Bosque Nativo Al Noroeste: Plataforma Panorama Al Este: Puente Digital Al Sur: Ruta del Bosque Dentro: Cuarto de Kunemon (no se necesita mínimo de posts para entrar) Una zona boscosa, donde la vegetación crece salvajemente alrededor del camino. Hay altos árboles de formas muy curiosas, enredaderas que se envuelven en los frondosos árboles, y plantas extrañas que los humanos no habían visto jamás. Sin embargo, a pesar de que el bosque era bastante espeso, aún se podía ver con claridad el cielo… aunque lo que no se podía ver era el final del bosque, que parecía no acabar jamás… Se requieren 15 posts y una batalla callejera para atravesar esta área. No se permite el doble post ni el spam.
Matthew Hale Grandes árboles y una gran cantidad de desconocida vegetación fue lo primero que observé al entrar al bosque, pero a diferencia de la ruta en la que estaba anteriormente no se veía una salida clara de este o mejor dicho, ni siquiera podía visualizar alguna clase de salida ya que todo lo que se veía eran más y más árboles extendiéndose por todos los lugares. Arremangué un poco mis mangas y comencé a mirar algunos árboles para ver si en alguno había alguna clase de frutos o algo similar, a menos que estos árboles también dieran juguetes como los que había en el pueblo de los inicios y si estos árboles terminaban siendo iguales a eso íbamos a tener un gran problema. —Renamon, ¿te parece si iniciamos con la recolección de comida? [1/15]
Renamon se quedó en silencio; por unos momentos, se había distraído viendo las copas de los árboles ante ella. Tras un momento de quietud, se dio cuenta que no había respondido al muchacho, y se volteó hacia él. —Claro, sí… algunos de los árboles de por aquí deben tener frutas, sólo debemos avanzar un poco hasta encontrar alguno —comentó Renamon distraídamente—. Sólo ten cuidado de no comer ningún hongo que veas. La gran mayoría son venenosos.
Matthew Hale Miré extrañado por unos momentos el comportamiento que tuvo Renamon y luego fijé mi vista hacia el punto en el que ella estaba mirando: las grandes copas de los árboles que nos ofrecía este bosque, y después de unos segundos logró responder a mi pregunta algo "perdida", por así decirlo. —¿Te gustan los sitios como este, Renamon? —pregunté mientras comenzábamos a caminar en busca de esos frutos —Porque realmente no me molesta si quieres ir a pasearte por allí a explorar un poco, yo me mantendré alejado de los hongos así que no habrá de que preocuparse. [2/15]
Jake Matterson Cuando Guilmon y yo nos adentramos en el bosque, pudimos comprobar que la vegetación era un tanto más tupida de lo que yo esperaba. Aún así, aquello carecía de importancia si lo comparábamos con el hecho de que, de toda la vegetación que había en el bosque, no había nada que me resultase realmente familiar. Era cierto que nunca había estado en el interior de un bosque, pero definitivamente la vegetación era diferente a la de la tierra. ¿Podría comerme algo del bosque? —Oye, Guilmon, ¿tú ya habías estado en este bosque antes, cierto? —recordaba vagamente que Guilmon había dicho conocer parte del Digimundo, pero más valía corroborar—. ¿Sabrás qué fruta podemos comer? [1/15] Contenido oculto @Nami Roronoa
Matthew Hale Antes de que Renamon pudiera responder mi pregunta una voz en particular interrumpió el silencio que se había formado en el bosque, al parecer Jake y su digimon ya habían logrado llegar y a decir verdad me había sorprendido que hubieran llegado tan rápido, en mi mente iba a poder estar tranquilo en el bosque un par de minutos más pero bueno, también tenía que empezar a asimilar que él me estaría acompañando hasta que algo pasara. Giré levemente para poder ver el inicio del bosque y enfocar mi vista en Jake —¡Hey tú! —le llamé haciendo una pequeña seña para que se acercara —, aprovechando que ya estás aquí ayúdame a encontrar algún árbol con frutas —volví a mi posición normal y comencé a andar de nuevo hasta que recordé lo que Renamon me había dicho. >> Solo mantente alejado de los hongos, al parecer no son tan buenos. [3/15]
