --Eso venimos a explicarte hija-su madre se separa un poco de ella.
    --No entiendo nada….
    --Déjanos explicarte bien-se acerco el padre.
    Hace mucho tiempo, cuando ocurría un ataque como el que nos hicieron a nosotros, se podía realizar un hechizo. Este trataba en guardar lo último de voluntad de vida de uno en otra persona y algún día poder volver. Cuando esos semi-dioses nos decidieron atacar, nosotros salimos a protegerlos. Cuando estábamos peleando tu madre fue herida y su herida era muy profunda, no se curaría rápido, decidí pelear por ella, pero me detuvo, me miro y dio su ultimo suspiro. Yo desesperado, decidí practicar el hechizo, pero dando mi vida para que ella viviera y fuera con ustedes. Pero otra vez me detuvo y ambos nos volvieron a hacer una herida profunda. Nos miramos un instante y sabíamos que hacer. Haríamos el antiguo hechizo de traspaso para que ustedes salieran vivos de ahí y no los tocaran. Preferimos transferirnos a tus hermanos y nuestros cuerpos quedaron tirados en el suelo. Ya no nos quedaba fuerza y solo nuestras almas lograron viajar. Al momento que el hechizo fue completado, justo tus hermanos te estaban protegiendo y gracias a la fuerza que les otorgamos tu madre y yo, lograron vencer a esos tipos. Pero ellos estaban muy graves y tú estabas ahí inconciente en el suelo. Ellos tomaron la misma decisión que nosotros, aunque ellos aun tenían suficiente fuerza para guardar sus cuerpos. Tu último recuerdo fue verlos hacer esa magia, lo sabemos. Y tú decidiste olvidarte de todo, no querías recordar nada. Deseabas empezar de nuevo y no vivir nada de eso-finalizo su padre acercándose a la morocha mayor.
    --No….-negó cayendo al piso con lágrimas en sus ojos.
    --Pero hija, todavía hay una esperanza, tus hermanos pueden vivir contigo-ofrece la madre.
    --¿Eh? –los tres chicos miran a su madre atónitos.
    --Lo único que queda de tu padre y yo es nuestra alma, que siempre vivió en ustedes, pero daremos lo ultimo de nuestra vida, para que ustedes, Kyo y Kairi, puedan vivir la vida que no vivieron en todo este tiempo.
    --Pero hay una condición-agrego el padre.
    --Estos diez años viviendo aquí y al fin nos dan una esperanza de salir- se entusiasma la hermana menor.
    --¿Cuál es la condición?-pregunta serio el hermano menor.
    --Que no recuerden nuestros nombres ni nuestros rostros. Solo recordarían nuestro cariño.
    --Luego de tanto tiempo que me he preguntado que había sido de ustedes y ¿me hacen esto? –abraza fuertemente a sus padres.
    --Deben estar los tres de acuerdo con esta decisión sino el traspaso no se realizara satisfactoriamente-concluyo la madre.
    --Pero hija queremos hacerte una pregunta antes que te olvides ¿Por qué escogiste a esa muchacha para te acompañara? Podrían haber venido tus mejores amigas.
    --Realmente no lo se…yo no la elegí, pero la acepte como compañera porque siento que ella me ayudaría en lo que sea y daría su vida, supongo que eso pensaba.
    --¿Y tus amigas no lo harían?
    --No lo se, creo que desconfiaría sobre eso con ellas. Pero no entiendo porque me lo preguntas padre.
    --Para que notes que no todo es casualidad, desde que todo esto empezó a suceder, recuerda quienes fueron los que realmente se preocuparon de ti, que las puso en tu destino para que te protegieran.
    --¿Protegerme?-murmura recordando la expresión de Kenji cuando la vio, la preocupación de Sobaku y el apoyo que le daba Ryoutsuko. Ni Kiara ni Kiyora se habían esforzado mucho para ayudarla, solo la acompañaban.

    En eso sus otros hermanos estaban hablando sobre si debían aceptar el acuerdo.
    Llevaban diez años viajando y viviendo en ese mundo y de la nada había una oportunidad de salir de allí. Pasaron tantas cosas juntos, observaban como su hermana mayor podía vivir las cosas del mundo exterior junto con todas las emociones que incumben con este. Si existía la posibilidad de marcharse de ahí y vivir su vida de adolescentes, aceptaban muy gustosos, a pesar que amaban muchos a sus padres, era su momento de irse.

    Los tres hermanos se reunieron y aceptaron la oferta de sus padres. La neblina que cubría el panteneon en que se encontraban empezaba a desvanecerse permitiendo que la castaña que se encontraba fuera de ella pudiera ver la escena. Los chicos juntaron sus manos frente a sus padres, estos sonrieron y se despidieron de ellos. Un resplandor los cubrió y los mayores desaparecieron. La neblina se desvaneció totalmente. Los tres hermanos salieron de allí, caminando juntos. Ryou intrigada por lo sucedió decidió acercárseles.

    --¿Qué sucedió?
    --Nada Ryou, es hora de irnos a casa-sonrío la morocha mayor.
    --¿Volveremos? ¿No seguiremos viajando? –arqueo una ceja extrañada.
    --Venimos aquí para buscar a mis hermanos y que recuerde más.
    --Nos presentaremos si quieres hermana –sonrío la ojiazul menor.
    Mientras hablaban un portal hacia al verdadero mundo al que pertenecían se abría cerca de ellos.
    --Preséntense cuando pasemos el portal –señalo a este.
    Los cuatro chicos se miraron entre si decididos a volver a traspasar aquel extraño portal entre los dos mundos. Lo cruzaron y aterrizaron en el otro lado. Los menores se aterrizaron primero y se levantaron en conjunto. Sus ojos se abrieron de par a par y miraron todo con asombro.
    --Bienvenidos niños a un mundo no tan extraño –dijo sarcástica la castaña.
    --No seas así Ryou –la mira enojada.
    --Déjala hermana –ríe el menor.
    --Bueno yo me llamo Kairi y mi hermano Kyo
    La ojivioleta los miro de arriba abajo, vaya que si se parecían a Kiabara.
    --Yo me llamo Ryoutsuko, mucho gusto –Se estrecharon la mano- Ahora debemos ir a la casa del maestro. Todos nos deben estar esperando allá-salio corriendo la hechicera hacía esa dirección.
    -¡Ryou espéranos!-grito ya cuando la castaña estaba lejos- Tendremos que alcanzarla-suspiro- Vamos hermanos-sonrío y llamo a estos que aun seguían mirando su alrededor.

    Los tres hermanos caminaban lentamente aunque la mayor los apuraba un poco.
    Era un largo y ancho camino en medio del bosque que terminaba cerca de la casa del maestro. Sabían que si iban todo derecho como de ida llegarían allí rápido.
    Al llegar a la casa se encontraba Ryou esperándolos con los brazos cruzados y pateando el suelo. Los cuatro se miraron un instante y decidieron tocar la puerta. Inmediatamente alguien les abrió, era Kenji. Ryoutsuko y Kiabara entraron mirándolo con una sonrisa mientras los hermanos menores lo miraron con indiferencia. El maestro se encontraba leyendo un libro en la sala como acostumbraba cuando volteo y vio a su hija adoptiva entrar.
    --Hija… ¡Volviste!-la abrazo.
    --¿Hija…?-preguntaron sus otros hermanos sorprendidos.
    --Oigan ¿Y ustedes quienes son?-se acerco Kiyora.
    --Somos…
    -Son mis hermanos -se soltó de su padre.
    --Ya veo, son muy parecidos-ríe Kiara.
    --Hermana., tu también regresaste-se acerca el ojimiel.
    -Si Kenji, o los acompañaba o me quedaba en ese mundo –contesta sarcástica al castaña.
    --Hija, ¿Esos son tus hermanos? ¿Los que siempre me mencionabas?-pregunta el padre.
    --Si, Kyo y Kairi.
    --Mucho gusto señor- ambos se inclinan ante el.
    --Es increíble…tres Caín en mi casa-se agarra la cabeza sorprendido.
    --Es cierto –voltea la menor a mirar a su hermana- No hemos hablado sobre eso.
    --Yo no recuerdo nada de lo que paso en aquel mundo Kairi-mira al suelo el menor.
    -- ¿Pero…?
    --Yo tampoco recuerdo mucho, se que estaba con Ryoutsuko y eso pero solo veo neblina y que estábamos en el panteneon.
    -- ¡No puedo ser la única que recuerde todo!

    *Flashback*

    Se notaba una mansión en medio del bosque. Los tres niños corrían de aquí para allá en el parque alrededor de la casa. Se notaba que estaban practicando sus poderes, cuando una niña pelinegra con enormes ojos azules se le acerco a una mujer mayor.
    --¡Mama! ¡Mama! ¿Has visto nuestros poderes? –pregunta la niña menor a Kiabara.
    -Claro querida, son increíbles. Pero los tuyos son especiales ¿Sabes linda?
    --¿Por qué?
    --No cualquier Caín tiene una habilidad tan desarrollada psíquica, acuérdate que todos nuestros poderes son por igual. Y si te trataran de borrarte la memoria no habría manera, tú fuerza mental es mayor que eso.
    --¿En verdad lo crees mama?-le abraza.
    --Eres mas fuerte de lo crees…
    *Fin Flashback*

    --Hermana ¿Estas bien? –pregunto al ver la cara de la menor.
    --Si, Estoy bien hermano .En verdad me entristece que no recuerden
    --Yo recuerdo lo que paso en aquel mundo, pero aunque intento no puedo recordar a nuestros padres-dice la mayor.
    --Yo no puedo recordar nada de lo que viví en ese mundo –frunce el cejo el menor.
    --Yo si recuerdo todo, a nuestros padres, lo que vivimos…todo-menciona emocionada.
    --Quizás puedas contarme –sonríe el morocho.
    --Ejem-se aclara la garganta la castaña- Creo que deberíamos descansar, en verdad lo único que hacíamos era viajar –suspira.
    --Hay algo que no entiendo hermana-pone cara de intriga- ¿Qué hacías allí? –pregunta el castaño.
    --¡Es verdad! ¿Qué hacías allí Ryou?-preguntan al unísono Kiara y Kiyora.
    --Estaba preocupada por Kira y salí a buscarla, solo eso –se cruzo de brazos.
    --En verdad te lo agradezco Ryou-sonrío la morocha hacia la castaña.
    --¡No….no fue nada! –dijo mirando a hacia otro lado avergonzada
    --Ahora que todas las dudas están aclaradas- los miro fijamente a cada uno- ¿Qué haremos con ellos? –el maestro señalo a los hermanos de Kiabara.
    --Me iré a dormir con ellos a la cabaña que esta cerca. Ya lo pensé en el camino.
    --Kiabara, te das cuenta que si esos hombres los atacaron, vendrán para acá y estando en aquella cabaña los podrían atacar ¿No?
    --Si lo se pero…
    --Es mi responsabilidad cuidarlos a ustedes tres ahora.
    --No es necesario señor-sonríe la menor- Ahora que recuerdo tenemos a una tía que vive lejos de aquí y que nos podrá tener allí con ella.
    --¿No hablaras de la tía Matsumoto, no?-arqueo una ceja el morocho.
    --Ya la recuerdo, la visitamos un poco antes de nuestro cumpleaños. Pero pasaron diez años, no sabemos si habrán logrado mantenerse con vida-dijo la mayor
    --Ella dijo que si necesitábamos un lugar para quedarnos, podíamos quedarnos con allí, porque era un lugar muy seguro.
    --Si es así mejor salgamos mañana temprano-agrego el menor.
    --Bien si es así, entonces si los dejare dormir en aquella cabaña-afirmo el hombre.
    -Si me lo permiten- se acerco Sobaku- Desearía viajar con ustedes, aquí no tengo nada que hacer y me gustaría protegerlos por si acaso.
    --Sobaku…-la abraza sorpresivamente la morocha mayor- ¡Claro que si!
    --Ya veo –murmura Kiyora- Kira ¿Planeas dejarnos aquí?
    --Kiyora…
    -Kira realmente no puedes ¿Qué pasara con nuestro equipo de “las tres K”? –pregunta triste Kiara
    --Chicas, debo cuidar de ellos y seguir buscando pistas de mi pasado, con solo recordar no basta. Debo buscar si quedan más de nuestra especie.
    -¿Sabes que es muy peligroso si resultara que no hubiera nadie en donde “esta tu tía” no?-insinúa la castaña ojivioleta.
    --Debemos correr el riesgo –suspira.
    --Es increíble. Apenas llegas y ya te marchas de nuevo –murmura el castaño ojimiel con la mirada baja.
    --Kenji…-ambos cruzan miradas por un instante pero nadie lo noto.
    --Los acompaño a la cabaña chicos-ofreció la ninja.
    -Gracias- agradecen los dos hermanos y se marchan con ella.
    --Nosotras nos vamos a dormir, ya hoy estuvimos entrenando mucho mientras estaban ustedes allá- se marchan a sus habitaciones Kiyora y Kiara.
    --Yo me iré a preparar un café-el hombre camina hacia la cocina.
    --Yo los dejare solos-le guiña el ojo la castaña a su hermano y también se va.
    --Quedamos solos supongo –miro a su alrededor la morocha.
    --Kira….digo Kiabara…
    --Llámame Kira si te es mas fácil –le sonríe
    --De…debo decirte algo-baja su mirada.
    Un recuerdo empezó a dar vueltas en la mente de Kiabara, sentía que ya había escuchado eso en algún otro momento.
    --Tu…me….tu me…
    --Kenji ¿Estas bien? –se le acerco preocupada al castaño.
    El la miro directamente, también sentía que ya una vez lo habría tratado de decir, aunque esta era la primera vez.
    --Estoy bien –suspira.
    --Entonces ¿Por qué estas tan rojo? –se cruza de brazos.
    --Quiero decirte algo importante pero no puedo-baja su mirada.
    Ambos se miraron a los ojos directamente un segundo, como si recordaran algo ambos.

