Mantuve la vista sobre ella mientras evocaba aquella famosa tarta de chocolate horneada por los dioses, girando los palillos entre mis dedos en forma distraída. Las chicas solían ser bastante cutes cuando hablaban de comida que les gustaba, ni idea por qué. Era algo así como una ley universal. Cuando me dio el nombre del lugar, saqué el móvil de mi bolsillo y, mientras masticaba una buena porción de arroz, la busqué. —¿Esta? —le pregunté tras haber tragado y mostrándole el móvil con una panadería ubicada en Shibuya—. No la conozco, de por sí no suelo andar mucho en Shibuya. ¿Tú vives ahí? Dejé el aparato a medio camino sobre la mesa, comí un poco más y le di algunas vueltas a su pregunta. —No suelo comer cosas muy dulces, quizá —reflexioné—. Me gustan mucho los scones, por ejemplo, pero me empalago relativamente rápido. Prefiero los postres más neutrales, como un cheesecake o un lemon pie. Eso y ciertos panificados. —Me reí un poco—. Aunque, si te soy sincero, hasta ahora nunca le di mucha cabeza.
No anticipé que se pusiera a buscarla, ni idea, la curiosidad de una buena parte de la gente no alcanzaba para eso o si lo hacía lo dejaba para después. De todas formas, despegué un poco la espalda de la silla para poder ver mejor la pantalla y asentí con la cabeza, confirmando que era esa. Cuando dejó el teléfono en la mesa yo regresé a la posición de antes. —Una amiga mía es del barrio y yo no vivo muy lejos —respondí con simpleza—. Vivo en Chiyoda, cerca del límite con Shinjuku y Minato. A ver, tampoco me podría yo a dar explicaciones, si pecaba un poco de lo mismo que él con su alma de campesino. Todos los espacios parecían demasiado grandes, demasiado grises y similares, así que mis direcciones daban algo de pena en rasgos generales. Gracias a Dios existían los GPS, porque si no me moría en dos días. Como fuese, le presté atención cuando contestó mi pregunta y asentí con la cabeza de lo más concentrada, como si la cosa fuese importantísima. Bueno, lo era para el futuro almuerzo que estaba organizando en mi cabeza. —Well, now you did —atajé a lo de que no le había dado mucho cabeza y se me escapó una risa—. Aunque no debe haber nada mejor en el mundo que un buen scone, la verdad sea dicha. Bueno, con esa información espero no matarte por coma diabético, quiero decir ya que sobreviviste la posible intoxicación. Al decir la tontería le eché un vistazo a su bento, sonreí para mí misma y seguí comiendo, que entre el parloteo me había olvidado un poco de mi propio almuerzo.
Una sonrisa ligeramente burlona danzó en mis labios al oírla decir que era de Chiyoda y me ahorré los comentarios, asumiendo que mi expresión hacía el trabajo por sí misma. Bueno, era una escuela de pijos, ¿no? La gran mayoría cagaban el dinero, incluso si de a ratos se me olvidaba. En cualquier caso, ella no me regresó la pregunta y el tema murió ahí. —Y eso que aún no has probado los míos~ —me mofé, lleno de orgullo, al oírla mencionar el poder de un buen scon. Cuando quise acordar me estaba acabando ya el bento, de por sí comía un poco rápido. Un par de bocados después desapareció y me paré para dejar la caja junto a la pila de bandejas sucias. Regresé a la mesa, me senté con calma y crucé los antebrazos sobre ésta. —Cuando acabe la escolto a su clase, Lady Ilana —avisé, suavizando el tono por la gracia del chiste.
Sabía que salía de un molde diferente al que se esperaba, no decía yo respecto a la escuela que estaba llena de ricachones de por sí, si no de dónde venía y dónde había ido a parar. Vivíamos mejor que en América, bastante mejor y no era algo que ignorara, en su lugar lo agradecía, a pesar de todo lo demás que extrañaba y de la Ilana que había quedado a medio camino. Jamás podría renegar esta vida, no podía ser así de mal agradecida. De la manera que fuese, estaba tomando otro bocado de comida cuando soltó lo otro lleno de orgullo y lo miré entre sorprendida y divertida. Hombre, qué hacía yo aquí ofreciendo postres si el señorito preparaba scones, pero bueno. The more you know, right? —¿Aún? —Me atreví a preguntar cuando superé mi sorpresa y se me estiró una sonrisa—. ¿Existe la posibilidad de que el caballero me permita semejante honor entonces? Él se terminó el almuerzo, fue a dejar la bandeja y regresó. Dijo que cuando terminara me escoltaría a mi clase, la tontería me sacó una risilla y asentí con la cabeza, concentrándome en acabar con lo que me quedaba de comida. —Wait —dije de repente y lo miré de lo más seria otra vez—. ¿Algún otro consejo de supervivencia escolar, mi estimado? Soy todo oídos, puede brindarme su sabiduría mientras me escolta, si le parece. Después de soltar la pregunta comí lo último que me quedaba, tapé la taza y lo miré. Monólogos y delirios a parte me alegraba haberle hablado, había sido un almuerzo entretenido. —Gracias por aceptar almorzar conmigo por cierto.
