Hoy mi alma siente la ausencia del color. Mis ojos perdieron el brillo y solo pueden ver en blanco y negro. La vida perdió el sentido, y yo la razón por la que buscar la esperanza. No hay nada, solo vacío a mi alrededor. Todo finalmente murió, incluso la propia vida dejó de luchar por sí misma. Desde hace mucho tiempo la noche nos envuelve en su manto de estrellas, impaciente a que lleguen los primeros rayos de sol, esos que un día se despidieron para siempre. ¿Qué queda? Solo yo. Yo y mi soledad. El sentimiento es tan triste y hermoso como una rosa negra, siempre vivaz y eterna. Las espinas se clavan y deslizan con suavidad por mi alma, dejando brotar a su antojo mi sangre incolora, seca y envenenada. Y es por esto que el blanco representa mi vacío, y el negro mi soledad.