    *Flashback*

    Apartada a un costado del camino, oculta entre los árboles, se notaba una pequeña cabaña de madera. Un chico de dieciocho años caminaba decido hacia ella. Toca la puerta y una muchacha pelinegra dos años menor lo invita a pasar. Se sienta en una silla y lo mira con expresión confundida
    --¿Qué haces aquí? ¡Es peligroso!
    --Ya se que estamos en plena guerra-suspira- pero quería verte.
    Ella le acaricia su mejilla.
    -- Menos mal que te hice pasar sino descubrirían que no esta abandonada esta cabaña-suspira
    --Vine porque deseaba decirte algo-baja su mirada.
    -- ¿Qué sucede? –le sonríe.
    -- ¡Te amo Kiabara! –dijo alzando la vista y viéndola directamente a los ojos.
    La muchacha no pudo evitar enrojecer ante la confesión de este pero antes que pudiera reaccionar, el muchacho la beso.

    *Fin Flashback*

    Ambos recordaron lo mismo y se seguían mirando fijamente.
    --Tu… ¿Tu viste lo mismo que yo?-tartamudeó el castaño.
    --Si….-afirmo con tono bajo la morocha.
    Se formo un silencio incomodo entre los dos, Kenji ya no quería confesársele y Kiabara no sabia que decir. Se despidieron y se fueron a su habitación. Ya cuando el ojimiel abrió la puerta de su habitación decepcionado. Se suponía que esta era la noche en que le diría todo definitivamente sobre sus sentimientos. Cerro de un portazo y alzo su vista, se encontraba su hermana esperándolo sentada sobre su cama con una enorme sonrisa.
    --¿Y? ¿Se lo dijiste? – insinúo con cara maliciosa.
    --No pude –suspiro, abrió la sabana de su cama y se acostó. No quería decirle a su hermana que habían visto una escena en que se estaban besando.
    Su hermana se le quedo viéndola intrigada por la acción de este. Algo le ocultaba.

    Mientras la morocha caminaba hacia su habitación vagamente. Abrió la puerta, la cerro y se tiro en su cama.
    --¿Acaso eso habrá sido un recuerdo?- movió su cabeza a ambos lados sin creerlo-es imposible, eso no paso. Ellos, digo nosotros, teníamos la misma edad- suspiro de nuevo y se decidió por dormir. Con todo lo ocurrido ese día quizás le seria imposible conciliar el sueño.
     
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    Sweet blody rose

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    Mensajes:
    69
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Cain, la vida una y otra vez
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    16
     
    Palabras:
    984
    Capitulo 6 :

    A la mañana siguiente la morocha se despertó de mejor ánimo. Sus ojos parpadearon un par de veces hasta acostumbrarse a la luz que entraba por la ventana. Se cambio rápido y salio de aquella cabaña para ir a la casa del maestro. Entro a la sala y se encontraban sus hermanos alistándose para marcharse. Los menores preparaban una pequeña mochila que les habían prestado con comida para el camino mientras la ninja preparaba sus atuendos y sus armas para un largo viaje. Al observarlos salio corriendo hacia al cabaña otra vez para guardar en una pequeña maleta ropa, fotos, libros, todo lo que le fuera necesario. En especial esa rosa conservada en un frasco que le había dado aquel castaño. La miro un instante y la guardo en el bolsillo de su chaqueta. Volvió a la otra casa y se sentó en el sofá.
    --¿Tienen todo listo? –pregunto el maestro acercándose a ellos
    --Si, te extrañare mucho papa- se levanta del sofá, se acerca y lo abraza.
    --Yo también mi niña –le acaricia la cabeza y le sonríe.
    --Ya estoy-se escucha que dice una voz fría de lejos.
    --Nosotros también hermana.
    --De acuerdo-se separa de su padre- Nos veremos pronto, supongo.
    --O quizás nunca, ya que quizás al fin encuentres tu lugar querida.
    --Sabes que siempre agradecí que me encontraras, y siempre te querré como mi papa –sonríe.
    --Cuídate ¿Si? Te enseñe bien- le guiña el ojo.
    --Si –Ríe.
    --Nosotras nos vamos con ustedes-se acercan Kiyora y Kiara.
    --¿Cómo…?
    --Luego de tantos años decidimos volver a nuestra aldea para volvernos aun más fuertes. Los acompañaremos hasta que el camino se separe y nosotras iremos por otro sitio.
    --No hay problema, así tendremos tiempo de despedirnos.
    --¡Oye Kira!- la morocha voltea-Cuídate y si consigues donde quedarte te iremos a visitar con Kenji ¿No hermano?
    --Si –murmura sonrojado.
    --Nos veremos pronto –le guiña el ojo.
    --Kira…
    --¿Qué pasa Kenji?- lo mira.
    Este la abraza sorpresivamente.
    --Te estaré esperando para algún día poder decirte mis sentimientos-le susurra al oído haciendo que esta se sonrojara.
    --Es….esta bien –ambos se separan y ella agarra su maleta.-Nos vemos-sonríe.
    El grupo dejo la casa y empezó a caminar por el largo camino a través del bosque. Kiabara volteo una vez mas a observar esa hermosa casa, y vio al maestro saludándola triste. ¿Seria cierto que no lo vería más?
    Caminaron medio día hasta que el camino se separo en dos.
    --Bueno aquí nos despedimos chicos- frunció la boca Kiyora.
    --Chicas en verdad las voy a extrañar, todos estos años llenaron de diversión mi vida-las abraza a las dos con lagrimas en sus ojos.
    -Cuando nos volvamos a ver, seremos mas fuerte que tu, “Diosa”-dice sarcásticamente sacándole la lengua Kiara.
    Ambas chicas saludan y toman el otro camino que estaba lleno de los famosos árboles “Sakura”.
    Los tres hermanos y la pelinegra las miraron marcharse y empezaron a caminar hacia la casa de su tía. Todo iba tranquilo hasta que Sobaku detecto a un grupo de personas caminando por allí. Era muy peligroso que los vieran así que tuvieron que crear un campo de fuerza que los hiciera invisibles mientras la ninja iba ocultándose en los árboles frondosos. Tuvieron que ir de esa manera durante un largo tramo del camino hasta que llegaron a un muro de tierra que cubría el sendero. Tendrían que escalarlo si planeaban pasar, pero vieron a unas personas salir ceca de este y comenzaron a caminar hacia ellos.
    --¿Quiénes son ustedes? –pregunto temerosa la morocha menor.
    --Nosotros nos preguntamos lo mismo-suspira una mujer rubia de ojos grises- ¿Qué hacen unos niños como ustedes por estos rumbos?
    --Disculpe-se para enfrente de sus hermanos la ojiverde- pero si no contesta nuestra pregunta primero, no contestaremos la suya.
    --Tus ojos….me recuerdan a una persona que conocí a tu edad-sonríe.
    --Respondamos por favor señora-insiste el ojiazul menor.
    --De acuerdo, somos unos “cazadores” si se nos puede llamar así, que salíamos a pasear.
    --No le creo, su tono de voz y sus gestos de muestran lo contrario-dice muy seria la ninja
    --Vaya… una ninja, creí que todos los semi-dioses los habían matado.
    --¿Cómo sabe esa historia?-pregunta atónita la pelinegra- esperen un segundo…ustedes no son cazadores, sus trajes no son de tales, esos son disfraces para disimular serlo.
    --Parece que esta niña conoce bien el terreno ¿No? –gira y se ríe con sus compañeros.
    --Kiabara mejor vayamos –le toma el brazo a su hermana mayor.
    --¡Kairi no seas cobarde! Podemos vencerlos, somos dioses al fin y al cabo –suspira el ojiazul.
    --¿Dioses? ¿Ustedes son Caín? –La rubia queda sorprendida- Oigan muchachos tranquilos, encontramos un grupo de niños Caín perdidos solamente-ríe.
    --¿No nos harán nada?-pregunta la morocha mayor.
    --No, tranquilos-le guiña el ojo- También somos Caín pero salíamos a una misión de exploración. Pero ¿Que hacen unos niños como ustedes rondando por aquí? Deberían estar…-se le acerca a la chica- en la colonia-susurra.
    --¿¡Colonia!?-gritan todos al unísono.
    --Shhh no lo griten. Es un secreto y debe mantenerse así –suspira la ojigris-Vengan, sígannos, los llevaremos adentro.
    --Esta bien- contesta extrañada Kiabara.

    Entraron a una cueva de tierra, estaba toda cubierta de piedras. Esas personas utilizaron sus poderes parar mover las piedras y abrir paso a un túnel que iba debajo de la tierra.
    -Sigan ese camino todo derecho y llegaran a la aldea. Suerte-le guiña el ojo y vuelven al sendero del bosque. Los chicos comienzan a caminar por aquel túnel y las piedras que cubrían la cueva volvieron a su lugar.
    Caminaron un rato largo, hasta que llegaron a ver luz. Terminaron de recorrer el túnel y se quedaron asombrados por lo que vieron. Era toda una aldea construida debajo de la tierra. Aunque pareciera sorprendente había luz allí abajo, como si fuera el lumbral del sol.
     
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    Escritora
    Título:
    Cain, la vida una y otra vez
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    16
     
    Palabras:
    3188
    Capitulo 7:

    Una mujer alta, de cabello castaño claro y ojos azules se les acerco.
    --Hola ¿Qué hacen niños como ustedes por aquí?-pregunta sonriéndoles- Esperen…-se le cerca a los tres hermanos- Se parecen mucho a unas personas que conocí.
    --Tía…. ¿Tía Matsumoto?-pregunto Kiara empezando a caerle lagrimas por sus mejillas.
    --¿Tía? No puede ser…-quedo paralizada viéndolos- No pueden ser los hijos de mi hermana, es imposible….-murmuro aun sorprendida.
    --Somos nosotros tía-sonríe- Kyo, Kiara y Kiabara.-menciona el ojiazul
    --No puede ser… ¡Niños!-sale corriendo a abrazarlos-¿Cómo es que sobrevivieron? Me entere que su casa fue quemada y que mi hermana y su padre habían muerto.
    --Ellos nos salvaron –sonrío la morocha mayor.
    --Es increíble. Tantos años pensando que ya no quedaba nadie de nuestra familia y los encuentro a ustedes ¡Que alegría! –Los abraza aun mas fuerte- Vengan niños les mostrare la aldea mientras me cuentan que sucedió.
    --Hmp…Supongo que yo iré a revisar los alrededores-dice la Ninja un poco excluida.
    --Ven Sobaku, si conoces el lugar te sientes mas cómoda ¿No?-le pregunta la morocha a la pelinegra conociéndola.
    --Supongo que tienes razón –murmuro empezando a caminar junto a ellos.