Lo cierto era que lo de estar solo no iba muy enserio, es decir, lo veía más como un gancho para hacerle conversa, tenía su gracia. Además, claro que ahora sin la chaqueta roja no me había pasado desapercibido la cantidad de tinta que dejaba ver el uniforme, me pregunté hasta donde seguiría el diseño o qué era exactamente lo que tenía dibujado en su piel, sin embargo, no había podido detallarlo más que lo que me permitió la caminata hasta la máquina que era igual a casi nada. Pero no sería yo quién pecaría de curiosa, al menos aún, obvio. Mencionó lo de la cafetería al no traer almuerzo, me preguntó si lo acompañaba por ahí derecho y asentí con calma en lo que éste se giraba, le seguí el paso con la vista distraida entre las multitudes que comenzaban a dispersarse hacia la misma cafetería, o hacia el patio. Aceptó también ir conmigo a la piscina así que no estaría sola esta tarde. —Ah, y dime Kathe sin problema —mencioné como por no dejarlo tan solo con mi apellido, que me sonaba formal en todo su esplendor. Regresé el rostro al frente en lo que llegamos a la cafetería, eché un vistazo a la fila y lo acompañé en la formación porque hablar venía con mi nombre, qué sé yo, si esto lo traía innato, que lo hubiese reprimido era otra cosa. Pero como fuese, eché un vistazo de lo que vendían solo por curiosidad. —Shimizu, ¿no? —busqué confirmar—, ¿sueles comprar tu almuerzo o hay ocasiones en las que cocinas?
Era ella la que había soltado la invitación a la piscina, así que no sería ella la que rechazara acompañarme a la cafetería, era tan simple como eso. Así que solo enderecé los pasos hacia allí apenas accedió y pronto estuvimos allí. Como era extranjera que te cagas, y puede que eso explicara que se le pegara a Sakai sin prejuicios japoneses de por medio, me dijo que podía llamar Kathe y yo asentí como si nada. Entre que ella no ponia trabas y yo era un confianzudo, pues ni modo. En la fila de la cafetería, aunque no era especialmente larga, no había nadie que conociera así que no pude hacer unos de mis habilidades de hablar hasta por las orejas para poder colarme. Me mantuve en mi lugar, esperé a que avanzara y observé qué podía permitirme con mi presupuesto. Hombre, tenía que haberme traído a Altan para sacarle el almuerzo al pobre desgraciado depresivo en vez de gastar yo dinero. —Sí —atajé a su pregunta sobre mi apellido y cuando preguntó si cocinaba se me escapó una risa por la nariz—. Dudo que hacer fideos instantáneos cinco de siete días a la semana cuente como cocinar y no me voy a traer los fideos recalentados a la escuela, seamos honestos. Es comprar o no comer. A veces era tan sencillo como no hacerlo, de hecho. Estaba en esta escuela por unos papeles corruptos, porque me cubría una beca que no merecía o la mierda que fuese que había hecho el padre de Altan para meterme. El punto era que no tenía la inteligencia ni el caudal económico para estar aquí, a diferencia de esta gente yo conocía el hambre. El hambre de verdad y había aprendido a funcionar con muchísimo menos en el sistema que cualquier diablo, incluso ahora que tenía algunas fuentes de ingresos más estables. —A veces una amiga me comparte de su almuerzo —añadí al recordar los almuerzos con Sasha y sonreí más para mí mismo que para ella, lo que incluso cambió el tinte del gesto aunque no lo noté—. Imagino que en tu intento por ser sociable terminaste hablando con el tigre. Eso o Ikari te cayó del cielo, que también es probable.
Con lo de los fideos me recordó a Aleksander, que bueno, parecía que desde que llegamos aquí solía comer eso antes que cualquier otra cosa, por precio y disminuir el tiempo que necesitaba con los trabajos que tenía encima. En ocasiones solía regañarlo, en otras, le preparaba el almuerzo y unas menores se lo invitaba. Era bastante receloso, pero con la comía solía ser muy agradecido. Noté la suavidad que le cursó la expresión al mencionar a una chica y tan solo fingí no percatarme de ello, pero me alegraba que tuviese a alguien así por la forma en que se refería a la que creía y era una desconocida para mí. La fila continuó avanzando, seguí con pasos calmos entre tanto. —Justo los conocí en la misma máquina que te hablé a ti —le eché un vistazo a la señora que le preguntó que ordenaría, aguardé a qué pidiera y todo para proseguir—. Uno es bastante agradable, el otro tiene su gracia —agregué risueña, ya él sacaría sus propias conclusiones que en realidad imaginaba que no pasarían de lo superficial—. ¿Y tú? ¿De dónde los conoces? Hasta donde yo sabía ambos eran nuevos, así que imaginaba pocas opciones al no ir éstos en su misma clase.
La fila se movía con fluidez, por suerte, quizás todos quería aprovechar la mejora del clima y quedarse atascados en la línea lo menos posible. El caso fue que en medio de que me contara dónde había conocido al dúo de idiotas y me preguntara de qué los conocía yo me atendieron, así que le pedí a la señora un sándwich de pollo y fin del asunto, porque tenía la soda que me había invitado Manson. Al menos una parte me la ahorraba. Me alcanzaron lo que pedí, pagué y me salí de la fila para enderezar los pasos hacia el exterior con tal de movilizarnos a la piscina. Antes de contestar nada, eso sí, le di otro trago a la lata. —A Ikari lo conocí en un bar —contesté luego de bajarme el trago—. Fuera de eso, como ya habrás notado, no conoces a uno sin conocer al otro. Están pegados como mocos una buena parte del tiempo. Hice una pausa, husmeé el espacio sin intenciones particulares y regresé la atención a la chica. —¿Cuánto llevas en la escuela de todas formas? Viendo que sigues en la fase de "intentar socializar". En mi defensa, no entraba mucho en los otros salones e incluso de hacerlo no tendía a fijarme demasiado en las otras personas de no ser porque necesitaba información de alguna clase. Para resumir, que no había reparado en su existencia antes de verla salir de la sala multimedia con el tigre.