Jake Matterson Justo cuando Guilmon había hecho gesto de responder a mi pregunta una voz resonó con fuerza. Al voltear pude confirmar que era el mismo chico con el que habíamos recorrido la ruta pasada. Cuando nos acercamos nos pidió que le ayudásemos a buscar algún árbol con frutas. Me limité a asentir y encogerme de hombros; al fin y al cabo, eso era lo que íbamos a hacer desde el principio. Cuando parecía que el chico se marchaba a continuar con la búsqueda se detuvo nos dijo que tuviésemos cuidado con los hongos. —No te preocupes —le respondí, restándole importancia al asunto—, tampoco tenía intención de recoger algún hongo —y reí un poco, aunque la risa se esfumó tan pronto como apareció. En su lugar le hice una seña a Guilmon—. Bueno, como estaba diciendo compañero, ¿Sabrás de algún árbol de por aquí que de frutas comestibles? O simplemente de algo que podamos comer sin enfermarnos, simplemente. [2/15]
Guilmon apuró el paso para unirse, al igual que Jake, a Matt y Renamon. El digimon zorro se encontraba observando las copas de los árboles… ¿quizás estaba mirando a ver cuáles de ellos contenían frutas comestibles ocultas entre sus hojas? Bueno, como estaba diciendo compañero, ¿Sabrás de algún árbol de por aquí que de frutas comestibles? O simplemente de algo que podamos comer sin enfermarnos, simplemente. —Hmm, sé que hay muchas frutas y bayas por aquí, pero también deben haber semillas y raíces comestibles… —respondió Guilmon—. ¿Los humanos comen eso? ¿O qué comen, Jake? —Allí —intervino Renamon, señalando un árbol más adelante. De éste colgaba un enorme ramo de plátanos que parecían estar maduros ya—. Yo los bajaré… ¡Koyosetsu! Las diamantes de Renamon se lanzaron contra el árboles de bananas; uno de ellos cortó el tallo que los unía al árbol, y los plátanos cayeron. Guilmon, apresuradamente, los atrapó antes de que impactaran contra el suelo. —¡Itadakimasu! —exclamó el digimon, tomando una de las bananas y procediendo a pelarla para luego comerla de un gran bocado.
Matthew Hale Cuando Jake mencionó que no tenía mucha intención de acercarse a los hongos di un pequeño asentimiento con mi cabeza y seguí caminando al lado de Renamon, mirando atento hacia la copa de los árboles para ver si lograba distinguir alguno que tuviera cualquier clase de fruto que pudiéramos comer para continuar el viaje de forma más tranquila. Después de unos cortos minutos caminando Renamon logró localizar algo de comer, un ramo de plátanos de un tamaño bastante considerable para después, bajarlo con ayuda de uno de sus ataques y gracias a que el digimon de Jake logró atraparlos no habían parecido sufrir ningún daño. Me acerqué levemente al ramo de plátanos para arrancar un par para que Renamon pudiera comer también. —Gracias por haberlos bajado, Renamon —sonreí levemente y le di uno de los plátanos que había tomado, después comencé a pelar el mio para poder comerlo en silencio, disfrutando de las vistas que podía ofrecernos este lugar. [4/15]