    Los chicos, su tía y la pelinegra empezaron visitando distintos lugares, campos de entrenamientos, que eran enormes, lugares para comer, que eran pequeñas casitas con mesas afuera, un barrio en que parecía que vivían los humanos u otros, otro donde solo eran exclusivamente mansiones para los sangre pura y en el final del camino una casona enorme. Esta era alta, con las paredes pintadas de blanco y con dos ventanas junto a la puerta. Tenía un pequeño Porsche donde se podía sentar y apreciar el pequeño jardín que tenia al costado.
    --Esa es mi casa, si desean descansar se pueden quedar aquí-ofrece la mujer.
    --Pero tía ¿Y tus hijos? –pregunta intrigada la ojiazul menor.
    --Ellos- se detuvo un instante impidiéndose llorar- Los semi-dioses los mataron cuando estaban haciendo una misión de exploración. Por eso estoy contenta que aun no hayan acabado con el resto de la familia.
    --¡Tía! –los tres chicos la abrazan. En verdad la vez anterior que la habían ido a visitar ella los trato tan amablemente que logro su cariño.
    --Hay muchas habitaciones, escojan la que quieran. Aunque seguro los pobladores de aquí querrán que se hospeden en la gran mansión.
    --¿Por qué? –pregunta la morocha ojiverde.
    --Bueno como saben, forman parte del linaje de sangre pura y real y al yo no corresponder con los de sangre real, les tocaría a ustedes por derecho, al ser los últimos de su larga generación en ser Reina, como Kiabara y príncipe y princesa como Kiara y Kyo.
    --¿¡Que!?-preguntan sorprendidos los tres hermanos al unísono.
    --Si niños. Como sus padres decidieron vivir lejos de la colonia, porque querían alejarse de ese tema me dejaron a cargo a mi. Pero yo hace años perdí el poder, porque no soy del linaje real. Y ahora que ustedes están aquí, seguro los pobladores querrán que sean sus reyes. Así rige la ley de los Caín.
    --Pero…Nosotros no sabíamos nada de eso-menciona la ojiazul menor.
    -Además…. ¿Yo ser la reina? ¡Apenas tengo dieciséis años! –grita la ojiverde bastante enfadada.
    --¿Acaso sus padres no le enseñaron modales, costumbres ni leyes de los Caín?
    --¡No! –contestan al unísono.
    --Era muy típico de mi hermana y de sus padre tratar de alejarse de esas cosas –suspira- Yo los entrenare como es debido mientras ustedes asumen el poder. Así tendrá que ser. Y al fin asumirán su responsabilidad
    --Por nosotros esta bien –suspiran ambos ojiazules
    --¿Y tu Kiabara? ¿Aceptas la responsabilidad de ser reina?
    --Se como es tener el control de un grupo, fui líder de uno, pero… ¿Reina de toda esta aldea subterránea? No sabría como manejar todo –suspira.
    --Yo te ayudare, tranquila querida-le sonríe.
    -Suenas a mi mama –ríe esta.
    --No por nada éramos hermanas –lleva sus brazos a su cintura- Si aceptan entonces supongo que se quedaran en la gran mansión y tendré que comunicarle a la aldea entera sobre ustedes, pero… ¿Qué harán con esa ninja?-señala a la pelinegra.
    --Em…Ella puede quedarse con nosotros, dijo que se ofrecía a protegernos, y desde que recuerdo ella siempre ha estado a mi lado.
    -Claro Su majestad y aun más ahora –se inclina.
    --¿Sobaku porque tanta formalidad?
    --Porque le jure a su padre, el maestro, que la protegería para regresar el favor que le debo a los dioses y a usted, por ser mí amiga.
    --Trátame de Kiabara no de usted, me hace sentir rara-hace una mueca.
    --Esta bien –suspira.
    --Muy bien niños, síganme
    Todos la siguieron a la mujer por un largo sendero lleno de árboles de cerezo hasta la gran casona que se veía a lo lejos. Esta era mucho mas grande que de la mujer. Tenia sus paredes pintadas de un rojo malgastado y un camino hacia la puerta hecho de piedras. Tenía unas columnas que sostenían el pequeño techo que salía para la entrada y el porshe era más pequeño que el anterior, pero tenia una hamaca de madera con los asientos acolchonados. No tenía un jardín pero la vista daba a toda la aldea, ya que estaba sobre una colina. Era digna de los que serian los gobernantes de allí.
    -Aquí se quedaran a dormir a partir de ahora, y mañana a la mañana me buscaran para empezar su entrenamiento. Están diez años atrasados así que cuanto más rápido empecemos mejor.
    --Tía…Yo he estado practicando con un señor…
    --Si lo se, el gran maestro que vive a los afueras del bosque, es muy conocido por todos. El ayudo a los Caín en muchos momentos pero seguro no te enseño nuestras habilidades. Te enseño lo básico que es lo mismo que nada- suspira.
    -- Esta bien- contesta con cara de asombro.

    Mientras en la casa del maestro se encontraban los dos hechiceros deprimidos. Ryou se arrepentía de no haber ido con ellos. Y Kenji aun seguía sorprendido por aquel recuerdo. ¿Cuándo la había besado? Que el supiera nunca lo hizo. Sentía que eso era algo ya vivido, pero no en esta vida. El siempre sintió algo por ella. Cuando la veía sonreír su corazón se aceleraba, cuando estaba cerca de el se ponía muy nervioso y cuando se encontraba en peligro sentía el deseo de protegerla. Pero siempre sintió estas cosas desde que la vio por primera vez. Quizás, pero tan solo quizás pensó que en otra vida tanbien había sentido lo mismo.

    Ryoutsuko estaba sentada en la punta de su cama pensativa. Todos estos años llevaba consigo una gran carga. Ella ocultaba su sufrimiento através de su seriedad. En eso se parecía a Sobaku.

    Toda su vida era muy distinta a la que tendría que haber sido. Su hermano gemelo, no lo parecía por su diferencia de edad. Esto se debía a que había una maldición en los hechiceros. Si nacía alguna vez un par de gemelos, estos nacerían en distintos momentos. Kenji nació en su fecha y la madre feliz por el niño, a los dos años descubrió que eran gemelos y tuvo a Ryoutsuko. Sus diferencias iban mas allá de la edad, el era simplemente mas fuerte y lo querían mas que a ella Ryoutsuko siempre se sintió dolida por esto, ambos eran hechiceros pero el aprendía mas rápido y sus ataques eran sorprendentes, memorizaba hechizos muy difíciles mientras ella hacia otros mas simples. Obviamente su hermano siempre estaba con ella, el también sentía culpa. El deseaba que los quisieran por igual, que pudieran entrenar al mismo nivel. Trataba de siempre protegerla y ser su amigo .Pero ella simplemente no dejaba que nadie se le acercara. Nadie debía sentir culpa por ella, sentía que debía sufrir sola esa maldición.
    Entonces el castaño al ver a su gemela así, supo que tenía y la abrazo. Esta solo se largo a llorar en sus brazos. A veces necesitaba desahogarse y su hermano era el único que sabia todo. Ambos se miraron sabiendo la carga que ambos llevaban y recordaron algo.

    *Flashback*

    --Hermano ven aquí- bufa una pequeña niña con caballo castaño largo hasta la cintura.
    --¿Qué sucede?-sale de su habitación un hermoso niño de ojos miel.
    --Creo que debemos competir por quien es mejor mago –suspira.
    --¿Por qué lo dices?
    --¡Porque estoy cansada que siempre me superes!-bufa otra vez muy molesta.
    --No es mi culpa hermanita –suspira- intento que mama no sea así contigo, pero sabes como es de discriminadora con el tema de los poderes.
    --Lo se y pienso demostrarle que tan fuerte soy-le saca la lengua.
    --Hermana-la abraza- No sientas que porque eres mas débil que yo debes luchar mas.
    --¡No digas esas cosas! Mi sueño es superarte-se separa de el y lo mira fijamente.
    --Como tu quieras-suspira- No digas después que no soy buen hermano-le guiña un ojo.
    --No te vengas a hacer el pícaro y el “yo soy mejor que tu” porque ¡No lo eres! –le grita.
    --Eres muy arrogante ¿No hermana?-suspira de nuevo.
    --¡Mentira!-le saca la lengua.

    *Fin Flashback*

    --Y aun lo sigues siendo tonta-le guiña un ojo el castaño.
    --¡No mientas! –Bufa mientras se cruza de brazos- Oye… ¿Qué harás si volvemos a ver a Kira?
    --Ya te dije, le diré lo que siento, no se porque pero cuando me le iba a confesar ambos recordamos algo –pone expresión extraña.
    --¿Qué cosa? –abre su boca de par a par sorprendida.
    -Estábamos en una cabaña y entro y la beso-murmura no creyendo lo que decía.
    --¿No será una predicción?
    -No-negó- Ambos sentimos que era algo que ya habíamos vivido. Como si fuera….de otra vida.
    --¡Agh! Estas cosas de la otra vida me están cansando ¿Sabes?-suspira.
    --Tranquila hermana-la mira y se ríe.

    En la aldea subterránea de los Caín

    Se encontraba Sobaku apoyada sobre la pared mirando el suelo. Lo único que hacia explorar esa aldea. Era aburrido. No se atrevía a entrar en la biblioteca gigantesca de esa mansión para leer algún libro. Simplemente no podía. Ella no vivía ahí. Solo estaba de huésped. Alza su mirada y un chico pelinegro de ojos color cielo la miraba de arriba abajo intrigado.
    --¿Qué sucede? –lo mira frunciendo el ceño.
    --Es que te noto aburrida-ríe llevando sus brazos detrás de la cabeza.
    --Si ¿Acaso es extraño? –lo mira y le contesta con voz fría.
    --No lo se, dímelo tu –suspira- Ya que haces de guardaespaldas… ¿Te gustaría acompañarme a dar un paseo?
    --De acuerdo –contesta sorprendida.

    Ambos comienzan a caminar uno al lado del otro. El pelinegro era mucho más sonriente que la ninja. Ella miraba a su alrededor. Aun se seguía sorprendiendo del ambiente. Todo el lugar estaba lleno de los árboles de flores de cerezo.
    --Oye Sobaku
    --¿Si su alteza?
    --Llámame Kyo, nada de formalidades –mueve las manos negando.
    --En eso eres igual a Kiabara –sonríe apenas.
    --No tengas miedo de mostrar tu risa, tampoco hay que ser tan serio –sonríe
    --Es que yo soy así –mira hacia otro lado.
    --De acuerdo evitando ese tema. ¿Qué me cuentas de tu habilidades? ¿Haces algo cool?
    --¿Algo……Cool?
    --Si. Ósea puedes hacer algo de lo que hacen los Caín
    Negó con la cabeza.
    --Que lastima. Te veo y pareces esa clase –hace una mueca y luego lleva sus manos detrás de la cabeza.
    --Tu seguro debes tener las mismas habilidades de tu hermana.
    --¡Nah! No somos tan iguales.
    --¿Eh?
    -Si. Desde pequeño se nota la diferencia de poderes. Cada uno tiene una pequeña habilidad especial que nos diferencia de los demás. Creí que lo sabias.
    --Oye… ¡Apenas si se estas cosas de la hechicería y los poderes de la naturaleza!-dice sarcástica
    -- Ok ok tranquila, te queda bien la risa –le guiña el ojo.
    --Si claro –suspira- Yo no suelo ser así ¿Sabes? Apenas si digo hola y si –suspira de nuevo.
    --Cambiare eso. Para estar con nosotros necesitas ser diferente- comienza a caminar al revés, mirándola a la pelinegra.
    --Kira no es tan como tu.
    --Pero mi hermana y yo si y necesitas ser mas alegre.
    --Como digas –suspira mirando hacia otro lado.

    Pasaron un rato largo caminando juntos, hablando de distintas cosas. A Kyo le estaba empezando a caer bien la ninja. Debajo de esa superficie callada se encontraba una chica bastante amigable.