Comenzamos a bajar con calma, permanecí cerca de su cuerpo adrede y no perdí detalle de las caricias que dejaba en el dorso de mi mano. Su primera respuesta fue un vago intento por molestarme y se me aflojó una risa suave. —Oh, maple syrup —añoré, haciendo las conexiones mentales que me vinieron en gana, y me arrimé momentáneamente a él para mirarlo—. Tú debes extrañarlo más que yo, ¿no? En casa era producto de lujo así que no lo comprábamos tanto, but gosh. It was so tasty. Sobre el final había apoyado la cabeza en su hombro, enfatizando aún más mis palabras, y luego le regresé el espacio. Me propuso enseñarle mi flor favorita del invernadero y asentí, pensativa, haciendo un paneo mental de lo que había visto ayer. No había memorizado muy bien el entorno, sólo lo había almacenado en mi memoria como un lugar bonito y ya. No prestarle su debida atención a lo que me rodeaba era un error en el cual solía incurrir. En la planta baja noté que Alisha pululaba cerca de la máquina expendedora; también estaban Rowan y Torahiko, pero en ese momento no importaba demasiado. Afirmé el agarre en la mano de Maze y apuré el tranco, reprogramando como nuevo destino la máquina de la cafetería. Al rebasar al trío, sin embargo, deslicé la mirada al costado y le sonreí brevemente a los muchachos, sin aguardar una respuesta de ningún tipo. Me había hecho lío mental pero al final me había ganado el hábito, vaya. Me habría sentido culpable luego si los ignoraba. Además, medio seguía activo el plan de metérmelos en el bolsillo, así que había que tomar decisiones. Una vez los rebasamos, me vacié los pulmones y relajé el cuerpo a consciencia, notando que había tenido sujeta la mano de Maze con más fuerza de la que pretendía. Lo solté, le dediqué una pequeña sonrisa de disculpa y, ya frente a la máquina, volví a comportarme como antes. —Alrighty, ¿qué te apetece beber, cariño? ¡Yo invito!
No iría a mentirle a nadie diciendo que no estaba en mi jodida salsa en aquellos momentos, con dos chicos tan guapos siguiéndome el juego sin ninguna complicación por su parte. I mean, Tora se veía algo más indiferente con todo el asunto, pero en mi libro un sí era un sí, poco importaba si pretendía hacerse el desinteresado; sabía que no iba a negarse cuando lo tuviese a puntito de caramelo, de todos modos. Suponía que mi insinuación de que fuesen algo más que amigos podía haber llegado a ofenderles de ser otra clase de chicos, pero obviamente no le dediqué tanto pensamiento al asunto ni de coña. No se dio el caso, anyway, porque en su lugar vi como ambos empezaban a reírse por la pregunta y yo, en consecuencia, sonreí con la misma cuota de diversión. Ante el comentario de Tora, eso sí, tuve que echarme un poco para atrás para poder intercalar miradas entre ambos, repasándolos concienzudamente con la vista antes de volver a mi sitio y asentir con la cabeza, solemne. —Yep, definitivamente pensarán eso. Don't worry, tho, si pasáis el suficiente rato conmigo, van a pensar que yo os la como a ambos, so you'll be safe~ —añadí, encogiéndome de hombros con cierta indiferencia, y poco después centré mi atención en Rowan, cuando confirmó que solo eran amigos y, además, buscó picarme un poco con su comentario final—. Oh, but I can't... girls just love me too much. I'm sorry, hun! —contesté, haciendo un puchero con los labios antes de volver a encogerme un poco de hombros, en aquella ocasión con un aire más resignado. Todo era puro teatro, claro, y mientras tanto habíamos llegado finalmente a la cafetería, por lo que dejé el acto una vez estuvimos dentro y nos pusimos en la fila; también decidí soltarles los brazos de una vez, que habían cumplido con creces y se lo merecían. Claro que había notado la presencia de Sasha cuando nos rebasó en el pasillo, especialmente porque fue imposible no notar que les sonreía al pasar, pero no tenía ningún interés en hacerle mucho caso, así que simplemente decidí ignorar su existencia como si nada; ella había hecho lo mismo y quizás eso era lo mejor para todos. >>¡Qué hambre! ¿Habéis comprado algo ya en la cafetería? ¡Tienen comida muy buena! Obviously, ya que son todos unos pijos. Si no sabéis todavía lo que pedir, yo siempre recomiendo el bento grande con algo de picante.