Irina Duval Detuvimos nuestros acelerados pasos en cuanto traspasamos con éxito la maraña de ramas y arbustos que nos dieron la bienvenida al bosque, frenando un instante para poder recuperar el aliento. Gomamon no se separó en ningún momento de mi lado en este pequeño "gran" paso que di ante la iniciativa de avanzar la primera hacia el desconocido lugar, después de todo el miedo que en verdad sabía que guardaba. Quizás era la emoción de descubrir un nuevo lugar la que lograba traspasar mis miedos a un segundo plano. O quizás, la propia compañía del digimon lograba ese efecto en mí, no estaba segura. Lo que sí sabía, es que ahora no era momento de echarse atrás. —El bosque nativo... ¿eh? —susurré, temiendo acabar con la calma y tranquilidad con la que aquel bosque contaba hasta ahora. Paseé mi mirada curiosa por cada rincón que se dejaba ver desde mi posición actual, boquiabierta ante tan exuberante lugar—. ¿Sabes Gomamon? Nunca vi un bosque tan extraño como este en mi mundo. Es... increíble. Y tan inmersa estaba observando todo a mi alrededor que casi se me olvidaba uno de los objetivos fundamentales por el que estábamos allí: ¡la comida! >>¡P-Perdóname, Gomamon! Casi se me olvidaba buscar algo de comida... ¿Qué te parece si adelantamos el trabajo para cuando Miriam y Armadillomon nos alcancen? ¡Vamos a darles una sorpresa! —y sonreí ante el digimon, dando una suave palmadita para ponernos en marcha. [1/15]
Jake Matterson Gracias a Renamon y a Guilmon habíamos conseguido unos buenos plátanos en excelentes condiciones. Fui el último en tomar uno de aquellos plátanos, pero no fue realmente un inconveniente, puesto que todos estaban en bastante buen estado. Imitando al chico, me senté en el suelo a disfrutar de la comida, pelando la fruta y procediendo a comérmela. El bosque había sido, hasta el momento, un lugar bastante tranquilo y silencioso. No había escuchado demasiado ruidos hasta el momento, ni tampoco había avistado a ningún otro digimon cuando buscábamos algo para comer. Sin embargo lo más lógico era que, en algún momento, nos encontrásemos con alguno. No tendría sentido que el bosque estuviese deshabitado. A menos que se hubiesen comido a sus habitantes... ...no, en realidad no. Mientras miraba a nuestro alrededor pude divisar, a cierta distancia, lo que me parecía la silueta de otro ser un humano, más pequeño que nosotros. Parecía ser una chica, aunque era incapaz de asegurarlo. Lo que sí podía afirmar, a juzgar por como se movía, era que estaba buscando comida. [3/15]
Miriam Dent Irina y Gomamon se adelantaron nuevamente, pero esta vez sabía que no nos dejarían atrás. Compartí una mirada risueña con Armadillomon y los seguimos. —¿Qué puedes decirme de este lugar, Armadillomon? ¿Te gusta este bosque, lo has explorado por completo, tienes algún escondite secreto? —inquirí curiosa. Algo en este lugar me llenaba de intriga y quería saber qué opinaba mi compañero al respecto. Pero, antes de que Armadillomon consiguiera comenzar a contestar, reconocí una figura desconocida a la distancia. Palmeé el caparazón de mi digimon para llamar su atención antes de echar a correr hacia Gomamon e Irina. [1/15]
—¡Vaya! ¡Este bosque es enorme! — exclamo Daerek observando a su alrededor. Grandes árboles que ciertamente no verías en otro lugar, grande y salvaje vegetación con una apariencia un tanto extraña. Este bosque era fácilmente lo más similar a una jungla o una selva. —Oye Veemon, no me digas que por este lugar hay animales grandes como dinosaurios o cosas así. — bromeo el chico siguiendo su camino. Aunque el chico no lo demostraba, lograba sentir cierta inseguridad al caminar ciegamente por el bosque. En especial tratándose de un lugar diferente al de su mundo, todo es diferente en este lugar. —Debí esperar al chico que me estaba acompañando ¿Cómo se llamaba…? Jeje no me acuerdo. Se notaba que no le gustaba viajar solo, bueno ni modo. — finalizo el chico siguiendo su camino.