    Mientras en la gran mansión. Kiabara leía todos los libros sobre los Caín. Había muchos detalles y datos que ella no sabia, y que eran muy importantes. Un instante se quedo pensativa. Había leído que los de su raza no podían relacionarse, quiere decir tener intimidad o acercamiento, a los que fueran extensiones de su especie. En esa lista de extensiones entraban los hechiceros. No pudo evitar pensar en Kenji. Ella quería estar con el pero el libro decía que llegaría a matarlo si lo besaba. Era en contra de las leyes de los dioses. Ella empezó a buscar desesperadamente porque era una regla esa. Ella subió a lo alto de la estantería de un salto y agarro un libro bastante gruesos que decía en su portada “la creación de los cain·. Interesada por su contenido decidió echarle una ojeada.
    Explicaba todo relacionado desde los principios de los dioses hasta que llegaron a la tierra. Decía que los dioses vivían aparte de los humanos. Entonces en algún momento se encontraron y empezaron a procrear hijos con poderes de los dioses pero aun humanos. Así fueron naciendo las extensiones de hechiceros, transformistas, psíquicos y demás. La última rama fue la de los ninja. Humanos con una cierta habilidad del movimiento pero sin ningún poder alguno. Esto atraía mucho a los dioses ya que eran los más nobles de corazón. Ellos eran devotos a los Caín mientras las demás ramas lo odiaban o simplemente mantenían una relación distante. Entre la separación de ramas, se creo una nueva especie. Los semi dioses. Estos le tenían envidia a los Caín ya que no poseían todos los poderes que los dioses si tenían. Solo simples poderes de la naturaleza. No podían levitar cosas, crear campos de protección, curarse solos, realizar hechizos, nada. Solo simples poderes de los cuatro elementos. Los semi dioses juraron odio eterno ante los Caín por su maldición de nunca estar completos. Ellos se alejaron de los dioses y crearon su propio clan llamado Mai. Durante millones de años los Caín y los Mai lucharon frente a frente. Pero los semi dioses llenos de ira decidieron extinguir la raza Caín. Estaban decididos a ser los únicos poderosos. Y así durante mucho tiempo los Caín siendo los dioses de ese mundo, tenían que esconderse de los Mai ya que mataban brutalmente a cualquiera que se les cruzará. Ellos ya habían vivido varias guerras contra ellos para acabar con la fría matanza pero nunca lo lograron. Todo eso explicaba porque ellos vivían bajo tierra, porque los padres de Kiabara, Kyo y Kairi los mantenían escondidos e hicieron lo imposible para que sobrevivieran. Era una enorme carga del pasado que aun ahora seguía.
    Kiabara quedo atónita al leer todo esto. Sentía que ya lo sabía. Pero lo ignoro y seguía preocupada sobre que pasaría si los semi dioses encontraban al maestro y a los gemelos en aquella casa. También pensó si Kiara y Kiyora habían llegado a salvo a su aldea. Eran muy peligrosos, y estaba segura que no sobrevivirían si seguían ahí. A pesar que el maestro estuviera allí con ellos, lo veía igual de difícil. Suspiro y cerro el libro. Sus ojos se cruzaron y miraron hacia la nada.

    *Flashback*

    Se veía una vieja cabaña abandona en lo profundo del bosque. Era la misma cabaña donde aparecía besándose con Kenji. Aparecía ella tocando la puerta apresuradamente Una castaña de ojos violeta abre la puerta, sonríe y la invita a pasar. Allí había dos camas. Una pequeña cocina y una mesa de madera con dos sillas. Pareciera que estuvieran viviendo ahí. El castaño ojimiel se acerca y abraza a Kiabara. Ambos se miran un instante y se separan. La castaña se sienta en la mesa y la mira preocupada a la morocha.
    --Kiabara…. ¿Para que viniste hacia acá? ¿Sabes el riesgo que corres aquí?
    --Lo se pero necesitaba verlos seguros en esta cabaña-suspiro.
    --Por mi parte me alegra verte-sonríe el castaño.
    --¡Hermano!-bufa la castaña.
    --Tranquilos. Además anduve investigando en los viejos libros de los sabios y encontré una solución –sonríe picadamente.
    -- ¿Qué solución?-preguntan al unísono los gemelos.
    --Hay un hechizo que realizan los Caín para proteger objetos. Creo que puede aplicarse a casas. Y este mantiene a cualquier semi dios fuera del lugar. Y lo mejor de todo que nadie lo puede romper ecepto el que lo creo ¿Qué les parece? –sonríe nuevamente.
    --Vaya….-murmura la ojivioleta.
    --¡Sabia que eras una genial, hermosa! –la abraza elevándola en el aire.
    --¡Ya Kenji! ¡Me estas dejando sin aire!-dice tratando de librarse el castaño.
    --Perdona… -la baja y se le queda mirando- Quizás así podamos defendernos mejor.
    --Pero no quita que no nos veremos seguido.
    --¿Qué? Pero apenas ahora puedo respirar tranquilo teniéndote aquí.
    --Lo se querido –le acaricia la mejilla- Solo si vinieras a la aldea conmigo…
    --¡No! Ya charlamos esto Kiabara. Nosotros debemos quedarnos juntos protegiendo desde afuera. No me importa si el te propuso matrimonio o que –bufa nuevamente la castaña.
    --De acuerdo –suspira la morocha.
    --Ya esto no se de que va- suspira el ojimiel- ¡Si pudiéramos hacer la boda yo si podría vivir allí abajo!
    -- ¡Tienen apenas dieciséis años! ¡Oh Kamy-sama! -suspira molesta la gemela.
    --¡Hey! Acuérdate que yo también soy un dios-suspira también.
    --Pero eres mi amiga y eso no vale como un dios para mi –insinúa sarcástica.
    -Ya cállate –se cruza de brazos- ¡Se supone que eres mi cuñada y no me ayudas en nada!
    --¿Debería? –Le saca la lengua- Ya volviendo al tema serio –suspira-Has ese hechizo y vuelve a tu aldea. Nosotros estaremos bien. Tranquila ¿Si?
    -- Esta bien. Los extrañare mucho. Cuídense ¿De acuerdo?
    -- Si-asienten ambos.
    Ryotsuko se acerca y la abraza fuertemente. Luego Kenji también la abraza y después le da un largo y dulce beso de despedida. La morocha se da vuelta abre la puerta, los mira por ultima vez y sale a fuera. Empieza a mencionar unas extrañas palabras y un círculo empieza a formarse debajo de sus pies. Ella lo lanza hacia la cabaña y queda satisfecha. Da la vuelta y decide volver a la aldea.

    *Fin Flashback*

    --Dieciséis años…-murmura extrañada la morocha- ¡Claro! Ahora entiendo de donde recuerdo todo eso… Es mi anterior vida. No entiendo. SI nosotros los Caín no podemos tocar a las extensiones ¿Cómo pude besar a Kenji? Quizás nosotros somos la excepción. Aun hay esperanza- sonríe.

    Poco a poco empezó a recordar todo lo que había aprendido en su anterior vida. No necesitaba a su Tía Matsumoto para aprender el protocolo. Ella ya lo sabía porque en su anterior vida ya también había sido reina. Esto volvía todo más fácil.
     
  12.  
    Sweet blody rose

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    Título:
    Cain, la vida una y otra vez
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    16
     
    Palabras:
    1191
    Capitulo 8:

    En el instante que seguía recordando todo, alguien toco la puerta del salón de la biblioteca. Ella se sobresalto y permitió que pasara la persona. Entro caminando temerosamente un joven de rizos rojizos y ojos grises mirando a la gran pila de libros que había por todas partes. No pudo evitar reírse un poco y luego mirar la morocha.

    --Em…Hola –murmura llamando la atención de la ojiverde.
    --Hola ¿Qué necesitas?
    --Pues…soy una de los pocos sucesores de una familia de sangre pura. Me llamo Tetsutaro, mucho gusto-le ofrece su mano.
    --Yo me llamo Kiabara –se estrechan las manos- Como ya sabes, soy la nueva reina aquí.
    --Si, y es mi deber presentarme-ríe sarcásticamente- ¿Quisiera caminar por la aldea conmigo su Majestad?
    --Claro, con mucho gusto –le sonríe y abandonan la biblioteca.

    Empiezan a caminar un tramo. El joven cortó una pequeña flor roja que crecía en un costado y se lo dio a la morocha. Era un gesto para demostrar que la veía delicada como una flor.

    --Oye –olio la flor que le había dado el ojigris- ¿Acaso tienes una hermana? ¿Rubia con ojos grises?
    --Mmm.......….déjame pensar… ¡Claro que no! No tengo hermanos ni hermanas. Debe ser que te encontraste con la mitad Caín de mi prima.
    -- ¿Mitad Caín?
    --Si la mezcla de un humano y un Caín sangre pura ¿Acaso no lo sabias?
    --Ese caso en específico no –negó con la cabeza.
    --Pues nosotros solo podemos relacionarnos con los humanos o con los Caín sangre pura. No quieren que se pierda la raza.
    --Es complicada nuestra vida –suspira.
    -- Si. A cambio de grandes poderes nos da la carga de llevar una vida muy dura, pero no va al caso. Estoy aquí para conocerte bien – le sonríe.
    --Te costara-insinúa riéndose.
    --Veremos –le guiña un ojo- Tengo la habilidad de persuadir a las personas.
    --¡Creo que solo forma parte de tu personalidad eso!
    --¡Además! –ambos se ríen.
    --Oye eres muy gracioso ¿Lo sabias?
    --Supongo que si –se encoge de hombros- No viene nada mal un poco de humor en esta aburrida aldea –hace una mueca.
    --¿Aburrida? Yo la veo interesante. Aunque esto de ser reina lo estoy viendo difícil –suspira
    --Seguro debe ser agobiante –le regala una sonrisa-oye ven, te llevare a un lugar que si es divertido.
    Le toma de la mano y se la lleva corriendo. Ambos comienzan acercarse a un gran árbol de flores de cerezo. Parecía muy común de la aldea que hubieran estos árboles. Debajo de este había todo un parque armado para los niños. A simple vista se veía muy divertido, con los juegos recién pintados, ni parecían malgastados ni viejos.
    Kiabara miraba el parque encantada, Desde que era pequeña nunca había jugado en el lugar tan hermoso como ese, estaba tan bien cuidado, y se notaba la alegría de los niños en el. Aun que era impropio de una reina, se dirigió a las hamacas, se sentó y empezó a hamacarse lentamente para adelante y para atrás un poco sonrojada. El pelirrojo se le unió y se sentó en la hamaca de al lado. Ambos pasaron un rato platicando. En unos pocos segundos se habían convertido en muy buenos amigos, algo que le hacia falta a la pelinegra habiendo dejado a sus amigos con el maestro.
    Al atardecer, aunque parecía extraño estando debajo de la tierra, regresaron a la enorme mansión y se sentaron en el porshe a seguir conversando. Para Kiabara era una buena oportunidad de escuchar las leyendas de la aldea y sobre las distintas familias sangre pura que se encontraban allí.
    Cuando ninguno tenía ya mas de que hablar, el muchacho se levanto del suelo, saludo a su nueva amiga calurosamente y se marcho a su hogar que no se encontraba tan lejos de ahí.
    La morocha lo observo marcharse con una sonrisa. Era bueno encontrar a un nuevo amigo en aquella aldea.

    -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
    Narrado por Sobaku:

    Ya llevando una semana viviendo allí, tuve que cambiarme la ropa. Kiabara no me permitía seguir usando la ropa de ninja. Ahora llevaba un vestido que era pantalón abajo de color azul con una cinta en la cintura blanca, sobre este llevaba una tunica verde con detalles negros. Cualquiera que me viera pensaría que era uno más de esos dioses. Era muy distinta la vida ahí. Y lo decía en todos los sentidos. No podía andar por ahí trepándome a los árboles para fijarme todo el lugar ni andar sigilosamente como me entrenaron de pequeña. Aunque estaba en desacuerdo en como tenia que ser mi conducta me quedaría junto a Kiabara para protegerla. Era lo mínimo que podía darle, mi devoción.
    Ya se me hacia costumbre quedarme hablando con el hermano de su majestad. En cierto modo me mantenía entretenida durante mi vigilancia. Siempre que decidía irme a la biblioteca me llevaba a caminar por la aldea. ¿Acaso yo seria tan interesante? Mi frialdad demostraba lo contrario.
    Cuando caminaba junto al pelinegro de ojos azules brillantes, solía contarme toda leyenda que había escuchado de por ahí sobre los Caín. Pero había una que cada vez que podía salía en la conversación. Lo prohibido para un dios. Juntarse con una de las famosas “ramas”. El estaba decido cada vez que lo mencionaba, de buscar la forma de comprobar si no había otra manera.
    Un día, leyendo tranquilamente en la biblioteca sobre un cómodo sofá rojo, entro sobresaltado abriendo las puertas de par a par. Cuando me menciono su idea, lo considere el más loco de todos. Quería experimentar conmigo. Solo esa palabra me daba escalofríos y también debo admitir, pánico.
    Su loca idea era ayudar a su hermana a por fin estar con la persona que amaba, Kenji. Tendría que convertirlo en Caín. Eso era totalmente lo mas extraño que escuche. Había historias de personas convertidas por los tontos “vampiros” pero esto era sin duda algo increíble. Pensaba que tomara de su sangre para experimentar si me trasformaba en uno de ellos. Mi fría mente calculadora trataba de pensar en todos los resultados que daría. Si Kiabara se enteraba de esto, obviamente se enojaría mucho con nosotros, y estaría de acuerdo con ella. Era una locura. Pero yo solo le asentí a Kyo y planeamos que día sucedería. Tendríamos que fijarnos cuantos días duraría y que causaría en mí. El estaba un poco entusiasmado con la idea, pero yo como siempre le mostré mi cara seria en el asunto.
    Cuando había llegado el día, ambos actuábamos extraños. Lo suficiente como para que Kairi lo notara. Me encontraba contra la pared de brazos cruzados en el comedor. Como siempre desayunaban muy bien los gobernantes. Kyo volteo a verme y con su mirada entendía que pensaba. Ya faltaba poco. Y Kairi poso su mirada sobre los dos. Creo que sospechaba que algo planeábamos. Todos se retiraron y yo sin nada más que hacer, me fui a mi habitación. Un minuto para pensar que sucedería si me transformaba no venia nada mal.
     
