One-shot de Pokémon - Código de Fanáticos [Un Santa no tan Secreto]

¡Buenas tardes, noches o mañanas tengan ustedes! Dependiendo a la hora en que lo lean xD.

Esta historia es parte de la actividad que @Plushy Berry propuso. Si hubiera estado más inspirado, la hubiese tenido hace 6 días más o menos xD. Pero igual, aquí la tienen todos... al parecer aún estoy entre los más rápidos en entregar :D

Mi Self-Insert ya lo conocen todos acá (?). Él planea darle a su amiga Casey un regalo inolvidable. Esto será narrado en primera persona xP

Y claro, esto no es ni de asomo mi mejor trabajo n__nU. Pero es navidad, así que perdonen lo poco -w-U

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Código de Fanáticos​

Me encontraba yo en el Estadio Municipal de Ciudad Cerulean. Se encontraban jugando dos grandes equipos de Béisbol a los cuales les tenía cariño… claro que a uno más que al otro.

En un lado estaban los Electabuzz, un equipo que iba en alza desde hacía un tiempo. Hasta hace unos años eran un equipo con pésimos resultados. Después pasaron a ser un equipo casi invencible, y actualmente tenían sus altibajos, pero se mantenían en la parte alta del ranking de equipos. Este era un equipo que me simpatizaba en verdad. Pero su rival… Uy, ¡No joda!

Los Bombarderos Anfibios de Lavaridge… ¡Ese era el equipo al que me juramenté seguir hasta el día de mi muerte! Mi padre es uno de los miembros fundadores y ejercía como entrenador. Él me conseguía entradas gratis cuando yo estaba descansando de mis viajes como entrenador. También me daba dinero como para comprar refrigerios si es que me daba hambre. En fin, todo un gran tipo mi viejo… pero volviendo a la noche en cuestión, era 20 de Diciembre y posterior a esto mi padre y yo teníamos que tomar un ferry a Hoenn para pasar las festividades con nuestra familia, en casita.

Y en esos momentos el partido estaba en la recta final. Era el turno de los Bombarderos Anfibios al bat… las bases llenas, dos outs e íbamos abajo, 25 carreras contra 27. La manera más rápida de terminar con esto y ganar era anotar un Home Run. También podían batear con la esperanza de que ninguno de los “jardineros” de los Electabuzz atrapara el balón, avanzar una base a la vez y repetir el ritual al menos tres veces para estar seguros. Era posible, pero como posibilidad era tediosa y los muchachos se veían agotados. Así que puse atención a todo, esperando un cuadrangular.

Matthew Tarantino estaba al bat. Él apenas tenía 19 años, pero era todo un prodigio. Mi padre me dijo que querían ficharlo desde un equipo grande de Kalos por una millonaria suma, y eso ponía a mi padre entre la espada y la pared. Tanto él como Matthew quieren que éste último se quede hasta por lo menos dos años más, pero la directiva tiene sus dudas aún y están indecisos entre venderlo o no. Y si él lograba darles la victoria a nuestro equipo, pues su valor monetario crecería muchísimo. Eso era demasiada presión…

—¡¡Plaaaayball!!

El Umpire dio el grito que significaba que el juego continuaba. Era hora de la verdad… los fanáticos de ambos equipos no nos hicimos esperar, coreando el nombre de nuestra localía. Me atrevería a decir que los cánticos se escuchaban hasta en Pueblo Paleta, en donde un profesor, un dibujante, una ama de casa y un Mr. Mime muy conocidos tendrían dificultades para dormir.

Todo mundo pendiente al campo de juego… ¡El Pitcher lanza una Bola Curva! ¡Matthew abanica!

—¡¡Strike One!!

Uy, creo que nuestro prodigio no estuvo muy fino en ese swing. Lo pude ver con mis binoculares, secándose el sudor y escupiendo al piso… está nervioso como cualquier otro canterano en su misma situación. Respira hondo. Seguro fantasea con contarle su hazaña a su familia en la cena de navidad que está muy pronta.

