Los personajes no me pertenecen y los personajes del título no existen~ 895 palabras. Blue y Rosina[D. Gray Man] ¡Maldición! El unicornio azul ya no bailaba con su pareja, la elefante rosa. Bufó descontento y se levantó de la cama en la que se encontraba sólo para darse de topes con la pared más cercana. ―¡Allen! ―gritó Lenalee al entrar con una bandeja de comida en las manos. Tim salió pintando y se escondió detrás de la fémina, temblando. El joven Walker la miró, se dio un tope más contra la pared y se le lanzó encima. La joven exorcista no hizo más que soltar la bandeja y recibirle aturdida. Él se abrazó a ella, escondió la cabeza en sus pechos como un niño chico, y le miró con un puchero antes de decir: ―Rosina y Blue ya no quieren bailar ―recriminó. Lenalee alzó una ceja y le apartó de ella, hizo que se sentara en la cama y con un cuidado revisó su frente. ―¿Quiénes son Rosina y Blue, Allen? ―El aludido de un brinco se apartó de la chica, con cara de ofendido. Rápidamente salió de la habitación y se quedó parado en el pasillo gritándole a Blue que perdonara a Rosina y dejara de volar por que la elefanta rosa no podía. Corrió un poco, tenía la miraba brillosa, y, tratando de perseguir a Blue para convencerlo se apoyó en la baranda del pasillo central, y, antes de que Krory ―que salía de su habitación―, pudiese si quiera decirle buenos días, Allen ya estaba volando en picada hasta el sótano. ―¡Qué bien! Así visito a Evalaska más rápido. ―Fue lo que dijo antes de colisionar rudamente contra otro de los Komurin de Komui. ―Gracias al cielo ―dijo Komui arreglándose los lentes―. Mi Komurin había salido disparado en cuanto pensé en colocarle un botón de autodestrucción masiva. El robot miró a Allen en cuanto este lo hizo, ambos con ojos como platos. Komurin negó, alegando locura en su creador. Allen asintió, y luego de ser dejado en el pasillo salió corriendo a la cafetería a buscar a su elefante rosa que, estando triste, había ido a digerir sus penas. ―¡Allen, espera! Oh rayos… ―dijo la chica de coletas con un mohín de fastidio. ¿Qué le pasaba al joven exorcista? Ayer se encontraba de maravilla. ―Allen-kun ayer tuvo una misión sencilla con Kanda, ¿o fue en contra? Es técnicamente lo mismo, Lavi también le acompañó ―dijo su hermano sorprendiéndola por detrás―. ¡Komurin regresa! ―reclamó lloroso al ver a su creación escabullirse de su alcance. *** ―No puedo creer que Yu sepa divertirse ―rió gozoso con la broma del joven a su lado, se sujetó el estómago al ver al más joven de ellos discutiendo con unos animalejos “enamorados” que nadie más podía ver. ―Hump, no es algo complicado, era eso, o confesar ―dijo el aludido tomando un poco de te mientras miraba de reojo, y con una semi sonrisa divertida al joven Walker. ―¡Ustedes! ―bramó una colérica Lenalee al detectarlos. Ellos como pudieron se escabulleron detrás del Número 65, luego de unos buscadores, de Krory, mirando como la chica les buscaba, y así sucesivamente hasta quedarse debajo de una mesa, y suspirar aliviados. Ya no había ruido, nada de ruido. Tragaron grueso, luego oyeron un “crahs”, miraron hacia el frente, y allí habían varias personas, entre ellas el joven afectado, y la hermana de su jefe. ―Hola ―saludó Allen cuando se escabulló de las manos de Lenalee que le zarandeaba para que dejara de mosquear por unos animales inexistentes. ―Hola ―contestaron al unísono, uno más pálido que el otro. Lavi se echó hacia atrás, pero el espadachín no se inmutó. ―¿Te rindes? ―cuestionó el último con simpleza. ―¿La verdad? Sí, ¡me harté! ―gritó el albino al trasformar su brazo en una espada. Todos saltaron en cuando ambas armas chocaron, soltando un chirrido metálico ensordecedor. Se miraron seriamente, cara a cara. La actitud desquiciante del más joven desapareció como por arte de magia. El otro sonrió, viendo si podía ganar algo de esto después de todo. ―¿Qué sucede Allen?, ¿Rosina es muy esquiva con Blue? ―preguntó alzando una ceja, echando su cola de caballo hacia atrás. ―¡Ahh! ―exclamó el otro al lanzarse con fiereza a él, enojado―. ¡No hay ninguna Rosina ni Blue!, ¡me harté! Lo diré, así te quite el gusto. ―Le sonrió en la cara, alargando su felicidad y alivio con clara razón. ―Oh, no, no lo harás ―meditó el otro al tomarle por la camisa y lanzarlo lejos, a unas cajas llenas de comida de la cafetería. Al verle por los aires se acercó a la chica de coletas y colocó una mano en su hombro―. Lo que sucede con Allen es que… ―Olvídalo, yo lo digo ―bramó el joven al quitar a la chica de su lado, y tomarle él las manos―. No hay ningún animalejo enamorado, si hay alguien enamorado… Pero eso es que… Se atragantó y no puedo continuar. Bien el sopor le ganó. Tim se colocó en su hombro y le infundó cierto valor. Iba a abrir la boca, pero alguien se le adelantó. ―¡Dile de una vez Allen, que amas sus pechos! ―gritó Lavi desde debajo de otra mesa. Lo único que se escuchó fue un sonoro golpe, un “auch” de la multitud. Y a una indignada Lenalee salir hecha una furia de la cafetería. Luego todos comieron. Allen, semi inconsciente, sólo pensó en qué haría en una situación así el unicornio azul de nombre Blue. *~~~~~~~~~~~ Ni idea si cumplió con lo que Circe pedía, fue lo que salió : C