  13.  
    Sweet blody rose

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    Cain, la vida una y otra vez
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    16
     
    Palabras:
    769
    Capitulo 9:

    -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

    Narrado por Kyo:


    Bueno, supongo que es algo normal que haga amigos con facilidad. Esta última semana empecé a notar que me había acercado más Sobaku. Algo que al principio veía imposible. Ella siempre trato de mantenerse distante, supongo que no es muy sociable, con solo ver su cara cualquiera lo notaria. Creo que también soy demasiado alegre para ella, siempre que me ve sonreír hace una mueca. Me cae muy bien, hay algo de ella que me atrae… Claro que no le puedo decir eso ¡Me miraría enojada y no me volvería a hablar nunca mas! No creo exagerar. Ella tiene un carácter bastante fuerte.
    Cada vez que hablo con mi hermana sobre lo que vivió, siento que ya lo escuche en otra parte. Kairi dice que quizás sea porque la observábamos desde el mundo espiritual ¡Aun no entiendo como es que yo no recuerdo nada y ellas si! Mi hermana menor me suele mirar con angustia, supongo que algo importante paso y no recuerdo. Somos muy unidos ambos, pero últimamente la molesto con algún chiste tonto y solo me sonríe y se va. Quizás me oculta algo, pero yo también, no me atrevo a decirle que siento algo por Sobaku. Considero a mi hermanita como un ser apacible y bondadoso, pero hay veces que noto que oculta algo. Será mi imaginación, no lo se, pero algo hay.
    Me preocupa mucho mi hermana mayor. Siempre cuenta algo sobre aquel castaño. Y cuando lo hace, aparece una hermosa sonrisa en su rostro. Parece que lo extraña pero solo hace una semana que no lo ve. Cuando esta sola, y por casualidad paso por su cuarto, la veo mirar un pequeño frasco con una flor conservada en el, lo mira detenidamente y lo vuelve a guardar en el cajón junto a su cama. Lamentablemente parece que esta enamorada de aquel mago. Quisiera hacer algo por ella. Nos contó a mi hermanita y a mí que no podemos tener intimidad con las “ramas” entre humanos y dioses. Podríamos matarlos. Y cuando lo cuenta, una tristeza aparece en sus ojos. Quizás haya una manera que no ocurra. ¿Existirá la forma de poder convertir a otras personas en Caín? Me surgió esa interesante duda. Al día siguiente, le conté a Sobaku. Su expresión me lo dijo todo. Le parecía una horrenda idea. A mí también me parecía así ¿Pero qué tiene? Si era una forma de hacer que mi hermana fuera feliz, mejor probar la idea.


    Tuve toda la iniciativa de hacerlo. Estaba animado por el experimento mientras Sobaku parecía que me fuera a matar.
    Mi cara cambio al miedo que le tenía. Quizás ella también lo tenia, pero lo fingía bastante bien. Ahora que la miraba bien, había cambiado su vestimenta. Llevaba ropa muy parecida a la mía o a la de mis hermanas. Si se convirtiera en un Caín disimularía bastante bien el cambio.
    Ya llegado el día en que todo ocurriría, ambos estábamos nerviosos. Más yo que ella. El hecho de cortarme a mi mismo y aprovechar esa salida de sangre para que ella lo bebiera me daba impresión. Cuando le dije la manera que ella tenia que hacer, su cara se volvió pálida. Creo que tampoco le gustaba la idea. En cierta forma me causaba gracia como podía cambiar su expresión según la ocasión. Demostraba que no era tan fría como se mostraba. Supongo que un pequeño cambio me hacia feliz.
    Lamentablemente teníamos que mantener en secreto esto, pero mi hermana Kairi sospechaba. Nos miraba a ambos con una mirada amenazante. ¿Creería que fuéramos a hacer algo malo? No me importo.
    Terminamos de almorzar, mis hermanas se fueron a sus habitaciones. Supongo que a cambiarse, ya que a la tarde siempre salían a la aldea. Me dirigí a la biblioteca, leer algo en paz me haría sentirme bien conmigo mismo, pero vi marcharse a Sobaku también a su cuarto. ¿Estaría bien? Me preocupo pero decidí no hacerle caso. Seguramente me echaría de ahí. Al atardecer nos iríamos a una casa abandonada para hacer el experimento.
    Lo único que esperaba es que no le pasara nada a Sobaku, ella es una simple humana y nuestra sangre quizás le podría afectar.
     
  14.  
    Sweet blody rose

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    Cain, la vida una y otra vez
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    16
     
    Palabras:
    1130
    Capitulo 10:

    -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

    Narrado por Kiabara:

    Los primeros días que llevábamos viviendo en aquella gran mansión en la aldea se me hicieron extraños. Es difícil acostumbrarse después de vivir tantos años en el mismo lugar. Es hermoso aquí abajo. Como si en verdad existiera el sol. Obviamente me explicaron que unos Caín con especialidad en el clima lo realizaban para que la vida fuera más llevadera allí abajo. Estaba impresionada. ¿Éramos capaces de hacer todas esas cosas? Era increíble. Ya instalados completamente en la casa, mi tía me obligo a cambiarme la ropa, por una más elegante y que representara a la reina. A mi me gustaba mucho mi remera y mi pollera pantalón. Pero no pude decidir y tuve que ponerme una tunica rosada con pequeñas flores negras. Se parecía a un kimono pero con este era más fácil caminar. Aun me sigue incomodando usar ropa.
    Durante el día me la paso en la biblioteca, o caminando por ahí con mi nuevo mejor amigo Tetsutaro o hablando con mis hermanos. La biblioteca era genial. Una gran sala llena de estanterías que llegaban al cielo raso. Todas con millones de libros. Si el maestro estuviera aquí adoraría este lugar. Además había sillones muy cómodos para sentarse y lámparas junto a ellos muy rusticas. Es mi segundo lugar preferido de la mansión. Obvio que el primero es el porshe.
    Cuando salgo a caminar por la aldea con Tetsutaro, todo es risas. El es tan animado y amigable. Conoce a todos en la aldea. Eso me ayuda un poco para conocer como debo gobernar. Aunque en eso miento, ya con una vida vivida y con esta ya tengo la suficiente experiencia a mi parecer. Cuando lo miro a este pelirrojo no puedo evitar sonreír. Me transmite su alegría. Pero también me hace acordar a Kenji. Esa mirada calida que me transmitía el con sus hermosos ojos miel nada lo podría reemplazar. Por suerte hay un hechizo donde puedo hablar con el y su hermana. Eso me alegraba bastante.
    Y las veces que me quedaba hablando con mis hermanos contaba sobre mis misiones, sobre mis cumpleaños y las travesuras que hacia con Kiyora y Kiara. Kyo me miraba fijamente cuando mencionaba a Kenji. ¿Tendría celos? Debe ser común entre los hermanos varones.
    Ya llevada una semana y media en la aldea, creo que estoy pasando demasiado tiempo con Tetsutaro al grado de que estoy confundida. Esta era la semana que se supone que debía hablar con Ryou y Kenji pero con mi confusión no me atreví .Lo que menos me espere es llegar a sentir amor por aquel pelirrojo. Creí que estaba enamorada de Kenji, pero creo que al pasar tiempo con Tetsutaro me hizo cambiar de parecer. Además se me confeso. En menos de una semana se había enamorado perdidamente de mí. No quería rechazarlo, aunque cuando lo hizo no omití ninguna palabra y me marche. Desde entonces no me vino a buscar. Debe sentir que no le correspondo, que en cierto modo es cierto, pero debo decirle la verdad. Tengo que contarle sobre Kenji. Es lo menos que se merece.
    Luego de haberme decidido, salí hacia su casa. Caminaba lentamente con la mirada baja pensando que decirle exactamente. Llegue y toque su puerta. Su madre hizo una leve reverencia ante mí y me invito a pasar. El se encontraba en la sala, leyendo un libro de cabeza. Me reía por su postura y el se acomodo inmediatamente. Solo me sonrío y siguió con su lectura. Me senté junto a el, y le conté todo. Cuando acabe el me pidió disculpas, ya que le dije que mi corazón pertenecía otro. Me sentí mal al decirle esto ¿Era cierto? ¿Yo amaba a Kenji? En lo profundo de mi corazón así era. Sentía que era el amor de mi vida. Sonaba lindo llamarlo así cuando nunca me atreví a decirle nada sobre mis sentimientos
    Tetsutaro se volvió a disculpar y me pidió volver a ser amigos. Claro que dije que si. Al fin al cabo era mi mejor amigo. Lo saludé con un beso en la mejilla y me fui.
    Caminando de vuelta a la mansión, mi hermana me intercepto en el camino. Vino corriendo hacia mi desesperada. Solo me dijo “Algo traman Kyo y Sobaku”. Me alarme. ¿Qué estarían haciendo esos dos? Cuando me detuve a pensar un instante. Ellos se notaban extraños en el desayuno. Salí corriendo de ahí dejando a mi hermana parada en mitad del camino. Corría sin sentido alguno hasta que me detuve en frente de una casa abandona. ¿Mis sentidos me habían traído inconcientemente hasta aquí? Abrí la puerta lentamente. Mis ojos se abrieron como platos al ver la escena. Mi hermano estaba tendido junto a una cama, sosteniendo la mano de… ¿Sobaku? Me dio impresión como se hallaba ella. Estaba teniendo convulsiones y unas manchas raras habían en su cuerpo. Me acerque y toque su frente. Estaba hirviendo. Lo mire a mi hermano fijamente ¿Qué rayos habían echo? Sobaku estaba sufriendo. Se retorcía en la cama. Siempre fue tan fuerte y ahora parecía una niña pequeña en peligro. Aleje a mi hermano y la abrase. No quería saber los motivos de porque estaba así pero la ayudaría. Mi hermano dio lentamente unos pasos hacia atrás y se quedo paralizado. Su mirada mostraba terror.
    Kairi entro unos minutos después a la casa. Su mirada se dirigió directamente a mi hermano. Ella lo sabía todo y no hizo nada. Mi hermano estaba temblando, se apoyo contra la vieja pared de brazos cruzados como si tuviera frío. Kairi le levanto la manga del brazo izquierdo. Tenía un corte muy profundo. Ambas gritamos del pánico. Sabíamos que el curaba mas rápido que cualquier Caín, pero su herida no cicatrizaba aun.
    Sobaku trato de hablar. Volteé y le sostuve su mano. Solo logro mencionar “sangre”. ¿Qué debía yo imaginarme con esa palabra? ¿Qué ella le había echo ese corte e a mi hermano? ¿O tal vez que…? ¡No! ¿Podría existir la posibilidad que ella hubiera bebido de la sangre de mi hermano? Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Gire y lo mire a Kyo de nuevo. El solo asintió como si supiera que pensaba.
    De repente escuche gemir a Sobaku. Aferraba sus brazos a su cuerpo como si intentara que se le pasara todo. Rocé su brazo y lo sentí helado. Hace un momento estaba hirviendo y ahora estaba fría. ¿Qué estaba pasando? Terminando con su sufrimiento, se desmayo. Los tres nos paralizamos. Por un instante pensamos lo peor pero sentimos que respiraba y nos tranquilizamos. Solo habría que esperar hasta que se le pasaran los síntomas de la “transformación”.
     