Los límites de Tora eran una cosa de lo más rara, funcionaba por primera impresiones, por oportunidades puestas en bandejas y poco más. Sabía que lo directo del acercamiento de esta chica debía haberlo puesto incómodo, pero apenas la otra soltó la oferta él hijo de puta la atajó en el aire y era posible que le sacara provecho a la tontería más pronto que tarde, viendo las condiciones de su otro campo de juego, por decirle de alguna manera al asunto con Katherin. ¿Era bueno para la otra pobre desgraciada? No, pero a él le importaba todo tres mierdas. En fin, yo había puesto las red flags bien grandotas el otro día. Tampoco podía hacer milagros. A todos nos hizo la debida gracia la estupidez que había preguntado la rubia, yo no me ofendía por casi nada y Tora, con su indiferencia eterna, había terminado por encontrarle el chiste a esa clase de mierdas dependiendo de quién vinieran. Dudaba mucho que le hiciera la misma gracia cuando era Shimizu el que lo insinuaba, pero pues allá él con qué decidía sacarse canas antes de los veinticinco. La chica contestó la tontería de Sakai con otra del calibre y negué con la cabeza, asumiendo que ninguno tenía remedio a pesar de que con ella llevábamos hablando menos de veinte minutos. La criatura soltaba cuarenta idioteces antes de alcanzar el siguiente piso, imagina poder hacerme otra opinión en semejantes condiciones. —I mean, las entiendo —apañé a lo de que las chicas simplemente la amaban demasiado y Tora suspiró, como resignándose a que allí iba de nuevo—. Que las entienda no desacredita mi reclamo. En algún momento Sasha nos rebasó con el pelirrojo del día del café del desastre, cuando me alcanzó la camisa del otro chico, y noté que nos sonreía así que hice lo mismo y Tora me siguió aunque de forma un poco más sutil, el muchacho también me sonrió antes de seguir su camino. ¿Noté que ellas pasaron la una de la otra? Absolutamente, pero esa clase de cosas no tenían que ver conmigo en lo absoluto. Al menos eso decía yo, pero nuestro negocio de mierda existía por la primera pieza de dominó que había caído. Una que no sabía había tirado esta muchacha tan bonita. ¿Qué había dicho yo la noche que Arata me convocó en el Hibiya? Son mucho más listas, ordenadas y rencorosas que nosotros. —Por lo general traigo almuerzo de casa —respondí a lo de la cafetería como si no estuviera hilando pensamientos en segundo plano—. Así que creo que tomaré tu recomendación, para ver qué tal nos trata la cafetería de academia pija. Ya en la fila Tora dejó de prestarnos atención para husmear qué tenían, quizás porque no confiaba mucho en los bento que ofrecían las escuelas, aunque nunca había visto uno que decepcionara. Mucho menos teniendo en cuenta que veníamos de otra escuela pija de por sí. —¿Vas a querer algo, Ali? —le pregunté a la chica como si nada—. La casa invita. Supongo que no dejarás pasar la oportunidad~
Rowan era un muchachito de lo más adorable, ¿a que sí? Con Tora me apetecía hacer cositas innombrables para nada suavecitas, mientras que al pelirrojo me daban ganas de comérmelo a besos (para después hacer cositas innombrables para nada suavecitas, también, las cosas como eran). El chico me contestó a la tontería de turno con otra digna de la situación, sacándome una sonrisa más que encantada por la misma, y lo miré de reojo antes de dejar escapar una risilla suave, encogiéndome una vez más de hombros. —Don't worry, girls will love you too~ —murmuré, inclinándome en su dirección para hablarle cerca del oído—. And lemme tell you something... cuanto más pijas sean, más salidas están, mark my words~ Y, de todas formas, the guy was a smooth talker, así que definitivamente no iba a tener demasiado problema en ligar con cualquier muchachita de por aquí. Una vez llegamos a la cafetería, Tora se desentendió de nosotros para fijarse en lo que la cafetería ofrecía, así que mi atención siguió centrándose en el pelirrojo, que además había sido quien me había contestado a la nueva pregunta que hice. Asentí con la cabeza, orgullosa de haber conseguido convencer a alguien más de probar el bento picante, y después giré la cabeza para mirarlo, abriendo apenas los ojos con algo de sorpresa antes de recuperar la sonrisa, echándome hacia delante para plantarle un beso en la mejilla. >>Oh, you're lovely~ ¡Sí, sí! Uhm... creo que me pediré una ensalada. ¡La César está muy rica también! —sentencié, tras haberme llevado la mano al mentón mientras sopesaba las posibilidades, y terminé la decisión con un único asentimiento de cabeza solemne—. ¿Y habéis conocido a alguien más de nuestra clase? ¿O de las otras?