¡Ahí va la bola de nuevo! Esta vez se curva hacia el otro lado y es ligeramente más rápida… ¡Matthew vuelve a abanicar! ¡¡Acertó!!

Se iba… Se iba… O mejor dicho, dada mi posición en el estadio, ¡Se venía! ¡Venía en mi dirección! No podía atraparla con mi guante, pero sí había otro método… así que usé mi tazón de popcorn y lo levanté sobre mi cabeza… ¡La bola entró! ¡Era mía!

En tanto, Matthew y sus compañeros corrían endiabladamente. No era para menos, ¡Fue un Home Run en toda regla! ¡De inmediato el marcador cambió! ¡29 contra 27! ¡Habíamos triunfado!

—¡¡Woohooooooo!! — Grité eufórico al mismo tiempo que otros cuatro mil y pico espectadores de mi lado. ¡Habíamos vencido una vez más a los Electabuzz! ¡Nadie superaba a los Bombarderos Anfibios de Lavaridge! ¡Éramos campeones! ¡La temporada era nuestra!

Me fijé en la pantalla gigante. Ahí salió mi “hazaña”. Yo era el afortunado en atrapar la última pelota de la noche… ese era uno de los días más felices de mi vida. Me sentí feliz por mi padre, por el equipo y todos mis compañeros fans.

Pero mi alegría se esfumó en un dos por tres. Poco después la pantallota se fijó en los fanáticos de los Electabuzz, tristes y decepcionados de haber perdido la final. Y entre ellos…

—¡Casey! Oh, no… — Pensé. La pobre luchaba por contener las lágrimas. Ella quería ver a su equipo ganar y no se dio. Yo casi me pongo igual el año pasado cuando los mismos Bombarderos perdieron en semifinales contra los Sawsbucks de Ciudad Icirrus, el cual era otro equipo con poco tiempo de haber sido fundado. Pero así era la vida… un día estabas en la cima y en el otro podías tocar fondo sin quererlo.

Pero era casi criminal ver a la pobre Casey así y no hacer nada al respecto. Mucho menos cuando la navidad estaba a la vuelta de la esquina. Así que lo primero que hice fue enviar un mensaje de texto al celular de mi padre. Éste decía:

“VIEJO QUERIDO, LAMENTO NO PODER UNIRME A LAS CELEBRACIONES CONTIGO Y LOS CHICOS, PERO TENGO ALGO MUY IMPORTANTE QUÉ HACER. DESCUIDA, VOLVERÉ AL HOTEL CUANDO TERMINE. MIS SINCERAS FELICITACIONES. SABÍA QUE PODÍAS DARLES UNA ALEGRÍA MÁS AL EQUIPO Y SEGURO QUE TE RENOVARÁN AL MENOS UN AÑO MÁS DE CONTRATO. ¿SUENA BIEN? TE QUIERO, PA.”

Posterior a eso, revisé mi mochila. Siempre llevaba chatarra para vender. Ya saben, Pepitas, Hongos, Fragmentos de Cometa y otras cosas como tubos de metal.

—Perfecto — Me dije — Con esto podré crear algo bonito para ella. Me tomará un rato pero valdrá la pena. Ojalá más gente pudiera hacer esto, aunque fuera en estas fechas. Debería haber un Código entre Fanáticos del deporte. O algo así… pero bueno…

Puse mi plan en marcha. Investigué a dónde se estaba quedando Casey. Ella estaba en el Centro Pokémon, piso dos, con su ventana apuntando al patio trasero. Venía de perillas porque era un espacio amplio y seguro que habría algún escondite desde donde yo pudiera operar todo.