  15.  
    Sweet blody rose

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    Cain, la vida una y otra vez
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    16
     
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    1267
    Capitulo 11:

    -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

    Narrado por Sobaku:

    Cuando por fin Kyo termino de leer sus libros, me fue a buscar a mi habitación. ¿Cómo sabia que estaba yo ahí? Solo dijo “llego el momento” Mi corazón empezó a latir acelerado. Me criaron para que nunca tuviera miedo pero ahora si lo tenia.
    Caminamos un rato largo hasta llegar a la casa abandonada. Kyo entro primero y luego yo. Cerró la puerta bruscamente. Se quedo parado en medio de la habitación pensativo unos minutos. Yo me acerque a el para asegurarme que estuviera bien pero el me alejo. Saco un kunai de mi bolsillo. Siempre cargaba con uno a pesar que ese atuendo no me dejara. Y decidió cortarse el brazo izquierdo. Su grito fue desgarrador. Mis ojos parpadearon un par de veces por el susto y luego vi brotar sangre de la herida. “Apresúrate a beberla antes que se me cure” dijo acercándome su brazo. Yo me acerque lentamente, todo mi cuerpo temblaba. Tome rápido de esa sangre. El me había explicado que sanaría rápido la herida pero aun seguía saliendo sangre. Cuando creyó que era suficiente me alejo unos pasos y rasgo su ropa para usarla como banda en el brazo. Aun cuando había perdido mucha cantidad su cara aun seguía de color rosácea. Suspire y me limpie la boca. Me senté en la cama inconcientemente. Por una extraña razón no podía mantenerme parada. Un fuerte dolor de cabeza me ataco, mi vista se nublo y caí al piso. Kyo se acerco y me sacudió intentando que reaccionara. Mi cuerpo se estremeció completamente. Un calor me comenzó a rodear. El me levanto del suelo y me acostó en la cama. Sentí que ya no tenía control de mi cuerpo y no podía ni siquiera decirle que me estaba pasando. Esa sangre me afecto más de lo que creíamos.
    A la media hora sentía que estaba peor. Mi temperatura subía y bajaba drásticamente. Oí la puerta abrirse y luego de unos segundos sentía unos calidos brazos rodeándome. Me sentí feliz un instante. Era Kiabara. Trate de decirle que paso pero mi boca no me lo permitía. Logre apenas mencionar “sangre”. Sabiendo que Kyo estaba ahí seguro le explicaría mejor. Luego alcance a oír unos gritos.
    Mi temperatura bajo hasta el punto que sentía que estaba en medio de una tormenta de nieve. Experimentaba la sensación de no querer luchar más contra mi misma. Esas convulsiones me estaban matando. Mi corazón ya no latía tan fuerte. Era débil. No logre mantenerme estable y me desmaye.
    Al abrir mis ojos me encontraba en mi habitación. En el sofá que había allí estaba Kiabara durmiendo. Sentí que solo pasaron unos minutos hasta que volví a despertar. La puerta se abrió de golpe. Kyo entraba apresurado a verme. Vio que me encontraba despierta y se acerco a mi cama.
    --Llevabas días desmayada. Por un momento pensamos que estabas muerta. Por suerte despertaste-me sonrío y me tendió su mano.
    ¿Días? ¿Cuánto tiempo llevaba desmayada? Lo mire buscando respuestas pero no me atreví a hablar. Kiabara abrió sus ojos lentamente, se estiro y se levanto a verme.
    Ambos me sonreían. Les cause mucha preocupación seguro.
    --¡Sobaku! Despertaste-me toco la frente- Tu temperatura esta normal. Creo que todo acabo-se me quedo mirando feliz. Pero fijo más su mirada en mí y quedo estupefacta.
    --Kyo….creo que la transformación ceso-su tono se notaba nervioso.
    --¿Quieres decir que ella es…?-no termino de preguntar, estaba temblando.
    --Una Caín…-termino la oración aquella ojiverde. ¿Escuche bien? ¿Una Caín? ¿El experimento de Kyo funciono? Me sentía diferente. Era verdad. Kyo me miraba a los ojos ¿Estaba tan distinta? Me levante y me fui a mirar al espejo. Ambos pelinegros solo me miraron sin decir nada. Tenía la cara un poco más rosácea. Mis ojos azules oscuro seguían en su misma forma. Estaba prácticamente igual. Voltea a ver a ambos hermanos. No me había pasado nada. ¿Entonces porque decían que me transforme? Estaba feliz no dejaría de ser una ninja. Quise salir al balcón que daba mi habitación. Un poco de aire no me haría mal. Ambos se acercaron como tratando de agarrarme. Estaba bien no hacia falta que me trataran como una niña que recién aprendía a caminar. Respire profundamente. Ya me sentía relajada. Ya no más dolor ni fiebre. Pero extrañamente cuando comencé a caminar de vuelta hacia adentro deje una marcas en el suelo ¿Pisaba tan fuerte? Me detuve ahí mismo y mire mis huellas. Kiabara se agacho y las observo también. Alzo la vista y la dirigió hacia mi. Era mi culpa. Ya entendí. Si era una Caín ¿Si no como explicaría que tuviera el poder de los elementos como para mover el piso echo de tierra sólida? Quería volver a mi cama pero Kyo me detuvo entre sus brazos. Se acerco al oído y me susurró” debes tener cuidado, ahora con tus nuevos poderes, tienes que aprender a manejarlos”. Mis ojos se abrieron como platos. Millones de recuerdos vinieron a mi mente. Todas las veces que vi caminar a Kiabara, Kyo y Kairi note que su pisar era suave y ligero, como si flotaran. Ese era el concepto. Aprender el andar de los Caín. Esto era nuevo para mi ¿Dónde quedo mi vida de ninja? ¿Por qué fui tan estupida como para aceptar hacer ese experimento? ¡Quiero mi vida de vuelta! Me aleje de los brazos de Kyo. Estaba tan molesta. Si no fuera porque recién despertaba lo mataría. El trato de detenerme pero lo empuje y me largue de mi habitación. Era muy rápida, más de lo que era como humana. Me sorprendió. En dos pasos ya estaba en el centro de la aldea. Mi ropa no era la mas favorable para salir con ella a andar por ahí pero no me importo.
    Pase unas horas afuera de la mansión. Ya cuando estaba llegando al campo de entrenamientos de los tres hermanos una extraña sensación me rodeo. Escuche unas voces. Eran Kairi y Kyo practicando. Un gran rayo salio de las manos de la morocha y se dirigió a su hermano. Instantáneamente mi cuerpo se movió a la velocidad de la luz y se paro enfrente de Kyo. Kairi esfumo su ataque y bufo molesta pateando el suelo

    --¿Pero que haces Sobaku? ¡Casi te golpeo a ti!-se cruzo de brazos y si mirada se clavo en mi.
    --Lo…Lo siento-tartamudee. No era normal que yo tuviera esas reacciones. Luego voltee y lo vi a Kyo. Todo mi cuerpo respondió al verlo. Es decir mi sangre. Era su culpa. Ahora al tener su sangre dentro de mi, era su sirvienta involuntariamente- ¡Kyo! ¡Es tu culpa! Mi sangre reacciona al verte –hice una mueca.
    --Y sigues echándome la culpa-metió sus manos en sus bolsillos y suspiro- Sobaku no deberías haberte escapado. Aun no controlas tus poderes.
    --¡Me da igual!-lo fulmine con la mirada pero empecé a levitar pequeñas rocas del suelo. Era mi enojo el que lo hizo. Respire y me calme.
    --¿Ves? No te creas sea tan fácil. Ya sabias que los poderes sobrenaturales son complicados de manejar-insinúo y una sonrisa picara se formo en su rostro.
    Solo me aleje de ahí. No quería saber nunca mas nada de el. Aunque mi sangre deseara protegerlo me daba fastidio estar junto a el. Por suerte justo a tiempo me dieron ganas de alejarme de el. Antes que empezara a sentir algo por ese pelinegro.
     
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  16.  
    Neith Abendroth

    Neith Abendroth Iniciado

    Escorpión
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    Me ha gustado mucho tu historia, sí es bastante original e interesante ^^ Me gusta como tejes la historia =)
    Tienes una pequeñas faltas de ortografía que me imagino pasan por alto al escribir emocionada xd pero en general, está bien redactada.
    Bueno, ese es mi aporte :P Espero seguir leyendote =) Suerte y que estés bien =)
     
  17.  
    Anh Peárys

    Anh Peárys Bubbles

    Cáncer
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    ¡Ohayo~ ~ ~ ~!

    Me ah encantado todo lo que eh leido *w*
    Todo muy único, y bello =)

    No tienes muchos errores, muy leves la verdad.

    Usa guión largo: (—)

    Tu narrativa es buena =)

    Besos~ ~ ~


    Muñeca Ha Neko
     
  18.  
    Sweet blody rose

    Sweet blody rose Entusiasta

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    Disfruten de este cap especial :)

    Capitulo 12 :
    -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

    Narrado por Kenji:

    Siento que mi vida fuera a acabar. Tengo un terrible deseo de ver a Kira. Tan solo paso una semana y la extraño muchísimo. Sin ella pareciera que no tengo vida. Me enamore perdidamente de ella. ¿Me enamore? Siento que la he amado desde siempre. Pero cuando tengo esa sensación un fuerte dolor de cabeza me invade. Como si mi corazón perteneciera a ella desde siempre.
    Como solía encontrarme siempre, estaba sentado en el sofá leyendo un libro con los pies sobre el. Mi hermana se acerco y llevo sus dos brazos a su cintura y me miro molesta. Si, tenia que tener modales. ¡Pero qué le pasaba! Esta es “nuestra” casa desde siempre. Hice una mueca y los baje. No debía enojarme con mi hermanita. Ella sufría más que yo. Cada noche la oigo llorar en su cama. Si no fuera por esa maldita maldición ella seria feliz. Me daba tanta rabia. La segunda persona que más apreciaba en el mundo sufría por mi culpa. Ella disimulaba frente mío pero yo sabía bien que lo ocurría.

    El maestro, la verdad últimamente lo noto alejado. Como si se encontrara en otro mundo. Debe extrañar mucho a su hija. Desde que ella llego a su vida, el sintió que todo era felicidad junto a Kira. No se porque la sigo llamando Kira. Ella es Kiabara. Pero siempre, desde que empecé a enamorarme de ella jure que seria MI Kira. Su sonrisa encantadora, esos ojos verdes que podrían hipnotizar a cualquiera y su increíble optimismo hacían que mi corazón latiera más rápido. Creo que hasta me sonroje que mi hermana me patio la pierna y me miraba pícaramente. Ella sabia que cuando pensaba en Kira estaba en las nubes. Ante el maestro fingí como si leyera mi libro maravillado.

    Me extrañó que luego de una semana y media no nos mandara nada que estaba bien. Suponía que si Sobaku estaba con ella, todo estaba bien. Pero mi preocupación no se calmaba con eso. Me levanté del sofá pero Ryou me detuvo. Con su expresión quiso demostrarme que no debía exaltarme. Esto de ser gemelos hacia más fácil predecir que le pasaba al otro. Solo suspire y me volví a sumergir en aquel libro. Era bastante aburrida la vida sin las animadas Kiyora y Kiara allí. Además que faltaba el entusiasmo de mi adorad Kira.
    Al rato por fin había terminado de leer mi libro. Agradecía a Kamy-sama que ya podía salir a caminar por ahí para pensar sin mi hermana cerca. Tenía esa extraña sensación que algo le había ocurrido a Kira. Voltee y mire al largo camino en medio del bosque ¿Estaría bien escaparme para irla a buscar? Ryou entendería que fui por el amor de mi vida pero ¿Y el maestro? Seguro me regañaría por querer a su “hija”. Solo suspire y camine hacia la cabaña que estaba detrás de la casa. En ese instante llega mi hermana corriendo detrás de mí.

    --¡Kenji! ¡Ven!-me toma la mano y me sonríe.
    --¿Qué sucede?-arquee mi ceja.
    -Tengo el presentimiento que algo emocionante para ti pasara-su entusiasmo se volvió mayor.
    -¿De que hablas?
    -¡Solo ven!-me arrastro hacia dentro de la casa de nuevo. No me soltó la mano hasta que llegamos a nuestro dormitorio. Ella sabía algo que yo no. La mire un instante e hice una mueca. Ella no era de sonreír así. ¿Tan buena era la noticia?

    Ryou se sentó a mi lado en la misma cama esperando expectante. Un pequeño portal se empezó a formar. Creí que quizás era para volver aquel mundo espiritual en el cual había viajado mi hermana pero no. Una pequeña imagen me sorprendió. Era ella. Aquella pelinegra con los ojos verdes más llamativos que había visto en toda mi vida. Nos dirigió una dulce sonrisa que me dejo embobado. Mi hermana me golpeo con su codo para que entrara en razón. Oí murmurar de sus hermosos labios algo. Estaba tan maravillado con su imagen que no reaccionaba. Gire mi cabeza y se encontraba Ryou saludándola cordialmente. Sonreí y me decidí por hablar

    --Ho… hola Kira-logre formular con un pequeño sonrojo.
    --¡Hola Kenji!-me regalo una hermosa sonrisa- Te he extraño mucho-su mirada se fijo en mi.
    --Yo igual. ¿Cómo has estado? ¿Te adaptaste fácil? –insinúe con una sonrisa. Ella tan solo suspiro demostrando lo contrario.
    --La verdad….pasaron muchas cosas. Debo contarles algo de lo que se sorprenderán muchísimo
    Los ojos de mi hermana y yo se abrieron como platos.
    --Pues….-se decidió a contar.
    Luego de un rato Ryou y yo estábamos atónitos por la historia. Sobaku la tan fiel sirvienta de Kira se había transformado y lo peor de todo es que había vivido un infierno. Nos contó todos los detalles que logro causarme un escalofrío. Mi hermana respiraba lentamente tratando de no exaltarse. Se mantenía bien pero yo. Quería decir algo para terminar con aquel silencio pero mis labios se tensaron y no logre mencionar. Nada.
    --¿Chicos? –arqueo su ceja intrigada, esperando alguna respuesta de nuestra parte.
    --Eh…perdona-dijo mi hermana nerviosa- Es que aun no me creo eso de Sobaku ¿Y ella como esta?
    --Muy molesta. Esta mas obstinada que nunca-hizo una mueca- Admito que no me imaginaba el carácter de ella así-soltó una pequeña risa.
    --Ya veo-también río mi hermana- Pues trata de mantenerla controlada si –le guiño un ojo.
    --¡Claro! Aunque temo por la vida de mi hermano, Sobaku lo ve y tiene ganar de asesinarlo- se río nuevamente y luego se quedo callada viéndome. Durante su corta plática con Ryou no había mencionado ni a.
    Yo le devolví la mirada. Ambos nos quedamos unos segundos así. De repente como si nuestras mentes estuvieron unidas, abrimos los ojos como platos. ¿Era cierto lo que estábamos viendo?