¿Así nada más estaba haciendo el imbécil con esta muchacha? Pues sí, ni siquiera le estaba confiriendo una gota de pensamiento. Ella se inclinó para contestarme, el secreto que me confirió no era ninguno de estado, la verdad, pero bastó para estirarme una sonrisa bastante satisfecha en el rostro. Contuve una risa, me distraje viendo a Tora que seguía husmeando sus opciones y me pareció que el idiota, de la nada, medio apartaba a alguien de un empujón. —¿Más sabiduría ancestral? —La molesté solo porque sí y lo que dije después sonó hasta a pensamiento en voz alta—. Nada es gratis, dicen. Imagino que tendré que guardar espacio en la agenda para darte las gracias. Con la invitación a la comida la chica al final me plantó un beso en la mejilla, la estupidez me aflojó una risa y recibí su pedido con toda la calma del mundo. En fin, que la fila siguió avanzando, pedí las cosas y Tora acabó por pedirse un bento normal, supuse que se debatió entre pedir algo dulce o no, pero al final desistió, mientras yo me encargaba de eso, él fue el que tomó la palabra ya que había regresado con nosotros apenas unos segundos antes de que ella hiciera la pregunta. —Hablamos con una chica de apellido Manson de la otra clase, ¿de la 3-2 es? Como sea. —Cero tacto de su parte, como siempre—. A Rowan otra rubita le lanzó un café encima a las ocho de la mañana y lo rescataron con la camisa de otro tipo que... ¿Sabes cómo se llama? —La chica del café se llama Genésis, el chico de la camisa todavía no sé —respondí con sencillez—. Ojos azules, cabello grisáceo. Tengo que devolverle la camisa igual. —Rorin habló con una niña de primero, ¿cierto? —Ah, Bea. Pobre criatura casi se muere de los nervios, no creo que tenga muchos amigos ni nada —expliqué mientras nos guiaba fuera de la fila luego de que cada quien tomara su comida, pues porque no era yo un pulpo, y lo siguiente lo dije con un pesar de lo más impostado—. También conozco a Katrina Akaisa, aunque no es que me hable en la escuela, lo que me parte el corazón. ¿Tora había evitado mencionar a Sasha adrede? Supuse que sí, viendo la ignorada absoluta de ambas, y por motivos que escapaban a mi lectura de la cosa también sacó a Honeyguide de la lista, como si uno estuviera pegado al otro. Nuevamente, nada de eso tenía que ver conmigo por ahora. —¿Y si Alisha elige dónde sentarnos? No tengo ganas de tomar decisiones ahora mismo —argumentó Tora y yo me encogí de hombros, pues me daba lo mismo.
Lo cierto era que, en aquella ocasión, no había pretendido que mi comentario fuese ninguna gran revelación ni nada por el estilo, pero mentiría si dijese que la tontería de tener que agradecérmelo después no hizo que cambiara completamente de opinión. Le sonreí, completamente encantada con su propuesta, y asentí con la cabeza un par de veces, con decisión; no iría a ser yo la que no dejara claro que estaba más que interesada en el asunto. La fila siguió avanzando después de que le dijese lo que quería comer y el muchacho lo pidió cuando estuvimos en el mostrador, con Tora uniéndose en ese momento para también pedir, al mismo tiempo que se acoplaba para responder a la pregunta que hice. Los fui escuchando con atención, recogiendo mi ensalada en el proceso, y asentí a medida que iban revelando los distintos nombres. Tres cuartas partes eran chicas aunque, bah, dos de ellas no me daban las mejores vibes y la otra era una cría de primero, así que la competición era básicamente inexistente; el muchacho suponía que era Kenny boy, lo que estaba bastante bien. Ah, sure, también habían mencionado a Katrina, but she was just something else... —Ah, Kitty Kat, yeah... Well, al menos te habla fuera de la escuela, ya es un avance —sentencié, encogiéndome de hombros con ligereza—. Es un reparto curioso de conocidos, eso sí —añadí justo después, junto a una risilla leve. Tora propuso entonces que yo eligiera donde sentarnos y lo hice sin mayor problema, eligiendo una de las tantas mesas que había libres gracias a que el buen tiempo invitaba a la mayoría de los alumnos a comer fuera. Tomé asiento, pues, y empecé a preparar mi ensalada mientras esperaba a que los chicos también se acomodasen dónde tuvieran preferencia. >>¿Habéis pensado en entrar a algún club? No sé en otras escuelas, pero aquí hay una cantidad absurda de clubes, seguro que alguno os acaba llamando la atención. Y si no, os lo podéis inventar, de verdad que la directora pone un total de cero pegas, she's so weird... Contenido oculto perdona por la tardanza askja entre una cosa y otra, al final he ido postergando este post demasiado, sowwy
No creía que a Alisha le interesara realmente el historial que habíamos acabado dándole, la verdad, pero tampoco era yo de dar lo que la gente esperaba. A veces la cosa respondía a un capricho personal, otras a los límites que trazaba a pesar de mi carácter amable, la clara separación entre los otros y yo que me parecía que todos debíamos tener. Al final daba un poco lo mismo, todo se resumía en que hacía lo que quería con esta fachada de muchachito bueno. De la manera que fuese, mi estupidez de agendar el agradecimiento la hizo sonreír, encantada con la tontería, y yo me di por servido. La vida daba y la vida quitaba, ¿no? Me habían cagado con un cuerpo descompuesto en cierta medida, pero me otorgaban otras cosas puestas en bandeja. Puede que fuese hasta para mearse de risa. Total, soltamos la lista, la rubia se refirió a Katrina como Kitty Kat y noté que Tora tenía que tragarse una risa, al imbécil hasta se le quiso ir su saliva por el lugar incorrecto y acabó carraspeando para regresar todo a su lugar. Ya de por sí Tora y Katrina no parecían poder llevarse bien, desconocía la razón, así que esa pieza de información tuvo que hacerle la gracia suficiente y seguro la molestaría con ello, corriendo el riesgo de llevarse una patada en las pelotas. —Parece un mix de YouTube, te puede salir cualquier