Jake Matterson Y, donde antes había estado sólo la silueta de alguien buscando comida, ahora se encontraba dos más, acompañadas de lo que parecían ser digimon. Así, habían tres humanos y tres digimon a parte de nosotros en el bosque. Más todos los digimon que ya habitasen aquí. Tras algunos minutos terminé de comer, preocupándome ahora de qué hacer con la cáscara. —Supongo que, en realidad, no hay problema si la dejo a un lado del árbol —me decidí, al fin—. Después de todo, tarde o temprano iba a terminar allí, y al final se descompondrá —Así pues, me estiré un poco y me levanté del suelo; con solo unos pasos pude colocarme justo al lado del árbol y coloqué la cáscara sobre la tierra, cerca de sus raíces. hecho esto volví a estirar mis brazos y piernas, ya que se encontraban un tanto entumidos. Cuando terminé, me quedé allí parado unos segundos, en silencio, hasta que un pensamiento fugaz pasó por mi mente. —Ahora que lo pienso —me dirigí al chico— realmente no sé tu nombre. Supongo que, como por el momento estamos haciendo el miso recorrido, al menos deberíamos saber nuestros nombres. Yo soy Jake Matterson, un gusto. Y reí, por aquella presentación tan retrasada. [4/15]
Matthew Hale Cuando iba a tomar el segundo plátano pequeñas voces comenzaron a manifestarse a lo lejos y por un momento decidí ignorarlo para intentar seguir comiendo en la tranquilidad que había y que quizás solo había sido mi imaginación o algo parecido, que no era posible que los demás nos hubieran alcanzado tan rápido cuando realmente habían estado en una distancia considerable de nosotros como para aparecer así como así. Pero no, cuando comencé a pelar el plátano noté como Jake miraba en otra dirección, justo a donde parecía que las voces estaban surgiendo y allí logré visualizar un par de siluetas, primero una silueta que pareciera ser una niña, luego otra y finalmente... el más ruidoso de todos: un chico. Hice una pequeña mueca de disgusto mientras miraba como poco a poco se iban acercando cuando noté que Jake me estaba hablando o mejor dicho, se estaba presentando algo que al parecer nos había pasado desapercibido. Tomé un poco de aire y me levanté al igual que él lo había hecho y una vez que deje la cascara en el mismo lugar que él la había dejado, me coloqué frente a él —Bueno, tienes razón en eso... supongo que viajar juntos lo menos que podemos hacer es presentarlos. —alcé mis hombros levemente, restando un poco de importancia al asunto puesto que al final, él era el que no sabía mi nombre —Soy Matthew Hale, un gusto. [5/15]
Irina Duval Por alguna extraña razón, sentí un ligero escalofrío recorrer mi espalda. Como si alguien me estuviese observando desde algún punto del bosque, sin que acabase de darme cuenta. Mi mirada enseguida se posó en Gomamon, inquieta. Sabía que podría tratarse de los digimon del bosque, quienes no quitarían el ojo de encima a unos intrusos en su hogar como lo éramos nosotros. Pero... Sacudí mi cabeza, intentando ignorar mi incomodidad, continuando así sobre nuestros pasos. Gomamon me aseguró que se trataba de digimons inofensivos, y yo confiaba en él. Todo irá bien... Si lo repito muchas veces me acabaré convenciendo, ¿verdad? De repente, el sonido de pisadas hizo que detuviera la marcha una vez más. Por un instante tuve miedo de girarme por lo que pudiera encontrarme, pues los pasos cada vez se oían más cercanos, tras mi espalda... Sin embargo tomé aire y me armé de un valor casi inexistente para girarme y encarar al desconocido que se acercaba, con las piernas temblándome como la gelatina. No pude evitar dejar escapar una pequeña exclamación de mis labios al ver de quien se trataba. —¡M-Miriam, qué susto! Pensé que nos estaban persiguiendo, ay... —llevé una mano a mi pecho, aún sin recuperarme del repentino susto. Sin embargo no tardé en sonreirle fugazmente a la chica, contenta por estar de nuevo todos juntos—. Estábamos... buscando algo de comida, parece que Gomamon y tu digimon saben donde se encuentra. ¿Vamos? Pero para cuando quise avanzar, me sorprendió comprobar que no era mi imaginación, y que de verdad estaba viendo a dos personas en la distancia. Sorprendida, llevé mis manos a los ojos a modo de prismáticos, y pude distinguir dos chicos junto a dos figuras más pequeñas, supuse que sus digimon. Me volví hacia Miriam entonces, insegura. —Parece... parece que no estamos solas en este bosque, después de todo. [2/15]
