Contenido oculto: Onceava Ronda: Una canción, un drabble - Edición Extrema Buenos días Hace calor… — ¡Maldición! ¡Como pesa esta maldita cosa!— lo único que puedo hacer es liberar mi frustración gritando mientras arrastro este aparato descomunal hecho de acero, por donde lo miren fue un robot tripulado, pero ahora solo es un montón de chatarra. Hace tanto calor… A pesar de ser de noche… A pesar de ser invierno… — ¡Jodidos idiotas!— estoy completamente solo, pero hace unas horas éramos seis hombres— ¡No moriré por su culpa! ¡NO ESTE DIA!— tres comenzaron a comer el cadáver del piloto rostizado, no escucharon nuestras advertencias, por su aspecto llevaba años muerto. Mataron a dos cuando intentamos apartarlos y me hirieron en el brazo; los tres idiotas lucían rostros de satisfacción por aquella afortunada cena, incluso cuando intentaban desesperadamente no vomitar como les ordenaban sus cuerpos. Sobrevivimos a tanto estos diez años para que murieran de aquella forma tan estúpida. Incluso la brisa nocturna quema en lugar de refrescar. — ¡Vamos! ¡Ya desmantelé esta cosa, es solo la parte con el motor!— intento darme ánimos, pero el campamento todavía está demasiado lejos, no tengo otra opción que continuar avanzando. De otro modo, cuando el sol salga… — ¡MIERDAAAA! ¡NO ENTIENDO NADA! ¡¿NO SE SUPONE QUE ERAN NUESTROS ENEMIGOS?! ¡¿POR QUÉ DEMONIOS ESTÁN MUERTOOOOOOS?!— es verdad, no entiendo nada y eso me frustra hasta el extremo. Después de todo solo soy un simple hombre que sobrevivió todo este tiempo de caos y desesperación; escuchando y creyendo las historias de los planes de conquista de las grandes naciones y sus fabricas autónomas. Diez años peleando para sobrevivir… Pero todo a mi alrededor parece cambiar demasiado rápido para adaptarme o entenderlo… Y sobre todo el calor aumenta con cada día que pasa. El calor se intensifica, el cielo comienza a prenderse en llamas… Sé que no lo lograre, y regresar con las manos vacías es morir de la misma manera. Cuando todo esto comenzó, me identifiqué con los vampiros; temiendo el día y añorando la noche para buscar alimento, aunque significara devorar a los de mi propia especie… Una descomunal luz lo ilumina todo… Ese destello cegador nubla los sentidos y permite a los desafortunados distraerse del calor que calcina su carne hasta transformarlos en cenizas… Bienvenidos al Planeta Tierra.