cosa —bromeé respecto a la lista de conocidos. Seguimos a Alisha a la mesa, me senté a su lado medio porque sí y Tora se quedó frente a nosotros. No respondió la pregunta que ella hizo, pescó comida con los palillos y se centró en eso, esperando que yo siguiera con el trabajo de socialización. —Quería meterme al club de arte, pero quiero husmear los demás. Hay varios interesantes, creo —atajé yo mientras revolvía algo del arroz con los palillos—. Aunque sí es un poco raro que haya tantos, como que la directora acepta cualquier cosa mientras cumpla el mínimo de miembros, ¿no? Como sea, ¿tú estás en alguno? Dejé la pregunta suspendida para comer un poco, al final la elección no estaba mal y en general la comida de escuela pija esta de calidad, así que sin quejas. —¿Alguna recomendación para mandar a Tora? You know, para que la criatura socialice —solté solo por la tontería. —No quiero —atajó el otro que seguía pendiente de la conversación incluso si no participaba. Contenido oculto no worries asjbde yo ando respondiendo lento en todo lado igual JAJAJA
La reacción de Tora ante la mención de Kitty Kat fue demasiado obvia como para poder ignorarla, por lo que mi vista acabó dirigiéndose de manera prácticamente automática hacia el muchacho. No me di cuenta hasta algo más tarde que aquella misma reacción posiblemente vino por el apodo que usé para Katrina, lo que me hizo sonreír con cierta malicia mientras volvía la mirada hacia el frente, haciendo como si nada hubiera pasado. ¿Acaso le había dado posible munición contra la chica? Oops, my bad~ El comentario de Rowan me hizo asentir un par de veces con la cabeza, ligeramente divertida por las palabras, aunque con poco más que añadir al respecto. Aquel tema de conversación acabó muriendo, pues, y en su lugar empezamos a hablar de los clubes. Rowan se había sentado a mi lado, por lo que no fue especialmente difícil virar mi atención hacia él cuando empezó a responderme a la pregunta en cuestión, y al finalizar la misma volví a asentir con la cabeza, en aquella ocasión con algo más de ímpetu. —Es literalmente así, sí. La directora parece super estricta, con todas las cámaras que tiene instaladas en la academia, pero qué va, yo creo que las usa para estar al tanto de los líos y cotilleos entre los alumnos. En realidad es bastante cool, nos deja hacer un poco lo que queramos, pero no le digas a nadie —aquello último lo dije en voz algo más baja, inclinándome apenas en su dirección y todo—. Anyway, sí, estoy en un par —retomé, irguiéndome de vuelta—. Me acabo de apuntar al de judo. Y también estoy en el de baloncesto y en el de fotografía... aunque este último fue más bien para que no se lo cerraran a Joey. Welp, a menudo les pido que me haga fotos como si fuera una modelo, so we have fun! Después de soltarle toda la información de golpe, decidí aprovechar para empezar a comer algo también, y justo estaba terminando de tragar parte de la ensalada cuando Rowan tiró la nueva pregunta, claramente buscando molestar al rubio (y no lo culpaba, el muchachito se veía como el tipo perfecto para picar constantemente). Me sonreí con cierta gracia, compartiendo una mirada con el pelirrojo antes de redirigir mi atención a la víctima que ahora teníamos en común; lo repasé con la mirada a consciencia, quizás con bastante más intensidad de la necesaria teniendo en cuenta la cuestión tan simple que teníamos delante. >>Vente al club de fotografía, Totora, a veces me gusta posar en ropa interior~ Contenido oculto bueno, con sus parones por las fiestas y todo, la verdad es que me he divertido mucho con estos pendejos, así que gracias por haberme dejado caerles :D
No tenía muchos fundamentos para juzgar los límites de esta escuela, pero viendo el tremendo circo de personajes que habían, incluyéndonos, ya me quedaba medio claro que les interesaban más los billetes que uno pudiera dar que otra cosa. Era la sensación que me daba al menos y no me interesaba pensar otra posibilidad, menos viendo lo que decía la rubita en relación a los clubes y las normas aquí. Rowan le prestó atención a la chica con interés, yo me limité a escucharla y respondí cuando el idiota dijo lo de buscarme un club para socializar. A ver, me importaba tres mierdas, pero Ro se ponía medio cabrón cuando encontraba quién lo apadrinara en sus estupideces. Los ignoré hasta que ella habló, soltó al siguiente tontería se turno y me quedé a medio masticar un bocado. Ikari se sonrió con un gusto que rozó lo ilegal, lo noté, y yo seguí masticando hasta bajarme el bocado de comida como si nada. —Hombre, es diferente si a uno le dan incentivos —solté con el descaro usual. —Now you're interested —apañó Rowan con la diversión bien impresa en el tono—. Nadie puede culparte, Tora. Eso fue todo lo que dijo antes de girar la atención a Alisha para conversale la primera cosa que se le pudo ocurrir, como si nada. Yo me limité a encogerme de hombros y seguir comiendo, de por sí pronto se acabaría el receso. Contenido oculto salió el post con la cinta de Tora que tenía descargada en el móvil (? gracias a ti por decirme de caerles uwu me lo pasé bien aunque perdón por este post de cierre medio feo ª