    *flashback*

    Nos encontrábamos los tres corriendo .Mejor dicho, Ryou corría al lado mío, mientras yo cargaba en brazos a Kira. Llegamos a esa cabaña donde vimos que nos besamos una vez. Entre pateando la puerta y la acosté sobre una cama. Le acaricié su mejilla y le susurre al oído “todo estará bien”. Ella tenía una enorme panza. Estaba… ¿Embarazada? ¿Pero que…? Ella me sonrío dulcemente mientras mi hermana traía todo para atenderla. Como si estuviera a punto de dar a luz.
    Me alarme cuando escuche a un grupo de personas corriendo hacia acá. Ryou me calmo y salio a ver que sucedía. Volteo por ultima vez y solo murmuro “Les prometo que protegeré a ese bebe” y se largo de ahí. Mis ojos se pusieron nublados como si quisiera llorar. Ella iba a dar su vida con tal de que nuestro hijo naciera. Kira empezó a sentirse mal. Significaba que el bebe venia en camino. Con lo que apenas sabia la ayude. Luego de una larga hora nació una hermosa bebe. Tenía unos hermosos ojos verdes como su madre pero tenia el cabello castaño como yo. La limpie y se la tendí en los brazos de mi ¿Esposa? Si lo era y eso me causaba tanta alegría. Como si realmente fuéramos una familia. La atendí y decidí mirar hacia fuera. Todo mi cuerpo se petrifico. Vi como de una apuñalada mataban a mi gemela. Un inmenso dolor apareció en mi corazón. Esos malditos la habían matado pero nos salvo. Decidí irme a vencerlos. No podía dejar que se acercaran a los dos grandes amores de mi vida. Ya me quitaron uno, no permitiría que me las quitaran a ellas también. Le bese la frente a Kira y le mencione que si no volvía, que ella debía escapar con la bebe. Sus ojos estaban lagrimosos. No quería perderme. Pero ella con su instinto de madre lo entendía.
    Luego de acabar con todos esos bastardos me volví a la cabaña. Teníamos unos minutos garantizados para escapar juntos. Kira ya tenia a la bebe lista mientras ella se había cambiado las ropas por unas mas cómodas. Hice el gesto que nos largáramos pero nuevamente aparecieron esos tipos. No venían por mí. Venían por mi esposa y mi hija. Una enorme rabia surgió de mí. Mi mirada penetraba directamente a ellos. Mi esposa me sostuvo el brazo deteniéndome. Su mirada expresaba que también quería luchar. La abrase y le agarre la mano. Defenderíamos nuestra hija pase lo que pase. Pero me reí un segundo. Tanto revuelo y no lo habíamos puesto un nombre. Ella sonrío y dijo el nombre de mi hermana. Yo le devolví la sonrisa. Ella dio su vida por nosotros y creo que era muy buena idea llamarla como a su tía.
    Ambos nos dividimos cerca de la cabaña. No permitiríamos que nadie se acercara.
    Llevábamos media hora luchando. Ambos estábamos preocupados por la bebe. No podíamos deshacernos de los millones de tipos que estaban allí luchando contra nosotros. Kira estaba tan enojada que acabo con todos de un golpe. Yo solo me quedé de estatua mientras veía caer a todos. Volteamos hacia la cabaña y estaba la puerta abierta. Nuestros corazones se paralizaron. Empezamos a correr ambos hacia dentro de ella. Estaba una mujer de cabello morado con nuestra hija en brazos y un pequeño cuchillo. Kira largo un grito desgarrador mientras que yo estaba totalmente asustado. La mujer sonrío maliciosamente y de una tajada la mato. Me tire al suelo y me largué a llorar. Esa maldita mujer había matado a la bebe que con tanto esfuerzo la defendimos. A Kira se le partió el corazón. Su hija, a la que acababa de dar a luz había sido asesinada.
    Dejo al cuerpo de lo que fue nuestra hija en el suelo y se marcho de allí corriendo. No hicimos nada por detenerla. Estábamos devastados por la muerte de nuestra adorada Ryoutsuko. Mi esposa se largó a llorar en mis brazos y gritaba y pateaba el suelo de lo triste que estaba.

    *Fin flashback*

    No se porque al ver ese recuerdo empezaron a brotar lagrimas de mis ojos. Sentí que me habían apuñalado al ver todo eso. Kira también estaba llorando. Ocultaba su rostro entre sus manos mientras resbalaban lágrimas por sus mejillas. Mi hermana nos miro extrañada. ¿Por qué pasamos de estar callados a llorar angustiosamente? Seguro esa era su pregunta. Yo siempre supe que Kira era el amor de mi vida, pero también lo era de vidas pasadas. Aun repitiéndome estas palabras esa angustia no desaparecía de mi corazón. Mataría a todos los Mai para vengarme de esa muerte.
     
  19.  
    Sweet blody rose

    Sweet blody rose Entusiasta

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    Título:
    Cain, la vida una y otra vez
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    16
     
    Palabras:
    1719
    Capitulo 13:

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    Caminando lentamente dejando volar su pelo por el viento iba una chica. De aproximadamente dieciocho años. Sus ojos eran rojos sangre y su cabello grisáceo que llegaba un poco mas de los hombros. Su mirada era firme y decidida. Tenia todo un plan armado para la ocasión .No dejaría que esa chiquilla repitiera todo de vuelta. Y quizás también se divertiría jugando con el corazón de alguien. Al fin al cabo después de casi dos milenios siendo la Caín supremo tenía experiencia haciéndose pasar por una humana o por una simple diosa. Si deseaba pasar por desapercibida tendría que cambiar un poco su look. Empezaría con su rostro. Desde que se autosacrificio a los dioses mantenía esa apariencia de una joven adulto. Su idea era convertirse en una adolescente de nuevo. Chasqueo sus dedos y su cabello se torno de un color gris oscuro brilloso, sus ojos rosas y por su cara le darías quince años máximos. Gracias a su disfraz armaría todo su juego. Como si ya sabría todo entro a la cueva, movió las piedras que obstruían el camino sin hacer ningún movimiento y se adentro al pasadizo hacia la aldea subterránea.
    Caminaba como si fuera un rayo. Había dado dos pasos y ya se encontraba en la salida del túnel. Sonrío maliciosamente y siguió su camino. Si todo salía bien se haría amiga de la nueva reina y quizás le causaría uno que otro problema. Seria divertido según ella ver como la vida de aquella pelinegra se volvería problemática.

    Paso de largo por la aldea. Pareciera que estaban teniendo un festival. Se detuvo un instante al sentir un aroma extravagante. Era su presa. Volteo y vio a una pelinegra sonriente justo a unos niños parecidos a ella y una ojiazul bastante extraña. Por lo que sabia, estaban haciendo la ceremonia de aceptación a la vida Caín. Arqueo una ceja. ¿Por qué estarían haciendo esa ceremonia si ya tenían más que diez años? Río sarcásticamente. Era estupido para ella. Observo más en detalle a ese pequeño morocho de ojos azules claro. Era perfecto para jugar con el. Miro a su alrededor buscando a alguien para poder cambiar su ropa a una humilde campesina.

    Los tres hermanos y la ex ninja se acercaron a un pequeño altar donde ardía una llama intensa. Se arrodillaron y esperaron su turno. La primera en ser llamada fue Kairi. Se levanto lentamente y extendió su mano al altar cerrando sus ojos. Todos esperaron unos minutos hasta que ella abrió sus ojos y sonrío. Giro a ver a todos decidida a hablar.

    —Los dioses que nos vigilan desde arriban me han dicho que mi gran poder es mental. Una impenetrable cárcel de acero que nada afecta-Sonrío triunfante y camino hasta donde se encontraba la multitud, se inclino y se quedo parada.
    El siguiente fue Kyo. Se levanto del suelo nervioso. Sus manos temblaban. Extendió el también su mano y se quedo así un rato.
    —Me han otorgado una increíble fuerza y la protección de la curación acelerada- observó al piso un poco avergonzado por su declaración y se fue junto a su hermana
    La mas importante en esta ceremonia le llegaba su turno .Kiabara. Se levantó y se acerco más al altar. Sus ojos se fijaron en esa llama intensa haciendo iluminar su mirada. Sentía un leve cosquilleo ante toda esta ocasión. También un poco avergonzada. Esto se debía que tenia que hacerlo a los diez años con sus hermanos pero con todos los sucesos no pudieron presentarse ante los demás diose antes.
    Lentamente su mano rozo el fuego y cerro sus ojos con fuerza. Siendo la reina se esperaba que ella tardara más de lo usual.
    Ya pasado un tiempo, juntó sus manos y giro hacia la multitud que se encontraba expectante. Hizo una leve sonrisa y miro a cada una de las personas allí. Se sentía abrumada con tanta gente.
    — No me consideraron una Caín especial de poderes pero creen que mi actitud es de una reina por mi experiencia-murmuro bajando la mirada, estas palabras la habían humillado. Era suficiente con ser siempre la débil de su grupo de amigos que ahora también entre los Caín no tenia ninguna habilidad especial como sus hermanos. Hizo una mueca y avanzo hacia sus hermanos. Volteo y miro preocupada a Sobaku. Ella si tenía que superar un desafío.
    La morocha avanzo temerosa hacia la llama en frente de ella. El fuego se incendio más con su acercamiento. Todos murmuraron preocupados. Desde que se había transformado todas las personas hablaban a sus espaldas sobre el “delito” que cometió. Y en esos instantes odiaba más nunca a Kyo por meterla en ese aprieto, pero francamente también era su culpa Solo ladeo con la cabeza hacia un lado y cerro sus ojos. Dentro suyo empezó a sentir muchas sensaciones. Como si también esos dioses la odiaran pero se detuvieron inmediatamente. Como si la estudiaran profundamente. Su cuerpo empezaba a temblar con tan solo eso. Cuando terminaron de juzgar solo le reconocieron que seria muy habilidosa en lo que se propusiera. Satisfecha con el veredicto salio decidida, con su caminar firme de humana, para pararse junto a la reina.
    Toda la multitud los aplaudió alegremente. Aunque ciertas personas murmuraban por lo bajo objetando el porque de la aceptación a alguien que no nació como Caín. Sobaku ignoro aquellos comentarios que con sus agudos oídos escuchaba.

    Aquella peligris sonreía triunfante observando como espectadora todo eso. El infierno que vivía esa “ninja” le parecía divertido. Pensó que hacerse amiga de ella le seria conveniente.
    Dio media vuelta y se alejo de ahí. Si planeaba fingir, lo haría bien. Encontrando una “casa” y armando una buena excusa de porque no se la había visto antes en la aldea. Todos se le quedaban viendo embobados mientras ella pasaba. Con su apariencia no dudaría en conquistar el corazón de aquel joven.

    Los tres hermanos y su acompañante regresaron a la mansión. Durante el camino fueron callados sin soltar ningún comentario. Kairi simplemente no quería incomodar a su hermana mientras Kyo no quería ganarse mas odio de parte de Sobaku. Kiabara entro y se dirigió a la biblioteca. La ojiazul se marcho a su dormitorio dejando a Kyo y a Sobaku en el porshe.