Miriam Dent —Sí, eso parece —respondí, recobrando el aliento por el apuro—. Y creo que escuché a un chico hablando más atrás. Observando ahora con fría calma, pude darme cuenta que la figura que me había asustado debía pertenecer a uno de los chicos mayores que salieron del pueblo. Tal y como nosotras hicimos. —Irina, ¿quieres que nos acerquemos a ellos? Creo que viajar con un grupo mayor sería más seguro, pero también sería algo incómodo andar con desconocidos... [2/15]
Irina Duval Sopesé por unos instantes su propuesta, sintiéndome demasiado indecisa como para poder escoger una sola opción. Miriam tenía razón en parte, iríamos mucho más seguras en un grupo mayor, pero... no los conocíamos de nada, y además, eran bastante más mayores que nosotras. ¿No se sentirían incómodos ellos también al vernos rondar por allí? Me mordí el labio inferior, volviendo a observar en silencio a ambos. Tras breves segundos, me giré de nuevo hacia la chica. —Yo, realmente... n-no lo sé. Quizás ellos prefieran viajar solos, y nosotras solo les retrasemos, quién sabe... —y agaché la cabeza, sin saber qué hacer. Miriam tampoco parecía estar en una situación muy diferente de la mía—. A-aunque... quizás podemos acercarnos y ver qué ocurre, ¿no te parece? A veces... improvisar es la mejor opción. Algo avergonzada, tiré con suavidad de su brazo para hacer un ademán de avanzar hacia delante. Y con un rápido movimiento, me oculté tras la seguridad que me brindaba su espalda. >>E-eso sí, yo... Yo voy detrás de tí, ¿s-sí? [3/15]
—Ya… casi. — articulo Daerek con dificultad. El chico estaba trepado en un árbol tratando de alcanzar lo que parecía ser una fruta. El único problema era que esta fruta estaba en una rama muy delgada, que si se apoyaba en ella colapsaría y caería de forma no muy suave. —Tran-tranquilo Veemon… ya casi es nuestra. — dice el chico rosando la fruta con sus dedos. El chico sonríe al estar tan cerca de conseguir su tan preciada fruta, pero al momento de tocarla un crujido lo hace borrar su sonrisa y antes de que pudiera hacer algo la rama en la que se sostenía se rompe y Daerek cae al suelo. —hay, hay, hay, estuve tan cerca. Bueno creo que tendremos que conseguir futa en otro lugar. — articulo el chico adolorido mientras se soba la cabeza. La fruta que colgaba e la rama cae y golpea a Daerek en la cabeza causándole más dolor al chico. Al verla Daerek la toma y la abraza como si fuera lo más preciado para el en el mundo. —La tengo, tanto esfuerzo valió la pena. — dice el chico partiendo la fruta en dos. —Una victoria clara. —finalizo el chico dándole un pedazo de fruta a Veemon.
Miriam Dent —Pe-pero... —intenté protestar, mortificada ante la perspectiva de presentarme y hablar con aquellos chicos. En verdad me repelía tal idea, pero sabía que a Irina le costaría mucho más que a mí y que la propuesta había sido mía. >>D-de acuerdo... Va-vamos entonces. Respiré hondamente, infundándome valor. Un golpecito en mi pierna me hizo centrar la atención en Armadillomon. Su rostro sonriente y lleno de energía me calmó al instante. —Tienes razón —asentí a su silencioso mensaje, sonriendo de verdad. Luego me volví lo suficiente hacia Irina, quien aún se ocultaba a mi espalda—. ¿Lista? Descubramos qué clase de personas son. Sin embargo, antes de que pudieramos dar siquiera un paso al frente, un golpe seco escuchó. Nos giramos asustadas hacia el sonido para descubrir a otro chico tirado en el suelo con un digimon azul a su lado. —De-deberíamos ver cómo se encuentra, ¿no crees? [3/15]