Las clases habían estado normales, oh bueno, así las sentí, me sentía mucho mejor ahora, así que decidí bajar para poder comer algo, eso fue lo que hice, apenas sonó la campana del receso, recorrí todo el lugar sin mucha prisa, pues el receso aún estaba entero por así decirlo sin mucho significado pase por el tablón de anuncio tal vez había sido mi curiosidad de ver si no había nada nuevo ¿no? Y para mi sorpresa esta vez mi curiosidad como ya había pasado algunas veces, pues había acertado a que le hiciera caso. El proyecto estaba con el nombre y los grupos ya formados busqué mi nombre por puro reflejo, lo encontré sin mucho problema, sonreí en poco al ver con quién me había tocado, estaba Kai, Gaspar el chico de la trompeta y dos chicas que no reconocí en nada entonces seguí observando más arriba estaba el nombre de Adara con... Arata Shimizu parpadeé en poco al notar el nombre del chico en cuestión, ¿debería agradecerle al cielo por no estar en un mismo grupo con él? Suponía que sí sabía a sabiendas de que Adara sabría como manejarlo, aun suponiendo que al chico se le daba tal vez también molestarle la existencia a los demás. Seguí con mi recorrido hasta que encontré el nombre de Enzo junto al de Kohaku y no vi a quién más ver, por ahí observe nombres conocidos como otros no tan conocidos. Me dispuse a ir a la cafetería de una vez por todas, no quise dar más vueltas por aquí, al entrar al lugar hice la fila pediría cosas leves por así decirlo, al hacerlo busqué la mesa más apartada y desocupada por así decirlo, pero no llegue a sentarme al sentir mi móvil vibrando en el bolsillo al sacarlo note que era una llamada de Adara. ¿Adara? ¿Qué hacía llamándome? ¿Acaso no había venido? Fruncí en poco el ceño mientras le respondía me senté en el proceso. Se oyó un silencio seco hasta que escuche su voz. —¿Fiorella? —su voz sonaba extraña y la reconocí muy bien. Ella estaba sufriendo con la migraña. —Aquí —susurré con voz pausada—. ¿No viniste? Estás con la migraña, ¿no? Escuche su risa era algo apagada. —Me conoces demasiado bien —suspiro—. Sabes que iría a la escuela con migraña y todo, pero —escuche movimientos—. Esta me tiene peor que las demás, siento que dejaré este mundo en cualquier momento. Estaba sufriendo, lo sabía. —¿Estás acostada? —No —parpadeé en poco, ¿entonces que estaba haciendo si no?—. Estoy al frente de una computadora. Abrí un poco mi boca y no supe qué decir hasta que pasaron algunos segundos. —Adara —si su papá la tenía trabajando estando así juro qué. —No te preocupes —No me pidas eso Ada —me interrumpió. —Fiorella —su voz sonó cortante—. No te preocupes, no lo hagas, he pasado por esto desde los doce años, un poco más no hará la diferencia de nada. ¿Qué un poco más de eso no haría la diferencia? Dios Adara, no me digas eso No de esa manera Me lastimaba realmente lo hacía. Pero lo que no entendía era, ¿qué hacía al frente de una computadora? ¿Estando de la forma en la que estaba? Su padre no era tan cruel como para ponerla a trabajar de esa forma, ¿no? —¿En qué lugar estás? —sé que los lugares sin mucha luz le servían. —En mi habitación, pero con todas las cortinas bajadas —asentí en poco, sé que las cortinas de Adara eran oscuras, tenía doble y eran más que negras—. Pero no te llamaba para preocuparte, quería saber si podías hacerme un favor. —Dime. —Te pasé el número de Jez —el mensaje con el número llego—. Puedes escribirle por favor. —Y porque no lo haces tú —seguí escuchando movimientos leves después de segundos. —No me serviría de nada, sé que ella se preocupara mucho y no quiero molestarla —suspiro—. Dile lo que mejor te parezca, pero no la preocupes, por favor haz eso por mí, ¿sí? —pauso un poco—, Dile que estos días no iré porque voy a Grecia, y que si me puede pasar los apuntes del jueves y viernes por foto si no le molesta y que los de hoy te los dé a ti. No había empezado a comer, quisiera. —¿Qué vas a hacer a Grecia? —después de decir eso le di un mordisco a la hamburguesa que había comprado—. Y tranquila le diré todo con calma, por cierto tienes que estar aquí la próxima semana, no sé cuando vuelvas, pero habrá un proyecto que se entrega el treinta, los grupos ya están asignados, no te toco conmigo, eso sí —pause—. Al regresar te dijo todo, no quiero que pienses demás. —Gracias —su silencio me dio a entender que estaba pensando si me lo decía o no—. Voy a Grecia porque quiero visitar a mi madre y abuelos —y ya sabia a donde iba eso—. Puedes decirle así a Jez ella entenderá —asentí—. Le dije a mi padre sobre el collar, no supe entender sus expresiones porque justamente allí llego la migraña, pero creo que no estaba para nada contento. Realmente lo sentía, Adara sufría más que yo realmente lo hacía, sufría de migraña y para colmo tenía un padre más frío que cualquier glaciar. Y yo, yo me la pasaba quejando de cualquier cosa, simplemente por tener problemas con mis emociones, la muerte de mis padres me había afectado sí, pero… y aquí era cuando, me daba cuenta de que seguía siendo igual de egoísta, nunca cambien y nunca lo haría eso lo tenía más que claro. No sé cuantos minutos pasaron, pero apenas y escuché la voz de Adara llamándome. >> Fio —su voz se escucho más apagada que antes—. Tengo que irme haz todo lo que dije pero no la preocupes por favor —supe a que se referia—. Nos vemos rojita. —No te preocupes y por favor —pedí—. Descansa, hazlo por mí —pensé en su amiga—. Y también por Jez aunque no la conozca bien, sé que ella te quiere y mucho. Escuche su risa apagada para después colgar deje el móvil en la mesa y por algunos largos minutos me lo quede viendo mire lo que comía y sin mucho apetito termine la hamburguesa, el jugo lo tome minutos después. Entonces encendí el móvil mientras agendaba el número de Jez apenas lo tuve, hice lo primero que me pidió Ada. Holis Jez soy Fiorella Bianchi Amiga de Adara nos conocimos en el campamento ¿no sé si lo recuerdas? Adara me paso tu número Ella no podrá venir hoy Pare en poco lo del viaje se lo diría personalmente. Quería saber si podríamos reunirnos mañana antes de clases o después como prefieras? Es por los apuntes ella me dijo que podía pedírtelos a ti Espero que no te moleste ♥ ♥ Termine el mensaje con dos corazones, guarde el móvil después de segundos, solo me tocaba esperar su confirmación y esperaba decirle todo a la chica con calma, pero si yo me preocupe en la forma en la que me lo dijo Adara, ¿cómo se lo diría a Jez de una forma más pausada y sin tanto apuro? ¿Cómo? Contenido oculto ahhh el relleno más largo de mi vida uwu. Por aquí dejo a la niña?) Contenido oculto Zireael holis por ahí Fio-chan le dejo un mensaje a Jez <33.