    — So…Sobaku yo…-intento mencionar el ojizual mientras la pelinegra lo miraba de reojo de brazos cruzados.
    — No digas nada. Esto me resulta demasiado molesto –volteo a mirar hacia otro lado- Desearía irme así no te vería nunca mas, pero mi deber esta junto a Kiabara.
    — ¡Pero si puedes irte cuando quieras! ¡Acuérdate que mi hermana es un dios, puede cuidarse sola! –exclamo este.
    — No entiendes nada del deber-bufo- En realidad no lo entiendes. Yo…yo la conozco…de otra vida - tartamudeo esto último. Su cara se había vuelto triste y sus ojos reflejaban angustia.
    — ¿Tu también con eso de la otra vida?- se cruzo de brazos y frunció el ceño.
    — Agh ¿Te molesta?-arqueo una ceja- Desde lo que paso, deberías saber perfectamente que deseo alejarme de ti
    — Si lo haces por mi sangre, lo entendería. Pero se que te gusto. No te es fácil fingir lo contrario- comenzó a acercarse a la cara de esta.
    — ¡Aléjate de mi! –lo empujo con ambas manos y salio corriendo de allí rápidamente.
    — Vaya que carácter- se rasco la nuca alejándose del porshe

    Mientras caminaba se topo con una muchacha haciéndole tirar todos sus libros. Ella suspiro y trato de levantarlos pero alzo la vista y al ver al morocho sus mejillas se enrojecieron un poco.
    — Per…perdón-logro formular aun sonrojada- Con tantos libros no pude fijarme el camino –hizo una leve reverencia y acomodo los libros en sus brazos.
    — Oye déjame ayudarte- le sonrío y los apilo entre sus brazos- Por cierto. Se nota que te gustan los libros.
    —Si –asintió- Paso la mayoría del tiempo leyendo sobre todo. Algunos libros que traen del mundo humano son muy interesantes-sonrío tímidamente.
    —Vaya que eso parece… - La miro y un leve rubor broto de sus mejillas- ¿Quieres que te ayude con un par? Los veo muy pesados para alguien tan frágil como tu.
    —Es…esta bien- Le entrego un par y le agradeció con una sonrisa.
    —Por cierto ¿Cómo te llamas? –la miro con una leve sonrisa de costado.
    —Saku….Sakurano-tartamudeo- ¿Y tu?
    —Kyo
    —Tú… ¡Tú eres el príncipe! ¡OH! Mil perdones si estoy haciéndole llevar mis libros-menciono como si fuera a desmayarse del simple hecho.
    —Tranquila, yo me ofrecí a cargarlos –le guiño el ojo haciendo que la chica se sonrojara mas-Oye ahora que lo noto tu estilo es bastante peculiar
    — ¿Por qué lo dices? –parpadeo un par de veces mirándolo intrigado.
    —Porque en todo este tiempo que llevo aquí nunca había visto a una chica con tal hermosos ojos rosas- menciono bajando su mirada un poco avergonzado.
    —Em…pues es que mi familia es rara ¿Qué mas puedo decir? –se río sarcásticamente encogiéndose de hombros.
    —Si vieras la mía- se río también.
    Ambos caminaron un largo rato riéndose hasta que llegaron a la puerta de una casa. La muchacha entro a esta dejando los libros sobre una mesa y saliendo nuevamente hacia fuera.
    — Muchas gracias su alteza. Ha sido un placer conocerlo –se inclino hacia el y le sonrío.
    — Solo trátame de Kyo. Al fin al cabo ahora somos amigos.
    — ¿Amigos? –arqueo una ceja la peligris.
    — ¡Claro!-paso su brazo detrás de la cabeza de esta dejando caer los libros- Auch perdona –hizo una mueca en forma de arrepentimiento.
    —Esta bien, no te preocupes. Ya me hiciste el favor de ayudarme a traerlos hasta qui. Ahora los llevare a dentro. Supongo que nos veremos luego –le dio un corto abrazo, cargo los libros caídos a sus brazos y los llevo adentro.
    —Vaya. Si que era linda y simpática –se sonrío a si mismo y se volvió a la mansión caminando felizmente.

    Sobaku iba de paso hasta que se encontró a la pareja caminando tan alegremente. Arqueo una ceja ante la escena. ¿Tan rápido se buscaba otra? Frunció el ceño y se alejo de ahí. Ya andaba de malas y ahora se pondría peor.
     
  20.  
    Sweet blody rose

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    16
     
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    Capitulo 14:

    Kiabara se encontraba sobre el sofá de la biblioteca. En una mano tenia el libro y la otra la tenia sosteniéndole la cabeza. Estaba aburrida. No veía el día en que Kenji y Ryou vinieran hacia la aldea. Desde su última charla en que Kenji y ella estaban llorando por su hija, ambos se hablaban dulcemente para apaciguar el dolor del otro. Eran prácticamente novios, esposos. Pero a Kiabara no le bastaba, necesitaba verlo. Quería abrazarlo y saber que todo estaba bien. Pero maldecía que lento pasaba el tiempo para que pasara dos semanas hasta que ellos vinieran.
    Decidió dar un pequeño paseo por la aldea, pero intentar sacar de su cabeza a aquel castaño. Cuando ya estaba llegando al centro se topo con una chica haciéndola caer al piso y creando un gran estruendo

    —Oye ¿Estas bien? Perdona estaba perdida en mis pensamientos-se levanto del suelo y se quito la tierra de su ropa. Luego le ofreció la mano a la otra chica que también se había caído.
    — Esta bien, fue mi culpa, creo que estaba pensando demasiado en las estrellas- se levanto con la ayuda de la mano de la morocha- Gracias por preocuparte
    — Que raro que pienses en las estrellas si aquí abajo no se pueden ver-se formo en su rostro una pequeña sonrisa.
    —Es que a veces me escapo de la aldea y subo arriba para observarlas. Creo que no me basta con solo leer sobre ellas en libros- elevo su vista al cielo oscuro que había.
    — Vaya me sorprende, seguro debes tener una buena biblioteca para leer sobre eso
    —Si, en realidad no, es que de la gran biblioteca que es muy popular de aquí me prestan libros-se sacude la tierra de su falda.
    — Si deseas leer algo puedes venir a mi casa, ahí puedes quedarte todo el tiempo que quieras leyendo –le sonrío
    — Mu….muchas gracias-tartamudeo atónita- ¿A quien le debo todo esta bondad?-pregunta con una pequeña sonrisa picara.
    —Pues a Kiabara-llevo sus dos manos a su cintura sonriendo.
    — ¿Kiabara? ¿Su majestad? –parpadeo varias veces sin creerlo
    — Si ¿Acaso no me reconociste? Perdón a veces trato de pasar por desapercibida-le rasco la nuca.
    — Esta bien no se preocupe-negó con sus manos- Pues fue un placer conocerla, espero volver a verla pronto. Adiós –dio media vuelta y se largo brincando en vez de caminar.
    — Pero que encantadora chica. Además es muy raro que una chica de ese look se encuentre por aquí.

    La peligris cambio su cara a una maliciosa. Había conseguido su propósito. Mostrándose como una dulce y buena chica delante de esos ingenuos. Al llegar a su supuesta casa, chasqueo los dedos y volvió a su figura normal. Se tiro sobre la silla cansada. Todo el día con esa tonta sonrisa le había entumecido el rostro. Empezó a hacerse masajes para ver si le pasaba. Estaba satisfecha. Con su sonrisa seguro que ya flecho el corazón de Kyo. Lo malo es que tendría que fingir que le gustaba y hasta confesarle. Hizo una mueca de asco. Pero lo que ella no sabía era que se avecinaba algo peor que su actuación. Algo por el cual tendría que usar sus poderes para crear una mentira creíble ante los demás.
    Mientras se acostó en su cama, recordó aquella vez que visito un prado donde a la distancia se encontraba una casa de madera. Vivian unos humanos ordinarios según su parecer. Decidió intrigada sobre ellos acercárseles. Se quedo mirando helada por la ventana como golpeaban a una niña pequeña de aproximadamente cinco años, que caía
    al suelo con una herida en su labio inferior. Extrañamente le dio lastima, pero se largo de ahí. No quería ver esa escena. ¿No se suponía que los padres en ese mundo eran todos buenos? Se sentó en el césped mirando al cielo. Se quedo dormida profundamente y cuando despertó ya era de día. Tenia que volver urgente con los demás dioses. Pero aquella niña golpeada, de cabello rubio ceniza atado en dos colitas y sus ojos fucsia se le acerco intrigada. Ella la miro enojada. Se suponía que nadie tenia que verla pero esa niña le causo lastima, y había una forma de salvarla

    — Ho-hola ¿Qué hace usted aquí?-arqueó su ceja.
    — No podía dormir y decidí venir aquí ¿Por qué preguntas?- le contesto con un tono gruñón.
    — Entonces lárguese antes que vengan esas personas- se cruzo de brazos y lo dijo como si en verdad odiara a su familia.
    — Espera –se formo una sonrisa maliciosa en su rostro- ¿Tienes hermanos?
    La niña negó con su cabeza.
    — ¿Y odias a tus padres?
    Esta vez asintió
    —Dame tu mano, te hare un favor –le tendió su mano a la pequeña rubia quien también se la dio.

    Volvió de su recuerdo. Desde años que no veía a esa chiquilla. ¿Cómo le estaría yendo? ¿Habría usado bien su regalo? En realidad le daba igual pero tenia que admitir que le recordaba a una niña muy especial para ella, y que suponía que por eso le había dado lastima. Hizo una mueca y se cruzo de brazos. No importaba esa niña. Debía enfocarse en como engañar a esos chicos. Era un fastidio si existiera la posibilidad de tener que besar a ese ojiazul para que se creyera su cuento que estaba enamorada de el.

    A la mañana siguiente Sobaku andaba paseando por la aldea mientras se asomaba el extraño “sol”. Estaba tan molesta con todo lo que estaba pasando. A veces deseaba irse lejos de ahí, pero la detenía su deber. Aunque su vida era aburrida ahí o en la casa del maestro, extrañaba en cierta forma las misiones. La mantenían ajena a aquellos recuerdos dolorosos para ella. Los que la habían convertido en lo que era ahora. Alguien fría y seria. Apenas si recodaba el tiempo en que era dulce, cariñosa y sonriente. De solo recordar aso se formaba una hueca en su rostro. Nadie debía saber eso. Y para peor es que aquel morocho lo estaba logrando.

    Y pasada una semana. Se había formado una extraña relación entre aquella peligris y Kyo. Eran demasiado unidos y encima ella se transformo en la mejor amiga de Kiabara. Sentía que algo se tramaba esa chica. No podía ser tan dulce e inocente como ose mostraba. ¿Por qué acaso no se la había visto antes en la aldea? La muchacha solo mencionaba que no era de salir mucho porque se la pasaba leyendo desde niña. Seguro era una mentira según Sobaku. Kyo estaba empezando a sentir cosas por esa chica. Era tan increíble según el. Tan inteligente y perfecta en todo lo que hacia. Era mucho mas fuerte que el peleando aun cuando esta se la pasaba solo leyendo sin entrenar.

    Cuando ya era el atardecer y se encontraban “Sakurano” y Kyo caminando juntos, se sintió un pequeño temblor sobre ellos. La peligris miro hacia arriba temerosa. Algo malo se venia y lo presentía. Se alejo del pelinegro diciendo que tenia que asegurarse que su padre se encontraba bien. El se quedo parado mientras la observaba marcharse. No entendía a que venia eso.
    Rápidamente la Caín chasqueo sus dedos volviendo a su verdadera forma y se teletransporto fuera de la aldea. Su mirada se fijo a la muchacha que se encontraba causando el estruendo.


    — Eres tú…-murmuro con el ceño fruncido y colocando ambas manos listas para atacar.
    — Hola Mirah ¿Me extrañaste? ¿Te cause culpa por dejarme ahí…..olvidada? –arqueo su ceja con sonrisa maliciosa.
    —Si claro –revoleo sus ojos- ¿Para que viniste aquí Tamy?
    —Vine a buscarte ¿Si no a que mas? Me dejaste con esos tontos humanos y no me quedo de otra que matarlos –empezó a formar puños en sus manos.
    —Ya, ya –agito sus manos tratando de tranquilizarla- Se lo merecían, eran demonios en vez de humanos. Mira que golpearte… –ladeo su cabeza excusándose.
    — Dejando ese tema de lado. Vengo a deshacerme de ti –formo una sonrisa torcida con su rostro.
    — Nunca lo lograras tonta. Véngate si quieres pero aquí yo soy la Caín supremo- insinúo llevando ambas manos a su cintura.
    — ¡Agh! Ya cállate-hizo una mueca- ¿Soy una semi dios recuerdas? Tú me convertiste. Me creo lo suficiente capaz como para dañarte.
    — En vez de eso. Te ofrezco un trato. Como para compensarme el favor de salvarte la vida ¿Te va?
    — Te escucho… –asintió cruzándose de brazos.
     
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