Tardé dos horas y media en terminar, pero estaba seguro de que valdría la pena

Primero que nada, pedí a mi Heatmor, de nombre Auschwitz, lanzar la bola a la ventana de la habitación de Casey, la cual envolví en una hoja de cuaderno y unos elásticos. Luego de eso corrí

La jovencita fanática de los Pokémon amarillos de rayas negras sintió la ventana romperse y pude verla asomándose a la ventana, buscando algún vándalo random, sin éxito. Nosotros nos habíamos escondido bien.

Luego de eso, la vi leer la nota. Ni idea de cómo la habrá interpretado… pero ésta decía, con letra de molde (para que no reconociera mi caligrafía)

“ESTIMADÍSIMA CASEY:

PUEDO COMPRENDER TU DOLOR COMO FANÁTICA ACÉRRIMA DE LOS ELECTABUZZ. DEBES RECORDAR QUE NO SIEMPRE SE GANA, Y QUE SI ASÍ FUERA, TODO DEPORTE PERDERÍA SU GRACIA. YA LES TOCARÁ SER CAMPEONES. DEBEN SER PACIENTES. SON UN GRAN EQUIPO EN VERDAD.

POR AHORA, MIRA POR TU VENTANA, EN EL CIELO. ESTOY SEGURO DE QUE TE GUSTARÁ LO QUE ESTÁS POR VER.

ANÓNIMO.”

—¡Ahora, Auschwitz! ¡Haz lo tuyo! — Le señalé a mi Pokémon. Entonces, él usó su Pirotecnia en el cielo, creando unos fuegos artificiales de la manera más natural posible.

En tanto, yo le di cuerda a una maquinita musical que creé, y la conecté a un cono de metal que confeccioné, a modo de megáfono. El sonido se amplificó y creó una especie de campaneo que se asemejaba al himno de los Electabuzz pero también a un villancico.

Y para el plato fuerte, hice que otros de mis Pokémon hicieran un show de luces en el cielo, con la ayuda de un farol grandote que se prendía y apagaba, y unas cartulinas recortadas. En ello me ayudaron Duo Lon, mi Ampharos, y Xóchitl, mi Florges de flores azules.

En el cielo, podían verse imágenes relacionadas al béisbol: Bateadores, bates, pelotas, entre otros. Era casi como que te mostraran un archivo GIF en un celular, solo que un poco más lento… y menos colorido.

Aun así, nos la pasamos un buen rato haciendo una pequeña demostración de deporte y además de varios Pokémon amarillos con rayas negras, los favoritos de Casey. Ahí se vieron Ampharos, Electabuzz, Beedrills y Krookodiles Variocolor. Sí, quizás esos últimos son de color café, pero se veían negros en el cielo nocturno.

Por último, una última tirada de fuegos artificiales de parte de Auschwitz, y el show se terminó.

Con mis binoculares intenté ver el rostro de Casey. Ella se veía bastante conmovida y con señales de que disfrutó el espectáculo cual niña pequeña, por mucho que ella tuviese solo un año menos que Ash y éste esté cerca de cumplir los 18.

En fin, mis pokes saltaron de felicidad al ver la misión cumplida. El más emocionado era Auschwitz, el cual soltó más fuegos artificiales por error, y pude sentir la explosión cerca…

—¡¡Aaaaaaah!! ¡Mi precioso nuevo invento! — El afectado por el fuego accidengtal de mi Heatmor era nadie menos que Clemont, quien tenía a Serena al lado…

—¡Mi sombrero! ¡Arruinado! — ¡Ah! La gorra de la Performer también había sido chamuscada

—Uy… — Tragué saliva y regresé a mis amigos a sus refugios circulares

¡¡A correr se dijo!! Espero que esos dos jamás se dieran cuenta de mi presencia...

FIN.​

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Bueno, gente, como siempre se agradecen todo tipo de comentarios :D. A ver qué más termino por escribir acá... aún tengo mucho qué hacer pero bueno, vamos a darle :L

Se despide su vecino amigable Nathan xD, deseándoles felices fiestas :)