Solté una risa nasal bastante suave con su comentario, hasta se me curvearon los labios en una sonrisa un poco satisfecha. De cierta manera era un cumplido, y aunque no lo pareciera, no solía recibirlos, tan solo estaba acostumbrado a tener las miradas encima, el flash de las cámaras y algunos comportamientos que no dejaban de ser seductivos por parte de algunas mujeres, pero no era común ese tipo de cosas tan básicas como el: "Y con lo amable que pareces". —Lo es —habló el otro desde atrás como si nada—. El día que crearon la amabilidad y la cortesía, ese de ahí iba de primero en la fila. Hice parecer que pasaba de su comentario para continuar con la atención en el discurso de Ilana. Asentí con respecto a participar juntos en el próximo evento, y me incliné ligeramente hacia ella: —¿En qué parte de la final pondrías a Pai? —pregunté por la gracia, porque evidentemente de mi parte lo pondría en los puestos de atrás, pero quería escucharla a ella. Noté también el cabello de fuego, bajó bastante rápido por las escaleras pero aún así con el cuidado suficiente de no llevarse en banda a nadie—. No sabía que había un club de astronomía, suena curioso. Al llegar al pasillo de la planta baja noté la aglomeración sobre el tablón de anuncios. Orn le había tomado una foto esta mañana, la cual me compartió, así que ya sabía sobre mis integrantes. —Sí. Dos son de la clase, uno es Mason, ya he trabajado con él antes, aunque nos costó bastante al ser algo relacionado con el arte. Y la otra es Miller, con ella sino he tenido conversación hasta el momento. También está Welsh, una chica de la 3-1 que suele ser agradable igual. Supongo que saldrá algo decente del proyecto —continuamos hacia la cafetería entre tanto, miré sobre el hombro a Paimon a lo que éste me miró con la indiferencia usual. —Shinomiya, y el muchacho nuevo de la clase, el resto ni idea de quiénes son. —¿Y a ti? —le regresé la pregunta en lo que ubicaba una mesa vacía.
Habían cumplidos en la vida que eran tan sencillos que nadie los decía, lo sabía y puede que por eso mismo solo los dijera sin más. Aquello que apelaba a la personalidad de las personas, a sus ademanes y acciones solía ser más agradable de recibir que lo que refería solo a lo externo, a lo que se veía. Eso y que mucho del esa clase de comentarios se basaba justo en el hecho de que había alguien observando demasiado desde antes. Las miradas eran horribles dependiendo de su intención. El comentario de Paimon sobre que Suiren había hecho la fila de primero para la repartición de amabilidad y cortesía consiguió hacerme soltar la risa. Era su amigo, el debía tenerlo todavía más claro que yo, y justo por eso me hizo gracia. La pregunta que me hizo después me hizo contener otra risa. —Al puro final, posiblemente —respondí en un murmuro, como si fuese secreto de Estado, y ya luego atendí a lo del club—. Pues sí, por eso el observatorio ese tan bonito. Si averiguo algo les puedo contar. Habiendo pasado el grupo de gente viendo el tablón seguimos hacia la cafetería, con la pregunta que había hecho ya suspendida en el espacio y Suiren contestando. Le había tocado con Mason con quien ya había trabajado antes aunque el resultado fue cuestionable, con Miller y Welsh una chica de la otra clase. Al menos tenía ubicados a sus compañeros. A Paimon le tocó con alguien de apellido Shinomiya y el muchacho nuevo y... Pues ya. No esperaba mucho más. —A mí... Pierce, Ikari, Reece y Hal —repasé mentalmente, le había pegado un vistazo al tablón antes de subir a clase en la mañana y los había memorizado—. No conozco a ninguno. Cuando ubicamos la mesa vacía tomamos asiento y me dispuse a desenvolver mi almuerzo con calma.